Te encontré,
En un lindo atardecer,
Te mentí
En lindo anochecer...
Me encontraba en el parque, ya era tarde y había decidido salir de casa, mis padres, como siempre estaban pelando, y no quería estar ahí por mucho mas tiempo, aveces me gustaría ser como todo niño, alguien alegre y el pero disfrutar de una familia feliz, sin necesidad de estar peleando por cada error que cometemos, tan solo me gustaría no llevar el apellido Sennen...
Sin darme cuenta ya había empezado a llorar, me dolía tanto el tan solo recordar como antes eramos felices... Supongo que la felicidad no dura demasiado, y.... Siempre existirán los momentos tristes
-Niño, te encuentras bien?- escuche una dulce voz sacandome de mis pensamientos, levante la vista y me encontré a un niño de casi mi misma apariencia pero con notables diferencias, los dos teníamos el cabello tricolor en puntas, pero su contorno era púrpura, remplazaba mis mechones en forma de rayo con un flequillo que caía en medio de su rostro, hermosas joyas amatistas como ojos y piel nívea, que parecía suave al tacto
Creía estar viendo un ángel, porque eso parecía, un ángel, sin darme cuenta mis mejillas se habían sonrojado un poco y mi pulso se había acelerado, me había enamorado, pero a la tierna edad de 6 años, eso era desconocido para mi
-¿Quien eres?- le pregunte
-Me llamo Yugi Muto ¿y tu?- me dijo mientras se apartaba un poco de mi y se enderezaba
-Yo me llamo Yami Sennen- le dije mientras levantaba de la banca donde anteriormente me había sentado
-Un gusto entonces, Yami-Kun- dijo mientras cerraba sus ojos y me daba un hermosa sonrisa, nuevamente me había sonrojado sin darme cuenta
-Igualmente, Yugi-Kun- le dije mientras le extendía mi mano y el la estrechaba dando inicio a una gran amistad entre los dos
Solo eras un juego,
Lo se, pero
Algo mas
Lograste ser
-¿Por que no jugamos verdad reto?- hablo uno de mis amigos, Akefia Bakura, era de cabello albino, ojos marrón, piel blanca y aveces portaba una sonrisa tétrica en el rostro
-Me parece bien- hablo otro de mis amigos, era Seto Kaiba, el CEO de KaibaCorp, y también mi primo, tenia el cabello castaño, ojos azules, piel blanca y siempre su rostro era de neutralidad completa
-Bueno, yo empiezo- dijo un pelicenizo, ojos de un violeta profundo y piel bronceada, el, al igual que el albino, tenia una mirada y sonrisa tétrica, se llamaba Malik Bakura- Duke, ¿verdad o reto?- dijo mirando a un pelinegro de mirada esmeralda y piel blanca, el siempre llevaba su mirada de picardía y una sonrisa egocéntrica
-Reto, puedo con todo lo que avienten- dijo muy seguro de si mismo mientras pasaba sus dos brazos detrás de su cabeza
-De acuerdo, en ese caso...- hablo mientras paseaba su mirada por todo el bar en donde estábamos- quiero que logres hacer que esa joven te de un beso por voluntad- dijo señalando a una chica de cabello rojizo y ojos negros que se encontraba a dos mesas delante de nosotros
-Pan comido- dijo Duke mientras se paraba y con su mejor sonrisa se dirigía a aquella mesa
En la oscura noche,
En el luminoso día,
Yo me mentía
A cada día
Ya habían pasado varios años desde que había conocido a Yugi, era un gran amigo y alguien muy amable, el fue el primero en tratarme de manera normal ignorando por completo mi apellido
Con el tiempo mis sonrojos y aumentos de ritmos cardiacos se repetían cada vez mas al verlo sonreír, me molestaba el verlo con alguien mas, lo protegía y alejaba de todos aquellos que lo querían lastimar o simplemente alejarme de el, y me dolía el verlo sufrir
Nuestro vinculo fue creciendo mas y mas asta el punto en el que lográbamos sentir los sentimientos de cada uno de nosotros, si estamos tristes, molestos, alegres, nosotros lo percibíamos y nos ayudábamos el uno al otro
Era el día en el que llevábamos seis años de conocernos, y quería darle un regalo especial, aunque la verdad, no se que podría ser, así que decidí pedirle un consejo a mi madre
-Mamá- le llame
-¿Si hijo?- me dijo mientras dejaba los trastes en el lava vajillas y de dirigía hacia mi
-¿Que le puedo regalar a Yugi?- le dije mientras ella ponía una pose pensativa, conocía a Yugi, así que se le podría ocurrir algo para poder regalarle, algo especial, pues el chico significaba mucho para mi
-¿Porque no le regalas algo de Duelo de Monstruos- dijo mi madre mientras alzaba su dedo índice, a Yugi le gustaba mucho ese juego, y eso me había dado una idea
-Genial, gracias mamá- le dije mientras corría a la puerta, para después salir mientras escuchaba un "¡De nada, cuidate hijo!" de parte de mi madre
Llegue hasta una tienda de cartas que había en el centro de la ciudad y entre para conseguir lo que quería
[...]
