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Nadie Dijo Que Seria Facil por DariWin PD

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-¿Se encuentra bien?

Flyn arruga el entrecejo y se da la vuelta quedando de perfil mirando confundido hacia el lugar de donde proviene el murmullo y es grande su sorpresa encontrase con un hombre detrás de él. Lo mira con los ojos abiertos y los labios apretados en una fina línea esperando cual será el siguiente movimiento del extraño. ¿Sera que lo vio en semejante posición? ¿Desde hace cuánto tiempo que estaba allí? Y lo que es más importante ¿Por qué no se había percatado de él hasta ahora?

El extraño vuelve a hablar pero a los oídos de Flyn solo llegan los sonidos de sus canciones favoritas por lo que solo puede observar los labios del extraño moverse. Decidido a saber qué sucede se pone de frente, eleva la mano derecha poniéndola al frente indicándole al extraño que se detenga y este lo hace con un claro gesto de confusión en su rostro. Flyn se quita los auriculares, desconectándolos de su teléfono y guardándolos en otro bolsillo de su pantalón, mientras que su teléfono está en el bolsillo de su suéter. Observa por primera vez al extraño frente a él detallándolo con la mirada. Abrigo y pantalón negro, botas para nieve azul marino, eleva la vista hacia el rostro del extraño definiendo sus facciones, tez blanquecina casi llegándole a pálida, barbilla algo ovalada, cabello rubio como los escasos rayos de sol que rara vez se asoma por las oscuras nubes de ventisca o como el brillo del oro recién pulido  y lentes de pasta semi gruesa que ocultan sus ojos.

-Oiga Amigo… ¿Se encuentra bien?

Flyn reacciona al escuchar la voz del rubio, no se dio cuenta que se le quedo mirando fijamente. Baja la mirada y asiente apenas visiblemente a la pregunta del extraño que lo mira con una cara de preocupación, Flyn no entiende porque se quedó viéndolo fijamente.

-¿Esta seguro? –Vuelve a insistir el rubio en perfecto alemán- Ese golpe que se dio con la mesa se escuchó muy grave.-Dice con un tono de preocupación en su suave y dulce voz masculina.

Flyn se lleva la mano izquierda al rostro, se tapa la cara con ella, los ojos fuertemente cerrados. Aun con la cabeza baja asiente visiblemente avergonzado.

Lo ha visto, el maldito extraño lo ha visto, solo Dios sabe cuánto tiempo estuvo allí viéndolo en semejante posición.


El rubio extrañado por su reacción, arruga las cejas en señal de desconcierto y un poco irritado por el mutismo del otro se acerca al pelinegro a paso decidido hasta quedar frente a él, a una muy poca distancia que los separe, roza apenas con los dedos la mano de Flyn retirándola de su cara y en un acto reflejo entrelaza los dedos con los del pelinegro, este se impresiona por tal acción pero contra todo pronóstico no retira el contacto sino que mira atentamente y en silencio cual será el siguiente movimiento del rubio. Levanta la cabeza puesto que el rubio le lleva un buen tramo de altura y se fija en sus ojos, detallando que a través de los cristales de esos lentes de pasta semi gruesa se esconden unos preciosos e inusuales irises.

«Tiene un ojo verde y el otro azul…»

Esa discromatopsia lo hacía único, era la primera vez que Flyn veía una en la vida real.

Se queda completamente hipnotizado perdiéndose en aquellos irises de mirada intensa sin ser capaz de articular palabra. El rubio lo observa a los ojos, definiendo con su singular mirada el perfil del ojicastaño, al instante nota el ojo ligeramente morado y el labio inferior partido por lo que arruga más el entrecejo.  

-¿De verdad se encuentra bien?- Pone la mano derecha en la mejilla del pelinegro en un acto por demás cariñoso a la vez que acaricia con el pulgar el pómulo levemente hinchado y fija su mirada en aquellos labios carnosos, gruesos y jugosos que son acompañados por esa pequeña cortada que lejos de opacar la belleza del ojicastaño le da un aire de chico peligroso.

Flyn asiente apenas, sin querer despegar los ojos de aquellas vistas que le parecen por demás extraordinarias, la mano en su mejilla que la roza en un gesto cariñoso y cálido hace que unas corrientes eléctricas viajen por todo su cuerpo al igual que unos vestigios de dolor aborden su cara por el apenas visible magullón donde tres personas lo golpearon fuertemente y en un acto reflejo cierra su ojo mientras aleja su cabeza del contacto cálido del rubio el cual queda un poco desconcertado por la reacción mas no le sorprende.

Flyn abre el ojo y gracias al dolor se da cuenta en la posición en la que esta: Con la mano entrelazada con la de un extraño a una muy poca distancia del mismo, que además le está tocando a su antojo y él se está dejando hacer muy feliz de la vida.

Baja la cabeza fijando su castaña mirada en el piso para evitar caer en el abismo de aquellos ojos espectaculares, camina hacia atrás rápidamente, soltando el agarre del rubio, da pasos hasta que su espalda choca estrepitosamente contra el estante de libros, produciendo el sonido característico que hacen los estantes cuando alguien choca con ellos y están repletos de libros.

El ojicastaño observa la oscura alfombra mientras que intenta calmar su agitada respiración pero ¿En qué momento empezó a sentir que le faltaba el aire? Su corazón se acelera mientras que Flyn intenta huir de aquella mirada intensa y atrayente. Siente sus piernas flaquear a la vez que se recuesta más en el estante para evitar caer, lo único que le falta es que el rubio además de que lo haya visto en semejante posición también presencie una caída de su parte.

