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Cariño, por favor, sé real por Eza-chan

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Notas del capitulo:

Ni Superman ni Batman me pertenecen

Tampoco La profecía.

Yo nada más quiero decir algo… ¿Por qué Robert Pattinson?

XD

 

 

La voz agitada de Bruce comenzó a aumentar su volumen en coordinación con el aumento de la velocidad con la que Clark bombeaba su mano sobre el miembro de este, mientras su pene se movía en el interior de su omega.

Con su mano libre obligó a Bruce a girar el rostro uniendo sus labios, porque lo cierto era que amaba acallar sus gemidos de esa forma.

Dobló ligeramente sus rodillas lo que le permitió alcanzar un punto más profundo en el interior de Bruce, percibiendo la forma en que las piernas de su omega dejaron de poder sostener su peso del todo, por lo que dejó de estimular el pene de Bruce y de obligarlo a girar el rostro, liberando sus brazos para envolver el cuerpo de su compañero vinculado (una mano justo por debajo del abultado abdomen y la otra donde nacía el mismo).

Aumentó la velocidad de sus movimientos, sintiendo el aumento de su excitación al momento en que su omega se encogió ligeramente, aferrándose al brazo que mantenía por debajo de su pecho, inclinando la cabeza, pegando su boca contra la piel de este, buscando no hacer demasiado ruido, permitiéndole aún así escuchar los gemidos amortiguados.

Tuvo que cerrar los ojos al momento de llegar a su orgasmo, sintiendo a su omega lograr el máximo placer justo cuando el estaba ya descendiendo del suyo.

Aún con la respiración agitada y disfrutando del escalofrío placentero posterior y del leve sopor, salió del interior de su pareja, colocándole repetidos besos en esa zona detrás de la oreja que le estaba provocando a Bruce estremecimientos una y otra vez.

Una vez que sintió que su omega podía sostenerse medianamente por él mismo, procedió a limpiar su cuerpo correctamente, cuando consideró que había terminado, pegó un poco más su cuerpo al de Bruce, bajando una mano por el costado derecho de su omega, hasta plantarse sobre la cadera del mismo lado, atento a cualquier movimiento que pudiera hacerle creer que su compañero vinculado podía llegar a perder el equilibrio.

Clark estaba preparado y creía que ya se había acostumbrado a esa especie de temblor y gritos desgarradores que le parecía que producía su alfa al padecer de la protección fisiológica, pero no, siempre terminaba sorprendiéndose a sí mismo ante la necesidad de estar constantemente con Bruce, la necesidad de asegurarse de que estuviera bien, de la forma en que su alfa interno se retorcía incómodamente cuando imaginaban a su omega realizando una acción tan cotidiana como bañarse, sabiendo que incluso realizando aquello podía llegar a herirse.

Era por eso por lo que, desde la marca del inicio del tercer trimestre, siempre se bañaban juntos, acción que Clark confirmaba que tanto él como su compañero vinculado disfrutaban intensamente, porque era un momento íntimo, porque podía estar muy cerca de su desnuda pareja y porque bañarse juntos siempre conllevaba sexo, antes, durante o después.

Cerró la regadera y estiró una mano para tomar una de las toallas que habían dejado cerca, envolviendo a Bruce con ella y ayudándolo a salir de la ducha, para quedarse parados en medio del baño, mientras él comenzaba con movimientos suaves para ayudarlo a secarse.

Bruce terminó liberando sus brazos, tomando la otra toalla cercana, pasándola por los hombros de Clark, pegándose tanto a él que terminó presionando su vientre contra el abdomen de él.

Un escalofrío lo recorrió ante el contacto.

—Sécate tú también— Le dijo iniciando con movimientos parecidos a los de Clark, ayudándolo a secarse.

—Está bien, sabes que yo no me enfermo—

—¿Es usted como Superman? — Preguntó Bruce sin dejar de hacer movimientos para que la toalla absorbiera el agua que le había estado cubriendo la piel a Clark. Decidió que guiñaría un ojo y se sonrojaría al mismo tiempo.

Bruce soltó una suave risa, para besarlo en los labios.

Recientemente Clark se había dado a la tarea de siempre cambiarse con uso de su super velocidad para poder ayudar a Bruce, porque claro que su alfa interno se ponía histérico de solo imaginarse a su omega teniendo dificultades a la hora de ponerse pantalones, era demasiado esfuerzo físico y demasiado el riesgo de caída (podía ser que también fuera la parte racional de su cerebro la que se ponía histérica).

Ayudó a que Bruce metiera una pierna dentro del pantalón del pijama y luego la otra, para sostenerlo mientras su pareja colocaba el pantalón a la altura correcta de su cintura y sobre su vientre.

—Me vas a volver inútil— Comentó su compañero rascando ligeramente su abdomen recién cubierto por una camisa grande y floja a la vez que se acomodaba lenta y dificultosamente sobre la cama y los montones de almohadas que le permitían quedar semisentado, mientras él iba por el aceite que ayudaba a Bruce a no rascarse como si la vida se le fuera en ello (dejando la piel irritada y lastimada).

Clark encogió los hombros colocándose bastante aceite en una mano, alzando la camisa que Bruce portaba poniéndola hasta el inicio de su pecho.

Esparció el aceite correctamente entre sus manos, para luego esparcirlo por el vientre de su omega, sintiendo los movimientos tranquilos de sus bebés, permitiéndose pensar que lo estaban saludando.

—Crees que no me he dado cuenta, pero sé que usas lo de ponerme aceite para manosearme— Dijo Bruce sin mucha energía en la voz, pero aún así luciendo como si tuviera muchas ganas de platicar con él.

Clark rio un poco.

—No necesito el aceite— Bruce lució un poco confundido. —Para manosearte quiero decir— Bruce soltó una carcajada corta, porque probablemente no esperaba que él dijera esa palabra.

—Cierto, que tonto fui— Decidió responder besándolo en los labios, colocándose sobre él, manteniendo su peso lejos de Bruce. —Ya ensuciaste tu pijama otra vez— Le dijo Bruce ni bien el beso termino, apuntando a la camisa del pijama de Clark con manchas de aceite, porque siempre terminaba rozándose con el vientre de su amado.

Se encogió de hombros, sentándose a la altura de los pies de Bruce, logrando colocarlos sobre su regazo, iniciando un masaje lento y firme.

—No hagas eso, vamos a dormir ya, debes estar cansado— Podía ser que sí, pero como él no estaba usando su cuerpo para proteger y ayudar a crecer a dos bebés, mientras ofrecía sus nutrientes sin ninguna reserva, le sonrió a su omega usando un poco más de fuerza y arrebatándole a Bruce un gemidito satisfecho. Sabía que se estaba volviendo bueno en esto.

