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Cariño, por favor, sé real por Eza-chan

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Notas del capitulo:

Ni Batman ni Superman ni la Liga de la Justicia me pertenecen.

Antes que todo, perdón por romperles sus corazoncitos de posho, pero aún nadie ha sido preñado (aún).

Más nopor (una escenilla)

Nota aclaratoria: Los extras tienden a estar ubicados en el pasado (con excepciones), el extra del capítulo anterior esta ubicado justo el día después de la Gala, el extra de aquí esta ubicado aún más atrás, poco después de la reunión de toda la Liga en la que Superman se disculpa y Flash fangirlea y descubren que Batman conoce las identidades secretas de todos.

 

Clark lo miró con atención, haciendo que el calor en sus mejillas aumentara. No, no era vergüenza, lo cierto era que disfrutaba de la insistente mirada de Clark, porque aquello lo hacía sentir deseado.

La respiración del alfa terminó saliendo un poco entrecortada al tiempo que Bruce daba otro ligero movimiento de cadera hacia en frente, con el miembro de Clark en su interior.

Le gustaba esta posición (sentado sobre las caderas del alfa mientras este lo miraba desde su posición en decúbito), el pene de Clark tocaba un punto profundo en su interior y no dejaba de transmitir descargas placenteras, incluso si no realizaba ni un movimiento, aunque tampoco era que no quisiera moverse.

Alzó las caderas lentamente con ayuda de sus piernas, manteniendo las manos apoyadas sobre el abdomen (muy firme) de Clark, mientras este último no parecía decidirse por el lugar en que quería mantener su mirada, pasando del rostro de Bruce a la zona donde se unían sus cuerpos e incluso posándose en su pecho un corto tiempo.

—Bruce— Susurró Clark sin aliento, al tiempo que el se dejaba caer sobre el otro.

Todo era respiraciones entrecortadas, piel chocando con piel y palabras susurradas. Aumentó la velocidad de sus movimientos, sintiendo como de a poco el placer le nublaba la mente y de repente no había otra cosa más que el miembro acariciando su interior y la expresión de placer con la que lo miraba su alfa.

Y entonces su pareja comenzó a mover su cadera siguiendo el ritmo impuesto por él, haciendo que sus cuerpos se encontraran con más fuerza, y él, que había estado tratando de ser silencioso, olvidó la razón detrás de aquello, echando el cuerpo para atrás, recargando sus manos en las rodillas pertenecientes a su amante, semi-dobladas detrás de él, muy dispuesto a dejar escapar el gemido más escandaloso de la noche, pero siendo detenido por el alfa debajo de él, que había elegido justo ese momento para cambiar su posición, sentándose y acallando los ruidos que él iba a dejar escapar de sus labios, besándolo con desesperación, mientras lo pegaba más a su cuerpo con ayuda de sus brazos. Él correspondió el apretado abrazo de inmediato, sin detener el movimiento de sus caderas y agradeciendo que los movimientos contrarios igualmente nunca pararon.

La fricción sobre su miembro, al estar atrapado entre su propio abdomen y el de Clark, se unió al constante estímulo en su interior. Sintió el punto máximo de placer a la vez que sentía a Clark liberándose en su interior.

Finalmente logró recuperar sus labios, mientras respiraba de forma agitada el mismo aire que Clark, limitándose a mirarlo unos segundos, admirando la forma de sus ojos y lo azules que eran, el largo de las pestañas o lo desarreglado que tenía el cabello, la forma de la nariz y como estaba un poquito roja en la punta (como si tuviera frío) combinando con lo rojo de las mejillas y de los labios que se veían un poco inflamados.

Este hombre lo amaba.

Recargó su cabeza en uno de los hombros de Clark y dejó que la mano que acariciaba su espalda con suavidad (como si él fuera alguien que debía ser tratado con cuidado) lo arrullara.

Bruce estaba fingiendo que no temía no hacer feliz a Clark, que no temía lastimarlo, estaba fingiendo que no debía decirle ni a Dick ni a Jason que estaba saliendo con Clark (ni siquiera iba a fingir que Alfred no sabía todo ya).

No tenía por qué darle explicaciones a la Liga de la Justicia tampoco. Así que solo se estaba limitando a continuar con su vida, yendo a trabajar, cumpliendo su papel de Batman, besando a Clark, susurrándole que lo amaba, teniendo sexo…

Clark apareció en su campo de visión, mientras se secaba el cabello con una toalla y él (acostado en la cama con solo la ropa interior puesta), recordó que se suponía que ya debía estar en la Baticueva colocándose el traje de Batman. Se forzó a apartar su atención de Clark, su sonrisa y su sensualidad.

Buscando el reloj de pared, encontrando que no, aún era temprano para estar en la Baticueva.

Tal vez Batman debía salir más temprano hoy. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando la insistente mirada de Clark lo obligó a responder mirándolo igualmente; Clark estaba muy concentrado observando el brazo de Bruce, justo el que portaba el implante subdérmico.

Sonrió.

—¿Crees que no es confiable? — Y Clark, en lugar de cuestionar a qué se refería Bruce, entendió al momento, sonrojándose levemente.

Lo amo.

—No, no es… es que llevo tiempo viendo eso en tu brazo y n-no tenía idea de que era un método anticonceptivo, creí que era un localizador o un arma super secreta o algo— Y Bruce no pudo evitar darse permiso para soltar una carcajada.

—No solo tengo a Batman y sus gadgets en la cabeza, Clark— Dijo en tono bromista ante lo cual el alfa se paró muy cerca de él.

—Lo sé— Y ante aquellas simples palabras, Bruce sintió una sensación de bienestar solo equiparable a la experimentada al sacar una astilla enterrada. Aunque no estaba muy seguro del por qué.

—Alguien no fue a sus clases de planificación familiar—

—¡El implante no existía! — Se defendió con un tono un poquillo infantil, haciendo a Bruce reír un poco más.

—Yo te creo— Clark bufó levemente y continuó el proceso de vestirse.

Justo cuando Bruce decidió que sí, Batman haría acto de presencia más temprano hoy, Clark apareció frente a él.

Pidiendo permiso con la mirada.

Quiero besarte.

