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Cariño, por favor, sé real por Eza-chan

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Notas del capitulo:

Ni Superman ni Batman ni la Liga de la Justicia me pertenecen.

 

In another liiiiiife ????????

 

A veces no podía evitar abrumarse ante los sonidos del mundo.

Había muchas personas sufriendo por situaciones que ni siquiera él podía arreglar, sí, pero había veces que ni siquiera eran las personas sufriendo, había veces que cada pequeño sonido era abrumador (incluso el simple pasar de una página de un libro que estaba siendo leído), desde muy joven comprendió que necesitaba un sonido como “ancla” para no perderse entre los montones y montones de ruidos que podía alcanzar con su super audición.

Al principio usaba las respiraciones de sus padres, la risa de su má o la forma rítmica en que su pá martillaba; tiempo después aprendió que los latidos de corazones eran una excelente forma de mantenerse centrado, particularmente los latidos de corazones de personas que eran cercanas para él.

Por muchos años utilizó los latidos del corazón de Lois, pero su corazón dejó de latir; primero hubo un abrumador silencio y después un abrumador ruido, ninguna de las dos opciones le gustaban; comenzó a utilizar los latidos del corazón de su hijo (Jon) y funcionó, pero a veces dejaba descansar a su hijo y se permitía escuchar el corazón de Batman, porque era el más constante, el más estable, con el mínimo de cambios a lo largo del día y de los días, (el corazón de Jon era activo y animado y cambiante, justo como lo era su hijo).

Primero solo lo usaba para tranquilizarse en batalla y después comenzó a utilizarlo en su vida diaria. Sobre todo, disfrutaba de escuchar del corazón de Batman… de Bruce, cuando este se encontraba durmiendo a su lado, en esas raras ocasiones en las que permitía que se quedaran dormidos juntos (a veces abrazados, a veces cada uno en una de las esquinas de la cama).

Pero terminó perdiéndolo a él también.

Y el silencio lo dejaba sin fuerzas y el ruido lo hacía querer rogar porque todo terminara.

Por un corto instante logró escuchar el corazón de Bruce nuevamente, pero no era su Bruce, porque su Bruce ya no estaba y nunca volvería.

—Mhm— Murmuró Zatanna en medio del ruido y justo después de que el Bruce de la otra realidad se había ido. —Puede ser— Continuó.

—¿Qué puede ser? —

—Bueno, nunca encontramos el cuerpo de nuestro Batman, ¿qué tal si no está muerto y la verdad es que él está atrapado en otra realidad? —

—¿Crees que es posible? — Cuestionó, sabiendo que todos los presentes miraban a la superheroína. Zatanna encogió los hombros.

—Los viajes entre dimensiones siempre dejan rastros, puedo intentar buscarlo—

—Te ayudaré— Afirmó Red Robin.

—Te ayudaremos— Agregó Dick.

Después de tres años de silencios debilitantes y ruidos desesperantes, finalmente volvió a escucharlo, los latidos del corazón que (junto con el de Lois) era lo que más había extrañado.

—Es nuestro Batman— Afirmó Zatanna.

—El análisis muestra que está en buen estado— Le dijo Diana. —Pero… el análisis también mostró algo más—

Clark se sentó en una silla junto a la camilla en la que Batman, Bruce, se encontraba inconsciente, parecía solo estar dormido, pero Zatanna le había dicho que un viaje entre dimensiones era agotador, sobre todo uno después de estar lejos de su realidad por tanto tiempo.

Tenía algunos cortes en el rostro, unos cuantos moretones en diferentes estados de recuperación y eso solo en la piel que él alcanzaba a ver con la bata que le habían colocado.

Se concentró en el corazón que latía rítmicamente, un latido, dos, tres… era igual que como lo recordaba, pero a la vez podía notar un cambio casi imperceptible, como si estuviera realizando un poco más de trabajo (había memorizado y añorado de tal forma este corazón, a esta persona, que estaba seguro de que, a pesar de ser casi imperceptible, ese cambio era real).

Y entonces se enfocó en el otro corazón que podía percibir en la habitación, que latía muy rápido y para nada como el de Bruce.

Tomó una de las manos de Bruce entre las suyas, se veía un poco inflamada, a las cicatrices ya conocidas por él se le habían sumado unas 5 más. La acercó hasta esconderla al nivel de su pecho, encogiéndose contra ella, como si de todo el cuerpo de Bruce se tratara.

Lo siguiente que Clark entendió, fue que Bruce (despierto) estaba sentado con un Batarang contra su cuello, en una clara pose amenazadora.

Él solo pudo concentrarse en los ojos azules que lo miraban amenazantemente, que se tornaron sorprendidos.

—Hola— Saludó, casi logrando sonreír. Lentamente, Bruce alejó el Batarang, para concentrarse en la mano que él había estado acunando entre las suyas.