Suavemente fue notando como cada vez Bruce parpadeaba más lenta y pesadamente, hasta que sus parpados se mantuvieron abajo y su respiración se volvió más profunda.

Decidió continuar un poco más con el masaje, permitiendo a su mente pasearse por pensamientos burdos y unos cuantos más importantes, hasta que un sonidito rítmico llego hasta él, era igual de rítmico que los corazones de sus bebés, pero no era un corazón.

—Mhm— Soltó Bruce en una especie de queja, aunque no como si sintiera dolor, para volver a abrir los ojos, notándolo un poco desorientado, como si ni siquiera estuviera seguro de por qué había despertado.

El sonidito que Clark escuchaba continuó y Bruce dejó de verlo a él para verse el vientre, cuando Clark lo imitó y puso toda su atención en el lugar en que sus bebés descansaban, pudo notar una especie de salto casi imperceptible.

—¿Qué están haciendo? — Cuestionó sin realmente pensar en la forma en que formuló su pregunta.

—Hipo—

—¿Qué? —

—Creo que uno de los bebés tiene hipo— Clark tenía la boca abierta y su atención pasando del rostro de su pareja al ligero salto que presentaba su abdomen.

Los soniditos rítmicos se mantenían.

—Eso… ¿eso es normal? — Preguntó mientras presionaba sus manos la una contra la otra con excesivo uso de su fuerza, Bruce dio un toquecito ligero en una de sus manos, instándolo a entrelazarla con la propia.

—Sí, lo es— Él asintió.

—¿Ya lo habías sentido antes? — Bruce le sonrió negando con la cabeza.

—¿Lo escuchas? —

—¿Eh? —

—El ruido que hace al tener hipo— Sonrió, acomodándose junto a Bruce, besándole antes en la punta de la nariz.

—Sí, lo escucho—

—¿Quién es? —Preguntó Bruce enseguida, dejó una caricia chiquita sobre el rostro de su omega.

—El que su corazón se escucha más como el mío— Bruce volvió a asentir, quitándose las almohadas que lo mantenían medio sentado, para poder acomodarse apropiadamente sobre su costado, encarando a Clark, quien lo ayudó lo más que pudo con todas las acciones llevadas a cabo.

Y ahora ahí acostado cómodamente sobre su cama, con las suaves caricias que su compañero vinculado dejaba sobre su costado, con su instinto alfa adormecido con ayuda del aroma natural de su pareja (que denotaba felicidad y salud), aun percibiendo el hipo de uno de sus hijos, mientras el otro se movía en una clara respuesta ante el incesante actuar de su hermano gemelo, Clark pensó en los hijos que Bruce le dijo que tenían en esa otra realidad, pensó en Damian, el hijo de Bruce y la hija de Ra’s al Ghul y en Jon, el hijo de él y Lois.

Pensó en sus hijos sugiriendo (exigiendo) que uno de sus hermanos se llamara Jonathan, “Jon”.

Colocó una mano sobre el vientre de su pareja, sintiendo con claridad el movimiento.

—¿Crees que son ellos? —

—¿Son ellos?, ¿los que tienen hipo?, pues acabas de decir que…— Clark sabía que tendía a articular mal sus palabras porque se había mal acostumbrado a que Bruce pareciera leerle la mente, pero su compañero vinculado estaba muy cansado en estos momentos como para ponerse a descifrar a lo que él se refería.

—No, me refería a Damian y Jon, nuestros hijos en la otra realidad, ¿crees que nuestros bebés son ellos?, tú también lo pensaste cuando los niños decidieron que llamáramos Jonathan a uno de los bebés, ¿verdad? — Bruce pegó su cuerpo contra el suyo.

—Creo que hay cosas que se repiten en todas las realidades, pero no lo sé Clark, no sé si ellos son nuestros bebés, aunque sí, también lo pensé—

—¿Qué vamos a hacer si nos dicen que quieren llamar Damian a su otro hermano? —

—Eso no va a pasar, van a sugerir nombres como Bulbasaur o Samus— Liberó una risa divertida. Bruce lucía cada vez más despierto.

—Podríamos ponerle Damian nosotros—

—No tenemos que…— Su pareja se interrumpió como si hubiera entendido algo que Clark no había explicado. —Ese nombre te gustó desde el principio, ¿de verdad quieres que le pongamos Damian a nuestro otro bebé? —

¿De verdad lo quería?

Imaginar que los hijos que tenían con otras personas en otra realidad eran suyos aquí, porque en esta realidad Bruce y él estaban vinculados y tenían cuatro bellísimos e inteligentes hijos.

Damian y Jon.

Asintió sonriendo.

—Pero les prometimos a los niños que ellos podrían elegir los nombres de los bebés—

—Tú mismo lo dijiste, no son muy buenos en ello—

—Pues eligieron el nombre de Jonathan por ellos mismos— Clark soltó una nueva risa. —¿Por qué no esperamos a ver si dicen algún otro nombre que te guste? — Negó con la cabeza para esconder el rostro contra el cuello de Bruce decidiendo actuar caprichoso.

—Que se llame Damian— Dijo tajantemente, Bruce rio.

—¿Qué te parece que tenga dos nombres entonces?, Damian y el nombre que los niños elijan— Se apartó del cuello de Bruce para verlo a los ojos.

—Ok—

—Estás muy mimado—

—Es culpa de mi compañero vinculado— Bruce negó con la cabeza, para cerrar los ojos. —¿Les decimos a los niños que ya elegimos nombre? — Bruce soltó una risa sardónica.

—Claro que no—

Tomó aire profundamente y se dijo a sí mismo que podía hacerlo.

Claro que podía, hablarle a Batman por el intercomunicador era casi como si realmente no fuera él, por lo que realmente no se sentía como si estuviera haciendo el ridículo y no se sentía tan avergonzado.

¿Pero qué estaba diciendo?

—No, sí, ya. Voy a hacerlo— Se dijo, dándose ánimos con puños al aire, sentándose correctamente sobre la silla que estaba frente a la enorme computadora de la Atalaya, mientras hacía guardia.

Encendió el intercomunicador, sabiendo que estaba en el canal correcto (el destinado a Batman).

Peleó para tratar de aminorar el chispazo de nerviosismo que volvió a sufrir, porque de todas formas ¿cuántas posibilidades había de que Batman le contestara a la primera?, debía estar muy ocupado con sus hijos y sus bebés y con Superman y con su empresa multimillonaria y con su trabajo en las sombras sin pelear que había estado…

—¿Sí? — Contestó la autoritaria voz del superhéroe.

—¡Batman! — Exclamó sintiendo de inmediato el rostro caliente.

