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LAZO por te rry

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Notas del capitulo:

bueno, un capitulo mas de esta historia.

 

debo decir que quizas este Sasuke es un poco Ooc, pero osea en este universo alternativo no es un vengador ni nada de eso y ademas esta sufriendo por su hijo.

 

se que van a odiar a Naruto, pero tooodooo tiene su explicacion a su debido tiempo, de hecho por esas actitudes tan territoriales hacia los omegas es que aveces no me cuadra el omegaverse, del resto todo bien.

 

estos personajes me recuerdan mucho a judas y daato, no les parece?

 

 

III

 

Cuando Sasuke llegó al hospital, el sol comenzaba a ponerse, dejando un manto de tonos naranjas y violetas a su paso. Igual que aquellos que siempre veía desde el balcón del departamento donde vivían, mientras mecía parsimoniosamente a su bebé, procurando que se durmiera.

Sonrió con amargura, probablemente esas tardes ya no volverían.

Y se odiaba por eso, porque las esperanzas de conservar la vida del pequeño Menma comenzaban a extinguirse.

Atravesó el estacionamiento y lo hizo cabizbajo. Sentía un cumulo de emociones bullir en su interior y ni siquiera podía saber a ciencia cierta cual era la que predominaba; rabia, a la vida misma por querer arrebatarle a su pequeño retoño. Impotencia, porque tenía las manos atadas y no podía hacer nada. Frustración, porque era incapaz de tener pensamientos alentadores, en cambio comenzaba a hacerse a la idea de que pronto Menma no estaría. Dolor, porque lo amaba, amaba a su hijo y si le sucedía algo, se volvería loco. Decepción, porque nunca pensó que el hombre que una vez amó – seguramente seguía amando – fuera tan imbécil.

-          Sasuke.

 El pelinegro levantó la vista y vio a su hermano, a un par de pasos, apagar un cigarrillo y arrojarlo a una caneca para luego acercarse hasta él.

-          ¿Cómo…? – pero su pregunta fue interrumpida por una fuerte bofetada que le hizo ladear el rostro. 

-          Estable – le dijo en tono severo - ¿Dónde demonios estabas? Te das cuenta que Menma estuvo a punto de… - Itachi guardó silencio al percibir la mueca de dolor que se asomó en el rostro de su hermano y no precisamente por el golpe que acababa de darle, cayó cuenta de que Sasuke no había estado perdiendo el tiempo como él había pensado, sino haciendo algo importante; por lo cual suavizó un poco su tono – he tenido que llamar a Kisame para que me releve en la oficina.

Sasuke asintió y sin mirar a su hermano retomó su camino hacia la entrada del hospital, Itachi suspiró con cansancio. Él mismo había estado sufriendo viendo a través del cristal como los médicos reanimaban el pequeño cuerpo de su sobrino y había sentido su enojo crecer en contra de su hermano por no estar ahí en un momento como ese. Pero ahora comenzaba a comprender que aquella situación Sasuke no la habría soportado. Se reprendió mentalmente por pensar mal del menor.

Porque esa dura coraza que Sasuke se empeñaba en mostrar ante los demás, terminaba convirtiéndose en un frágil y resquebrajado cristal.

Itachi siguió a su hermano, quien sin mirar a nadie y haciendo caso omiso de las advertencias sobre el piso mojado, atravesó el pasillo y se dirigió al ala de cuidados intensivos. El mayor por su parte se detuvo en la dispensadora de café. Cuando llegó a la altura de la habitación donde se encontraba el niño, observó a su Sasuke mirándole embelesado, mientras una de las enfermeras le daba el parte médico. Cuando la enfermera se marchó llegó hasta él y tras ofrecerle un vaso de café, se sumergieron en una charla que resultaba demasiado tensa, acerca del episodio que había tenido que vivir Itachi mientras Sasuke no estaba.

Sasuke pegó la frente al vidrio que lo separaba de su bebé y un lánguido suspiro escapó de sus labios, estaba agotado, tanto física como mentalmente. Se sumieron en un largo silencio en el cual solo se escuchaban los ruidos provenientes de las enfermeras y familiares de los demás enfermos al transitar por los pasillos

-          perdón por golpearte – rompió el silencio Itachi, su hermano se encogió de hombros, dando a entender que se lo merecía -… estaba nervioso.

-          No te preocupes – Sasuke despegó la frente del cristal y le dedicó una diminuta sonrisa al mayor.

-          ¿Dónde estuviste?

Itachi notó como el cuerpo de su hermano se tensaba y maldecía por lo bajo.

