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JONGTAE ONE SHOTS (100% LEMON) por Caroand

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Notas del capitulo:

Olis, nuevo one-shot.

Enjoy it :)

¡Hey! No puedes dormir aquí.


Lee Taemin había cerrado los ojos y se había quedado dormido. Ese simple hecho significaba que estaba exhausto, no podía seguir despierto. Rápidamente se quedó dormido.


A pesar del fuerte dolor en su espalda baja. Él había resistido el dolor durante la última semana. Irónicamente las heladas temperaturas habían adormecido sus extremidades, ayudándolo a calmar el dolor.


En sus sueños él veía una chimenea detrás de una reja de hierro, las flamas rojas y doradas le daban una hermosa luz al cuarto decorado por la navidad. Un alto árbol estaba en la esquina más alejada, brillando con pequeñas dulces y brillantes luces y cintas y esferas de variados colores.


— No puedes dormir aquí.


Los regalos estaban dispersos y apilados al azar y descuidadamente acomodados, eran demasiados. Libros y música y caliente ropa estaban envueltos en brillante papel y listones plateados o dorados, su nombre escrito en letra dorada, algunos de ellos le correspondían.


— Hey, no puedes dormir aquí.


Afuera estaba nevando, no una tormenta, solo suaves copos. Que caían en una hechizante danza que se unían en suaves capas sobre el ya escondido a la vista césped. El frio se quedaba fuera de la ventana en donde las gotas se congelaban como delgados dedos blancos que formaban patrones de hielo al azar sobre el vidrio que reflejaba los colores de las luces del árbol.


— Hey...


Taemin se inclinó y tomó el primer regalo, vio a su mamá. Ella sonrió al ver a su hijo tan emocionado, asintió compartiendo el entendimiento con su papá. Ambos tenían mucho amor en sus ojos.


— ¡Hey!


Alguien le hablaba fuera del cuarto, pero él no podía ver quién. Pero eso no importaba porque si se concentraba con fuerza él podría enfocarse en los regalos. Se estremeció, el frio penetraba en él, e inconscientemente se movió más cerca del fuego, frunció el ceño cuando el calor cerca de él disminuyo. Tomó el siguiente regalo, jaló el papel y descubrió una suave, gruesa y cálida sudadera, en el sorprendente azul que su mamá decía que combinaba con sus ojos. Sonrió mientras era envuelto del afecto, del amor y el calor de una navidad familiar mientras él estaba con su suéter.


— No puedes dormir aquí.


Taemin se despertó. La voz fuera del cuarto repentinamente estaba justo en su oído y los últimos residuos de sueño no eran nada más que recuerdos en su cabeza. Abruptamente, sus ojos se abrieron completamente y después de un segundo, se enfocó en la fuente de las palabras. Taemin realmente veía muy poco más allá de la borrosa insignia plateada y el uniforme azul marino y entonces se enfocó en los ojos de quien hablaba. Él se tendría que mover de nuevo. Jaló su delgada chaqueta para cubrirse, el recuerdo del suave material azul le llegó a la cabeza y se desorientó momentáneamente.


Taemin tenía la esperanza de evadir a la ley, cautelosamente optimista se había quedado en el cementerio esperando que fuera un santuario para pasar la noche buena.


— Lo siento. — Dijo rápidamente, poniéndose de pie tan rápido como pudo moverse, eso no fue realmente rápido considerando el frio dolor que parecía dividir sus huesos en dos. Maldijo cuando se le cayó la manta de sus entumecidas manos y cayó sobre la nieve en sus pies. Eso era lo único que tenía para calentarse, una raída pieza de tela que se había robado de una tienda de segunda cuando la mujer le dio la espalda.


Aun así, ese no era el momento para preocuparse por eso; el policía quería que él se moviera. Se inclinó para levantarla, solo que la tierra pareció girar a una alarmante velocidad frente a su cara. Fuertes brazos lo sostuvieron evitando que cayera de cara en la nieve, pero él se giró rápidamente apartándose. El hombre podría ser un policía, podría usar una placa, pero nadie lo tocaba.


— ¿Qué edad tienes? — el policía preguntó, viéndose preocupado y muy autoritario.


— Dieciocho — Taemin rápidamente mintió. Dio un paso atrás hasta que sus piernas toparon contra la banca en la que había estado descansando. El policía se acercó, parecía grande a pesar de ser unos centímetros más pequeños que Taemin, su cara profundizó el ceño fruncido.


— ¿Qué edad tienes realmente? — El policía insistió, su expresión calmada, su voz baja y curiosa. 


Taemin mordió su labio inferior, sintiendo la sangre caliente contra su lengua, el estremecimiento que comenzó en su interior se convirtió en un temblor manifiesto que sabía que incluso el policía lo podía ver. Cuidadosamente Taemin levantó la manta, empapada y helada y trató de crear una barrera entre él y el oficial de la policía con la intensa mirada.


— Diecisiete — finalmente dijo Taemin, deteniendo los dientes para evitar que castañearan, — pero cumpliré dieciocho en unos días — Él agregó lo último, dándole al policía una salida.


— Kim Jonghyun. — El policía dijo suavemente, le extendió la mano como si esperara que Taemin se la estrechara. Taemin estaba confundido, esperando por el brillo de las esposas, inseguro él enterró sus manos entre la manta que sostenía.


El policía, Kim, no movió la mano, la sostenía firme y fija. Finalmente, Taemin sacó su fría mano, la textura del guante de piel del oficial era suave y extraña al tacto.


— Tae. — Se presentó con suma cautela, recordando no mencionar su apellido. El policía no lo jaló, solo asintió y retiró su mano.


— Entonces, Tae, ¿Qué sucede contigo? ¿Por qué estabas acostado en una banca de la Iglesia en noche buena?


El oficial no gritó, preguntó tranquilamente, pero Taemin inmediatamente iba a comenzar a defenderse.


— Yo... — Taemin se detuvo, pensando en las posibles mentiras, en las historias que había usado para persuadir a la gente para que lo dejara en paz. Nada parecía correcto en este momento. Había algo en el policía. Un hombre que no parecía mucho mayor que él - No puedo ir a casa ahora — finalmente dijo, sobresaltándose cuando la mano enguantada del policía trazó el moretón sobre su ojo izquierdo y la línea de su mandíbula.


— ¿Quién te hizo esto, Tae? ¿Sucedió aquí en esta ciudad?


Las palabras del policía eran suaves quería compartir el secreto. Taemin se alejó instantáneamente del suave toque. Parecía suficientemente amistoso, pero ¿Qué si solo era otra actuación? Cuidadosamente y tratando de no revelar sus intenciones, el vio a la izquierda y luego a la derecha. Cambió el peso a su pierna derecha preparándose para en un momento empujarlo y correr hacia la puerta. Su pierna tembló con el aumento de presión y sabía que probablemente se caería con el primer escalón.


— Me caí — dijo firmemente, la misma línea que había usado la mayor parte de su vida, la misma línea con la que se había ganado miradas que iban de la piedad a la duda. Cuando él les decía esas palabras a la gente de los comedores de beneficencia, a los policías en la esquina, o en el alberge de desamparados, le habían insultado, le habían hecho proposiciones, le habían gritado o empujado con disgusto.


— Uh huh. — El oficial no presionó por más información, solo asintió ante la sencilla declaración y dio un paso apartándose. Él habló directamente en su radio. — Me dirijo a casa ahora nada de qué preocuparse en la iglesia. — El policía vio a Taemin, y Taemin evaluó que ahora el policía estaba a dos pasos de distancia de él, dirigirse a la puerta sería más fácil. — No puedes quedarte aquí. Te encontraré un cuarto para esta noche, trataremos con lo demás mañana.


Taemin abrió más los ojos. No iba a ir a ningún lado con extraños, no a menos que él estuviera bajo arresto.


Apenas y había salido con vida dos noches antes de una propuesta mucho más envuelta en la sugerencia de esperanza que lo que el policía le había dado. Taemin había sido más que ingenuo.


Enderezándose en toda su altura él apretó los labios con determinación. Él no iba a intercambiar un infierno por otro, no correría el riesgo.


— No. Gracias, pero no, tengo que... ir a la estación a tomar el tren. — Trató de que su voz no se oyera con desesperanza, intentó oírse seguro.


— Está bien, Tae — el policía suspiró — podemos hacerlo de una de dos maneras. Es tarde y es la noche antes de navidad. Realmente quiero ir a casa a estar con mi familia y tú lo estás haciendo muy difícil. Ahora o vienes conmigo, a comer algo decente, darte una ducha y quizás ponerte algo de ropa cálida y luego tener un buen sueño en una cálida cama. Esa sería tu elección, o puedo hacer esto oficial, arrestarte y obligarte a ir.


Taemin oía cada palabra viendo alrededor desesperado, la pequeña iglesia, el cementerio, la banca, la nieve y de nuevo al policía que realmente se veía joven frente a él. Estaba tan emproblemado. Él había estado huyendo durante muchos días, había logrado mantenerse lejos de todo y de todos, y solo faltaban dos días más para que dejara de huir.


— Entonces — el policía continuó — no tenemos toda la noche. Realmente no quiero pasar toda la noche buena parado ante tu cuerpo congelado y explicando tu muerte a los médicos. ¿Entonces que elijes?


Él no tenía una elección. Esa era una situación sin elección. Él sabía eso y el policía sabía eso. Se enderezó lo mejor que pudo. El dolor en su baja espalda ardía más que lo usual, a pesar de que el frio de la banca lo había entumecido ligeramente.


— Está bien — Taemin dijo tranquilamente. Después de todo él era un policía. ¿Qué podía estar mal en querer estar caliente una sola noche? — ¿No en una celda? —preguntó cautelosamente.


El oficial Kim se dio media vuelta y comenzó a alejarse de la banca.


— No, no en una celda.


— ¿Lo promete? — ¿Podría haberse oído más infantil? Había manera de que se oyera como un adulto responsable que tenía bajo control su vida. No.


El policía se detuvo al verlo, y metió las manos en los bolsillos de su gruesa chaqueta. Taemin se encontró viéndolo con envidia.


— Lo prometo. — Se giró, claramente esperando que Taemin lo siguiera, cómo lo hizo. Recorrió el helado camino con los delgados tenis que se había encontrado tirados hace una semana. Era humillante andar trastabillando por el camino igual a un patético perrito perdido detrás del policía. Al mismo tiempo, Taemin admitía que él no podría rebasar al policía si decidiera actuar ante el impulso de alejarse como alma que lleva el diablo del hombre uniformado. Así que lo siguió lo mejor que pudo.


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- ¿Jjong? — La voz era suave, y una mujer apareció desde alguna parte del interior del iluminado vestíbulo, deteniéndose a un lado del policía. Ella era pequeña y bien arreglada y tenía una expresión de preocupación en la cara. Ella le recordaba a su propia madre, sin la mirada de agotamiento que ella siempre parecía llevar — ¿Que sucede? —El policía se quitó la chaqueta y la colgó en un gancho, quitándose los guantes y las botas.


— Tenemos un huésped por navidad, mamá — contestó suavemente, haciéndole señas a Taemin por la puerta del frente y, como si entrara en un sueño, arrullado en parte por la voz de la mujer, Taemin entró por el umbral. Un momentáneo miedo hizo que le doliera el estómago. Él no había estado detrás de una puerta cerrada en una semana y estar ahí lo sentía como una prisión mientras rápidamente podía decir. Acogedor interior.


El policía, Jonghyun, lo guio al interior del cuarto, donde la chimenea crepitaba detrás de una reja, el árbol estaba cerca de la ventana y había regalos distribuidos al azar por el suelo. Taemin le dio una real mirada al hombre que lo había sacado del cementerio de la iglesia. Era ligeramente más bajo que Taemin, sólidos y fuertes músculos, cabello oscuro y ojos cafés. El uniforme se veía bien en él, ajustado y limpio. Taemin odiaba los uniformes. El policía no se veía como el oficial que cuida la seguridad en los parques o en el oscuro lugar en donde él se había dormido. No se veía fastidioso o suspicaz ni duro. Eso ponía nervioso a Taemin el enfrentarse con la contradicción en su mente.


— Este es Tae. Necesita algo de ropa y un lugar donde pasar la noche. — La voz de Jonghyun era segura. Él no dio excusas por traer a un extraño a la casa de su mamá, y en respuesta, ella no se veía para nada enojada.


— Hola, Tae. — Se estremeció ante las suaves palabras de la mamá del policía. — Ve y límpiate y yo calentare algo de sopa — Ella no esperó a que él respondiera sí o no, pero en ese momento, Taemin pensó que un baño limpio y realmente lavarse y quizás una cena caliente sería suficiente como para hacer que llorara. — Jjong, muéstrale a Tae el cuarto de baño, dale una máquina de afeitar desechable, unas toallas y algo de tu ropa, querido — Ella entonces le sonrió, pero Taemin estaba desorientado, exhausto, y adolorido. Todo lo que pudo hacer fue quedarse de pie, no pudo formar palabras ni siquiera corresponder la sonrisa.