—Shazam— Saludó su interlocutor.

—Hola— Contestó con exceso de entusiasmo (incluso él tenía que aceptarlo), alzando una mano como si realmente el héroe se encontrara frente a él.

De verdad, estaba muy nervioso.

—¿Necesitas algo? — Claro, que tonto, solo había saludado.

—Ah, sí, yo… — No, no, no, su cerebro estaba totalmente en blanco, pero si había practicado, se había aprendido algo para decir de memoria, porque ahora solo…

—¿Tienes algún problema? —

—¡Sí! — Exclamó en un grito. —Digo, no, no es exactamente un problema, pero sí necesito ayuda—

—¿Quieres que Superman te auxilie con algo o necesitas ayuda con algún caso? —

—No, no es…— Sentía el rostro muy caliente. —Ahm… yo quería… es que es un problema más… personal— Logró decir finalmente (creía que esa expresión había estado en su discurso planeado inicial). Batman hizo una pausa que a él le terminó generando más nerviosismo.

—¿Con problema personal te refieres a un problema de Billy? — Terminó diciendo Batman, serio, autoritario, pero amablemente.

Y él suspiró aliviado, porque de verdad había esperado que Batman conociera su identidad secreta.

—Yo… sí—

—No sé que tan útil puedo ser para ayudarte con tu problema, pero…—

—Muy útil, estoy seguro de que muy útil— Dijo interrumpiendo a Batman, encogiéndose sobre sí mismo como si el dolor que sintió al hacer eso fuera más bien físico y no solo emocional, ¿debía disculparse?, ¡Claro que debía disculparse!

Sí, aquí iba su disculpa. Abrió la boca y la voz de Batman lo interrumpió.

—Si crees que puedo ayudarte entonces, está bien por mí— Billy no pudo evitar el generar una sonrisa aliviada.

—¡Gracias! —

—¿Quieres que hablemos de eso ahora? —

—No me siento cómodo hablando así, ¿sería posible que nos viéramos? — Batman generó un silencio algo largo.

Ay no, ay no, ¡Que tonto!, claro que probablemente Batman no querría verlo, había leído que las personas embarazadas se cansaban fácilmente y además de eso Batman tendría a dos bebés y el parto estaba muy cerca y…

—Ok, aunque en estos momentos no es muy cómodo para mí viajar…—

—No, no, yo podría ir a tu casa o… no, está bien, podemos hablar por aquí— Todavía que le iban a hacer el favor de escuchar sus problemas y él salía con su “No me siento cómodo hablando así”, por eso Cyborg lo regañaba tanto.

—No, Shazam, en realidad yo también iba a sugerir que vinieras a Ciudad Gótica— ¿En serio le estaban dando permiso?

—¿En serio puedo ir? —

—Por supuesto, ¿sabes dónde…? —

—¡Claro que sí! — ¿Quién no conocía la mansión Wayne? —Iré mañana después de la escuela, ¿está bien? —

—Está bien—

—Gracias Batman—

—Hola, Soy Billy Batson, tal vez no sepa quién soy, pero Bruce Wayne sí me conoce— Dijo en una especie de ensayo, con el dedo a punto de presionar el intercomunicador colocado en el barandal que protegía los gigantescos terrenos (de la igualmente gigantesca) mansión Wayne. —Suena a algo que diría un estafador, debí haberle llamado por el intercomunicador antes de venir… debí haber llegado como… pues sí—

Debió llegar como Shazam, pero es que se había emocionado porque justo como imaginó, Batman sabía su verdadera identidad y entonces no parecía que hubiera razón para esconderse en el cuerpo adulto de Shazam, podía mostrarse por quién era él en realidad sin pena, sin miedo… cuando estaba en presencia de Batman no sentía que debía ocultar nada de sí mismo.

Ni su edad.

Ni su género secundario.

Pero probablemente no había sido tan buena idea.

Dispuesto a correr a esconderse y transformarse en Shazam, el intercomunicador produjo un pequeño pitidito y la voz de un hombre mayor se dejó escuchar.

Bienvenido joven Batson, le abriré la puerta de inmediato— Fue todo lo que escuchó, para ver el barandal abrirse automáticamente.

—Ahm… ¿dijo mi nombre? — Se cuestionó a sí mismo, iniciando su camino hacia el interior de la mansión, tardó más de lo que pensó que debía ser legal en llegar a la enorme y muy elegante puerta de la mansión, encontrando a un hombre mayor de pie frente a esta.

—Bienvenido joven Batson, el señor Wayne lo está esperando— Dijo el que claramente era un mayordomo, con su uniforme elegante y rostro sin expresiones.

No pudo evitar soltar una risilla medio amortiguada por sus labios.

Billy nunca imaginó que esta clase de personas existirían en la vida real.

—¿Dije algo gracioso? — Billy se paró derecho, acallando su risa.

—No, no, gracias por abrirme el barandal— El mayordomo lo vio atentamente para finalmente abrir la puerta de la mansión. —¿Cómo sabe mi nombre? — El adulto mayor le dedicó una discreta, aunque profunda mirada.

—Sígame, por favor— Así que… así eran todos en la familia de Batman, ¿eh?

Caminó por un pasillo, sin dejar de admirar lo costosos adornos, los vistosos muebles, lo enorme que lucía cada habitación.

Y entonces una infantil voz se comenzó a escuchar.

—¿Visita?, ¿quién viene de visita? —  Cuestionó la vocecita.

—Un… amigo— Billy detuvo su andar de golpe. Estaba seguro de que esa era la voz de Batman y también estaba seguro de haber escuchado claramente que acababan de llamarlo amigo.

¿Se había quedado dormido?

¿Freddy había apagado el despertador otra vez sin que él se diera cuenta?

—¡Es de la Liga de la Justicia! — Exclamó una nueva voz, aunque no creía que lo hubieran dicho como pregunta.

Maldición, sí debió venir como Shazam.

—Yo tengo amigos aparte de mis compañeros de la Liga—

—Entonces… ¿el señor Lucius? — Esta voz sí cuestionó.

—¿La doctora Leslie?, ¿estás enfermo otra vez? —Interrogó una nueva voz con preocupación.

¿Enfermo otra vez? Sabía que no debió obligar a Batman a recibirlo.

—No es Lucius y tampoco la doctora Leslie, no estoy enfermo—

—¿Clark también es tu amigo? — Preguntó una cuarta voz.

—Sí, también es mi amigo—

—Conner, Clark no puede venir de visita porque esta es su casa— Explicó la voz que le parecía más gruñona.

