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ZERO por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Día 4. Fanfic TomHarry inspirado en una cita célebre, últimas palabras, parte de un libro, etc.

Advertencias: Homicidios, Violencia, Uso de armas. Muy posible OOC, Lime.

Género: Romance, Drama, AU, Criminal.

Películas/Libros: Harry Potter

Pareja: TomHarry

Palabras: 12, 203 –Longfic- (dividido en 5 partes)

Cita escogida:

“Había habido un tiempo, que ahora parecía un espejismo, en el que nada le afectaba. Él era como una maldita roca, que todo le resbalaba sin dejarle ninguna huella. Pero Jack Francisco era como un millón de años de lluvia, excavaba túneles y cavernas en su interior, agujeros dentro de las negras profundidades que nunca pensó que volvieran a ver otra vez la luz del día. Ahora mismo se sentía tan sólido y compacto como un queso suizo."

—Sin nada en los huesos de Jane Sevilla”

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic fue hecho por el cumpleaños de mi mejor amiga Millenium, la temática la escogió ella y se menciona arriba. Zero es una palabra en inglés que tiene diversos significados, dos de ellos es que se refiere a: una persona fría y sin sentimientos.

ZERO

[El negocio de la muerte lo llevaba en la sangre, incluso había asesinado a su padre sin sentir ni una pizca de remordimiento. Tom Riddle era el asesino a sueldo perfecto, hasta que se topó con la víctima a la que no pudo meterle una bala en la cabeza, aquellos ojos puros fueron su perdición.]

Misión I: Objetivo

Justo cuando estuvo a punto de meterle una bala en el entrecejo, su objetivo abrió los ojos y lo observó sorprendido.

—¿Quién eres? —jadeó el muchacho, intentando no entrar en pánico, aunque era casi imposible ya que un revólver le estaba apuntando en la cabeza. Harry jamás había visto a ese hombre que vestía completamente de negro y tenía ojos fríos.

Tom recordó el expediente que le proporcionaron aquellos mafiosos. Su objetivo se llamaba Harry Potter y era un ciudadano modelo, quedó huérfano desde bebé y había sido criado por sus tíos los Dursley, estudiaba para ser veterinario y vivía solo en un departamento a sus 21 años. Un chico con brillante futuro, que había tenido la mala suerte de ser el único testigo de un crimen cometido por la mafia y por consecuente, fue llamado como testigo potencial para refundir al grupo y su líder en la cárcel.

Riddle jamás consideraba nada de esto cuando iba a asesinar, era conocido por ser una máquina de matar por aquellas mismas razones, a él le importaba una mierda la vida de los otros, cada ser humano era una mosca que debía aplastar, lo único que le interesaba era el dinero que generaba después de sus muertes.

Inocentes, culpables, personas buenas o malas, todos iban para el mismo lugar: el cementerio.

Pero ahora mismo, lidiaba con el descontrol de su cuerpo. No funcionaba de la forma en la que se lo pedía, ya que no podía jalar el gatillo. Había algo en ese muchacho que lo detenía de completar su misión, pero no comprendía la razón.

—Oye, ¿quién eres? —volvió a preguntar y Tom pestañeó. Su ceño fruncido se pronunció y volvió a apuntarle a la cabeza.

—Cállate —le contestó tajante. No debía pensar, en este negocio si pensabas demasiado, terminabas con una bala en el pecho o una apuñalada en la espalda. Potter apretaba las sábanas debajo suyo, sentía el sudor frío bajar por sus sienes, jamás había visto a una persona con mirada de muerto viviente, hasta ese día.

Ese hombre hermoso era la representación de La Muerte.

De repente, se percató de la duda en aquellos ojos grises, esa era su oportunidad, un arranque de adrenalina lo hizo actuar imprudentemente, tal vez fue la mala vida que llevó con los Dursley o quizá sus enormes ganas de convertirse en veterinario, lo que lo motivó, pero se llenó de valentía y tomó de la muñeca al asesino, comenzando a forcejear con el arma, apuntándola hacia arriba. Aunque era un objetivo de homicidio, no quería asesinar a nadie, solo quería librarse de su muerte inminente.

Harry quería vivir y cumplir su sueño de ser feliz, quería sobrevivir.

Tom apretó la mandíbula y un arranque de furia se apoderó de él. Riddle estaba orgulloso del control de sus emociones, pero ahora mismo este crío le estaba sacando de sus casillas, soltó el arma y esta cayó al suelo, uno de sus brazos se fue directo al cuello del menor y lo azotó contra la pared, ahorcándole. Potter se resistía como un animal salvaje, incrustando sus uñas en su brazo, Tom observó esos ojos esmeraldas lagrimeando y volviéndose opacos mientras el chico comenzaba a perder el conocimiento.

Y por primera vez en su vida, no quiso que muriera.

Lo soltó antes de que Harry se desmayara y este cayó, tosiendo y tratando de recuperar el aliento.