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— Entonces, Tae, ¿supongo que no estás aquí porque tú lo hayas decidido? — Ella comenzó muy inocentemente mientras le servía más sopa y le daba más pan. Ella lo miraba fijamente. Se preguntaba qué era lo que ella veía en él y se sintió avergonzado de los viejos y nuevos hematomas en su cara, medio cubiertos por el aún mojado cabello rubio que lo tenía hacia su cara para esconderlos.


— No, señora — finalmente dijo, mordiendo el pan y unas migajas cayeron en su sopa mientras comía. Si él tenía la boca llena de comida, quizás él podría evitar decir algo más. Había tenido suficientes sermones en su vida como para ser capaz de evadirlos.


— Jjong dice que casi tienes dieciocho, pero que solo sabe tu primer nombre.


Solo faltaban dos días para que cumpliera dieciocho. Era demasiado tarde para que la mamá del policía rastreara a su familia. Tragó el pan y la sopa de su boca y se limpió la boca con el dorso de la mano, él captó la tranquilidad en los ojos de la mujer.


— Lee Taemin, señora — él finalmente se presentó — Cumplo dieciocho el veintisiete de diciembre. — Ella asintió pensativamente y él rápidamente se llevó otra cucharada de sopa a la boca.


— ¿Puedes decirme por qué no estás en casa con tu familia? — Ella vaciló por un momento, inclinando la cabeza a un lado. — Supongo que tienes familia.


— Si, señora, tengo familia. Mamá, papá y una hermana. Ellos — mi papá — ya no me quería en la casa.


— ¿Qué hiciste para merecer eso? ¿Estabas con la gente equivocada? ¿Drogas? ¿Alcohol?


El dolor se disparó en su interior ante las opciones que ella le daba. Eran las razones por las que un joven generalmente se quedaba sin hogar. Sabía que se veía lo suficientemente mal como para que la gente supusiera que estaba en algo que lo dañaba. Otra gente había preguntado, pero ellos realmente no querían oír.


— Sucedió porque soy gay — él dijo simple y suavemente y ella se inclinó para oírlo, entonces ella frunció el ceño y se recargo en su silla.


— ¿Y huiste? — ella preguntó simplemente.


— ¡No! — La reacción de Taemin fue instantánea. — Ellos trataron de arreglarme, pero eso no funcionó. No quería que funcionara. Ellos me dijeron que me fuera.


— Ya veo. — Eso fue todo lo que ella dijo. No oyó disgusto en su voz, pero eso no fue como que ella saltara inmediatamente y descartara lo gay y lo abrasara.


— Gracias por la sopa, señora. Aprecio su ayuda y la de su hijo. — Él tropezó al levantarse, sintiendo agujas y alfileres en las piernas, y se dirigió al pasillo solo para detenerse porque el oficial estaba bloqueando su camino. El hombre se veía fresco de la ducha con el oscuro cabello en puntas y sus ojos cafés viéndolo intensamente, se veía menos como policía y más como un tipo normal.


— ¿A dónde crees que vas? — preguntó, con su cabeza inclinada como enfatizando la pregunta. Taemin vio la intrigada mirada en los ojos del tipo y entonces vio una profunda compasión que no había visto en mucho tiempo.


— Me voy, señor...oficial. Mire, gracias por su ayuda. Lo siento. — Las palabras de Taemin salieron temblorosas, pero se aseguró de que su intención fuera obvia. Él estaba determinado a irse. Solo tenía que encontrar sus zapatos, y podría irse. Probablemente podría adelantársele al policía, tenía buenas posibilidades dado que el otro hombre estaba descalzo. Taemin bajó su mirada y arrastró los pies pasando por su lado, pero fue detenido por una fuerte mano en su brazo.


— ¿Mamá? ¿Él te hizo algo? ¿Estás bien?


Jonghyun ignoró a Taemin, que se movió de un pie al otro tratando de liberarse del agarre de Jonghyun, la ansiedad y el pánico se construían en su interior. Él no le había hecho nada a la mamá del policía; él no podría.


— Parece que los padres de Tae lo echaron por ser gay — ella le contestó simplemente. Taemin se jaló logrando moverse en el cuarto. La expresión de Jonghyun cambió a ira. Y cuando el policía levantó una mano, Taemin se encontró preparándose para el inminente golpe.


En lugar de eso, el policía colocó su mano suavemente en el hombro de Taemin y pareció ignorar el hecho de que Taemin se había hundido de miedo.


— Eso sucede mucho — dijo el policía simplemente, su cara de alguna manera parecía amable cuando dijo eso — pero en esta casa eso no es un problema. Mamá tiene un hijo hetero, casado y con dos hijos, y una hija con dos novios al mismo tiempo. — Hizo una pausa, dejando que entendiera la primera parte. — Además ella me tiene a mí, a su hijo policía gay.


— Oh — fue todo lo que Taemin pudo decir, frotándose el brazo en donde Jonghyun lo había agarrado para aliviar el dolor.


— El que seas gay no es algo que afecte el que te quedes aquí. ¿Bien?


Taemin se giró para ver que la mamá de Jonghyun, seguía sentada ante la mesa, ella estaba asintiendo estando de acuerdo. Parpadeó, abriendo más los ojos a todo lo que lo hundía, demasiado bueno para ser verdad, pero de algún modo era muy real.


— Me voy a la cama, Jjong. Por qué no te sientas un momento con Tae, y luego le muestras el antiguo cuarto de Yesung, hay ropa de cama limpia en el closet. — Ella se levantó dejó los tazones en el fregadero y abrazó a su hijo. — Taeyeon llegará a las dos. Ella lo prometió. Así que mantente despierto por mí.


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Jonghyun le indicó a Taemin que se sentara en un extremo del sillón de la sala. Después de una deliberada consideración, Jonghyun se sentó al lado de Taemin. Sin tocarlo. Él no era un gran conversador la mayoría del tiempo y Jonghyun no sabía qué decir. Muchas cosas habían sucedido en las últimas horas al salir de su trabajo. Debió de haber reportado que encontró a un chico durmiendo en la banca, que se encargaran de él en la estación, y lo ayudaran.


Sin embargo, cuando Taemin habló, lo hizo claramente, solo con un infierno de miedo en su voz. 


Y ahí fue. Cuando Jonghyun vio el miedo en los ojos del chico, algo sucedió en su interior, quizás su propio suave corazón, o quizás era el espíritu navideño, pero solo quería asegurarse de que estuviera a salvo.


La sucia e incipiente barba y el grasoso cabello no hicieron nada para afectar los rasgos del chico, y tenía un rancio olor. Necesitaba una ducha, y ropa y un lugar caliente donde dormir.


Entonces, cuando Taemin había salido del cuarto de baño, usando unos pantalones de algodón de Jonghyun, su cabello limpio y su incipiente barba rasurada, Jonghyun luchó por no decir algo inapropiado. El jovencito era hermoso, con ojos de corderito perdido e inocente. La ansiedad se mostraba en la línea de su boca y el miedo en sus ojos. Él estaba muy lejos de ser del tipo de Jonghyun. Era alto y a Jonghyun le gustaban los chicos más pequeños que él. Tenía los ojos chocolates y a Jonghyun usualmente le gustaban los ojos avellana. Y su cabello, rubio esa no era su primera elección; prefería el cabello castaño. Esos y otros pensamientos flotaban por su cabeza, Jonghyun alejó esos impulsos. El chico podría ser hermoso, pero primero él era un menor de edad que había huido y aunque Jonghyun era gay era policía primero.


— Entonces, ¿supongo que estás en tu último año de preparatoria? — Jonghyun comenzó tan suavemente como podía, arqueó una ceja cuando Taemin negó con la cabeza.


— Recibí la educación en casa. — Taemin le informó — Papá culpó a la escuela de hacerme gay. — Lo último lo dijo con un estremecimiento. —Así que él me sacó y los últimos cuatro años no he estado en una escuela.


— ¿Hacerte gay? — Jonghyun había oído eso antes, eso no era nuevo, y no le extrañaba que esas cosas sucedieran. Aun así, le impactó oír eso de un chico tan malditamente joven.


— Si, quien diría que las escuelas públicas podrían volverte chica, ¿eh? — Taemin lo dijo con una pequeña sonrisa antes de bajar la cabeza y el rubor de la vergüenza coloreara sus altos pómulos.


— ¿Entonces por qué no te echó cuando tenías catorce? — Jonghyun sabía que esa era una pregunta personal, pero realmente quería saber todo cuanto pudiera.


— Intervenciones. Campamentos, asistí literalmente a todo lo que sacara lo hetero de mí. Compañeros del ejército de mi papá me llevaban por semanas a correr, caminar, disparar, tenía que hacer todo tipo de cosas que contrarrestara lo gay.


— Mierda.


— Acepté, todas las intervenciones, las ordenes, la falta de vida. Mi papá estaba planeando mi futuro sin que yo tuviera ninguna elección.


— ¿Quería que entraras al ejército?


— Fuerzas especiales, como él, hasta que salió por invalidez. Tenía grandes ambiciones para mí.


— Así, que claramente no estás en el ejército. ¿Qué sucedió?


Taemin suspiró, negó con la cabeza dudando, como si no pudiera encontrar las palabras correctas.


— Me dijo en términos claros que en mi cumpleaños número dieciocho me enlistaría. No había manera de que eso sucediera. No quería eso. Quiero aprender a escribir. Escribir libros. — Taemin levantó la vista tímidamente a través de su rubio cabello y Jonghyun vio el carácter en ellos.


— ¿Se lo dijiste? — Jonghyun realmente no estaba seguro si quería saber lo que sucedió después.


— La primera vez que lo enfrenté. Le dije que yo elegiría mi propia vida. Sin importar si era gay o no, era mi vida.


— Eso fue increíblemente valiente.


— Eso fue increíblemente estúpido. Él mide uno noventa y dos de músculos sobre músculos. Me golpeó, y estuve fuera de la casa en menos de una hora, todo terminó con una pistola en su mano.


Ellos se quedaron en silencio por un largo momento, Jonghyun trató de ordenar las cosas en su cabeza, era un oficial de la ley en una pequeña ciudad, podía ayudar a un chico menor de edad. Taemin claramente quería cambiar de tema.


— ¿Entonces eres un policía? — Taemin usó el mismo estilo que Jonghyun había usado en él, con una tímida casi nerviosa expresión en su cara antes de que bajara la cabeza de nuevo. Jonghyun sintió que su corazón daba un vuelco, solo quería jalar a Taemin a sus brazos y abrazarlo y decirle que estaba bien que preguntara.


— Si, primer año en esta ciudad, como soy el de menor rango comienzo a trabajar mañana a las ocho de la mañana y cubro la noche de navidad y la de año nuevo, el día de acción de gracias, pero si es buen trabajo.


— Jjong, ¿Te puedo hacer una pregunta? — Jonghyun asintió y Taemin inhaló profundamente y soltó la pregunta. — ¿Qué edad tienes?


— Veinticuatro. Aunque no me siento de esa edad. Veinticuatro, tengo mi propia casa y aun así vengo a robarle chocolate caliente con malvaviscos a mi mamá. — Agregó, entonces le dio un guiño, dándose cuenta se disculpó cuando Taemin inmediatamente se retrajo jalando sus rodillas y abrazándolas con sus brazos de una manera totalmente protectora. — Tae, lo siento, no quise decir...


— Hey, no, ella es tu mamá, y ella es una mamá genial. Mi mamá solo está ahí y deja que mi papá haga lo que quiera. Ella cocina, limpia y nos tuvo a mi hermana y a mí; ese es su rol en la vida. Ni siquiera estoy seguro de que ella alguna vez me haya hecho chocolate caliente o me haya protegido de mi padre.


— Lo siento mucho, Tae.


— Honestamente, estoy terminando con ellos. Ellos no saben lo que se pierden, porque un día, voy a ser rico y famoso y me casaré con el más hermoso chico del planeta. Adoptaremos tres niños y viviremos en un rancho con caballos y perros y ellos vendrán corriendo y entonces les diré que se jodan. — La voz de Taemin aumentaba de volumen en cada oración, hasta que la última majadería fue casi gritada, antes de que se diera cuenta lo que había dicho y enterrara su cabeza dentro de sus rodillas, su cara estaba de un rojo brillante.


Jonghyun se reía.


— Sabes qué, Tae, dame su dirección y yo les diré que se jodan por ti. — Taemin tenía un sospechoso brillo en sus ojos y le dio a Jonghyun una débil sonrisa, su corazón se oprimió de nuevo.


— Gracias.


Ambos oyeron un ruido en la puerta y sintieron una ráfaga de aire frio, que le recordó a Taemin lo que le esperaba esa noche. Jonghyun vio a Taemin, vio que se había puesto pálido y se preguntó qué pasaba por su cabeza. Parecía perdido en sus pensamientos.