—Joven Batson— Instó el mayordomo y de repente él se vio empujado hacia el interior de la que parecía una elegante sala de estar, acallando las voces a las que ahora podía ponerles rostros, los rostros de unos niños que se encontraban rodeando cómoda, confiada y tranquilamente a un Batman (que en este momento no era Batman si no que era Bruce Wayne) que se encontraba sentado en uno de los sillones del lugar. —Amo Bruce, el joven Batson ha llegado—

Los niños le dedicaron toda su atención.

—Gracias Alfred. Hola Billy— Saludó Batman... Bruce Wayne, con una sonrisa discreta.

Y sí, era un tanto incómodo ser visto tan detenidamente por cuatro pares de ojos, pero lo que atrajo totalmente su atención fue el abultado vientre de Batman.

—¡Oh, tus bebés están…! — Exclamó con manos hacia enfrente dispuesto a correr y acariciarle el abdomen, deteniéndose a sí mismo antes de hacer cualquier cosa más vergonzosa que el grito que acababa de soltar, porque no, eso no estaba bien. Una cosa es que Batman les hubiera dicho a sus hijos que él y Billy eran amigos, pero una muy diferente era que le fuera a permitir acariciarle el vientre.

Se paró derecho y soltó una risilla nerviosa. Los cuatro pares de ojos se mantuvieron en su persona con más ahínco.

—Hola… señor Wayne, Dick, Jason… Conner y Tim, ¿lo dije bien cierto? —

—Nos conoces— Afirmó Tim.

—Sí, bueno ya había conocido a Dick y Jason en… es decir… sí, leo y veo las noticias— Dick lo miró con el ceño fruncido y una sonrisa discreta, Conner lo miró con una sonrisa idéntica a las de Superman y mirando de tanto en tanto a sus hermanos como si quisiera respuestas de ellos (en una versión mucho más evidente de la forma en que Superman veía a Batman durante las reuniones de la Liga), Tim le dedicó una mirada parecida a las que Batman hacía, haciéndolo sentir que no podía ocultarle nada, Jason lo miró con rostro severo.

—Dick, Jason, Conner, Tim, necesito que nos dejen a solas. Billy quiere hablar conmigo en privado— Jason hizo una mueca.

—¿En privado? — Preguntó el alfa mayor entre los presentes.

—Sí, en privado—

—¿Cuándo regresa Clark? — Volvió a cuestionar Jason y él sintió un chispazo de emoción, recordando de golpe que esta era la casa que Batman y Superman compartían, porque eran compañeros vinculados, porque tenían cuatro hijos y muy pronto seis.

—A las 6— Contestó Tim sin dejar de verlo ni un momento y Jason le lanzó una nueva mirada que claramente anunciaba que si le hacía algo a su papá omega lo pagaría caro.

Era… ¡Adorable!, los hijos de Batman y Superman eran tan lindos, era super encantador que intentaran proteger a Batman ni más ni menos.

Conner (que hasta el momento no había dejado su poción sentado junto a Batman) se acercó un poquito más al adulto, pero permitiéndole alcanzar a escuchar sus palabras.

—¿Lo vamos a adoptar? — Susurró y él decidió responder de inmediato.

—Oh, no, yo ya fui adoptado, soy feliz con mi familia adoptiva— Esta vez nadie lo miró con ceños fruncidos ni miradas adorables que buscaban ser amenazantes.

—¿Eres adoptado también? — Preguntó Dick con una sonrisa amable. Él asintió con la cabeza, imitando la sonrisa ofrecida.

—Tengo cinco hermanos, así que cuando sus hermanitos nazcan, van a ser la misma cantidad de hijos que en mi familia— Los hijos de Batman y Superman soltaron unas cuantas risitas, para finalmente alejarse de su papá omega.

—Mucho gusto Billy— Dijo Jason, sintiendo la aprobación completa.

—Mucho gusto— Repitieron sus hermanos menores, iniciando su camino hacia el exterior de la habitación en la que se hallaban.

—Igualmente— Decidió responder.

—Solo tienes que pedírselo— Le susurró Dick una vez pasó junto a él en su travesía hacia la salida. Él alzó las cejas confundido. —Acariciar la pancita de Bruce— Sintió como se sonrojaba nuevamente, admirando la sonrisa de Dick que en ningún momento pareció burlarse de él.

Y ahora Billy estaba a solas con Batman. Con Bruce Wayne, bueno y los bebés en su abdomen.

—¿Debí haber llegado como Shazam? — Cuestionó a la vez que veía a Batman alzar una mano en dirección al sillón frente a él, obedeció a la petición silenciosa. —¿Por qué no les dijiste quién soy? — Agregó sin esperar que su pregunta previa fuera resuelta.

—No es mi secreto— Y algo alocado se le ocurrió esta vez.

—¿Superman tampoco sabe? — Batman sonrió en esa forma discreta y enigmática que era tan suya.

—Tampoco— Y Billy supo que lo que sea que se dijera en esta visita se quedaría entre él y Batman.

Sintió que la curiosa presión que había estado en su estómago y en su garganta desaparecieron.

—¿Cuál es el problema con el que necesitas que te ayude? —

—No es realmente un… problema, es solo que…— Sintió como sus manos estaban sudorosas. —No sé si ya lo sabías desde antes, pero al menos ahora sé que en este momento sí tienes que haberte dado cuenta, aunque si ya sabías quien soy, ya debías saber desde antes mi género secundario, ¿lo sabías? — Batman se removió un poco en su lugar, acomodando sus manos entrelazadas sobre su regazo rodeando inevitablemente su vientre.

—Lo sabía— Asintió unas cuantas veces. Billy se mordió el labio inferior, recordando a Victor diciéndole que no hiciera eso pues podía lastimarse los labios, detuvo la acción y volvió a hablar.

—Ya tengo 13 años así que… en cualquier momento puede llegarme mi primer celo y… mis papás adoptivos son betas, no pueden ayudarme mucho más allá de hablarme desde el punto de vista de un libro de salud y yo quería saber… que esperar de mi primer celo— Soltó de golpe, sin atreverse a mirar a Batman a los ojos.

Pero como él no era un cobarde, inspiró profundo y miró a su compañero de la Liga a los ojos.

Batman se veía tranquilo.

—El celo es muy agotador, sobre todo el primero, te recomiendo que te tomes unos días más de descanso una vez que el celo termine, este primero puede durar más de los tres días habituales o puede durar menos, tu celo no se va a establecer correctamente hasta después del primer año de que inició. Vas a sentir mucho calor y el abdomen te va a doler, vas a producir una gran cantidad de lubricante natural, no vas a recordar mucho una vez que termine, pero lo que sí vas a recordar es el sentimiento incesante de querer tener sexo con un alfa— Se sintió incómodo, no por lo directo que Batman había sido si no porque había esperado que todos estuvieran exagerando.

