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TODO A ESTRIBOR por Yailin

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Notas del capitulo:

Antes de leer el cap, pon como fondo

Peter Crowley - conquest of the sea

 

-Capitulo X-

Era más de medio día y por el mar Atlántico iba navegando un pequeño barco, no era grande como el Ragnaraf o el Blue ayes, pues este no era utilizado para la guerra, pero era lo único que se tenía para hacerle frente a Bakura; su tripulación constaba por cincuenta mujeres y dos hombres.

—Vamos directo a nuestra muerte— decía Anzu, mientras ayudaba al resto de las mujeres a navegar el barco.

—Déjame ver si lo entendí, ¿me estás diciendo que ese tenedor gigante solo funciona si lo usas para la justicia?— decía Seto muy molesto, pues nunca había sido fan de las cosas mágicas.

—Así es, además deben derrotar a Bakura antes de que el sol marque la llegada del siguiente día, de lo contrario no podrán recuperar las almas de sus marineros — dijo Mana, viendo a los dos hombres.

Seto volteó a ver con enojo a Yami, este al sentir la mirada de Seto no hizo más que bajar su vista, pues la verdad quería tomar venganza contra Bakura por lo hecho a sus hombres.

—Majestad, creo que se acerca una tormenta— dijo Mai, apuntando hacia el frente.

Las nubes comenzaron a relampaguear, y justo enfrente se formaba una neblina muy espesa que cubría los horizontes.

Toda la tripulación observaba el fenómeno, un relámpago centelló por toda la neblina mostrando la silueta de una mujer de gran tamaño, al mismo tiempo que se escuchaba la voz femenina por todo el mar.

Sus almas le pertenecerán a la diosa Mistyx

De la neblina salió el Ragnaraf mostrando a los cuatrocientos soldados, mientras era dirigido por Joey; a la izquierda de este hacia su aparición el Blue eyes junto con todos los piratas al mando del pequeño Mokuba; pero eso no era lo terrorífico, justo en medio de ambos barcos, surgió un imponente navío, mucho más grande que el Ragnaraf o el blue eyes, su aspecto de color negro solo causaba la sensación de miedo, sin lugar a dudas el Diamon black era impactante, arriba de él se encontraba Bakura dirigiendo a todos los muertos vivientes que había ido recolectando.

Tres imponentes barcos, los mejores sin lugar a dudas en esas aguas, un ejército de más de setecientos hombres zombificados, todos siguiendo las órdenes de un robador de almas inmortal contra una pequeña flota de cincuenta mujeres, un pirata y un semidiós.

—Seguiremos tus ordenes — dijo Kisara, tocando el hombro de Yami para sacarlo de sus pensamientos.

Yami volteo a ver a las mujeres y a Seto, quien solo asintió para darle seguridad

—Escuchen bien, no importa que pase el día de hoy, pero mañana serán mujeres libres, ya no vivirán en el sufrimiento y la agonía, lo juro por el nombre de mi padre, venceremos para así tener un mejor futuro — Dijo Yami levantando el tridente como señal de lucha, mientras se activaba y lanzaba un rayo dorado hacia el cielo. Las mujeres al observarlo gritaron de júbilo, pues tenían fe en que Yami las liberaría al fin.

—Kisara, necesitamos subir al Diamon Black, Bakura es el objetivo, acabando con él, se termina todo— dijo Yami, dando instrucciones claras a la reina.

—Cuente con ello capitán, distraeremos a Bakura lo más que podamos— dijo la reina, llamando a sus mujeres de más confianza.

El pequeño barco comenzó a avanzar para hacer frente, sin siquiera inmutarse, las mujeres acercaron y cargaron los pequeños cañones, listas para las ordenes del contramaestre.

—Cuanta terquedad por parte de estas mujeres, por ello yo nunca me case — dijo Bakura riendo al ver semejante estupidez por parte de las mujeres, sacó su pistola tirando un disparo al aire, que fue interpretado con suma rapidez por parte de Joey y Mokuba.

