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Cariño, por favor, sé real por Eza-chan

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Notas del capitulo:

Ni Superman ni Batman me pertenecen.

 

¿Qué? ¿La historia con Lex Lurthor está pendiente?, ¿Qué? ¿Bruce y Clark aún no se declaran?... Sí, eso tampoco pasa aquí :D

¡Más cosas con los niños!

Bruce se colocó la camisa del pijama, comprobando el cuello de esta distraídamente, para terminar por sentir la zona donde había sido mordido por Clark. La zona seguía sintiéndose algo sensible y adolorida (cosa que siempre le negaba a Clark).

Sabía que la piel casi había vuelto a su color normal y que las marcas de dientes estaban desapareciendo lentamente, porque no era una mordida de vinculación.

Colocó la toalla en su cabeza, comenzando a secar su cabello con movimientos firmes al tiempo que salía del baño, notando de inmediato una presencia.

Su cuerpo se tensó y su cerebro comenzó a idear un plan ante cada escenario posible que podría poner en peligro su vida.

Nadie me va a secuestrar.

Pero el aroma familiar en una combinación de flores difícil de encontrar en un alfa, lo alcanzó, haciéndolo relajar.

—¿Pudiste haber dicho algo, sabes? — Dijo como si no hubiera estado a punto de atacar a su mejor amigo, mejor amigo que tenía su atención puesta en una mochila (con ropa probablemente), buscando algo desconocido para Bruce dentro de ella.

—Debí haber esperado afuera de la ventana, ¿verdad?, iba a hacerlo, pero…— Y finalmente Clark alzó la vista notando el pantalón del pijama de Bruce… sobre la cama y no cubriéndole las piernas como debería.

Clark apartó la vista de inmediato, girando el rostro en busca de darle… privacidad o algo así de extraño.

Bruce no pudo evitar sonreír divertido, pues no era como si fuera la primera vez que Clark lo veía en ropa interior y eso que esta vez llevaba camisa.

—Llegué muy temprano, en serio debí esperar…— Bruce se colocó su pantalón mientras se apresuraba en contestar.

—Esta bien, Clark, es la hora que acordamos, yo no pensé que tendría tantas cosas que hacer y se me hizo tarde— Su mejor amigo finalmente regresó su atención hacia él, pareciendo haber encontrado lo que sea que buscara en su mochila lo que resultó ser una bolsa de dulces roja.

—Jason dijo que te trajera estos dulces porque de seguro estabas muy triste aquí solo y Dick me dijo que te trajera tu almohada— Explicó entregándole la bolsita de dulces y sacando su almohada de la misma mochila y entregándosela igualmente.

Bruce sonrió tomando los regalos de sus hijos, dispuesto a preguntar si estaban bien, si ya estaban dormidos, si Alfred les había leído (o si había sido Clark), pero sus pensamientos se vieron interrumpidos al notar el ligero temblor en las manos de su mejor amigo.

—Clark…— Su contraparte hizo puños sus manos tratando de controlar el movimiento involuntario. Él extendió su mano ofreciéndole a Clark tomarla.

Su mejor amigo, con apariencia avergonzada y un poco mortificada, aceptó el ofrecimiento, aferrándose a su mano y soltando un honesto suspiro de alivio.

—¿Necesitas que nos acostemos…? —

¿Que te abrace?

Dejó danzando en el aire.

—No, estoy…— Clark produjo una risilla nerviosa. —Bien, esto es suficiente—

Siempre decía Clark, queriendo aparentar que el simple hecho de estar en la misma habitación era suficiente para su naturaleza de alfa kriptoniano, pero en cuanto se quedaba dormido, se pegaba a Bruce justo como Jason lo hacía cuando estaba enfermo.

—Si te sientes mal puedes venir en cualquier momento, Clark, no es necesario que esperes hasta la hora que acordamos, no me voy a molestar porque aparezcas sin avisar—

—No, hasta que saliste del baño comencé a temblar, había estado bien, bueno, sí, mi alfa se comporta extraño, pero puedo manejarlo, te prometo que si me siento mal vendré a buscarte de inmediato— Y Bruce sabía que era cierto, porque podía dudar de la palabra de todos, menos de la de Clark.

—Ok. ¿Dick y Jason ya estaban dormidos? — Clark adquirió un porte de emoción.

