¡Culpable! Así es como me siento. Tumbado en la cama como estoy, me es imposible pegar ojo. Sasuke sigue allí, frente a la ventana, mirando el jardín y las nubes moverse. Para él deben de ser demasiado largas las noches. Todos dormimos pero él no puede hacerlo. Vaga sin rumbo alguno en las tinieblas. A veces le veo salir de mi cuarto para ir al suyo, otras veces, recorre la habitación de sus padres o de su hermano. ¡Los echa de menos! Pero no puede hacer nada, tan sólo observarlos en silencio seguir con sus vidas sin él.
Le he obligado a decirme algo demasiado personal entre su hermano y él, no soy tan idiota como para no darme cuenta de que ha salvado mi mentira a cambio de algo demasiado importante para él, la confianza y el amor por su hermano. ¡Le duele! Quizá por eso de vez en cuando se levanta y pasa por el dormitorio de su hermano, casi como si intentase comprobar que está bien tras la puñalada que le ha dado. Decirme aquella señal entre ambos, ha sido como… indicarle a su hermano que había contado algo personal de ambos a un extraño, al que se suponía que era su novio y que no había tenido la decencia de confesarle al que debía ser su mayor apoyo.
Yo nunca he tenido hermanos y no sé cómo es esa relación, pero puedo ver lo mal que ambos lo están pasando ahora mismo. Me encantaría ser valiente, levantarme e ir a hablar con Itachi, decirle que todo es mentira, que su hermano le adora, que nunca le ha mentido ni fallado, que no tenía novio y que no soy nada en la vida de Sasuke… pero sé que no me creerá, no puedo decirle que Sasuke es un fantasma que me cuenta las cosas. ¡Va a tomarme por loco! Tampoco creo que Sasuke me dejase actuar así, se molestaría conmigo y aguantarle gritándome siempre es algo que no quiero que ocurra.
Intento dormir, pero la verdad es que me cuesta mucho conciliar el sueño sabiendo que Sasuke se encuentra ahí aburrido y que encima estoy destrozando su relación de hermano. Me duele toda la situación.
Al despertar por la mañana, busco a Sasuke con rapidez. Aún me cuesta enfocar un poco pero veo lo suficiente como para saber que no está allí.
- ¿Sasuke? – le llamo sin obtener respuesta, pero necesito verificar que realmente no está ahí –. Ey, cabeza de chorlito, voy a desayunar en la cama y voy a mancharla.
¡Si con eso no venía, es que no estaba allí! A Sasuke le daría algo si se enterase que pensaba manchar sus sábanas o destrozar algo suyo. Era realmente “perfecto”, siempre quería que todo estuviera en su sitio, así que… estaba claro que no podía estar ahí tras mi declaración. ¡Es ahora o nunca! He estado dando vueltas a la idea de arreglar lo que estoy estropeando y es posible que todo se vaya al traste con mi confesión, pero no puedo dejar que las cosas se queden así sin más.
Me levanto con rapidez y, sin siquiera cambiarme el pijama ni el divertido gorrito con el que duermo desde niño, salgo al pasillo y camino hasta el dormitorio de Itachi. Resoplo unos segundos antes de llamar a la puerta. ¡Estoy muy nervioso! Sólo espero que Sasuke no esté allí observando a su hermano, porque quiero contarle las cosas sin que ese chico sepa nada al respecto.
- Adelante – escucho la voz de Itachi.
Debía haberse despertado hacía un tiempo, puesto que ya está en la mesa de escritorio, con un bolígrafo entre sus dedos y mirando a la puerta donde yo me encuentro.
- ¿Necesitas algo, Naruto? – me pregunta y cierro la puerta tras de mí para evitar que nadie nos escuche, mirando toda su habitación en busca de Sasuke, pero no le veo por ningún lado y eso me relaja un poco.
- Necesito que me escuches, sólo eso.
- Pero…
- No digas nada, por favor, sólo escúchame durante unos minutos. Tú eres lo más importante para Sasuke.
