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Tu destino está atado al mío por yue-sama

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Notas del capitulo:

Hola!! Lo prometido es deuda, aquí mencionare las referencias que ocupe:

 

La primera: floricienta, la canción ‘’flores amarillas’’

 

‘’Ella sabía que el sabia, que algún día pasaría, que el vendría a buscarla con sus flores amarillas’’ hice referencia cuando la puerta de Naruto es tocada y ve que hay un ramo de flores amarillas y que él pensó que sasuke podría llevárselas.

 

La segunda: pingüinos de Madagascar ‘’bonito y gorditos muchachos, bonitos y gorditos’’

 

Aquí están los dedicados de este cap, muchas gracias por participar:3

Angiemera

AlexMichaelisBreak

lyric13

VickyH132

pinguinaitor92

ChicaOtaku35

maesrin

Era la mierda más grande que le podría haber pasado; todos entraron al edificio completamente empapados, el cabello de Naruto, antes puntiagudo, ahora caía sobre su rostro dándole una apariencia lamentable, al verlo, varios de sus compañeros se sorprendieron y corrieron hacia él con algo para secarlo, el rubio agradeció con una leve sonrisa, y suspirando volteó, encontrando tras de sí lo que menos pensó que le podría pasar.

 

Sasuke y Sai estaban sacudiéndose como si fueran perros, dejando grandes charcos de agua en el suelo, provocando que Naruto rodara los ojos, al parecer, el bendito globo de “Lo siento” se había ido volando y quizás ahora ya estaba roto por la lluvia, mientras que su pastel seguro estaba tan mojado como ellos.

 

Luego miró al otro azabache presente, tan tierno como lo recordaba de sus locas vacaciones en Bangkok, su precioso tailandés estaba ahí, con su collar pegado al cuello y una sonrisa tímida dirigida a él, enmarcada con su bello pintalabios rosa, ese que tanto le había gustado. Sintió otra mirada puesta en él y rápidamente la devolvió, encontrando a su castaño, su primer amor, Kiba…

 

Se acercó con cuidado y posó su propia toalla encima del castaño, mirándolo a los ojos mientras este también lo miraba, entonces sacudió un poco el cabello mojado de Kiba y sonrió, haciendo que el castaño también sonriera y acariciara su cara, sin embargo, el rubio se alejó un poco, estaba en su trabajo y no quería ser despedido, al diablo si se enteraban de que era gay, simplemente no quería hacer un escándalo que provocara que lo echaran.

 

Un momento después miró otra toalla y la agarró, yendo de inmediato hacia el azabache que lo miraba con un tierno puchero, por lo que el rubio se mordió el labio para no sonreír. Pasó la toalla por los delicados hombros y acarició dulcemente las mejillas, que pronto tomaron color.

 

—Cuanto tiempo, Haku…

 

—Lo mismo digo, Naru —dijo feliz, alzando los brazos para que el rubio lo agarrara, y por supuesto que Naruto tuvo que ceder un poco.

 

—Estás tan lindo como te recuerdo.

 

—Basta —dijo rojo—, haces que me sonroje —entonces el rubio sonrió, pero luego recordó su desconcierto.

 

—¿Qué haces aquí, Haku? —preguntó suavemente, sin tratar de sonar brusco, ya que, ciertamente no era como Sasuke.

 

Haku sonrió enormemente y buscó enredar los brazos en su cuello, pero Naruto se alejó suavemente negando un poco, el pelinegro asintió, y, cuando parecía que iba a contestar, escuchó el claro bufido de Sai.

 

—Al parecer, sólo a ti te manda a la mierda —dijo lo suficientemente alto para que Naruto lo escuchara—. Estás muy mal, hermano.

 

—Cállate —dijo Sasuke.

 

—Bueno —contestó Sai relajado—, yo no quiero morir congelado como tú.

 

Y así, como si nada, Sai se acercó rápidamente a él y lo jaló del brazo. El rubio lo miró un tanto confundido, pero notó que Sai parecía un poco perdido, intentando encontrar el lugar al que se suponía que tenía que ir.

 

—¿Qué buscas? —dijo Naruto y Sai se detuvo brevemente para mirarlo con una sonrisa.

 

—¿El baño?

 

—Por aquí —se rió fuerte, y esta vez fue él, quien comenzó a guiarlo llegando rápidamente al baño.

