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De Dragones, Panteras Y Huargos Destinados por Scarlet Secret Rose

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Me dejé caer en la silla. Mi destinado... nunca pensé que alguien como yo, pudiese tener un destinado, soy solo un jodido misterio y error de la genética. Estaba confundido, muy emocionado y asustado, pero ya no estaría solo, nunca más.

- Bueno, ¿por qué trajiste a esta gente Lena?

- Deben llevárselo. Dijo de forma clara y contundente.

Yo me quedé pasmado, ¿llevárselo? Se querían llevar a mi pareja, a mi vida, a mi luna,

- ¡No! Bramé con todas mis fuerzas, los tres estábamos furiosos, no podían, no podían quitarme a mi destinado, aquel que me había estado llamando desde su nacimiento.

- Deben hacerlo, no pueden dejar a un omega en manos de un alfa y mucho menos a un Huargo. Dijo Lena.

- ¡NO! Bramé, con las tres voces de mando, Lena retrocedió y su piel se tornó levemente escamada para protegerse, los dos betas de la entrada retrocedieron asustados.

- Juan Carlos, escúchenos, debemos llevarnos al niño, criarlo, educarlo y vigilarlo, es peligroso.

- Solo es un bebé omega, no es peligroso, alegué a la defensiva

- Es un Huargo, esas bestias son peligrosas y traicioneras deben...

Solté un rugido atronador que sacudió el edificio. Dimitri estaba llorando asustado.

- No lo voy a permitir, no voy a permitir que se lo lleven, lo humillen y se vanaglorien en ello, no permitiré que lo dañen.

- Nadie le hará nada...

- Mienten, soy un dragón y sufrí en carne propia lo que le espera a este niño si se lo llevan.

- Es diferente, usted es un alfa este ser es un omega y usted entenderá que deben ser controlados los huargos...

- ¡Cállese y no empeore su situación! Yo lo cuidaré, lo criaré y protegeré de escorias como ustedes, atrévanse a detenerme y destrozaré su jodido país en un abrir y cerrar de ojos, no tienen ni idea a quienes están tratando de separar, hablo Vania.

- Cariño, entiende...

Me giré con rapidez hacia Lena.

- Es mí destinado, un Omega, estará bajo mi cuidado, no voy a entender nada de lo que quieras decirme víbora traicionera, pensé que tú sabrías más que nadie que tan profunda era mi soledad y mi desesperanza.

- Si las cosas son así, no nos queda más que intervenir. Habló el trabajador de servicios sociales. Cada mes se les hará una auditoría y donde las cosas se salgan de control, ambos serán reportados.

- Nadie hará nada o arrasaré este país, es una sentencia, pueden vigilar, pero lo harán de lejos, nunca intervendrán y donde intenten acercarse a más de 30 metros a Dimitri, este país lo pagará con sangre y fuego, lo hemos estado esperando por más tiempo del que vale la pena contar seguía hablando Vania, todos tres estábamos de acuerdo con sus condiciones.

El trabajador social estaba increíblemente tenso.

- Tengo que enviar una notificación...

- Gracias por todo, yo me encargo a partir de ahora, agarré la pañalera y mi maletín con una mano y salí de ahí, Dimitri estaba nervioso, lo cubrí con mi gabardina y permití que Vania nos calentara con su fuego interno antes de salir a la intemperie de inmediato Dimitri se calmó, había empezado a nevar y un escalofrío sacudió mi ser, donde me hubiese demorado más tiempo, Dimitri hubiese podido morir de frío.

Salí del hospital sin mirar a nadie o nada y paré el primer taxi que salió, Dimitri se quedó dormido, arrullado por los ronroneos de Fastran, miré al cristal y pude ver mis ojos rojos con pupilas rasgadas, ambos estaban muy a la horilla debía tener cuidado.

