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Prepárate, seras mio. por Princesa Tora

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Notas del capitulo:

Hola mis lectores/as. Goomeeen, lamento haber tardado tanto en actualizar, me siento avergonzada. No quise hacerlos esperar. 

Como muestra de disculpa les dejo este capi algo largo a compañarecion de los otros. Les prometo que actualizare rapido para que no pierdan detallas de la Historia. 

 

Tora~

Esto estaba mal, muy mal. Paso de estar en una terrible oscuridad, a ahora estar en una situación realmente vergonzosa. Se veía así mismo frente a Vegeta y, ¡Se estaban besando!. No parecía oponer ningún tipo de resistencia, no podía moverse de su lugar, otra vez sentía esa horrible sensación de tener pegamento en sus zapatos, lo que le impedía mover los pies. Quería huir, quería gritarle a su ‘’yo’’ que pare de hacer eso, después de todo, él era ‘’él’’, y no podía permitirse besar a su enemigo, a la persona que más odiaba. Estaban muy concentrados en su asunto, expresándose su amor de forma cariñosa mientras el ‘’verdadero’’ Kakaroto solo que quedaba ahí, sin la posibilidad de detenerse, sintiéndose incómodo. Las lenguas de ambos parecían querer luchar en una batalla en donde nadie saldría ganador, era totalmente visible, el corazón de Kakaroto latía rápidamente. Ya estaba empezando a acostumbrarse a ese escena, viendo cómo se frotaban buscando más contacto entre ellos, tan excitante que podía sentir como su anatomía masculina comenzaba a despertarse, haciéndose notorio un gran bulto entre sus pantalones, sonrojado hasta las orejas, no podía desviar la mirada de esa escena de él besando a Vegeta de una forma tan apasionante. Sacudió su cabeza varias veces, tratando de alejar esos pensamientos impuros sobre el momento que estaba presenciando, no podía caer tan bajo en excitarse con algo como eso, viéndose a sí mismo besando a Vegeta, parecía que querían desnudarse ahí mismo y tener sexo frente a sus narices. Su corazón se detuvo, al igual que esos dos. Ambos le miraron, luego miraron hacia sus pantalones y sonrieron pícaramente al mismo tiempo que ambos muchachos se miraban, cómplices, Kakaroto no entendía. Se separaron y caminaron lentamente hacia el verdadero Kakaroto. Estaba asustado por lo que irían a hacerle, ¿Qué cosa estarán tramando?, otra vez intento alejarse pero sus pies estaban estáticos, dirigiendo su vista hacia sus pies y con la ayuda de sus manos, trataba de despegar sus pies él mismo. Fue en vano todo intento de escapar, Kakaroto levanto la vista y ahora ya no se veía a él mismo junto a Vegeta, ahora veía a Vegeta y a …¡¿Tarble?!. Ya estaban lo suficientemente cerca de él como para poder sentir la respiración de ambos en su cuello. Sintió algo húmedo deslizarse por el mismo: la lengua de ambos a cada lado de su cuello comenzaban a jugar y a humedecerlo, Kakaroto no podía estar más avergonzado, teniendo a los dos hermanos haciendo tal acción, no significaba nada bueno. Emitió un pequeño gemidito, estaba comenzando a calentarse y lo ajustado que estaban sus pantalones estaban comenzando a incomodarlo.

 

… …

 

¡Aah!. El sueño de Kakaroto se vio interrumpido bruscamente, se levantó de su cama rápidamente al sentirse totalmente mojado de pies a cabeza. Sentía frio, su pijama se pegó a su cuerpo y lo único que pudo ubicar con sus ojos fue a su padre, parado frente a su cama con un balde vacío entre sus manos, en donde caían unas pequeñas gotitas de agua. Bardock estaba con el ceño fruncido, pero al mismo tiempo estaba aliviado porque al fin, pudo despertar a su perezoso hijo.

 

-¡Levántate, ya es muy tarde, no es hora de seguir durmiendo! –grito el Son.

