Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Coma profundo por Fullbuster

[Reviews - 103]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No hemos vuelto a hablar sobre mi crisis, pero es cierto que tengo demasiadas cosas en las que pensar. Naruto ha vuelto al instituto y yo me pregunto… ¿Cómo consiguió que me hicieran el tatuaje? ¿Habló con mi madre quizá? ¿Lo hizo a escondidas? ¿Falsificó la firma?


Sin consentimiento de la persona es imposible que lo hicieran, así que no sé cómo lo ha conseguido. Nadie iba a creerse que habla con un fantasma y éste le pidió que le hiciera el tatuaje, aun así, sigo mirándolo. ¡Me gusta! Y quizá lo que más me gusta es que hace juego con el que él tiene.


- Es temprano para hacer visitas, ¿no crees? – pregunto al escuchar el ruido de la puerta.


Sé que es Naruto, hoy es sábado así que no hay instituto, lo que me sorprende es verle tan temprano despierto. Por lo general, es un dormilón. Si no fuera por el despertador y porque yo suelo gritarle para que se levante cuando lo apaga, él no se despertaría en la vida.


- Sí que lo es – sonríe como un niño pequeño haciendo una travesura.


- El horario de visitas no está abierto aún.


- Lo sé, me he colado. Hasta he pasado por debajo de la mesa de recepción para evitar que las enfermeras me vieran.


¡Es tonto! Solo pensar que iba gateando por medio pasillo para evitar ser descubierto me hace reír. Miro una vez más el tatuaje de mi brazo, mi cuerpo sigue ahí tirado en la camilla y no creo que vaya a salir del coma. Cada vez pierdo más las esperanzas pero no quiero decirlo.


- Sasuke. ¡Hagámoslo!


- ¿El qué? – pregunto extrañado.


- Lo que te dije, quiero ser médico – vuelve a esa estúpida idea otra vez aunque tiene la mirada perdida en mi cuerpo inerte.


- No puedes ser médico, Naruto.


- Sasuke… acabo de salir de trabajar, estoy estudiando todos los días e intentando ir a la universidad, no me digas lo que no puedo hacer.


- No puedes escoger una carrera tan complicada con tus notas. Mira, Naruto… tienes muchas cosas buenas y positivas, pero estudiar no es una de ellas. No llegarás a médico sólo por desearlo.


- Sí llegaré si tú me ayudas.


- ¿Y qué voy a hacer? ¿Chivarte todas las respuestas? Yo no sé medicina, Naruto, puedo ayudarte en historia, matemáticas, en filosofía y hasta en idiomas pero no soy médico ni he tocado un libro más allá de la biología básica que damos en el instituto. Y no tengo cuerpo físico para poder tocar los libros.


- Yo estudiaré contigo, te ayudaré en lo que necesites, por favor.


- ¿Y el dinero para ir a la universidad?


- Lo hablé con tus padres, ellos van a pagarlo y yo se lo devolveré todo. Estoy trabajando todos los fines de semana en el turno nocturno en la panadería y cuando sea médico… se lo devolveré, te lo prometo.


- Es una locura, Naruto.


- Sólo intentémoslo.


- Ni siquiera ser médico te garantiza que puedas sacarme del coma. Lo sabes, ¿no?


- Pero me acerca, quizá no, quizá si, no lo sé, Sasuke. Por favor.


- Son cinco años de estudios. ¿Y si despierto antes de que acabes?


- Entonces no necesitaré ser médico.


- Eres idiota. No deberías elegir una carrera sólo motivado por un sueño utópico y casi improbable. El coma es algo que nadie entiende. No van a enseñarte demasiado sobre él. Además, está la especialidad.


- Neurocirujano.


- Claro que sí – suspiro con cansancio - no había nada más complicado, ¿verdad? – pregunto con sarcasmo.


- Tú puedes hacerlo, lo sé.


- Ni siquiera sé si estando en mis plenas facultades podría ser neurocirujano, Naruto, es complicado, mucho, de hecho.


- Qué bien entonces que seas un fantasma y no necesites dormir. Podrás estudiar veinticuatro horas si te aburres.


- ¡Qué emoción!


- ¿Tienes algo mejor que hacer? – pregunta con cierta ironía también.