El taxista nos llevó a nuestro destino, una bodega enorme a las afueras de la ciudad, pagué el monto del servicio y entré a casa con Dimitri profundamente dormido. Activé el sistema de seguridad para emergencias y entré a un cuarto que había construido en un costado dejé a mi Luna en mi cama, mi olor lo mantendría calmado y la manta térmica lo mantendría tibio, cogí mi computador y me senté en el piso al lado de la cama, para enviarle un par de correos a Lena y a Olga, a la primera para que me enviara nuestros exámenes y a Olga para que nos hiciera un chequeo a los dos y nos diera las indicaciones necesarias para nuestra vida de ahora en adelante. Después pedí por internet suplementos para lobos Omega que deberían servirnos por un tiempo, al menos hasta que realizara los trámites para los suplementos de huargos omega, ropa para bebé de diversas tallas, una cuna, juguetes para perros y niños y una orden extra grande de elementos de primera necesidad para bebés.

Me desvestí y le permití a Fastran salir, yo estaba agotado el custodiaría la seguridad en su poco profundo sueño y cuidaría que Dimitri no estuviese en posiciones raras, mañana afortunadamente era fin de semana y no tendría que lidiar con la oficina ni el laboratorio, debía adelantar mis vacaciones, no había mucho lío, me debían casi 6 meses de ellas y solo faltaba 1 semana para mis vacaciones obligatorias. Apenas me acosté hecho un ovillo alrededor de nuestra luna en el cuerpo de Fastran, caí en la inconsciencia, permitiéndole a él tomar el control por completo.

Movía la punta de mi cola de forma un tanto perezosa mientras dormitaba, un pitido del sistema de seguridad me alertó, de inmediato me posé sobre Dimitri preparado para atacar a lo que sea que haya sido detectado por el sistema. Mi luna noto de inmediato mi cambio puesto que se removió incómodo y empezó a llorar en voz muy baja como si no quisiese que alguien lo escuchase, yo lo envolví con mi larga cola y lo levante, posándolo en mi lomo, con sumo cuidado revise a uno de los monitores que se encontraban a un costado de la cama, un mujer un tanto bajita, con un maletín de mano y un baúl aun tanto grande con ruedas estaban en la puerta, con una de mis grandes patas presione un botón y rugí molesto, Dimitri gimoteo en respuesta y yo pase la punta de mi cola por sus suaves mejillas, tratando de calmarlo.

- Fastran, ¿estas afuera?

Vieja tonta, como si Vania pudiese rugir así, yo rugí otra vez por el comunicador como respuesta. 

Esa vieja bruja estallo en risas. 
- venga, ¡ábreme gatito! 
Pensé volver a rugir, pero Dimitri ya estaba lo suficientemente inquieto y ya era difícil mantenerlo acostado en mi lomo.

Oprimí otro botón y abrí la puerta, de inmediato cambie al cuerpo de J pero yo mantuve todo el control. Vania como buen dragón se hallaba durmiendo, a lo mejor volvería a aparecer la próxima semana, escuche un gruñido en mi interior... Vania se encontraba cerca...

Deje a Dimitri sobre la cama y me puse un pantalón de algodón negro, una camisa de algodón del mismo color y un chal de lana, alcé a nuestra Luna y lo arrope con el chal, él se removió con delicadeza en mis brazos.

- Hola Fastran.
- ¿Qué más vieja bruja? 
- Tú sabes cómo... Es difícil ser la última galápagos... 
- No pierdas la esperanza, tal vez algún día tus hijos lleguen a la luz. 
- Gracias minino. 
Yo gruñí como respuesta. 
- venga, muéstrame ese chiquillo, por el que pusiste en jaque al país. 
De mala gana lo saque del chal y se lo pasé reticente. 
- Oh, valla exclamo, pero si es un hermoso ejemplar de omega, dijo mientras acariciaba su frentecita en especial la gema cian en ella.