—Eso es… ¿eso es real? — Batman asintió una vez.

—Es real. Recuerda que lo recomendado es experimentar naturalmente el primer celo y después puedes comenzar a usar supresores, siempre programando el tener un celo por año, hay muchas campañas que entregan los supresores de manera gratuita pero no todas manejan marcas buenas, algunos tienen muchos efectos secundarios. Te mandaré la información después de cuales de las campañas son las más confiables. Como tú mismo lo dijiste en cualquier momento puede llegar tu celo y eso es porque como es el primero no sabes aun reconocer las señales que te avisan que está llegando, te recomiendo que cargues siempre el supresor temporal inyectable, ¿tus padres ya te lo dieron? — Él asintió.  

—Está en mi mochila— Por la expresión de Batman, supuso que aprobaba su respuesta.

—Todos deseamos que nuestro celo ocurra en nuestra casa, pero a veces ocurre en la calle o en la escuela y es mejor que cargues con tu supresor siempre por si pasa algo así—

Entendía, Billy lo entendía. Lo más seguro para él mismo era cargar su supresor, pero al escuchar a Batman decir aquello, no pudo evitar recordar a aquel profesor diciéndole que debía cargar con el supresor inyectable siempre para no afectar a sus compañeros alfa y provocar que lo atacaran.

¿Por qué solo se lo decía a él?, ¿Por qué no se lo había dicho a sus compañeros alfa?

Los supresores inyectables eran igual de efectivos para los alfa, ¿por qué entonces siempre remarcaban el “Omegas carguen sus supresores”?

Billy nunca lo ha odiado, ser un omega, pero tiene que aceptar que a veces eso le ha hecho la vida mucho más difícil.

—¿No lo odias a veces? — Se escuchó a sí mismo decir, como si la voz fuera de un desconocido, como si alguien más lo hubiera dicho y no él como entendía perfectamente que había sido.

Tuvo miedo, sintiendo a su corazón latir rápido y a su respiración agitarse. No lo odiaba, nunca lo había odiado, ¿Cómo iba y le decía eso a su héroe? Al omega que le había demostrado a Billy que él…

—Sí, lo he hecho— Batman lo había dicho así nada más, como si no fuera nada.

Batman odiaba su naturaleza omega. Billy no estaba seguro de si quería vomitar o llorar.

¿También lo odiaba a él por ser un omega?

—Aún a veces me parece molesto, pero no, ya no lo odio— No entendía como era que la voz de Batman lograba sacarlo tan fácilmente del interior de su mente. — Es difícil ser un omega porque viene con muchos problemas, pero todos los géneros los tienen. Sé que no viniste para que yo te dijera esto y estoy seguro de que tú lo sabes mejor que yo, pero la vida no es fácil y no hace sencillo que logremos amar todo en nosotros mismos, omegas o no, pero al final se trata de eso, aceptar lo que consideras bueno en ti, pero también lo que consideras malo, todo eso te constituye a ti mismo y al final yo siendo un omega contribuyo a que ahora este viviendo así de pleno en este momento de mi vida. —

Sí, él era Billy Batson, era un omega, sin importar si la gente lo consideraba bueno o no, merecedor o no, esto era lo que era y él estaba feliz con eso… su familia adoptiva, sus papás, sus hermanos, Cyborg… lo apreciaban así.

Él quería amarse así.

—¿Tú odias ser un omega Billy? — Negó rápidamente con la cabeza, sorbiendo la nariz y peleando con las lágrimas que querían desbordarse de sus ojos. Batman le sonrió. —Si yo que odiaba mi género secundario he llegado a ser tan feliz, tú definitivamente vas a ser muy feliz Billy—

—¿Desde cuándo...? —Se tragó un sollozo. —Cuando nos dijiste quién eras y que nos enteramos de que eras un omega… ¿ya sabías que yo también lo soy? — Batman asintió suavemente.

—Lo sabía— Él asintió con un toquecillo de desesperación.

—Cyborg me regañó ese día porque dijo que pregunté qué si eras un omega sin mucho tacto, pero yo solo quería saber si tú eras… como yo— Batman le sonrió chiquito.

—Lo sé, Billy— Y él se permitió sonreír un poco también.

—Tú me hiciste sentir que merezco ser un héroe, que merezco ser Shazam, porque tú eres un héroe increíble y eres un omega y entonces…— Su rostro estaba repleto de lágrimas, sentía que debía quedarse callado, pero también sentía que debía decirlo, debía decírselo a su héroe. —Entonces hiciste que me diera cuenta de que omega o no, yo puedo ser un héroe, yo puedo hacer todo— Trató de limpiar sus lágrimas rápidamente, porque estás hacían que su visión estuviera borrosa.

—Gracias, Billy— Escuchó decir a Batman, con el mismo tono de voz cálido y suave con el que les había hablado a sus hijos, se limpió las lágrimas con más esfuerzo y pudo apreciar a Bruce (Batman) sonriéndole brillante y dulcemente.

Quería llorar más.

En lugar de eso corrió a sentarse junto al omega mayor, enderezando su espalda correctamente y sorbiendo la nariz, sin atreverse a mirar a su compañero de la Liga a los ojos.

—Puedo… ¿puedo sentir a tus bebés moverse? —

Clark entró a la mansión, curioso ante el corazón desconocido que se dejaba escuchar junto a su pareja y a sus bebés.

—¡Clark! — Saludaron sus hijos lanzándose a abrazarlo.

—¡Hola! — Saludó buscando imitar el entusiasmo infantil, despeinándolos.

—Bienvenido, amo Clark—

—Hola, Alfred, ¿quién está con Bruce? —

—El joven Batson— Contestó Alfred con simpleza.

—Bruce dijo que era su amigo— Explicó Tim, resolviendo un poco sus dudas, pero también creándole nuevas.

—Es un niño— Dijo Conner emocionado.

—No es un niño, es mayor que nosotros— Explicó Dick.

—Me cae bien— Aceptó Jason.

—Trece años— Dijo Tim, obligándolos a todos a mirarlo. Antes de que él pudiera preguntar a qué se refería, Tim explayó su comentario. —Esa es la edad que calculo que tiene—

Caminó al encuentro de su pareja en una de las salas de estar de la mansión.

Su compañero vinculado estaba sentado en uno de los sillones, pasando una mano distraídamente por su vientre y con la otra sosteniendo su celular, leyendo algo con mucha atención.

Clark aún podía escuchar a la “visita” pero no estaba aquí, se escuchaba un poco a la… podía ser que estuviera en el baño.

—Hola— Saludó Bruce colocando su celular sobre el sillón y sonriéndole alegremente. Clark correspondió la sonrisa, yendo hasta él.