—Sí, me pidieron que les leyera— Explicó alegremente para después lucir un poco inseguro. —¿Eso está bien? —

—No entiendo tu pregunta Clark, estás haciendo sus sueños realidad al leerles, ¿por qué no estaría bien?, al contrario, perdón por hacerte cuidar de ellos— Clark negó con la cabeza.

—No, me agradan, son niños asombrosos— Y Bruce sonrió con orgullo (sabiendo que Dick y Jason eran asombrosos no por él, si no porque así eran ellos).

—¿Se comportaron durante la cena? —

—Sí— Dijo Clark con un ligero tono agudo que delataba su mentira.

—Clark— Advirtió.

—Tuvieron una pequeña pelea de comida, que se resolvió con una mirada de Alfred— Y entonces Clark sonrió divertido. —Empiezo a ver el parecido entre ustedes dos—Bruce no se iba a permitir rodar los ojos.

Porque ese había sido un cumplido.

—¿Y que cenaste? — Cuestionó Clark, cambiando de tema. —De seguro algo super elegante digno del presidente de una compañía multimillonaria— Dijo en tono juguetón y Bruce estaba a punto de presumir su cena super extravagante y seguirle el juego a Clark, pero nada llego a su mente. —¿Bruce? — Su mejor amigo soltó una carcajada. —¿No recuerdas que cenaste? —

Y es que el problema es que Bruce ahora no podía evitar preguntarse ¿había cenado hoy?

Recordaba haber comido… sí.

—Bruce, sí cenaste, ¿verdad? — A veces se preguntaba en que momento fue que dejó que Clark lo conociera tan bien.

—Creo que no—

—¿Crees?, ¡Bruce…! —

 —No me di cuenta, te lo dije, estuve más ocupado de lo que pensé que estaría— Clark soltó un leve bufido, caminando hasta el teléfono de la habitación, junto al cual se encontraba el menú del restaurante del Hotel.

—¿Qué hora es? — Preguntó Clark, contestándose a él mismo al ver su reloj de muñeca. —El restaurante del hotel ya está cerrado. Vamos a buscar algún restaurante, debe haber alguno abierto— No quería decir que Clark acababa de ordenarle salir a buscar un restaurante, pero sí, le había ordenado.

—No es necesario que…—

—Claro que es necesario, no puedes estar sin comer, ¿cuántas horas tienes sin comer?, no importa, no me digas, vamos a buscarte comida— Y Bruce podía hablarle a Clark de la magia del dinero y de que si lo pedía con la suficiente autoridad y seducción de Brucie Wayne sería sencillo lograr que abrieran el restaurante especialmente para él. Pero hacer lo que Clark decía parecía más entretenido.

—¿Puedo no salir en pijama al menos? — Y Clark lo recorrió completo para apartar la vista y asentir rápidamente.

Por la expresión en el rostro de Clark, Bruce estaba seguro de que su amigo no esperaba verlo con un pantalón de mezclilla y una sudadera negra.

—No creo haberte visto usando un pantalón de mezclilla antes—

—Si me pongo lentes— Dijo tomando unos lentes con micas falsas. —Y me pongo la capucha, nadie va a sospechar que soy Bruce Wayne— Explicó sonriendo de lado. —Así funciona esconder tu identidad al estilo Kent, ¿no? — Clark se notó molesto; Bruce se estaba divirtiendo mucho.

—No tiene nada que ver con mi habilidad de ocultar mi identidad, que la familia Wayne sea muy inteligente no tiene nada que ver conmigo—

—Claro Clark, yo te creo— Y teniendo esa conversación, salieron de la habitación de hotel.

Clark se sentó en la sillita de madera, frente a la mesa (igualmente hecha de madera), admirando su alrededor; le encantaba la decoración del pequeño restaurante, aunque a Bruce probablemente le pareciera muy simple. Sabía que el hombre había estado en cientos de lugares maravillosos y aun así su mejor amigo estaba viendo el menú con detenimiento, sin berrinches y comentarios de “persona privilegiada”, porque su mejor amigo era millonario, elegante, pero nunca presumido, siempre en sintonía con su alrededor (a pesar de cuanto se esforzaba por aparentar ante la sociedad algo que no era).

Bruce finalmente bajó la capucha, dejando al descubierto su cabello un tanto despeinado, sin molestarse en arreglarlo. Clark no pudo evitar reír ligeramente.

Le encantaba que Bruce se mostrara tan relajado con él.

Lo amaba, en realidad.

