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De Dragones, Panteras Y Huargos Destinados por Scarlet Secret Rose

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Mi luna me despertó tres veces en la noche, por hambre, para cambiarlo y por que quería compañía… no lo sé, su llanto fue diferente cada vez, todas las veces me desesperó en ganas de tenerle en mis brazos, calmar y suplir todas sus necesidades, parezco todo un disco rallado pensando esto cada dos por tres, pero mis sentidos están en alerta roja, antes de siquiera empezar a llorar, escucho su molestia al revolverse en la cama, incluso mi olfato me alertó que mi luna necesitaba un cambio antes de que empezara a llorar, en total me desperté unas 6 veces en la noche, pero me rendí y decidí ocupar el cuerpo de Fastran y dormir hecho un ovillo  justo debajo de su cuna, para protegerlo y estar completamente pendiente de él.

 

Apenas amaneció Olga abrió la puerta de la habitación de inmediato yo me ericé, gruñí, mostré los dientes y me agazapo en guardia con el cuerpo totalmente tensionado aún debajo de la cuna de Dimitri, ella solo me miró y volvió a cerrar la puerta, fue en ese momento en el que me dí cuenta que había cometido un error y uno grave teniendo en cuenta a la vieja tortuga, por un segundo pensé que era lo peor que pudiese hacer, nada que realmente me asustara, por lo que lo dejé así, con el mayor cuidado del mundo dejé la cuna en frente de mi baño, para poder limpiar mi cuerpo de forma adecuada sin descuidar ni siquiera por un segundo al chiquillo.

 

Abrí la ducha y me bañé el cuerpo, evité a toda costa lavarme el cabello, al menos por hoy debía construir un par de cosas por lo que sería un desperdicio, fuí excesivamente meticuloso con el resto de mi cuerpo, una cosa era mi cabello, pero Dima estaba muy propenso a enfermar. Nunca estuve muy orgulloso de mi cuerpo y aunque lo mantuve siempre “a punto” realmente no me importaba mucho mi aspecto, pero ahora con la llegada de mi luna estaba al fin aliviado de pasar tiempo entrenando mi cuerpo antes, tenía la musculatura, fuerza y velocidad necesaria para proteger y cuidar de mi luna, pero en el trasfondo de mi mente empezaba a formarse una ligera idea si en un futuro a mi luna también le gustaría mi forma humana… Fastran y Vanya eran imponentes y preciosos, pero yo no era más que un humano… dejé ese hilo de pensamiento olvidado, aún era muchos años muy pronto para que dima siquiera empezara un pre-calentamiento.

 

Una vez seco me solté el rodete que había hecho con mi cabello y lo acomodé en una cola de caballo alta, sin prestar mucha atención tomé un par de jeans de trabajo, una camisa manga larga negra, unas botas de seguridad del mismo color junto a un cinturón de seguridad salí y tomé a mi luna con la mayor suavidad que pude en brazos, se había quedado dormido y no tenía ni la más mínima intención de despertarle.

 

Una vez en la cocina, salude a Olga, quien no me devolvió el saludo, solo señaló con el cucharón que estaba utilizando en no se que receta un papel que estaba pegado en la nevera.

 

Me acerqué y justamente era la dieta y horario  de las medicinas y suplementos de Dimitri tenía que aceptar que era una cantidad un tanto escandalosa, pero si era necesario cumpliría al pie de la letra lo que ella dijera, al fin y al cabo ella no tenía tantos años de experiencia de forma gratuita.

 

Dejé al aún profundo cachorro en la silla alta de bebé que había en la cocina y abrí el congelador para buscar mi desayuno, un rico emparedado de queso, cordero, pollo y res. Pero casi me voy para atrás al ver mi adorada carne en una caja de seguridad transparente y con clave. Mierda sabía que no debí haberle gruñido a la arcaica tortuga y mucho menos dejar que me viera dormir bajo la cuna de mi luna. Me disponía a alegarle cuando me calló con una mirada y con un cucharonazo me mandó a sentarme al lado de mi luna.

 

Pocos minutos después la bruja tortuga trajo a la mesa dos platos profundos con comida y uno de bebés para dima con algo que hasta a mi me olía delicioso.

 

Baje mi mirada hacia el plato y me encontré frente a frente con una sopa de avena, verduras y unas hilachas de pollo que competían fuertemente con los hilos que se usa para tejer.

 

  • Estas de broma tortuga, esto no es un desayuno para mi, desbloquea mi carne y dejame desayunar de forma apropiada dije de forma más amable que pude con una de mis cejas levantadas.

  • Es tu castigo gato idiota, deja de ser remilgado y come que eso no está envenenado, yo me encargaré de la comida de todos mientras Dimitri crece y tu te conviertes en un adulto responsable.  