 

Entonces, Sai hizo unos movimientos raros, y luego, al confirmar algo, Naruto se sorprendió cuando se fue contra él, tanto, que estuvo a punto de apartarlo de un manotazo, pensando que quería propasarse con él, sin embargo, grande fue su sorpresa al notar como Sai se enrollaba en su cuerpo, buscando calor y metiendo su cabeza en su cuello, casi como un gatito buscando mimos. La escena era un poco graciosa, ya que Sai era alto y tenía que encorvarse de una manera un poco antinatural, pero el rubio se conmovió, así que se dejó abrazar, mojándose de nueva cuenta.

 

—Gracias —dijo Sai.

 

—Te conseguiré una toalla para que puedas secarte —se separó y se dirigió a la puerta, pero la voz de Sai lo detuvo y le hizo sonreír.

 

—Eres tan bello, que pareces un sueño.

 

¡Diablos, había encontrado un buen hablador!

 

*

*

*

 

No fue raro que, cuando lo vieron tan mojado, lo mandaran de regreso a casa nada más al parar la lluvia, sin embargo, por más que tomó té y algunas pastillas, no puedo evitar la enfermedad. Por su parte, odiaba enfermarse, tenía meses sin enfermarse de gripe, bueno, ¡ahora hasta pensaba que podría tener pulmonía! Apenas podía levantarse de la cama, tenía una gran fiebre y estaba agotado.

 

Se movió un poco, sintiendo sus músculos tirantes, y luego se levantó con papel en su nariz, tenía que comer algo, o de lo contrario, de verdad podría morir. Miró su cama hecha un completo desastre, había muchos papeles con mocos regados por doquier, pero le importó poco en ese momento, sólo se sacudió y fue a la cocina tambaleándose, evitando caer gracias a que se agarró de las sillas del comedor.

 

Cuando Haku entró por la puerta, el rubio suspiró y asintió, notando que traía con él varias medicinas, parecía preocupado y un poco triste. Se apresuró a llegar a él para sostenerlo y Naruto se dejó, aun cuando el pequeño cuerpo de Haku no parecía tener la fuerza suficiente para cargarlo si caía de verdad.

 

—¿Qué haces aquí parado? ¡Te dije que ya volvía! —dijo haciendo esos pucheros que de verdad le gustaban.

 

—Tenía que comer —dijo tosiendo—. Lo siento.

 

Haku comenzó a caminar arrastrando a Naruto para luego empujarlo contra la cama, y taparlo, después, salió corriendo para volver con una compresa helada, que colocó en su frente, y algunas medicinas. Lo cuidó con paciencia y el rubio sólo pudo suspirar mirándolo, hasta que sus ojos no dieron para más, entonces los cerró y durmió.

 

Sus ojos volvieron a abrirse un rato después, notando que Haku venía con una bandeja de comida, tenía toda la cara embarrada e incluso pudo ver un poco en su cabello, y ni qué decir de su ropa.

 

Naruto se sentó sonriendo, ya se sentía un poco mejor y más consciente.

 

—Iba a despertarte para que comieras.

 

—Eres tan tierno —dijo—. Ahora recuerdo porqué me fijé en ti —entonces el pequeño suspiró.

 

—Me alegra escuchar eso —dijo tímido—. ¿Qué pasa? —preguntó al verlo con el ceño fruncido.

 

—¿Por qué estás aquí, Haku? —dijo el rubio—. No es que no esté alegre, pero no me lo esperaba.

 

—Sé que fui un romance de una semana, pero de verdad quería volver a verte… Te quiero mucho, Naruto.

 

Bueno, hay que confesar que el rubio no era para nada un santo, ciertamente, desde que descubrió su sexualidad había probado muchas cosas, y muchos hombres, era un dolor el hecho de ver los lazos, a veces estaban unidos a sus mejores amigos y otras a completos extraños que pasaban a sus lados. Se había contenido muchas veces de empujar a su acompañante en turno con su destinado, tan sólo por puro egoísmo, y ese había sido el caso de Haku, pero es que él era un niño precioso, había captado su atención por completo, y, cuando conoció a su destinado, fue lo suficientemente egoísta para elegir no presentarlos.

 

Había sido en las vacaciones que coincidieron con su cumpleaños 24, él y Hinata viajaron a Tailandia, y bueno, pasaron tantas cosas, siendo una de ellas el azabache, fue pasión, ardor, fogosidad y un poco de amor; nada para futuro, pero sí un rico presente.