-¡¿Qué le pasa?! ¡¿Está demente?! ¡¿Quiere que me dé un infarto?! –grito también más fuerte Kakaroto, siendo despertado de esa forma tan violenta, tenía razones para molestarse.

-¡Eh estado más de media hora tratando de despertarte. Ahora por tu culpa, hasta yo también llegare tarde a mi trabajo!

-Padre, no quiero ir a la escuela. ¡Al fin y al cabo, creo que ya tengo todo reprobado! –grito cruzándose de brazos.

-¿Qu…que? –pregunto con una clara vena en su frente, eso no significaba nada bueno, pero al parecer Kakaroto no se percató de aquello y siguió con su relato como si fuera lo más normal del mundo.

-Si, además, la escuela no es mío. Creo que hablare con el padre de Turles para que me de trabajo en su restaurante. ¡Sería como un sueño! Todo lo que pueda comer en la cocina y…-estaba tan concentrado explicando felizmente, que no pudo seguir explicando porque de repente sintió un fuerte golpe en su nuca por parte de su padre.

-¡No seas payaso! ¡¿Qué clase de aspiración es esa?! –grito Bardock golpeando a Kakaroto con el mismo balde vacío que había usado para despertarlo, ahora lo usa como arma. A Kakaroto le salió un notable chichón en la parte trasera de su cabeza. -¡Sabes que eso es una idea estúpida! ¡Mientras vivas bajo mi techo y estés bajo mi tutela, harás lo que yo te ordene, ¿entendiste?! –luego Bardock dejo el balde, con la forma de la cabeza de Kakaroto en el suelo, y le arrojo el uniforme de la escuela en la cara. -¡Ahora quiero que te levantes, te vistas y te quiero ver listo para irte a la escuela! –después de explicar, salió de la habitación de su hijo cerrando la puerta de un portazo.

-Debería ser más amable al darme órdenes. –susurro por lo bajo, asegurándose de que su padre no le escuchara, o de lo contrario terminaría obteniendo otra paliza. Dejo su uniforme sobre la cama, confundido por el sueño que acabo de tener con ambos hermanos Saiyan, ¿Cómo era eso posible? ¿Ahora hasta en sus sueños tenían que besarlo también? Bueno…prácticamente Vegeta fue quien lo estaba besando y de repente apareció Tarble y…se pusieron de acuerdo. Kakaroto se tapó el rostro con vergüenza al mismo tiempo que se sonrojaba. El día de ayer había recibido la declaración de amor de Tarble, luego de que este le besara descaradamente. Obviamente el menor de los Saiyan esperaba respuesta pero no la obtuvo, Kakaroto salió corriendo de allí, espantado, para no verlo, incluso hasta falto a clases de Arte e Historia con tal de no encontrárselo, después vería la manera de justificar sus inasistencias. Tenía que ir a la escuela y presentarse a clases esta vez, y era obvio que lo vería, ¿Cómo debería verlo a la cara? ¿Con asco, repulsión, traición, como si nada hubiera pasado?. Suspiro pesadamente, sintió un problema más grande al momento de quitarse las sabanas de encima y su vergüenza aumento aún más, tapándose la boca para así poder callar sus gritos, o de lo contrario su padre volvería, y no quería que entrase a su habitación y viera el…problema, ¡tenía una erección, producto del sueño!. Era la primera vez que sufría una erección en sus cortos 17 años, tenía tanta curiosidad que opto por tocar la punta de su pene con su dedo índice, lo que le provocó una corriente eléctrica atravesarse la columna, primero pasando por su entrepierna, Kakaroto emitió un gemido por eso. -¿Y ahora qué hago con esto?

