Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

The Bodyguard por Poffitoo

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Siento la tardanza… Exámenes finales. Espero compensaros con un capítulo más largo de lo habitual.

El director de Industrias Stark llevaba encerrado en su despacho más de lo que su salud mental le permitía. Bruce había puesto patas arriba el proyecto y a pesar de que su trabajo era indiscutible, ahora el multimillonario tenía que procurar que todo se hiciera a tiempo. A ver ahora quien tenía cojones de echarle en cara que no era un persona competente. Para empeorar todo aquello, tener a Rogers encima 24/7 no es que ayudara mucho… Aquel tipo era un aguafiestas, por su culpa su vida social se había visto reducida en gran cantida y ahora se resumía en ir de la torre a la empresa y viceversa.

Se cansó de todo aquello y decidió tomarse la tarde libre. La mayor parte del trabajo estaba terminado y seguro que Pepper no tendría ningún problema en darle el toque final. Al menos la mujer estaba acostumbrada a hacerlo…

-Rogers mueve el culo, nos vamos.- dijo Stark levantándose de su silla y parándose a estirarse.

-Creía que tenía trabajo por terminar.- soltó Steve sorprendido.

-¿Creías?- preguntó con sorna el multimillonario.-Ohh, lo siento no sabía que estas decisiones tuvieran que ver con tu trabajo.-añadió haciendo un puchero.

-…- el rubio sabía que aquello no era de su incumbencia pero aun así se tuvo que morder la lengua para no responder. Stark era Stark y como ya había demostrado en el poco tiempo que habían trabajado juntos, el multimillonario utilizaba cualquier excusa para meterse con el de seguridad.

-Así me gusta.- respondió Tony sonriente, sabiendo que se había salido con la suya.

Abandonaron el del despacho del multimillonario sin mucho más preámbulos y cuando estaban a punto de llegar a la salida, la voz de Pepper Pots los sorprendió, al parecer iba al teléfono pero antes de que Rogers pudiera reaccionar y saludarla, se vio acorralado contra una esquina mientras un dedo color canela se depositaba sobre sus labios, demandándolo que se quedara callado.

-¿Qué ocurre?-preguntó con incredulidad el rubio mientras se percataba sorprendido de la diferencia de altura que lo separaba del filántropo.

-Shh…-siseó el moreno mientras asomaba disimuladamente la cabeza para vigilar los movimientos de la vicepresidenta de Industrias Stark.

Steve se dio cuenta de pronto que aquella cercanía no le disgustaba y el olor del multimillonario empezaba a colarse en sus fosas nasales. Si alguien li hubiera preguntado a que creía que olía Stark, hubiera apostado a whiskey y a una colonia demasiado empalagosa. Pero allí se encontraba, descubriendo que bastante lejos de lo que pensaba, este solo olía a aftershave y una pequeña esencia que no podía llegar a descifrar.

-Vía libre…- susurró el multimillonario, cruzándose por primera vez en aquella cercanía con la mirada del de seguridad, sintiéndose algo abochornado por la diferencia de altura. ¿Que daban de comer en el ejército?

Gracias a una de sus pequeñas investigaciones Tony había descubierto que Steve Grant Rogers era un veterano de guerra, el que después de esta, no tardo en empezar a trabajar para S.H.I.E.L.D.

El rubio se separó rápidamente del moreno sintiéndose ya abrumado por la situación y tomó una distancia mucho más pronunciada de la que solía ocupar, llamando la atención del multimillonario con ello.

-Siento incomodarte- soltó Stark molesto, ya que creía que aquel distanciamiento no era más que una prueba del desprecio que Rogers sentía hacia él. Obvió aquel extraño sentimiento y volvió a su misión de escapar de aquel lugar. Cuando ya no quedaba nada…

-¿¡Anthony Edward Stark, donde crees que vas!?- preguntó ofendida la pelirroja notando claramente que estaba siendo evitada.

-Pepper… no te había visto…- mintió el filántropo.- ¿Necesitas algo?

-Pues me gustaría saber porque una de mis secretarias ha visto a Barton cargando a un Bruce completamente incosciente.- dijo la pelirroja cruzándose de brazos.

-Oh bueno… Ya sabes cómo es nuestro Brucie…-respondió algo nervioso.

-Lo has vuelo hacer, ¿verdad?- 

-¿El qué?- preguntó el moreno tratando de sonar ofendido.

-Te dije que dejaras de meter sustancias sospechosas en el cuerpo de nuestros trabajadores.

-¡Oh vamos! Bruce necesitaba descansar… Solo lo hice por su bien.- se quejó el filántropo.

-¿No puedes solucionar los problemas como las personas normales?- le debatió la pelirroja.

-Bueno al fin y al cabo soy Tony Sark.- sentenció Stark

-¿Y dónde iba Tony Stark si se puede saber?- preguntó Pepper cansada de aquella conversación que no llevaba a ningún sitio.

-A tomar el aire…-respondió Tony, recibiendo una mirada de desaprobación por parte de la pelirroja -No me mires así, me llevo a mi niñero conmigo.-añadió señalando con la cabeza al rubio.