—Considérate afortunado, te dejaré vivir. —dijo con un tono cruel, recogiendo su pistola del suelo y guardándola debajo de su gabardina negra —. Pero… si te vuelves una molestia, te arrancaré el corazón con mis propias manos, ¿entendiste niño?

Lo último que Harry vio antes de caer por completo sobre el suelo, fueron esos ojos grises, los cuales por un momento se vieron cálidos, y entonces, se desplomó.

.

.

.

Harry despertó y lo primero que vio fue el movimiento de miles de automóviles, estaban viajando por la carretera. Desvió los ojos y allí estaba, ¡el hombre que intentó asesinarle! Quiso abrir la puerta, pero sus manos estaban sujetas detrás de su espalda con una cuerda.

—¿Quién eres? ¿Por qué haces esto? —se quejó, pero Riddle era una montaña, inquebrantable y sin palabras, obviamente.

El menor siguió retorciéndose sobre el asiento hasta que la paciencia del perfecto asesino, se quebró.

—¡Cállate de una puta vez! —alzó la voz, dando una vuelta tan rápida que Harry se golpeó la cabeza contra el vidrio, mareándose.

—¿Por qué haces esto? —preguntó nuevamente.

—Te he salvado la vida, mocoso —gruñó molesto, no quería dar explicaciones —. Los de la mafia me contrataron para meterte una bala entre los dos ojos, si sigues fastidiándome cumpliré con mi trabajo, ¿entiendes?

Los dos siguieron en silencio por un largo tramo. Potter había comprendido que ahora no estaba en peligro, pero desconfiaba de ese hombre de ojos sin vida, ¿qué asesino en su sano juicio dejaría libre a una persona que le había visto el rostro?

No tenía lógica.

Aun así, se sentía agradecido.

—Gracias —exclamó, volteando su rostro con orgullo, aunque se sentía avergonzado de decirle esas palabras a alguien que casi lo mata.

Un temblor recorrió el cuerpo de Tom, pero no lo reflejó en sus expresiones, seguía concentrado en la carretera, aunque aquellas palabras le calentaron el pecho.

¿Cuándo le habían agradecido por última vez? No lo recordaba. Pisó el acelerador y se tragó sus emociones negativas, él era un robot, solo eso.

.

.

.

Tom estacionó frente a un edificio que estaba destartalado y parecía haber cerrado hace ya varios años. Era un orfanato y el nombre estaba tan desgastado que era indescifrable. Harry acompañó al mayor, usándolo como escudo por si aparecía algo de repente.

—No te acerques tanto a mí —se quejó el asesino, empujándolo. Harry frunció el entrecejo, pero se guardó sus comentarios (groserías) para sí mismo. No era momento de ser un niño osado. Entraron al lugar, parecía haberse incendiado ya que los escombros estaban carbonizados.

—¿Dónde estamos? —preguntó.

—¿Podrías dejar de hacer tantas preguntas? —se quejó Riddle. Sus ojos mostraban una amenaza obvia.

—¡Lo lamento! —alzó la voz, la cual rezumbó entre las paredes —. ¡No acostumbro a tener la boca cerrada por tanto tiempo! —protestó— ¡Toda esta situación es una locura y no sé cómo llamarte!

—¿Eso es tan importante? —alzó una ceja cuestionándolo, en ese momento Harry se sintió como si estuviera siendo regañado por un profesor de la universidad.

—¡Sí! —infló sus mejillas, enfadado.

—Llámame por mi nombre clave: Voldemort. No me pidas más que eso, ¿entendiste? —accedió a darle esa simple información. En la profesión de la muerte, nunca debías dar datos personales, eso era una muestra de debilidad.

—¿Qué clase de nombre estúpido es ese? —murmuró Harry. Tom sintió una vena de enfado, pero decidió ignorarlo, tenía que encontrar suministros si iba a salvarle la vida a ese mocoso. Llegaron a una habitación, la que parecía más dañada por el fuego y entraron, algunos restos de literas permanecían en su sitio, mostrando una habitación donde aparentemente dormían los niños.

Potter sintió nostalgia y tristeza en ese lugar ennegrecido. Esperaba que no hubieran sucedido tantas muertes. Observó a Voldemort buscando en el suelo una trampilla y entonces un pedazo de madera fue levantado, mostrando una maleta enorme.

—¿Qué es eso? —cuestionó. Tom sonrió levemente, era la primera expresión diferente que Harry veía en ese rostro estoico. La maleta fue abierta frente a él y se percató que eran fajos de dinero y dos pistolas, un rifle, municiones y dos cuchillos de caza —. ¿Para qué necesitas esas cosas? —dijo con temor en su voz.

—Vendrán tras nosotros, ahora mismo deben estar buscándonos —dijo secamente —. Un asesino a sueldo debe cumplir con su trabajo, sí o sí, en este negocio si no terminas con el objetivo, pagarás con tu vida.

—Vaya, este negocio es duro. Debe ser horrible hacer todo esto y no tener seguro médico, ¿cierto? —Harry intentó bromear, pero Tom solo lo miró con desdén —. Vaya hombre, eres la peor compañía.

