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Tu destino está atado al mío por yue-sama

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Notas del capitulo:

Hola! espero me disculpen por no publicar antes, pues e tenido varios problemas, y pues los ánimos se me han ido un poco, la creatividad me a menguado y bueno...

Igualmente muchas gracias por el apoyo a la historia.

Sin más aquí el cap

Naruto se levantó gustoso de su cama, amaba poder dormir más de 8 horas y despertar como una lechuga fresca, era reconfortante y sentía que podía recuperar su belleza para así no ser la malvada madrastra de cenicienta todo el día. Se contempló en el espejo, admirándose, claro que era hermoso, y después de lo que había pasado con Sasuke, su ego se había elevado tanto, era como sentirse con súper poderes; se sentía imparable.

 

 

Hoy era su día libre, su día sagrado para hacer lo que le plazca y ser feliz, pero la emoción que bullía en su interior apenas le había dado chance de pensar en otra cosa que no fuera Sasuke y el beso. Su primer beso consciente con Sasuke, sus labios calientes encima de los suyos, rudos como su dueño, ahora no sabía qué hacer para dejar de suspirar.

 

 

Miró su celular y frunció levemente el ceño, ahí se quedaba su día apacible y de buen humor, ¿qué le costaba a la vida dejarlo ser feliz por una vez? Se dirigió rápidamente al baño para asearse, y alistarse lo más rápido posible, cuando estuvo listo, salió de su casa y se montó en un taxi, dio la dirección de su destino, y, cuando llegó, se bajó de inmediato, pagando y alejándose rápidamente hasta encontrarse frente al bar de Gaara, encontrándose con que el letrero estaba apagado y el kanji de rojo no resaltaba. Abrió la puerta oscura, ya que, aunque sabía que parecía cerrado siempre iba a estar abierto para él; pudo ver al pequeño Gin barriendo el piso con la mirada gacha que alzó rápidamente al escuchar la campanita, suspiro cuando vio a Naruto.

 

 

—¿Qué fue lo que pasó?

 

 

Gin estuvo a punto de hablar, pero se quedó callado al escuchar como Gaara interrumpía.

 

 

—No pasó nada. Gin, ve a contar cuantas botellas de licor quedan.

 

 

—Sí —dijo obediente y Naruto frunció el ceño.

 

 

Cuando revisó su celular al despertar, notó el mensaje que Gin había mandado, lo recibió en la madrugada de ese mismo día, pero al estar dormido no lo había visto, al menos no hasta levantarse, sin embargo, este sólo había mencionado que Gaara estaba en peligro.

 

 

Naruto se acercó a Gaara y lo escudriñó buscando algún signo de que estuviera mal, pero no fue hasta que vio su cara gacha que se dio cuenta de lo que pasaba, entonces se acercó al pelirrojo lo suficiente como para intimidarlo y levantó su cara, pero Gaara sólo lo empujó.

 

 

—¿Qué crees que haces?

 

 

—Déjame verte —dijo Naruto—. ¿Qué escondes?

 

 

—Nada de tu incumbencia, cariño —trató de sonar normal, pero hubo algo en su tono de voz que lo delató ante Naruto.

 

 

El rubio volvió a acercarse y levantó con firmeza la cara de Gaara, notando el exceso de maquillaje en la pálida piel, y, aunque sabía que Gaara se maquillaba, estaba seguro de que nunca había necesitado de tanto, así que, con cuidado, restregó esa parte de piel y vio cómo el pelirrojo arrugaba la cara con dolor, en ese instante Naruto comprendió todo; ante él la piel se mostró maltrata, comenzando a tornarse un poco oscura.

 

 

—¿Qué pasó? —dijo suavemente mientras Gaara rehuía su mirada.

 

 

—Un cliente quiso propasarse con él —dijo Gin y Gaara lo fulminó con la mirada.

 

 

—De verdad, esto no tiene nada que ver contigo, cariño, despreocúpate, no entiendo porque este niño te lo comento.

 

 

—¿Por qué piensas que no me importa? ¡Eres tan especial para mí como para Gin! —se defendió Naruto—. No puedo creer que te pusieran una mano encima.