Decían esos ojos claramente, Clark tendía a no iniciar los besos que compartían (o el sexo), no sin antes pedir permiso con palabras, así que Bruce dio inicio a la muestra de afecto (justo como había estado iniciando todas las “muestras de afecto”) alzando el rostro, viendo a Clark inclinarse suavemente, hasta encontrarse con los labios contrarios, sintiendo su corazón agitarse y a su estómago dar una pirueta digna de Dick.

—Aún es temprano para ser Batman— Dijo Clark sobre sus labios.

¿Qué le estaba pidiendo Clark?

—¿Y si vamos a caminar un rato? —

—¿Caminar? — Clark asintió sonriente. —¿Por Gótica? —

—Tal vez podríamos ir a Metrópolis— Aportó con entusiasmo.

Bueno, realmente era temprano, no había razón para negarse a la oferta de Clark.

—Si crees que es una mala idea, ¡Oh!, ¿tu pierna todavía te due…? —

—Sí, ok— Terminó interrumpiendo al alfa sin darse cuenta.

—¿Ok? — Encogió un poco los hombros.

—Sí, vamos, no me duele mi pierna, tranquilo— Clark sonrió adquiriendo color en el rostro.

—Ok—

Y justo como Clark había dicho, habían terminado caminando por un concurrido parque en el lugar más iluminado de Metrópolis, no habían hecho mucho más allá de hablar sobre uno de los accionistas de Bruce que había querido pasar por encima de su autoridad (para variar) y como había sido fácilmente puesto en su lugar o de como el rostro de Perry le había permitido a Clark presenciar con sus propios ojos a lo que la gente se refería con la expresión “Verde de coraje”.

Conversaciones un poco tontas y banales, pero que parecían lo más entretenido que Bruce había hecho en años.

—¿Seguro que tu pierna no te duele? — Cuestionó Clark por quinta vez.

—Seguro—

—Si te doliera me lo dirías, ¿verdad? — Bruce suspiró. Las relaciones se trataban de comprometerse… ¿no?

—Lo prometo— Clark lo miró unos cuantos segundos más con expresión preocupada, para distraerse con, lo que parecía, un ruido lejano.

—Mhm— Dejó escapar Clark.

—¿Qué? —Quiso saber él. —¿Alguna urgencia que requiera de ti? —

—No— Aseguró su mejor amigo de inmediato. —Es un reportero, nos está tomando fotos—

—¿Quieres que nos vayamos a casa? —

—Bueno… no— Contestó Clark con un poco de inseguridad. —Me estoy divirtiendo y de todas formas el mundo ya sabe que estamos saliendo, no va a descubrir nada que no se sepa ya— Aseguró, para volver a un tono de voz un poco nervioso —A menos que tú quieras que nos vayamos, entonces…—

—No, yo también me estoy divirtiendo— Clark le sonrió y él respondió al instante. Su amante lució como si recordara algo.

—Voy a comprar algo, espérame aquí— Avisó, apuntando en dirección a una de las bancas del parque.

Bruce cumplió la petición (sin dejarle a su cerebro continuar con la idea de que “Su alfa” le había dicho que descansara de forma muy sutil, cada día Clark lo entendía mejor), mientras evitaba mirar directo justo en donde sabía que estaba el reportero.

Y de repente un plato alargado de cartón, adornado con rayas rojas apareció a su alcance, portando lo que parecían…

—¿Donas? — Cuestionó mirando al Clark que le sonreía mientras se sentaba junto a él.

—Mini-Donas— Y sin más explicación una “Mini-dona” fue alzada en su dirección.

Clark quería alimentarlo en la boca; si bien no era la primera vez que alguien hacía eso, era la primera vez que alguien intentaba no hacerlo parecer algo “Sexy”, se sentía como algo habitual, algo normal. Simple.

Clark siempre lo hacía sentir cómodo.

—Están ricas, verdad— Él se aseguró de masticar apropiadamente, hasta que ya no hubiera rastros de harina masticada en su boca.

—Saben a dona, pero en presentación pequeña—

—¡Las mini-donas son un tesoro nacional! —

—No, Superman es un tesoro nacional, las mini-donas, solo son un intento de ahorrar masa, mientras cobran más por una presentación más atractiva— Clark se sonrojó un poco apartando la mirada hacia la comida en sus manos.

—¿Eso quiere decir que ya no quieres? — Terminó por decir su acompañante, saltándose el comentario sobre él siendo un “Tesoro nacional” y fingiendo que sus mejillas no se habían puesto rojas.

Bruce abrió la boca en una silenciosa solicitud por más, solicitud cumplida al acto.

Y mientras Clark masticaba su quinta dona, pareció recordar algo, haciendo un sonidillo de emoción (alguien estaba pasando mucho tiempo con Dick).

—Este fin de semana se estrena una nueva película, los críticos dicen que es buena — Explicó liberando una de sus manos para tomar su celular de una de las bolsas traseras de su pantalón. — ¿Vamos el domingo? —Cuestionó mostrándole la iluminada pantalla.

¿Qué se suponía que dijera?

No, básicamente. El domingo era de Dick y Jason, ¿por qué Clark…? Y entonces se concentró en lo que le mostraba la pantalla del celular, el poster de una película claramente infantil.

Bruce sonrió.

—Habrá que preguntarle a Dick y Jason, pero no creo que se nieguen— Clark soltó una pequeña risilla, como si salir con un omega con dos hijos y con escasa (si no es que nula) capacidad para expresar sus sentimientos fuera lo mejor que le pudo pasar en la vida.

—Yo tampoco—

Bruce tomó aire, negándose a aceptar la siguiente dona, para ponerse de pie y colocarse frente a Clark, quien lo miró, si bien algo confundido, con infinita confianza, como si creyera que sin importar lo raro que Bruce pudiera llegar a actuar, él nunca haría algo para lastimarlo, así que Clark aceptaría lo que fuera que Bruce tuviera para dar.

Se inclinó lentamente y besó los labios con sabor a azúcar y dulce de leche. Clark casi deja caer el plato en sus manos, siendo salvado por los reflejos rápidos de ambos, sintiendo como una risa boba se escapaba de lo más profundo de su pecho.

Diana hacía su guardia con tranquilidad, hoy le había tocado sola.

