Naruto agarró el refresco para servirlo, aun con los mocos sueltos, trataba de sonreír aun que estuviera avergonzado por la recién escena que le hizo a Gaara.
Había pasado un largo tiempo… y de verdad la sensación de poder tenerlo de nueva cuenta era maravillosa, se sentía como un niño cuando abría un regalo en Navidad. Terminó de llenar los vasos, al mismo tiempo que moqueaba.
–Nunca nadie había llorado por mí de la manera en que lo hiciste.
–Fue la emoción. – Gaara sonrió acercándose para alborotarle los cabellos.
–Realmente me alegro poder verte, comprobar que estuvieras bien y que no fuera una mentira.
–Nunca te mentiría
–Te fuiste sin decirme nada… realmente no sé qué paso con tu vida, después de aquella etapa turbia que tuviste
–Tenemos todo el tiempo que dispongas.
–Realmente cariño, me quedaré hasta que Sasuke se largue de aquí.
–…–Naruto se puso a pensar.
–Si estás pensando en cómo alojarnos no te preocupes– sonrió grande– Podría dormir con Sai en un sillón, te aseguro que no seremos un inconveniente.
Naruto sonrió viendo el semblante pícaro de Gaara, se alegraba al saber que esos dos todavía estaban juntos a pesar del tiempo, al parecer su lazo era fuerte.
–¿Lo llevas bien?
–¿El qué? –señaló a Sai. – Tan bien como podemos, es abrumador a veces.
–¿Por qué?
–Nunca fui de parejas estables, y mucho menos él, créeme a veces queremos caer en ser infieles… pero creo que logramos entrar en razón a tiempo.
–¿Pero le quieres?
–Quererlo– bufó viéndolo de reojo y Naruto trató de no hacer ninguna mueca– Lo adoro…–Su semblante cambió a uno tierno y el rubio tuvo que morderse el labio para no hacer nada, realmente se alegraba que funcionara bien. – ¿Y tú?
–¿Yo?
–No te hagas– señaló a Sasuke descaradamente de pies a cabeza haciendo que el azabache a lo lejos frunciera el ceño.
–A-ah eso– dijo nervioso– ¿Somos amigos?
–¿Follamigos? Aunque por dios hay un niño presente, ¿cuándo quedaste embarazado y no me dijiste? –sonó burlón.
–Que gracioso– le sacó la lengua– Si pudiera quedar embarazado hubiera tenido a los hijos de medio Japón.
–Qué asco– murmuró Gaara y Naruto sonrió grande.
–Así como tú, no eres inocente Gaa-chan.
–Ya, ya– dijo sonriendo– Lo admito, pero… volvamos, ¿estás con Sasuke?
–Creo que sí… creo que es nuestro tiempo.
–…
–¿Por qué el silencio? –preguntó con miedo
–El cambio…–Naruto se sobresaltó, no podía creer que Gaara, su Gaara estaba defendiendo a Sasuke– Hace tiempo te hubiera golpeado, pero ahora… realmente espero que funcioné y que sean felices.
–¿De qué hablan? ¿Y porque señalaste a Sasuke de pies a cabeza ah? –dijo Sai llegando hacia ellos y abrazando a Gaara de la cintura.
–Dije que estaba bueno– sonrió cruel– Te supera cariño.
–¿Qué? –pegó un gritillo indignado
–No me van los pelirrojos– se defendió rápidamente Sasuke cuando Sai le fulminó con la mirada.
–¿Quién diría que Sai sería tan celoso? –el rubio se burló.
–Bueno, aunque todavía tengo espacio en mi corazón para ti– Sai se acercó demasiado a Naruto acariciándole la mejilla.
Naruto se sonrojó por la cercanía de Sai, el hombre siempre había sido una hermosura tradicional japonesa, tenía todas las características normales, pero era una belleza que sobresalía sin mucho esfuerzo, sintió a Sasuke jalarlo desde atrás, poniéndolo cerca de él.
–No lo toques mucho– mencionó inseguro al notar lo que había hecho.
–¿Y yo soy el celoso? Clarooo– se alejó en dirección a Kenji que miraba la televisión, Gaara bufó negando con la cabeza y Sasuke apretó de más su cintura, casi como queriendo asegurarse que estaba todo bien.
–Lo siento actué sin…
–No tienes por qué disculparte– Naruto sonrió acercándose dándole un suave beso en la mejilla– Gracias.
Gaara dio un largo trago a su vaso, viendo como nervioso Sasuke sonreía y Naruto le miraba con un brillo especial en los ojos, realmente esperaba que todo fuera bien.