—Hola, ¿los niños y Alfred dijeron que un amigo tuyo vino de visita? — Bruce soltó una risa ligera, alzando el rostro y estirando un poco el cuello, facilitándole a él el besarlo, claro que Clark se apresuró en realizar la acción, disfrutando del roce de sus labios contra los de su compañero vinculado.

Su pareja parecía estar de muy buen humor.

—¡Ah! — Gritó una voz nueva (Compañera del corazón desconocido que había estado escuchando, aunque ahora que lo pensaba ya no le parecía tan desconocido). —¡Lo siento, no vi nada, lo juro! — Agregaron a la vez que él se giraba para poder ver al desconocido, topándose con un adolescente cuya edad calculada por él coincidía con lo dicho por Tim, adolescente que se tapaba el rostro, acción que no duro mucho pues al instante se descubrió, para mirarlos con una sonrisa enorme. —De verdad no puedo creer que Superman y Batman estén vinculados, tengan hijos y vayan a tener más, es como… ¡Wooow! — Explicó concluyendo con una risa alegre. Clark no entendía porque había un adolescente de 13 años al que Bruce había llamado su amigo y que además conocía sus identidades secretas y que de alguna forma le parecía que había visto antes… ¿Era igual de inteligente que Tim?, ¿Algún villano había rejuvenecido a alguno de los miembros de la Liga?, ¿iban a adoptar a este adolescente?, ¿era un nuevo superhéroe?

Bruce lo tomó de la mano.

—Tranquilo, él es William Batson—

—Hola Clark Kent— Le dijeron, saludándolo con una mano, saludo al que él respondió alzando la mano igualmente, como si se estuviera despidiendo de alguien que se alejaba sobre un tren.

—Hola, William— El adolescente soltó una risilla apenada.

—Puedes llamarme Billy si quieres, ¡Oh, es verdad tú no sabes quién soy!, todo esto debe ser muy confuso para ti, perdón— Billy posó su mirada en Bruce y nuevamente en él.

—Me gustaría que Superman supiera quién soy en realidad, también sus hijos, si les parece bien— Bruce asintió.

—Por mí está bien si eso quieres Billy, ¿estás de acuerdo? — Le preguntó a Clark, como si él fuera a negarse alguna vez a alguna petición de su omega.

—Claro, sí crees que está bien yo también—

—Vamos a la Baticueva— Clark quería entender la confianza que su omega le tenía a este adolescente llamado William Batson que de repente estaba luciendo aún más emocionado, con sonrisa enorme y ojos brillantes… le recordaba a alguien, su teoría de que uno de los miembros de la Liga había sido rejuvenecido se volvió más fuerte. —Conner tú y tus hermanos vayan a la Baticueva— Exclamó Bruce, haciendo una pequeña pausa después del nombre de Conner, sabiendo que sería inmediatamente escuchado.

Cuando ya estaban frente al reloj, sus hijos los encontraron, siendo ellos los que al final revelaron la puerta secreta.

—¡Qué increíble!, mejor de lo que pude haber imaginado nunca— Exclamó Billy haciendo reír a sus hijos.

Clark respondió enredando su brazo en la cintura de Bruce, esperando que aquello le facilitara a su pareja el descenso por las escaleras.

—¿Cuáles son tus teorías de la identidad de Billy? — Interrogó su compañero vinculado sonriente. Clark estaba feliz de que se viera tan relajado, por lo que se permitió sonreír, incluso si ahora tal vez iba a avergonzarse a sí mismo.

—Un nuevo héroe— Bruce rio. —O uno de los miembros de la Liga fue rejuvenecido de alguna forma que no entiendo—

—Cerca, estoy impresionado, ¿cuál de los miembros? —

—Podría ser Linterna verde, aunque también podría ser… Shazam, eso es, creo que es Shazam— Bruce le sonrió con orgullo, él respondió sonrojándose.

Una vez llegaron al final de las escaleras Billy dio unas cuantas vueltas admirando todo el lugar.

—¡No te pases, ese es el Batmobile! — El adolescente aferró sus manos a su propia ropa, como si estuviera tratando de controlarse y no tocar nada. —Esto es demasiado para mis ojos—

Sí, Clark había sido un adulto al conocer la Baticueva e igualmente había sido muy increíble (Había dormido, tenido sexo y discutido en este lugar y aun le seguía pareciendo muy increíble).

—La computadora también es genial— Exclamó Tim con mucha emoción. Billy abrió los ojos grandemente.

—¡Wooow!, está tan genial como la de la Atalaya— Era Shazam, ese niño era Shazam.

—¿Conoces la Atalaya? — Preguntó Jason intensamente interesado. Billy sonrió dando unos cuantos pasos hacia atrás.

—En realidad quería mostrarles algo como agradecimiento a Batman, que me permitió venir a casa de todos ustedes—

—¿Sabes que Bruce es Batman? — Preguntó Conner.

—Y que Clark Kent es Superman, ¿aquí estoy bien? — Le preguntó a Bruce, que dio un suave asentimiento. Billy tomó aire profundamente y gritó.

—¡Shazam! — Un relámpago cayó directo sobre el adolescente y ahora ahí estaba el superhéroe que Clark había imaginado.

Igual que siempre, alto, musculoso, con su uniforme de siempre.

No era que un villano lo hubiera rejuvenecido, Shazam todo el tiempo había sido un niño. Miró a su pareja.

Todo este tiempo, Shazam había sido un omega adolescente de 13 años y a pesar de eso era un superhéroe a la altura de los adultos que conformaban la Liga de la Justicia… a veces hasta superior a ellos.

Un omega de 13 años que se emocionaba por el embarazo de Batman, así que por es su pareja se comportaba particularmente paciente con Shazam.

—¡Eso estuvo increíble! — Gritó Jason corriendo a alzar la capa.

—¡Sí nos conocíamos desde antes! — Expuso Dick parándose muy cerca de Shazam con sus puños hacia enfrente y ligeramente encorvado, siendo imitado por el adulto que en realidad era un niño.

—¡Sí, nos conocimos en la ceremonia de vinculación de sus papás! —

—¡Te ves como un adulto y no lo eres! — Exclamó Conner, mientras alzaba la mano para tocar el escudo en el pecho del superhéroe generando chispazos y risas divertidas.

—Eres un superhéroe y solo eres dos años mayor que Dick— Explicó Tim, logrando que sus hijos dejaran su emoción de golpe, para correr hacia ellos.

—¿Nosotros también vamos a poder ser superhéroes entonces cuando cumplamos 13 años? —

—Sí, también queremos ser superhéroes—

—Sí, Billy es apenas más alto que nosotros—

—Sí podemos ser superhéroes—

—Mhm— Soltó él, fingiéndose pensativo. —No— Concluyó con simpleza.