 

… …

 

Tarble estaba sentado en uno de los escalones que componía la entrada a la escuela, tapándose el rostro con ambas manos. Estaba deprimido, no podía sacarse de la cabeza lo que le había dicho, y hecho, a su amigo el día de ayer. Se sentía avergonzado e incapaz de volver a mirar a Kakaroto como antes. Se sintió un idiota, y mucho más cuando ni siquiera obtuvo respuesta. Eso significaba algo: a Kakaroto no le había gustado. ¿Qué es lo que había hecho mal? ¿Habrá sido muy brusco con él? ¿Será que a Kakaroto le gusta los de tipo lento? No lo sabía. Ayer falto a clases, lo que el Saiyan menor supuso que no se presentó a propósito para no verlo, le había dejado varios mensajes de texto a su celular, pidiendo que hablaran después de clases pero, como siempre, no obtuvo ninguna respuesta, lo que provoco que en toda las clases no presto nada de atención. Se maldecía por ser tan impulsivo. Levanto la vista y vio a Kakaroto caminar despreocupadamente hacia la entrada de la escuela, lo cual Tarble se alegró por verlo finalmente, tenía tantas ganas de hablar con él y disculparse por la forma tan impulsiva en la que se comportó, se sintió con esperanzas nuevamente. Grande fue su sorpresa, que Kakaroto fingió no haberlo visto, pasando por su lado siendo ignorado olímpicamente, Tarble abrió grande los ojos ante tal insolencia, y lo entendía, estaba en todo su derecho de estar molesto, y era su culpa.

 

-Hola, primo. –dijo una voz muy conocida para el Saiyan menor. Desvió su mirada de la puerta, por la que acababa de entrar el Son, para dirigirse hacia dónde provenía la voz, y Tarble se sorprendió al percatarse de quien se trataba. Un joven pelinegro con los cabellos iguales a los de Vegeta, con dos aretes colgantes en las orejas, compuestas por una esfera amarilla, y lo único que ambos tenían en común era el uniforme de la escuela. Se acercaba a Tarble con ambas manos metidas en los bolsillos, sin dejar de sonreír.

-¿Vegito? –atino a pronunciar. El mencionado levanto ambos hombros, restándole importancia.

-Acertaste.

-¿Qué haces aquí?

-Pero que bienvenida tan fría. –fingió estar molesto, para luego sentarse a su lado, en el mismo escalón que Tarble, y recostándose hacia atrás para apoyar su codo en otro escalón más arriba, recargando todo su peso en el mismo, para estar más cómodo.

-No me refiero a ‘’¿qué haces aquí?’’ en la ciudad, sino a ‘’¿qué haces aquí?’’ en esta escuela, específicamente. –trato de explicarse claramente Tarble. Vegito se miró el uniforme para luego mirar el de Tarble, alzando una ceja en signo de ser algo muy obvio él porque estaba ahí.

-Que tonto eres, primo, ¿no te das cuenta que ahora estudiare en la misma escuela que ustedes? –dijo restándole importancia, y Tarble estaba que no se lo creía.

-Imposible, ya estamos casi a mitad del semestre, ya no admiten inscripciones a estas alturas. –no era que Tarble no quisiera que su primo estudie con ellos, en realidad hace mucho tiempo que no se veían, le resultaba raro que ahora se dedicara a estudiar en esta escuela, de todas las que hay en el mundo.

-Mi papá conoce al director. Él hablo para que me dejaran ingresar.

-¿Vegeta ya sabe?

-No, quiero darle la sorpresa. –dijo para luego levantarse rápidamente e ingresar a su nueva escuela. Tarble suspiro cansado. Qué lindo es tener a toda la familia estudiando en la misma escuela.

 

… …

 

Kakaroto caminaba cabizbajo, no era su intención ignorar a Tarble en la entrada, y menos cuando este lo estaba esperando dispuesto a hablar de lo que pasó. Estaba molesto por lo que hizo, y avergonzado por lo que soñó con él y Vegeta, tuvo que poner su máximo esfuerzo para deshacerse del…problema que tenía entre sus piernas, incomodo por no haber tenido en ese momento algo con que limpiarse y opto por hacerlo con las sabanas, donde rápidamente las mando a la lavadora, fingiendo que nada paso con ellas. Sus pensamientos se vieron interrumpidos por unos pasos que se acercaban apresuradamente hacia él, lo cual pensó que se trataba de Tarble corriendo detrás de él para alcanzarse, así que prefirió fingir que no escuchaba nada. De repente, sintió una fuerte presión en su espalda hasta hacerlo llegar al punto de caer al suelo de rodillas: lo habían empujado. Ese sujeto ni quiera se detuvo para procurar que estaba bien, sino que siguió su camino como si nada. Kakaroto molesto levanto la vista desde el suelo y grito:

 

-¡Fíjate por donde vas, imbécil! –el aludido se detuvo en seco, dirigiendo su mirada hacia dónde provino el grito, seguido del innecesario insulto. Vio a un chico pelinegro con cabellos alborotados tirado en el suelo, producto de su brutal empujón, levantando los libros que se habían escapado de su mochila y volviéndolos a guardar en la misma, todo el piso estaba lleno de papeles, en donde Kakaroto los tomo sin importar el orden y los medio desprolijamente en su mochila, luego lo arreglaría. Vegito levanto una ceja y sonrió de medio lado, el chico era lindo, no le daba más de 18 años, y sintió que era el momento para entablar una conversación con otra persona distinta a sus primos. Se dio media vuelta, dirigiéndose a Kakaroto, poniéndose de cuclillas una vez cerca de él, ayudándolo a recoger lo que faltaba.

-Lo siento, tenía prisa. –se excusó, Kakaroto le miro de reojo no muy convencido de su respuesta, optando por no responder nada ante eso. Vegito le miro ensanchando su sonrisa, realmente no se equivocaba cuando dijo que era lindo, era hermoso, aunque su actitud no contrastaba en nada con su apariencia no le importo. Supuso que el chico estaba molesto por el tremendo empujón, así que directamente se presentó. –Soy Vegito. –dijo amablemente ofreciéndole la mano, en signo de saludo. Kakaroto dudo por un instante, este chico tenía un parecido a Vegeta y  Tarble, ¿serán parientes? Parecía tener la misma edad que Vegeta. Lentamente elevo su mano hasta ponerla en contacto con la tibia mano de Vegito.

-Kakaroto. –dijo finalmente.

-Bonito nombre, un placer Kakaroto. –ese comentario hizo sonrojar a Kakaroto. Doblando a la esquina, aparece Vegeta presenciando la escena que estaba en esos instantes. ¿Qué hacia su primo en la ciudad, en la misma escuela? Y peor aún, ¿Qué hacía sujetándole la mano a Kakaroto? Vegeta apretó los puños, estaba molesto, incluso se podía escuchar el rechinar de sus dientes ¿Cómo osaba tocarlo?. Repentinamente sacudió su cabeza, volviendo a la realidad, él no podía estar celoso, era un Saiyan, ¿a quién le importa lo que haga esa sabandija? Al fin y al cabo, lo que paso entre ellos en el restaurante no significo nada, Kakaroto parece odiarle cada vez más por eso, y Vegeta no podía seguir actuando como si ese beso realmente lo significo todo, porque tiene que demostrar todo lo contrario, actuar como si no hubiera sido importante. De eso se trataba el orgullo Saiyan. A paso lento, camino hacia donde estaba la parejita, en donde al percatarse de que unos pasos se aproximaban, voltearon hacia Vegeta.

-Vegito, ¿Qué te trae por aquí? –fijo su vista hacia su primo, quien de repente soltó la mano de Kakaroto. Vegeta fingía que Kakaroto no estaba ahí presente, no permitiría que dañara su orgullo rebajándose a su nivel. Kakaroto automáticamente noto ese comportamiento.

-Me está ignorando. –Pensó tristemente.

-Primo, que alegría verte. –expreso con una sonrisa. Kakaroto solo se quedó allí, escuchando lo que hablaban ambos primos, porque eso es lo que eran, ya entendió el parecido entre ellos. Se preguntaban cosas como por ejemplo, el viaje, la familia, etc. Kakaroto sintió que estaba haciendo mal tercio ahí, sobre todo porque estaba siendo ignorado. Tomo el resto de sus cosas, guardándolas en la mochila y se la coloco al hombro al mismo tiempo que se ponía de pie.

-Tengo que irme. –dijo para luego salir corriendo de ahí, dejando solos a ambos primos.

