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Tu destino está atado al mío por yue-sama

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Notas del capitulo:

Hola, quisiera comenzar con un mensaje que puede ser largo para muchos, pero si de verdad se detienen a leer se los agradezco.

Este año fue demasiado para mí, fue complicado y varios de ustedes se dieron cuenta, me apoyaron, y no saben cómo les agradezco por ese detalle, fueron mi fuerza para seguir escribiendo.

Quise parar muchas veces, pero me di cuenta que me sentía vacía y cuando volvía a escribir me sentía viva, gracias por estar a mi lado y seguir mi trabajo. Espero que podamos seguir juntos en este nuevo año.

Espero también que tengan un buen comienzo de año, que las personas que amen estén a sus lados, que el chico que les guste les dé un beso, que agarre sus manos y vean un futuro juntos, que se abracen y griten ‘’feliz año nuevo’’ espero que todos estén bien y que sean muy felices.

Nuevos proyectos viene para mí y espero que para ustedes también y disfruten cada segundo de sus vidas, porque no saben cuándo las cosas puedan ponerse feas, pero saben… no se rindan porque si yo fui fuerte ustedes también podrán.

Gracias por todo, y aun que pueda que nos los conozca les quiero mucho.

Feliz año nuevo, y sonrían.

Espero este cap les guste.

 

Un año atrás

 

 

—Basta, ¿por qué te pones así?

 

 

—¿Por qué? —dijo incrédulo casi sin voz mientras se limpiaba las lágrimas con rabia—. ¿Acaso no entiendes lo que haces? Tú no sabes nada, Sasuke Uchiha —contestó con rabia.

 

 

—Nunca fuimos nada —dijo bajo y Naruto lo miró fijo, sin poder evitar llorar.

 

 

—Exacto Sasuke, nunca fuimos nada.

 

 

—…

 

 

—Por eso, por tu bien y el mío, es mejor que nuestros destinos no estén atados.

 

 

Entonces, Naruto se dio la vuelta y Sasuke se congeló, ¿acaso Naruto estaba terminando lo que sea que tenían? ¿Estaba dejándolo? ¿A él? Quiso reírse de la situación, pero un fuerte dolor se instaló en su pecho, así que simplemente negó, ¿acaso quería que le rogara? Sasuke nunca rogaba, por lo que simplemente agarró sus cosas y comenzó a caminar, alejándose de ahí. Tenía orgullo, maldición, y nunca iba a rebajarse por una follada. Al diablo.

 

 

Cuando salió a la calle no pudo evitar golpear una banca, asustando a más de uno de los que pasaban por ahí, mientras el enojo crecía en él.

 

 

Por su parte, Naruto miró desde la ventana cómo Sasuke se iba de ahí, lloraba sin control y su cuerpo temblaba, ¿cómo Sasuke había sido capaz de ocultarle algo así? ¿Por qué era un hombre tan irresponsable? ¿Acaso nunca iba a cambiar? ¿Acaso siempre tendría que aguantar todo lo que hiciera? No. Naruto sabía lo que valía y nunca se iba a rebajar a ser el engañado. Además, lo que más le dolía era saber que, si Sasuke nunca tomó la responsabilidad por su hijo y nunca cumplió nada, ¿por qué habría de hacerlo con él?

 

 

Si nunca valoró su propia sangre tampoco lo haría con su amor.

 

 

Adiós hambre… hola depresión.

 

 

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Su puerta fue tocada con brusquedad y él sólo se irritó. A la mierda el mundo, ¿qué no veían que se quería cortar las venas con una cuchara?

 

 

Abrió los ojos pesadamente, sintiéndolos enormes por haber llorado tanto esos últimos días, entonces, se quitó las colchas de encima y se levantó, pensando que, si fuera navidad, su descripción gráfica sería el Grinch. Finalmente, cuando abrió la puerta, vio a Hinata frente a él completamente preocupada.

 

 

—¿¡Qué demonios, Naruto!?

 

 

—¿Qué demonios, Hinata? —dijo ronco y ella frunció el ceño en respuesta.

 

 

—Das asco —dijo empujándolo dentro de la casa, entonces, jaló algo de su cara y el chilló—. Qué asco.

 

 

Y fui ahí cuando se avergonzó, pues, pegado a su mejilla había estado un papel lleno de mocos, Hinata negó lentamente y Naruto suspiró, ¿cuántos días habían pasado? Tres días para ser exactos, al parecer, pasó sus días de descanso llorando como magdalena, y había faltado a un día de trabajo, eso estaba mal.

