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Tu destino está atado al mío por yue-sama

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Notas del capitulo:

Hola!! Pues como ya finalice un proyecto vengo con todo con esta historia, esta será mi principal a partir de ahora, muchas gracias por el apoyo y por darle una oportunidad.

Espero este capítulo les guste como a mí.

Aquí el cap.

 

 

El rubio se quedó petrificado al ver a aquel hombre, Dios, era más extravagante de cerca… ¿Aretes? ¿Cabello teñido de diferentes tonos de azul? Dios, ¿qué broma era esa?

 

 

Fue tanto su impacto que no vio que aquel hombre lo miraba con saña y de mala manera.

 

 

—¿Qué ves, tarado? ¿Acaso alguna de estas es tuya? Pues no, amigo, ahora son mías, así que ¡largo!

 

 

—Tiene que ser una broma —dijo en un susurro más para sí mismo que para el mundo.

 

 

Naruto reaccionó ofendido, ¿quién se creía ese tipo para hablarle así? No fue nada cortés, parecía que los buenos modales que daba la cultura japonesa se habían perdido, incluso daba la impresión de ser de un barrio bajo, es más, ¡él mismo estaba en un barrio que nunca debió haber pisado!

 

 

—¿Acaso eres retrasado? —Bramó el hombre frente a él y Naruto frunció el ceño con enojo—. Mira nada más, parece que la mierdita tiene carácter.

 

 

—¿¡Mierdita!? —Dijo más que ofendido—. Mido 1.70

 

 

—¿Ah sí? —dijo con burla, entonces se separó de sus amiguitas y se extendió en toda su gloria, dejando muy achicado al rubio que bajó la mirada en signo de derrota. El tipo era altísimo, se molestó consigo mismo por tener una estatura promedio para los japoneses, debería ser más alto ya que tenía genes americanos, pero un japonés le ganaba, era humillante…

 

 

Salió de su burbuja cuando sintió un fuerte jalón en su ropa, entonces, lo miró desconcertado y por primera vez se fijó en los ojos penetrantes del tipo mientras los gritos despavoridos de las chicas le ponían los pelos de punta.

 

 

—¡¡Sasuke no le vayas a pegar!!

 

 

—¡Déjalo, ven con nosotras!

 

 

Entonces, Sasuke lo soltó, no sin antes fijarse bien en él, luego se alejó por completo para llegar a donde estaban esas mujeres pasando sus brazos por los huesudos hombros de las chicas y largándose de ahí con estruendosas carcajadas.

 

 

El rubio suspiró agarrando su pecho, eso había estado demasiado cerca. De verdad que esto tenía que ser castigo de Dios por ser tan tonto, nada podía compararse con su lindo Kiba… ¡Maldición!

 

 

La rabia creció y no pudo evitar gritar con fuerza hacia el peliazulado.

 

 

—¡Hey tú! ¡Si, tú! ¡El matón! —Gritó Naruto llamando la atención de Sasuke—. ¡Ni que me gustaran las flacuchas como esas¡¡Yo tengo mejor cuerpo que esas perras!!

 

 

Y así se dio la vuelta, pensado infantilmente que había ganado esa batalla, por lo que iba tontamente feliz, pero, cuando estaba casi por llegar a su casa, buscó su celular —ese bello celular que había costado unos cuantos millones de yenes, aquel que había soñado en sus sueños más caros—, y… no estaba.

 

 

Se le fue el alma a los pies y rebuscó como loco su ropa, pensó que tal vez lo había botado, pero cuando estaba a punto de regresar a buscar recordó algo…

 

 

Ese maldito lo había tocado de más.

 

 

Su enojo regresó y la felicidad desapareció, gritó exasperado y casi tira su comida y los papeles valiosos de la empresa que llevaba consigo. Ese celular le había costado mucho de su vida, y ahora, era castigado nuevamente con una pareja hombre, ¡un hombre que comenzaba a odiar y que le robaba!

 

 

Demonios, de verdad que Dios se había tomado la venganza muy en serio.

 

 

—¡Maldito desgraciado! ¡Infeliz de mierda! —gritaba a todo pulmón asustado a la gente que pasaba por ahí—. ¡Cabrón!

 

 

Nunca en su vida había tenido que maldecir tanto, pero ahora, era la excepción.

 

 

*

*

*

 

 

Iba derrotado.