— ¿Jjongie? — Jonghyun vio a Taemin tensarse cuando Taeyeon entró al cuarto, dejando los guantes y bufanda por todos lados y su abrigo cayendo a sus pies. Jonghyun revisó el reloj.


— Dos-quince, Kim Taeyeon, y no me llames Jjongie — Jonghyun dijo, viendo fijamente de nuevo el reloj. Taeyeon tuvo la decencia de ruborizarse y levantar su abrigo probablemente se dio cuenta que antagonizar con su hermano mayor o su mamá no iba a contrarrestar los efectos de romper el toque de queda.


— ¿Quién es tu nuevo amigo, Jjongie?


— Suficiente con lo de Jjongie, y él es Tae. Él es nuestro huésped. — Taeyeon movió la mano en un hola y le dijo 'Hey' antes de decir que estaba lista para ir a la cama y seguir por el pasillo.


— ¿Ella estará en problemas? — Taemin le preguntó cuidadosamente, sus ojos se abrieron más cuando Jonghyun se rio.


— No, mamá dice que ella no será tan afortunada con un hermano policía, porque si ella quiebra el toque de queda una vez más entonces me pedirá que arreste a su novio.


— Oh. — Taemin se oía tan malditamente serio y preocupado que Jonghyun sintió que debería aclararle a Taemin que su mamá solo estaba bromeando.


— No sé qué pasa por tu loca cabeza, pero eso aquí se le llama broma, Relájate.


— Oh. — Taemin repitió. Sonrojándose de nuevo, Jonghyun pensó. Él animó a Taemin a subir las escaleras, después de eso, explicándole que la idea de la ciudad de que Jonghyun estuviera de turno era que tuviera acceso al teléfono y llevara uniforme.


— No significa que me perderé el desayuno de navidad o el abrir los regalos, pero necesito estar despierto a las seis.


— Uh huh.


— ¿Estarás bien en este cuarto, solo? — Revisó con ojo crítico el rededor del viejo cuarto de su hermano mayor — No es mucho — comenzó, pero él no logró decir más cuando Taemin lo interrumpió.


— Es asombroso — dijo Taemin, se oía animado y agradecido. Él envolvió sus brazos alrededor de su cuerpo abrazándose a sí mismo. — Es una cama.


La emoción de Taemin era contagiosa, como la de un niño en la mañana de navidad. Jonghyun sonrió cálidamente. Por primera vez desde que estaba en su nuevo trabajo como policía de la ciudad, él sentía que estaba haciendo una diferencia en la vida de alguien.


— Duerme bien. — Él empezó a alejarse entonces en un impulso se giró y jaló a Taemin para un rápido abrazo. Lo soltó rápidamente y dejó el cuarto, diciendo, — Feliz navidad, Tae — y cerró la puerta.


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Cuando él estuvo de regreso en casa, Taemin seguía dormido y su mamá y Taeyeon estaban acurrucadas en el sofá con su desayuno. Ambas ayudaron a Jonghyun a envolver los regalos.


— ¿Quién es él, Jjongie? — Taeyeon preguntó suavemente.


- Jjong, no Jjongie — Jonghyun automáticamente replicó. — Y su nombre es Taemin, Lee Taemin. Él será un niño fugitivo hasta el veintisiete que cumple dieciocho años.


— ¿Por qué huyo? ¿Lo sabes?


— Al parecer por la homofobia de sus padres. No sé mucho, pero él necesitaba un lugar donde quedarse.


Taeyeon entrecerró los ojos brevemente. — Puedo cambiar las etiquetas de algunos de tus regalos — ella dijo rápidamente. — Son solo pequeñas cosas, pero si él se va a quedar... — Su voz se apagó cuando jaló a su pequeña hermana a un gran abrazo.


- Gracias, Taeyeon — simplemente dijo, apretándola fuerte antes de liberarla. — Minho donó también algunos, o más bien Yoona donó algunas cosas de Minho.


Taeyeon levantó el brillante suéter rojo con un mono de nieve al frente, de la pila de ropa que Jonghyun trajo de Minho.


— Oh, mi Dios —ella resopló. — Ella te donó el horrible suéter del año pasado.


Jonghyun le indicó el paquete bajo el árbol, el largo y sospechosamente suave paquete. — Y el de este año — lo señaló antes de reírse divertido.


Su mamá, estaba en total modo de mamá, levantó los jeans que Minho había donado, vio la cintura y recordó al chico que dormía arriba en el cuarto extra. Incluso aunque Minho parecía ser tan alto como él, la cintura era enorme y el material le quedaría nadando.


— Pásame mi costurero, Jjong. — Su mamá le pidió enderezándose en el sofá, y él pensó que ella estaba pensando qué tanto tendría que alterar la gruesa y difícil de manejar mezclilla.


— Él es hermoso, ¿no es así Jjong? Todos esos ángulos y esos asombrosos ojos — Taeyeon comentó cuidadosamente, viéndolo con ojos de inocencia — y todo ese largo, suave y rubio cabello que enmarca su cara.


Y su sonrisa, Jonghyun pensó para sí mismo, una sonrisa que a pesar de ser tímida e insegura dejaba entrever lo que Taemin podría sonreír si lo intentara de verdad. Era tan triste ver que ese niño se viera tan preocupado y nervioso casi como un perro pateado.


— No me fijé. — Negó rápidamente cuando su malcriada hermana le sonreía.


— Tengo que regresar, mamá.


— ¿Puedes regresar para la cena, Jjong? Yesung estará aquí a las doce.


— Estaré aquí, mamá, lo prometo, y... — Señaló hacia las escaleras con un movimiento de la cabeza. — Si me necesitas para cualquier cosa...


— Ve, Oficial Kim —Su madre sonrió. — Ve y mantén la paz.


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La puerta del frente se abrió y se cerró, y Jonghyun estaba sacudiéndose la nieve de sus pies mientras Taemin bajaba las escaleras con un bulto de ropa en sus manos, su delgada chaqueta colgando de sus hombros. Se detuvo al ver con cautela a Jonghyun.


— ¿Tae? — la señora Kim le preguntó cuidadosamente. — No puedes irte, cariño. — Sus palabras fueron tranquilas, pero Taemin reaccionó rápidamente. Había una chispa de Desafío y miedo.


— Tu... tú no puedes hacer que me quede — murmuró. Jonghyun se quedó de pie entre él y la puerta.


— Puedo — Jonghyun dijo simplemente, doblando sus brazos. No agregó nada acerca de arrestar a Taemin, pero era algo tácito.


— Kim Jonghyun, no vas a obligar a Taemin a quedarse. Taemin está invitado a quedarse a la cena de navidad, y es libre de irse en cualquier momento.


— ¿Cena de navidad? — Taemin preguntó, en lo que esperaba que fuera lo menos patética su esperanzada voz, seguía en el pasillo con las posesiones de su vida en sus brazos.


— Toma tu ropa y sube las escaleras. Jjong puede darte una maleta cuando te vayas, y vuelve a bajar. — Ella aplaudió con las manos. — y los regalos.


El corazón de Taemin se hundió. Él sabía que no tenía que corresponder y ahora él sabía lo que quería. Él iba a estar viendo a los otros abrir los regalos. Regalos envueltos con amor. La puerta del frente se abrió de nuevo. Jonghyun se movió de su lugar de perro guardián.


Taemin identificó un camino por el cual podría irse, más allá de la mamá de Jonghyun, más allá del hombre, la mujer y los dos pequeños en el umbral de la puerta, más allá de la nieve y la libertad más allá. Congelado un momento, vio a Jonghyun viéndolo directamente, la curiosidad estaba escrita en los ojos cafés, preocupado en gran parte para que aceptara. Taemin recordó el abrazo de Jonghyun. Y tomó una decisión, posiblemente la única decisión que él realmente había hecho por sí mismo y subió las escaleras de regreso a la habitación. Sintió los ojos de Jonghyun sobre él todo el camino de regreso arriba por las escaleras.


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Yesung fue directamente a la cocina cuando llegó. Ni siquiera los diez minutos que duró conversando con su mamá, pudieron hacer que no se sintiera cauteloso respecto del extraño que su mamá y hermana tenían en casa. Yesung llamó a Jonghyun a la cocina.


— Él es lo suficientemente grande como para lastimar a ambas, a mamá y a Taeyeon — Yesung puntualizó. —No puedo creer que lo dejaras en casa. ¿En qué estabas pensando?


— Yesung ....


— No, no Yesung.


— Yesung, en serio, no sé por qué. Había algo acerca de él. Confié en él. Es navidad, hombre. Temporada de buena voluntad y todo eso.


— Temporada del asesino del hacha en la casa de nuestra madre. — Yesung gruñó, preocupado y sin miedo de mostrarle a su hermano lo que pensaba.


— No lastimaría a nadie. — Dijo Taemin desde el marco de la puerta con tazas vacías en sus manos Yesung hizo un guiño y se movió rápidamente, acercándose al adolescente. Jonghyun lo veía casi desapasionadamente, mientras Taemin se acercaba a su hermano.


— Jjong confía en ti, quien jodidos sabrá por qué — Yesung bufó, jalando el brazo de Taemin y haciendo que las tazas cayeran al suelo. Levantó las mangas de Taemin. — ¿Lo revisaste? —preguntó viendo sobre su hombro.


Jonghyun sintió que la culpa lo inundaba, seguida rápidamente seguida por el disgusto de saber lo que Yesung exactamente buscaba. Desesperadamente él miró a Taemin. El chico estaba tratando de alejarse del agarre de Yesung, incluso cuando Yesung le giraba el brazo en busca de marcas, cicatrices o cualquier cosa que indicara que usaba drogas


— Yo no... — Taemin empezó, su voz llena de shock y vergüenza.


— ¿No qué? — Yesung presiono por la respuesta.


— Yo no uso drogas, nunca he usado drogas, ni siquiera fumo.


Yesung se apartó, la sospecha aún continuaba en su cara, enfrentando a su hermano.


— ¿Lo investigaste? — Taemin miró a Jonghyun, probablemente inconsciente de cuan vulnerable se veía y con los ojos sospechosamente brillantes a causa de las lágrimas. Jonghyun sintió culpa. Él no le dijo nada de eso a Yesung, simplemente y en silencio rezó para que su hermano se apartara y lo dejara a él tratar con eso.


— ¿Chicos? — la señora Kim llegó por detrás de Taemin, dándose cuenta en qué terminó la conversación. — Yesung, deja en paz a Taemin. Él es nuestro huésped, y debes tratarlo con amabilidad. Ahora regresa adentro, Jongin está desesperado por abrir los regalos.


Yesung se relajó y se alejó de Taemin, siguiendo a su madre fuera de la cocina. Jonghyun esperó hasta que ellos dos estuvieran solos en la cocina.


— ¿Me investigaste? — Taemin dijo suavemente. — ¿Ellos trataron de buscarme? —Claramente él solo quería una respuesta.


Jonghyun cerró brevemente los ojos y negó con la cabeza. — Lo siento, Tae, pero no había nada que indicara eso. — La cara de Taemin se quedó en blanco. Jonghyun odiaba lo que había hecho. La familia de Taemin no se preocupaba por él.


— ¿Mi hermana está bien? ¿Encontraste algo de ella?


— ¿Tu hermana? No, no había nada de ella.


— No tenía que haber; ella sigue en casa. Mi papá... él no está interesado en ella.


Jonghyun vio a Taemin cuando inconscientemente levantó su mano derecha hacia el corte que aún estaba sanando en su ojo izquierdo, la piel estaba decolorándose donde el hematoma parecía nunca sanar.


— Ha pasado un tiempo ahora. — Taemin finalmente dijo. Su voz se estaba quebrando con una tristeza que era malditamente obvia.


— Lo siento, Tae. — eso fue todo lo que Jonghyun pudo decir, en puro lenguaje de policía. —Lo siento mucho...


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Después de que terminó de revisar el correo y el correo electrónico, y dado que no había nadie, era tiempo para irse. Mientras se acercaron a la puerta, Jonghyun detuvo a Taemin con un toque en el brazo. — Siento que tus padres sean unos idiotas. — Comentó Jonghyun, no estando muy seguro de las palabras y viendo cuidadosamente cuando Taemin se encogió de hombros. — ¿Quizás ellos no son tan malos como crees? ¿Quizás ellos puedan darse cuenta de lo que ellos se pierden?


Taemin no sabía qué decir. Se quedó mirando sin ninguna expresión al hombre.


Quizás Jonghyun tenía razón; quizás él había sobre reaccionado. Quizás si él pensaba sobre eso, ahí había amor y afecto o algo mas además de ciega obediencia, quizás, solo estaba cansado de los golpes y de sentirse fuera de lugar.


