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Fuego oscuro, fuego negro por hellblack_sasuke-

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Notas del capitulo:

Hola a todos. Lamento la ausencia como siempre. Pero este año empezó de la... y apenas estoy retomando mi vida.

 

Gracias por leer. Espero como siempre, traer las actualizaciones con cierta frecuencia.

-¿Naruto? –Preguntó aun entre sueños, después de palmar su lado de la cama y saber que no estaba- ¿Dobe? –Preguntó de nuevo, pero al parecer estaba solo.

Era sábado en la mañana. Normalmente el rubio estaría temprano en su oficina, pero desde que Sasuke estaba en la aldea, prefería solo mandar a un clon o en su defecto tomarse el día libre. Generalmente los fines de semana eran tranquilos.

De cualquier modo, supuso que de nuevo se trataba de algo importante. Sobre Orochimaru, tal vez.

Se levantó con algo de energía a diferencia de los días pasados, algo que lo sorprendió un poco.

Sasuke se sentía bien hasta cierto punto. Era la primera vez en mucho tiempo que pasaba tantos meses en Konoha, especialmente con Naruto, pero por otro lado, comenzaba a tener cierto desasosiego por la falta de misiones y actividades que según él, ya le hacían falta.

También se encontraba inquieto, después de haberse peleado casi toda la semana descifrando los pergaminos de Kaguya, no había llegado a nada nuevo; así que la única opción que le quedaba, era ir a las ruinas de su castillo. Y en ese momento, era la oportunidad perfecta.

Si Naruto se enteraba de lo que tenía planeado, jamás lo dejaría ir, mucho menos por las molestias que lo venían atormentando desde hace tiempo, pero, era Uchiha Sasuke. Ya conocía el terreno, ¿qué podría pasar? Así que se cambió rápido de ropa y se encaminó hacia el portal que había abierto.

[*]

-Lo siento mucho, Ino –Shikamaru estaba parado a un lado de ella. Se encontraba en un estado de shock-

-¿Quién podría haber hecho esto? –Apenas habló-

-Vamos a encontrarlo –el joven palpaba su hombro, intentando consolarla. Frente a ellos a unos veinte metros, se encontraban ninjas médicos y ANBU revisando el lugar.

Sakura se había encargado de trasladar el cuerpo de Sai. Había sido encontrado temprano por la mañana. Mientras, Naruto desde la oficina, estaba coordinando todo el proceso

-¿Qué crees que esté pasando? –Kakashi estaba sentado a un lado de él, apoyándolo con la organización-

-Estos últimos tres eventos… el capitán Yamato, Orochimaru, Sai –el rubio estaba cruzado de brazos- si bien podría existir una relación por lo que pasó hace tiempo y por las conexiones que tenían con Danzo y la Raíz… hay algo que no termina de gustarme –sentenciaba con seriedad- Pareciera más bien que estos ataques los están realizando para desestabilizar las relaciones diplomáticas de Konoha con las demás aldeas

-Concuerdo contigo –lo miraba de reojo- ¿qué piensas hacer?

-De momento, solo nos enfocaremos en descubrir quién hizo esto –Naruto estaba triste y a la vez preocupado- Sai fue un ANBU de Raíz –murmuraba- quien lo haya matado no pudo haber sido un ninja cualquiera

-Además que se haya infiltrado a la aldea –Kakashi estaba meditando la situación global- con tantas barreras que tenemos hoy en día…

-Sería sumamente difícil. Y simplemente no podemos levantar sospechas de todas las aldeas. En ese sentido, pudo haber sido cualquiera

-¿Crees que fue al azar?

-Además de la tensión que tenía con los de la Raíz, hasta donde sé, no habría nadie que quisiera matarlo

-Las cosas habían estado en paz estos últimos años, ¿por qué ahora?

-Como tú lo has dicho Kakashi-sensei… ha habido paz en muchos años. Sabes que aún hay ninjas que rechazan estos ideales

-De cualquier modo, quién lo haya hecho, ¿cuánto tiempo le pudo haber tomado?