 

Ahora, Haku estaba ahí, diciéndole que lo quería, y Dios, no sabía qué hacer. Antes no se sentía atado a nadie, pero ¿ahora? Ahora sentía una gran responsabilidad con Sasuke, aunque estuviera más lejos del peliazul que cualquier otra persona.

 

—No quiero sonar grosero… —comenzó Naruto, pero Haku le interrumpió rápidamente.

 

—Cuando vine, nunca pensé en que fueras mi pareja de toda la vida, simplemente quería volver a ti, y ver si, por lo menos, aun recordabas mi cara.

 

Naruto volvió a sonreír, se rendía, no estaba en sus cabales como para pensar bien y decidir, así que se hizo a un lado y levantó la colcha, agradeciendo que Haku se metiera con él a la cama, aun cuando tenía mocos por doquier.

 

*

*

*

 

—¡¡Toma!!

 

—Déjalo ahí —dijo cortante.

 

—¡Pero si sigues bravo! —se burló—. Déjalo ya, el rubio es libre de andar con quien quiera, además, no le metí mano.

 

—No puedo creerte.

 

—¿Qué? —dijo sorprendido al notar a Sasuke molesto.

 

—No puedo creerte. Te conozco lo suficientemente bien como para saber qué hiciste algo más.

 

—Sólo busqué calor, ni siquiera lo besé. ¡Carajo! ¡Estás celoso! Sasuke “Comparto todo” Uchiha está celoso —gritó.

 

Sasuke brincó en su lugar y lo fulminó con la mirada —casi como si lanzara dagas con los ojos—, entonces Sai sonrió con burla, de una manera cruel, pero es que simplemente no podía creerlo.

 

—Ya no hablaré más de ello.

 

Y así, se fue lejos de ahí, enfurruñado como un pequeño gnomo, entonces Sai rió divertidísimo con toda la situación.

 

—¡Pareces gruñón! El de los siete enanitos de blanca nieves, con tu enorme nariz y balbuceando maldiciones por todos lados —y se fue de ahí cuando escuchó a Sasuke prometerle la muerte más dolorosa de su vida, ya que, bueno, Sai apreciaba mucho su vida.

 

Sasuke lanzó su ropa al cesto haciendo muecas y apretando los puños, ¡pues claro! ¡Claro que estaba celoso! ¡¡No tenía ni puta idea de lo que Sai había hecho en el baño con su rubio!! ¡¡Porque sí, era su rubio!! Así que, el simple hecho de que se lo llevara a rastras, y luego volvieran siendo miel el uno con el otro, lo dejó con la sensación más amarga de su vida. Si hasta había comprado una porción de pastel muy bien decorado para ese ingrato rubio. En esos momentos odiaba a Sai.

 

Se tiró a la cama y tapó su cara con la almohada, parecía un pequeño niño de secundaria comportándose así, pero la realidad era que odiaba sentirse así de acorralado, como cuando un animal está herido, él no dudaría atacar.

 

¡Dios! Tenía que ver al rubio a como diera lugar.

 

*

*

*

 

Una semana pasó y el rubio por fin volvió al trabajo, su enfermedad había menguado y ahora sólo quedaba la sombra de lo que fue, nada más que una leve tos y ya nada de mocos.

 

Salió de su oficina bien abrigado, pues sentía que cualquier vientecito podría volverlo a la forma en la que había estado hace unos días, y sí, quizás exageraba, pero no quería arriesgarse.

 

Vio una venta de flores muy cerca, y, al ver unas hermosas gerberas, no pudo evitar recordar al azabache que dormía en su casa, ese que lo había cuidado con esmero, así que se acercó, y, con la mejor sonrisa que tenía, compró una de color rosa, luego se alejó y pasó por el parque —la misma ruta de siempre para volver a su casa—, notando a los pequeños bebes yendo de aquí para allá con sus estridentes risas y llantos, ese era un placer que él nunca tendría, así que prefirió apartar la mirada, cuando de repente, un fuerte dolor se plantó en su cabeza y el gran impacto lo empujó hacia atrás, haciéndolo caer al suelo, confundido, miró en la dirección en la que esa pelota había sido lanzada y abrió la boca al ver como Sasuke corría a su dirección con dos balones más, su enojo creció y se levantó incrédulo, sobándose la zona lastimada, ahí donde la marca de la pelota había quedado.