Con un gruñido agarré la cuchara y comencé a comer de no muy buena gana,  a mitad de la sopa me levanté de un compartimiento en la pared saqué los bloqueadores que estaba usando, eran varios frascos, cogí uno de cada uno, los volví a meter en su sitio y me dirigí a la mesa mientras me metía los 3 primeros a la boca, lastimosamente no tome en cuenta que la tortuga estaba en la habitación cuando lo hice por lo que ella me miraba con cólera en la mirada, yo alcé los hombros y me tomé los últimos 4.

 

Tan pronto como estuve a su alcance esta me pellizcó fuertemente la nalga derecha haciéndome saltar y perder momentáneamente el aire de lo duro que el pellizco fue, Fastran en mi interior saltó sorprendido y Vania se removió molesto, yo iba a replicar pero mi luna bosteza y se estira en su silla,  tan pronto como lo hizo lo saludé de un beso en su frente mientras mi cabello caía en sus manos, lo que hizo que se riera yo me quedé extasiado con el sonido, era como el aleteo de una mariposa, una caricia inesperada y un huracán que revolvió todo en mi interior.

Con cuidado tomé la cuchara y le empecé a dar de comer a Dima quien agradecido se comió juicioso hasta la última gota.

 

Voltee a ver a la tortuga y esta me miraba con una cara de burla, fue en ese momento en el que me dí cuenta de que había actuado casi automáticamente, teniendo tanto o más cuidado que una madre con su cachorro, vigilando que cada bocado fuera al sitio indicado, sin atosigarle y mucho menos forzarle. Miré a mi comida y esta se había enfriado y convertido en una compota de aspecto en absoluto agradable, hice de tripas corazón y me comí todo en un abrir y cerrar de ojos, el sabor no era malo, pero la textura era el desastre encarnado, Olga solo reía por lo bajo observando.

 

Ya habiendo terminado de comer olga tomó en brazos a mi muy adormilado luna y se lo llevó de mi lado con la excusa que tenía que hacerle un par de terapias cognitivas, motrices y psicopedagógicas. Yo la dejé aunque me costó como la vida misma quería estar con él y apoyarlo en el proceso, no quería dejarlo solo con ella, aunque en el interior sabía que ella nunca haría absolutamente nada para dañar a un cachorro.

 

Aproveché que tenía cosas que construir y me puse a la labor de diseñar cómo sería nuestro espacio, ya no era un alfa soltero que podía descuidar su hogar a voluntad, ya tenía una luna y un cachorro (aunque fueran la misma persona) era mi turno de “sentar cabeza”, si es que el término era aplicable conmigo.

 

Me dirigí a un cuartito que me servía de estudio y en una hoja me dediqué a diseñar las nuevas habitaciones, la habitación de mi luna, en ella iría la cuna, cambiador, armario y un baño privado, al menos mientras él creciera debía tener sus espacios de forma debidamente separada tenía que pensar en sus necesidades a futuro, teniendo en cuenta que era un omega y su desarrollo normal. En un cuarto a parte estaría un cuarto para sus juguetes, quería que fuese de juegos, pero conociéndonos, tenía muy en cuenta que más bien utilizaríamos el espacio libre de la bodega para construir y correr cuanto quisiéramos. Tres habitaciones extras para las visitas, aproveché mi teléfono y através de una aplicación pedí una orden de mercadería con todo lo que necesitaríamos de víveres al menos por un rato.

 

Ya con los diseños bien hechos me dirigí a un cobertizo que tenía en una esquina de la bodega donde guardaba todos los módulos y demás cosas para construcción. Saqué todas las paredes, tablones de madera y vigas y columnas de madera para construcción que necesitaría, viendo el tamaño de todo ello, me desvestí y cambié a la forma de vania para llevar los materiales a la zona que necesitaba, ya con todo en el sitio, volví a cambiar y me vestí para comenzar.

 

La habitación de Dima quedaría justo al lado mío, tendría que hacer un ligero adapte para la batería sanitaria, pero lo valía, al lado de mi estudio quedaría el cuarto de juegos y los cuartos de invitados quedarían un tanto alejados los unos de los otros, para mayor privacidad, aproveché y agrandé un poco la habitación anexa al consultorio y al laboratorio para que la malvada tortuga tuviese un espacio más grande para estar.

 

Una vez con toda la estructura organizada procedí a enchapar, atornillar y a aislar todas las paredes y cielorrasos , alabado aquel que inventó el panel yeso, adapté un par de ventanas en dirección al espacio de la fogata y encajé todas las puertas.

 

Cuando estaba encajando la última puerta un dulce olor llegó a mi nariz, estaba completamente consciente que era el de mi Luna y aunque me moría por ir con él aún tenía mucho que terminar. Cuando estaba a punto de coger los listones de madera para el suelo del cuarto de mi luna, que se jodan los invitados, sentí que algo me jaló una de las botas del pantalón, bajé mi mirada y me encontré con Dima en su forma de huargo pidiendo mi atención, de inmediato lo alcé en mis brazos y dí un par de vueltas con el haciendo que cambiara de forma y me mirara con esos dulces ojos suyos mientras reía.