—¿De qué te ríes? — Preguntó Wayne con sospecha.

—¿Qué vas a ordenar? — Contestó con una pregunta. Bruce parecía resistirse a dejar ir el acontecimiento previo, pero finalmente cambio su atención de Clark a su menú.

—Una hamburguesa obviamente, aquí solo hay hamburguesas— Clark no podía con la calidez que sentía en su pecho.

—Sí, pero hay con diferentes ingredientes, ¿cuál vas a ordenar? — Cuestionó pacientemente.

—Tal vez la que tiene tocino—

—Bruce— Exclamó fingiéndose indignado. —Tantas opciones y vas a pedir la más común de todas—

—Me gusta el tocino y Alfred no lo usa. Dice que no es saludable, pero no me gusta precisamente porque sea saludable— Clark soltó otra carcajada.

—Ósea que regañas a Jason por querer comer cereal toda la semana cuando en el fondo tú quieres comer tocino todos los días— Bruce lo miró detenidamente unos segundos. Clark quería reír más, porque se sentía feliz, porque no sentía culpa en este momento, porque su alfa estaba en paz, porque Bruce se veía… adorable, con el cabello despeinado, lentes que no necesitaba y sudadera.

—No todos los días— Y la carcajada no pudo ser contenida. —Además soy el adulto y Jason es el niño, él no puede, aún, hacer lo que quiera—

Clark trató de reír más discretamente.

Amaba al Bruce-Batman, amaba a Bruce-mejor amigo y amaba a Bruce-papá.

Tomó su menú, tratando de leerlo, buscando apagar el color en sus mejillas y disminuir los acelerados latidos de su corazón.

—Creo que yo voy a pedir…—

Fue cuando notó el temblor que en sus manos.

Claro, su alfa no podía estarse tranquilo, necesitaba sentir al que consideraba su omega.

Cada vez se molestaba más con su alfa.

Entonces notó la mano de Bruce, ofreciéndose a ser tomada. Clark miró la mano, miró a Bruce.

No lo merezco. Aportó su mente. Tragó saliva y finalmente tomó la mano frente a él.

—Sí, voy a pedir la de tocino, no me importa que te burles— Agregó Bruce, sin transmitir incomodidad como si fuera lo más normal del mundo estar sentado en un restaurante tomando la mano de Clark.

—No me estaba burlando— Contestó él, como si estuviera acostumbrado a esta clase de vida.

Fingiendo por un momento que esta era una cita y que Bruce lo amaba.

A Jason le agradaba Dick. Era inteligente, muy amable y nunca se burlaba de él… no para hacerlo sentir mal al menos… creía él.

Pero a veces de verdad sentía que podía odiarlo, como ahora, cuando insistía en saludarlo en el patio de la escuela durante el recreo.

—¡Hey Jay! —Saludó con una mano alzada y gritando lo más fuerte que seguramente podía.

¡Nunca le decía “Jay”!

Esto solo lo hacía para molestarlo, así que, con ceño fruncido y muy dispuesto a abalanzarse contra su hermano, haciéndolo rodar por el suelo hasta que esta sensación de enojo desapareciera, Jason vio como un balón de futbol chocaba con el rostro de su hermano, ante lo que probablemente se habría reído, de no ser por el sonido de dolor que soltó y porque después se quedó encorvado, con ojos cerrados y tocando la parte golpeada con una de sus manos, fue por eso por lo que, en lugar de la ira previa, terminó corriendo hasta su hermano, asustado.

—Dick, ¿estás bien? — Finalmente Dick abrió los ojos, sonriéndole suavemente, para asentir. Jason estaba seguro de que su hermano aun sentía dolor pues ni una sola palabra había salido de su boca escandalosa. Dick apartó la mano de su rostro, que por cierto se encontraba muy rojo, para meter uno de sus dedos en su boca, la cual abrió como cuando Alfred le revisó la garganta cuando estuvo enfermo, obteniendo un dedo manchado de rojo, un dedo manchado de sangre.

Risas comenzaron a escucharse más y más cerca.

—Perdón, creo que no sé controlar bien el balón— Dijo un niño sonriendo, justo como la sonrisa que ponía el estúpido de Luthor.

Jason estaba a punto de decirle a ese mocoso de mierda que se metiera el balón por donde no le daba el sol mientras invadía su espacio personal al puro estilo de Batman, pero Dick lo tomó del brazo antes de que pudiera poner su idea en práctica, ordenándole con la mirada que no dijera ni hiciera nada.