 

 

—¿Qué haces aquí?

 

 

—¿Qué hago? Aparte de que no contestabas mis mensajes, tu compañero de trabajo me habló hoy para saber de ti ya que no te presentaste y no tenías ningún permiso. ¡¡¡Pensé que estabas muerto!!!

 

 

—Si me muriera, te dejaría una carta antes.

 

 

Entonces, Hinata le pegó, demasiado fuerte para su gusto, luego la chica rompió a llorar, y Naruto se dijo que estaba siendo un hijo de puta, por lo que se sintió peor, y sin dudarlo la abrazoó, sintiendo como Hinata temblaba suavemente en sus brazos.

 

 

—No digas eso —sollozó.

 

 

—Perdón, me equivoque…

 

 

—Bien —dijo separándose con rabia—. No sé qué demonios te pasa, pero me importa una mierda, nada puede ser tan grave para que se te acabe el mundo, ¿tienes cáncer? —Naruto negó—. ¿SIDA? —volvió a negar—. ¿Alguna enfermedad terminal?

 

 

—No.

 

 

—Entonces no hay excusa para tener esos ojos hinchados que tienes, y ten por seguro que me enojaré aún más contigo si no sales pronto de esta maldita casa.

 

 

—Pero…

 

 

—Naruto —sentenció y el rubio suspiró.

 

 

No le quedó de otra que ir a bañarse y quitarse todos los mocos secos que tenía en su rostro, luego se vistió, pero no lo hizo de ninguna manera extravagante, de hecho, apenas tenía ganas de levantar un dedo, y, cuando finalmente terminó, se encontró con Hinata mirando su reloj, quién al verlo listo sonrió, entonces, lo empujó hacia afuera y cerró la puerta tras él, quitándole las llaves y dándole un fajo grande de dinero.

 

 

—Tendrás que venir por tus llaves después, nos vemos.

 

 

—¿Qué? —reaccionó tarde—. ¿No vienes conmigo?

 

 

—Lo siento, trabajo. Sólo quería saber que no estabas muerto, pero tranquilo diviértete que yo invito, después de todo, no hay ninguna pena que no se consuma con el alcohol. Suerte.

 

 

Hinata se alejó rápido, cogiendo un taxi casi de inmediato, entonces, Naruto se golpeó la cabeza con su palma y caminó por la calle, y en lo único que pudo pensar fue en Gaara, no quería embriagarse, pero vale… suponía que unos tragos no podían ser tan malos.

 

 

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Sasuke gruñó al no poder concentrarse, sus colores se mezclaron tornándose de una tonalidad para nada buena. Nunca en su vida el pintar le había estresado tanto y nunca se había sentido tan incómodo en esos momentos.

 

 

Bajó el pincel, estaba harto, harto de que Naruto se colara tanto en su cabeza, así que, al diablo, estaba seguro de que en cualquier momento volvería rogándole por su amor, no tenía de qué preocuparse, después de todo, no era como si fuera a desaparecer, rió sarcásticamente al pensarlo.

 

 

—Pensé que ibas a estar más afectado —escuchó la odiosa voz de esa mujer.

 

 

—¿Afectado? —levantó la mirada y Rebeca sonrió cruel. A Sasuke no le gustó para donde iba la cosa.

 

 

—¿Acaso ese rubio no te dejó? ¿No habló contigo? ¿Acaso es estúpido?

 

 

Entonces, Sasuke conectó los hechos rápidamente y el enojo se expandió por todo su cuerpo, se levantó de inmediato y caminó directo a ella, por lo que Rebeca se asustó.

 

 

—¿Fuiste tú? —preguntó con los dientes apretados—. ¿¡Fuiste tú!?

 

 

—Sí —respondió Rebeca y Sasuke la levantó bruscamente del lugar donde estaba sentada mirándola directamente a la cara y matándola con sus ojos.

 

 

Todo su cuerpo se calentó y Dios… sí esa mujer no hubiera hablado… ¿Y cómo demonios sabía que Kenji era su hijo? ¿Acaso estaba loca? Era una acosadora y por su culpa su rubio lo había botado…

 

 

Su rubio…

 

 

—Sólo déjame decirte algo, si no fueras mujer, mi puño ya habría decorado tu linda cara —escupió las palabras y luego la soltó bruscamente, haciendo que cayera de culo.