Suspirando, su cabeza repentinamente se aclaró, se giró hacia Jonghyun. Se quitó la chaqueta, levantando su suéter y camisa expuso su media espalda, sabiendo lo que había ahí. Oyó que Jonghyun jadeaba con fuerza, la sorpresiva y profunda respiración le indicó que estaba en shock, pero no bajó la camisa, dejó que Jonghyun lo viera. Él sabía lo que Jonghyun estaba viendo, él ya se lo había visto en el espejo —cicatrices del bastón que su padre usaba, cruzadas con las cicatrices del cinturón. Casi todas sanadas, casi todas.


Jonghyun tomó la mano de Taemin y jaló la ropa para acomodarla en su lugar y entonces se giró parándose frente a él. Taemin no podía verlo a los ojos, la vergüenza cubría de rojo su piel cuando Jonghyun vio la evidencia del pecado en su cuerpo. Él se estremeció cuando repentinamente Jonghyun colocó su dedo bajo su mentón y lo animó a que levantara la vista. Él no podía hacerlo, y cerró los ojos con fuerza.


— Podría matarlo por lo que te hizo — Jonghyun dijo suavemente.


Taemin abrió los ojos, la confusión llenaba su mirada. Jonghyun seguramente no podría matarlo, pero lo que vio en la expresión de Jonghyun lo asustó. Taemin trató de apartarse, sintiéndose abruptamente muy incómodo con las intensas emociones en la cara del policía. — Tú... tú no puedes... — dijo rápidamente, viendo como cambiaba la cara de Jonghyun de intensa a suave en el espacio de una respiración. 


— Lo sé, pero quiero lastimarlo por lo que te hizo.


Taemin sintió la pared detrás de él, y el calentador tocó sus piernas, el calor se sentía agradable contra el frio aire, y él quería gritar. Alguien le estaba dando apoyo incondicional. Alguien creía en él. El momento se congeló, Jonghyun se acercó lentamente, hasta que solo unos centímetros los separaban, y Taemin podía ver los ojos de Jonghyun, intrigantes e increíblemente hermosos. Quería que Jonghyun lo besara tan desesperadamente como necesitaba la siguiente respiración.


En lugar de eso, Jonghyun solo se apartó y le dio otro abrazo de oso, palmeando su espalda cuidadosamente y alejándose con una pensativa mirada en su cara.


— Vamos, disfrutemos la navidad por un par de horas.


Taemin sintió una mezcla de decepción y miedo y estaba asustado de lo mucho que él quería que Jonghyun lo besara y lo mucho que él no quería enfrentar a su familia por navidad para nada.


Suspirando siguió a Jonghyun increíblemente feliz de regreso a la casa, con un crepitante fuego y esa increíble capacidad de hacer realidad los deseos por cosas que nunca había podido tener.


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- ¿Qué es lo que piensas hacer? Quiero decir cuando pase el día de navidad. ¿A dónde ibas a ir? — Jonghyun se oía curioso, pero no como oficial y Taemin no estaba seguro de qué decir.


Taemin se encogió de hombros. — Daegu — finalmente contesto. — Me dirigía al norte pensé que podía encontrar trabajo ahí.


— Daegu es un buen lugar — Jonghyun dijo en respuesta. — Pero no tienes que ir a la ciudad para encontrar trabajo, lo sabes. — Jonghyun se oía pensativo. — ¿Qué acerca de la universidad? 


Taemin sonrió suavemente dentro de su taza de chocolate caliente. La universidad era un sueño.


- Ni siquiera me he graduado y no tengo dinero para la universidad.


— No pareces estúpido, Taemin. Puedes obtener la equivalencia y lograr un grado académico, hacer una vida para ti mismo.


El dolor se extendió en Taemin. Todo parecía tan simple cuando Jonghyun lo decía e irracionalmente él empezó a sentirse enojado.


— No todos tenemos vidas sencillas. — Taemin bufo, no triste, solo enojado, hostil y sintiéndose atrapado. Él se puso de pie y su mano tembló ligeramente y derramó el líquido caliente en su mano y en la alfombra, Jonghyun se puso de pie rápidamente y sostuvo el brazo de Taemin.


— Tae, siéntate — Jonghyun dijo con una calmada voz, instantáneamente calmó la pasión que Taemin sentía y se sentó de nuevo en el sofá. — No hay nada en nuestra vida aquí que pueda llamarse ni remotamente el perfecto pastel de manzana. Podemos no tener crímenes, pero tenemos pobreza en nuestros bolsillos como nunca antes se había visto. No tenemos grandes universidades... además de que no hay fondos para eso, pero tenemos enseñanza comunitaria. Esta ciudad puede no tener muchas cosas materiales, pero lo que si tenemos es un lugar en donde te sientas seguro, en donde puedas crecer y quizás ir a la universidad...


Taemin interrumpió con un incrédulo bufido. — ¿Dónde podría vivir?


— Encontraremos un lugar. Puedes trabajar para pagarlo, quizás podrías vivir conmigo. Tengo mi propia casa, admito que es pequeña, pero tiene dos habitaciones. Puedes quedarte conmigo. Quedarte aquí — Jonghyun se oía patéticamente esperanzador y convencido de que él le estaba dando a Taemin una buena opción.


— ¿Qué acerca del dinero? — Taemin preguntó.


— Es en general una comunidad pobre, pero algún granjero necesitará trabajadores. Al menos hay una tienda que puede necesitar un empleado. No sé. Pero encontraremos algo. — Jonghyun estaba claramente convencido.


— ¿Y por qué harías eso? ¿Quieres que te lo agradezca? Quizá inclinarme para ti para pagarte de esa manera. — El pecho de Taemin se oprimió con ira.


— No.... dios no. — Jonghyun finalmente logró contestar con su cara rojo escarlata. — Yo solo... quiero decir, no. Tu...


— Jonghyun ...


— Mierda, realmente no sé cómo decir esto, por favor. Soy un policía estoy entrenado para ayudar y dios sabe... quiero decir, Tae, necesitas dejar de huir. Tendrás dieciocho en dos días. Establécete, marca línea. Solo detente.


Taemin inconscientemente levantó las rodillas y pasó sus brazos alrededor de sus piernas, su usual postura de auto protección. — No lo creo — dijo finalmente — Solo no lo creo. — Su voz se quebró. — ¿Podemos solo dejarlo?


Jonghyun tomando una decisión, tomó el control de la televisión. — ¿Has visto Duro de Matar? — preguntó. — Empieza en cinco minutos ¿quieres verla?


Taemin había oído Duro de Matar — Si, realmente no he visto muchas películas. — Contestó casi tímidamente. Al menos así dejaría de pensar.


Jonghyun encendió la televisión con el control remoto y oyeron la noticia sobre la nevada que cubría la ciudad, entonces comenzó la película. Jonghyun se acomodó en el sofá descansando la cabeza en el respaldo y Taemin se movió un poco a causa del dolor en su espalda que esperaba que Jonghyun no notara.


Jonghyun era tan cálido y gentil, lo aceptó y lo apoyó y antes de darse cuenta su cabeza estaba descansando en el hombro de Jonghyun, con sus piernas estiradas frente a él. Taemin trató de acomodarse para ver la película decidiendo que iba a ser casi imposible con Jonghyun tan cerca, y entonces en menos de diez minutos él estaba totalmente metido en lo que sucedía en la pantalla.


— Tengo muchas películas qué mostrarte — Jonghyun dijo entusiasmado cuando Duro de Matar terminó. 


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Todo eso fue algo de último minuto como a menudo suelen ser las cosas, fue casual, divertido, caótico, ruidoso y malditamente perfecto. Jonghyun empezó cantando 'Feliz Cumpleaños, Taemin ', sonriendo cínicamente cuando la señora Kim armonizó y ambos terminaron abrazando a Taemin uno a cada lado. Yesung aún tenía sus reservas, pero al menos tenía una medio sonrisa en su cara. Minho y Yoona llegaron con Yeri con un vestido que Taemin proclamó como hermoso y con un regalo en sus manos.


— Parezco un barril sin fondo — dijo, sonriendo y palmeando su plano estomago en respuesta a la incrédula mirada de Yoona al verlo lamer lo último de sus dedos.


Eso fue todo lo que Taemin nunca había tenido en uno de sus cumpleaños y él era el primero en admitirlo, esto era un poco abrumador, comunicándose con Jonghyun, sin siquiera darse cuenta de lo que hacía, él necesitaba un corto descanso. Se sintió aliviado cuando Jonghyun lo sacó a la cocina.


— Quiero poner las cosas sobre la mesa. — Jonghyun empezó, sonriendo cuando Taemin vio hacia la mesa de la cocina. — No esa mesa. — Sonrió — Quiero decir. Tienes dieciocho años ahora, tienes muchas opciones abiertas ante ti; casa, tu grado de la preparatoria, universidad, carrera.


Taemin podía decir que Jonghyun estaba ansioso por darle todos esos folletos y formas para sus exámenes de equivalencia, todas esas solicitudes y formularios solo requerían que los firmara y colocara su edad. Parpadeó cuando Jonghyun dijo algo sobre la universidad y las equivalencias de nuevo, y los fondos o no fondos y las becas escolares y algo más en esa misma línea. Él no tenía elección en esa lista de cosas que Jonghyun estaba diciendo, él no podía; él no tenía la capacidad para tomar una decisión.


Imaginó que debería haber estado preparado para eso. Cualquier pensamiento de tener una querida relación con el policía se fundaba nada más que en su imaginación. ¿Que podría querer un policía con un título con un indigente que no terminó la preparatoria?


Taemin juntó sus labios presionándolos testarudamente ante sus opciones. Ya le había dicho a Jonghyun que no tenía opciones, la universidad no era una opción para él.


— Escúchame. — Jonghyun se detuvo brevemente, dándole la pila de papeles a Taemin. Frunció el ceño cuando se deslizaron de las manos de Taemin y cayeron al piso. Taemin ni siquiera hizo el intento de sostenerlos. — Es cierto, ya revisé en su website. La universidad de aqui ofrece los últimos lugares a estudiantes de equivalencia, está bien, y puedes encontrar subsidio adulto. Bueno, algún subsidio; para el resto necesitarías trabajar.


Taemin levantó la vista, su pecho se oprimió con dolor. ¿Jonghyun no se daba cuenta que lo que le decía no era justo? Él necesitaba ir a la ciudad, conseguir un trabajo, encontrar algo en donde vivir, así él podría alejar a Sully de su casa. Él necesitaba enfocarse en eso, no en algo con posibilidades en el aire.


— ¿Podemos comer más pastel? — finalmente preguntó con tranquilidad, realmente lo quería. Sus ojos estaban desenfocados y las lágrimas amenazaban con caer, dejando su garganta cerrada. Jonghyun estaba frunciendo el ceño. Jonghyun era un hombre fuerte y un hombre fuerte cambia cuando se enoja y golpea. Él sabía eso; solo tenía que ver a su papá.


Taemin no quería hablar acerca de eso, nada de eso, pero él sabía que decirle que no a Jonghyun empeoraría las cosas, Taemin no quería que Jonghyun, su nuevo amigo se enojara.


Quería que siguiera siendo su amigo, creía que podría serlo, pero todo estaba saliendo mal.


No esperó a que Jonghyun le contestara sobre el pastel, solo se movió rápidamente, alejándose de la cocina y evadiendo al policía incluso cuando Jonghyun trató de detenerlo evitando que se fuera.


— ¿Estás bien, Tae? — No sabía qué contestar, él solo necesitaba salir de ahí, y con los ojos bien abiertos vio hacia la puerta, la gente estaba ahí, bloqueándole la salida, Yoona e Irene, lo veían, veían lo que realmente era. Jonghyun salió de la cocina detrás de él, preguntándole algo —algo que el no pudo oír. Él no podía salir y él tomó el único camino abierto para él, el subió las escaleras hacia el cuarto que le había sido cedido, cerrando la puerta tras él.


Todo lo que había pasado a manos de su familia, todo lo que había oído y dicho, incluso cada marca que su padre había dejado en él, nunca lo habían presionado tanto como para sentirse tan atrapado como se sentía ahora, y él trastabilló hacia la ventana para llevar aire a los pulmones.


Fue Yoona quien abrió la puerta, solo ella, y cruzó el cuarto quedándose al lado de él junto a la ventana. Ella habló cuidadosamente, tocándole el hombro y hablando sin sentido acerca del pastel, del cumpleaños, de Irene, de Minho, hasta que finalmente el pánico dentro de él lo hizo fijarse y estremecerse contra la nieve fría.


— ¿Qué?


— Eso puede suceder algunas veces, Tae. Está bien. Es solo que tu cabeza no es capaz de procesar todas las cosas al mismo tiempo.


— ¡Esto es patético! — Soy patético. La voz de Taemin era rasposa a causa de las lágrimas, y necesitaba ayuda, sus simples palabras eran en realidad un ruego por algo de ayuda.


— Oh, Tae — ella dijo tristemente — no eres patético, estás muy lejos de ser eso, dulzura. Pero no importa cuánto te lo diga, aún no vas a creerme. Te prometo que un día lo harás... — Ella no dijo nada más. Ella claramente esperó a que Taemin hablara.