Eso estaba bien por su parte, ya había mandado a J’onn como apoyó en un derrumbe y Shazam estaba ayudando en un incendio. Era una guardia tranquila.

Y ese fue el momento que Flash y Linterna verde eligieron para aparecer por la puerta, con pasos apresurados (aunque sin que Flash hiciera uso de su súper velocidad), se acercaron hasta ella luciendo un poco desesperados (pero extrañamente emocionados).

—Dijiste que no estaban juntos— Exclamó Linterna verde (recriminatoriamente), al tiempo que Flash colocaba una revista a su alcance. Diana no terminaba de entender a que se referían sus compañeros, pero aceptó la revista, entreteniéndose con la llamativa portada.

“Noche de Cita” Se leía en letras grandes, justo debajo de una foto de los que parecían ser… Bruce y Kal-El… besándose.

Se dirigió a la página marcada de inmediato, encontrando más fotos (poco enfocadas y que necesitaban mucha imaginación para ser descifradas), pero claramente eran Bruce y Kal-El, ella conocía esas posturas, incluso si no estaba tan acostumbrada a verlos tomados de las manos o besándose, eran ellos.

“El pasado jueves por la noche el empresario Bruce Wayne se encontraba en lo que parecía una cita con su novio, el alfa Clark Kent (reportero que trabaja para el Daily Planet y residente de Metrópolis) …”.

Esos sinvergüenzas…

—Creo que tendremos que hacer una visita a Ciudad Gótica— Les dijo a sus compañeros de equipo.

Barry no estaba muy seguro de lo que estaban por hacer, es decir, claro que quería saber la verdad, pero ir a meterse a esa trampa mortal hecha mansión… no, no.

La Mujer Maravilla no lo entendía, ella estaría bien, ella le agradaba a Batman, pero ¿él?, ¿Hal?... desaparecerían y nunca nadie sabría que pasó con sus cuerpos.

Esta noche estaría durmiendo con los peces… mínimo.

Pero aquí estaba, viendo la majestuosidad e imponencia de los terrenos de la familia Wayne.

No estaba muy seguro de lo que había hecho Diana, solo sabía que el enorme barandal había sido abierto y ahora caminaban hacia la entrada de la mansión que era demasiado grande para ser una casa.

—Pero ¿Qué les pasa a los ricos?, ¿es realmente necesaria una casa tan grande? — Le cuestionó su amigo con tranquilidad.

¿¡Por qué no se daba cuenta de la muerte inminente de ambos!?

Ni bien llegaron hasta la puerta, La Mujer Maravilla tocó (obviamente ella era la vocera del pueblo, no era que Barry tuviera miedo de tocar él mismo) y de inmediato la enorme y elegante puerta se abrió dejando a la vista a un hombre mayor de porte elegante.

—Bienvenidos, señorita Prince, Señor Jordan, Señor Allen—

¿¡Cómo mierda era que este hombre conocía sus nombres!?

—El amo Bruce no me informó de su visita, pero pasen, pónganse cómodos, llamaré al amo Bruce de inmediato— Explicó el mayordomo dispuesto a dar media vuelta.

—¿Usted sabe quiénes somos? — Cuestionó Hal, ante lo cual el mayordomo alzó una ceja con infinita tranquilidad.

—Por supuesto— Y aquello, evidentemente, escondía la información que claramente Hal (y él y Diana) habían supuesto.

Ese hombre elegante sabía de sus identidades como súper héroes.

¡Ese hombre elegante sabía de sus identidades como súper héroes!

—¡Qué mierda! —Murmuró Hal, mientras Diana no parecía sorprendida en lo más mínimo.

—Tal vez deberíamos irnos— Susurró Barry, sintiendo que cada adorno, mesa, silla y sillón en el lugar lo observaba y escuchaba.

Iban a morir, seguro, a manos de un Batman iracundo.

La sensación de ser observado creció.

¡Lo sabía!

Buscó en todas direcciones, hasta toparse con un par de cabecillas de cabello azabache semiocultas detrás de la esquina de una pared.

—Hola— Saludó Diana, poniéndole a él los nervios un poco más de punta (aunque pensó que tal cosa no era posible).

¡Serénate Barry!

Se dijo notando como una de las cabecitas se escondía con más esfuerzo, mientras la otra salía más, adornando el rostro con una sonrisa.

—¿Son los hijos de Batman? — Cuestionó Hal a la alfa, quien se limitó a sonreír. La única cabecita visible sonrió de forma más abierta, dejando de esconder su cuerpo.

—¡Tú eres la Mujer Maravilla! — Exclamó con emoción.

—Eres muy inteligente— Y entonces otro niño apareció, bien escondido detrás del que parecía el mayor, si bien el menor no parecía exteriorizar sus sentimientos en la misma forma en que hacía el niño sonriente, lucía igual o más emocionado al estar en presencia de “La Mujer Maravilla”.

Sin darse cuenta, sus hombros se relajaron y el miedo de perder la vida desapareció.

—¿Ustedes también son súper héroes? —Quiso saber el niño menor, ante lo cual Hal soltó una pequeña carcajada nerviosa.

Diana no era que ocultara (exactamente) su identidad, él y Hal por otra parte, sí.

¿Qué se suponía que les dijeran a los niños?

Y ahí fue que Batman… no, Bruce apareció, con paso refinado y autoritario, vestido demasiado elegante para andar en casa, aunque a la perfección para combinar con tan enorme mansión.

—¡Bruce, Bruce! — Llamaron los niños.

—¡Es la Mujer Maravilla! —Gritó el menor, sin verse ni un poco como el niño tímido que él había creído.

Barry (fingiendo que el miedo no era una emoción real) se permitió ver a Bat… a Bruce, vio la forma en que sus ojos se notaban amables y la casi sonrisa en su rostro.

Batman claramente amaba a esos niños. Bruce claramente amaba a sus hijos.

—Creo que ellos son súper héroes también— Afirmó el niño mayor. Y la mirada amable y la casi sonrisa desaparecieron, para mirarlos a ellos con rostro severo.

¡Qué alguien los salvara!

Bruce sonrió repentinamente (cosa que solo le generó un escalofrío).

