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Coma profundo por Fullbuster

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Mi pasado es algo de lo que no me gusta hablar, menos cuando son cosas íntimas y de índole personal, pero… tampoco puedo negarle a ese fantasma el confesar que no soy virgen pese a que creo… que él lo es. Quizá es precisamente por esa creencia por lo que me he decidido a contarle la verdad sobre mí. Quizá el cree que me desenvuelvo muy bien en el ambiente del instituto y que parezco uno de los chicos “populares” pero realmente… no lo fui. Yo fui un número más en una lista absurda y estúpida de unos deportistas, fue esa etapa la que me hizo aprender a marchas forzadas a defenderme.


- Me ha sorprendido que supieras la definición de… esa palabra – expresa Sasuke sin querer decirme la palabra en voz alta.


- ¿Mojigato? – le pregunto para estar completamente seguro y él se sonroja, apartando la mirada hacia otro lado como si le sentase mal escucharla, como si se la hubieran repetido tantas veces que la odiase o… casi como si se odiase a sí mismo por haberla recibido.


- S-Sí – dice al final algo cohibido.


- ¿Sabes cuántas veces me llamaron “mojigato”? Perdí la cuenta en mis años de instituto, llegó a sentarme tan mal, que busqué la definición para poder defenderme aunque los estudios se me daban fatal y finalmente… la persecución de esa palabra hizo que cometiera errores, Sasuke. Tenía tantas ganas de que dejasen de llamarme así que… - me callo, porque no quiero contarle la verdad sobre mí, pero en parte, siento que él necesita escuchar algo que calme esa sensación angustiosa que soporta ahora mismo – cometí muchos errores, Sasuke y la solución no cambió las cosas a mejor. Para mí no eres un mojigato, ¿vale? Sólo… no has encontrado a la persona adecuada.


- ¿Cómo sabes que soy virgen? – me pregunta enfadado – No sabes nada de mí… yo no…


- Los rumores del instituto suelen ser mentiras – sonrío – pero muchas burlas vienen fundamentadas en algo real. Creo que sí eres virgen y me da lo mismo, de hecho, casi lo agradezco - le digo dejando escapar el aire con alivio – eres más fuerte de lo que yo fui.


Esas palabras hacen que Sasuke baje su coraza un poco conmigo. Sabe que me ocurrió algo, lo puede intuir por la forma cabizbaja en que le hablo. ¡Odio mi pasado! Lo habría cambiado si pudiera pero… yo ya no puedo hacer nada con esto.


- Me he centrado en estudiar – me confiesa finalmente, como si eso me hiciera sentir mejor – nunca ha habido una chica o un chico que me interesase a nivel… sexual – dice con cierto sonrojo – pero no soy un mojigato. Aquel día en que todo ocurrió… me escapé de clases, me dieron ese… canuto de marihuana y nos íbamos a ir a la playa. Sabía las intenciones de Suigetsu conmigo, sabía que quería sexo de mí y creí… que quizá si me dejaba meter mano un poco… ellos dejarían de…


- ¿Llamarte mojigato?


- Suena estúpido ahora que lo pienso y aun así… aun sabiendo a lo que iba, mi cuerpo aún se resistía a esa idea. El muy desgraciado me dio una palmada en el trasero en aquella tienda y yo… me devolví. Ni siquiera sé por qué lo hice cuando intentaba centrarme en que iba a dejarme meter mano pero…


- No eres así, Sasuke. Tu subconsciente te decía que no lo hicieras, es normal. Te rehusabas a la idea forzada que te estabas metiendo en la cabeza. ¡Joder! – dejo escapar al escuchar su confesión, porque ¡ya he vivido esto antes! – no hagas esas cosas, Sasuke, por favor, no… no seas como yo – casi le suplico – sólo te acabarás odiando por lo que hiciste, acabarás detestando tu pasado. No es malo ser virgen, Sasuke, de verdad.