La vergüenza lo inundó mientras procesaba lo que había sucedido, inclinó la cabeza y gruño. —Oh... mi... Dios... — finalmente lo dijo con un bajo gruñido. — ¿Qué sucedió? — Se dio cuenta que eso se oyó como si él acabara de despertar de una pesadilla en donde no había tenido control de sus pensamientos ni de sus acciones.


— Solo un ataque de pánico, Tae. Nada que no puedas manejar.


Humillado y avergonzado, lo aceptó y entonces la culpa lo carcomió.


— Mierda... Jonghyun — finalmente logró decir, cubriéndose la cara con sus manos y soltando otro profundo gruñido.


— ¿Quieres hablarme acerca de eso?


— Es... Jonghyun ... dijo que yo puedo... Mierda.


Yoona sonrió. — Está bien, eso es más coherente de lo que pensé que podría ser.


— Mierda — Eso fue todo lo que Taemin pudo ofrecer en respuesta.


— Tae, mírame — ella dijo y él levantó la vista hacia ella. — Tienes dos opciones ahora. Puedes bajar y regresar a ese lugar en donde te juro que nadie pensará menos de ti, y puedes ver cara a cara a todos.... o puedes esperar hasta mañana para hacerlo.


Taemin estaba atorado; él no quería enfrentarlos ahora. Él estaba avergonzado y humillado. Él quería esconderse aquí, pero si él esperaba ocho horas, sabía que no podría dormir y la vergüenza que sentía en su interior aumentaría hasta que no pudiera hacer otra cosa que huir. Se puso de pie, decidiendo que necesitaba ser fuerte. Así que bajó las escaleras tratando de verse lo más normal posible.


Jonghyun estaba esperando abajo, paseándose por el vestíbulo. Se detuvo y levantó la vista al ver a Taemin, tenía una máscara de miseria en su cara.


— Dios, Tae, lo siento — él dijo. — No pensé. Solo estaba muy emocionado. Debí dejar todo en paz para después. Eso era demasiado. Realmente... yo solo... lo siento. — Él esperó, mordiéndose el labio inferior, con sus ojos bien abiertos con preguntas.


Taemin se detuvo frente a él. — También lo siento. Lo siento, pero aún no estoy listo para escucharlo.


Jonghyun cerró los ojos, acercándose a un paso de Taemin, a un paso de poder tocarlo, apoyó sus manos en los brazos de Taemin, inclinó la cara para poder ver a Taemin a los ojos.


— Lo sé, no estás listo, está bien. Nosotros hablaremos cuando lo estés, no importa si son cinco horas, cinco días o cinco años.


Taemin abrió más los ojos, ¿cinco años? Asintió y apoyó su frente contra la de Jonghyun repentinamente sintiendo el frio que sentía, el frio en su interior. — Estoy frio — simplemente dijo, cerrando los ojos, mientras Jonghyun envolvió sus fuertes brazos alrededor de su delgado cuerpo. Permitió ser guiado al sofá en donde la señora Kim estaba sentada, viendo la total interacción entre su hijo y el chico que había sacado de la nieve. Ella sostuvo la mano de Taemin sin darle oportunidad de que alejara la vista o se disculpara ni nada que pudiera considerar.


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Caminó la corta distancia hacia su propia casa, vacilando se apoyó en uno de los muros. Su casa era pequeña pero fuerte. Tenía dos pisos, patio y una cochera a un lado, se la heredó a su abuela.


La hipoteca estaba pagada, era totalmente suya y amaba eso. A pesar de pasar mucho tiempo en la casa de su mamá, él pasaba mucho tiempo en su casa, cuidando del jardín.


Abrió la puerta del frente, tomó el correo y lo dejó en una desordenada pila en la mesa del vestíbulo. Esta noche él necesitaba estar con su mamá y con Taemin.


Taemin se estaba metiendo bajo su piel de una manera equivocada, y no solo le preocupaba desde el punto de vista del policía. Él deliberadamente había tratado de poner un poco de distancia. Con la cantidad de mierda por la que él había estado pasando, en su cerebro de policía, Taemin debería de estar fuera de sus límites. Desafortunadamente dentro de su cabeza regresaban las imágenes de la navidad y el cumpleaños de Taemin y realmente no estaba seguro cuanto tiempo podría evitar tocarlo.


Había llegado justo a tiempo, se dejó caer en su habitual silla, consciente de que solo él y su mamá estaban frente a la mesa.


— ¿No es demasiado tarde, mamá? — preguntó frunciendo el ceño. — ¿Dónde está Tae?


— Le hablé hace rato, aún no ha bajado. Jonghyun, estoy preocupada por él, está desesperado por saber de su hermana.


— Me encargaré de eso — Jonghyun ofreció cuidadosamente, el policía en él estaba preocupado y el hijo estaba molesto de que Taemin no respetara a su mamá lo suficiente como para bajar a cenar.


Subiendo dos escalones a la vez se dirigió al antiguo cuarto de su hermano, tocó una vez. No se oyó nada y usó su privilegio de policía mezclado con una buena dosis del hombre de la casa y abrió la puerta preguntándose si encontraría el cuarto vacío.


Lo que encontró fue a Taemin acostado boca abajo en la cama, con audífonos en los oídos y sus hombros temblaban. Jonghyun se acercó y tocó el hombro de Taemin. Se apartó cuando Taemin confundido empezó a gritar, casi cayéndose de la cama y quitándose los audífonos.


— Yesung dijo que podía usarlos. — Sollozó, señalando de nuevo a Jonghyun quien inmediatamente los tomó.


— Está bien. Es hora de cenar si quieres... — Jonghyun no sabía qué decir. Todo lo que él quería era saber era por qué Taemin estaba llorando y saber si podía ayudarlo.


Taemin se levantó de la cama, secretamente secándose las lágrimas de sus hinchados ojos y cuadrando los hombros. — Está bien.


Jonghyun tocó suavemente su brazo y el tiempo se congeló. Ellos se habían evitado el uno al otro, evitado el contacto entre ellos, entonces lo atrapó el drama de cómo encontró a Taemin y su preocupación por su hermana. Tocarlo parecía algo impropio. Jonghyun acunó la cara del jovencito entre sus manos, usando el pulgar para limpiar las lágrimas de sus altos pómulos, las lágrimas hacían que los ojos de Taemin brillaran.


— Esto es estúpido, yo soy estúpido... llorar con la música.


— ¿Es eso lo que te está molestando?


— Yesung me lo prestó, y... — Su voz se quebró — No conocía ni la mitad de lo que está aquí. Ni siquiera había oído ese tipo de música por mucho tiempo, no conocía ni la mitad, y la mitad que me sé, eran cosas viejas, que me recordó lo que extraño de mi hogar.


— ¿Hogar? — Jonghyun inhaló profundo repentinamente confundido. — ¿Quieres regresar a tu hogar, Tae?


Parpadeó ante la pregunta de Jonghyun, con sus ojos abiertos de par en par por el shock, y entonces bajó la mirada, en tanto que Jonghyun se la sostenía.


— No, no quiero, pero extraño mucho a Sully, y estoy... preocupado.


— Eso no es estúpido — Jonghyun empezó queriendo tranquilizarlo, pero Taemin lo interrumpió.


— Llamé por teléfono a un amigo hoy. — Habló rápidamente, como si quisiera lograr admitirlo.


— ¿Qué? — Jonghyun presionó cuando Taemin dejó de hablar y se rehusaba a verlo a los ojos.


— Dejé tres billetes por la llamada — Taemin dijo apresuradamente. — Quería llamarle a mi mejor amigo y pedirle que fuera a revisarla.


— Está bien. ¿Él dijo que podría hacerlo?


— Solo desde lejos, así papá no lo sabría. Quizás él pueda dejarle un mensaje a ella. Tengo dieciocho años y puedo ser su guardián si ella huye. — Taemin se veía patéticamente esperanzador, y Jonghyun sabía que no era el momento correcto para decirle lo que había hecho hoy —que él también había hecho que revisaran a su padre. Animó a Taemin a que lo mirara, enfocándose en esos demasiados brillantes ojos y esas largas pestañas con lágrimas. Vio esos llenos labios y no pudo evitar darle un beso en la boca al jovencito, apartándose con la misma rapidez. Ahora no era el momento de besar a Taemin; ahora era el momento de tranquilizarlo con palabras.


— Bien, la encontraremos, y nos aseguraremos que esté a salvo. Confía en mí. — Iba a decir más, pero la lengua de Taemin se atrevió a saborear el beso que Jonghyun había dado y perdió la pista de sus palabras. — La cena nos espera — dijo y ellos casi alcanzan la puerta cuando Taemin se detuvo.


— ¿Hay alguna razón para que no me toques? Quiero que me toques. — Dijo tranquilamente. Las palabras estaban ahí, cuestionando malditamente a Jonghyun.


— Tae, esto es difícil.


— ¿Soy yo? ¿Hay algo malo en mí?


— No. — Jonghyun rápidamente lo tranquilizó, pero ¿cómo podía decirle no eres tú soy yo sin sonar a un cliché que había leído del libro del jovencito gay enamorado?


— ¿Es a causa de mi espalda? — Las palabras de Taemin eran desanimadas y drenaban auto-recriminación mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.


— Dios — Jonghyun soltó sin rodeos. — ¿Eso es lo que realmente piensas? — Cuidadosa y calmadamente, cerró la puerta asegurándose de que hubiera una barrera de madera para evitar que su mamá con oído como de murciélago oyera.


— No sé — él dijo sus ojos brillaron de nuevo y su delgado cuerpo se hundió bajo ese feo suéter.


Jonghyun se apoyó contra la puerta, jalándolo del suéter hasta que Taemin, se desbalanceó y se apoyó en él.


— Dios me ayude, pero te deseo tanto — respiró mientras reclamaba un beso. El toque de los labios de Taemin era suave, pero él aprovechó la ventaja cuando Taemin se apartó ligeramente y abrió la boca para decir algo. Jonghyun simplemente inclinó la cabeza y profundizó el beso, deslizando una mano hacia el cabello de Taemin, arqueándolo por más. Taemin rápidamente llevó sus manos bajo la camisa de Jonghyun, con una ruda y rápida necesidad, participando del beso con tal anhelo que impactó a Jonghyun hasta el corazón. Respirando pesadamente, apartó a Taemin, evitando los labios mientras Taemin buscaba seguir besándolo.


— No te detengas...


— Tengo que detenerme. De otra manera solo te empujaría a la cama y tomaría lo que quiero.


Taemin finalmente se alejó con confusión en la cara. — Entonces, yo diría que sí.


— Lo sé, pero Tae, quiero hacer lo correcto, ¿está bien? Quiero hacer lo mejor para nosotros, quiero que te sientas bien, y quiero que estemos solos, no con mi mamá bajando las escaleras. ¿Eso tiene sentido?


— Me siento bien — Taemin protesto rápidamente, claramente trató de no hacer gestos de dolor cuando Jonghyun tocó las vendas de su espalda.


— Uh huh — eso fue todo lo que dijo, y Taemin lo veía con el comienzo de una sonrisa en la cara. — Creo que esto que tenemos aquí, puede ser muy importante para ambos. — Era de vital importancia que Taemin entendiera lo mucho que Jonghyun consideraba el siguiente paso, las veces que se había tenido que controlar cuando estaba frente al jovencito.


— También creo eso — Dios, Taemin se oía tan malditamente triste. Eso fue imposible de evitar y él lo jaló más cerca abrazándolo. Taemin se inclinó hacia Jonghyun y enterró su cara entre el espacio del hombro y la oreja. Jonghyun sintió una oleada de necesidad para hacer que Taemin entendiera.


Jonghyun intentaba hacer lo mejor para él.


— Ese ataque de pánico es un signo de que quizás hay cosas en tu cabeza que necesitan sanar. Tu espalda aún está sanando, te vez tan cansado y solo tienes dieciocho años.


— Está bien — Taemin contestó tristemente, sus hombros se hundieron, y Jonghyun se dio cuenta instantáneamente del error que había cometido. Quizás no debería de haber enumerado las cosas concernientes a Taemin primero.


— Y en cuanto a mí, soy policía, no solo eso, soy un policía novato, recién salido del entrenamiento. Tú eres un jovencito a mi cuidado, y no puedo tomar ventaja de la situación. Necesito ser profesional para ayudarte, descubrir lo que sucede en tu casa, y ver por Sully. — Taemin parpadeaba, mientras él hablaba, miedo y preocupación se veían en sus ojos cuando él menciono a Sully —Ahora, vamos a cenar.


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Taemin usaba un traje nuevo, comprado con el dinero que Jonghyun le había prestado. Estaba en el funeral de su mamá y sentía que necesitaba estar ahí. Ella realmente nunca había sido mucha influencia en su vida, escondida en el cuarto de lavandería y guardando silencio por años sobre lo que pasaba. Ella murió tan fácilmente, se cayó y se golpeó la cabeza contra la mesa de la cocina, su cuello se quebró, tan fácil como una ramita bajo los pies. Ella sintió que el papá de Taemin iba a golpear a su hija con el cinturón y eso era algo que claramente su madre no podía tolerar. Ella se colocó entre su marido y su hija, aceptando el golpe y cayendo muerta.