 

 

Más que derrotado iba fastidiado, había tenido que negar una cita para ir a comer deliciosas donas, sólo para intentar encontrar al tipo. Su vida apestaba, quería su celular de vuelta. Miró a sus compañeros irse felices a comprar donas, mientras que él tenía que ir por la sombra de la vida para regresar a ese barrio donde cualquier cosa le podría pasar.

 

 

Cuando estaba por llegar, estuvo a punto de echarse para atrás, pero pensó que su celular definitivamente valía la maldita pena, así que caminó a paso seguro, y se sorprendió cuando no tuvo que buscar como había pensado, Sasuke estaba ahí, recostado en el mismo lugar, mirando en su dirección, al verlo, sonrió de oreja a oreja con una de esas sonrisas que sabía que no auguraban nada bueno.

 

 

El rubio se estremeció y volvió a mirar su mano, definitivamente era él.

 

 

Cuando Sasuke sacó su hermoso celular y lo balanceó frente a él, Naruto se enojó, ¡era un vil ladrón! Se fue contra él rápidamente, entonces, Sasuke volvió a levantarse, alzando el celular hasta un nivel en el que el rubio tenía que saltar para alcanzarlo.

 

 

Naruto nunca se había sentido más humillado.

 

 

—No lo haré —dijo indignado, entonces Sasuke sonrió más.

 

 

—Si no lo haces podría pasar cualquier cosa con tu teléfono —enseguida, lo soltó y Naruto casi pierde el alma al ver su celular caer, pero el peliazul volvió a agarrarlo para luego alzarlo de nueva cuenta.

 

 

Entonces el rubio apretó los puños con enojo y comenzó a saltar, varias personas miraron con diversión la escena causándole un sonrojo, nunca le había pasado eso. Con algo de molestia se dio por vencido, nunca alcanzaría su estúpido celular, ¿por qué había vuelto por un celular? Ahora se arrepentía mucho.

 

 

—¿Ya te rindes? Que fácil —dijo con cierto desdén—. Pensé que un celular como este valía más esfuerzo del que has dado.

 

 

En ese momento Naruto se cansó, ¿por qué el tipo tenía que ser tan…? ¡Agrh! Con decisión se hizo para atrás —y que Dios lo salvara de esta—, corrió rápidamente para agarrar impulso y se montó encima de Sasuke, agarrándose del cuello de este mientras enredaba las piernas en sus caderas. Naruto puedo sentir el cuerpo tenso y el perfume, ¿qué había hecho? Quiso bajarse, pero… ¡su celular estaba tan cerca!

 

 

No le importó que varias chicas comenzaran a tomar fotos para saber que…

 

 

Cuando estaba a punto de llevarse el premio, Sasuke lo pegó contra la pared fuertemente dejándolo sin aire, por lo que lo miró desorientado, ¿qué diablos hacía Sasuke? Puso atención a su rostro, un rostro que se acercaba mucho al suyo, y entonces, se congeló, sus cuerpos estaban tan pegados que sentía todo, absolutamente todo, se avergonzó por su pose, pues nunca pensó que eso le pasaría a él…

 

 

En ese momento, la atracción que sintió hacía Sasuke fue terrible, y, aunque no quiso babear frente al odioso hombre, toda su tranquilidad se esfumó cuando las narices rozaron y sus alientos se tocaron, en ese instante, Naruto no supo que hacer, tuvo que cerrar los ojos, pero los abrió de inmediato cuando escuchó una risa demasiado burlona para sus oídos.

 

 

Sasuke lo bajó de golpe, haciendo que sus piernas se doblaran y cayera al suelo, al levantarse su mirada se encontró con la divertida y oscura del peliazul.

 

 

—¿Eres gay, princesita? —dijo Sasuke y Naruto lo fulminó con la mirada.

 

 

—¿Acaso es malo? —dijo altivo y estuvo a punto de golpearlo, pero Sasuke parecía no haber terminado.

 

 

—Eso no es lo peor, amigo —dijo Sasuke alejándose un poco—, lo peor es que te apesta el aliento.

 

 

Naruto llevó las manos a su boca y Sasuke chistó, lanzándole el teléfono, así que casi se cayó -nuevamente- de bruces al suelo por cacharlo, luego el peliazul se fue de ahí riéndose de su desgracia, entonces Naruto miró de reojo a las personas que habían visto todo. Su vida apestaba…

 

 

Se dio la vuelta y golpeó su cabeza contra la pared, no una vez sino más de tres. Sasuke era un jodido idiota.