-¡Gracias por su compra, vuelva pronto!- dijo el encargado de la tienda mientras salia de ella con una bolsa negra en manos, ahora solo faltaba el regalárselo a Yugi, así que tome dirección hacia la residencia de los muto.
Al llegar toque la puerta y me abrió la madre de Yugi, Ashita Muto, era una mujer joven, de cabello castaño y ojos marrón, piel blanca y cálida sonrisa como su tierno retoño
-¡Vaya Yami, que sorpresa- dijo mientras me daba un gran y gigantesco abrazo
-A mi también me da gusto verla, Ashita-San- le dije cuando me había soltado
-Seguramente estas aquí por Yugi, ¿verdad?- me dijo algo picara mientras yo solo le sentía- bien, pasa, Yugi esta en su habitación- me dijo para abrir por completo la puerta dejándome pasar
Me dirigí hacia la habitación de Yugi, toque unas cuantas veces la puerta hasta que Yugi me abrió, asiendome enrojecer, se veía mas tierno de lo normal con su cabello completamente desordenado, mientras se sobaba los ojos aniñadamente y me miraba confuso
-¿Yami?- me dijo con su voz algo ronca pero sin dejare ser suave y dulce
-Hola Yugi- le conteste con una sonrisa
-¿Que haces aquí?- me cuestiono
-Bueno...- un sonrojo inevitable apareció en mis mejillas- Ya que hoy se cumplen unos seis años desde que nos conocemos, que quise traerte un regalo- le dije mientras de la bolsa negra que cargaba, sacaba una cajita lago grande de color negro con un moño morado, que combinaba perfectamente con sus orbes
-Gracias Yami- me dijo con una sonrisa mientras recibía la caja entre sus manos- yo también tengo algo para ti, sigueme- dijo mientras se adentraba en su habitación, pero, eso me había confundido un poco, creí que era el único que se había acordado de eso
Lo seguí hasta su cama, donde de agacho un poco mientras sacaba una caja dorada con jeroglíficos para después dármela, al abrirla note que era una especie de rompecabezas y sus piezas parecían ser de oro
-Mi abuelito me lo había regalado antes de morir, dijo que lo habia encontrado en el valle de los reyes en egipto- me dijo mientras se sentaba en su cama
No podía aceptarlo, era como un último recuerdo de su abuelo, y no podía quedármelo ante tal valor sentimental
-No puedo recibirlo Yugi- le dije mientras trataba de devolver el rompecabezas pero el solo negó con su cabeza- es algo importante para ti, no puedo aceptarlo- intente una vez mas
-Asi es Yami, es algo importante para mi, como lo eres tu, por eso quiero que lo tengas- me dijo mientras se paraba y me daba un cálido abrazo, mientras yo solo le correspondía
con tan solo ese simple tacto mi corazón volvió a acelerar su ritmo cardiaco, sentía esa necesidad enorme de sentirlo cerca, ¿sera esto a lo que mi mamá llama amor?, me pregunte a mi mismo, pero eso seria imposible el es mi mejor amigo, no podría enamorarme de el
No quería dañarte
Pero ¿que puedo hacer?
Tan solo espero,
Y no te logre perder
Con una gran maestría, Duke había cumplido el reto de Marik y orgullosamente se dirigía a nuestra mesa
-¿vez?, pan comido- dijo con una sonrisa- bueno, mi turno- hablo mirando a cada uno de nosotros hasta que sus ojos se fijaron en mi- Yami, ¿verdad o reto?- me dijo mirándome
-Reto- le dije con una sonrisa segura, sabia que lograría cualquier tonto reto que me pusieran
-Bien- dijo asiendo la misma acción de Malik, y paseo sus orbes por el bar hasta que se detuvieron y me miro con una sonrisa- te reto a que logres quitarle la virginidad a tu gran amigo Yugi-
El tan solo oír esas palabras me hicieron abrir mis orbes, no podría hacer eso, el era mi mejor amigo, además, me había prometido a mi mismo que nunca lo lastimaría ni dejaría que alguien mas lo hiciera
-¡Nunca haría eso!- exclame irritado, ¡¿como rayos le haría eso a ese ser tan puro e inocente?!, además, el era mi amigo, nunca me perdonaría el hacerle daño
-¿Acaso no puedes lograrlo?- me dijo esta vez Akefia con un tono burlón ocasionando risas en los otros
-No es eso- dije mientras apretaba mus puños- es solo que no quiero lastimarlo, es alguien importante para mi- les dije entre dientes
-Bueno, si no quieres hacerlo es tu problema, pero el castigo es que veras como Ushio-san toma a la fuerza a tu amigo, sabes que no es ningún secreto que le tiene unas ganas enormes a el enano- me dijo Duke ocasionando que mil y unas preguntas pasaran por mi cabeza
No quería que lo lastimaran, pero yo no podía causarle ningún daño... ¿Que debo hacer...?