Su hermana se abrazaba con fuerza a un lado y sollozaba sobre su traje nuevo, y por ella, él estaba complacido de que su mamá finalmente encontrara el valor, pero no lo suficiente para causar que llorara mientras bajaban el ataúd en el hoyo en la tierra. Él no perdió ni un minuto de admirar la belleza del blanco manto que cubría el lugar que ahora sentía tan seguro incluso estando en el lugar en donde había vivido con su padre.


Jaló a Sully más cerca. Lo que ella había pasado en esas semanas era imposible de entender, así que lo pasó al fondo de su cabeza.


Jonghyun había querido hablar, quería ir al funeral, pero Taemin lo evitó.


— Es solo para Sully y para mí — finalmente dijo. Dándole crédito a sus palabras, Jonghyun no había discutido, dejando a Taemin que se organizara y trabajara a su manera acerca de lo que necesitaba hacer.


— Necesito tu permiso para presentar las fotos de tus lesiones a la policía de aquí. — Jonghyun dijo, justo antes del funeral mientras le anudaba la corbata a Taemin y lo jalaba en un abrazo.


— ¿Puede ayudar?


— Son minucias comparadas con asesinato en primer grado, pero sí, creo que deberían de saber todo.


— Si las necesitan. —No importaba que la gente viera lo que le había sucedido. Todo lo que importaba era que su papá saliera de su vida y la de su hermana. Él sería el mejor hermano mayor posible. A sus dieciocho años, él podía ser el guardián legal de Sully; eso lo tenía muy claro.


El servicio terminó y una suave brisa levantó copos de nieve alrededor de la tumba y Sully lanzó una rosa al hoyo. Taemin no pudo acercarse. En silencio ambos se alejaron de la tumba y de las palabras del ministro y de una o dos personas que acudieron al servicio.


— ¿Qué haremos ahora? — Sully levantó la vista hacia él, miraba con confianza a su hermano mayor buscando guía para tratar con esto.


— Saldremos de esto — Taemin dijo, confiado. Porque contra viento y marea él lo haría.


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Jonghyun contaba los días entre la navidad y el cumpleaños de Taemin. Ellos estaban compartiendo un gran secreto y no tan secreto, besos y muchas caricias. A la media noche cuando Taemin cumpliera diecinueve él dejaría claras sus intenciones, sostenido en el abrazo de Jonghyun en el sofá tan cerca que no había ni un centímetro de espacio entre ellos.


Se giraron y se besaron nada fuerte solo suaves besos; Jonghyun enterró sus manos en el cabello de Taemin, jalándolo hasta que quedó medio acostado encima de él, ambos duros contra el otro. El beso siguió y aumentó en pasión, Jonghyun se movía contra el jovencito y gritos bajos salían de la garganta de Taemin mientras se movía. Le tomó todo lo que tenía para no tocarlo, restringiéndose a los besos, solo besos. Calientes, excitantes, follándolo con la lengua, saboreando dulces besos, y Jonghyun estaba tan cerca de correrse en sus pantalones solo con la presión en su pene.


Sabía realmente que necesitaba ir lento, si quería mantener la alta moralidad, era un mejor hombre, él era el adulto. Suavemente, se separó, Taemin buscaba el beso y casi gimió cuando perdió la boca y la lengua de Jonghyun.


— Necesitamos ir más despacio, Tae. — Sostuvo la cabeza de Taemin entre sus manos aún enredadas entre el rubio cabello. Él veía la necesidad y el deseo en los ojos chocolate, su corazón se oprimió con el esfuerzo de apartarse de la cara y no continuar con esos besos.


— No quiero ir lento — Taemin murmuró, intentando conectar para otro beso. Jonghyun evitó los labios, enfocándose en acariciar el cabello, en los ojos y una expresiva boca. Suavemente él apartó a Taemin, hasta que quedaron sentados de frente en el sofá, Jonghyun trató de controlar su deseo por el oh-tan-follablehombre-joven frente a él mientras lo estudiaba. Él pensaba en la altura de Taemin, pero su cara ya no se veía como la de un moribundo era más bien como la de un delgado modelo. En como solía usar las manos y los brazos para señalar todo el tiempo. Eso lo hechizaba. Y cuando el reloj marcó las 12:00, Jonghyun no se resistió más para probarlo.


— Feliz cumpleaños, Tae — Jonghyun murmuró entre suaves besos. Deslizó la lengua sobre los suaves labios, animándolo a profundizar el beso, buscando el sabor único del hombre, quien lo jaló más cerca. Su lengua se enredó en una prueba de dominio, y Jonghyun se contuvo de ir más lejos para una próxima cita. 


Taemin podía bien ser virgen para todo esto, pero sus instintos le decían que él era potencialmente tan fuerte como alto. Si él solo tuviera la confianza y la experiencia para apoyarlo. Jonghyun sintió las manos de Taemin sobre él, rodeándolo, moviéndose, acomodándose, se deslizaron hacia la bragueta, dudando, espero el sí, esperando un movimiento que le dijera que estaba bien, que eso era lo que Jonghyun quería.


Jonghyun hizo un bajo sonido con su garganta, un si, un más, un ahora, y Taemin empezó a jalar el material sus manos estaban desesperadas por tocar.


— Yo nunca... — La voz de Taemin era tentativamente preguntando, y Jonghyun sabía que era él quien tenía que llevar el ritmo.


Se apartó de los besos y giró las caderas hacia Taemin, gimiendo cuando la mano de Taemin entró en sus boxers y lo rodeó, inseguro al principio y luego más duro, mientras Jonghyun se empujaba dentro del caliente círculo.


— Mueve la mano — Jonghyun logró decir. — Como te guste me gusta. — Ese era el mejor consejo que le podía dar, Taemin lo escuchó y comenzó a moverse desde la base hasta la punta y hacia abajo de nuevo, sus dedos se deslizaron mejor con el pre-semen que había tomado de la punta del pene de Jonghyun, siguió moviéndose tanto como pudo dentro de la ropa interior. Un bajo gruñido salió de la garganta de Jonghyun y comenzó a besarlo de nuevo, saboreando la inocencia y la necesidad de Taemin.


Los besos eran con más entusiasmo que técnica, un torpe intercambio de labios y lengua mientras la mano se deslizaba sobre el pene.


Movió sus manos hasta Taemin, desabotonó la bragueta. Ese chico ciertamente estaba bien proporcionado, y Jonghyun lo tocó tan suavemente como pudo, tratando de no ir tan rápido como quería. Eso no funcionó. Ellos se movieron con un frenético ritmo, su única meta era liberarse tan rápido como pudieran, empujándose hacia las manos, besándose e inclinándose para encontrar las caricias que producían, suspiros, gemidos y murmullos. Para Jonghyun, era necesidad lo que encontró en el pulso de la garganta de Taemin, sintiéndolo en el movimiento de su lengua y amando los ruidos que Taemin hacia apreciándolo.


Jonghyun murmuraba promesas al oído de Taemin, promesas de que estaría ahí para Taemin, que no lo dejaría caer, y entre esas promesas Taemin atravesó su orgasmo. Jonghyun no duró mucho más, al escuchar los fuertes jadeos de Taemin mientras lo besaba y le prometía entrar en el corazón de Taemin. Jonghyun se apartó viendo directamente a los ojos de Taemin. No dijo nada. No había nada qué decir.


Él se había corrido tan rápidamente como un virgen en su noche de graduación, de un momento a otro llevó sus manos hacia el cabello de Taemin y sus palabas de disculpa fueron tragadas por sus besos.


 Jonghyun trataba de respirar aun besando al hombre frente a él. El sabor de él no era suficiente. Quería más, pero lentamente la calma aumentó y la vida real se introdujo y el silencio del cuarto quebró los pensamientos de Jonghyun.


— ¿Estás bien? — preguntó rápidamente limpiando con su pulgar la humedad en los labios que sonreían bajo su toque. No había ansiedad en ellos. —¿Tae?


— Mierda — Taemin simplemente dijo — tengo diecinueve años, esto es asombroso.


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No pasó mucho antes de que Jonghyun respondiera, era obvio que él no estaba en la cama, pero claramente acababa de salir de ella. Su cabello estaba alborotado, sus holgados pantalones en las caderas y su pecho desnudo. En silencio se hizo a un lado y dejó que Taemin entrara y Taemin no dudó, paso a un lado del adormilado hombre murmurando, — Hey.


— ¿Estás bien? — era una pregunta inocente y Taemin quería decir que todo estaba bien, pero estaba más que un poco enojado con el abogado, era el mejor amigo de Jonghyun y lo había arrinconado para que aceptara el dinero de su mamá. Quería que Jonghyun le dijera que era un hombre, que había tomado las decisiones correctas hasta ahora, pero no podía encontrar las palabras y se dio cuenta al final del pasillo de la casa de Jonghyun que obviamente no iba a decir nada.


Jonghyun frunció el ceño, tocando a Taemin, su ceño se profundizó más cuando Taemin sin poder evitarlo se apartó.


— Háblame, Tae.


El tiempo se detuvo. Creía que era un cliché, pero realmente se detuvo entre una respiración y la siguiente. Movió la mano y tomó la de Jonghyun y luego la cara de Jonghyun trazando la línea de su mandíbula.


— Voy a hacer una investigación — comenzó, se inclinó y beso los labios de Jonghyun antes de apartarse y buscar en sus bolsillos. Repentinamente se sintió tímido. Estaba cerca de los veinte y estaba loco por saber cómo pedir lo que quería. Bajó la mano de la cara de Jonghyun y la metió en la bolsa, sacando un puñado de cosas. Jonghyun bajó la vista medio incrédulo y medio sorprendido, borró su ceño fruncido.


— Tengo condones — Taemin le dijo a Jonghyun, — de diferentes tamaños, porque no sabía, y dos diferentes lubricantes. Uno de ellos es caliente y el otro tiene sabor, pero no estoy seguro de que te guste, traje los dos más populares. 


— Jesús, Tae. — Taemin bajó la vista. Jonghyun no se oía enojado, ni divertido, ni siquiera completamente abrumado por la lujuria que él había esperado. En lugar de eso se oía más como si estuviera en shock, y repentinamente Taemin se sintió inseguro.


— ¿Lo he hecho mal, verdad? — preguntó sintiéndose miserable. — Solo quería que supieras que estoy listo y...


Jonghyun se tragó las palabras con un apasionado beso, empujando a Taemin contra la pared y entonces se apartó, la preocupación marcaba su cara.


— Soy mucho mayor que tú, Taemin.


— No — Taemin rápidamente contestó, tan rápido que sus palabras se amontonaron y su lengua se atrevió a salir a saborear el beso que Jonghyun le había dado. — Tú no eres demasiado mayor para mí, ni yo soy demasiado joven para ti, solo lo justo. — Un rubor de excitación comenzó a formarse y sostuvo la intensa mirada que estaba recibiendo, y él se puso duro e incómodo en sus ajustados jeans en cuestión de segundos.


— Recamara — Jonghyun gruñó, tomando la mano de Taemin y jalándolo hacia las escaleras.


Taemin quería detenerse y besarlo, pero Jonghyun no se detuvo, subiendo la escalera y guiándolo directo a la recamara. La cama aún seguía destendida de cuando él había estado durmiendo. Comenzó a desnudarse bajando sus pantalones por las caderas. Taemin se quedó jadeando, viendo por primera vez a Jonghyun desnudo, su fantasía hecha realidad.


Se quedó mudo, él lanzó los accesorios a la cama en donde cayeron en una desorganizada pila. Vaciló por un momento viendo los ojos de Jonghyun. Estos mostraban una saludable dosis de lujuria.


Sonrió consciente de que trataba de hacer más que sonreír, pero sabiendo que probablemente era más que un libertino y feliz plan. Se quitó la chaqueta y la camisa. Entonces cuidadosamente deliberó, para evitar tropezar se quitó los zapatos y los calcetines. Desabotonó sus jeans que era la última barrera y rápidamente los bajó hasta que quedaron junto con la pila de ropa en el suelo y él solo vestía los boxers en donde su erección era vergonzosamente obvia.


Jonghyun solo esperó un momento, y con un suave gruñido se acercó y colocó las manos en las caderas de Taemin.


— ¿Estás bien? — preguntó suavemente, y Taemin se encontró sonriendo ante la pregunta. Él estaba más que bien. Estaba tan malditamente duro que era casi doloroso, y solo quería decir que lo hiciera. La investigación le había dado las cosas básicas. Llevas el producto A dentro de la ranura B usando el producto C después de asegurar firmemente el producto D en su lugar. El mecanismo era simple. El prospecto de tener un A tan grande cerca de su B le preocupaba.