-Sai salió con su escuadrón anoche. Todo estaba en silencio… y nadie escuchó nada…

-Una simple pelea con kunai se escucharía perfectamente –el peliplata miraba la ventana, aun inmiscuido en sus pensamientos-

-Sakura me dijo que su cuerpo presenta múltiples heridas que concuerdan con armas largas –de nuevo Naruto estaba mintiendo- ¿cómo es que nadie escuchó nada?

-Definitivamente esto se está poniendo muy extraño –suspiró- pero debemos dejar que la gente especializada se encargué de esto, ¿de acuerdo Naruto?

-Lo sé… -contestó apagado-

-Recuerda que ahora eres el Hokage, y además está lo de Sasuke

-También lo sé, Kakashi-sensei –lo miró determinado- es por eso que apoyaré en todo lo que haga falta

-¿Crees que están matando a ninjas con cierto nivel, verdad? –El chico permaneció en silencio. Definitivamente era un sí- No me preocuparía tanto si fuera tú, ambos sabemos de lo que Sasuke es capaz de hacer –el mayor se ponía serio- sin embargo, tendría la misma paranoia que tú al saber su estado actual…

-Se suponía que hoy veríamos a Ino y Sakura para que se lo explicaran, pero con esto de Sai -suspiró pesadamente- creo que seré yo quien lo haga

-¿Tú? –Contestó en tono de burla- suerte con eso – dijo mirándolo divertido- mucha suerte con eso…

-Gracias por su apoyo, sensei –dijo haciendo su típico puchero infantil-

-¿Cuándo te he mentido? –Sonreía ampliamente bajo su máscara, preparándose para salir del lugar- de cualquier forma, avísame cuando lo hayas hecho –el de ojos azules asintió con la cabeza. A pesar de todo, estaba feliz por lo que acontecía con Sasuke- y Naruto…

-¿Sí?

-Me gustaría decir esto en otra situación y con él presente, pero supongo que tendrá que ser así –se giró a verlo, tal vez hasta cierto punto conmovido y orgulloso de su antiguo alumno. Quitando la rareza de los hechos, se sentía feliz. Sus chicos ya habían crecido. Fue tan rápido… aun recordaba cuando ni siquiera podían trepar un árbol con su chakra en los pies y ahora…- felicidades…

-Muchas gracias, Kakashi-sensei –sonrió complacido, mientras el mayor cerraba la puerta tras de si-

[*]

-La mujer de ojos verdes llegaba caminando por detrás de Ino. En un intento de consolarla, sujetó fuerte su hombro para después abrazarla. En ese momento se desmoronó, sin importarle quién estuviera enfrente de ella- Lo siento mucho, Ino –Sakura hablaba con gentileza; en verdad se sentía muy mal por ella.

Cerca de las cinco de la mañana escuchó que alguien tocaba a su puerta; supuso que sería algún paciente típico de fines de semana.

Con algo de flojera en su cuerpo, se levantó para abrir la puerta principal, llevándose una sorpresa.

Naruto, el de verdad, estaba parado frente a sus ojos. Lo primero que supuso era que quería explicaciones acerca de lo de Sasuke pero, la situación cambió en menos de cinco minutos.

Una vez que el rubio la puso al tanto, una tristeza abrumadora inundó su corazón- Sakura, Sai está muerto. Podía recordar perfectamente el dolor y la opresión en su pecho al oír tan terrible y repentina noticia.

Sai desde hace ya tantos años, no solo era miembro del equipo siete; sino que para todos en menor o mayor medida se había convertido en amigo, compañero, familia, esposo, confidente. Y ahora, de la nada, simplemente… se fue- Naruto se encargará de esto –intentaba sonar lo más delicada y suave posible- ya verás que lo encontraremos

-¿Cómo fue? –Respondió sin darle importancia a lo demás. Lucía, tan apagada… como si algo en ella también se hubiera muerto- necesito saber –murmuró-

-Ino –dijo triste- sabes que no…

-¡Dime! –Gritó, llamando la atención de todos. No era para menos, en ese mismo instante, nadie sabía cómo actuar-

