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Una eternidad para encontrarte, un minuto para amarte por lizergchan

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Disclaimer: Los personajes de Marvel no me pertenecen, sino a Marver Estudios, Disney y a Stan Lee. Este fic lo hice sólo y únicamente como diversión.

Personajes: Dr. Strange/Tony Stark.

Aclaraciones y advertencia: Romance, algo de Ooc, omegaverse y lo que se me vaya ocurriendo, kesesesese.

 

 

Resumen: Stephen Strange, un acaudalado empresario dueño de diferentes farmacéuticas termina haciéndose cargo del hijo del matrimonio Stark luego de la muerte de estos.

 

 

—c

 

 OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

 

 

Una eternidad para encontrarte, un minuto para amarte

 

 

Capítulo 1.- El pequeño omega

 

 

Stephen Strange, alfa de alto nivel, fue un neurocirujano reconocido mundialmente pero, actualmente se dedicaba a los negocios, siendo sus farmacéuticas las número uno en el ramo.

Durante su tiempo como médico conoció a una hermosa  omega llamada María Collins Carbonell que años después se convertiría en la esposa de un alfa llamado Howard Stark.

 

Desde que ambos alfas se conocieron fue mutuo su odio, pero todo cambió cuando a Howard se le detectó un tumor cerebral que los médicos consideraban de alto riesgo y ninguno quiso operar, ninguno salvo Strange.

 

Después de que Stephen salvara a Stark, ambos alfas comenzaron a ser cercanos.

 

Años después, Howard y María tuvieron un hijo al que llamaron Anthony.

 

—¿No te parece que es hermoso? —dijo Stark mostrandole a su hijo por primera vez.

 

Strange parecía completamente anonadado por el bebé en brazos de su madre.

 

—Sí. Lo es —concordó el ex cirujano. Una enorme calidez se apoderó de él; una felicidad que no había experimentado, no desde que le perdió…

—Queremos que seas su padrino —dijo María.

 

Strange sonrió como no lo había hecho en… bueno, ya no recordaba cuánto tiempo había pasado desde la última vez que lo hizo.

 

 

 

 

Seis años pasaron, Strange procuraba visitar a su querido ahijado por lo menos unas horas al día sin importar qué tan ocupada estuviese su agenda, siempre tenía tiempo para “Tony”, y el pequeño atesoraba cada momento que tenía con su padrino pues, aquellos padres que en un principio parecían amarlo, lentamente lo fueron relegando, como un juguete al que se le pierde  el interés.

 

Howard, obsesionado con encontrar a su querido amigo, el Capitán América, María (cómo cualquier omega unida a la que su alfa le ignoraba), estaba en una profunda depresión.

 

Y Strange comenzó a odiar a sus amigos. Él no era alguien que gustara inmiscuirse en asuntos ajenos <<ni siquiera le gustaba estar cerca de otras personas, en especial de niños>>, pero todo lo que tuviera que ver con Tony era diferente. Por ese pequeño sería capaz de destruir al mundo entero.

 

—Deberías ponerle mas atención a tu familia —le reprochó a Howard. Los dos se encontraban en uno de los barcos de Stark.

 

El alfa le había invitado a conocer su nueva embarcación, aquella con la que estaba seguro, podría encontrar al Capitán América.

 

—¿Qué opinas de mi nuevo bebé? —dijo Howard con arrogancia —Tecnología te punta. Lo mejor que he diseñado. Si esta belleza no encuentra a Steve, nada lo hará.

—Estás demasiado obsesionado con ese hombre —comentó Strange —, cualquiera pensaría que estas enamorado de ese alfa.

 

Stark sonrió mirando al horizonte.

 

—¿Sabías que Steve era un omega antes de ser aceptado para el proyecto del súper soldado que lo convirtió en un alfa de alto nivel?

 

Stephen frunció el ceño, tenía ganas de golpear a su “amigo”. ¿Cómo se atrevía ese idiota a cambiar a una hermosa omega como María y a un increíblemente talentoso cachorro como lo era Tony por un fenómeno de laboratorio?