—Pero claro, son Flash y Linterna verde— Explicó apuntando en dirección a cada uno, al tiempo que decía sus identidades como súper héroes.

Esperaba que solo ese fuera el precio que pagar por aparecer en casa de Batman sin avisar.

Las miradas de emoción de los menores se acentuaron, para que ambos soltaran un ruidillo que no podría pasar por ninguna palabra que Barry conociera, mientras brincaban tomados de la mano.

—No nos dijiste que la Liga de la Justicia vendría a visitarnos— Dijo el niño menor en tono demandante.

—Bueno, para ser sincero, yo tampoco sabía que vendrían de visita—

Oh, Barry no podía ni tragar saliva sin sentir que sería al menos regañado por ello.

—¡Oh!, ¿La Liga de la Justicia tuvo una urgencia que hizo que tuvieran que venir con sus identidades secretas y no como súper héroes? — Cuestionó el pequeño mayor.

—No— Contestó Hal, casi sonando como si quisiera que aquello fuera real.

—Sólo decidimos venir a pasar un rato con ustedes, porque todos somos amigos— Explicó la mujer con una enorme sonrisa. —¿Dónde está Kal-El? —Notó como ambos menores fruncían el ceño en confusión, al tiempo que él lo hacía.

¿Cómo que dónde estaba Kal-El?

Esperen, esperen, pónganle pausa a esta cosa… ¿¡Superman vivía con Batman!?

¿¡Cómo se atrevían a decirles que no estaban saliendo!?

—Bruce— Llamó el niño menor. —¿Quién es Kal-El? —

Ah, caray… ¿Los niños no conocían a Superman?

Ya no entendía nada.

—Clark— Contestó Bruce de inmediato. —Diana, La Mujer Maravilla, está hablando de Clark, ese es su nombre kryptoniano—

—Kryp-to-nia-no— Repitió el menor con lentitud, remarcando sílaba por sílaba, Barry entendía, era una palabra muy larga y complicada. —¿Puedo tener uno yo también? —

—¡Yo también quiero un nombre kryptoniano! —

—Ustedes no son Kryptonianos— Y los menores los atacaron con adorables pucheros.

¡Esos niños eran encantadores!

—¿Entonces no podemos? — Cuestionó el niño mayor.

—Pueden preguntarle a Clark, si quieren— Y finalmente, posterior a la explicación Bruce se centró nuevamente en ellos. —Clark está trabajando—

—Sí, dijo que hoy llegaría más tarde— Explicó el niño menor, pareciendo recordar de golpe que él era alguien vergonzoso y escondiéndose de inmediato detrás de Bruce.

¿Ósea que Superman sí vivía en esta mansión?

¡Oh!, debió hacer más preguntas antes de venir, ahora temía que cualquier pregunta que saliera de su boca haría enojar a Batman y tenía tantas dudas.

—Serviré café, té y galletas en el comedor, Amo Bruce— Informó el mayordomo apareciendo de la nada (al menos es lo que le pareció a él y a Hal por el casi gritillo que soltó su mejor amigo).

—Pero íbamos a hacer picnic en el patio— Dijo el niño mayor con un toquecillo de decepción.

—Sí, pero…— Trató de contestar Bruce, siendo al instante interrumpido por Diana.

—No nos molestaría hacer picnic con ustedes, podemos esperar a Kal-El todos juntos—

—¿Sí podemos Bruce? — Los niños se veían nuevamente emocionados. Bruce los miró con infinita seriedad. La Mujer Maravilla ni se inmutó. Él quería salir corriendo.

—Claro— Contestó.

—Prepararé la canasta entonces— Habló el mayordomo. —Joven Richard, joven Jason, me temo que no he escuchado que se presenten de forma correcta ante nuestros invitados— Ambos niños abrieron la boca haciendo una “o” perfecta.

Diana miró a los niños que, entretenidos, le mostraban a Flash y Linterna verde las piruetas semi coordinadas que podían hacer, mientras alfa y beta aplaudían emocionados, haciendo peticiones sobre nuevos movimientos que el niño mayor (Dick) hacía fácilmente, mientras el niño menor (Jason) lo intentaba, logrando éxitos a medias, era un guerrero valiente y decidido, solo necesitaba más entrenamiento.

Sonrió un poco más aceptando que la insistente mirada de Bruce no desaparecería.

—¿Por qué vinieron? —

—Ya te lo dije, queríamos pasar un buen rato con la familia Wayne— Se encargó de hacer una pausa dramática.  —Y Kal-El— Estaba retorciendo los nervios de Bruce. Se estaba divirtiendo tanto (Probablemente Steve no aprobaría esto). —No consideré que esto fuera problemático, todos conocemos tu identidad secreta, tú conoces la identidad secreta de todos, la localización de tu mansión no es un secreto, venir a tu casa no lo considero como algo perjudicial— Explicó ella, desechando cualquier comentario en contra que podría lanzarle Batman, para hacer su sonrisa desaparecer y hablar con seriedad—Lo cierto es que estaba preocupada de que algo hubiera pasado—

—¿A qué te refieres? —

—Vimos unas fotos… muy interesantes— Bruce lució como si supiera exactamente de las fotos de las que ella hablaba y frunció el ceño con más empeño. —Solo quería asegurarme de que no tuvieran ningún problema que los estuviera haciendo continuar con la farsa de ustedes dos saliendo— Y lo que decía era verdad, si bien había venido con la idea de molestar a sus amigos, también había estado honestamente preocupada. —Sé que a Luthor le fue rechazada su petición de libertad bajo fianza, pero creí que tal vez algo más había ocurrido y bueno con lo que pasó en la última misión con Kal-El sin aparecer y como los dos son unos cabezones pensé que no habían querido pedir nuestra ayuda—

El ceño fruncido de Bruce desapareció, al igual que lo tenso de sus hombros.

—Todo está bien— Contestó su compañero de equipo, para después centrar su atención en sus hijos, Barry y Hal. Y una respuesta así tal vez podía hacerla creer que si “todo estaba bien” entonces Bruce había besado a Kal-El porque había… querido, una repuesta así por parte de Kal-El le habría dejado las cosas muy en claro, ellos estaban saliendo, pero tal respuesta viniendo de Bruce, solo dejaba más preguntas nuevas siendo formuladas.