—Bueno, si prefieres otro guardaespaldas, ve a buscarlo, aunque te aseguro que te rebanarán ese fino cuello en un abrir y cerrar de ojos.

—Olvídalo.

Tom se colgó la maleta en el hombro y caminó hacia la salida, no quería permanecer más tiempo en su viejo “hogar”, le traía malos recuerdos de una vida que había decidido “incendiar”. De repente, se detuvo. Sintió un silencio que lo incomodó y se giró rápidamente, observó un destello y se lanzó sobre Harry, luego se escuchó un vidrio haciéndose añicos.

Los habían seguido.

—Mierda —gruñó Riddle sacándose una pistola de la gabardina. Apuntando en dirección de dónde provenía el balazo.

—¡¿Qué está sucediendo?! —gimoteó el menor y Tom le tapó la boca.

—¡¿Acaso estás ciego y sordo?! ¡Nos han descubierto! —alzó la voz, iracundo. Salió de su escondite y le hizo una seña a Potter para que no se moviera de allí, ahora mismo se lamentaba de haber protegido a ese niñato bueno para nada.

Disparó y le dio en la cabeza a uno de los matones. Salió otro de las sombras y se abalanzó sobre él, la pistola cayó y fue alejada de ellos, forcejearon hasta que Riddle terminó en el suelo también. El mastodonte intentaba ahorcarlo, pero sus manos estaban siendo apretadas por las del asesino a sueldo.

—¡Debiste matar a ese niño, Voldemort! —vociferaba la sabandija de la mafia. Riddle intentaba permanecer calmado, hasta que escuchó el grito de Harry y giró su cabeza, estaba siendo arrinconado por otro sujeto que lo amenazaba con un cuchillo.

Riddle chasqueó la lengua y en un rápido movimiento uso toda su fuerza para girar al mamut que estaba encimado arriba de él, sacó un cuchillo de caza que guardaba en su bota y se lo ensartó en el corazón. Un sonido gutural escapó de la boca del gordinflón.

El hombre que amenazaba a Harry se volteó para ver a su compañero y con aquella distracción, el menor se escabulló. Riddle se levantó del cadáver y escupió sobre el podrido suelo, sonriendo como un maniaco.

—No debieron meterse conmigo —lo amenazó.

Tom corrió hasta el mafioso sobreviviente, dispuesto a ensartarle el puñal en la garganta, pero no contaba con que el secuaz poseía un arma debajo de su ropa, este la sacó con nerviosismo y la disparó con los ojos cerrados, rezando porque le diera de lleno a Tom.

El perfecto asesino a sueldo se desplomó sobre sus rodillas y se palpó el hombro, el bastardo le había dado allí. El dolor era inconmensurable, jamás había sido herido durante su trabajo, así que era la primera vez que lidiaba con este momento de imperfección.

Soltó un alarido que lo hizo sudar frío mientras el mafioso temblaba. Al parecer era la primera vez de ambos, uno en ser herido y el otro en usar un arma.

La sabandija se acercó con una sonrisa triunfal hasta donde se revolcaba de dolor el que había sido el sicario impecable.

—Este será el final del grandioso Voldemort, es una lástima que fueras tan idiota —gimoteó el matón extasiado, apuntándole. Tom cerró los ojos y se mordió los labios en derrota, había caído en la desgracia por culpa de esos ojos inocentes.

Esperó por su patético final, pero este no llegó, en su lugar un sonido sordo se escuchó a su lado. Abrió los ojos y vio al hombre con sangre escurriendo de su cabeza y a Harry sosteniendo un bloque de concreto en sus manos, temblaba con miedo y lágrimas en sus ojos.

—¿Q-qué he hecho? —tartamudeó —. ¿L-lo maté?

Riddle vio las lágrimas deslizándose por esas mejillas coloradas, ¿cómo podía mostrar sus sentimientos con facilidad? Se levantó con dificultad del suelo, tomó su cuchillo de caza y lo clavó despiadadamente sobre la garganta del hombre. Este se retorció y los ojos de Harry se abrieron con horror.

—No, pero ya lo maté —dijo Tom con frialdad y crueldad.

El problema ya estaba resuelto, no había quedado ningún sobreviviente que los delatara. Potter parecía estar en estado de shock, pero reaccionó al escuchar el quejido de Tom.

—T-tenemos que salir de aquí —balbuceó, ayudando a aquel asesino a levantarse del suelo. Tom permaneció callado, pero estaba sorprendido, esperaba que Harry tomara esa situación como una oportunidad para escapar y en su lugar, había preferido permanecer a su lado.

Su corazón palpitó rápidamente, como nunca lo hizo.

Llegaron con dificultad al coche y el menor se subió del lado del conductor, después de recostar a Tom en el asiento trasero, el mercenario le murmuró una dirección y Harry pisó el acelerador rápidamente. No podía dejar que ese hombre sin sentimientos se muriera bajo su cuidado, aunque no entendía la razón de preocupare por un homicida como él.


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