 

—No, pero sinceramente no me interesa lo que fue o será el Capitán Rogers —Howard lo miró con odio, como si hubiese cometido un atroz crimen. —María te necesita, Tony en especial, ¿no lo entiendes? Él aún es un niño que requiere el amor de su papá…

—Te gusta, ¿no es así? —le interrumpió. Stark sonreía sínicamente —La pequeña mierdecilla a cautivado el corazón del estoico Stephen Strange   —se burló. El ex cirujano le miró con odio, conteniendo como podía de romperle el cuello a ese idiota. —Está bien, puedes tenerlo cuando pase la presentación del mocoso podrá ser tuyo—se encogió de hombros —. Es obvio que será un omega, no puede ser otra cosa con esa cara de perra en celo.

 

Stephen sentía sus dedos cosquillear. Quería molerlo a golpes.

 

—Como es joven te será fácil domarlo y podrá tener los cachorros que quieras.

—No veo a mi ahijado de esa manera —Howard dejó escapar una risilla.

—Si no lo quieres, puedo dárselo a otro socio —se encogió de hombros —. Una perra…

—¡Basta! —gritó enfurecido. Odiaba a Howard y a esas estúpidas y arcaicas leyes que seguían viendo a los omegas como fábricas de bebés o putas personales. —Es suficiente. No te expreses así de tu propio hijo —dio la vuelta y caminó un par de pasos —. Me voy. Llámame cuándo no actues como un idiota.

 

Bajó de la embarcación a paso veloz; cuándo Howard intentó alcanzarlo, Strange ya había desaparecido. Stark bufo; odiaba que hiciera eso por el simple hecho de desconsertarle.

¿Cómo demonios le hacia para desaparecer así?, ¿era una clase de brujo o algo?

 

 

Un par de semanas después; Stephen fue a visitar a María, pronto sería el cumpleaños de Tony, cumpliría 7 años y él quería ser partícipe en cada parte de la celebración, por más pequeña que está fuera.

 

—María —saludó Strange. La omega estaba sentada frente a su precioso piano, pero no tocaba, parecía demasiado sumergida en sus pensamientos. Se acercó a ella para tocar su hombro.

—¡Stephen! —Exclamó la mujer.

—Lo siento, no quería asustarte —se disculpó. Ella negó con la cabeza, sonriéndole.

—Me alegra que vinieras, tengo un favor que pedirte —Strange asintió con la cabeza —. Pronto será mi celo y me gustaría que te llevaras a Tony.

 

No era la primera vez que su amiga le pedía cuidar de su hijo durante su celo, pero su instinto le decía que había algo más.

 

—Esta vez será poco más de un mes.

—María… —ella se mordió los labios. Estaba nerviosa, asustada.

—Howard quiere que le acompañe a su viaje de negocios y cree que es mejor que Tony se quede contigo, ya que tú… —la omega tenía dificultades para expresarse. —Stephen, por favor, prométeme que trataras bien a Tony, que aguardaras a que tenga edad para… para… —a medida que iba hablando se iba deslizando hasta quedar de rodillas —por favor, se bueno con él.

 

Strange comprendió rápidamente la preocupación de María; Howard seguramente le había dicho sus intenciones de entregárselo para que fuese su Omega. Era un maldito.

 

—María, María, oye —dijo ayudándole a levantarse —. Yo no quiero a Tony de esa manera.

—Mentiroso —sollozó. Strange suspiró pesadamente.

—Juro que jamás lo tocare, ni le haré ningún daño —le prometió arrodillándose ante la omega, algo que no era bien visto de alguien de su casta. Los alfas no se doblegaban ante nadie.

—Le seguirle el juego a Howard, pero sí Tony encuentra a alguien, yo le apoyaré sin importar que tenga que partirle la cara a Stark.

—¿Lo prometes?

—Con mi vida.

 

María le creyó. Sabía que Strange cumpliría su palabra, que cuidaría de Tony, incluso de Howard.

 

Continuará…

 

 

 

¡Hola! Espero les gustara este nuevo fic. Nos vemos el siguiente capítulo. Bye, bye.

 


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