-          Estuve con Naruto Namikaze, el padre de Menma.

Sasuke hubiera preferido no hablar de eso, simplemente dejarlo pasar y fingir que Naruto y él nunca mantuvieron esa discusión; sin embargo, necesitaba desahogarse, hablar con alguien y el más indicado para eso era su hermano mayor.

+++

"-          ¿No tienes más nada que hacer que no sea… – la voz de su primo lo hizo levantar la mirada de los papeles que tenía entre las manos, al mismo tiempo que un suave aroma se colaba por sus fosas nasales. Reconocería esa esencia, aunque pasaran mil años. Vio al pelinegro que había junto a Didara y sintió que su corazón se detuvo - …fastidiarme?

Sasuke pensó que volver a ver a Naruto seria sencillo y no representaría ninguna complicación a su vida. Pero que equivocado estaba, aunque en ese momento su prioridad era Menma, sabía perfectamente que, a partir de ese momento, nada volvería a ser como antes. 

-          Sasuke…

Sasuke dio un respingo al escuchar su nombre.  Sus ojos se encontraron con los azules del rubio y sintió que se le escapaba el aire. Naruto seguía estando igual de guapo, de hombros anchos y figura estilizada; quizá tenía el cabello un poco más largo y sus facciones estaban más endurecidas, el matrimonio como qué no le había sentado muy bien, pero aún seguía teniendo ese yo no se qué, que hacía que Sasuke perdiera el aliento. Se sintió salivar y su piel se erizó al percibir el varonil aroma que despedía el alfa; tuvo la necesidad de aferrarse al brazo de Deidara, si no lo hacía estaba seguro de que caería de rodillas al piso. El rubio a su lado notando el estado en que estaba el pelinegro, aferró su brazo con fuerza, dándole el apoyo que seguramente necesitaba en esos momentos.

En cambio, Naruto, que seguía frente a ellos, contemplaba embelesado al recién llegado. Sasuke se veía realmente hermoso, la ropa que llevaba puesta le sentaba bastante bien, ni siquiera recordaba haberlo visto vestido así en algún momento de su relación. Sonrió complacido al percatarse de que traía puesto un collar, lo que suponía que no estaba marcado. Su animal interior se regodeó.

Sasuke se veía bastante pequeño y pálido, reparó todo su cuerpo; ese que un montón de veces sus manos habían recorrido hasta los lugares más escondidos, notó sus caderas más anchas. Ya no era tan delgado como cuando lo conoció. Lo sabía, porque hasta ese momento el recuerdo de su cuerpo desnudo bañado en sudor y con las mejillas sonrojadas, mientras le hacia el amor, seguía grabado en su mente. Y su dulce aroma que le hacia perder los sentidos, invitándolo a que le arrancara la ropa y lo empotrara contra el escritorio y …

Frunció el ceño, un nuevo aroma se coló en su nariz de forma sutil. Era la marca protectora un alfa que se mesclaba con la escencia del omega.

 Sacudió la cabeza, volviendo a la realidad y hubiera preferido no hacerlo porque detestó la manera en que Sasuke y Deidara compartían una cercanía que estaba seguro, el pelinegro no compartía con cualquiera.

Y sintió rabia, una rabia ciega, causada por los celos. Su animal interior rugió con el orgullo herido.

-          ¿Que haces aquí? – preguntó con tono frio, rodeando su escritorio y recostándose en él.

 Sasuke no decía nada, seguía viéndole fijamente, su corazón latiendo desbocado. De repente sintió la garganta seca ante la imponente presencia del alfa – contesta – insistió Naruto con vos autoritaria.

-          Yo… - Sasuke se maldijo por su tonto comportamiento, aun después de tres años, el rubio seguía siendo la única persona que tenía ese efecto en él, el único que lograba doblegarlo - necesitamos hablar – finalmente recuperó el control de su cuerpo, mostrando nuevamente la altivez que lo caracterizaba.

-          Se supone que entre nosotros todo se dijo hace años y que tú no volverías a buscarme – levantó una ceja con superioridad.

Sasuke se cruzó de brazos y recorrió toda la habitación con los ojos, clavando la vista nuevamente en la niñita, que miraba a los adultos con curiosidad.

-          Se suponía, pero las cosas han cambiado.

Los dos rubios repararon en aquello que Sasuke observaba y vieron a la niña meciendo sus piernitas mientras alisaba los pliegues de su vestido. Se parecía a Menma, sin duda eran hermanos.

 -          Llévate a sora, Deidara.