—¿Las fotos? —

—Fotos tomadas en ángulos correctos para vender—

Por eso quería a Kal-El aquí y ahora, ese alfa sucumbía fácilmente ante la presión que ella imponía, Bruce… Bruce no.

—Así que… ¿Cómo han estado Kal-El y tú? — Dijo, sabiendo que Bruce captaría exactamente a lo que ella se refería.

¿Están saliendo?

—Bien— Decidió contestar con sequedad, obviamente. Diana no se permitió rodar los ojos.

—Se nota que Dick y Jason lo estiman mucho—

—Así es Clark—

Sí, no era que esperara otra clase de respuesta de Bruce.

—Muy bien, dama y caballero, están a punto de presenciar una de las peleas del siglo, entre El increíble Barry y el poderoso Grayson— El niño mayor rio un poco al tiempo que Jason soltaba un gritillo de apoyo hacia su hermano mayor.

Flash, sonriente, adquirió una pose de pelea (necesitaba entrenamiento, pensó ella en modo Amazona) y entonces Dick dejo de saludar y agradecer los aplausos que ella y Bruce ofrecieron, para adquirir una expresión seria muy parecida a la de Bruce modo Batman (o modo habitual, la verdad), colocándose en una pose de combate mucho más estable y funcional que la de muchos “Guerreros especializados”.

Miró a Bruce sorprendida, quien solo se limitó a regresarle la mirada escasos segundos, para volver su atención a “Una de las peleas del siglo”. Ni bien Hal dio por iniciada la pelea, Dick se abalanzó contra Barry, el cual únicamente atinó a soltar un ruidillo de sorpresa, logrando a duras penas defenderse de los certeros ataques que estaba recibiendo, Diana no dudaba que con ayuda de su súper velocidad Barry sería capaz de terminar la batalla en segundos, pero sin ella (porque probablemente había prometido no usar su habilidad), ese niño que ni siquiera había cumplido los 11 años le estaba dando una paliza.

Barry tenía fuerza, pero el niño sabía perfectamente que la fuerza no era lo que lo haría ganar, si no su peso ligero y su agilidad, destrezas que alguien se había encargado de remarcarle que debía usar, además de que “Alguien” se había encargado de explicarle perfectamente cómo usarlas a su favor. Rápidamente el niño se hincó en el suelo, barriendo la pierna contra el piso al tiempo que se giraba, logrando que gracias al acúmulo de suficiente energía cinética y conociendo a la perfección el punto exacto que al golpear haría a un adulto como Barry caer…

Lo había hecho.

Barry había caído estrepitosamente sobre su trasero, mientras el niño se paraba victorioso con una pose digna de Batman, Diana casi podía ver la capa ondeante a sus espaldas.

—Eh…¡E-el ganador es el poderoso Grayson! — Gritó Jordan tratando de componerse de la impresión, mientras Jason corría a abrazarse a su hermano, para que comenzaran a festejar juntos.

Ella, junto con Flash y Linterna verde, centraron su atención en Bruce, quien se permitió una muy discreta sonrisa orgullosa.

No había necesidad de preguntar si esos pequeños estaban siendo entrenados.

—Por un momento creí que Alfred estaba bromendo cuando me dijo que estaban aquí— Se dejó escuchar, de voz de Kal-El, que salía al patio, caminando con tranquilidad y seguridad, como si este también fuera su hogar (que lo cierto es que lo era, eso Diana lo sabía muy bien). —Hola— Saludó sonriente y relajado.

—Hola— Dijo Barry aún desde el suelo, el cual en definitiva no podía creer que realmente Superman había llegado a la mansión Wayne como si nada, Hal solo alzó la mano en son de saludo, como si no tuviera la energía ni siquiera para moverla, pues toda estaba concentrada en no tener un colapso nervioso y Bruce únicamente veía a su mejor amigo como si fuera lo más normal del mundo presenciar su llegada y escucharlo hablar sobre el mayordomo como si estos fueran amigos cercanos.

Los niños de inmediato corrieron hasta Clark, abrazándose a él al mismo tiempo.

—Clark, Clark, ¿ya viste? — Exclamó Jason.

—Vinieron la Mujer Maravilla y Linterna verde—Aportó Dick.

—Y Flash— Continuó el menor lo dicho por el otro.

—¡Le gané a Flash en una pelea! —

—¡Estuvo genial, te lo perdiste! —

—La señorita Prince dijo que tienes un nombre Kryptoniano—

—¿Podemos tener un nombre Kryp-to-nia-no también? — Kal-El estaba siendo atacado violentamente con preguntas, pero se veía en calma total, como si ya estuviera costumbrado a esto.

—Dick, Jason, ni siquiera han dejado que Clark termine de llegar, ni le han permitido saludar adecuadamente a nuestros invitados, más tarde pueden preguntarle todo lo que quieran, ahora debemos atender a los invitados, ¿de acuerdo? — Los niños miraron a Bruce, luego al sonriente Kal-El, para finalmente hacer un muy discreto pucherito y cortar el abrazo.

—Ok— Dijeron con un toquecillo de decepción.

Y toda aquella acción había sido tan… hogareña, ¿en qué momento sus compañeros de equipo se habían vuelto una familia?

Kal-El terminó de llegar hasta ellos, sentándose sobre la “sábana de picnic” (como la habían llamado los menores) justo entre el espacio que había entre ella y Bruce.

—¿Sándwich? — Cuestionó Bruce en tono bajo. Clark asintió.

—Yo lo agarro, ¿están en la canasta? — Bruce asintió en respuesta.

Diana ya ni siquiera necesitaba preguntar si estaban saliendo, ¡lo había confirmado!

Flash y Linterna verde se acercaron a sentarse de forma civilizada, siendo imitados por los niños, que sonrieron felices (uno sentándose junto a ella y el otro sentándose junto a Hal).

—¿Por qué vinieron?, no me dijiste que vendrían— Dijo pasando de verlos a ellos a ver a Bruce.

—A mí tampoco me dijeron que vendrían— Bruce aun se notaba un poco molesto por el hecho.