—No, no pueden— Agregó Bruce.

—¿Por qué no? — Exclamó Jason con ceño fruncido, mientras sus hermanos lucían más bien decepcionados.

—Porque Billy se convierte en un adulto de 1.90 metros y ustedes no— Explicó su compañero vinculado pacientemente.

—Billy, hiciste trampa— Comentó Dick, provocando una risilla torpe en Shazam que, si bien quedaba un poco extraña en él, quedaba perfecta en el adolescente.

—¿Te vas a quedar a cenar con nosotros? — Quiso saber Conner dejando de lado el tema inicial.

—Oh, no, tengo que regresar a casa—

—Pero…— Comenzó Jason, pero él decidió que debía interrumpirlo.

—A nosotros nos gusta cenar todos juntos, con la familia de Billy seguramente es igual— Aquello apagó la necesidad incipiente de protesta por parte de sus hijos ante la negativa de Shazam.

—Pero vas a venir a visitarnos otra vez, ¿verdad? — Preguntó Tim provocándole una nueva sonrisa a Shazam.

—¡Claro! — Contestó al instante para voltear a verlos calmándose un poco. —Es decir si a Batman y Superman no les importa.

—No, no les importa, ¿tienes teléfono de casa?, ¿celular? — Afirmó y cuestionó Dick en una sola inspiración y a pesar de la afirmación de su hijo mayor, Shazam los miró a ellos discretamente en busca de su aprobación, la que ofrecieron.

—Siempre vas a ser bienvenido— Dijo su pareja y Shazam dejó de lucir avergonzado.

—Les doy el número de mi casa—

Después de la emoción inicial y del intercambio de números de teléfono, Shazam parecía estar listo para irse, por lo que decidió que era momento de acercarse, permitiéndose colocar la mano en uno de los hombros de Shazam.

—Eres un superhéroe impresionante y a una edad tan joven, muchas gracias Shazam por confiarnos tu secreto—

Shazam sonrió de tal forma que Clark supo que había dicho las palabras correctas.

—Así que uno de sus hermanitos se va a llamar Jonathan — Comentó Billy mientras Jason atacaba a su Samus con una combinación de rayo eléctrico, ataque rápido y cabezazo de parte de su Pikachu.

—Le vamos a decir Jon— Agregó Conner distrayéndose y facilitándole al Pit de Tim lanzar a Kirby lejos, Conner hizo un leve mohín y regresó su atención a la pantalla.

—¿Y entonces no saben como ponerle a su otro hermanito? —

—No, Bruce rechaza todos los nombres que sugerimos— Dijo Dick adornando sus palabras con una risa ligera.

—¿Están sacando los nombres de una página o de un libro? —

Jason estaba confundido, no podía entender la pregunta de Billy pues para él no tenía sentido, terminó apartando la vista de la pantalla y por tanto del juego, para observar al niño mayor (incluso mayor que Dick) que además era un superhéroe super cool que se convertía en un adulto al gritar “Shazam”.

Al ver a Billy se encontró con que Dick y Conner también lo estaban viendo. Al notarse observado Billy los miró de reojo.

—Ya saben esos libros y páginas de internet con muchos nombres que… ¿pues de dónde estaban sacando posibles nombres para sus hermanos? —

—De nombres que conocemos— Expuso Tim tomando un mazo y derrotándolos a todos, la pantalla cambio de la batalla al anuncio del ganador (Tim), y finalmente todos estaban poniendo su atención en Billy, que soltó una risilla curiosa (incrédula).

—¿En serio no conocen…?, ¿tienen una computadora o una Tablet? —

En minutos ya se encontraban los cinco viendo la pantalla de la Tablet de Conner (porque la de Tim estaba descargando algo que Jason no alcanzaba a entender, la de Dick estaba rota y la de Jason se había quedado en la Baticueva).

—Estás páginas tienen un abecedario por si tienen alguna preferencia por la primera letra que les gustaría que llevara el nombre de su otro hermanito—

—No tenemos— Comentó Dick, mirando a Jason buscando apoyo.

—Podría ser con “R” o con “D”— Sugirió Tim, confundiéndolo a él y a Dick. Conner parecía estar de acuerdo.

—Tim y yo pensamos que, ya que Jonathan va a tener una J como Jason, entonces nuestro otro hermanito bebé debería tener una R de Richard o una D de Dick—

Jason no había considerado aquello, su corazón comenzó a latir rápido y sintió algo gracioso en el estómago. Dick por primera vez en mucho tiempo no parecía saber qué decir.

—E-eso no es justo— Habló finalmente su hermano mayor con un leve tartamudeo. —También podría ser con “C” o con “T”, además recuerden que mi segundo nombre es “John”, básicamente me voy a llamar igual que nuestro hermano bebé y…—

En lugar de lucir amedrentados o decepcionados, Jason notó como sus hermanos menores se mostraron más emocionados.

—Eso hace que el nombre Jonathan sea aún más perfecto— Explicó Conner.

—Eres nuestro hermano mayor— Agrego Tim ligeramente sonrojado.

—Y por eso queremos que el nombre de nuestro hermanito bebé sea con la inicial de tu nombre— Dijo Conner con una sonrisa brillante como las de Clark.

Él se preguntó si Tim sentiría el rostro tan caliente como él lo hacía.

—Debería ser con “D”, porque eres más Dick que Richard— Comentó sin mirar a Dick al rostro, animándose a hacerlo solo de reojo, encontrando una de las sonrisas más bonitas que le había visto hacer a su hermano.

—Ok, ¿entonces con “D”? —Preguntó Billy.

—Con “D”— Accedió su hermano mayor.

—Pues con “D”, podría ser… Daniel, aquí dice que es muy popular— Explicó Billy lo mostrado en la pantalla. A Jason no le gustaba ese nombre.

—No— Dijo a la vez que Tim lo hizo.

—Entonces que tal Dylan, también dice que es popular—

—No— Dijo Dick con el ceño fruncido.

—Bueno, ¿Y Darcey? —

—Ahí dice que Darcey es nombre de niña— Observó Conner.

—A lo mejor quiere tener un nombre de niña— Dijo Dick y Jason soltó una especie de gruñido.

—¿Otra vez con eso?, es como con el nombre de Conner otra vez— Se quejó.

—Pues es que yo solo digo que a lo mejor nuestro otro hermanito bebé quiere tener un nombre de niña, ¿lo vas a juzgar por eso? —

—Cómo sabes que quiere un nombre de niña si ni siquiera está aquí—

—Vamos, no peleen y sigamos viendo nombres— Sugirió Billy.