Estaba empezando a estresarse, podía sentir su tensión, sabía que podía dejar pasar la oportunidad y huir, o quedarse y hacer el amor con el más hermoso hombre que sería capaz de enseñarle mucho. Jonghyun tomó la iniciativa acercándose pasó una mano por su cabeza y lo jaló para besarlo.


Taemin no estaba totalmente cómodo con su cuerpo la mayoría de las veces. Él creía que era demasiado desgarbado. Aunque el sencillo beso fue suficiente para hacer que se sintiera querido. Hermoso por dentro y por fuera.


El beso se profundizó, Taemin inclinó la cabeza hasta poder saborear más a Jonghyun, chupó su lengua y luego recorrió el techo de la boca de su amante. Él no podía tener suficiente, acercándose profundizó aún más el beso, presionándose contra el pecho de Jonghyun y se movió hacia la cama.


— Más — Taemin murmuró mientras jalaba la mano de Jonghyun.


— Uh huh — Jonghyun aceptó. Un empujón y Taemin estaba en la mitad de la cama, se deslizó para estar totalmente arriba de la cama. Jonghyun subió por su cuerpo y tomo su boca abierta.


— He visto algunos websistes — Taemin medio murmuró, estremeciéndose cuando Jonghyun le dio una curiosa mirada — No estoy seguro de como esto funciona... — Movió la mano entre ellos indicando el sexo.


— Uh huh. — Jonghyun se inclinó y besó y acarició la cara de Taemin apoyando su peso en su codo izquierdo, su mano derecha acariciaba el camino de la garganta a la sien de la caliente piel de Taemin.


— Así que puedes quizás mostrarme... guh, — La mano de Jonghyun se movió hacia abajo recorriendo su duro pezón, jalándolo y girándolo suavemente. Un relámpago fue directo al pene de Taemin, y no pudo formar oraciones coherentes. Repentinamente se dio cuenta que sus manos no se movían, solo se aferraban al edredón. Gimió dentro de la boca de Jonghyun muy seguro de que la mano se movería hacia abajo, moviéndose entre los risos que rodeaban la base de su pene.


— Tus manos, Tae... — Jonghyun pidió. Sus palabras eran cortas y gruesas entre besos.


Eso impulsó a Taemin a moverse, y en un suave movimiento, él jaló a Jonghyun que quedó acostado sobre él. Ansiaba que el peso se mantuviera en sus partes bajas, la mano de Jonghyun quedó atrapada entre ellos, el pene de Jonghyun se frotaba contra el hueso de su cadera, empujándose duro contra él, tan cerca— una mano jaló y pellizcó su pezón mientras los dientes raspaban el otro, chupándolo, mordiéndolo. Eso era lo más erótico que Taemin hubiera sentido y se movió contra él, y sintió el orgasmo comenzar a formarse en su columna.


— Por favor... me voy a correr... voy a...


— Necesito relajarte.


— No puedo, voy a...


— Vente.


Taemin perdió ante esto, blanco calor se irradiaba desde su cabeza hasta sus pies. Se arqueó hacia Jonghyun oyendo y sintiendo la respuesta de Jonghyun por su liberación, gimiendo, gruñendo y suspirando.


— Lo quería tanto. Mierda. No pude detenerme. Lo siento... — Jonghyun estaba diciendo algo, pero Taemin realmente no lo escuchaba. Con la intensidad de su orgasmo era inaceptable un pensamiento consciente, y su pene estaba pulsando contra su abdomen, sus pezones estaban adoloridos ya que Jonghyun los había jalado y lo había empujado alto, tan rápido. Estaba feliz.


Ellos finalmente se separaron debido al frio y la humedad y salieron de la cama. Jonghyun guió a Taemin de la mano hacia el cuarto de baño, girándose solo brevemente para ver que estuviera bien.


Se veía cansado, pero también se veía relajado y parecía feliz dejándose guiar por Jonghyun. Con la otra mano Jonghyun abrió el grifo y dejó correr el agua entonces animó a su nuevo amante a entrar bajo la ducha, se apoyó en los azulejos y se enjabonó las manos. Él enjabonó el pecho de Taemin y los hombros y alrededor del cuello y su plano abdomen con suaves movimientos. Taemin había subido de peso gracias a la comida de su mamá, y era algo bueno, Jonghyun ya no tenía que ver al huesudo de Taemin. Eso le recordó lo cerca que estuvo de quizás nunca conocer a su amante. Él se había enamorado del delgado Taemin.


— Hermoso — simplemente dijo y cerró sus brazos alrededor de la espalda de Taemin, jalándolo más cerca. Inclinó la cabeza y le dio un ardiente beso con la boca abierta y sus manos bajaron por la espalda de Taemin, acomodándolo, ambos estaban duros de nuevo. Un bajo gruñido salió de la garganta de Jonghyun, sus lenguas enredadas, calientes e insistentes. Había una batalla de sabor y de toques mientras Taemin comenzaba a ser más confiado, fuerza contra fuerza —una lucha de control. Eso lo excitaba y lo asustaba al mismo tiempo, y él se apartó para ver a Taemin arqueando la cabeza, su cuello entre los labios y dientes de Jonghyun y su ingle presionándose contra la de Jonghyun aumentando la fricción.


Una primitiva urgencia saliendo de algún lugar en lo profundo de Jonghyun, quería marcar la pálida piel, hacer suyo al asombroso hombre en sus brazos. Beso la boca abierta de Taemin, mordió y chupó sus hermosos labios, siguió el camino hacia abajo al mentón y a la base del cuello. El sintió el rápido pulso, chupándolo y dejándole una pequeña marca en la tensa piel. Sabía dónde estaba cada mano de Taemin. Una en los azulejos y la otra aferrándose al brazo de Jonghyun. Y sabía que era lo único que mantenía a Taemin de pie, una onda de caliente lujuria recorrió a Jonghyun mientras sostenía al desnudo y necesitado hombre en sus manos.


Bajó las manos apoyándolas momentáneamente en los muslos de Taemin, entonces las levantó hacia el trasero apretándose contra él. Hambriento fue hacia los pezones jalándolos y provocándolos y obteniendo gemidos y murmullos de dicha de Taemin.


— Jjong, necesitamos salir...


— No — dijo firmemente. Empujó a Taemin contra los azulejos, se arrodilló y mordisqueó el hueso de la cadera. — Tan hermoso, tan caliente, sabes tan bien... — Eran palabras sin significado, entre el espacio de los besos y los mordisqueos a Taemin, Taemin bajó las manos y las apoyó en el húmedo cabello de Jonghyun.


Por su parte, Jonghyun podía ver a Taemin duro y rojo contra su abdomen, no pudo resistir tocarlo con su lengua. Sus rodillas fijas en el suelo de la ducha. Jonghyun presionó su boca en el sexo de Taemin, el jovencito se arqueó.


— Jjong — murmuró.


— Quiero... — No iba a rogar, estaba tan cerca. Él lo quería tanto, quería saborear lo que él solo había tocado antes.


Taemin trató de hablar, trató de que las palabras salieran, pero nada tenía sentido. Soltó un estrangulado gemido mientras Jonghyun besaba el camino de la base a la punta de su pene, abriendo la boca para besarlo, lamerlo y chuparlo, cerró la boca alrededor de la punta y la deslizo hacia abajo. Taemin se derretía contra los azulejos, un grito salió de su boca, sus manos se aferraban al cabello de Jonghyun. El nombre de Jonghyun salía entre gemidos y gruñidos, una letanía de oraciones, pidiendo por todo e incapaz de ofrecer nada a cambio, incoherencias salían de su boca con placer.


Las mejillas de Jonghyun se hundían, alternando entre chupar y moverse y liberarlo, solo imaginando lo que Taemin sentía, tenía a su cuerpo en movimiento, sentía que su pelvis se movía inconscientemente, empujándose profundamente.


Jonghyun se apartó ligeramente evitando la náusea que lo golpeó. La siguiente vez, él pensó, e imaginó lo erótico que sería tomarlo hasta el límite, la siguiente vez él sostendría las caderas de Taemin dominándolo para que él no pudiera moverse, sosteniéndolo sobre la cama con una mano mientras que con la otra sostendría su pene, mientras empujaba su boca hacia arriba y hacia abajo, exprimiéndole hasta la última gota de placer a su amante.


Taemin balbuceó una advertencia, y Jonghyun sintió el cuerpo de su amante tensarse, parándose de puntas y tratando de apartarse, Taemin se corrió caliente y duro sobre el cuello y el pecho de Jonghyun. Eso había sido la cosa más caliente que le había sucedido a Jonghyun en su vida, y él estaba tan cerca, se puso de pie, la sangre fluía en sus piernas con una sensación de hormigueo. Tomó las manos de Taemin, las levantó y las sostuvo en alto.


Taemin era tan maleable y temblaba con el control de Jonghyun, aún apretado contra él. Jonghyun lo acercó, encontró el ritmo de sus caderas, empujándose contra él, tomó su boca en un jadeante beso. Taemin gimió dentro de su boca. Jonghyun podía sentir lo cerca que estaba, en ese desesperado limite, esperando pasarlo. Él se apartó de Taemin y el jovencito se inclinó buscando el beso, sus ojos bien abiertos y fijos en él, su respiración jadeante, el agua fría caía en su caliente piel.


— Tan jodidamente caliente — Jonghyun dijo ferozmente.


Podía ver a Taemin tratando de formar palabras, con gran intensidad, finalmente la pasión y el fuego en él derribó a Taemin, libero sus manos y lo sostuvo, jadeando para tomar aire.


— J...Jjong — fue todo lo que Taemin pudo decir. Todo lo que pudo salir de sus hinchados labios.


— Cama — Jonghyun contestó, tratando de alejarse de Taemin pero no logró mucho.


— No puedo moverme — Taemin gimió suavemente, mordiendo el cuello de Jonghyun y entonces pasó su lengua. — Tienes que moverme.


Jonghyun resopló y arqueó el cuello mientras Taemin seguía mordisqueando y lamiendo su cuello, jalándolo con rápidos besos. — Lleva tu perezoso culo a la cama, aún no hemos terminado.


— ¿Estas tratando de matarme? — Taemin preguntó, cerrando los ojos y apoyando la cabeza contra los azulejos. Jonghyun no dijo nada simplemente envolvió a su amante en una esponjosa toalla y lo llevó a la cama. Riéndose suavemente, guio al jovencito para que se acostara.


— Tú serás mi muerte — le dijo. Se acomodó a lado de Taemin y lo jaló en un abrazo, antes de tomar su teléfono celular y buscar en sus contactos el número de su mamá.


— Tengo a Taemin aquí conmigo mamá — le explicó. No dijo nada más y escuchó a su mamá, que le advirtió que Taemin se había molestado con Minho y que se había ido al parecer nervioso y preocupado.


— Él está bien, nosotros hablamos — le aseguró, terminando la llamada con un — No te preocupes mamá, no lo dejaré ir hasta mañana. Lo mantendré aquí esta noche conmigo.


Él dejó el teléfono en la mesita y se acurrucó con Taemin en cucharita apoyando una mano en el abdomen de su amante y la otra bajo la almohada. Él sonrió cuando Taemin exhaló y era obvio que su joven hombre se había quedado dormido. El patrón de sueño de Jonghyun se había perdido con la poca cantidad y calidad de sueño que había logrado hasta ese momento. Estaba consciente de que hacía mucho que no había tenido sus buenas seis horas de sueño, pero acurrucado ahí con Taemin en sus brazos era fácil dormir de nuevo.


**********


Jonghyun descendió, descansando el cuerpo a lo largo de toda la longitud del de Taemin, gustándole el modo en que parecían encajar.


Taemin ya estaba acariciándole la espalda a Jonghyun con las manos de arriba abajo. Jonghyun no quería hablar sobre el futuro a excepción del futuro inmediato, el cual le daría acceso completo al culo de Taemin.


— Lo haremos — «Cuando sepas qué quieres de mí,» terminó Jonghyun en silencio.


Agachó la cabeza a un lado, capturando el lóbulo de la oreja de Taemin entre los labios y succionando. Taemin jadeó, los dedos agarrando con firmeza la cintura de Jonghyun.


— Te gusta eso, ¿uh? — preguntó.


— Si — siseó Taemin.


— Vamos a averiguar qué más te gusta.


Sopló en la espiral de su oído. Recibía las pistas del lenguaje corporal de Taemin. Rozó con la nariz, succionó, provocó en su oreja hasta que los pezones de Taemin fueron piedrecitas endurecidas contra su pecho. Después se movió hasta el cuello.


Allí tomó especial cuidado. El cuello era el lugar favorito de Jonghyun, y quería mostrarle a Taemin todas las cosas que a él también le volvían loco.


Taemin gimió, arqueando la espalda. — ¡Me gusta eso, mucho!


— ¿El qué? ¿Esto? — incitó, rozando con los dientes el tendón realzado del cuello.


— Eso.