-¡Espera, no me diste tu número! –grito pero lamentablemente no fue escuchado. Bufo molesto, realmente ese chico le llamo la atención, quería conocerlo aún más, ¿Y qué mejor manera de conocer a alguien pidiéndole su número?. –Qué chico más hermoso, realmente nunca había visto a….

-Aléjate de él. –cayo de repente Vegeta a su primo, ya tenía suficiente de seguir escuchándolo alagar a Kakaroto, y realmente harto de que este dijera lo lindo que es. Aún no termina el día y ya el Saiyan presentía que esto no terminaría bien, y que se llevaría un gran dolor de cabeza. Vegito, en cambio, automáticamente miro a Vegeta por su manera tan abrupta de interrumpirlo, levanto una ceja y sonrio pícaramente al percatarse de la situación realmente clara ante sus ojos: a Vegeta le gustaba ese chico y ahora estaba celoso. –Él…me pertenece.

-No vi tu nombre en él, ¿o si primo? –dijo apoyando su espalda en la pared una vez que se puso de pie. Era muy notable la diferencia de altura entre ellos, pero eso a Vegeta no le intimidaba.

-Te lo advierto, Vegito, si te le acercas…

-¿Por qué te preocupa? Hace un momento lo ignoraste olímpicamente, no le dijiste nada y el chico se fue corriendo. No lo conozco, pero si te conozco a ti Vegeta, y si vas a andar por ahí diciéndole a cualquiera que no acerquen a tu chico porque te pertenece, y vas a tener el descaro de ignorarlo cada vez que lo vez, te aconsejo que des un paso al costado y le dejes el camino libre a los que quieran tener algo con él. Algo SERIO. –dijo recalcando la palabra ‘’serio’’ en la conversación, Vegito logro su cometido de hacer enfadar a su primo, golpeando su hombro irónicamente para luego caminar a su primer clase, realmente disfrutaría estar en esta escuela. Vegeta le veía irse despreocupadamente, ¿Cómo se atreve a ser tan insolente? Aunque en parte tenía razón, el ignoraba a Kakaroto y viceversa, llego a la conclusión de que comenzaba a sentir cosas por el Son y que no permitiría que nadie le coquetee, mucho menos su primo…haría todo de la manera más discreta posible, para que Kakaroto no notase sus acciones.

 

… …

 

Luego de que el maestro presentara al alumno nuevo en el curso de los avanzados, todos se le quedaron viendo extraños, ¿un estudiante nuevo a mitad del semestre? Era algo que no se veía todos los días. Vegito se sentó en un asiento, junto a su adorado primo, Vegeta, en donde sus amigos no dejaban de cuchichear entre ellos. Vegeta estaba realmente molesto, hasta se podía notar una clara vena a punto de estallar en su frente, en cambio Vegito no podía estar más feliz.

 

-¿Qué se trae ese nuevo? –susurro Turles a Raditz al oído, procurándose de que el profesor no lo escuchara.

-No lo sé, creo que es pariente de Vegeta. –susurro imitándole.

-¿Y que hace aquí a estas alturas del semestre? –pregunto mirándole de reojo. –Y parece que a Vegeta no le agrada en lo absoluto que este aquí.

-Supongo que después le preguntaremos.

-¡Oigo susurros! –grito el profesor sin voltearse, ya sabía que dos de sus alumnos estaban hablando a la par de él. Ambos jóvenes, al verse descubiertos, saltaron en su sitio y optaron por volver a prestar atención.

 

… …

 