El rubio mayor asintió y prometiéndole a Sora invitarle a un helado, la tomó en brazos y salieron de la oficina. Cuando la puerta se hubo cerrado, sus miradas chocaron nuevamente.

-          ¿Es tu hija? – preguntó Sasuke, mirando la puerta por donde habían desaparecido la niña y el primo del rubio, en un tono que Naruto no supo descifrar. Así que simplemente asintió y  la sonrisa amarga que asomó en el rostro de su ex amante no pasó inadvertida por Naruto, aunque él volteo la cara para disimularla.

-          Ella no tuvo la culpa de nada – dijo suponiendo por donde iba el hilo de los pensamientos de Sasuke, quien no dijo nada al respecto.

-          Yo también tengo un hijo… - habló en un murmullo, y esta vez fue el turno de Naruto para sonreír amargamente. Si, era un egoísta, y hubiera preferido que Sasuke se quedara solterón y nadie más visitara su cama, que su escencia de alfa se hubiese quedado impregnada en su piel y así nadie se le hubiese acercado. 

-          Te felicito, es bueno que hayas encontrado a alguien que llene el vacío que yo dejé  – dijo el rubio afiladamente, fingiendo indiferencia, aunque por dentro los celos le hicieran bullir la sangre.

Sasuke sonrió con tristeza. Se dio cuenta de que ese vacío que el rubio mencionó, realmente existía. Eso que Naruto suponía no había sucedido, él no había tenido tiempo para nada mas que no fuera su hijo, hacerse con una nueva pareja hubiera sido una carga más en su vida.

Ahora venía la parte difícil, tenía que decirle a Naruto sobre Menma.

Tenía miedo.

Cabizbajo, sintió sus ojos comenzar a humedecerse. Seguramente terminaría derrumbándose. Maldita naturaleza omega que le hacia ablandarse como gelatina frente a Naruto. Podía percibir la molestia emanando del alfa, haciéndolo sentir cada vez más inseguro.

-          No lo hice – Naruto sonrió sarcásticamente sin creerle demasiado - … es nuestro hijo.

-         ¿Qué?  - preguntó el rubio, creyendo no haber escuchado bien.

-          Es nuestro hijo – repitió Sasuke, aún sin atreverse a mirarle a los ojos.

Naruto no dijo nada. Por un momento efímero sintió alegría, un hijo suyo y de Sasuke… eso sonaba hermoso, pero era imposible. Simplemente no podía ser. Sus facciones se distorsionaron por el enojo que ya no pudo contener ante semejante mentira y dando un par de zancadas, se posicionó frente a Sasuke, le tomó del brazo y le hizo mirarle con brusquedad.

-          ¿De que estas hablando? – rugió con la mandíbula apretada, notando las lágrimas bailar en los ojos del otro.

-           Yo… - el pelinegro observó la furia pintada en los ojos de Naruto, tan azules como los de su bebé, las lágrimas bañaron su rostro con solo pensar en él -  estaba embarazado cuando me dejaste.

Naruto entrecerró los ojos, tratando de descubrir la falsedad de sus palabras, pero no logró encontrar nada. Le soltó de su agarre y comenzó a caminar de un lado a otro, como una fiera enjaulada. El pelinegro bajó el rostro y acarició la zona de su brazo que se había enrojecido por el fuerte apretón.

-          ¡Eso es imposible! – gritó Naruto, frustrado. Incapaz de creer aquello, haciendo que Sasuke se sobresaltara - ¡¿Qué es lo que realmente quieres?! ¡maldita sea!

Sasuke se mordió el labio, Naruto podía llegar a ser bastante agresivo y eso él lo sabía, por supuesto que conocía los arranques de quien había sido su alfa por más de un año; pero no se dejaría amedrentar, no lo hizo mientras duró la relación y mucho menos lo haría ahora. Aunque su rostro bañado en lágrimas mostraba toda la mortificación que sentía en ese momento, ignoró todo ese sentir para enfrentarse al rubio.

-          No es imposible, Dobe – dijo con altanería, cosa que hizo a Naruto rabiar más aún, pues así solía llamarlo cuando estaban juntos – ya vez qué ha pasado, y lo que quiero ahora es que me ayudes… nos ayudes – corrigió, mirándolo fijamente.

-          Debí imaginarlo - lo miró con repugnancia. Las palabras de su abuela bailando en su mente   – lo que quieres es dinero. 

-           ¡No, no quiero tu estúpido dinero! ¡escucha lo que tengo que decir! – se exaltó Sasuke sintiéndose ofendido, pero el rubio lo ignoró olímpicamente.

