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De Dragones, Panteras Y Huargos Destinados por Scarlet Secret Rose

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Tal cantidad de cajas me dejó un tanto sorprendido, no demoré mucho tiempo entrandolas con el cuerpo de Vania, pero con mi propio cuerpo esto sería una tarea parcialmente épica... ¿Por que carajos compre todo esto?... mi luna... esa era la respuesta a todos los interrogantes que vendrían más adelante en mi vida y sin duda alguna sería la respuesta correcta siempre.

 

- Bueno chico es hora de hablar seriamente de todo esto.

 

- Dispara querida tortuga, siempre has sido buena haciendo que esté con los pies en la tierra, sin ti, creo que me hubiese convertido en una fiera salvaje o algo parecido.

 

- Como sea J, no es hora de ponernos sentimental, ¿haz pensado cómo carajos vamos a hacer para criar a un huargo, un niño y para más inri a un Omega?

 

- No, la verdad es que no tengo ni la mas minima idea, mi instinto fundamental me guía a cuidarlo a él, a todas sus necesidades y mantenerlo a mi lado, básicamente en eso pensamos en todo momento, el instinto nos está tirando muy fuerte esta vez, y no se... no quiero detenerlo por primera vez en mi vida...

 

- Si J te entiendo, estar con tu destinado es todo... para mí lo era todo...

 

- Ay vieja tortuga algún día tus crías saldrán del cascarón y tu arcaico alfa despertará de su sueño si es que no lo despierto yo a patadas por tener abandonada tanto tiempo a su luna, yo no lo soportaría.

 

- Si... claro mocoso como si pudieras...

 

- Bueno, ¿que dicen los exámenes?

 

- Pues, tal vez la zorra te lo dijo, pero tu luna realmente estuvo en riesgo... en este momento no es crítico, como para que habilites la zona de hospitalización de esta ridícula bodega, pero si es peligroso, tienes que cuidarlo muy bien, le recetare una tonelada de vitaminas, refuerzos, un par de desparasitantes, leche alta en proteínas y un montón de cosas más.

 

- Es todavía un chiquillo, ¿es necesario todo eso?. Me encontraba realmente sorprendido, ese era un tratamiento realmente agresivo, había leído que solo en casos muy graves se utilizaban.

 

- Si J, es realmente necesario, tu luna tiene un par de cosillas desagradables en su sangre y no hablemos de sus niveles en general, solo te diré, no dejes que el chiquillo siquiera se corte al menos en 1 mes, debemos evitar cualquier tipo extra de infección y sangrado de todo tipo, no importa si tenemos que forrar cada esquina, filo, cosa puntuda o afilada, incluso tus púas si necesitamos las forramos con plástico de burbujas y poliuretano de ese que utilizan los chiquillos que no saben nadar en las piscinas.

 

Al escuchar toda esa perorata de cosas juntas acerca de mi luna no pude hacer más que suspirar, Fastran se debatía internamente entre arañar las paredes y hacer un nido a la antigua con Dimitri, para evitar que nada dañara a su cachorro-pareja y Vania simplemente quería arrasar todas las naciones, buscar un nido cómodo lejos de todo y anidar con Dimitri hasta el fin de los tiempos. Debía controlarme, maldita sea, debía controlarme y mucho, malditamente mucho.

 

Pasé una mano por mi cabello, tratando de calmarme, Olga había desaparecido de mi vista, después de lo que me dijo, sabía que necesitaría un momento. Debía volver a mi centro, mi centro, mi luna, sus necesidades inmediatas y tratar de suplirlas todas para tranquilizarme y suplir las mías, no había comido desde hace un rato, necesitaba comer, pero primero lo primero, necesitaba algo que me permitiera tener a esa dulzura bien vigilada... ¡una cuna! Y estaba seguro de haber comprado una cuna portátil polimórfica... que venía embalada en una caja... carajo, tenía una cantidad ridícula de cajas frente a mi... pero recordaba que la marca era como de pescadito...o pescador, algo así... saqué las garras de Fastran y me dediqué a cortar cuanta caja encontré de esa marca que no fuera un juguete... después de un rato la encontré, bueno a decir verdad encontré dos... una que era como un cilindro y arriba se cerraba como un domo, otra era más como una sillita que se adapta de forma progresiva a su sueño, con una especie de microfibra que yo ayudé a fabricar en mi época.