 

El peliazul llegó jadeando y comenzó a hablar entrecortado.

 

—T-tenía que d-detenerte…

 

—¿A si? —dijo Naruto con ironía—. ¿Con una pelota en mi cabeza? —dijo alterado.

 

—Yo, buenoo… No...

 

—Sa-chan…

 

Naruto se contuvo de hacer algo más al ver salir de detrás de las piernas de Sasuke a un tierno azabache, tan chiquitín que podía esconderse ahí sin problema, sus ojos negros le dijeron a Naruto que esa era una característica de los Uchiha. Tragó duro ante el simple pensamiento de que ese niño fuera el hijo de Sasuke, lo que le faltaba, un mini Sasuke corriendo de aquí para allá. Notó que sus mejillas regordetas estaban rojas por el esfuerzo de haber corrido detrás de Sasuke, así que le pegó al peliazul directo en las costillas, sacándole el aire.

 

—¿¡Cómo se te ocurre hacerlo correr tanto!? —dijo Naruto señalándolo—. ¡Ten más responsabilidad!

 

—No lo regañe —dijo el pequeño—. Yo lo quiero mucho.

 

En ese instante el rubio se sintió herido, claro que parecían padre e hijo, asintió dándole una temblorosa sonrisa al pequeño y comenzó a caminar nuevamente, pero el fuerte brazo de Sasuke le detuvo de nuevo, mientras lo miraba con el ceño fruncido.

 

—Ve a jugar allá, Kenji —dijo dándole una pelota, el pequeño asintió y fue rápidamente—. Es mi sobrino.

 

El rubio lo miró sorprendido, fue casi como si le leyera los pensamientos, aun así, se sintió un poco aliviado, entonces, el peliazul se pegó a él rápidamente, ladeando su cara y presionando la zona lastimada, por lo que el rubio no pudo evitar jadear de dolor.

 

—Eres una bestia —dijo quedito—. ¡¡Me lanzaste un balón!!

 

—Fue tu culpa —bramó—. Te busqué durante una semana fuera de tu trabajo y no apareciste, y ahora que al fin te veo, estaba demasiado lejos de ti cómo para que te dieras cuenta de mi presencia. Tenía que detenerte como fuera.

 

—Pues eso no fue nada romántico —el peliazul sonrió de lado mirándolo directo a los ojos.

 

—Pues no buscaba serlo, princesa.

 

—Era de suponerse —dijo devolviéndole la sonrisa, luego, Sasuke se acercó demasiado y el rubio se tensó, ¿en serio Sasuke estaba dando chance de que pasara algo entre ellos? ¿Había bajado las barreras de esa manera? El rubio sonrió y se paró en puntitas y pronto sintió las manos de Sasuke en su rostro, por lo que fue inevitable que buscaran sus labios.

 

Naruto gimió de gusto al sentir esos labios contra los suyos, atrás quedaba la confusión y los malos ratos, el simple hecho de estar ahí, besando a Sasuke, era para quedarse sin aliento. Por su parte, Sasuke bajó sus manos a la cintura del rubio, apretándola y acercándolo más a él, siendo rudo sin poder contenerse de mordisquear los labios contrarios, deleitándose con ellos, entonces el rubio se separó con una gran sonrisa de diablo que dejó completamente confundido a Sasuke, segundos después, pasó sus manos por el cabello del peliazul mientras lo abrazaba por el cuello, se acercó a su oído y le susurró al mismo tiempo que jalaba su pelo suavemente.

 

—Sabía que tarde o temprano caerías, pero sigue luchando por mi atención, bebé.

 

Y así, sin más, se separó de él y comenzó a caminar lejos de ahí, con un suave meneo de caderas, mientras tanto, el peliazul lo miró serio hasta que una gran sonrisa adornó su rostro.

 

Esto parecía guerra.

Notas finales:

Espero les gustara, si es así quisiera saberlo.

 

Quisiera aclarar algo antes que se pueda hacer un malentendido, naruto en este fic es un poco más libre de lo que ha sido en mis anteriores fics, y espero que eso no cree choques.

 

Si tienen dudas por favor decírmelas, y de verdad muchas gracias por el apoyo que le han dado a esta historia.

 

Nos vemos el próximo jueves.


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