-          Lo que no entiendo… - guardó silencio un momento, mirando los pozos negros de su ex amante, que hoy se le hacían tan distantes – ¿porque ahora? ¿Por qué no hace tres años?

-           No te necesitábamos… - Sasuke bajó el rostro compungido, nuevamente caía en cuenta de lo doloroso que era el motivo que lo había llevado a buscar al rubio- … hasta ahora.

Eso le cayó como un balde de agua helada a Naruto. Lo único que quería Sasuke era utilizarlo. No se permitió analizar las palabras del moreno, simplemente dejó que su ofendido alfa tomara el control de la situación.

-           Lárgate – ordenó utilizando su tono autoritario de alfa.

 -           ¿Qué? – Sasuke levantó la vista del piso y descubrió el rostro ensombrecido de Naruto.

-          ¡Que te largues! – y su tono de vos era  frío y doloroso al mismo tiempo. El pelinegro retrocedió, sintiendo la necesidad de obedecer la voz de mando.

-          No… -susurró bajito, esta vez sin hacer nada por ocultar su vos quebrada, ni el dolor que le quemaba por dentro. Hizo de tripas corazón para no obedecer – no me iré – las lágrimas seguían bajando por sus mejillas y la súplica estaba presente en sus ojos.

El rubio sintió un nudo apretarle las entrañas, pero, no se permitió conmoverse por el semblante del otro, contuvo las inmensas ganas de estrecharlo en sus brazos y borrar las lágrimas con sus besos, de hacerle el amor suavemente y decirle que todo estaría bien. Por un fugaz momento pensó que era increíble ver al orgulloso Sasuke Uchiha tan destruido y se odió a si mismo por ser el causante de aquello.

Pero también odió Sasuke por volver a aparecer en su vida y traer recuerdos que pensó haber dejado en el pasado.

Le tomó nuevamente del brazo y tiró de él, quien oponía resistencia, arrastrándolo hasta la puerta. Sasuke viendo las intenciones del otro, se aferró a su camisa, arrugándola y mojándola con sus lágrimas, que copiosas no dejaban de derramarse.

-          ¡No, Naruto… por favor! – el rubio no quería escuchar sus suplicas, ya que hacían que el nudo en su estómago se apretara cada vez más – ¡nuestro hijo se está muriendo, tienes que ayudarlo!

Al Uchiha no le gustaba para nada ver su orgullo reducido a nada, pero ahora no importaba; a él solo le importaba su bebé, no le importaba que Naruto ahora le mirara con pesar, desconcierto y rabia, no le importaba nada.  Sus palabras hicieron que el rubio se detuviera, y pensó que recapacitaría, que entraría en razón y escucharía lo que tenía que decirle, por lo que le soltó e hizo el intento de recuperar la compostura; pero se equivocó.

-          Llamaré a seguridad – le dijo, luego le dio un leve empujón, sacándolo finalmente de la oficina y cerrando la puerta en su cara.

-          Naruto…

Sasuke se quedó de piedra. Había fracasado. Había pisoteado su orgullo y suplicado para nada, solo para convertirse en el hazmerreír y centro de cotilleo de los empleados del Namikaze que ahora le observaban con curiosidad y burla.

Se limpió las lágrimas y levantó la barbilla con porte orgulloso, aunque el estado tan demacrado en que se encontraba no le ayudaba en nada.

Deidara se encontraba coqueteándole a una de las secretarias, cuando la pequeña Sora, con el rostro todo lleno de helado, tiró de su traje y señaló en dirección de cierto pelinegro.  Le llamó un par de veces, pero Sasuke solo lo miró una vez y esbozó una pequeñísima sonrisa, dándole las gracias por todo.

Deidara pudo darse cuenta de que las cosas no habían ido nada bien.

Tomó la mano de la niña y se encaminó a la oficina de su primo. Pero este en ningún momento quiso soltar prenda de lo que había sucedido con el pelinegro."

+++

Itachi abrazó a su hermano, intentando consolarle, pero los hipidos y temblores del cuerpo del menor no cesaban. En ese momento solo quería tener entre sus manos el cuello del maldito Namikaze y retorcerlo como si de una toalla de cocina se tratase.

Y Sasuke se prometió no volver a llorar, recuperaría la compostura y se mantendría con la cabeza en alto por su hijo, como lo había hecho durante los últimos tres años .

Por su hijo y nadie más.

 

 

 

Notas finales:

dejenme un comentari diciendome que les parece, acepto criticas constructivas. GRACIAS POR LEER!!


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