—Oh—

—Solo queríamos pasar el rato con ustedes, conocer a Dick y Jason…— Kal-El la miró con atención para luego mirar las sonrisillas nerviosas que les ofrecían Hal y Barry, mientras asentían torpemente, todo adornado con las risillas alegres de los niños.

Pero no se necesitaba ser Batman para sospechar.

—Ok— Dijo por respuesta.

—¿Sí? — Contestó Bruce su celular, ni bien este comenzó a sonar. —Permítame un momento— Solicitó, poniéndose de pie. —Disculpen— Dijo para alejarse en dirección al interior de la mansión y de inmediato Diana aprovechó su oportunidad, sentándose más cerca de Kal-El que se entretenía dando ánimos a Jason, mientras peleaba contra Hal (pelea que comenzó como algo serio pero que actualmente se había convertido más en un juego de lanzarse sobre Hal y atacarlo con cosquillas).

—¡Las costillas flotantes, Jason! — Animaba el niño mayor.

—¡Sí, las costillas flotantes! — Exclamaba Barry en apoyo a lo dicho por el niño (pareciendo haber olvidado por completo la verdadera razón por la que habían venido).

Kal-El era un guerrero, después de todo, así que reconoció de inmediato el peligro inminente, tensándose un poco y viéndola con un poquito de miedo.

—Kal-El, ¿Cómo has estado? —

—Diana, por favor, solo has la pregunta que realmente quieres hacer— Se permitió sonreír complacida.

—Tú y Bruce están saliendo, ¿verdad? —

—Eh…— Esa era su respuesta, ahí estaba, simple y al punto; anteriormente, Kal-El siempre brincaba exclamando con voz aguda que “Bruce y él no estaban saliendo” y ahora aquí estaban.

Pero claro que no se iba a conformar con una verdad “dicha” a medias (incluso si le había dejado las cosas muy en claro).

—Barry, Hal y yo vimos unas fotos muy interesantes en una revista— Kal-El desvió un poquito la mirada. —Sabes de las fotos de las que hablo— No necesitaba preguntar. —Esas en las que Bruce está besan…—

-Sí, sé de las fotos de las que hablas— Kal-El estaba adquiriendo más y más color en el rostro. —¿Flash y Linterna verde…? —

—Las vieron, sí—

—Por eso vinieron, para poder preguntar…—

—La verdad estaba algo preocupada de que estuviera pasando algo que los estuviera haciendo seguir fingiendo— Eso pareció calmar un poco los nervios de Kal-El, quien volvió a poner su atención en sus… casi… hijos (aunque bien podía quitar el “casi” sin ningún problema). —¿Le dijiste a Bruce que lo a…? —

—Sí— Dijo el hombre sin dejarla terminar.

—¿Y Bruce? — Kal-El trató de tragarse su sonrisa, al tiempo que asentía torpemente. Ella sintió como si lentamente un globo fuera inflado en su interior, hasta no poder controlar el tono alto y emocionado con el que sus siguientes palabras salieron. —¡Oh, Kal-El! — Y se abrazó al hombre con fuerza. —Estoy tan feliz por…— Se apartó al sentir la presencia de Bruce que la miraba pareciendo querer lucir confundido, pero como si supiera exactamente lo que había pasado.

Ella soltó una risilla un poquillo desquiciada y corrió a abrazar al hombre, que no respondió de otra forma que no fuera ponerse tenso.

—¡Sí, lo sabía! — Exclamó Barry, mientras ella alcanzaba a ver a Hal con los brazos alzados en son de victoria al momento de girarse hacia sus compañeros de fechoría, al romper el abrazo (unilateral) con Bruce.

Barry se paró junto a Clark, haciendo uso de su súper velocidad, dándole unas palmaditas en la espalda.

—Felicidades, hombre— Hal bajo las manos, dando un aplauso a la altura de su pecho para apuntar en dirección a Kal-El.

—Felicidades y gracias— Los niños corrieron a abrazar a “sus padres”, Dick abrazó a Kal-El y Jason a Bruce.

—¿Por qué los estamos felicitando? — Preguntó Jason y ella quedó sorprendida; ¿los niños no sabían?

Bruce los amenazó a cada uno con una corta y gélida mirada.

—Sí, ¿por qué? — Quiso saber Dick.

—P-porque estamos muy felices de que… C-Clark viva con ustedes— Explicó Hal, salvando el momento.

—¡Nosotros también estamos muy felices! — Afirmó el niño mayor.

—Pero nos gustaría que Clark y Bruce fueran novios, así seríamos más felices— Aportó el niño menor, congelándole la sonrisa a todos.

—Si ya duermen juntos siempre, ¿Qué les cuesta ser novios? —Agregó el niño mayor.

Clark fue el único que se permitió soltar una risa nerviosa.

—Amo Bruce, ¿necesito saber por qué el señor Kent se ve como un cachorro regañado? — Bruce miró a Alfred desde su posición frente a la computadora de la Baticueva y con brazos cruzados.

Soltó una sonora exhalación.

Era su culpa.

—Le dijo a Flash, Linterna Verde y la Mujer Maravilla que estamos saliendo—

—Y eso lo molestó—

—No… no sé—

—¿No quería que el señor Kent se los dijera? —

—No es… primero, no tenemos por qué decirle nada a los miembros de la Liga—

Ok, tal vez a Diana.

—Pero no es eso—

—¿Entonces que es lo que le molestó? — Un largo suspiró se le escapo, provocándole un pequeño dolor en lo profundo del pecho.

—No me molestó, es que… decirlo lo hace más… real—

Algo real, con un principio… y un final.

—Pero claro que esto es algo real, amo Bruce, ¿Acaso no quiere que sea algo real? —

—No, no es… es que… no puedo prometerle que lo voy a hacer feliz siempre, no puedo prometerle que no voy a lastimarlo, no puedo prometerle que lo voy a amar de la forma en que merece, no puedo prometerle que voy a estar con él por siempre, que esto no va a tener un final—

Justo como Clark no podía prometerle, asegurarle que iba a sentir lo mismo por Bruce, que no se iba a cansar de él y su nula capacidad de expresarse, su retorcida forma de amar, su falta de… normalidad.