Itachi abre los ojos al escuchar aquello pese a que no entiende a qué vengo con todo esto. Era cierto que anoche le había afectado darse cuenta de que sabía ciertas cosas que sólo debían conocer ambos pero… no puedo seguir con esa mentira, no con Itachi.
- Tienes razón, Sasuke apenas me conoce, de hecho, casi no le conozco. No te dijo que tenía novio porque no lo tenía, yo no soy su novio, fue lo primero que se me ocurrió decir para que me dejasen verle en el hospital y lo siento. Él me salvó la vida, apartó la pistola cuando iban a dispararme y fue mi culpa que se llevase dos disparos y que esté en coma ahora mismo – le digo limpiándome un par de lágrimas que empiezan a resbalar por mis mejillas – me vas a tomar por loco pero… sabía lo de la señal vuestra porque él me lo contó ayer en la habitación. No sé cómo ni por qué, quizá es porque estuve en coma también, pero… puedo verle. Está aterrado con la situación pero yo no soporto ver cómo se deprime por lo de ayer. Sólo quería que supieras que él nunca te ha fallado, no a ti. Y ahora me voy antes de que me vea contarte esto. Seguramente vas a pensar que estoy mal de la cabeza y estás en tu derecho de delatarme, pero quiero que sepas que seguiría buscando una manera de ver a Sasuke y tratar de sacarle del coma.
Escucho a Sasuke, seguramente habrá estado por el hospital pero ahora puedo oír su voz llamándome, por lo que tengo que acabar la conversación ahora mismo y sobre todo… cambiarle de tema para que Sasuke no sospeche nada.
- Gracias por haberme ayudado ayer con los estudios, te lo agradezco mucho. Ya nos veremos luego. No te molesto más.
Itachi se queda perplejo al verme cambiar de tema y marcharme así como si nada, pero no puedo explicarle nada más. Ahora sólo me cabe esperar su reacción. Supongo que espero que diga la verdad, que no me crea, es lo más normal, así que simplemente… ni siquiera pienso en deshacer el equipaje. Todo depende de lo que Itachi vaya a decir.
- ¿Dónde estabas? – escucho a Sasuke a mi lado.
- Agradeciendo a tu hermano que me ayudase ayer.
- Naruto… no te acerques mucho a él ahora. No quiero que descubra nada sobre tu mentira. Y por cierto, desayuna rápido, debes ponerte a estudiar.
- Ya, ya… - me quejo al escuchar eso. Odio estudiar y encima se me da fatal. Para colmo, tengo otros problemas en la cabeza, como Sasuke y ahora… su hermano.
- ¿Aún no has deshecho la maleta? – pregunta al ver mi pequeña bolsa en el suelo, sin siquiera abrirla.
- Eh… no hace falta. No traigo mucha cosa.
- Pero ahí dentro se te arrugará todo.
- Da igual, no pasa nada – le digo intentando pasar del tema, sin contarle la verdad del asunto. ¡Nunca deshago las maletas! Básicamente porque siempre acababan devolviéndome al orfanato, así que… sólo es cuestión de tiempo que tenga que volver a hacerla.
***
Trato de estudiar aunque me es totalmente imposible. Mis oídos están puestos constantemente en la habitación contigua, esperando el momento en que Itachi me delate y todo esto se termine. Él sí parece estar estudiando, seguramente por algún examen de la facultad, pero no estoy seguro. A mí lo único que me preocupa es el momento en que salga para hablar con sus padres.
Sasuke, en cambio, parece algo relajado, sé que por dentro sigue intranquilo por lo sucedido ayer con su hermano, pero no es consciente de lo que yo he hecho, así que es algo que al menos no tiene en la cabeza. Al escuchar la puerta de Itachi abrirse, me espero unos segundos y salgo corriendo tras él. Le escucho bajar las escaleras y bajo tras él con mucho cuidado.
¡No sé a dónde va! Pero se está poniendo la chaqueta y parece que tiene prisa, tanto… como para coger las llaves de la moto. ¿Puede que vaya al hospital? No lo sé, pero yo sí quiero ir allí.