Había sido un día corto, hoy se retiraron de la escuela más temprano debido a la ausencia de un profesor. Todos estaban contentos, se acercaba el fin de semana y no había ningún alumno que no hablara de sus planes para el mismo. Kakaroto caminaba solo, ya que no poseía de dinero para viajar en autobús, no era lo mismo sin Tarble, pero estaba molesto y éste debía entenderlo. No había un solo momento en que el Saiyan menor no aprovechara un pequeño instante a solas para querer hablarle de lo que paso, pero Kakaroto siempre encontraba una excusa para no estar solo con Tarble, era algo incómodo. ¿Y que se traía ese tal Vegito?, era alguien apuesto, no había de porque negarlo, pero algo en su personalidad que no lo terminaba de convencer. En cuanto a Vegeta, hoy si estuvo extraño, directamente lo ignoro, ¿a qué vino eso? Si después de lo que paso en su cita, el Saiyan finge que no ocurrió, o que simplemente no le importo, el Son se entristeció por esa indiferencia. Kakaroto se quejó mentalmente, los sueños que ha estado teniendo con él últimamente le estaban afectado las neuronas y el pensamiento, ¿a quién le importa que lo ignore? Para Kakaroto era mejor que así permaneciera, Vegeta no era nada para él. Pero al menos con el solo hecho de pensar que pronto estaría en su casa, lo había tranquilizarse. ¿Qué podía salir mal?

 

… …

 

-¿¡De verdad creyeron que no me enteraría?! –y si, esto era lo único en donde ni Kakaroto ni Raditz estaban preparados, ambos hermanos escaparon aquella noche con la sola idea de que su padre jamás se daría cuenta. Y en efecto, ahora Bardock estaba frente a sus hijos, con una clara vena palpitante en su frente, con sus brazos cruzados sobre su pecho y un rostro que no denotaba felicidad. Kakaroto claramente estaba arrepentido y avergonzado, se lo podía descifrar con tan solo ver su manera de sentarse; piernas juntas, manos cerradas y apoyadas sobre su regazo y su mirada iba dirigida directo al suelo. En cambio Raditz, él simplemente estaba con sus brazos cruzados mirando para otro lado, con sus piernas cruzadas una encima de la otra. -¡Según Tomma, los vio a ambos vagar por las calles a altas horas de la madrugada hace unos días. ¿Alguno me quiere explicar que significa eso?!

-Padre…yo…-Kakaroto estaba asustado, no quería que su padre lo volviera a golpear por decir mentiras, y viéndolo a Bardock, no tardaría mucho tiempo en empezar a repartir puños a sus hijos por desobedientes. Las lágrimas empezaban a asomarse, Raditz pudo notar eso. No se atrevía a mirar a su padre y desde que ambos estaban ahí sentados, escuchando el sermón de su padre, no había levantado la cabeza en ningún instante.

-Kakaroto, si tienes pensado decir una mentira juro que te…

-Fuimos a la casa de un amigo que nos necesitaba. –corto abruptamente Raditz. Padre e hijo menor dirigieron sus miradas al Son mayor, confundidos y sin entender aquello. Raditz, en cambio, les miraba con una mirada de seguridad; y debía de mostrarse así, de lo contrario si Bardock veía que se trataba de una mentira lo golpearía y lo mandaría a su habitación.

-¿De verdad piensas que voy a creer algo como eso? Es lo más absurdo que eh oído. –dijo Bardock con el ceño fruncido.

-Lo cierto es, que Turles se sentía muy triste por la pérdida de un familiar muy cercano a él. No podía comer ni dormir. Obviamente no se percató del horario y…nos llamó a Kakaroto y a mi…-dijo esto último mirando a un lloroso Kakaroto, esperando que le respaldara en la mentira. -...para que lo apoyemos en esta lucha que él conlleva. –dijo finalmente mirando a su padre, lo cual este le estuvo escuchando con una ceja levantada, no muy convencido del relato de su hijo. –Lo siento, Turles, o eras tú o nosotros. –Pensó.

-¿Es cierto, Kakaroto? –pregunto Bardock. El mencionado miro a su padre asustado, balbuceando incoherencias que ni él mismo pudo entenderse. Miro a Raditz nuevamente confundido, quien éste disimuladamente y sin que su padre se percate, asiente con la cabeza para que le siga el juego, o de lo contrario les iría muy mal si Bardock se enteraba de la mentira de muy mal gusto. Volvió a mirar a su padre, quien aún estaba allí esperando, ansioso, una respuesta.