 

 

—Fueron más de una —murmuró Gin y el rubio abrió sus ojos sorprendido, miró al pequeño pelirrojo levantándose la camisa y mostrando una opaca magulladura—. Me metí para defenderlo, pero me golpearon, Gaara se descontroló y fue ahí cuando lo golpearon. Nunca había pasado eso antes, estaba muy asustado.

 

 

—Diablos… Perdón por no responder —se disculpó de inmediato.

 

 

—Ya pasó, no es como si me fuera a morir por esto, sólo es un golpe.

 

 

—Esos desgraciados se las verán conmigo —masculló decidido el rubio.

 

 

Gaara sonrió de lado y sacó una cerveza, ¿qué si era temprano para beber? Al diablo.

 

 

*

*

*

 

 

Cuando sintió un brusco movimiento a su lado no pudo evitar abrir los ojos desorientado, lo primero que sintió fue el sabor amargo en la boca y el leve dolor de cabeza, luego miró una mata de pelo rojo moverse frenéticamente para finalmente levantarse de la cama e irse.

 

 

—¿Gin?

 

 

Dios, ¿cómo acabó en la misma cama que Gin?

 

 

El pelirrojo lo miró y apenas sonrió, parecía agitado y azorado, ¿cómo demonios…? Ah, ¡claro! Ahora se acordaba, pasaron casi toda la tarde bebiendo y hablando de estupideces, había ayudado a Gaara y Gin a limpiar el lugar, poniendo todo en orden para la jornada de la noche así que había terminado muerto de cansancio y ebrio —levemente—, así que, cuando había tocado la cama, simplemente se había quedado dormido, claro que no contaba con que Gin hubiera tomado el mismo rumbo.

 

 

Se levantó y se frotó los ojos, la claridad del día había quedado atrás, ahora estaba oscuro y la música se escuchaba fuerte debajo de ellos.

 

 

—¡Gaara-san no me despertó! —dijo apurado para luego salir del cuarto rápidamente.

 

 

Naruto hizo una mueca y se levantó, estiró su camisa y luego salió acomodándose el cabello, buscó su celular entre sus ropas hallándolo y viendo la hora, pasaban las 11 de la noche. Bajó los escalones lentamente y miró el ambiente al tope, quizás tenía que ver con que era sábado por la noche. Volvió a frotar sus ojos y notó al pequeño Gin atendiendo la barra, así que se acercó y se metió para ayudar al pobre chico, sin embargo, algo más llamó su atención a lo lejos, Gaara estaba recogiendo los vasos usados, cuando un grupito de hombres se acercó por detrás, acorralándolo, le dio mala espina y lo confirmó al ver la cara de Gin.

 

 

—¿Son esos bastardos?

 

 

—Sí —dijo suave.

 

 

Naruto sirvió su última cerveza y salió rápidamente de ahí, llegó donde Gaara, y, sin pensarlo mucho, empujó a los tipos abriéndose espacio y llamando la atención de esos hombres, ya que, obviamente, no fue nada intimidante, por lo que esos tipos sonrieron coquetos al verlo.

 

 

Tienen que entender que Naruto no es para nada intimidante, con una bonita cara y un buen culo, obviamente nadie lo consideraría un tipo rudo de pelea, y eso… eso irritaba mucho al rubio.

 

 

—Déjenlo en paz —demandó.

 

 

—¡Pero si son los hombres más bonitos de todo este lugar! —dijo uno de ellos.

 

 

—¿Y si sólo nos los cogemos y ya?

 

 

—¿Acaso son imbéciles? —bramó el rubio y lo tipos fruncieron el ceño.

 

 

—Basta, Naruto —dijo Gaara—. Sólo están tomados.

 

 

Sin embargo, Naruto no pudo evitar irse contra uno de ellos cuando vio cómo le daban una nalgada a su amigo, a la mierda todo… Se prendió de él y lo golpeó fuertemente haciendo que se tambaleara, y, estaba seguro de que si ninguno de los otros lo hubiera agarrado hubiera terminado patéticamente contra el suelo.

 

 

—Si no quieren que llame a la policía váyanse —llegó Gin con su dulcecita voz temblorosa.