— A mí también me gusta. Y esto — le dijo Jonghyun, succionando el dulce punto donde el cuello y el hombro se encontraban.


Taemin echó la cabeza hacía el costado, emitiendo un sonido de sometimiento.


— Pero tiende a dejar una marca — advirtió Jonghyun.


Taemin agarró el cabello de Jonghyun y le apretó con firmeza de vuelta a ese punto. — Llevo alzacuellos. No pares.


Jonghyun rió entre dientes alrededor del lugar en el cuello al que atormentaba. Le masajeó los hombros y la parte alta de los brazos mientras saboreaba el cuello sensible de Taemin. Dejó un rastro de besos hasta donde las clavículas se unían. Deslizando los pulgares en sus axilas, provocó en las zonas de vello con roces superficiales. Taemin alzó los brazos por encima de la cabeza, garantizándole un mejor acceso.


Jonghyun se hundió más abajo para tirar de un pezón. Allí rodeó la protuberancia con la lengua. Jamás en sus sueños más salvajes habría creído que Taemin estaría tumbado desnudo y retorciéndose bajo él. Era un momento de fantasía, de ficción. Se hubiera detenido para pellizcarse si no hubiera temido que el momento se desvaneciese en otro sueño frustrante.


Cerrando los ojos, tomó la protuberancia entre los labios y tiró. Taemin gruñó; sus caderas se alzaron para chocar con el abdomen de Jonghyun. Ya se estaba endureciendo. La anticipación hizo sonar los nervios de Jonghyun. Tenía que ir bien.


Arrastrando las uñas bajando por el torso de Taemin, subiendo después dedos balsámicos de regreso, continuó trabajando en el capullo con succiones y mordiscos. Moviéndose al otro, lo rozó primero con la nariz, empujándolo, sin tocar hasta ese momento. Sabía que éste estaba particularmente sensible y necesitado. No estuvo decepcionado. Taemin no pudo frenarse de empujar la pelvis.


Lamió y sopló el pezón virgen de Taemin. Lo aserró cuidadosamente con los dientes. Siguiendo tocándole, arrastró las manos hacía abajo de nuevo para masajearle los muslos, entre ellos. Taemin separó más las piernas y Jonghyun probó su agujero alternativamente con dedos tranquilizadores que lo recorrían.


El ano de Taemin tembló. A escondidas, Jonghyun alzó la mano, se escupió en los dedos y los aplicó al flexible anillo de músculos de Taemin.


— Respira profundamente — le dijo. Cuando Taemin lo hizo, Jonghyun continuó. — Ahora suéltalo lentamente y relájate.


Con facilidad, deslizó un dedo dentro. Taemin gruñó, todo su cuerpo tensándose. Jonghyun se detuvo.


— Sigue respirando. Al principio tienes que conseguir relajarte. Tu cuerpo se ajusta — le animó Jonghyun.


Taemin tomó otra profunda respiración y la soltó lentamente. Su agujero se relajó. Jonghyun movió el dedo atrás y adelante, acostumbrándole a la sensación.


— Se siente extraño — dijo Taemin.


Mientras resbalaba hacía dentro, Jonghyun lo deslizó deliberadamente por encima del duro nódulo del interior. Taemin empujó contra su dedo, gimiendo.


— Ésa es tu próstata.


— Se siente... bien.


— Se sentirá mejor en un rato — replicó Jonghyun con una sonrisa entre dientes en la voz.


Continuó trabajando la entrada, añadiendo un tercer dedo mientras se sentaba, tomaba el envoltorio del condón entre los dientes y lo desgarraba con cuidado. Con una mano, desenrolló la longitud lubricada sobre su polla. Taemin lo observó con atención.


— Esto no va a arder. Va a doler — dijo Taemin, la preocupación escrita en su rostro.


Jonghyun centró su atención en la próstata de Taemin e incitó el sensible borde mientras empujaba los dedos hacía dentro. Funcionó como un hechizo. El cuerpo de Taemin se apretó. Sus ojos se cerraron mientras cada gramo de conciencia parecía centrarse en los embistes y las retiradas de los dedos exploradores de Jonghyun.


Sin complicaciones, Jonghyun preparó su polla en la entrada. Después, intercambiando los dedos por su polla, se deslizó dentro, tomándole en un embiste rápido. Taemin gruñó. Su rostro se contrajo. Jonghyun se mantuvo inmóvil con gran dificultad.


Inclinándose sobre él, depositó un beso tierno en la frente de Taemin, en su sien. — Respira, cariño. Respira profundamente y déjalo ir con lentitud, ¿recuerdas? Se volverá más fácil con el tiempo. Nunca han entrado en ti antes, de manera que tu cuerpo tiene que ajustarse.


La respiración de Taemin tartamudeó hasta volver a existir. Inhaló, exhaló, gimió y cambió las caderas de posición. — Tan lleno.


— Eso es cierto. Estoy dentro — le dijo Jonghyun, su voz sonando ronca a sus propios oídos. Resistió el impulso de montarlo. Dios, deseaba hacerlo, pero esa era la primera vez de Taemin, y no quería asustarle o herirlo por moverse demasiado pronto.


Taemin tembló con una risa. — No me he perdido el memorándum.


— Mírame — Jonghyun frotó el lado de sus narices juntas. — Quiero verte correrte mientras te hago el amor.


Taemin abrió los ojos.


— Te amo. No voy a dejar de decirlo. Sé que tienes miedos, y estimo el privilegio de estar contigo así, de manera que sólo voy a decir esto una vez. No importa lo que ocurra entre nosotros después de hoy, necesitas saber que, si pudiera tenerte por el resto de mi vida, te tomaría en el espacio de un latido. Si hoy es todo lo que tenemos, y decides...— Jonghyun titubeó — Si decides que no puedes hacer esto de nuevo, lo entenderé.


Taemin aplanó las manos en la espalda de Jonghyun. — No puedo darte esa respuesta ahora.


Jonghyun asintió en silencio.


Tanteando, Taemin acunó el culo de Jonghyun. Le atrajo, copiando el movimiento que Jonghyun había usado en él momentos antes.


Una ternura agridulce llenó a Jonghyun por el anhelo desgarrado que oyó en su respuesta. Se estabilizó mentalmente, tomando valor del hecho de que Taemin lo arriesgara todo por esos pocos minutos juntos. Eso tenía que decir algo respecto a sus sentimientos por Jonghyun, incluso si no podía expresarlos en voz alta.


Jonghyun se retiró lentamente. Observó con avidez como la expresión de Taemin pasaba de asombro a aturdimiento cuando volvió a empujar hasta el hogar. Un pequeño sonido escapó de la parte posterior de la garganta de Taemin. Jonghyun lo contó como una victoria. Habría más de esos antes de que hubieran acabado, decidió.


La polla de Taemin, dura se frotaba de forma egoísta contra el abdomen de Jonghyun. Su rastro de lágrimas y su dura longitud sólo excitaba más a éste. Tomando la polla de Taemin en una mano, le masturbó al mismo ritmo que lo follaba sin cesar. Lento al principio, con el pulgar pasando por encima de la punta humedecida, incrementó gradualmente el ritmo, hasta que tan sólo sostenía la polla de Taemin contra su abdomen, dejando el retroceso y el aumento de sus embestidas hiciera la paja por él.


Taemin gritó, las caderas sacudiéndose cuando perdió el control ante el placer y folló la acogedora envoltura de la mano y el cuerpo. Chorros cálidos y húmedos bautizaron el pecho de Jonghyun en ráfagas exultantes. Jonghyun echó la cabeza hacía atrás, haciendo suya la imagen con él mientras se permitía relajarse, tomando a Taemin con abandono ahora que su amante se había corrido para él.


Unos pellizcos duros en sus pezones se abrieron paso en los sentidos de Jonghyun, haciéndole sisear de placer. Suplicó más a Taemin ásperamente. Sus pezones se retorcieron, rodaron, giraron. Sus pelotas se tensaron con fuerza, momentos antes de que un hormigueo rodeara la base de su columna y pasara zumbando hacía arriba en el momento del clímax.


— Voy a llenarte tan profundo — bramó Jonghyun, montando la ola, llenando el condón mientras la sensación anulaba sus sentidos. Su cabeza flotó. Las caderas de Jonghyun se mecieron varias veces más, mientras se vaciaba en el pozo caliente del cuerpo de Taemin.


Jadeando, colapso sobre él. Taemin le acarició el cabello, besándole la parte alta de la oreja. —Jamás en mi vida olvidaré lo que me has dado — murmuró — Eres hermoso y sorprendente. Gracias.


Jonghyun no pudo obligarse a preguntar. La finalidad de esas palabras era inequívoca.


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Taemin estaba sentado en el cementerio de la iglesia para su cumpleaños número veinte. Ya no tenía frio, ni usaba unos delgados jeans y camiseta ni se cubría con una manta. Él estaba sentado en la banca, una pierna debajo de él, viendo a la iglesia. Él estaba haciendo nuevos recuerdos —su chaqueta era cálida, sus jeans eran nuevos— y todo lo que realmente le faltaba era Jonghyun.


Jonghyun con quien él vivía, Jonghyun a quien él amaba. Se apoyó con los brazos cruzados a lo largo del asiento, enfocándose en los intrincados detalles de la vieja iglesia, entonces cerró los ojos y contó el tiempo hasta que su novio llegara con él.


— No puedes dormir aquí — Una fuerte voz quebró sus sueños diurnos, y giró la cara para ver al policía.


— Lo siento, oficial. — Sonrió cínicamente inclinándose contra el asiento y enganchando el dedo en las presillas de los jeans de Jonghyun, causando que se tambaleara y se sostuviera de la banca.


— Me empujaste y puedo arrestarte — Jonghyun señaló, levantando sus cejas en una seria expresión.


— ¿Eso es una promesa? — Taemin contestó con una enorme sonrisa, y jaló de nuevo a Jonghyun hasta que quedó sentado al lado de él en la banca.


— Diablos, solías ser tan inocente. Ahora solo amas jalarme a tu alrededor. — A ellos no les molestaba el complejo de cavernícola que parecía estar surgiendo en Taemin. Jonghyun aún seguía guiándolo y Taemin era feliz siguiéndole la corriente. Y hasta hace poco era así. Él flexiono los músculos de sus brazos y jaló a su amante para robarle un beso.


— Lo estás haciendo fácil, me alimentas y me empujas al gimnasio todo el tiempo. — Eso era una broma. Realmente la señora Kim era quien los alimentaba a ambos, Jonghyun trabajaba largas horas y Taemin llenaba su tiempo estudiando tanto como podía. Ellos inevitablemente llegaban a su casa a horarios diferentes, encontrando lo que la mamá de Jonghyun les ofrecía y ellos nunca decían no.


En cuanto al gimnasio, Taemin alternaba entre correr e ir al gimnasio, su delgado cuerpo estaba volviéndose firme y musculoso y Jonghyun lo disfrutaba. Eso era en parte la razón para que Taemin se mantuviera en forma y mejorara lo que había sido.


Jonghyun se apartó ligeramente. — Feliz cumpleaños — murmuró contra los labios de Taemin, y Taemin inclinó la cabeza para profundizar el beso, chupando la lengua de Jonghyun lenta y sexualmente, era una forma de hacer el amor que disfrutaban, hasta el momento de estar exhaustos. Sin palabras, Taemin fue el que terminó el beso y tomó la mano de Jonghyun para que se levantara de la banca y caminaran el corto trayecto a casa.


Ellos caminaron por poco más de diez minutos pasaron por la plaza de la ciudad vieron a Sully quien aún vivía con la señora Kim, y que no pasaba del toque de queda con su novio. Levantó la vista y vio el reloj sobre la biblioteca donde él se la pasaba estudiando. Eran las nueve y media y se dio cuenta lo mucho que el simple reloj guiaba su día.


Jonghyun se detuvo en la tienda saludó a la señora Lee y le agradeció por las donouts que había llevado a la estación el día anterior. Entonces guió a Taemin hacia su casa.


Las cortinas estaban abiertas y vio los pequeños tres arboles frente a la ventana. Las luces no estaban encendidas cuando llegaron al camino. Taemin se había opuesto a dejarlas encendidas cuando salían de la casa.


Usando su llave lo dejó entrar, Jonghyun se reía mientras Taemin lo empujaba contra la pared tan pronto cerraron la puerta. Taemin se detuvo un momento para ver los ojos de Jonghyun llenos de absoluta seguridad, confianza y amor. Se preguntó cómo había sido tan afortunado.


Habían pasado dos años desde que se habían encontrado en la helada noche. Sus sueños entonces consistían solo en un cuarto caliente, luces de navidad y una amorosa familia, soñaba que serían diferentes de los que en realidad tenía. Dos años y tres días después más unas horas más o menos.


Él ahora vivía en un mundo seguro, feliz y amado. Con Jonghyun a su lado en cada paso del camino, él no podía esperar para caminar hacia su futuro.


 


FIN

Notas finales:

¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

Hasta la próxima.

Gracias por leer :)


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