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LAZO por te rry

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Notas del capitulo:

hola, aca un nuevo cap. antes que nada algunas aclaraciones:

en este omegaverse los omegas y alfas guardan un animal interior, lo cual es algo asi como si tuvieran dos personalidades. No exite la pareja destinada, pero el animal interior si escoje una unica pareja con la cual se siente completo, aunque la razon humana del individuo se niegue a aceptarla, el animal interior siempre se sentira conectado con su elejido.

ya eso era todo. espero que amen a Sora tanto como yo.

VII

Tsunade no era la encargada de ese caso, actualmente ni siquiera fungía como medico a menos que fuera estrictamente necesario. Pero su puesto en el hospital le daba el privilegio de inmiscuirse en algunos casos si lo consideraba prudente y el caso Menma Uchiha era uno de ellos.

Cuando Sasuke llegó a la habitación de Menma, sintió pánico al descubrir a su hijo rodeado de médicos y enfermeras mientras las maquinas que lo monitoreaban pitaban como locas. Alguien llegó justo detrás de él y lo empujó, dejándolo fuera de la habitación, sin poder enterarse de lo que había sucedido con su cachorro; había sido la vieja Tsunade.

Golpeó la puerta repetidas veces exigiendo que le dejaran entrar, pero nada sucedió.

Fue entonces que cayó en cuenta de lo que estaba pasando realmente. Menma había entrado en crisis y eso podía significar que...

Las lagrimas se escurrieron por sus mejillas al imaginarse lo peor, sintió un agudo dolor en el pecho, como si le hubiesen arrancado una parte de sí. Comenzó a hiperventilar. En ese momento se encontraba él solo en el hospital, Itachi estaba en su trabajo y Deidara tenía cosas que atender y vendría luego.

Sasuke se sintió desfallecer, estaba solo.

Un brazo le rodeó y le atrajo hacía un duro torso. Su instinto omega le hizo cobijarse en esos protectores brazos que lo confortaban mientras unas pequeñas manos le acariciaban la cabeza y una dulce vocecita le pedía que por favor no llorara. Allí, sintiéndose seguro por primera vez en mucho tiempo, dio rienda suelta a su llanto, dejando ir ese amargo sentimiento que tanto lo atormentaba.

++++++++++

Naruto tuvo un momento de estupefacción mientras su abuela se marchaba. Durante ese momento no supo que hacer y estuvo bastante tentado a largarse de ese lugar. Pero entonces se dio cuenta de que esta era una situación a la cual debía dejar de rehuir, él era un alfa que enfrentaba sus problemas y se hacia cargo de sus responsabilidades y un hijo definitivamente era una de ellas. El hecho de que el omega Sasuke Uchiha tuviera mucho que ver en la ecuación, no debería afectarlo tanto.

Pero lo afectaba en demasía.

Sasuke era el omega que su animal interior había reclamado para sí, su pareja elegida; era alguien a quien simplemente nunca podría olvidar. Incluso había mantenido una lucha interna entre instinto y razón cuando eligió a Hinata por encima de Sasuke. Su razón siempre fue dominante frente al instinto. Era algo muy complicado con lo que lidiar.

Ya era tiempo de lidiar con Sasuke y su… hijo.

Recorrió el camino que hizo su abuela, aun con Sora en sus brazos y sin importarle las advertencias de algunas enfermeras que decían que la niña no podía estar en aquel lugar. A la distancia alcanzó a ver como su abuela cerraba la puerta luego de entrar a una habitación y entonces se encontró frente a Sasuke, quien le daba la espalda mientras exigía en vano que le dejaran entrar.

Sintió los suaves sollozos y fue como si se le retorciera todo en su interior, igual, pero al mismo tiempo deferente de como sucedió en aquella horrorosa ocasión en su oficina.

-          ¡Vamos – escuchó decir a Sora mientras estiraba sus pequeñas manos hacia Sasuke – esta llorando! – Naruto se sorprendió ante el desesperado rostro se su hija y simplemente se encaminó hacia el pelinegro.

Dejó que su instinto actuara por esta vez. Y lo único que este le pedía era que consolara al omega, así que rodeó el tembloroso cuerpo con su brazo libre y lo atrajo hacia sí. Los latidos de su corazón se aceleraron al sentir nuevamente a Sasuke en sus brazos, hundió la nariz en su cabello y aspiró fuertemente, llenándose los pulmones con su dulce esencia, una esencia cargada de dolor. Su corazón se estrujó y sintió sus ojos humedecerse, pero luchó contra las lágrimas para que no fueran derramadas. Sasuke hundió su rostro en su hombro y sujetaba fuertemente su camisa, comenzaba a sentir la humedad en ella.