 

 

Los 4 hombres gruñeron molestos y dejaron de mala gana los vasos, para luego salir de ahí, por su parte, Naruto estaba enojadísimo, ¿cómo era posible que Gaara no hubiera reaccionado negativamente? Estaba seguro de que, si alguien le hubiera tocado el trasero a él, tendría asegurada una nariz rota.

 

 

—¿Pagaron los tragos? —dijo el rubio y Gin negó—. Esto es ridículo —dijo ofendido y rápidamente salió de ahí tras esos hombres.

 

 

Los vio a unos cuantos metros por enfrente de él, y, sin pensarlo mucho, se fue contra ellos, agarrando a uno del brazo y desafiándolo con la mirada.

 

 

—Pero si es el bonito puto del bar —escupió uno de ellos—. ¿Acaso quieres más?

 

 

—Ustedes no pagaron sus bebidas, así que vuelvan y paguen —dijo con repudió viendo mal al tipo que le había hablado.

 

 

—¿Por qué deberíamos hacerlo? —dijo al tipo al cual le pegó—. Nos echaron —sonrió victorioso.

 

 

—Porque son unos asquerosos cerdos.

 

 

—Para eso están esos lugares —dijo—, para cogerse al que sea.

 

 

—Sólo si tienen el puto consentimiento, de lo contrario es una violación o acoso sexual, así que aparte de violador, eres estúpido.

 

 

Por supuesto que no fue una sorpresa el golpe que fue directo a su pómulo, lo hizo retroceder y sisear por el dolor para luego mirar con odio al tipo, que sonreía prepotente. Maldito idiota.

 

 

Naruto se fue contra él y el caos comenzó, sintió varios brazos queriendo despegarlo del tipo, pero ambos se golpeaban fuertemente, el alboroto en la calle se volvió grande, ya que no era tan común ver peleas de ese tipo, por lo menos no frente a la sociedad.

 

 

Cuando finalmente fue empujado hacia atrás, respiró agitado mirando al hombre sangrar y eso lo hizo sentir mejor a pesar de que le dolía cada golpe en su piel, tan distraído como estaba, tardó un poco en notar el brazo alrededor de su cintura y estuvo a punto de hacer nuevamente un escándalo, pero una voz lo contuvo.

 

 

—¿Qué diablos te pasa, princesa? —dijo la voz de Sasuke—. ¿¡Por qué demonios estás peleando así!?

 

 

Naruto se sintió aliviado cuando miró de reojo a Sasuke, Dios, ¿por qué era tan hermoso? Tenía el ceño fruncido mirándolo y pidiéndole una muda explicación, el rubio suspiró, no era el momento para decirle esas cosas, no cuando tenía a esos 4 cabrones enfrente de él.

 

 

—¡Esa puta dejó así a mi hermano! —Bramó uno de los 4—. ¡Si eres su dueño controla más a tu puta!

 

 

—¿¡Cómo!? —Dijo ofendido Naruto—. ¡Maldita sea!

 

 

Sasuke apretó más su cintura pegándolo a su cuerpo y reteniéndole de irse nuevamente a los golpes, Naruto estaba por quedarse sin lengua por estar mordiéndola tan fuerte para evitar gritar tantas soeces como fueran posibles.

 

 

—No vale la pena —sentenció Sasuke en un modo grácil—. Nos vamos.

 

 

—Sí, claro —salió el lastimado—. Tú no pareces ser muy inteligente para tener a un salvaje como él, pero no te culpo, tener un culo como ese para joder todas las noches, mhm… —gimió ronco y miró con lascivia el cuerpo de Naruto.

 

 

El rubio sintió repulsión y se le revolvió el estómago, pero su sorpresa fue mayor al notar que Sasuke lo soltaba, y, antes de poder reaccionar, lo vio pasar a su lado yéndose contra él hombre, entonces el rubio se desconcertó, pero luego la emoción subió, no podía creer que Sasuke estuviera defendiéndolo. Comenzó a saltar como un niño pequeño y hacer mates de golpes.

 

 

—¡Sí! ¡Sí, así Sasuke! ¡¡Golpéalo así!! —dijo gritando, y luego, al ver cómo se iban todos contra Sasuke se metió lanzando golpes.

 

 

Esa noche fue todo un espectáculo para los ojos curiosos.