- Supongo que no – lo pienso y sigo creyendo que es una locura, pero me mira con esos ojos que convencerían a cualquiera y no puedo evitar caer en ellos – está bien, acepto. Estudiaré por ti, pero hay que poner unas normas si quieres que esto funcione, vas a tener que pasar las páginas de los libros por mí cuando te diga.


- Todo lo que tú quieras, Sasuke – dice más feliz que una perdiz.


Está como loco, gritando de alegría, saltando por la habitación hasta que una enfermera abre la puerta para ver qué está ocurriendo. ¡Atónita! Así es cómo se queda al ver a Naruto y no entender qué ocurre. Me llevo la mano hasta la frente y la golpeo, tapando mis ojos con ella para evitar ver lo idiota que es.


- Voy a ser… neurocirujano – es su única explicación a todo ese alboroto.


- Shhhh – le riñe la enfermera antes de cerrar la puerta enfadada.


- Lo siento – susurra esta vez.


***


Mira sorprendido el folio donde redacta las normas que iban a regir su nueva vida. Yo ya tengo todo pensado y no voy a dejar ningún cabo suelto. ¡Es la cuarta hoja de nuestro contrato!


- Sasuke… ya está bien.


- De eso nada, escribe ahí: “no se saldrá de fiesta sin previa autorización de Sasuke” – le aclaro.


- ¿Ninguna?


- ¿Quieres ser neurocirujano o no? No se llega tan alto saliendo de fiesta todos los días.


- No has estado en la universidad. No puedes saber cómo es.


- Sé lo que hay que saber de ellas y la gente o se desmadra o estudia, sólo hay esos dos tipos de personas y no vas a juntarte con los fiesteros si tienes una meta tan alta. Yo tengo que estudiar y tú pasar las páginas.


- ¿Y mi vida social?


- Habla con mi hermano si necesitas socializar – me quejo, pero Naruto empieza a escribir pese a su frustración -. ¿Qué más? ¿Qué más? – pienso para mí mismo – ah, sí… nada de ligar, las chicas y chicos distraen, sólo quieren que estés pendiente de ellos.


- ¿En serio? ¿Ninguno?


- Cuando seas neurocirujano sal con quien quieras.


- Eso son mínimo cinco años – se queja.


- Son ocho mínimo, Naruto, cinco de carrera, tres de especialidad. Aunque… pensándolo bien, debería informarme pero creo para neurocirujano son cinco años de especialidad.


- ¡No me jodas! – lanza el lápiz Naruto contra la mesa.


- Aún estás a tiempo de echarte atrás.


- No voy a echarme atrás. Voy a sacarte de ese coma.


- Estupendo, me encanta tu decisión y optimismo, ahora escribe – le señalo el folio.


Con un puchero, Naruto empieza a escribir nuevamente la siguiente norma mientras pienso mi siguiente estrategia.


- Si yo muero…


- De eso nada.


- Escribe – le obligo – si yo muero y no se pudiera seguir con esto, vuelve al oficio que más te guste y abandona esa estúpida meta de ser neurocirujano.


- Tú no vas a…


- Puede ocurrir, así que escríbelo. Me gustaría que le dieras algo a mi hermano en ese caso, una caja que hay en mi armario, al fondo debajo de la balda de los pantalones. Él lo entenderá.


- Vale, pero no pasará nada – se enfrasca en esa frase.


- Si llegas a neurocirujano pero mi condición empeora…


- Sasuke, déjalo ya.


- No, hay que hablar de todo esto, Naruto, necesito saber que lo harás.


- Maldita sea, vale… dilo rápido.


- Si te pido que me desconectes y me dejes marchar… firmad el consentimiento.


- No pienso firmar nada y tus padres tampoco lo harán.


- Les convencerás de que es lo mejor si no hay solución, serás neurocirujano y creerán lo que les digas. Tienes que prometérmelo.


¡Cada vez se enfada más con el tema! Pero sabe que necesito dejar todo bien cerrado, así que no puede hacer nada al respecto. Escribe nuevamente la siguiente norma.


- Si te pido quedarte despierto para estudiar… lo harás, necesito que pases las hojas.


- Vale. ¿Ya está?


- Creo que sí.