Ambos barcos comenzaron a avanzar hasta que el pequeño barco quedo en medio, varios hombres se abalanzaron con ayuda de las cuerdas, para acabar pronto con las mujeres, sin embargo, todo era una trampa, ya que el barco había sido remolcado realmente por varios delfines, mientras las cincuenta mujeres junto con Seto y Yami estaban a bordo del Diamon Black

Bakura se sorprendió mucho ante la hazaña, al parecer Yami había descubierto como controlar el poder lo mares, y eso incluía hacer que las criaturas del mar lo ayudarán; pero eso no lo preocupo pues tenía un ejército a su servicio, la misma diosa estaba de su lado y era inmortal.

La tripulación del Diamon Black hizo acto de presencia en la proa para la batalla, todas las mujeres de alistaron con sus armas, mientras Seto sacaba su espada para hacerle frente a los muertos vivientes, cabe mencionar que su sangre casi se congelo al reconocer la tripulación que le hacía frente, pues muchos de ellos eran aquellos valientes hombres que habían estado bajo su servicio.

—Veo que los reconoces…Seto…descuida, sus almas fueron bien utilizadas — dijo Bakura riendo a carcajadas, incluso aún siguió riendo cuando sintió la espada de Seto atravesar su corazón, — de verdad que ustedes no aprenden —  agregó, sacando su espada y haciéndole frente a Seto — Juro que tu alma será bien utilizada.

Las mujeres peleaban contra los marinos, mientras el Ragnaraf  y el Blue eyes  se acercaban para poder hacer frente a la pelea.

Yami subió hasta el bordo del barco, levantando el tridente hablo.

SURGE DE LAS PROFUNDIDADES, CRIATURA TEMIDA POR LOS MARINOS, ATIENTE AL LLAMADO DE TU AMO, PRESÉNTATE AL ESCUCHAR TU NOMBRE, ¡OH GRAN KRAKEN!

Justo en frente de Yami las aguas del mar comenzaron a agitarse mientras gigantescos tentáculos salían del mar dejando caer agua salada por entre sus ventosas,  mostrando su respeto hacia su amo.

Yami movió el tridente señalando tanto al Ragnaraf como el Bule eyes, la criatura entendió de inmediato las ordenes dirigiéndose hacia ambos barcos, comenzando con su ataque.

Bakura y Seto observaron lo sucedido, mientras Seto estaba feliz porque Yami había logrado  inclinar la balanza a su favor, Bakura se sentía molesto, no permitiría que ese sujeto le ganara, aprovechando la distracción de Seto le lanzo una estocada justo al corazón.

Sin embargo él era muy hábil y logro esquivarla con suma facilidad, comenzado una vez más con el choque de espadas.

—Maldito, ¿porque no te mueres de una buena vez? — decía Bakura, impacientándose con Seto.

Yami había desenvainado su espada, listo para hacerle frente a Bakura junto con Seto, sin embargo una puñado de Zombies se le fue encima, como su único objetivo era Bakura había bajado la guardia, así que el golpe que recibió fue tan fuerte que lo hizo caer desde la proa hasta el mar.

Seto alcanzó a verlo caer, así que le dio una gran golpe a Bakura y lo anclo con su espada una vez más al mástil, mientras tomaba una de las cuerdas del barco, columpiándose bajo hasta lo más cerca de la superficie del mar y tomo la mano de Yami, quien ya había subido a flote y le extendía la mano a Seto para que lo subiera.

Al llegar a proa de nuevo fueron recibidos por el ejército de muertos vivientes, Yami tomo una espada y colocándose se espalda a Seto, comenzó la batalla; ambos eran muy buenos, pues Yami peleaba con la espada en una mano y con la otra bloqueaba golpes con el tridente, mientras que Seto con dos espadas en sus manos ahora pues había logrado desarmar sin problemas a uno de los zombies, lanzaba golpes cual rayo.

Bakura por su parte, ya se había liberado, con ambas espadas en las manos, de dirigía hacia Yami, pues sabía que él era la clave de todo, así que abriéndose entre los cuerpos mutilados de su tripulación se acercó a Yami, chocando espadas con este.