 

 

*

*

*

 

 

Gemidos y jadeos se escuchaban en todo el cuarto oscuro, dos cuerpos retozaban encima de la amplia cama mientras se restregaban uno contra el otro. Ambas bocas se buscaban sin tregua, y las manos ansiosas exploraban por encima de la ropa; era como un hechizo sumamente fuerte, la atracción era demasiada como para negarla, pero bastó tan sólo un mal movimiento para cortar el ambiente lujurioso, siendo reemplazado por el sonido de un gemido de dolor, que los hizo separar sus bocas.

 

 

—¿Cómo demonios terminamos así? —bramó excitado viendo a la presa que tenía bajo su cuerpo—. ¿Por qué carajos te estoy comiendo la boca, princesa?

 

 

—Porque te excito —dijo sin vergüenza y con una gran sonrisa de gato.

 

 

La verdad es que ni Naruto sabía cómo demonios habían terminado así, sólo sabía que habían acabado sentados bajo el escaparate de una tienda que tenía un techo lo suficientemente amplio para resguardarlos, mientras veían como llovía a cántaros, además estaban bastante golpeados, sangrando y evitando verse entre sí, simplemente estaban ahí, callados. Al menos tenía el consuelo de saber que dos de esos tipos tenían algo roto, eso lo hacía sentirse mejor, sin embargo, tampoco lo ayudaba a descubrir cómo un día que tenía que ser genial, había acabado de esa manera.

 

 

Suspiró irritado, y, cuando sintió la penetrante mirada de Sasuke en su cuerpo, él también lo miró de reojo, luego posó su cabeza en sus rodillas viéndolo de lado y sonrió, en respuesta Sasuke asintió, permitiéndole a Naruto analizarlo mejor, comenzaba a notar pequeñas cosas en él, como el semblante estoico que el peliazul siempre tenía cuando no se dedicaba a ser un niño inmaduro y molesto, o el brillo reflejado en sus aretes con las pocas luces de los carros que pasaban, y las sombras en su rostro que le resultaban hermosas, pues, aunque él no era el pintor, no podía evitar sentirse cautivado, tanto que no dudo en tocar suavemente la cara pálida con ligeros magullones de color rosa tierno, y, aunque por un momento pensó que Sasuke se alejaría bruscamente de su toque, eso simplemente no pasó, en su lugar, el peliazul lo miró con más intensidad, causando que el rubio se sintiera derretir mientras su estómago se anudaba y luchaba para no tragar tan duro.

 

 

En ese momento, dejándose llevar por un impulso —quizás por el lazo—, se acercó y Sasuke lo recibió, sus labios conectaron y un escalofrío recorrió todo su cuerpo, después de eso, todo había pasado muy rápido, entre beso y beso, habían terminado empapados y en el departamento de Sasuke, para finalmente, llegar a su cama.

 

 

Ambos compartieron besos rudos y llenos de pasión, mordiscos de labios, roces indecentes de pelvis y caricias rudas —aunque lo suficientemente delicadas para no hacer daño—. Era un vicio demasiado fuerte como para evitarlo.

 

 

Sasuke se retiró de encima de él y se dejó caer en la cama a su lado, ladeando la cabeza para verlo, entonces Naruto volvió a sonreír, sabía que su tiempo ahí se había acabado, y, aunque el ambiente había sido todo lo necesario para tener sexo, ahora se sentía ligero, se sentía correcto.

 

 

—Te veías como todo un macho peleando con esos tipos, que excitante… —se levantó de la cama escuchando la fuerte risotada que Sasuke emitió por sus palabras.

 

 

En ese momento se sintió bien, se sintió cálido y pensó que todo podría estar bien, pero a veces somos muy ilusos e inocentes, las cosas no siempre van como uno desea y más aún cuando ya tuviste la oportunidad de haber sido feliz y la rechazaste.

 

 

Así, Naruto se hincó en la cama, dándole un suave pico y se alejó, listo para irse. Quizás, después de todo, su día no había sido tan malo…

 

 

Notas finales:

Espero les gustara, porque de verdad me animaría un poco más.

Espero poder traer la conti el próximo jueves, les quiero mucho.

Nos vemos


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