Fue un momento demasiado intenso e íntimo.

-          Ya no llores – escuchó el sollozo de la pequeña Sora y eso lo devolvió a la realidad. Ella acariciaba los cabellos negros intentando calmar a Sasuke. Lentamente rompió el abrazo.

Sasuke se sintió frio al momento que los cálidos brazos lo abandonaron. Levantó la vista y se sintió aturdido cuando enfocó a Naruto, sus mejillas adquirieron una tonalidad rosa que intentó ocultar limpiándose las lágrimas bruscamente.

-          Yo… esto no es… - guardó silencio sin saber realmente que decir.  Naruto le miraba fijamente debatiéndose consigo mismo sobre cual sería el siguiente movimiento. Chasqueó la lengua y tomándolo de una mano le dijo:

-          Ven aquí.

Sasuke fue conducido en silencio a través de los pasillos del hospital, alejándose cada vez mas de su hijo. Cuando estuvieron frente a una puerta con un letrero que rezaba dirección general, Sasuke frunció el ceño y se liberó a regañadientes de la áspera mano del alfa que lo sujetaba con tal seguridad que sentía las piernas temblar.

-          ¿Qué significa esto? – espetó – en este momento mi hijo me necesita y … - hizo ademan de dar media vuelta y marcharse, pero Naruto lo sujetó nuevamente, esta vez por el antebrazo.

-          En este momento no hay nada que puedas hacer y… – frunció el ceño – tenemos que… hablar.

-          ¿Hablar dices? – el omega se sintió alucinado, una semana atrás habría saltado de felicidad ante esa frase – Eres un… - mordió su lengua cuando notó que la niña en brazos de Naruto le estiraba los bracitos para que la cargara.

Miró al rubio y este simplemente se encogió de hombros. Sora terminó acurrucada en su cuello, aspirando su aroma y sobando su mejilla en el hombro de Sasuke, mientras este le devolvía las caricias con los ojos cerrados, olvidándose por completo del alfa al que había estado a punto de insultar.

El instinto omega no había permitido a Sasuke rechazar a la niña, inmediatamente se lanzó sobre ella y la acunó en sus brazos. Sora olía a Naruto, era la cachorra de Naruto y Naruto era su alfa, por lo tanto, la cachorra también era suya. En ese momento se sintió en paz, era como si la pequeña le estuviera diciendo que todo estaría bien de ahora en adelante y Sasuke le creyó.

Naruto contemplaba la escena anonadado, Sora se había lanzado hacia su omega tal cual como lo haría un cachorro a su madre. Era algo hermoso de ver y algo que nunca antes había visto, porque con Hinata estas muestras de cariño nunca las había presenciado y estaba seguro de que sora rara vez o nunca las compartía con su madre. Sintió a su animal interior rugir orgulloso y deseoso de unirse al abrazo e impregnarlos a ambos con sus feromonas, para que todo el mundo supiera que ellos eran suyos, que eran su…

Detuvo el ritmo de sus pensamientos y se aclaró la garganta azorado.

Sasuke abrió los ojos y le miró con enormes pupilas brillantes, esbozó una pequeña sonrisa y asintió. Sintiéndose un poco abochornado Naruto abrió la puerta torpemente y cuando hizo ademan de coger a Sora nuevamente el pelinegro se negó a devolverla.

Entraron en una modesta oficina de hospital que tenia un escritorio, un par de archivadores, algunos diplomas de Tsunate Senju colgados en la pared, ante eso Sasuke frunció el ceño, pero igual se dejó caer en un sofá de cuero que completaba el mobiliario, Sora seguía acurrucada, como si hubiese encontrado su lugar favorito en el mundo.

-          Sasuke… - era raro escuchar la fuerte voz del alfa diciendo su nombre nuevamente, era estremecedor. Había jalado un banco y ahora estaba incómodamente sentado frente a él. El banco no parecía resistir los grandes músculos del alfa – yo… lamento… - era difícil hablar a un Sasuke que lo miraba atentamente mientras malditamente inconsciente, porque sabía que lo hacía sin darse cuenta, liberaba dulces feromonas de alivio, sin rastro del dolor de minutos antes, y era una tortura mantener la cordura para no saltar sobre él y hacerle cualquier cosa – la forma como te traté, fui un completo bastardo…

-          Lo fuiste – interrumpió Sasuke. Naruto le miró con ojos entrecerrados.

-          Si, y lo siento. Nunca volveré a tratarte de esa manera – el otro arqueó una ceja – supongo que… ahora que sé que tenemos un hijo en común- se encogió de hombros – nos veremos bastante a menudo.

