Reto 7: Cuidado con lo que deseas
No había nada que irritara más a Menma que las fiestas de cumpleaños, a su edad ya no las veía de la misma manera ilusionada que cuando niño. Ya había dejado de lado aquellas diversiones como algo que a esas alturas de su vida veía como algo vergonzoso. Un jounnin como él no tendría por qué celebrar algo tan ridículo como su aniversario de vida, pero ahí estaba, en medio de una fiesta sorpresa.
―¿No te da gusto, Menma? ―preguntó Uchiha riendo mientras le lanzaba serpentinas a la cara.
―Sabes que odio este tipo de fiestas ―le recordó mientras se quitaba las serpentinas de su rostro―. No deberías perder el tiempo en algo como esto.
―No es una pérdida de tiempo ―contradijo Charasuke haciendo un leve puchero―. Un cumpleaños es importante y deberías sentirte halagado de que el gran Charasuke-sama se tomara tal molestia por ti.
―Pues no, no me siento nada halagado ―comentó con fastidio―, por tu culpa ahora no tengo más remedio que soportar esta ruidosa fiesta.
Uchiha se alejó un poco de él sabiendo que no era buena idea tentar la paciencia de su mejor amigo, Menma se la pasó toda la fiesta con una mirada de fastidio y frustración, saludaba por obligación a los invitados y agradecía los regalos por cortesía. Luego de un par de horas de soportar aquello, Charasuke lo jaló hacia él y lo obligó a ir hasta la mesa con un pastel de cumpleaños bellamente decorado.
―Debes soplar las velas y pedir un deseo ―dijo el azabache mientras lo señalaba.
―No haré esa estupidez de niños ―replicó con molestia frunciendo el ceño claramente enojado.
―Hazlo y la fiesta se termina ―comentó el de ojos oscuros con una sonrisa prepotente.
―Bien apagaré las ridículas velas ―respondió harto soplando las velas con furia mientras pedía su deseo viendo la sonrisa de victoria del Uchiha dejándose dominar por su furia.
“Desearía que Charasuke y yo nunca nos hubiéramos conocido”
―¿Ves que no era tan difícil? ―interrogó Charasuke mientras le daba una de sus rosas―. Guárdala porque esa rosa es mi regalo, te aseguro que es muy especial ―comentó guiñando un ojo mientras Menma la metía sin cuidado a su bolsillo.
Luego de que todos abandonaran su casa finalmente pudo irse a dormir tratando de que su buen ánimo se restaurara luego de dormir. Al llegar el día, se levantó temprano y fue al puente a reunirse con el resto de sus compañeros, se extrañó de no ver a Charasuke, pero supuso que luego de la fiesta se quedó ligando con alguna chica como de costumbre. Cuando su maestro llegó donde ellos y los mandó de misión sin estar Uchiha presente, por lo que preguntó la razón de no esperarlo.
―¿De qué hablas, Menma? ―preguntó Sakura extrañada por el comportamiento de Namikaze―. Siempre hemos sido sólo nosotros en nuestro equipo.
―No ―negó él estando seguro de que algo andaba mal para que no recordaran a Charasuke―. Falta Charasuke, Uchiha Charasuke nuestro compañero.
―Menma, ¿te sientes bien? ―cuestionó Kakashi mirándolo como si hubiera perdido la cabeza―. El único Uchiha de tu generación hace mucho que se fue.
―¿Se fue? ¿Dónde? ―interrogó demandante.
Al oír la respuesta de su sensei, Menma se congeló por unos momentos pensando que era una mala broma. Tenía que ser mentira, por lo que corrió donde Itachi, seguro que el mayor con lo serio que era jamás le jugaría una broma como esa de tan mal gusto. Sus piernas se movieron veloces donde el Uchiha mayor y éste lo miró como si nunca en su vida lo hubiera visto. Ante su pregunta lo miró primero con molestia, pero luego de mucho insistirle decidió llevarlo a ver a Charasuke.
―Ahí está mi hermano menor ―señaló Itachi mientras Menma se acercaba a ver mejor―. Él siempre amó las rosas.
Allí estaba ante los ojos azules de Menma una tumba adornada de muchas rosas rojas, como las que su compañero siempre llevó en sus manos para regalar a sus “Koneko-chan” y tenía escrito el nombre “Uchiha Sasuke”. Se mordió los labios queriendo despertar de aquella pesadilla en la que sentía que lo habían metido, no podía ser verdad que Charasuke hubiera muerto, eso tenía que ser una vil mentira. Sin embargo, para su desgracia era horriblemente real.
“Es lo que deseaste”. Le recordó su conciencia manchada.
“No es lo que quería”. Protestó dolido su corazón.
“Pero es la realidad”. Sentenció su mente.
El mayor de los Uchiha le explicó que su hermano menor era algo difícil de soportar por su actitud despreocupada y algo arrogante en ocasiones. Por aquel sencillo motivo no tenía fuertes lazos con sus compañeros, quienes no se esforzaron siquiera en detenerlo al realizar un ataque suicida para salvarse ellos mismos, aun a costa de la vida Charasuke. Siendo el Uchiha menos habilidoso a nadie le importó perderlo, después de todo el clan contaba con ninjas mucho más habilidosos que Charasuke, así que los únicos que sentían su muerte eran su madre y él mismo.
Namikaze estaba indignado, él jamás lo habría dejado ponerse en ese tipo de peligro. Como el equipo siete siempre se cubrían las espaldas y jamás se abandonaban. Empero, al parecer con otro equipo no fue igual y eso dio como resultado tal trágica muerte. Menma se arrodilló frente a la tumba creyendo que no podría estar más devastado y de su bolsillo cayó la rosa que Charasuke le había regalado, de entre sus pétalos salió un collar con el símbolo Uzumaki y un pequeño papel que leyó con rapidez.
“Sé que no te gustan las fiestas, pero quería hacerla porque eres muy especial para mí, nadie soporta a alguien como yo y aun así tú siempre estas allí para mí, protegiéndome, aunque sería más fácil dejarme de lado. Además, esto es una excusa para ganar valor y declararme. Es que estoy enamorado de ti y no sabía cómo decírtelo, pensé que con una fiesta sería más sencillo, ya sabes, podía decírtelo mientras estuviéramos ebrios, pero no tomaste nada en toda la noche así que adiós plan. Seguramente para cuando hayas leído esta carta la fiesta ya habrá terminado, así que estaré lejos y no veré tu reacción de rechazo, creo que es mejor así.
PD: el collar tiene el símbolo de los Uzumaki porque una vez me dijiste que te gustaba el mío y que quisieras que no se olvidaran del clan de tu mamá”
Ante esas palabras escritas en el papel no pudo evitar destrozar la rosa en su mano haciendo que sus pétalos se dispersaran por el cementerio bailando al son del viento. Mientras las gruesas lágrimas de amargura corrían por sus mejillas. Su deseo se cumplió y perdió a la persona que más le importaba. Nunca supuso lo que significaba para Uchiha, pero al parecer él sí que intuía que tenía mucha suerte de estar juntos y por eso lo apreciaba tanto a pesar de su carácter serio y cerrado.