No sabía por todo lo que había pasado Bruce, tal vez y tener su mano sostenida por él, le molestaría, lo dejó ir (aún si tanto su instinto alfa como su ser racional gritaban que no, que no se alejaran del omega), aferrándose a sus propias manos.

—Z-Zatanna dice que eres el Bruce de esta realidad, pero… ¿quieres que la llame? —

—No, te creo— Contestó Bruce permitiéndole escuchar la voz que tanto había extrañado. —¿Cuánto tiempo me fui? — Su boca se sentía tan seca como cuando una batalla se complicaba.

—Tres años—

—Mis… Damian, Dick, Tim…—

—Están bien, ya saben que estás aquí, se están tardando un poco en llegar porque es hora de patrullaje en Ciudad Gótica y es una noche algo movida, pero…— De repente sintió que estaba hablando demasiado. —Todos están bien— Dijo manteniendo un tono más tranquilo. —Alfred también y Jason—Concluyó que era mejor mencionarlo, pues sabía que Bruce querría saber.

Bruce se limitó a asentir, sin decir nada más.

Clark tenía tantas y tantas preguntas, pero también sentía que no era el momento, que no estaría ayudando a Bruce.

—J’onn leyó tu mente, lo siento— Eso había sido lo peor para comenzar.

—Está bien— Contestó Bruce secamente, mirando a todo el lugar (menos a Clark).

—Bruce— Lo llamó y el hombre frente a él no pudo evitar por más tiempo el verlo a la cara.

Esperar a después.

Esperar un mejor momento.

Esperar que la vida deje de sentirse como un caos.

¿De qué serviría? Tal vez solo para alejar a Bruce de él.

Excusas y más excusas ideó para no decirle a Bruce que lo amaba.

—Te amo— Logró decir para comenzar a llorar. —Sé que no es el mejor momento para decírtelo, pero pasé todos los días arrepintiéndome de no decírtelo— Sintió que se tropezaba con sus palabras. —Lo siento si te está incomodando y si quieres que me vaya, aunque preferiría que por favor n…— Una mano posándose sobre su rostro terminó por callarlo y darle la fuerza para dejar de fingir que sus pies eran lo más entretenido para ver en el mundo y destinarla a admirar el rostro de Bruce (y tal vez perderse un poquito en lo azul de sus irises).

—Ya lo sabía—

—¿Eh? — Bruce le sonrió como antes, en esa forma medio cómplice y medio juguetona.

—No eres precisamente alguien discreto— Sintió su rostro demasiado caliente, pero no le importó, dejó que sus lagrimas aumentaran su velocidad de caída y se abrazó al cuerpo de Bruce, escondiendo el rostro en su regazo.

—Te extrañé— Se interrumpió a sí mismo con un sollozo. —Mucho—

—Yo también te extrañe— Le dijeron justo al tiempo de sentir una mano sobre su cabeza. —Siento que hayas estado pensando que yo no sabía que tú… también siento que tú no supieras que yo también lo hacía… lo hago—

Bruce acababa de admitir que lo amaba.

Bruce de verdad… los latidos del otro corazón que latía muy rápido lo regresaron a la realidad, recordando que había otra cosa que necesitaba decir.

—J’onn leyó tu mente y vio que para ti no pasaron tres años, sino solo dos meses—

—Cincuenta y cuatro días— Contestó Bruce y él dejó de esconder su rostro, para encarar a Bruce (con un elegante toque de sorber los mocos).

—Lo vimos— Dijo primero, de forma confusa y un tanto enigmática, se obligó a continuar, porque tenía que saber. — Puedo escucharlo, otro corazón viniendo de ti— Sus palabras no causaron sorpresa en el rostro de Bruce, lo que sí causaron fue que las manos de Bruce dejaran de tocarlo. —Bruce, si para ti solo pasaron 54 días, entonces…—

—Para mí, por los últimos cinco años, solo he estado con una persona— Eso era toda la explicación que Clark necesitaba; era suyo. El bebé en el vientre de Bruce era suyo.

Se alzó (tal vez con un poco de ayuda de su habilidad para volar) y se sentó en la camilla para abrazar apropiadamente a Bruce, de forma que no solo él se refugiara, si no tratando de hacer lo mismo por Bruce.

—Yo quiero ser tu alfa— Le susurró al oído con miedo de ser rechazado, pero recordándose que debía ser valiente, porque si su yo en otra realidad había sido así de valiente, él también debía poder (incluso si no lograba la vida feliz que el otro Bruce le había dejado entrever, ya no quería vivir con arrepentimientos). —Por favor— Agregó. No hubo rechazo verbal y tampoco corporal, por respuesta Bruce finalmente respondió su abrazo.

No estaba seguro de cuánto tiempo pasó así (no necesitaba saberlo y habría continuado así por horas y horas), pero el abrazo tuvo que terminar cuando escucharon la puerta abriéndose y un par de voces conocidas.

—¡Bruce! — Le pareció que dijeron Dick y Tim.