 

 

Llevó una mano a su boca y lanzó su aliento tratando de olerse, ¡era ridículo! Se fue furibundo de ahí, pasando por su parque, estaba tan enojado por ser humillado de esa manera, estaba enojado por querer algo con ese atractivo idiota. Así que, sin pensar muy bien lo que hacía, iba a atrapar a cualquier persona que se cruzara con él para que le oliera el aliento, sin embargo, su salvación vino a él, Kiba iba pasando por ahí con una bolsita de una panadería que estaba cerca, al verlo Naruto corrió a él.

 

 

—¿N-Naruto? —dijo algo sorprendido, enseguida el rubio sopló contra él y Kiba lo miró más confundido aún.

 

 

—¿Huelo mal? —dijo angustiado, pero fue demasiado tarde cuando se dio cuenta de lo que había hecho, Kiba estaba un tanto sonrojado y lo miraba a los ojos, el rubio estaba demasiado cerca de él, con el rostro a escasa distancia y sus manos fuertemente agarradas a los hombros del más alto.

 

 

—No, no huele mal —dijo serio—. Ahora, ¿puedes separarte?

 

 

—Ah, sí… —comenzó a reírse nerviosamente—. L-lo siento…

 

 

—Supongo que fue una emergencia —dijo Kiba tratando de no juzgarlo, haciendo sentir a Naruto más terrible, Kiba siempre sería Kiba.

 

 

—Fui muy irrespetuoso, lo siento mucho —hizo una reverencia y Kiba llevó su mano a su cabeza rascándose con una pequeña sonrisa.

 

 

—No seas tan formal, creo que nos conocemos más que eso…

 

 

Naruto se sonrojó fuertemente, claro que se conocían más que eso. Tenía que salir de ahí como el cobarde que era.

 

 

—Sí, bueno… Adiós —se dio la vuelta dispuesto a irse rápidamente de ahí con la cola entre las patas como un animal, pero la voz de Kiba lo detuvo tan sólo un poco.

—Fue bueno verte después de tanto tiempo.

 

 

Claro que sí… Naruto quiso contestar, pero no pudo, un nudo se formó en su garganta y solo asintió. Había sido el peor reencuentro en su vida y todo por culpa de las estúpidas palabras de Sasuke, ni siquiera le olía mal la boca, no tuvo que creerle en un principio.

 

 

En ese momento de verdad quiso volver a golpearse la cabeza contra la pared.

 

 

*

*

*

 

 

Llegó a su casa con los ánimos muy abajo y completamente cansado, sólo quería descansar y quizás comerse un tazón de ramen, pero su celular comenzó a sonar, ese maldito celular le había dado tantos problemas, ese tipo se la pasaba mandándole estúpidos mensajes que le hacían salir de sus casillas.

 

 

No había conocido hombre más infantil que Sasuke. Era obvio que iba a robarse su número para maltratarlo psicológicamente, ¡ese hombre era el demonio! Así que, no hizo caso a la llamada, pero cuando sonó por segunda vez Naruto lo sacó de su maleta y contestó de mala gana.

 

 

—¡Que!

 

 

—Wow, que humor…

 

 

La dulce voz de Hinata sonó y Naruto suspiró, era su mejor amiga después de todos esos años, así que se desabrochó la camisa lo suficiente para no sentir calor.

 

 

—Lo siento —dijo sincero—. Estoy estresado.

 

 

—Lo noto, por eso…

 

 

—¿Por eso…?

 

 

—¿No quieres verme mañana para pasar un día de chicas?

 

 

—Ja, ja, ja que gracioso.

 

 

—Vale, no día de chicas sino de amigos.

 

 

—Está bien, sólo te aprovechas de que mañana es mi día libre.

 

 

Hablaron un poco más antes de que cortaran la llamada, acordando que al día siguiente se encontrarían en un restaurante para poder almorzar y hablar.

 

 

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Al día siguiente, Naruto se arregló sin esforzarse mucho en ello, porque vamos… su vida apestaba y no tenía que lucir nada. Salió del edificio y subió a un taxi que lo llevaría al restaurante, cuando llegó, pagó al taxista y bajó en busca de Hinata, que ya lo esperaba, hermosamente vestida, por lo que sin duda le dio un poco de pena mirarse al lado de ella, pero bueno, ya estaba hecho.