-De acuerdo –intentaba mantener su postura- solo, trata de calmarte –la pelirrosa le pasaba por la frente una de sus manos; estaba empleando una técnica para mantener a la rubia lo más tranquila posible- mira… a Sai –aun dudaba. El cuerpo estaba hecho pedazos. Incluso, casi vomitó. Hace tiempo que no había visto un cuerpo tan dañado-

-Sakura… -la de ojos azules la miró, implorándole que le dijera- por favor –susurró-

-Yo… -también se sentía muy desdichada. Estaba aguantando las ganas de llorar; tenía que ser fuerte por su amiga- tu esposo, presentaba múltiples laceraciones y heridas típicas de jutsus con elemento rayo –hablaba por lo bajo- fue una técnica realizada en un solo golpe… -la de ojos verdes miraba para otro lado, no quería continuar- utilizaron chakra a fin al rayo, y lo apuñalaron también repetidas veces… -la rubia se giró a verla sorprendida-

-Inclusive ahora, existe muy poca gente capaz de moldear así su chakra –ambas sabían de lo que estaban hablando; pero ninguna tenía el valor de decirlo-

[*]

-¡Maldición! –exclamó después de evadir con suma dificultad la estúpida caña de pescar que Urashiki utilizaba para atacar-

-¿Qué sucede? –Respondió con burla- la última vez que nos vimos lucías diferente –sonreía divertido- vamos Uchiha, no me decepciones… -el sujeto nuevamente intentaba distraerlo para que cuando la oportunidad se presentara, pudiera robarle su chakra con el gancho de esa porquería.

Sasuke para ese momento solo tenía dos opciones. O le quitaba su arma para tener mayor ventaja en el combate o en cuanto pudiera, regresar a la aldea con el rinnegan. De momento, todavía tenía el control de la situación, pero ese jodido vértigo le había regresado y no era capaz de moverse con la destreza de siempre-

-¿Sabes? –Urashiki le hablaba mientras lanzaba una ola de ganchos en un intento de encasillar a Sasuke- ahora entiendo a lo que Momoshiki se refería contigo –el sujeto soltó una risa que incomodó mucho al moreno- ¿qué se siente? –El del sharingan frunció el ceño. Estaba parado a unos quince metros de él, con la defensa alta, con el mangekyo sharingan y rinnegan activados- ¿cómo se siente que tus poderes, no te reconozcan? –Sasuke se descontroló unos segundos, suficientes para darse cuenta que no pudo ver los movimientos de Urashiki-

-“¿En qué momento?” –Se dijo, a la par de que activaba Susanoo, o al menos, eso creyó él-

-Tengo que reconocer –hablaba a escasos centímetros del moreno. El Otsutsuki había acertado en su ataque- que tu chakra es muy especial –comentaba alegre. El gancho de la caña de pescar estaba dentro del pecho de Sasuke.

Y tan solo de un tirón, lo sacó.

Apenas una pequeña llama color morado se asomaba antes de meterla a su caja- pero vamos –exclamó- ahora también sé por qué Momoshiki se burlaba de ti –el sujeto tomó a Sasuke por los brazos, simulando que lo abrazaba- aunque esa, no es razón para desmayarse Uchiha –hablaba divertido- solo saqué un poco de tu esencia, más no te maté… aunque sabes que podría –susurró en su oído- lo que quiero decir con todo esto, es que no debes sentirte mal –sonrió- ahora que lo he visto, déjame demostrarte que soy bueno a diferencia de Momoshiki –Sasuke no sabía lo que pasaba, esa técnica no era inocente en lo absoluto, era como si le hubiera robado todo…

Por más que intentaba moverse o hacer sellos para cualquier jutsu que quisiera, el moreno no podía.