- Es un huargo, mencione.
- Bueno, sí que guardas secretos, pequeño, ya puedo entender por qué tanto alboroto. 
- ¿Tienes el consultorio limpio? 
- Sabes que si... Vieja bruja.
- ¿Es tu luna, cierto? Preguntó de un momento a otro.
- Si... 
- Esto va a ser difícil... Tenemos que tomar medidas para evitar problemas...
- Lo sé... J tiene miedo, Vania quiere atesorarlo y destruir a todo a aquel que ose siquiera acercarse y yo quiero ocultarlo de todo el mundo al menos hasta que ya pueda caminar y me acompañe de cacería parezco una madre, es frustrante... Dimitri se ve tan frágil... tan dulce e indefenso, incluso me es difícil que tú lo tengas en tus brazos. 
- Él será fuerte, no lo dudes, a pesar de ser un omega, el será fuerte, tiene que cuidar de ti... De todos 3 y los amará como a nada en la vida. Fastran, cálmate es normal que te sientas de esa forma, tu instinto te guía a cuidarlo y protegerlo de forma fiera, al ser un cachorro no actuarás como un macho y su pareja, actuarás más como una madre, preocupada y sobre protectora, es por eso que Vania amenazó con destruir todo el país si lo alejaban de Dimitri. 
- Eso explica mucho de nuestro comportamiento pero no puedo evitar pensar, sentir que nosotros ya lo amamos y él no es más que un bebé, demasiado chiquito que casi muere. 
- Calma minino, que yo estoy aquí para cuidar de su bienestar. 
Nos dirigimos a otro lado de la bodega y entramos a una estancia no muy amplia con fuerte olor a desinfectante, nuestra luna empezó a llorar molesto y todo yo me tensé.

- Cálmate alfa, tienes que ser fuerte y críalo de forma adecuada, debes ser fuerte y no ceder ante todos sus lloriqueos o el chiquillo no crecerá bien y mucho menos aprenderá a ser independiente de su huargo.

Yo me abracé a mí mismo, escuchar su llorar sin poder hacer nada era una tortura, como pantera quería ocultarlo y protegerlo, que siempre estuviese satisfecho, feliz, limpio y calientito. Clavé mis garras en mis brazos, intentando contenerme de arrebatarle de los brazos a mi Luna.

Unas cuantas gotas cayeron al suelo y Olga me dio un zape en cuanto las vio.

-Alfa imbécil, ¿alguna vez te he hecho daño?

- Nunca... susurré

-¿qué? ¿No te escuche?, me dio otro zape incordiándome.

Un gruñido algo agudo atravesó la instancia, un lobezno negro de 30 cm de altura con una mancha blanca en su pecho enseñaba sus escasos incipientes dientes a Olga mientras, se notaba muy delgado y su pelaje un tanto descuidado estaba erizado y sus orejitas estaban tiradas hacia atrás.

Ella se acercó al cachorro y le extendió la mano con actitud conciliadora, para que la oliera y se tranquilizara, pero Dimitri, le propino una mordida.

- ¡Auch! Se quejó mientras daba un paso hacia atrás. Este niño es más agresivo que tú, cuando te conocí J, tiene un buen genio para ser un omega.

Yo la puse detrás de mí, y dejé salir nuestro olor, impregnando la estancia, Olga se cubrió la nariz un tanto incomoda, pero por el contrario Dimitri relajo su expresión, cubrió sus colmillos, batió un poco la cola e intentó llegar a mí pero se enredó con sus propias patas y calló de la mesa soltando un aterrador chillido que me aterró, yo me tiré al piso interceptando su trayectoria haciendo que cayese en mi pecho abrazado, él se removió en mi pecho, empezó a lamer mis manos con alegría mientras yo trataba de mantenerlo quieto y tranquilo.

Su olor, suave y maravilloso hizo que me transformara, adoptando mi forma normal, dejé a Dimitri en forma de huargo entre mis patas delanteras mientras yo agazapado le mostraba mis colmillos a Olga, tratando de proteger a mi cachorro.