—Está bien, no te preocupes— Exclamó Dick sonriente, sin defenderse y haciendo que el estómago de Jason se sintiera como si lo estuvieran torciendo, justo en la forma en que su mamá solía escurrir la ropa.

Que el idiota cabeza de huevo siguiera hablando no estaba ayudando.

—Pero pensé que ya que estuviste en un circo podrías esquivarla sin ningún problema— Y los idiotas que acompañaban al rey idiota rieron, como si acabaran de escuchar el mejor chiste del mundo.

—Bueno— Comenzó Dick. —El acto que realizaba no tenía nada que ver con esquivar balones— Explicó su hermano con voz alegre, pero solo un poquito como si estuviera triste de no poder estar en el momento del que hablaba. —Era sobre…—

—¿Quién? — Interrumpió el asno.

—¿Quién qué? — Preguntó Dick confundido.

—¡Quién te preguntó! — Y carcajadas ruidosas estallaron, mientras Jason veía el rostro de Dick enrojecerse. Intentó soltarse de nuevo del agarre de su hermano, pero este no cedió.

Quería patearlos a todos.

—Tal vez por eso te corrieron del circo, porque ni siquiera puedes esquivar un balón—

—No me corrieron del circo— Y de repente el idiota puso cara de sabelotodo, justo como la que hacía Dick cuando le iba a explicar algo que no entendía, pero peor y haciendo que su estómago se retorciera todavía más.

—Ah, sí, solo te volviste un recogido— Y ahí, la cálida mano de su hermano enredada en su muñeca no pudo detener su necesidad de callar al imbécil.

—¡No es “recogido”, es “adoptado”, fue adoptado! — Explicó, justo como le explicó Bruce cuando él le dijo que los niños lo llamaban de la misma forma que este estúpido estaba llamando a Dick. Y de repente la atención del grupo de retrasados se centró en él.

—¿Y este quién es? — Cuestionó el niño imbécil y Dick se paró frente a Jason como si quisiera esconderlo.

¡Jason no necesitaba que lo escondieran del idiota más grande de la escuela!, ¡Iba a patearlo hasta que ya no pudiera lanzar balones!

—Es mi hermano— Explicó Dick (tratando de regresar la atención de todos hacía él). El cabeza de huevo se veía pensativo hasta que uno de los inútiles que lo acompañaban habló.

—Es el otro recogido— Y la sonrisa explotó en el rostro del idiota jefe.

—Entonces no es tu hermano—

—Lo es— Afirmó Dick.

—Claro que no, si no tienen los mismos papás no pueden ser hermanos—

—Pero nos recog…— Dick se corrigió rápidamente con un pequeño chasquido de lengua. —Nos adoptó el mismo papá, somos hijos del mismo papá—

—Eso no vale, solo tienes unos papás, no puedes ir y decidir que alguien nuevo va a ser tu papá—

—Pues eso significa ser adoptado, que tienes un nuevo papá— Y podía notar como el idiota cabeza de huevo comenzaba a molestarse ante la seguridad que estaba mostrando su hermano mayor.

Jason estaba disfrutando esto.

—¡Pues no se puede, no tienes un nuevo papá y no tienes ningún hermano! —Dick se giró a mirar a Jason.

—Vámonos— Le dijo sin soltarlo del brazo, dando media vuelta y comenzando su camino lejos del imbécil.

—Te vas porque sabes que es verdad, no sé qué es peor si ser un recogido apestoso de circo o un recogido de la calle que comió basura—

Eso no era verdad… bueno…

Jason sintió como su corazón comenzó a latir rápido.

Dick detuvo su andar, soltándolo y Jason que nunca le dijo a su hermano que había tenido que robar comida y hurgar en la basura porque pensó que Dick (que había tenido amorosos padres, sonreía y regalaba abrazos aunque él fingiera que no los necesitaba) lo odiaría, entendió que había tenido razón, que su hermano ya no le permitiría llamarlo así, que ya no lo abrazaría, que ya no le explicaría cosas, que ya no jugaría con él ni le dejaría dormir en su cama.

—¿Qué dijiste? — Dijo Dick atrayendo la atención del grupo de idiotas y de Jason.

El cabeza de huevo perdió su sonrisa, bufó y abrió la boca.