- Dices eso porque no eres un adolescente virgen del que todos se ríen. Tengo diecisiete años y ni siquiera he besado nunca a nadie – me grita frustrado – y ahora estoy en coma y… ¿Y si me despierto dentro de veinte años? Seré un… virgen con treinta y siete años. ¡Dios! – se frustra ante la idea - ¿Qué pensarán de mí cuando tenga una relación seria y les diga… que nunca he besado? Seré un fracaso sexual.


- Yo te besaría si eso pasase – le relajo - ¿De acuerdo? Si te despiertas en veinte años y eres virgen… yo dejaría… que practicases conmigo si tanto te importa que una chica te vea mal por ser inexperto.


¡Se ha sorprendido! Lo veo en sus ojos pero no puedo decirle nada más para intentar quitar ese miedo que le posee. Mantengo la cabeza gacha y no es por él o por no querer mirarle, es porque ya no puedo cambiar mi pasado, para mí el sexo es diferente.


- Mira, Sasuke… sé que puede ser un poco estúpido pensar que el sexo es algo especial, yo creía de joven que la primera vez debía ser… perfecta, pues no lo es, no lo fue para mí. Mucha gente intenta meterte en la cabeza a qué edad tienes que hacerlo y nadie se da cuenta de que cada persona es diferente. Tienes que estar completamente seguro de que quieres hacerlo y sobre todo… que sea la persona con la que deseas hacerlo para no arrepentirte luego. Puede que la relación salga bien o salga mal, pero no te arrepentirás jamás de haber practicado sexo con esa persona, porque en ese momento estabas completamente seguro y decidido. Tú no lo estás, no has encontrado a esa persona así que no cometas errores, por favor.


- ¿Qué te ocurrió? – se atreve a preguntar, pero yo mantengo el silencio.


¡Contárselo puede que le ayude a relajarse, pero abrirá heridas que no quiero reabrir! Es una dura decisión para mí que me hace respirar con profundidad y cerrar los ojos intentando pensar con claridad.


- Él se llamaba… se llamaba… - intento recordar su nombre –. No consigo recordar cómo se llamaba – digo al final – era jugador de fútbol americano y yo, yo era un mal estudiante, virgen y que intentaba hacer amigos sin tener cualidades para ello al parecer. Un día me habló voluntariamente, ¡a mí! ¡El mojigato de la clase! Y fue… muy amable. Me ayudó a recoger unos libros del suelo que me habían tirado. ¿Sabes cómo te sientes cuando pasas de ser invisible a ser protagonista en la vida de alguien? Así me sentí yo… importante para él cuando me ayudó. Como casi siempre, me sentaba en las gradas y jugaba en el móvil mientras los otros clubes entrenaban. Él estaba allí y de vez en cuando me miraba y sonreía. Cuando acabó el entrenamiento, él detuvo un balón que iba hacia mí. ¡Me habría golpeado si no lo hubiera detenido! ¡Se sentía tan bien ser importante para alguien!


- Era un truco – susurra Sasuke.


- ¡Claro que lo era! Pero yo no lo podía ver. Estaba cegado por esa idea de que alguien hablase conmigo y me ayudase que… aunque estuviera tan claro, yo no podía verlo.


- ¿Tu y él…?


- Sí – susurré con la mirada en las baldosas del suelo y el bote de zumo todavía en mis manos, ahora apretándolo con un poco más de fuerza – yo… quedamos ese día y estaba decidido a terminar con esa burla de que me llamasen “mojigato”, yo quería dejar de ser virgen para que no me dieran más la paliza con eso pero… cuando llegué bajo las gradas del pabellón cubierto donde había quedado con él, no sé… ya me olí algo con el beso, supe que algo no estaba bien.


- ¿Qué ocurrió?