__________________
Gaara jaló de la cintura a Sai, este bufó tratando de alejarse, la brillante ciudad se destacaba ante sus ojos en la noche fría.
–Quiero entrar por Naruto– rezongó medio tomado y Gaara negó abrazándolo más fuerte.
–Quédate aquí conmigo.
–¡No quiero!
Lo acorraló contra el barandal, y lo besó con fuerza, ejerciendo dominio de inmediato y Sai se puso flojo en sus brazos, sabiendo que el alcohol le ayudaba a mantenerlo más tranquilo que otras veces, Gaara se separó del beso con suavidad acariciando sus mejillas.
–Quedémonos aquí.
–¿Me besaras más?
–Todo lo que quieras– sonrió, Sai se sentó en el suelo y él le siguió, vio hacia adentro notando a Kenji dormir profundamente en el sillón.
Hasta hace poco habían estado tomando todos ahí afuera, pero relativamente hace poco tiempo, Naruto y Sasuke habían entrado, y Gaara no estaba lo suficiente tomado para no saber que esos tenían un aura especial, y realmente no quería interrumpirlos o que Sai interrumpiera lo que sea que pasaba a puertas cerradas.
Y ahí en medio de la noche estaban ellos, compartiendo besos y caricias.
Caricias lentas y aletargadas, besos insistentes y fuertes, besos que se prometieron y nunca fueron dados, caricias que nunca debieron de dejar de existir.
Había dos almas realmente brillando en esa noche, un lazo que se unía fuerte y eterno.
El rubio se abrazó más al cuerpo que le sostenía, realmente comenzaba a marearse, pero Sasuke era insistente, sus labios jugaban con él, sus caricias lo tenían relajado, no había nada ahí que le gritara error. Eran labios conocidos, manos perfectas, era como sentirse en hogar.
Sasuke le tocó el cuello bajado poco a poco hasta sostener su camisa, queriendo levantarla, el rubio jadeó separándose, viéndolo ahí borracho de él, sus ojos negros le reflejaban a él y solo a él. Su mirada intensa le quemaba la piel, y su respiración agitada chocaba contra la suya.
Casi en un ruego mudo, Sasuke pregunto si podían seguir.
¡Dios sí! Naruto jaló la camisa contraría, sacándola, notando rápidamente aquel tatuaje que había extrañado tanto de ver, sus manos picaron por acariciar aquel perfecto cuerpo, sus ojos se cristalizaron y acarició con fervor aquel tatuaje, Sasuke besó su sien acariciándolo con amor.
Naruto se quitó la camisa y volvió a besar los labios calientes del azabache, Sasuke lo jaló un poco acariciando la curvatura de su redondez, para bajar la licra un poco, jadeó sin aire cuando jugó con su lengua al mismo tiempo que tocaba su miembro.
Naruto arañó la espalda ganándose un bramido de dolor, ambos comenzaron a caminar directo a la cama, y sin mucho cuidado el rubio se dejó caer en la cama, viendo como Sasuke se desabrochaba los pantalones.
¿Acaso el alcohol le estaba jugando una mala pasada? Realmente no se sentía así. Él quería hacerlo, el de verdad quería sentir el pasado regresar, en una mejor versión.
–Realmente quisiera pintarte así.
–¿Todo feo y acalorado?
–Todo despeinado y amado…
Naruto se sonrojó, Sasuke subió a la cama poniéndose rápidamente sobre él, abriéndose espacio dentro de sus muslos, acarició con suavidad desde sus labios hasta su ombligo, bajando con lentitud su dedo.
Realmente grabándoselo en la memoria.
–Eres la pintura eterna que quiero recordar siempre.
–B–basta…
–Eres tan hermoso– Sasuke buscó sus labios, mordisqueándolos y tomando todo de él, sus labios chocaban en un compás abrazador, sus lenguas jugaban entre sí, mientras las manos de Sasuke terminaban de bajar su licra y su bóxer, separándose solo para poder sacarlas de sus piernas.
La vergüenza de sí mismo creció en él, pero Sasuke nunca le dio importancia, beso cada parte de él, su cuello, su pecho, su pancita rellenita.
Sonrió dentro de eso, sonrió casi llorando. Nunca se había sentido tan respetado y amado con nadie.
Sasuke realmente se estaba tomando su tiempo, hasta que llego a su miembro, Naruto contuvo el aliento, al sentir como era besado, poco tiempo después su miembro fue agarrado y la húmeda boca de Sasuke lo tomó, se sorprendió un poco, pero gimió largo cuando Sasuke succionó con un poco de fuerza.
