Los días transcurren muy lentamente mientras siento a mi joven amo distanciándose cada vez más de mi, desde ese día que mis labios pronunciaron aquellas palabras que debieron dolerle. Tal vez solo quise desquitarme causándole pesar como él lo había hecho conmigo meses atrás...
A veces las palabras pueden lastimar más que los hechos, aún así esa pequeña venganza no me complacía porque me sentía más solo que nunca con esta distancia y frialdad entre nosotros
<<Tan cerca y tan lejos a la vez, viviendo bajo el mismo techo no nos atrevemos ni a mirarnos...>>
Seguimos en nuestra aparente normal rutina, ahora debo servirle a su esposa también obviamente es mi papel como perfecto mayordomo. Observo como ella cariñosa se esmera por hacerlo sonreír cuando yo con una sola palabra solía hacerlo sin esforzarme mucho.
No la odio a ella, no lo odio a Ciel me odio a mi mismo por dejarme llevar por estos sentimientos, porque el era mío primero y no quiero compartirlo. Mi actitud infantil no ayuda mucho, pero me justifico diciéndome que soy un niño en estos asuntos, no sé como controlar estas emociones que antes no tenía, todo es tan nuevo para mi, estoy consciente que son tontas excusas.
Miro como mi amo finge sonreir ante ella que emocionada lo abrazaba, el me dedica una efímera y triste mirada que yo noto suspicazmente de inmediato en ese abrazo ajeno que no me pertenece, ne doy cuenta que el al igual que yo está asumiendo a la perfección un rol que cuesta desempeñar.
Caigo en sus redes de nuevo, porque minutos después en su despacho estoy devorando sus labios con besos llenos de ansiedad, cuanto lo extrañaba, no puedo dejar de amarlo por mucho que me lastime... Lo necesito en mi vida para que le dé un sentido, siento como su ser entero vibra con cada caricia y beso que le regalo.
Se separa de mi con su respirar agitado, su aliento errático cerca de mis labios haciendo alterar mis sentidos, me observa fijamente mientras su cálida mano acaricia mi rostro, me siento tan vulnerable ante su dulce presencia. Ni su mirada llena de coraje me somete como esos ojos que me miran con amor.
Sin duda estoy enamorado y solo quiero reafirmar que el aun me pertenece aunque duerma en las noches con alguien más, a pesar que sus besos y su cuerpo no son del todo míos.
-Dime que era mentira lo que me dijiste el otro día, dí que aún me amas...
Le escucho decirme mientras sus ojos destellaban en una conmovedora tristeza que me hacia sentir culpable por haber sido tan "cruel" al decir aquello, cuando sé que también está sufriendo por no estar conmigo como antes.
-Era mentira no puedo dejar de amarte... Pero a la vez te odio por hacerme sentir de esta forma.
El sonríe ante mi declaración, siento como me regala un dulce y devoto beso en la frente, el estaba madurando y yo... Sentía que no lo hacia. El había perdonado mis palabras de días atrás mas yo no podía perdonar las suyas de meses atrás.
-Te amo Sebastian... No lo olvides nunca, parecerá que tengo dueña pero al único a quien pertenezco es a ti... Pero eres muy tonto para darte cuenta.
Y de nuevo yo dejando seducir mi corazón con sus palabras de amor, parecen tan sinceras que las creí de inmediato, sellando aquella aparente reconciliación con un apasionado beso que altera y excita mi ser.
-¿Este tonto puede tomarte ahora?
-Puedes tomarme cuando quieras... Pero mientras me haces tuyo no dejes de repetir cuanto me amas... Necesito saber que no vas a dejar de amarme.
Al escuchar su petición sonrío enamorado, soy tan débil ante el que me hace odiarme a mi mismo, sin embargo me sentía feliz mientras nuestros cuerpos tiritaban de placer al hacernos el amor.
<<Un dulce cautiverio es el estar a tu merced, aunque suene loco es mi triste realidad... Pero no puedo negar que tú le das a mi vida esa dosis de locura que mantiene mi cordura... Y eso es... hermosamente confuso>>
Muchas gracias por seguir esta corta historia... Besos 💖