- ¿Sabes cuando dicen que el primer beso es especial? Yo me prometí que si alguna vez besaba a alguien sin experiencia, no sería como la persona que me besó a mí. Él… bueno… yo estaba contra la pared y se acercó a mí. Los nervios me mataban, era mi primer beso y no sabía cómo sería… cuando sus labios tocaron los míos, ni siquiera puedo describir la sensación, era algo nuevo y extraño. No lo sé, supongo que con tanto nervio no podía identificar todo lo que sentía. Cuando acabó… él resopló y se fue hasta la otra pared. ¿Sabes cuáles fueron sus primeras palabras? ¡No abras tanto la boca! Me quedé dolido, sentí que era una queja porque yo no sabía besar y en ese instante pensé… que yo no sería de esas personas que se quejarían o harían sentir mal al otro. Si alguna vez tenía a una persona inexperta frente a mí, lo calmaría, le tranquilizaría y trataría de ser lo más amable posible con él para explicarle cómo me gustan los besos – sonrío con cierta tristeza –. Ahí supe que no quería estar con él, así que me eché atrás y quise marcharme pero… todo se descontroló. Él no paró, empezó a quitarme la ropa y yo intenté pararle, le dije que no quería pero nada funcionó. De mi primera vez sólo puedo decirte que dolió, no me gustó y fue una experiencia horrible. ¿Y todo para qué? Para acabar como un número más en la pared de conquistas que esos deportistas llevaban. Fui… “el mojigato al que él desvirgó”, me enteré después que conseguir acostarse conmigo valía veinte puntos en su asquerosa tabla.


- Lo siento – susurró Sasuke.


- Créeme… no merece la pena que intentes forzar algo, Sasuke. Sólo sé tú mismo y sobre todo, que estés seguro de lo que vas a hacer. Pero… si tan importante es para ti que ellos no sepan que eres virgen… Te ayudaré.


La sirena llega a mis oídos indicando que debo volver a clase. Quizá de mi pasado lo único que aprendí es que no debía confiar en los demás y en la clase de persona que quería ser realmente. Al menos, ahora he cambiado, soy otra persona más segura de mí misma y que sabe defenderse, porque no iba a volver a caer en los mismos trucos, eso es lo único que me importaba ahora. Por eso me sentí tan mal al descubrir cómo trataban a Sasuke sus compañeros, por unos instantes, me identifiqué con él.


- Vuelvo a clase – digo finalmente, tirando el zumo en una de las papeleras y cruzando aquel precioso jardín hacia la puerta metálica. Sasuke ya no pronuncia palabra alguna, se ha quedado en shock con mi historia.


Bajo las escaleras hasta el segundo piso y busco nuevamente mi aula. En el pasillo es cuando me encuentro con Suigetsu, ese chico que había llamado a Sasuke “mojigato” y que al parecer… tuvo intención de acostarse con él ese fatídico día. ¡Lo odio! Y todo porque me recuerda a ese deportista estúpido que me llevó a mí a cometer el error de quedar con él y forzar una situación que no deseaba. Siento que intentaba hacer lo mismo con Sasuke y no lo soporto.


- Vaya, parece que conocías el rincón donde siempre iba a comer ese mojigato – sonríe como un idiota, pero yo sonrío también y me acercó hasta él para poder susurrarle al oído.


- Nunca podrías haberle tenido, él ya estaba conmigo. ¿Qué crees que hacía ahí arriba en los recreos? – le dejo sugerido, con lo que él cierra la boca, deja de sonreír empezando a entender que le estoy diciendo que teníamos sexo en los recreos porque yo me colaba a verle – aquel día, él me dijo que iba a ir a la playa con vosotros y que te iba a dar un escarmiento por estar siempre intentando acostarte con él. Ah… y cuando le llames mojigato otra vez, recuerda estas palabras… “Él hacía conmigo cosas que tú sólo puedes soñar, sólo yo conozco sus gemidos”.


Me separo de él y veo a Sasuke frente a la puerta del aula. ¡Sonríe! Imagino que por haberle dado una lección a Suigetsu, porque él no se esperaba que Sasuke tuviera novio, ni que realmente estuviera manteniendo relaciones sexuales. Ahora he creado una gran duda y esos rumores de que yo soy su novio… empezarán a correr como la pólvora, echando por tierra la reputación de “mojigato” que tenía.


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