Trató de cerrar las piernas, pero Sasuke las extendió más, sus manos grandes agarraban con fuerza sus muslos al mismo tiempo que su boca hacia magia en él.
Sintió su vientre calentarse, y su miembro ponerse realmente duro, sus manos apretujaron las sabanas, y jadeó sin aire, viendo el techo, bajo la mirada para ver como Sasuke realmente tragaba su pene. Fue una vista completamente erótica.
–B–basta– gimió
Sasuke entendió de inmediato alejándose un poco, besando sus muslos, haciendo chupetes que se verían después, Naruto contrajo su cuerpo, corrientes eléctricas pasaban por su cuerpo.
–Sasuke– gimió.
–¿Umh? –dejo un marca antes de subir para verlo.
–Duele– sonrió apenado.
–Lo siento– menciono alejándose, poniéndose cara a cara– La emoción. –Volvieron a besarse– ¿Puedo entrar?
Asintió sonrojado, señaló la mesita de noche, Sasuke se alzó lo suficiente para alcanzar el tarro de lubricante y un condón, Naruto abrió más sus piernas, sabiendo lo que venía y no pudo evitar gemir anticipadamente, realmente estaba ansioso de mover sus caderas contras las contrarías.
Sasuke abrió el lubricante y llenos sus dedos con un poco de ello para luego llevarlos a su entrada, jugó un rato con ella, haciendo presión hasta que metió uno, el rubio gimoteó estirándose, Sasuke besó su cuello mientras metía el segundo, hubo un poco de resistencia, pero después de un rato fue acogido.
Sus dedos entraban y salían, casi con suavidad, explorando con lentitud, hasta dar con su punto dulce, gimió alto cuando lo logró, Sasuke sonrió y dirigió toda su atención ahí.
–Ya– gimió alto– Dentro. –demandó casi sin voz
–Naruto– dijo ronco.
Bajó el bóxer de sus caderas dejando ver a Naruto lo duro que realmente estaba, su pene estaba erguido con orgullo y su pre-semen bajaba, podía notar como Naruto movió las caderas deseoso.
Agarró el codón poniéndoselo, agarrando un poco de lubricante para su miembro, cuando estuvo preparado alineo su pene contra la entrada haciendo presión, sus caderas ansiosas empujaron abriendo un poco a su compañero, el rubio cerró los ojos y apretó los brazos de Sasuke.
Realmente había pasado un largo tiempo de tener algo realmente así de grande, era doloroso, y el ardor se expandió, siseó cuando lo sintió entrar todo, estaba lleno, y adolorido.
Pero valía la pena, lo valía cuando veía el rostro sudado de Sasuke, la mueca de placer y sus labios rojos expirar roncos gemidos.
Sasuke lo abrazó levantándolo un poco, y empujó, Naruto gimió jalando el pelo de Sasuke y realmente después de eso, todo fue fuerte, las caderas codiciosas de ambos buscaban su placer, el placer contrario.
Sasuke empujó brusco contra él y Naruto le recibió, sus brazos se apretaban con fuerza al cuerpo contrario mientras susurraban palabras y gemidos, el cuarto se sentía caliente y sofocante.
Sus pieles brillaban bajo la luna y luces, sus ojos conectaban con cada penetración, gritando cuanto se adoraban y Naruto sonrió sincero.
Sasuke paró tan solo un rato desconcertado, pero al notar el mismo sentimiento que el rubio tenía sonrió.
Era cálido, realmente cálido.
Reanudó los movimientos lentos, saliendo casi por completo para entrar fuerte, el rubio deformó la cara en placer, y Sasuke no pudo evitar clavarlo contra la cama sosteniéndolo con fuerza, cubriéndolo con su cuerpo sin dejarle un tan solo espacio, rozando sin piedad el pene del rubio con su abdomen.
Era cálido, y era hermoso. El hombre que amaba estaba entre sus brazos, había pasado mucho tiempo para ello y valía toda la espera del mundo
–Te amo– jadeó sin voz y Naruto se congeló… Sasuke… Sasuke le había dicho que le amaba.
El azabache lo vio a los ojos, embriagado por el sexo y el alcohol, y Naruto le vio asombrado, casi con temor, pero Sasuke mordió su labio sin parar, jadeando ronco.
–Te amo– repitió– Realmente lo hago, te amo.
Y Naruto volvió a llorar ese mismo día por segunda vez.
Lloraba como un niño en los brazos que le acogían con fuerza, y que no se despegarían de él, por el resto de sus vidas. Porque dos almas destinadas siempre se reencontraran no importa en qué época y en qué tiempo.
Porque están destinadas a ser, uno para siempre.
Fin