—Dije qu…— Jason nunca iba a poder saber qué era lo que el idiota cabeza de huevo iba a decir porque todo lo que supo fue que Dick le dio un puñetazo en la cara, usando todas las enseñanzas de Bruce.

El golpe fue tan fuerte que hizo que el estúpido terminara acostado en el suelo sin poder moverse y con una nariz sangrante.

—Vete a la mierda— Exclamó su hermano, mientras él sentía como una sonrisa comenzaba a aparecer en su rostro.

Y si bien al principio los sin cerebro, no se movieron, porque estaban demasiado sorprendidos con lo que acababa de pasar finalmente decidieron que era hora de abalanzarse contra Dick.

Jason no iba a dejar a su hermano solo.

Corrió hasta colocarse espalda con espalda con el mayor, que alcanzó a lanzarle una sonrisilla traviesa para empezar a repartir puñetazos y patadas.

Clark entró a la habitación de Bruce por la ventana, sin poder dejar de recriminarse el haber olvidado la memoria USB. Caminó hasta el buro del lado donde dormía, justo donde sabía perfectamente la había dejado.

Decidido a apresurarse y regresar a su trabajo (antes de que su jefe se diera cuenta de que había desaparecido), comenzó a escuchar el teléfono de la mansión sonar. Clark sabía que a esta hora no había nadie, Bruce seguía de viaje, Dick y Jason se encontraban en la escuela y Alfred elegía esta hora para ir al supermercado. Pensó que no debía (no era realmente su casa después de todo), pero ¿qué tal si era algo importante?

Voló hasta el teléfono más cercano, se permitió unos momentos para controlar su corazón y su voz y alzo el auricular.

—Familia Wayne, Buen día—

Clark siempre se imaginó contestando esta clase de llamadas, pero no imaginó que sería tan pronto en la vida… antes de casarse… y antes de tener hijos.

En un momento Bruce estaba en una aburrida reunión y al otro estaba caminando hacia el baño más cercano porque su mejor amigo le había mandado un mensaje pidiéndole (muy amablemente, como todo lo que solicitaba Clark) si podían encontrarse.

Bruce estaba preocupado, ¿Le había pasado algo a Clark?, desde que fue a buscarlo a la fortaleza de la soledad, poco a poco Clark había adquirido la capacidad de estar lejos de él por más y más tiempo sin que su cuerpo (o mente) se vieran afectados, ¿qué había pasado ahora? Habían pasado unas escasas 3 horas desde que se habían separado.

Entró al baño encontrando a Clark recargado en una de las paredes, mirando en dirección a Bruce.

Caminó con rapidez hasta él, acción que Clark imitó, haciendo que se detuvieran a mitad del baño.

—¿Estás bi…? — La expresión de Clark cambio a una arrepentida y avergonzada.

—Ah, estoy bien, Bruce, lo siento. Te pedí vernos porque… bueno…— Bruce no entendía nada; si Clark no había venido porque su naturaleza alfa se estaba saliendo de control, entonces, ¿por qué?, ¿Qué era eso tan importante que debía decirle?

Y para empeorarlo su mejor amigo parecía no poder terminar de acomodar sus ideas.

—Clark— Apuró al hombre, exaltándolo un poco y obligándolo a hablar.

—Fui a la mansión porque olvidé mi memoria y Alfred no estaba cuando llegué…—

—¿Alfred está bien? — Interrumpió sin rastro de los modales que el mayor le había inculcado.

—No, sí, Alfred está bien— Permitió que su cuerpo se relajara momentáneamente.

No estoy perdiendo a Alfred.

—El teléfono sonó, así que fui a contestarlo— Y ahí Clark lo miró como si se disculpara por contestar el teléfono en una casa que él consideraba “ajena”, Bruce movió su mano en un claro gesto de “Es igual, continua”. —Hablaban de la escuela de Dick y Jason—

¿¡Qué!?

Bruce enderezó su postura, limpió su rostro de toda expresión, cerró los ojos e inspiró profundo.

—Ok—

Dick y Jason estaban bien. Bruce estaba seguro de ello si no Clark no estaría aquí hablándole tranquilamente en un baño.

Miró a su mejor amigo a los ojos esperando que continuara.

—Ellos tuvieron una pelea y quieren que vayas a hablar con el director, yo no les dije que estabas de viaje, imagino que Dick y Jason lo hicieron, pero no les creyeron, así que vine para ver si quieres que te lleve—

Bruce sabía que algunas personas (alumnos, maestros y padres de familia) insistían en querer hacer menos a sus hijos solo por ser adoptados.