 

Decidí que la segunda era mi mejor opción por ahora, fuí al taller, cogí un destornillador, una UPS y un par de herramientas más por cualquier inconveniente... ¿que tan difícil podría ser armar una cuna portatil para alguien con un doctorado y un postdoctorado encima?

 

Media hora más tarde mi grito resonó por toda la estancia.

 

- ¡Tortuga! de inmediato Dimitri se soltó a llorar y yo salí corriendo como si mi vida dependiera de ello, escuchar llorar a mi luna hacía que me sintiera mal, era horrible. A penas llegue a la habitación Dimitri calmó su desesperado llanto e incluso me señaló con sus manitas, yo de inmediato lo alcé en brazos e inunde la estancia con mi aroma, y de inmediato el pequeño Dima se aferró con su infantil fuerza a mi buzo deportivo y se tranquilizó al sentir mi calor y mi aroma.

 

Salí de la estancia con mi luna en brazos, para encontrarme a Olga cerca de mi intento de cunas... si... no las logré armar del todo... ella alzó una ceja y yo le entregué a Dimitri para que lo cargara mientras ella me explicaba el modo adecuado de armar, cuando al fin pude tener a la más básica de ellas armadas, Olga depositó a mi luna entre los almohadones, el cachorro se removió un tanto molesto, pero tan pronto la tela adquirió su temperatura se mostró un tanto más relajado.

 

No era sorpresa que le quedase un tanto grande, es cierto que mi chico estaba un tanto pequeño para su talla, pero pronto nosotros solucionaríamos eso. Olga desembaló rápidamente una mecedora y se sentó al lado de mi luna vigilando mientras yo terminaba al menos de seleccionar lo que necesitaríamos con más urgencia.

 

Después de un rato localicé el cambiador, todo el resto de paquetes de pañales, pañitos y demás, los suplementos que había pedido, los peluches aptos para bebés de pocos meses y los juguetes aptos para cachorros, de lobo, puesto que no encontré para huargo, el lote de ropa, la cuna grande con todos sus accesorios, las luces de juego, las utilizadas para calmarlo, el monitor para bebé, un nuevo complejo sistema de vigilancia, con cámaras, sensores de todo tipo, además de una pañalera, un esterilizador de teteros, un termómetro infrarrojo, unos adaptadores para bebés y niños de las máquinas de medicina que ya teníamos aquí, varios tipos de portabebés, un coche y un corral.

 

Me dispuse a armar el cambiador y la cuna, el primero era vital, y el segundo... a pesar de todo lo que me gustaba entendía que mi luna debía dormir solo y adquirir un poco de autonomía, nosotros queríamos un compañero, un amigo, una pareja de vida, alguien incondicional, pero no queríamos un esclavo excesivamente dependiente y sin criterio propio y para eso nuestra luna necesitaría espacio y crear su propia consciencia y personalidad, yo me encargaría de brindar un apoyo y una guía ligera hacia todo lo que él quisiese y decidiera ser en la vida.

 

Cuando terminé de armar la cuna, el cambiador y un cajonero que no me llevó demasiado tiempo gracias a ciertas indicaciones de Olga me alejé para admirar mi obra, me sentía satisfecho, hasta que un pedazo de poliestireno voló directo a mi cabeza, no me hizo nada, pero me molestó.

 

- Y ahora que terminaste de armar lo básico alpha tonto... ¿donde carajos piensas meter todo? Mencionó divertida la vieja tortuga

 

- ¡mierda! De inmediato me llevé la mano a la boca arrepentido.

 

- Lenguaje J, estas en frente de un bebé.