—¡Claro que no puede prometer cosas así, Amo Bruce!, nadie puede, el señor Kent no puede prometerle esas cosas tampoco— Afirmó Alfred sintiendo como lo rompía un poco. —Amo Bruce, amar no se trata de prometer cosas y decir que las cumpliremos siempre, amar se trata del ahora, no pensar en lo que podemos obtener después, es disfrutar del presente, disfrutar del hecho de que el señor Kent lo ama ahora, y quiere estar con usted ahora. Amar a alguien es dar un salto de fe, eso es todo—

¿De verdad podía permitirse tener a Clark?

Maldita sea él y su poca capacidad de retener información cuando lo veían con detenimiento.

¿Era un chismoso?

Dios, ¡Era un chismoso!

Nadie quiere a los chismosos, ¿Bruce rompería con él ahora?

¿Por qué no podía mantener su bocota (y todo su lenguaje corporal) a raya?

—¿Clark? — Llamó Bruce, al tiempo que entraba a la habitación (que hacía algo de tiempo había sido destinada para él y que al final solo había utilizado una noche). —¿Qué haces aquí? —

—Yo…lo siento mucho Bruce, no quise decir…—

—No, está bien—

—No, no está bien, porque…—

—No tienes que disculparte por eso, yo soy el que debe disculparse contigo— Clark estaba confundido.

—¿Eh? —

—Te hice sentir como si no debieras decirle a nadie que estamos saliendo— Era la primera vez que Bruce lo decía en voz alta.

Era la primera vez que Bruce decía que “estaban saliendo”.

—No, está bien, no teníamos que decirle a nadie, acabamos de comenzar a salir, es algo normal de hacer y…—

—Aún así, no debí hacerte sentir de esa forma— Clark se permitió sonreír ante lo avergonzado y preocupado que estaba Bruce, porque el hombre que amaba (y que lo amaba) estaba preocupado por haberlo hecho sentir mal. —Perdón por ignorar las preguntas de Diana sobre si estábamos saliendo y por negar que te estaba besando en esas fotos—

Eso era algo que Clark no sabía que había pasado, pero Bruce no necesitaba disculparse. Clark ya lo había disculpado hasta por lo que no se enteraba.

—No me molestó no decirle a nadie, Bruce, estoy de acuerdo en que era algo que debíamos hacer con calma— Se permitió decir con una pequeña sonrisa. —Sobre lo de Diana, no era mi plan decirle, es que ella… pues ella sabía desde antes que te amo y fue muy sencillo para ella llegar a la conclusión de que nuestra relación había avanzado después de ver esas fotos del parque, no quise decirle— Explicó sin sonrisa en el rostro y sintiendo su voz un poco entrecortada por el nerviosismo.

—Esta bien, no es que sea algo malo— Clark permitió que una sonrisa tímida se apoderara de su rostro nuevamente. —Pero estaba pensando que, si esos tres ya lo saben, entonces es mejor que les digamos a Dick y Jason también—

—¿Cómo a-ahora? —

—Sí, ahora—

—Oh—

—O podemos esperar más t…—

—No, no, está bien ahora—

—Vamos con ellos, entonces— Concluyó Bruce iniciando el camino fuera de la habitación. —¿Y qué hacías aquí? — Clark no estaba seguro de querer decirle que creyó que Bruce no lo dejaría dormir con él esta noche.

—Nada… ¡oh!, ¿Bruce? — Su mente, deseosa de no querer pensar en la vergüenza que podía haber pasado, decidió cambiar de tema. —¿Puedo mencionárselo a mis padres? — Cuestionó, deteniendo el andar de Bruce.

—¿Tus padres? —

—Sí, bueno es que ellos creen que estamos fingiendo salir, desde lo de la Gala, fue lo que les dije, pero ahora, ¿puedo decirles? — Bruce guardó silencio más tiempo del necesario. —O no, si no quieres puedo no…—

—Sí, está bien, puedes decirles. No tienes que pedirme permiso Clark— Y él se permitió sonreír admirando el color en las mejillas de Bruce, se permitió tomar una de las manos de Bruce, entrelazándola con la propia.

—Solo no quiero hacer nada que te incomode—

—Tú no…— Bruce suspiró. —Gracias Clark— Y Bruce se estiró un poco, hasta lograr besarlo en los labios (Clark ya estaba aprendiendo a reconocer la señal de “Prepárate que vas a ser besado”). —Te Amo— Le dijeron justo sobre sus labios.

—Yo también te amo, Bruce— Y en ese momento una idea aterradora llegó a su cabeza. —¿Crees que Dick y Jason me acepten como tu pareja? — Cuestionó a Bruce, que lo miró con confusión.

—¿Qué? — Le respondió su amado para soltar una carcajada.

Bruce tomó aire profundamente (por la nariz y de forma discreta) para entrar a la habitación de Dick, siendo seguido por Clark.

Encontrando a Dick jugando con la Tablet a la que ya ni siquiera se habían molestado en reemplazarle la rota pantalla, mientras Jason movía brazos y piernas de una figura de acción de la cual Bruce no podía recordar el nombre en ese momento.

Al verlo entrar los menores se acomodaron de inmediato en la cama tapándose hasta los hombros, sonriendo felices.

¿De verdad quería hacer esto?

Miró a Clark caminar con naturalidad hasta el lado de la cama donde estaba Jason, (el más alejado de la puerta), sentándose en el espacio libre y dejando unas cuantas cosquillas sobre las pancitas infantiles, haciendo a los niños removerse, al tiempo que trataban de protegerse sin mucho ahínco.

Sí quiero.

Se sentó en el borde de la cama (del lado de Dick) y removió el cabello de ambos niños, haciéndolos soltar unas cuantas risillas, acomodando después las cobijas de forma correcta.

—Clark y yo queremos decirles algo— Sus hijos lo miraron con atención. —Clark me pidió que saliera con él—

Ahí, lo había dicho.

—¿A dónde? —

—¿De dónde? — Preguntaron los menores a la vez y Bruce no estaba seguro de quien había dicho qué cosa.

Clark trató de esconder su risa y él solo pudo culparse a sí mismo por hablar tan descuidadamente (esperaba que Alfred no hubiera escuchado nada, aunque no creía contar con esa suerte).

—Quise decir que Clark me pidió que fuera su novio—

Dick lo miró a él y luego a Clark y de nuevo a él. Jason se miró sus propias manos, como si fuera a hacer unos cuantos cálculos, para alzar el rostro de golpe.