-Señorita Potts hare lo que este en mi mano para que el señor Stark no se meta en ningún lio.- interrumpió Rogers en la conversación.

-¿Ves? Estaré perfectamente.- dijo el moreno.-Y si alguien se atreviera a atacarme o dispararme, este tipo de aquí me sacara en brazos mientras suena de fondo Whitney Houston. ¿A que si Rogers?- añadió con sorna Tony.

-Muy gracioso-contestó la pelirroja.

-…-Rogers en cambio no pudo responder debido al sonrojo que le provoco imaginarse a él como Kevin Costner y a Stark como una Whitney Houston en peligro. Por suerte para él nadie noto el rubor en sus mejillas. Stark estaba demasiado ocupado fantaseando con aquella misma escena para notar al otro y Pepper ya tenía suficiente con el dolor de cabeza que le provocaba el multimillonario.

-Sera mejor que nos marchemos ya…- sentenció Stark sacudiendo la cabeza para sacar de ella todas aquellas turbias ensoñaciones.

 

 

Subieron al coche del multimillonario, Rogers iba de piloto, después de muchas discusiones había conseguido que el filántropo le dejara conducir sus coches, Tony tomó el asiento del copiloto, sin apenas rechistar.

-¿A dónde será?-preguntó el rubio.

Tony lo ignoro durante unos segundos mientras mandaba y respondía varios mensajes desde su Smartwatch, finalmente con una sonrisa zorruna, le indico a Rogers su destino.

En poco tiempo llegaron a unos de los hoteles favoritos de Tony y dejando el coche al joven del aparcamiento, entraron, yendo de cabeza al bar del hotel. Allí los recibió con una sonrisa de oreja a oreja uno de los camareros el cual los acompaño hasta el reservado que solía estar siempre al nombre de Stark. Rogers no pudo evitar darse cuenta como todas las miradas se fijaron en ellos nada más entrar, bueno como todas las miradas aterrizaban sobre el multimillonario, había de todo tipo, desde miradas de asombro y admiración hasta miradas de odio, incluso pudo percibir miradas de deseo tanto de mujeres como hombres, en definitiva el moreno parecía no dejar indiferente a nadie.

-¿Desea a tomar algo?-preguntó el camarero una vez llegaron a su destino.

-Luego. Estoy esperando a alguien.-respondió el filántropo comprobando su reloj.

-¿Tiene una cita?- preguntó confuso el rubio, el cual se encontraba de pie junto a Stark para ejercer lo más efectivamente su trabajo.

-No lo llamaría cita.-respondió el multimillonario pícaramente mientras fijaba su mirada en la mujer rubia que acaba de entrar.

-¡Señor Stark!-saludó la recién llegada mientras se acercaba a los dos hombres.

-Christine… ¿Qué tal todo?-preguntó Stark seductoramente.

La joven se sentó coquetamente enfrente del multimillonario sin dejar de poner su mirada sobre el de seguridad el cual no pudo evitar rodar los ojos ante la situación.

-Me sorprendió tu llamada, creí que dijiste no más entrevistas.-río la rubia.

-Sabes que nunca he podido negarme a tus encantos-soltó Stark a la vez que levantaba el brazo para llamar al camarero.

-Así que finalmente responderás a mis preguntas-

-Todo tiene un precio- añadió el moreno guiñando un ojo a su acompañante.

-¿Cómo puedo ayudarles?- interrumpió el camarero.

-Un whiskey con hielo para mí, y para la señorita…-

-Una copa de Sauvignon blanc.-respondió la periodista-¿Tu amigo no toma nada Stark?- preguntó la rubia analizando con la mirada a Rogers el cual solo quería desaparecer.

-No le pago para ello-respondió escuetamente el filántropo.

-¿Y me vas a contar para que le pagas?-insistió la mujer.

-¿Estás tratando de manipularme Christine?-preguntó con sorna el moreno- Chica mala…

El rubio por su parte solo quería salir de allí, aquella situación era realmente incomoda y para ser sinceros se sentía bastante ofendido de que Stark no se cortara ni un pelo aunque estuviera él delante.  

-Vamos, para algo me has llamado…- insistió la periodista.

-Eso es verdad… Pero no precisamente para hablar de mi guardaespaldas.

-¿Desde cuándo tiene guardaespaldas Anthony Stark?-preguntó la rubia.

-Desde que me gusta ser un chico malo- susurró el moreno acercando su rostro al de la joven

-Siempre lo has sido y jamás te había visto con uno antes-añadió la rubia sobre los labios del filántropo  -¿Qué tiene de especial este?

-Nada- soltó el moreno clavando su mirada sobre el rubio perdiéndose en esos ojos azules que ahora se teñían de odio y algo más que ni el propio Rogers entendía.

-¿Así que toda esta reunioncita era solo para llevarme a la cama?- preguntó la mujer dando un lago trago a su copa para finalizarla.

-Eso parece-respondió el moreno imitando a la mujer.