—Sí, por favor—

—Apresúrate en regresar al Daily Planet, Clark— Ordenó Bruce una vez en la sala de espera fuera de la oficina del director de la escuela.

—Pe…— Comenzó Clark, pero él lo interrumpió con una sonrisa (si era la de Brucie o de las que Dick insistía que le mostraba a Clark, no estaba seguro).

—Sí, soy el jefe de tu jefe, pero no creo poder evitar que te despidan— Y así vio que la postura tensa de su mejor amigo se relajaba, al igual que la expresión preocupada en su rostro desaparecía.

Clark parecía querer decir algo más y de alguna forma Bruce sentía que él quería que su amigo lo hiciera; sin embargo, la secretaria eligió ese momento para volver del interior de la oficina.

—¿Señor Wayne?, puede pasar—

Bruce obedeció, sin querer procesar la expresión en el rostro de Clark.

Al entrar lo primero que vio fue a Dick y a Jason, cada uno en una silla que parecía demasiado grande para ellos, acomodados cerca el uno del otro, frente a un gran escritorio ocupado por un hombre que apenas y parecía un poco mayor que él.

En el otro extremo del escritorio encontró a una mujer, elegante y enojada, en compañía de un niño que se veía de la edad de Dick, con nariz inflamada y rastros de sangre en la cara y en la ropa.

Por su parte sus hijos se veían perfectamente (tal vez algo asustados y no lo estaban viendo a los ojos), bueno, el rostro de Dick se veía un poco enrojecido del lado izquierdo.

—Bienvenido Señor Wayne, pase por favor— Él contestó sonriendo.

—Gracias— Y se acercó a sus hijos, tocando el rostro de Dick.

—¿Qué le pasó a tu cara? — Le preguntó a su hijo mayor, el cual abrió la boca, sin poder decir nada al ser interrumpido por la única mujer en el lugar.

—¿Qué le pasó a su cara?, ¿qué le pasó a la cara de mi hijo? — Y la mujer no necesitaba gritar para hacer notar todo el disgusto que estaba sintiendo. Bruce miró a la mujer que parecía muy dispuesta a seguirse quejando, pero pareció reconsiderar cuando Bruce conectó sus miradas.

Regresó su atención a los menores a su cargo.

—¿Lo golpearon ustedes? — Dick asintió y Jason cruzó los brazos haciendo un puchero.

—Se lo merecía— La mujer soltó un ruidillo de indignación y él un suspiró. El director decidió que era momento de intervenir.

—Señor Wayne— Atrajo su atención. —Lo que ocurrió fue que el joven Montgomery golpeó al joven Grayson en la cara con el balón por accidente y entonces el joven Grayson lo golpeó y los amigos del joven Montgomery trataron de protegerlo y el joven Todd decidió unirse a ayudar a… el joven Grayson hasta que los profesores intervinieron separándolos—  Bruce asintió, pero nada en esa historia tenía sentido, él conocía a los dos niños sentados junto a él, Jason podía hacer algo como lo que describían, pero Dick no e incluso si Jason podía haberlo hecho, Dick lo habría detenido… algo estaba mal en esa historia.

—¿Quién contó eso? —

—Mi hijo, por supuesto, él es aquí la víctima— Dijo la madre mientras el hijo sorbía mocos y sangre, para remarcar su trágico acontecimiento.

—Así que, si sus hijos se disculpan y se comprometen a no volver a hacer algo así, solo serán suspendidos una semana—

—Con lo cual estoy totalmente en desacuerdo, con todo respeto señor Wayne y con respeto a su autoridad señor director, consideró que deberían expulsarlos, son demasiado peligro…—

—Disculpen— Habló Bruce, interrumpiendo a la mujer. —Discúlpeme que la interrumpa, señora Montgomery, pero ¿no les han preguntado a mis hijos lo que pasó? — Los adultos se miraron entre ellos.

—Bueno, señor Wayne…— Comenzó el director, sin poder formular una buena justificación.

—No lo han hecho— Afirmó él. —Quiero escucharlo de mis hijos— Cambió su atención del director a sus hijos. —¿Por qué golpearon al joven Montgomery? —Cuestionó a los menores y Dick lo miró con ojos grandes y un poco llorosos, mientras Jason seguía con su ceño fruncido y de brazos cruzados.