 

Olga me indicó que la cena estaba lista, ¡la cena! Había pasado todo el día sin descanso trabajando en todo, pero estaba satisfecho, un par de horas más y dima tendría su cuarto, con ayuda de la Tortuga estaría listo en un par de minutos.

 

Con Dima en brazos entré a la cocina donde la tortuga estaba sirviendo una variopinta cantidad de verduras, algo de pasta con salsa de tomate y una adorable cantidad de camarones y cubitos de carne de cerdo (si mi olfato no me engañaba).

 

Senté a dimitri en su silla y mientras le daba de comer yo daba uno que otro bocado, deliberadamente traté de dejar de lado todas las verduras, pero apenas me di la vuelta la muy tortuga me metió un pedazo de brócoli en la boca, no era que me desagradó, pero si, tampoco me encantaba su sabor, con curiosidad probé un poco de la comida de Dima, y tenía suplementos vitamínicos mezclados con un poco de leche de huargo y trozos diminutos de costilla ahumada, el sabor aunque un tanto raro, no era feo y al parecer a dima le encantaba.

 

Después del 5to trozo de verdura metido en mi boca sin mi consentimiento, yo ya estaba un tanto molesto.

  • Por amor a mi luna ¡Ya detente mujer!

  • Olvidalo alfa idiota, tú comerás todos los vegetales de la ensaladera si quieres seguir tomando ese cóctel de medicamentos. Dijo la malvada mujer con un tono que auguraba diversión, casi como si estuviera a punto de cantar.

  • Dejaré el bloqueador de olfato, pero solo me comeré la mitad de la ensaladera.

  • No acepto tu trato, dejarás el inhibidor de celo más potente y te comerás la mitad de las ensaladeras que yo prepare. Mencionó con diversión y certeza.

  • No, ese no, me niego a dejar ese. Replique con terquedad, aún sabiendo que contra ella era una batalla perdida.

  • Hazlo o me encargaré de inyectarte un inductor de celo tan pronto como me des la espalda, dijo con la mayor seriedad de esta tierra.

Su comentario hizo que recordara hace unos años cuando yo era una pantera adolescente que no atendía razones y mucho menos recomendaciones médicas, tenía una herida que se había infectado, pero me negaba a que me atendieran, así que en el orfanato la llamaron a ella y la muy tortuga llegó con un rifle de dardos y en uno de ellos tenía un fuerte cóctel de anestésicos y antibióticos, apenas estuvo a 10 metros de mi le rugí y ella ni corta ni perezosa me disparó al lomo, aún recuerdo como si fuera ayer todo lo que dolió, amanecí con con la piel casi como nueva, pero 3 días después amordazado, atado y sin saber si era de día o de noche.

 

Bajé la cabeza con rendición, fuí a mi resguardo de medicinas y le entregue el inhibidor más potente, saque una pastilla para tomarla mañana, tenía que estar completamente lúcido para los sucesos de mañana, se lo explique y con mala gana ella entendió.

 

Apenas terminamos de comer, dejé a Dima una vez más a su cuidado y terminé casi en tiempo record la instalacion del cuarto de mi luna junto con la ayuda de la Tortuga quien se sentó en la mecedora a decirme cómo organizar, si aquí o allá, y a darle un toque más calmo y “femenino” al cuarto, quien sabe cuantos cuartos no habría organizado ella para sus cachorros esperando que algún día vieran la luz.

 

Arropamos al ya muy dormido Dimitri y cada uno nos dirigimos a nuestro cuarto, yo me bañé y me puse mi pijama, quería ir con mi luna, pero al menos por esta noche tendría que ser fuerte, no le podía contagiar a el mi ansiedad por lo que ocurriría mañana.

 

Mañana en la mañana llegarían ellos al fìn, estaba seguro que no llegaría solo Murana y Haku, teniendo en cuenta su demora llegarían con Nidhogg, su pareja Misha, Vasya y su linda omega Shura. Menos mal le dije que vinieran lo más rápido, de lo contrario Haku se hubiese confabulado para reunirnos a todos y el grupo no llegaría hasta dentro de un mes.

Notas finales:

Me disculpo con mis lectores con antelación, debido a mi estudio, la actualización de mis fics va a ser un tanto demorada, pues la exigencia es fuerte y aunque quiero seguir escribiendo capitulos enteros, necesito centrarme en mis materias. pero no se preocupen que tan pronto como pueda volver a tener un capitulo descente, lo publicaré tan pronto como ocurra. 

Muchas gracias por leerme y adoro todos y cada uno de vuestros mensajes 


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