- Genial… ¿Dónde vas? – pregunta Naruto al ver cómo me muevo hacia la ventana – no hemos terminado, he escuchado todas tus normas, ahora tú escucharás mis condiciones.


- ¿Tienes condiciones? Bien, escucharé.


- Cuando salgas del coma…


- Cosa que es casi improbable – me quejo.


- Calla, yo he escuchado tus quejas. Si sales del coma, seré al primero al que besarás.


- No pienso besarte – me sonrojo.


- Oh… sí lo harás – sonríe – porque estará aquí escrito y te prometí que lo haría, mira: “besar… a… Naruto” – escribe con lentitud.


- No prometiste eso – le digo con cierta sonrisa – te dije que tenía miedo de despertarme con treinta o cuarenta años y ser virgen.


- Oh… genial. “Follar a Naruto” – escribe ante mi sonrojo tachando el “besar” anterior.


- ¡Naruto! – le grito.


- Bien… siguiente punto. No te distanciarás de mí y no me mentirás, tampoco me ocultarás cómo te sientes.


- ¡Claro! Ahora resulta que tengo que ser completamente abierto contigo y mis sentimientos.


- Veo que lo has pillado – sonríe pese a que ha entendido que era sarcasmo.


- Naruto, no escribas eso – me quejo, pero él ya está escribiéndolo.


- Impídemelo – dice orgulloso al saber que no puedo detenerle – más cosas…. Cuando despiertes, probarás todos los panes que prepare.


- Eso no lo discutiré – sonrío porque es cierto que me muero de ganas de probarlo – y tendrás al menos… dos citas conmigo… ¡no! Que sean tres.


- ¿De qué va eso?


- Supongo que nunca has tenido ninguna, también quiero que vengas a alguna fiesta conmigo. Haré que recuperes el tiempo perdido.


Por un segundo, me paralizo ante una idea que no he previsto y puede ser una probabilidad muy alta. Naruto, sin embargo, sigue escribiendo sin darse cuenta de mi tristeza.


- Naruto… ¿Y si… despierto pero…?


- ¿Pero qué?


- Pero tengo secuelas, no hablo de las físicas. Puede que en un futuro todo mi cuerpo se estabilice y deje de tener esos ataques pero… ¿Y si ya es tarde? ¿Y si mi cerebro está fundido? ¿Y si me he quedado tonto? ¿O tetrapléjico? O… - me atraganto sin poder decir más cosas - ¿O tengo amnesia? Quizá… ya nunca vuelva a ser el que era, los daños pueden ser demasiado altos. Puedo tener serios daños cerebrales y lo sabes.


Naruto deja el bolígrafo a un lado y mira la mesa por primera vez con tristeza en sus ojos. Quizá él tampoco había pensado algo así hasta ahora.


- No podría besarte, Naruto, si me he quedado tonto perdido o si he vuelto... no sé… a tener una mentalidad de niño o si estoy tetrapléjico, jamás podría cumplir tus condiciones.


- No quiero pensar en eso, Sasuke.


- Pero es muy probable que mi cerebro esté dañado por los ataques.


- ¡NO QUIERO PENSARLO! – me grita – tú despertarás y… y…


¡Una lágrima cae sobre la mesa ahora que piensa que puede ser más grave de lo que había previsto! Sus dedos se cierran en un puño, agarrando uno de los folios en blanco y arrugándolo con fuerza. No sé qué decirle, es la primera vez que le veo llorar de esa forma.


Nunca he sido bueno consolando a la gente y aunque no creo que vaya a despertarme jamás, tampoco era mi intención entristecerle a él. Naruto es el único que mantiene las sonrisas y las esperanzas en esta familia, es el único que sigue peleando e insistiendo en que todo saldrá bien pese a que su optimismo no influya en mi recuperación médica.


- Lo siento, no quería ponerte así – me disculpo.


- No es tu culpa, es que… no puede pasarte nada así. ¿Vale? – intenta afirmar frente a la incertidumbre – la vida no puede ser tan injusta. Tú me salvaste, no puede pagarte de esta forma, no puede acabar así.


- El karma no existe, Naruto.


- Tiene que existir. A personas como tú, que son capaces de interponerse delante de un arma para proteger a un desconocido… no puede pagarles así la vida, sólo… no puede. Me niego a creerlo – llora desconsoladamente.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).