—¿¡Son novios!? —

—Bue… sí—

—Como… como, Jason, ¡Superman y Batman son novios! — Su pobre Jason solo estaba ahí con las manos hechas puños y puestas a nivel de su boca, como si no supiera que más hacer con la emoción que su hermano era tan bueno en exteriorizar.

—Entonces… entonces Clark no se va a ir y va a seguir viviendo con nosotros siempre — Oh, no habían hablado de eso.

—Por ahora y todo el tiempo que Clark quiera—

Que nos quiera.

—¡Eso es increíble! — Gritó Dick, haciendo reír a Jason, escuchándose los pasos apresurados de Alfred que entró por la puerta con un poco de temor reflejado en el rostro.

—¡Joven Richard!, ¿Por qué está gritando como si hubiera perdido la cabeza? —

—¡Clark y Bruce son novios! — Informó Jason y desde hacía ya mucho tiempo, Bruce no había presenciado una honesta mirada de sorpresa en Alfred, no, no era que Alfred estuviera sorprendido por el hecho de Clark y él saliendo, estaba sorprendido por el hecho de que se lo habían contado a los menores.

—Habrá que celebrar, ¿cierto?, ¿Qué les parece un pastel Red Velvet? —

—¡Sí! —Accedió Jason.

—¿Se van a vincular? — Cuestionó Dick de repente.

—¿Q-qué libro vamos a leer hoy? — Exclamó él, fingiendo que su voz no salió un tanto temblorosa.

Bruce no necesitaba esto. Agregar más dilemas a su mente en pánico.

¿Vincularse con Clark?

—Eso salió bien— Le dijo Clark en voz baja una vez que ambos niños se encontraban dormidos cada uno en su respectiva cama, mientras ambos caminaban hacia la habitación que compartían.

Bruce se detuvo de golpe, notando como Clark lo miraba con una pequeña arruga entre las cejas, evidentemente preocupado.

Vincularse implicaba estar con Clark el resto de su vida.

Dormir con él resto de su vida.

Compartir comidas, salidas, risas, experiencias…

La gente sabría que eran… familia.

Clark le pertenecería y Bruce le pertenecería a él.

¿Pero en qué estaba pensando?, Clark y él apenas habían comenzado a salir, apenas estaba abrazando la idea de que esta relación podía no ser dolorosa para Clark, si no traerle honesta felicidad (Saltos de fe y todo eso).

Pero lo quiero, lo quiero como mi alfa.

—¿Bruce? — Llamó Clark, colocando una mano en su hombro.

Nunca había amado tanto a alguien.

—Sí, creo que salió bien—

Pero no estoy listo para eso.

—Hicieron preguntas sobre cosas de las que ni siquiera hemos hablado—

—Bueno…— Clark masajeó su propia nuca, viendo un momento al suelo. —Sí— Alzó la mirada con convicción. —Pero tenemos tiempo—

—¿Tiempo? —

—Para hablar de a donde queremos llevar esta relación en el futuro, por ahora voy a disfrutar que te amo, que me amas y que dijiste que sí cuando te pedí salir conmigo— Dijo riéndose un poco, probablemente recordando a Dick y Jason preguntar “a dónde” y “de dónde”.

Clark controló su risa, para simplemente sonreírle, de esa forma extraña que había comenzado a hacer recientemente, como si Bruce fuera increíble y Clark quisiera abrazarlo y de repente se diera cuenta de que podía hacerlo.

El hombre que amaba se inclinó y lo besó.

Esa era la primera vez que Clark lo besaba por decisión propia, sin pedir permiso antes.

Bruce sonrió en el beso.

Tenían tiempo.

Extra:

Diana observó a Kal-El, el alfa fingía que toda su atención estaba en la pantalla de la computadora, obviamente no.

—¿Cómo están las cosas con Batman? — Preguntó ella, esperando que la pregunta no fuera muy incomodante, pero lo cierto era que esos dos la preocupaban, la ultima vez que vio a Batman, este se había visto bastante afectado por lo que había pasado con Kal-El y este último, ni qué decir, se veía muchísimo más afectado.

Pero ahora aquí estaba, relajado y en calma.

—Bien— Y entonces Kal-El, sin necesidad de que ella lo solicitara, explotó. —En realidad no, m-mi biología kryptoniana complicó todo— Explicó el hombre dejando caer la cabeza sobre sus manos.

—¿A qué te refieres? —

—La… — Kal-El tragó saliva como si estuviera tragando navajas de un solo filo. —La mordida inició en mí un proceso que Bruce tradujo como vinculación emocional, para los kryptonianos había diferentes etapas para lograr una vinculación completa entre un alfa y un omega y esa era la primera— Diana abrió los ojos con sorpresa.

—Bruce y tú están…—

—Solo yo, solo yo soy kryptoniano así que solo yo sufro de los efectos de la vinculación emocional—

—¿Qué son…? —

—Tengo que estar la mayor parte del tiempo con Bruce o mi cuerpo comienza a colapsar, ¡Es tan divertido ser mi amigo! —Concluyó con sarcasmo.

—¿Qué ha dicho Bruce de todo esto? —

—Bruce— Clark pasó una mano, con un toquecillo de desesperación, por su cabello despeinándolo. Una sonrisa discreta se instaló en su rostro. —Bruce ha sido muy bueno conmigo, ha sido muy comprensivo, siempre logrando que no me desespere con todo lo que está pasando—

—Él te ama—

—¡Diana! —

—Lo siento, solo quería hacer que te relajaras—

Aunque ella creía en aquellas palabras honestamente. Bruce amaba a Kal-El.

—¿Cómo haces con el hecho de que tienes que pasar tiempo con él? —

—Me permitió quedarme en su casa— Diana sonrió de forma pícara (incluso ella debía admitirlo). —Por ahora no debes decirle que lo amas, podría pensar que solo es por la vinculación emocional, pero el momento correcto llegará y más vale que lo aproveches, Kal-El— Su compañero alfa suspiró.

A veces la realidad era mucho más extraña que esas películas románticas que había visto con Steve.

Notas finales:

Muchas gracias por leer.


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