-Tan romántico como siempre.- sonrió la mujer levantándose para abandonar el lugar, invitando, con una sonrisa, al moreno a seguirla.

-Creo que tu jornada laboral ha terminado por hoy Rogers- soltó Tony dejando unos cuantos billetes sobre la mesa.

-Sabe que no puedo irme hasta que este a salvo en su casa- añadió el rubio realmente molesto por lo que estaba ocurriendo, aunque tratara de mantenerse lo más profesional posible.

-Rogers… No sabía que te gustara mirar.- susurró el multimillonario muy cerca el oído del rubio, mientras se preparaba para seguir a su nueva conquista.

-Eso es repugnante incluso para ti Stark- soltó el de seguridad superado por la situación. En aquel momento estaba por golpear a Tony… Pero lo único que pudo hacer fue mirarle con suma decepción, porque a pesar de lo que podía pensar de Tony, en el fondo sabía que aquel hombre enfrente a él no era realmente así y todo aquello no era más que una fachada para esconderse de sus propios demonios. El rubio había pasado por algo parecido cuando volvió de la guerra pero dada la diferencia de caracteres nada al nivel de Anthony Stark.

-Oh de repente ya no soy el señor Stark- bromeó Tony.

-Le esperare en el hall del hotel- murmuró el de seguridad dejando solo al multimillonario.

Y de repente, ahí estaba de nuevo, ese temor de Stark a la soledad, a la indiferencia, a no recibir las atenciones a las que tanto estaba acostumbrado. Miedo a que alguien descubriera que debajo de aquel traje no había nada. No quedaba nada del genio que una vez fue… Y al parecer Rogers lo había descubierto y aquello lo aterraba, no soportaba aquellos ojos sobre él.

Caminó hacia la puerta del ascensor donde lo esperaba la periodista y trató de recomponerse antes de enfrentarla.

-Has tardado mucho…- murmuró coquetamente la mujer enseñando al filántropo la llave tarjeta de una de las habitaciones.

Y Stark por no saber que responder simplemente la beso porque sabía que si hablaba el papel de su vida se iría por el retrete. No pudo evitar fijarse que tras la mujer se encontraba Rogers, sentado en unos de los sofás del hall, observando todo aquello. Aquella mirada quemaba y se hacía insoportable, así que cuando el ascensor llego el moreno no pudo más que sentirse aliviado y pronto desapareció en aquel cubículo.

Rogers se quedó solo en el vestíbulo sintiéndose como un perro abandonado, esperando a que su dueño volviera, ¿por qué demonios Stark lo hacía sentir así? Odiaba al filántropo por no podía dejarlo atrás y todo porque algo dentro de él le decía que aquel hombre solo estaba roto, y sentía a pena por el moreno y un sentimiento de protección que simplemente no podía ignorar.

No pasaron ni quince minutos cuando el ascensor se volvió abrir y de él salió una muy indignada Christine Everheart, la cual ignoró al rubio y salió del hotel rápidamente. Rogers no dudó en meterse en el ascensor y dirigirse al piso donde se encontraba el multimillonario. Llegó a un pasillo vacío y aquello lo alarmó, al parecer se le había olvidado comprobar que habitación habían tomado, pero de pronto observó una puerta entre abierta y un leve murmullo que salía de ella.

-¿Señor Stark?- preguntó el rubio metiéndose en la habitación, pero no hubo respuesta. Siguió andando y de repente lo vio, allí sentado a los pies de la cama, Anthony Edward Stark con el rostro empañado en lágrimas y una botella de alcohol en la mano. En aquella habitación no quedaba nada del presidente de industrias Stark o del multimillonario más famoso de américa.

-Tony…- le llamó amablemente el rubio. Pero Tony seguía sin responder, así que el rubio simplemente se sentó a su lado y lo rodeó con el brazo, tratando de calmarlo de la misma forma que hacia su madre Sarah con él, es decir acariciando su espalda tiernamente, dejando salir todo aquello que tanto lo atormentaba.

-No quería que nadie me viera así y menos tú Rogers- murmuró con un hilo de voz Stark cuando por fin pudo articular palabra.

-Tranquilo, no se lo diré a nadie-trató de bromear el de seguridad.

-…-

Tony no respondió y por unos segundos el rubio creyó haberle ofendido pero de pronto Stark sonrió y Rogers pudo jurar que aquella era la primera vez que veía al filántropo sonreír sinceramente, sin mascaras. Una sonrisa tan jodidamente encantadora, que consiguió remover algo en Steve.

-¿Qué ha pasado?- se atrevió a preguntar el rubio.

-Simplemente no he podido continuar fingiendo…- susurro el multimillonario mientras una lagrima volvía deslizarse por su mejilla. Steve sin pensárselo dos veces simplemente la aparto del rostro del filántropo dejándolos por primera vez cara a cara.

-Tony…-murmuró el rubio sintiendo un dolor en el pecho por ver de aquella forma a Stark.

-Sácame de aquí… Por favor.-.

 

Notas finales:

Buenooo... ¿Que tal? Ya sabéis que me encanta saber vuestra opinión.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).