Era como si sus técnicas y su energía hubieran desaparecido. Ni que decir de sus poderes oculares. Jamás había estado en una situación así, pero si perdía el control, entonces…- créeme, después me lo agradecerás –y de una estocada, de forma abrupta y sórdida, atravesó el abdomen de Sasuke con su propia espada- ¿pero qué tenemos aquí? –Exclamaba animado- ¿de verdad creíste que usando el rinnegan podrías apuñalarme con tu espada? –Urashiki lo soltó de un solo golpe, tirando a Sasuke al suelo- si de verdad querías hacer eso, por lo menos hubieras apuntado bien –su risa retumbaba el cerebro del de ojos negros- la verdad es que pensaba que eras más listo que todos aquellos estúpidos humanos a los que me he enfrentado… pero creo que me equivoqué –en ese momento daba la media vuelta para marcharse- pero por lo menos tu chakra me entretendrá un rato, veré si me encuentro con otra sorpresa –murmuró- los humanos son tan, curiosos… -y ahí lo dejó, tirado en el piso, desangrándose.

Era como aquella vez con Madara durante la Guerra.

Tenía que salir de ahí antes de que se desmayara, o de verdad, podría morir-

[*]

-¿Sasuke? –Eran cerca de las seis de la tarde en ese sábado veraniego, pero eso no le quitaba lo pesado que había sido. Naruto tenía sentimientos encontrados con respecto a lo que sucedía y sin embargo, lo único que quería hacer, era verlo- ¿estás aquí? –Suspiraba- tenemos que hablar –decía mientras se terminaba de descalzar.

Y fue entonces cuando escuchó el golpe. Un sonido sordo, como si algo cayera del techo. Corrió inmediatamente a ver qué era, y cuando lo comprendió, simplemente tomó en brazos a Sasuke para llevarlo con Sakura.

Todo sucedía como en cámara lenta. Irreal-

-¿Sakura-chan? –Cuando la vio salir del pequeño quirófano a donde habían llevado al moreno, tenía la esperanza de que las cosas terminarían bien; pero bastó con ver su cara y su expresión.

Naruto ya lo sabía, pero no quería que se lo dijeran.

Hasta ese momento solo las chicas, Kakashi y él, sabían lo que le sucedía a Sasuke; no se podían arriesgar a que alguien más lo supiera, y con todo lo que estaba pasando, las cosas se volverían un caos si se esparcía el rumor de que el Uchiha casi se muere-

-Es el peor día de mi vida –apenas murmuró quitándose los guantes y cofia de la cabeza- Naruto… -lo miró. Ambos ya sabían. Pero como le pasó en la mañana, no tenía el coraje para decirlo-

-Lo siento mucho –Kakashi palpaba el hombro del rubio que parecía estar en el limbo.

Se sentía impotente, no podía creer que en un abrir y cerrar de ojos las cosas se hubieran salido tanto de control, ¿cómo pudo haber pasado?-

-¿Cómo está? –Apenas dijo Naruto- ¿Cómo está Sasuke? –La chica podía sentir el dolor en su voz. Otra vez su pecho crujía al ver que no podía hacer nada mientras sus seres más queridos, su familia, eran masacrados uno a uno-

-Estará bien –la voz se le escuchaba entrecortada- la espada no tocó órganos vitales… -intentaba sonar profesional pero no podía. Ese día ya había tenido suficiente. No tenía cara para verlo a los ojos. Así que se cubrió con ambas manos en un breve silencio y tirándose al piso, le pedía que la perdonara- ¡no pude… no pude hacer nada! –gritó-

-Tranquila, Sakura-chan –hace tiempo que no la llamaba así. Se hincó con ella, acariciando su cabello de manera reconfortante, pero la joven podía sentirlo. Ahí a su lado, detrás de esa sonrisa comprensiva y apacigua, las lágrimas de Naruto caían a borbotones- sé que hiciste, lo mejor…

-Sáquenlo, vamos… –Kakashi tomó del brazo a cada uno y los atrajo hacia sí mismo- este día ha sido horrible… -a pesar de los años, seguían siendo como unos niños pequeños que necesitaban un regazo donde llorar. No podía negarlo, también se sentía muy mal, pero todo lo que estaba pasando, ¿por qué?, no era normal, ¿qué era? ¿Qué no estaba viendo?-

-Perdóname Naruto –exclamaba la pelirrosa- no pude salvarlo –murmuró- no pude hacer nada…

Notas finales:

Nos leemos próximamente.


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