Esas palabras sorprendieron a Sasuke.

-          Pensé que estabas seguro de que tú no eras el padre de Menma – soltó con acidez.

-          Lo dije – Naruto se alborotó el cabello – pero ahora sé que no mentiste. Tú jamás mientes, Sasuke – el mencionado le dedicó una mirada suspicaz y Naruto se ruborizó – de acuerdo, la vieja le hizo una prueba de paternidad al niño.

Sasuke rio amargamente.

-          Tsunade, claro.

-          Esta vez pienso escucharte – dijo haciendo caso omiso al tono del omega – así que… se llama Menma.

Sasuke asintió y Naruto vio la tristeza aparecer nuevamente.

-          Fue algo irónico – dijo viendo a la nada, perdido en sus recuerdos – justo el día de tu boda descubrí que estaba embarazado, fue horrible descubrir que me habías dejado embarazado para hacerte cargo de tu novia embarazada.

Naruto rugió antes el desencanto que brotaba de las palabras de su omega, porque era suyo y se maldijo internamente por haberlo abandonado, si tan solo él lo hubiese sabido, otro habría sido el final de la historia.

-          ¡Pudiste habérmelo dicho! – dijo con un dejo de dolor – yo te habría elegido a ti Sasuke, yo te… - se detuvo. Había estado apunto de hablar en presente, tenia que calmarse y reprimir a su animal interior que se moría de amor por Sasuke Uchiha – amaba.

Sasuke se estremeció ante esas palabras cargadas de sentimientos. Miró al alfa intentando descubrir los secretos que guardaba en su interior, la verdad detrás de sus palabras, pero fue imposible, pues su expresión se cerró completamente, quedando una impersonal mascara de serenidad. Negó lentamente.

-          No lo habrías hecho, dejar a Hyuga por mi habría hecho que tu nombre y el de ella quedaran en entredicho – rió sin ánimo – jamás estarías dispuesto a hacer algo así – finalizó, seguía acariciando la suave piel de la niña en sus brazos que al parecer se había quedado dormida.

Ante eso el alfa no dijo nada. Sasuke tenía razón en lo que estaba diciendo, seguramente nada habría cambiado, tal vez le habría dado su apellido al niño y ayudado económicamente, pero solo eso. Había cosas que realmente odiaba de ser un Namikaze. Su vida sería mucho más fácil si fuera un don nadie… como Sasuke.

Sasuke se sintió herido ante el silencio de Naruto, se reprendió mentalmente, lo que pensara ese alfa no debería afectarlo a estas alturas del partido; sacudiéndose los sentimientos de omega abandonado y poniéndose la coraza que lo había mantenido en pie por y para su hijo, se dijo que había cosas mucho más importantes por las que preocuparse.

Miró a Naruto con determinación, no desaprovecharía la oportunidad. Le conseguiría un jodido riñón a su hijo o dejaría de llamarse Sasuke Uchiha.

Tomó alrededor de media hora poner a Naruto al tanto del estado de salud de Menma y cada una de las situaciones por las cuales tuvieron que pasar a raíz de eso. Las expresiones del alfa variaban de la incredulidad a la consternación y luego la culpabilidad y al arrepentimiento, para Sasuke resultaba difícil comprender sus reacciones. En ese momento el alfa lo miraba consternado, maldiciéndose en vos alta y pidiéndole perdón a Sasuke por no haber estado allí, junto a su cachorro.

Porque, aunque Naruto no conociera al niño, este seguía siendo su cachorro y dolía, malditamente dolía no haber estado junto a su hijo en momentos tan difíciles y si para este punto ya se odiaba a si mismo, se aborreció aún más cuando recordó a Sasuke rogándole que lo ayudara ¿y que hizo él? Le cerro la puerta en la cara.

El imponente alfa se levantó del banco donde había estado sentado y comenzó a pasearse como fiera enjaulada en la pequeña oficina. Su animal interior le pedía, no, le exigía que arreglara cuanto tuviera que arreglar y reclamara al cachorro y a Sasuke como suyos, y con un demonio que estaba dispuesto a escucharlo; quizá no se encontraba en una posición adecuada para reclamar a Sasuke y sería una locura hacerlo, pero a Menma… definitivamente a su cachorro si lo reclamaría.

-          Nada de esto fue tu culpa – dijo percibiendo lo abrumado y culpable que se sentía Naruto – pensé en Itachi para el trasplante, pero...

-          ¿Itachi? – Sasuke se tensó ante la fuerte presencia del alfa que comenzó a despedir feromonas molestas y… celosas.

-          M-mi – tartamudeó aturdido y quizá un poco excitado por el despliegue de poderío del alfa. Se aclaró la garganta notablemente incomodo – Itachi es mi hermano.