Desde que Bruce entró, notó como sus hijos sabían que no serían escuchados por este par de adultos, por eso Jason se fingió enojado con todo (cuando lo cierto era que estaba asustado) por eso Dick no lo había mirado a los ojos, tratando de proteger a Jason de las miradas de enojo que la señora Montgomery les lanzaba.

Deseó haber podido llegar antes.

—Benny me golpeó con el balón—Dijo Dick en voz bajita.

—Pero no lo golpeaste por eso— Afirmó Bruce, muy seguro de lo que decía. Dick negó con la cabeza.

—No— Su hijo miró a su hermano y volvió a mirar a Bruce y solo a él, no al director y tampoco a los Montgomery, adquiriendo una postura más derecha y una expresión más segura. —Benny dijo que Jason era un recogido de la calle que comía basura y yo lo golpee en la cara— En este momento no había cabida para Brucie tonto Wayne.

—¡Dijo que Dick era un recogido de circo apestoso! — Exclamó Jason casi en un grito.

Bruce inspiró profundo, girándose a mirar a la señora Montgomery, quien al menos tuvo la decencia de sonrojarse y lucir sorprendida.

—Bueno, aunque los ofendiera, él no los golpeó, sus hijos comenzaron con el ataque físico— Bruce sonrió.

—Por supuesto, tiene toda la razón y por eso estoy de acuerdo en que sean suspendidos. No debemos resolver todos nuestros problemas a golpes—

—¡Pero…! —Soltó Jason luciendo muy enojado, mientras Dick se veía decepcionado.

—Se van a disculpar por el joven Montgomery y todos los niños que golpearon— La molestia en sus hijos crecía. —Pero no lo harán si el joven Montgomery no se disculpa con ellos primero— La mujer casi se va para atrás con todo y silla.

—¿Cómo dijo? — Nunca había conocido a alguien que pudiera usar tal tono de indignación. —¿Disculparse por unos apodos infantiles, cuando él es el que fue atacado? —No había sonrisas de Brucie, solo había enojo, el enojo de Bruce Wayne.

—No fueron infantiles— Contestó rápidamente.

—Señor Wayne…— Habló el director probablemente a punto de pedirle a Bruce que fuera razonable, que todo esto era una tontería, pero no, no era una tontería, no era cualquier cosa y Bruce no iba a callarse y a dejar que sus hijos fueran tratados con tan poca (si no es que nula) dignidad.

—¿Sabe lo que se siente ser ofendido por ser adoptado? — La madre no contestó limitándose a mirarlo con un poco de miedo, Bruce relajó un poco el rostro, logrando que su receptora se calmara un poco. —¿Es usted adoptada señora Montgomery? —

—No— Contestó ella.

—Entonces nunca entenderá lo ofensivo que es que alguien se burle de ti solo por eso— La mujer miró a su hijo y después al suelo.

—Jamás me había sentido tan humillada—

—Pero ese no es mi objetivo, señora Montgomery, no hago esto para hacerla sentir humillada, lo hago porque quiero que mis hijos entiendan que ellos no merecen ser ofendidos en ninguna circunstancia y que siempre que alguien los ofenda ellos merecen una disculpa— Y finalmente la mujer pareció dejar su orgullo herido de lado y entender lo que Bruce explicaba. —Porque mis hijos merecen ser tratados con el mismo respeto que su hijo— La señora Montgomery tomó la mano de Benny. —Y quiero que ellos lo sepan—

—Discúlpate Benny— Ordenó la madre a lo que el niño la miró sorprendido.

—Mamá…— Exclamó consternado.

—Discúlpate— Dijo la mujer con más autoridad en la voz siendo el destinatario de una mirada severa por parte de su progenitora.

—Lo… lo siento Dick, lo siento Jason—

En la sala de espera no había nadie. En la sala de espera no estaba Clark.

Bruce no estaba decepcionado, estaba seguro de ello.

Tomó su celular dispuesto a llamar a Alfred para que los recogiera, cuando Dick lo jaló de la ropa, deteniendo su andar.

—¿Estás enojado? — Y se giró a mirar sus hijos, de grandes ojos y manillas retorciéndose nerviosamente.

Y entonces recordó que él no sabía como ser un padre.

Abrió la boca dispuesto a hablar (sin saber realmente lo que iba a decir a continuación), pero sus no palabras se vieron interrumpidas al ver como los ojos de Dick se humedecían, para que las lágrimas comenzaran un recorrido por todo su rostro.