El rubio al ver como Flyn intenta ingresar aire a sus pulmones hace ademan de acercarse pero al ver al otro notoriamente incomodo por su presencia, figurar como este evita mirarle a la cara e huye de su mirada desiste de hacerlo y se mantiene al margen, mirándolo fijamente, sintiendo todavía la electricidad correr por su mano, los dedos del ojicastaño estaban fríos y produjeron una pequeña corriente eléctrica al ser tocados por los calientes dedos del rubio pero por alguna razón le gusto la sensación del tacto entre ambas manos, una sensación que sin dudas desearía repetir.

Apenas siente que sus piernas le responden, Flyn se endereza, aun mirando al suelo, apoyándose en el estante, subiendo lentamente hasta quedar completamente erguido otra vez. Su espalda aun recargada del  librero. Armándose de valor alza la mirada hacia el rubio, este lo observa intensamente, sin pronunciar palabra alguna con una pequeña sonrisa en sus delgados labios. Flyn siente como un estremecimiento recorre su columna al mirar esa sonrisa que adorna la cara del rubio en la cual no enseña los dientes a la vez que nota como su garganta se ha quedado completamente seca. Intenta crear saliva para remediarlo pero no logra pensar y su cuerpo no le responde como debería. Baja la mirada nuevamente.

Empieza a sentir un calor que lo sofoca, el suéter lo asfixia, las palmas le sudan y siente un cosquilleo en su vientre además de que sus mejillas esta pintadas de un tenue color carmín.  ¿Qué le pasa? ¿Por qué está reaccionando así? Y más importante ¿Por qué con un hombre?

Flyn intenta calmarse. Aprieta las manos hasta volverlas puños y clava intencionalmente sus uñas en ellas en un intento por pacificar su órgano vital. Respira profundamente, su corazón calma sus pulsaciones un poco pero aun siente el calor en sus mejillas, la humedad en sus palmas y el cosquilleo en su vientre. Vuelve a alzar la mirada y al ver al rubio entreabrir los labios en un intento por mediar palabra, con la poca compostura que todavía le queda hace lo que cree más razonable: Salir de allí.

Se separa rápidamente del librero, parándose fuerte e imponente, igual que su padre y sale de allí a paso apresurado como alma que lleva el diablo. Ni siquiera se molestó en guardar el libro donde lo encontró, apenas si se percató cuando ya iba saliendo del pasillo camino al ascensor.

-¡Espere! –Escucho una voz a lo lejos o tal vez su cerebro no permitía que otro sonido que no fuera el de su corazón martillando rápida y violentamente en sus oídos se escuchara.

Siguió caminando velozmente, se despidió de la señora Kress con un rápido movimiento de mano al pasar frente a su escritorio, ese saludo tan agitado desconcertó a la pelirroja pero antes de que siquiera comenzar a plantear el porqué del comportamiento del joven, una suave pero alterada voz rompe la paz y el silencio que se mantenía en la biblioteca.

-¡Espere! –Volvió a alzar la voz el rubio en un fallido intento de detener al pelinegro que hacia oídos sordos a sus llamados.

La señora Kress al oír tal escándalo, ella y varios que se vieron interrumpidos por él mandan a callar al rubio que intenta seguir al ojicastaño. Se escuchó un “Shhh” de forma colectiva en el piso y después hubo silencio, por lo que habiendo cumplido su objetivo se dispusieron a continuar en paz con sus lecturas.

Pero no es que el rubio hubiera hecho caso del “Shhh”, es más, ni siquiera lo escucho, es que simplemente ya no tenía una razón para alzar la voz e interrumpir con la paz del piso, puesto que el pelinegro se había marchado. Este, se subió rápidamente al ascensor apenas llego, entrando en el apresuradamente y presionando reiteradas veces el botón de la planta baja. Le dedico una última mirada antes de que las puertas se cerraran y quedara el rubio con la respiración acelerada, los latidos que asemejaban a los de un colibrí, las manos vueltas puchos, un visible sonrojo en sus mejillas y una extraña pero agradable sensación recorriéndole el cuerpo.

Derrotado, el rubio deja escapar de sus delgados labios un suspiro de tristeza mesclado con resignación y un poco de enojo. Da media vuelta sobre sus talones, regresando hacia el pasillo, mirando su mano izquierda distraído, rozando el pulgar con los demás dedos en un intento por mantener esa extrañamente agradable sensación en su cuerpo. Sigue caminando, dispuesto a mínimo ordenar el desastre que hizo el pelinegro puesto que cuando chocó contra el estante, unas cuantos libros cayeron de él, pero al parecer el ojicastaño no se percató de ello.

Llega al final del pasillo, se agacha para recoger los cuatro libros que yacen en el suelo cuando se percata de algo, ladea la cabeza a la vez que estira la mano para recogerlo. Con delicadeza lo toma, acariciándolo con las yemas de los dedos y sin que pudiera evitarlo, una sonrisa de triunfo se formó en sus labios.

Definitivamente… volvería a ver a ese chico.

Notas finales:

HOOOOO (Se lleva las manos a la boca emocionada) ¿Quien sera ese misterioso rubio de ojos heterocromaticos que dejo sin palabras a nuestro pelinegro?

¿Por Flyn reacciono asi con el?

¿Quien es el? y mas importante ¿Porque esta tan seguro que volveria a ver a ese chico?

Gracias por su lectura.

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