Naruto asintió, pero no bajó la guardia, como si algún depredador estuviera merodeando a su manada.

-          Eso no será necesario – espetó. Sasuke sentía sus dedos cosquillear, Naruto se veía seguro y ya no había rastro de culpabilidad, ahora era pura determinación y sus feromonas se percibían fuertes y viriles – le diré a tsunade que prepare todo para la intervención quirúrgica, yo soy el padre alfa del niño, entonces yo seré el donante.

Sasuke levantó las cejas e hizo una gran “O” con la boca, segundos después soltó una carcajada aliviada que logró despertar a la pequeña Sora. Con la alegría picando en su cuerpo abrazó a Sora y le llenó el rostro de besos, sus ojos se habían empañado, pero se negó a derramar una lagrima más, ni siquiera de alegría. Estaba tan eufórico que pensó que hasta podría llenar de besos al mismísimo Naruto.

Y en esas estaban cuando la puerta se abrió.

La matriarca de los Namikase entró a la oficina y se quedó helada cuando vio la escena que había allí.

Saduke Uchiha se estaba comiendo a besos a SU bisnieta y la niña reía a carcajadas, mientras Naruto, maldita sea, el muy imbécil los miraba con ojos brillantes y una calida sonrisa adornando su semblante, eran la viva imagen de la felicidad. Pero, ese sucio omega no merecía ser feliz, ningún maldito omega sería feliz si en manos de ella estuviera.

-          ¿¡qué diablos significa esto!? – gritó furibunda.

Sasuke se paralizó cuando sintió la furia de la alfa impregnar toda la habitación, instintivamente abrazó a su nueva cachorra para ponerla a salvo del peligro. Esa acción hizo enrojecer a Tsunade, quien en dos zancadas estuvo frente a Sasuke y, a punto estuvo de arrancarle a Sora de los brazos.

Tanto el omega como la alfita le gruñeron a la mujer, aferrándose fuertemente el uno al otro, y la cereza del pastel fue Naruto interponiéndose en el camino de su abuela, Tsunade retrocedió por instinto; frente a ella estaba un macho alfa dispuesto a todo para proteger a su manada.

-          ¿Qué significa esto, Naruto? – volvió a preguntar, esta vez midiendo su voz para no enojar más al alfa.

Naruto respiraba menudito, percibió el peligro en cuanto la puerta se abrió y tuvo que luchar fuertemente con su animal interior para no saltarle encima y arrancarle la cabeza a su abuela, era su abuela maldita sea, pero sus ansias de hacerle daño a Sasuke eran tan fuertes que Naruto se vio en un dilema.

¿Sasuke y su cachorra o su abuela? Definitivamente no había punto de comparación.

-          ¿Cómo esta Menma? – preguntó con voz grave, ignorando la mirada de reclamo de la vieja. Sasuke se puso de pie cuando escuchó el nombre de su hijo, acomodó a Sora en su costado y se puso a un lado de Naruto.

Tsunade gruñó bajo, pero si había alguien capaz de quitarle su dominio alfa, ese definitivamente era Naruto. Le dedicó una mirada llena de desprecio y asco al omega. Naruto frunció el ceño y no dijo nada, simplemente le pasó un brazo por la cintura a Sasuke y lo atrajo hacia él. Sasuke se regocijó y le dedicó una mirada de autosuficiencia a la bruja, él y Sora se acurrucaron junto a Naruto, cualquier cosa que hiciera rabiar a esa mujer valía la pena y no tenia nada que ver el hecho de que el calor del alfa se sintiera condenadamente bien o su cuerpo recordara el de Naruto y mucho menos que su animal interior estuviera dando gritos de jubilo al estar en brazos de su alfa.

-          El niño está estable – se concentró por completo en su nieto y no en la perra en celo que movía el rabo junto a él – pero no estoy segura de que resista otra recaída – dijo indiferente mientras rodeaba su escritorio. Le habría encantado ver como el rostro del omega se quebraba.

El vozarrón de Naruto volvió a retumbar.

-          Seré el donante de mi hijo, así que por favor – hizo énfasis en la última expresión – Dispón todo lo que sea necesario para llevar a cabo el trasplante – se encaminó hacia la puerta llevando a Sasuke consigo. Dirigió una mirada sobre su hombro a la alfa justo antes de salir – y que sea cuanto antes.

Si no salía de allí inmediatamente, sería capaz de cometer una locura de la que seguramente se arrepentiría. Tsunade solo pudo asentir.

Notas finales:

dudas, quejas, reclamos? dejenme sus opiniones en los comentarios :)


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