—Dick…— Murmuró él, haciendo que Jason mirara a su hermano mayor, notándose inmediatamente perturbado y confundido.

Bruce no estaba seguro de si Jason había visto a Dick llorar alguna vez.

—Lo siento— Dijo Dick tragándose un pequeño sollozo.

Y sintiéndose un poco inestable, alzó su mano, colocándola sobre la cabeza de Dick para finalmente (aun lleno de dudas) acercar al niño a su cuerpo, siendo él el iniciador de un abrazo con Dick.

Su hijo mayor se aferró a él al instante, ofreciéndole un apretado abrazo. Bruce envolvió al niño con ambos brazos, para rápidamente dejar uno libre para acercar a Jason, que aceptó la invitación de unirse con un poco de duda y lentitud, pero dejándose envolver con la misma desesperación y necesidad con la que Dick lo había hecho.

¿Cuántas veces al día debía abrazarse a un niño para que se sintiera amado y feliz?

—Protegiste a Jason de un bravucón y Jason te ayudó cuando los amigos del bravucón se metieron en la pelea, por supuesto que no estoy enojado— Aclaró haciendo que ambos niños lo miraran a los ojos. —No estoy feliz con que contestaras con golpes— Riñó en dirección a Dick. —Pero no estoy enojado con ninguno de los dos— Suspiró un poco frustrado. —Benny no debió decirles esas cosas tan ofensivas— Bruce lo pensó un momento y decidió que no haría daño si decía lo que estaba pensando. —Tal vez sí se merecía el golpe en la cara— Les susurró a sus hijos inclinándose hacia ellos, a lo que los niños soltaron un sonidillo de asombro para comenzar a reír, tratando de ser discretos (incluso Dick, quien comenzó a limpiarse las lágrimas). —Pero no debemos tratar de resolver todo a golpes, imagínense si golpeáramos a todos los que nos hacen enojar…yo golpearía a Luthor cada vez que nos encontramos—

—¡Eso sería genial! — Escuchó exclamar a Jason mientras los animaba a comenzar el camino hacia la salida del edificio.

—Probablemente, pero Alfred estaría muy decepcionado de mí—

—Puede ser— Murmuró Dick para volver a su naturaleza enérgica y cuestionar con emoción. —¿Ya se acabó tu viaje de negocios?, ¿cómo le hiciste para llegar tan rápido? — Bruce sonrió abriendo la puerta de salida dispuesto a explicarles que Clark había contestado el teléfono y luego había ido a buscarlo y lo había traído hasta aquí, pero Clark de pie junto al edificio, mirando en su dirección con una enorme sonrisa y una mano alzada saludando sin ningún pudor, interrumpió toda explicación.

Eso y los gritos de emoción que soltaron sus hijos. También ayudó a la falta de explicación.

Sus hijos se abalanzaron contra Clark, sabiendo que el hombre no tendría dificultad para mantener su equilibrio incluso con Dick enredado en su cadera y Jason colgado de sus piernas.

—Clark…— Inició él, lo que sería un regaño vergonzoso, pero su amigo lo interrumpió.

—Le dije a Perry que tenía una emergencia familiar y entendió— Y Bruce quería seguir regañándolo, decirle que eso no era correcto, decirle ¿No se supone que tú no mientes?, pero Clark le sonrió como si entendiera todo, como si admirara a Bruce, como si realmente creyera las frases super cliché que le escribía en las pequeñas notas que le dejaba cada mañana.

Eres increíble

Tú vales

No hay nadie más inteligente

Hueles a éxito

Ve esa perfección

Como si hubiera escuchado todo lo que Bruce acababa de decir y con esa simple sonrisa le estuviera diciendo “Lo hiciste increíble”.

Comenzó con una pequeña sonrisa, que terminó por explotar en su cara con dientes y una pequeña risa.

—Escuchaste…—

—Todo, sí— Dick y Jason hablaban entre ellos y él trató de distraerse con eso porque se sentía… se sentía… — Estuviste increíble— Él trató de negar con la cabeza, pero terminó, por sonreír de medio lado esta vez. —¿Y si vamos a comer a algún lado? —

—Sí, tengo mucha hambre— Aceptó Jason.

—Hay que ir por Alfred— Agregó Dick. —Si no, no sería la familia completa—

Dick tenía razón.

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!


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