 

- Disculpame amada luna. No pensé en eso... la verdad... supongo que se quedará en mi cuarto hasta que mañana adapte un nuevo espacio para él.

 

- Es hora de que vayas comiendo algo, en todo el tiempo que llevo junto a ti y supongo que desde antes no haz comido nada o sí?

 

- No, la verdad es que no, confesé apenado.

 

- Apha idiota. No te atrevas a reclamarme a mi por el lenguaje, te lo mereces, no puedes vivir de la energía acumulada en Vania porque si.

 

- Como sea pidamos algo, ¿te parece pizza? sugerí un tanto tentado con esa visión.

 

Otro pedazo de poliestireno voló directo hacia mi, pero lo alcancé a coger en el aire.

 

- Dejame llamar a mi al domicilio, ya revisé tu nevera y no encontre nada verde... entiendo que seas carnívoro, pero sabes, tu parte humana es omnívora y sí, también necesitas vegetales para estar balanceado, incluso hay algunos que ayudan a mantener fuertes instintos bajo control...

 

- Está bien mamá tortuga, todo tuyo mientras tanto le prepararé algo de comer a mi dulce luna,

 

Ella se marchó murmurando algo así como alpha idiota y atontado.

 

Tan pronto como ella desapareció yo liberé todo mi olor y de un salto un tanto espectacular llegué al lado de mi luna que al sentir mi olor abrió sus somnolientos ojos, liberó sus caídas orejitas y estiró sus brazos en mi dirección, casi muero de la ternura, lo alcé en brazos y me fui directo al cajonero, en uno de los inferiores encontré una bandolera, dejé a Dima por un segundo en el cambiador mientras me la ajustaba y lo puse dentro de ella, era maravillosa, estaba pegado a mi, el peso estaba muy bien equilibrado, el podía sentir mi olor, mi calor, los latidos de mi corazón y yo podía sentir todo, desde su corazón latiendo como un pajarillo emocionado, su respiración acompasada y relajada, y sus leves movimientos tanto voluntarios como involuntarios me maravillaban, por un rato me quedé quieto contemplando.

 

Salí de mi ensueño cuando mi luna se removió inquieto, fuí a la cocina donde había dejado todo el equipamiento para su comida, tenía el agua lista en un calentador especial, y la leche de una buena vez en un dosificador. No fue más que agregar el agua, el polvo, cerrar, batir y probar la temperatura. Tenía dos tipos, quería hacer una prueba, sabía que mi luna había sido abandonado antes de tiempo por su mamá, por lo que no alcanzó a alimentarse bien de la leche de su madre, incluso por como estaba dudo que ella lo hubiese alimentado incluso un poco más que lo estrictamente necesario pero con leche de formula de baja calidad, casi como si no quisiera hacerlo. Tenía leche para cachorros y leche para bebés humanos. En una cuchara chiquita le dí a probar ambas mezclas, con antelación sabía que la de bebés no le había encantado, pero se la tomó, pero al probar la de cachorros la amó de inmediato.

 

En un tetero aparte le mezcle los dos... solo por si algo y se lo dí, y definitivamente esa leche le gustó mucho más, tanto así que se aferró a la botella hasta que acabó la última gota y a pesar de haber acabado siguió mamando tratando de comer más de ello.

 

Después de lidiar con los gases y cambiarlo por que se había mojado, llego la tortuga con cajas de comida japonesa... carajo esa comida estaba llena de verduras, no tenía nada en contra, solo que despues de un par de orfanatos donde vivían muchos herbívoros y solo como carnívoro le empecé a coger un tantito de aversión gracias a más de una cuidadora que me obligaba a comer eso y nunca un pedazo de carne.

 

Nos sentamos en la mesa del comedor, dejé a Dima en una de las cunas portables, específicamente en la polimórfica, tan pronto como lo dejé ahí se transformó en huargo y la cuna pasó a ser un corral en altura, donde él se pudo acostar y enrollar tranquilo a dormir.