 

 

La mujer se tornó escandalosa, pero al diablo con ese trabajo, sí, necesitaba ese dinero, pero no lo ganaría de esa manera, si no tenía para comer, aguantaría el hambre con tal de no volver a ver a esa estúpida mujer.

 

 

—¡Sasuke! —tuvo el descaro de llamarlo.

 

 

—Renuncio, se feliz con tu insignificante vida.

 

 

Y así, sin más, se fue.

 

 

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Que equivocado estaba… haber bebido fue una mala idea, después de un trago venía otro y otro, y entre más risas y menos sentimientos era mucho mejor. Así, sin darse cuenta como, ya estaba ebrio, por lo que caminó arrastrando los pies hasta su casa.

 

 

El dinero de Hinata había desaparecido en un dos por tres, de hecho, ni siquiera comió algo después de haberse sentado en la barra, Gaara le había dado el primer trago y, después de eso, mandó todo al diablo, y ahora, ahí estaba él, en medio de la borrachera arriesgando su vida para llegar a casa.

 

 

Ni siquiera recordó que podía llamar un taxi, simplemente comenzó a correr sin esperar a Gaara. Varios lo miraban de reojo, quizás no era tan nuevo ver a alguien tomado, después de todo, la cultura bebía demasiado bien.

 

 

—¿Quieres compañía? —se le atravesó en su camino una linda chica de grandes pechos, pero Naruto ni siquiera la vio, simplemente la apartó empujándola de la cabeza, lejos de su vista, entonces la escuchó resoplar indignada, por lo que se rio de su travesura, luego siguió su camino queriendo un cigarrillo que fumar, sin embargo, a pesar de todo eso, no pudo evitar ver el lugar de donas al pasar por ahí.

 

 

¿Ya había mencionado lo mucho que le gustaba las donas?

 

 

Se arrastró hacia el local y apenas pudo ponerse recto para pedir sus donas con voz pastosa, a pesar de todo fueron muy amables con él, quizás porque era cliente frecuente y lo conocían, realmente no le importó mucho, simplemente esperó paciente a que su orden saliera, y, cuando finalmente se la dieron, sonrió gustoso y comenzó a caminar de nuevo. Salió del lugar y siguió recto, entonces poco después su brazo fue agarrado, por lo que apenas y volteo a ver, escuchando un murmullo.

 

 

—¿Eh?

 

 

—Te estuve llamando y parecías no escuchar.

 

 

—¿Te he dicho cuanto amo las donas? —dijo con una sonrisa boba sin enfocar a la persona que lo sostenía—. ¡¡Las amo!!

 

 

—Lo sé —escuchó una risa, y fue ahí cuando levantó la mirada de la caja y notó a su acompañante.

 

 

—Kiba…

 

 

—Parece que estás muy tomado… Ven vamos a sentarnos y a comer esas donas.

 

 

—No te daré de mis donas —dijo haciendo pucheros, pero aun así se dejó guiar, entonces, ambos se sentaron y el castaño lo miró fijamente—. ¿Por qué me miras así?

 

 

—Por nada —sonrió tranquilamente, acariciando su cabello.

 

 

Naruto suspiró, se sentía bien, entonces cedió su caja y le ofreció a Kiba, este se sorprendió, pero aun así sonrió más ampliamente, acariciándole la mejilla.

 

 

Naruto lo miró fijamente, sin vergüenza —ya que el alcohol lo había noqueado—, y se dijo que quizás así se había sentido Kiba… Al pensar en eso, sus ojos se llenaron de lágrimas sin saberlo, todo había sido tan duro, su pecho dolía y ahora la realidad le golpeaba de nueva cuenta, ¿Kiba se sintió así? Quizás fue peor, mucho peor, después de todo, Naruto había roto su lazo.

 

 

Comió su dona llorando, y Kiba lo miró de reojo antes de suspirar, por un momento nadie dijo nada, él simplemente moqueaba y se llenaba la boca con la dona, al menos hasta que Kiba jaló su rostro y limpió sus mocos, entonces, Naruto se dijo que Kiba era alguien muy valioso.

 

 

—Lo siento… por todo —sollozó mirándolo, ahí, en la oscuridad.

 

 

Vio los ojos cafés de Kiba brillar y no pudo evitarlo, lo agarró de la cara y lo jaló para robarle un beso, un beso que comprometía todo un futuro.

 

 

Notas finales:

Mi última publicación del año.

Y así lo despido, espero les gustara y si tienen dudas por favor hacerlas.

Nos vemos


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