Cortó el abrazo y lentamente se giró a ver a los hijos de Batman.

Dick y Tim le dedicaron una mirada corta (casi preguntándole si estaba bien) para finalmente correr a acercarse a Bruce.

Damian caminó con calma, pero era claramente una calma fingida, porque Clark podía notar como sus manos le temblaban y su corazón estaba agitado.

Dick fue el primero en abrazar a Bruce, seguido de Tim, para que Damian fuera el último en acercarse.

—Padre— Soltó primero, con voz firme (igualmente fingida). Ahí Bruce finalmente bajo las piernas de la camilla y, a la vez que Damian, se inclinó para abrazar a su hijo menor (por ahora).

—Estás más alto— Dijo Bruce y Damian se paró muy derecho rompiendo el abrazo, tomó aire profundo y habló.

—Te extrañé, padre— Bruce no tomó mucho tiempo para contestar.

—Yo también te extrañé— Dijo, mirando a Damian a los ojos, para luego girarse a ver a Dick y Tim.  —Los extrañé—

—Sabía que estabas vivo— Aseguró Tim. Dick rio mientras se limpiaba unas cuantas lágrimas.

—Me gustaría decir que está mintiendo, pero no, Tim siempre dijo que estabas vivo— Bruce solo se limitó a sonreír, escuchando a sus hijos.

—¿Dónde estuviste padre? —

—Sí, ¿dónde estuviste? — Preguntó Dick, poniendo más alegría en sus palabras de lo que Damian era capaz de lograr.

—Antes de eso me gustaría escuchar cómo están ustedes— Dicho eso, Bruce se centró en él y él se limitó a hacer un ademán de que saldría para dejarlo a solas con sus hijos (Sentía que no quería irse, pero tampoco podía ser egoísta).

—¿Te vas a ir Superman? — No se dio cuenta de que los hijos de su… los hijos de Bruce habían presenciado su intento de comunicarse con las manos.

—Sí, yo…—

—No tienes que irte— Afirmó Dick.

—Sí, vete— Dijo Damian al mismo tiempo. Dick riñó al menor con la mirada y un ceño fruncido.

—Yo creo que sí es mejor que me vaya para darles privacidad, pero… cuando ya estés en tu casa iré a visitarte—

—De acuerdo— Concedió Bruce eliminando su nerviosismo y miedo por una respuesta negativa. Asintió y salió del lugar.

Ni bien salió notó a Red Hood, Jason, de pie y recargado contra la pared.

Tragó saliva (porque ya había saliva que tragar).

—¿No vas a entrar? — Cuestionó y el hombre no se giró a verlo si quiera y él pensó en el niño que le pidió su autógrafo la primera vez que se conocieron y su corazón dolió.

—¿Es el verdadero? — Obtuvo por respuesta.

—Lo es— Respondió.

Es nuestro Bruce. Dejó sin decir.

—¿Está bien? —

—Lo está— Jason asintió para apartarse de la pared y comenzar a alejarse de él y de la habitación (y de Bruce).

Debía decirle algo antes de que se fuera.

—¡Papá! — Le gritó Jon y él se giró para buscarlo con la mirada. Su hijo se lanzó a abrazarlo cuando él todavía quería detener a Jason. —Conner me dijo que Tim le dijo que Batman había regresado, ¿es cierto? — Preguntó alegremente cuando Clark ya no encontró a Jason caminando por el pasillo. Puso toda su atención en su hijo. —¿Es cierto?, si es cierto Damian va a estar muy feliz— Clark sonrió.

—Es cierto, Batman volvió— Su hijo asintió feliz.

—¿Tú también estás feliz, papá? —

Había muchas cosas de las cuales debían hablar, muchas cosas que resolver, el miedo, la soledad, la angustia de los últimos tres años no iban a desaparecer así nada más, pero Bruce estaba vivo, Clark había podido decirle que lo amaba y le habían respondido que él también era amado.

Iba a tener un hijo con Bruce.

Las cosas no estaban bien, pero ahora tenía la oportunidad de luchar para que todo estuviera bien.

—Sí— Dijo escuchando su voz un poco rota y sintiendo a Jon abrazarlo con fuerza, para ver a Conner acercarse a ellos con mirada preocupada. —Estoy feliz— Murmuró regresando el abrazo a Jon y sonriéndole a Conner buscando tranquilizarlo.

Notas finales:

Hice lo que pude, originalmente yo no iba a hacer este extra, pero cada cierto tiempo aparecía alguien mencionando al Clark triste y solito de la otra realidad.

“Quiero que el otro Clark sea feliz” o algo así escribió alguien y pues como a mí también me gustan los finales felices (y se me ocurrió esto) pues decidí hacer al otro Clark feliz en este extra, ese Clark y ese Bruce van a tener que pasar por muchas cosas, pero al final van a estar juntos y felices… al menos el 60 por ciento del tiempo jaja


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