 

 

—Parece que alguien no mejoró su humor al despertar —dijo con una dulce sonrisa.

 

 

—Espero que esta comida este deliciosa —dijo con un puchero.

 

 

—¡Vamos, vamos! —dijo animada.

 

 

Entraron al restaurante y se sentaron, mientras comían hablaron sobre el futuro de la pequeña empresa que Hinata llevaba, era una increíble diseñadora de eventos y Naruto la apoya tantas veces como podía, era hermoso ver el trabajo perfecto que ella hacía, así que no le sorprendió mucho saber que la chica tenía la agenda llena de eventos.

 

 

Pasaron casi toda la tarde riéndose por bromas malas o por cosas que les habían pasado, entonces, comieron un helado camino a un parque para sentarse.

 

 

—Sabes, tendré una gran fiesta y la fecha está muy cerca, a decir verdad, y, tú sabes que eres hermoso y…

 

 

—Basta, ¿qué quieres? —dijo Naruto con una sonrisa.

 

 

—Bueno… ¿podrías ser el modelo para una pintura al óleo?

 

 

—¿¡Qué!? —nunca había sido un modelo, y nunca, ni en sus más locos sueños, soñó serlo.

 

 

—Será fácil —dijo ella—. Sólo serás un modelo, no tendrás que moverte, sólo dejar ver tu cuerpo.

 

 

—¡Eso no suena fácil! —dijo algo turbado, pero Hinata jugó sucio, puso ojos de cachorra lastimada y Naruto tuvo que ceder—. ¡Bien! Pero más te vale que me invites a comer a la próxima.

 

 

—¡Lo prometo! Ahora, ¡vámonos!

 

 

—¿Qué…?

 

 

Hinata comenzó a jalarlo sin cuidado, provocando que su helado rodara en el suelo, por lo que Naruto se lamentó, entonces la chica lo hizo subirse a un taxi casi a la fuerza, de tal manera que, para cuando ya iban en camino, consideró de verdad que estaba siendo secuestrado.

 

 

—Quita esa cara —dijo Hinata—. No soy el diablo.

 

 

Y eso fue todo para que recordara a Sasuke, arrugó el ceño y comenzó a contarle a Hinata todo lo que había pasado con ese hombre, por supuesto, Hinata sabía todo lo que había vivido en el pasado —exceptuando el hecho de que Naruto podía ver el hilo rojo—, no por nada eran buenos amigos, y, aunque Naruto no se encasilló como homosexual, la chica sabía que el rubio era libre para amar y ella no veía nada malo con ello. De hecho, estaba contenta por escuchar a su rubio amigo reaccionando tan amargado por una persona.

 

 

Cuando llegaron a un edificio, ambos bajaron y el rubio tuvo que seguir a Hinata, subieron algunas gradas del viejo edificio y entraron a una gran habitación con cielo Razo altísimo y con un gran eco, Naruto miró a todos lados y pudo ver casi al fondo una pequeña escena montada con un sofá estilo griego antiguo, desde el cual caían telas transparentes y un hermoso fondo de un atardecer.

 

 

De inmediato, mató con la mirada a su amiga.

 

 

—¡¡Sabías que iba a decir que sí!! —dijo indignado y ella sonrió—. ¡¡Esto es…!!

 

 

—Basta, no puedo ser peor que él —dijo refiriéndose a Sasuke y Naruto bufó.

 

 

—Claro que no, ¡él es el demonio! Si lo vieras, cada vez que sonríe le salen cuernos enormes y filosos dientes, ¡me mira como carne fresca! Ese maldito animal… —dijo cruzándose de brazos—. Me da escalofríos sólo de pensar en su maquiavélica aura.

 

 

—Lo siento por el retraso —dijo una tercera voz y Naruto contuvo el aliento, volteó la vista con miedo y encontró lo que menos quería—. Soy Sasuke Uchiha, el artista…

 

 

Y Naruto miró la sonrisa diabólica que se formó en esos labios rellenos y se maldijo por su enorme mala suerte.

Notas finales:

Que les pareció? tiene futuro esta historia?

Muchas gracias por leer, y espero poder actualizar todos los días jueves!

Nos vemos


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