—Te vencí una vez, puedo volver a hacerlo — dijo Bakura lanzando golpe tras golpe.

—Esa vez fue suerte — dijo Yami esquivando con gran habilidad, pues los golpes recibidos eran muy violentos.

En un ataque, la espada de Yami fue rota a la mitad, mientras el tridente caía de sus manos chocando en el suelo. Bakura aprovechó el momento, tomando a Yami del cuello de su camisa y acercando su rostro hacia sí.

—No tienes idea de todo lo que podre hacer con un alma como la tuya — dijo Bakura, juntado sus labios con los de Yami, sintiendo como su cuerpo adsorbía una gran cantidad de poder, pero se vio obligado a soltarlo pues Seto había cortado su mano en un impulso por salvar a Yami.

Yami cayó al suelo, Seto lo tomo entre sus brazos y comenzó a moverlo para que reaccionara, sintiendo un gran alivio al verlo abrir sus ojos y notar que aun podía ver ese hermoso brillo que lo caracteriza.

Bakura ahora se había vuelto loco, pues podía sentir parte de la energía que le había robado a Yami recorrer su cuerpo, tomo la mano que Seto había cortado y sin ningún problema la volvió a unir.

—Obtendré tu alma — dijo, acercándose a Yami, sin embargo fue Seto quien le hizo frente de nuevo.

—Si lo quieres, deberás pasar sobre mi cadáver — dijo Seto, dejando a Yami en el suelo, mientras se levantaba con ambas espadas en mano.

—Eso se puede arreglar más rápido de lo que crees — dijo Bakura golpeando a Seto, la fuerza que acababa de adquirir era mucha.

Yami por su parte se sentía mareado, todo le daba vueltas, sabía que no era el momento de rendirse, pero su cuerpo parecía no querer responder, volteo su vista hacia el cielo, la luz de la luna brillaba en todo su esplendor, se les acababa el tiempo, debían detener a Bakura o nunca recuperaría a sus hombres.

Tomando mucha fuerza de voluntad se arrastró hasta alcanzar el tridente para sostenerlo en sus manos una vez más.

—Por favor, dame la fuerza que necesito — dijo Yami, mientras el tridente comenzaba a brillar.

—     Tú nunca podrás con esta carga — dijo una voz femenina.   

 

—    ¿Quién eres? — pregunto Yami.

—Sabes, debí matarte con una daga en lugar de arrojarte al mar—

Yami abrió sus ojos con asombro, voltio su vista hacia el cielo, y ahí vio la silueta de una mujer, que poco a poco comenzaba a tomar forma, pues tenía una cabello largo con grandes rizos tan oscuros como la noche misma, unos hermosos ojos color miel, su piel blanca brillaba con la luz de la luna, su rostro y nariz eran tan finos, que no había duda de la belleza de aquella mujer, así es, la diosa Mistyx había hecho su aparición solo para brindarle ayuda a Bakura.

—    ¿Porque haces eso?, ¿porque maldijiste a las mujeres?, ¿porque quisiste matarme? — preguntaba Yami.  

 

—    Como dioses que somos, necesitamos de las plegarias de los humanos, pero con el paso de los años, se han olvidado de nosotros, y muchos dioses han muerto en el olvido, no sabes cómo te envidio, tu eres un semidiós y puedes vivir sin ese pequeño requisito, pero ahora lo único que debo de hacer es matarte, y continuar mi reinado de caos —  decía la diosa, mientras se reía al ver como Yami trataba de levantarse.

—No te lo permitiremos — dijo Yami levantándose al fin.

—    ¿Tú y cuantos más? — dijo la Diosa riendo a carcajadas, pues varias de las mujeres yacían sobre el piso del barco heridas y necesitaba atención urgente, mientras que Seto recibía un estocada en su hombro derecho impidiéndole seguir luchando.

Bakura pateo a Seto haciendo que al caer se diera un fuerte golpe en la cabeza contra la baranda del barco y cayera inconsciente ante el impacto. Yami no lo dudó ni un segundo y corrió hacia Seto.Amamammam


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