De repente un chorro de agua me hizo volver a mis cabales, ella me había disparado agua a la cara con un atomizador, yo retrocedí molesto sacudiendo mi cara de un lado a otro, parte de esa agua había entrado a mis fosas nasales, estornudé confundido, en ese instante J despertó y volvió a tomar el control transformándonos a nuestra forma humana, el olor de Dimitri era glorioso yo me quedé en el interior ronroneando con el recuerdo del aroma de nuestra luna, J podía tener un buen olfato para ser humano y alfa, pero no era nada en comparación con el mío...

-Santa Mierda no me dejan descansar ni 8 horas antes de poner todo de cabeza, ¿que pasó Olga? ¿por que Dimitri esta transformado? 

- Tu niño tiene su genio, le dí un zape a Festern por ser un alfa manipulable...

- ¡Hey no lo culpes! Es nuestra Luna, un ser maravilloso, que pensamos que nunca ibamos a encontrar.

- Si, si, si, lo que quieras, pero debe ser educado de forma adecuada, si lo mimas demaciado, el chiquillo te manipulará con un solo movimiento de su meñique y si no lo equilibras bién, puede que termine siendo absorvido por la personalidad del huargo, a pesar de ser omega el chiquillo es muy dominante.

- No te preocupes querida tortuga, si pude con dos alfas, una pantera y un dragón sin perder mi escencia, podré con críar a mi Luna. 

- ¡Alfa imbécil! no tienes ni idea de todo el poder que puede llegar a tener un Omega sobre su Alfa. Nisiquiera mencionemos a los destinados... por amor a nuestra longevidad... La desición está tomada, viviré con ustedes, al menos hasta que  Dimitri deje de ser un cachorro desnutrido y tu J aprendas a como cuidar a un Omega y aprendas a resistir los celos de este niño sin perder la cabeza y terminar lastimando a los dos... agradece al rapido desarrollo de los Huargos...  Ahora deja de ser tan imbécil ponte algo y alludame a evaluar bien el estado de ese cachorro flacucho y de mal genio. 

Era imposible discutir algo con esta mujer, es mas terca que una mula y tiene suficientes años encima y conocimientos como para que Vania agache la cabeza y haga caso.  Me puse el chal atado a la cintura mientras mi cabello caía libre por la espalda y alcé a Dimitri en brazos, el chiquillo no paraba de acariciar su cabeza contra mi pecho, tratando de oler lo mas que pudiese de mi y de marcarme lo mas que pudiera con su olor. 

Lo alejé de mi pecho y lo posé en la mesa, me miró desorientado, esa mirada me desoló, casi lo vuelvo a cojer en brazos, pero supe controlarme a tiempo... recordando las sabias palabras de aquella terca tortuga. 

Dejé mi mano en su mejilla, acariciando la parte de atrás de su oreja derecha, se notaba lo contento y relajado que lo ponía esa caricia, Olga aprovechó y empezó a revisarlo, el movimiento de su cola, sus articulaciones,  su vientre, costillas, patas delanteras, cuello, orejas, ojos, nariz y encías, la ultima parte de la revisión fue en mis brazos, pues Dimitri estaba tan inquieto que fue imposible para ninguno de los dos dejarlo quieto en la mesa de exploración.

- Bueno es hora de tomarle la temperatura. 

- Bueno, yo lo sostengo y tu se la mides en la orejita, afirmé

Olga estalló en una sonora carcajada, fue tanto así que se encogió sobre su propio estomago, apretandoselo mientras no podía dejar de reír.  Dimitri y yo la veíamos extrañados. 

Una vez que se calmó, despues de varios minutos, prosigió. 

- J cariño, la temperatura se toma con un termometro rectal y tu debes hacerlo, no quiero perder la cabeza por intentar tocar mas de la cuenta al cachorro de un alfa... que al mismo tiempo es su destinado. 

- Santa Mierda, fue lo unico que alcancé a decir, mientras sentía como Vania se pegaba en la frente con su pata, Fastran  dejaba su ronroneo para retorcerse incomodo por el recuerdo y Dimitri en su forma de Huargo, me miraba con una incomprensible alegría e inoscencia. 

 


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