- ¿Me estás siguiendo? – me pregunta todavía de espaldas a mí, sentado en las maderas de la entrada y poniéndose las zapatillas.
- No exactamente… es que…
- ¿Quieres ir al hospital?
- Sí, no sé si vas a ir allí pero…
- Toma – se levanta y me lanza uno de los cascos hasta las manos.
Casi se me cae, sin embargo, agacho la mirada y miro el casco entre mis dedos. Todavía estoy preocupado porque no sé lo que ese chico hará con lo que le he contado. Él, en cambio, parece también un poco confuso. Sasuke, por otro lado, nos mira desde encima de la escalera sin entender qué ocurre entre nosotros, pero se limita a permanecer en silencio.
- ¿Vas a venir? – pregunta Itachi como si tuviera prisa.
- Sí. Lo siento.
- Os veré en el hospital – me dice Sasuke desde lo alto de la escalera antes de desaparecer.
Me da la impresión que Itachi está un poco sorprendido al ver cómo me giro a la escalera. No debe creerse ni una palabra de todo lo que le he dicho, pero al menos, por ahora mantiene su silencio, lo que por una parte me alegra para que Sasuke no se entere y por otra… me llena de nervios por no saber lo qué hará conmigo y esa información.
Nunca antes he subido en moto, pero no voy a dejar pasar la oportunidad de ir a ver a Sasuke. Tampoco es que pueda hacer mucho por él, pero… no sé por qué necesito verle en persona y asegurarme que sigue allí, respirando.
- ¿Vas a… delatarme? – le pregunto al ver que Sasuke se ha marchado.
- Es posible – me confiesa – todavía estoy asimilando lo que me has contado.
- Ya veo – le digo algo entristecido.
No volvemos a hablar ni siquiera cuando recorremos los pasillos del hospital y sé que sólo está esperando a que lleguen sus padres del trabajo para hablar con ellos del asunto. Supongo que me quedan sólo unos horas allí y por ese mismo motivo, no puedo apartar los ojos de la camilla donde se encuentra el cuerpo de Sasuke tumbado.
- Ey… ¿podrías traerme un café? – comenta Itachi.
- Vale.
Resoplo, porque a él no parece importarle nada absolutamente, sin embargo, para el poco tiempo que me queda, prefiero seguir siendo yo mismo y hacer las cosas correctamente, por lo que me levanto para ir a buscarle un café. No quiero acabar a malas con él y encima… sigo sintiéndome culpable por el destrozo de su relación. Supongo que llevarle un café no compensa el daño pero… por algún lado tengo que empezar.
La máquina tarda un rato, pero cuando voy a volver a la habitación, escucho que Itachi está hablando con Sasuke, por lo que decido no entrar. Seguramente me mandó a por el café para quedarse un rato a solas con él. Espero con la espalda apoyada contra la pared del pasillo y entonces… se hace un silencio hasta escuchar algo que provoca que abra los ojos por la incredulidad.
- Siempre te quejabas de los chicos hiperactivos y molestos – sonríe Itachi – pero veo que al final, acabaste de novio con uno de ellos. Es un buen chico – dice esta vez con seriedad – mira que inventarse toda esa historia sólo para cubrirte el trasero. ¡No hay quien se crea esa mentira! Sé que le contaste algunas cosas, es tu novio al fin y al cabo… Quizá no me lo contaste porque pensaste que diría algo por salir con alguien de tu mismo sexo pero… lo único que puedo decirte es que cuando despiertes… no le dejes escapar, Sasuke. De verdad parece quererte, tanto como para inventarse todas esas mentiras sobre que te ve.
Itachi sonríe y eso me hace sonreír a mí desde el pasillo, porque no tiene ni idea de que en realidad… no es una mentira, pero, ¿qué más da? ¡Estoy salvado por ahora! Y sigue pensando que soy su novio. Por lo menos… parece que su relación vuelve a mejorar.