 

Olga y yo empezamos a comer, le comenté de la mezcla de leches y a ella le pareció acertada, el necesitaría el alimento en ambos, después de descansar ella haría el plan de alimentación para él. Terminamos de comer y arrojé los cartones, palillos y bolsas de papel a la hoguera, Olga me miró mal, pero la verdad no me importó.

 

Encendí mi computador, tenía un par de mails del gobierno, en los dos primeros me exigían entregar a Dimitri a la custodia del gobierno pues como huargo y demás cosas era su deber protegerlo a él y proteger a la ciudadanía de tal bestia. En el tercero me brindaban una oferta, entregarlo a un orfanato de mi elección en una lista de 5 todos dirigidos por el gobierno, y que yo podía pasar todo el tiempo que quisiese visitandolo e incluso sacandolo a pasear el tiempo máximo permitido, incluso un poco más cuando alcanzara la edad mínima para ello. Ninguna de las dos cosas sucederían, necesitaba ir a visitar a los idiotas que podían parar esto y necesitaba que alguien viniera a cuidar a mi luna y a Olga mientras yo me ocupaba de este asuntito.

 

Mi luna descansaba en la cuna a mi lado, tomé de una de las cajas de seguridad un telefono satelital.

 

Al tercer intento me contestaron.

 

- ¿Maldita sea vanya sabes que hora son? Contestó un hombre un tanto molesto

 

- Haku, hablas con J. Respondí con un tono neutral.

 

- Hola hermano, no tienes disculpa tú tampoco, ¿sabes que hora son? Como sea, aún está muy temprano el sol aún está alto en el cielo, estás demente por llamarme a estas horas. Alegó con voz un tanto alterada.

 

- No te quejes lagartija crecida, necesito tu ayuda. Le corté con un toque de broma en mivoz.

 

- ¿Que pasó? Su voz sonaba realmente intrigada

 

- Encontré a mi luna, agregue sin amortiguar la noticia

 

- Felicidades J, alfín encontraste a alguien tan trastocado como tu. Haku comentó entre risas.

 

- No se si agradecerte o insultarte, él es un huargo.

 

- Mierda y a parte de todo es un él, bueno teniendo en cuenta que eres 3 en uno, una mujer tendría que ser...

 

- Aún es un bebé, interrumpi su perorata.

 

- ¡mierda! Exclamo, alguien al fondo se quejó por la palabra, de seguro era Murana.

 

- Si... lo se, necesito que vengas junto con tu luna, si puedes traer a alguno de los chicos en tu camino te lo agradecería.

 

- Si con gusto, ya mismo salimos, ¿se puede saber por qué tanta urgencia?

 

- Amenazan con quitármelo, así que de la forma más políticamente correcta intentaré quitarmelos de encima al menos por un tiempo.

 

- Claro, estratégicamente no puedes llevarte al niño y supongo que la ancestral tortuga esta contigo, no puedes dejarlos desprotegidos.

 

- Si, estas en lo correcto.

 

- Vale no hay ningún problema, alistamos maletas

 

- No, aquí tengo cosas que les sirven a todos, vengan lo mas rapido que puedan.

 

- Listo, no hay problemas, salimos de inmediato.

 

- Gracias, lagartija.

 

- Con gusto bicho raro. Se despidió con cariño antes de colgar

 

Apague el teléfono y de inmediato lo guardé en su sitio

 

Alcé a mi luna en su cuna y lo dejé a un extremo del cuarto, yo me fuí a al armario, me cambié a mi pijama y organicé las cosas que necesitaría mañana.

 

Me fuí a la cama y me enrede entre el montón de sábanas y cobijas que estaban en ella protegiéndome como si fueran un capullo o una madriguera, no faltó mucho para que quedara profundamente dormido.

Notas finales:

Si alguien lee esto me gustaría saber qué piensan, el tema, si despierta algún sentimiento o si se sienten frustrados con tanta descripción y tan poco avance en la trama.

 

Muchas gracias por leer

 

Love you always

 

Scarlet Secret Rose


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