—Pícale más atrás— Le dijo Tim a Conner, que obedeció presionando la pestaña que cambiaba la página del listado con nombres a los menos populares, cuando la Tablet aún se encontraba en manos de Billy.

—Dalton — Leyó Conner el primer nombre de la lista en la nueva página. —Da…—

—Damien como el de la película— Escuchó decir a Tim.

—¿Película? — Se permitió decir, ignorando su conversación enérgica (no pelea) con Dick. —¿Qué película? —

—“The omen” — Contestó Tim con llaneza.

—The omen es una película de terror británica-estadounidense de 1976 dirigida por Richard Donner que se centra en Damien, la encarnación del anticristo— Explicó Conner con rapidez.

—Anticristo como en… ¿Demonio? — Cuestionó Billy. Ante lo que Tim y Conner asintieron.

Jason no podía creer lo que estaba escuchando.

—Eso suena… ¡Super cool! — Terminó gritando de tal forma que se lastimó la garganta un poco, pero no importaba.

—¡Es un nombre con una historia genial!, demonios y esas cosas— Aportó Dick.

—Chicos no creo que alguien quiera llamarse como el anticris…— Jason no puso mucha atención a lo que sea que Billy estaba tratando de decir, estaba muy ocupado mirando a sus hermanos que lucían igual de emocionados que él.

—¡Empieza con D! — Exclamó Conner feliz.

—Y hasta Podemos cambiarle una letra como con Conner— Habló Dick.

—Puede ser “Damian”, en lugar de “Damien” —

—¡Sí! —

—Eh… oigan…—

—¿Por qué están tan emocionados? — Se dejó escuchar la voz de Clark, quien entraba tranquilamente a la habitación. —Hola Billy—

—Hola, te juro que no fue mi culpa— Soltó Billy arrancándole a su papá alfa una de esas miradas que hacía Conner cuando él le decía que, aunque pareciera rico el fomi moldeable no se comía.

—¡Queremos que nuestro otro hermanito bebé se llame Damian! — Exclamó Dick, mientras Tim asentía rápidamente, Conner daba unos cuantos brincos solo un poquito super (no demasiado porque la otra vez chocó con el techo y lo rompió poquito).

—¡Sí! — Gritó él. —Dile a Bruce que sí quiera— y después de decir aquello se dio cuenta de que su papá alfa no se estaba moviendo, ni siquiera estaba parpadeando.

Soltó un bufido exasperado.

—¿No te gusta? — Preguntó Tim decepcionado.

—No, está super genial, tiene una historia genial, ¡Haz que te guste! — Exigió enojado.

—Claro que no le gusta, estamos hablando de la película del anticris…— Comenzó a decir Billy, interrumpiéndose al ver como Clark se cubría la boca.

—No es que no me… yo… creo que es un gran nombre, sí… yo…— Clark estaba haciendo muchas pausas extrañas, se parecía un poco a la vez en que lo conoció y le explicó que estaba enamorado de un beta. Dio un paso hacia atrás y casi pareció que se caería porque una de sus piernas se dobló raro.

—Clark— Llamaron Dick y Billy y su papá alfa se recuperó rápido soltando una risa torpe.

—Lo siento, me tropecé, voy a ir a recoger a Bruce y le diré, ¿ok? —

—¿De verdad te gusta? — Preguntó Conner viéndose preocupado, como todos.

—Sí, sí, me encanta, me…— Su papá alfa los abrazó a cada uno por separado y tomándose su tiempo (abrazando hasta a Billy que pareció que no sabía muy bien qué hacer ante el gesto). —Ya regreso, Billy estás en tu casa— Y así su papá alfa desapareció en un parpadeo.

—Pues o lo odia o lo ama, no sé cual de las dos es la opción correcta— Dijo Billy con nariz arrugada.

Él tampoco estaba seguro de la respuesta.

—Buenas tardes, ¿Bruce está desocupado? — Le preguntó al secretario peleándose entre pararse frente al escritorio de este o simplemente correr al encuentro de su omega.

—Oh, buenas tardes señor Kent— Saludó el secretario con una sonrisa profesional. —Sí, el señor Wayne está…—

—Ok, gracias, voy a pasar— Exclamó con presura iniciando su camino hacia la oficina de su pareja, sin ponerse a reflexionar en si el secretario se había puesto de pie o simplemente se había mantenido sentado.

—¿Quiere que le avise que…? —

—No hace falta, gracias—

Se movió lo más rápido que pudo ser considerado humanamente posible y entró a la oficina de Bruce realizando un toque rápido y medio innecesario previamente, encontrando a su compañero aún acomodando algunos papeles entre sus manos, pero mirándolo a él con una sonrisa suave.

—¿Qué pasa?, ¿Por qué tienes tanta prisa? —Lo cuestionaron con un tono medio burlón y él respondió cerrando la puerta y usando su super velocidad para pararse junto a su compañero vinculado, quien comenzó a verlo un poco preocupado.

—Clark…—

—Damian— Bruce frunció el ceño ligeramente, agitando su cabeza ligeramente preguntándole sin palabras cuál era el problema con el nombre. —Los niños me dijeron que querían que su otro hermano se llame Damian— Amaba las facciones de Bruce, siempre había amado el grosor de sus labios y el color de estos, la forma de sus ojos y lo azul de sus irises, la forma de su nariz y el como su cabello enmarcaba su rostro perfectamente.

Amaba cuando le sonreía feliz, amaba cuando lo miraba con un toquecillo de burla, amaba la expresión seria que realizaba cuando les explicaba cosas a sus hijos porque era la misma que usaba cuando les explicaba el plan para una misión a los miembros de la Liga de la Justicia.

Y por supuesto amaba su rostro sorprendido y casi a punto de arrugarse ante el inicio de un llanto.

—Son ellos— Murmuró, atrayendo la atención de Bruce nuevamente hacia él. —Son nuestros hijos de la otra realidad— Hablo con un poco más de fuerza en la voz, inclinándose para poder pegar su frente a la de su pareja.  —Creo que sí hay cosas que son constantes en todas las realidades y en esta realidad son nuestros hijos, de los dos— Le dijo asegurándose de sonreír abiertamente, notando como de inmediato Bruce dirigía ambas manos a su abdomen.

Clark colocó sus manos sobre las de su compañero vinculado, pudiendo aún así percibir el movimiento que sus hijos estaban llevando a cabo.

—De todas las realidades, definitivamente me gusta mucho vivir en esta— Le murmuró Bruce pegando el rostro que Clark amaba contra su cuello.

No estaba muy seguro de si estaba riendo o llorando.

—Te aseguro que igual yo—

Notas finales:

¿Qué esperan del parto?

 

¡Gracias por leer!


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