-Si…eem…Turles se sentía mal y…nos llamó para acompañarlo. Es…estuvimos con él un rato y…nos volvimos a casa. –explico nervioso a lo que su padre diría, pensó que no sería tan tonto como para tragarse eso, aunque en lo más profundo de su ser, deseaba que su padre se lo haya creído. Bardock, en cambio, solo atino a rascarse la cabeza confundido y tratando de comprender dicha explicación de sus hijos. Bardock sabía que sus hijos no serían capaces de violar sus reglas; si deseaban salir solo lo pedían, si se encontraban castigados no se escapan, obtienen regalos si progresan y realizan las cosas como deben, entre otras opciones más. Bardock suspiro.

-¿Están diciendo, que ustedes salieron en la madrugada a casa de Turles, con la explicación de que perdió a un familiar, y que solo querían apoyarlo? –ambos hermanos asintieron con la cabeza, sin decir nada. –Está bien. –dijo finalmente luego de un suspiro. –Pero la próxima avísenme. Kakaroto, tú estabas castigado y tenías prohibido salir.

-Lo sé, padre. –dijo avergonzado, volviendo a ocultar su rostro y dirigir su vista al suelo. -¡Pero no volverá a suceder! –Bardock solo asintió y se dispuso a dejar solos a sus hijos, yendo a su habitación a descansar; y era obvio, estuvo a punto de perder la paciencia con sus hijos sino le decían la verdad, y a fin de cuentas resultaron ser muy buenos amigos. Kakaroto y Raditz quedaron aún sentados en el mismo lugar, sin moverse de ahí. Había un gran silencio incómodo y lo único que se escuchaban eran los pasos de Bardock subiendo las escaleras, escuchándose nuevamente como la puerta de su habitación se cerraba. -¿Por qué no dejaste que diga la verdad? –pregunto luego de un gran silencio, mirando fijamente a su hermano, quien no le dirigió la mirada en absoluto.

-No podía permitir que lo hicieras. Nos hubieras puesto en una pésima situación.  –explico el de cabellos largos.

-¿Y eso que te importa? Al fin y al cabo, yo no te intereso. Además, ¿no estabas molesto conmigo? –pregunto con el ceño fruncido, no permitiría que su hermano se comporte falsamente con él fingiendo que le importa, para después ignorarlo como lo ha estado haciendo los últimos días. Raditz dirigió su mirada negra hacia su hermano, se sintió mal por haberlo tratado así estos últimos días. Había tratado de entablar una conversación con él, el mismo día en que Kakaroto escapo a tener su cita con Vegeta, le entro una especie de celos destructivos cuando los vio besarse y el hecho de haber confrontado a Vegeta en su momento no le dio muchos ánimos para seguir sufriendo por el Saiyan, por continuar luchando por la recuperación de su amor que jamás volverá, lo que paso entre ellos ya se extinguió, y debían de seguir sus vidas como si nada hubiera pasado. Primero tenía que arreglar las cosas con su hermano, y solo así se sentiría en paz. -¿Y bien? –volvió a preguntar Kakaroto ante el silencio de Raditz.

-Lo siento. –dijo en un susurro, lo cual Kakaroto escucho perfectamente y solo atino a fruncir el ceño en respuesta.

-¿Eso es lo único que dirás? ¿Qué lo sientes? –pregunto molesto, ante nuevamente el silencio de Raditz se molestó aún más, ¿Cómo su hermano podía ser tan tonto?. –No puedo creerlo. –dijo recostándose sobre el respaldo de su silla, emitiendo un pesado suspiro mientras se sobaba las sienes con sus dedos. –Yo sé que tu enojo fue por lo que paso con Vegeta. –Raditz le miro. –Al principio me costó comprenderlo, créeme, Turles me dijo lo que paso entre nosotros en el restaurante. Sé que ustedes son muy amigos, ¿y sabes una cosa? Yo…

-Vegeta y yo fuimos pareja alguna vez. –interrumpió a su hermano, lo cual este se quedó perplejo ante tal confesión, con su boca semiabierta al encontrarse sorprendido. Ahora entendía todo con claridad, ahora entendía el porqué de la molestia de Raditz: él estaba celoso. Si fueron novios, no tenía el derecho de tratarlo como basura, pudo haber comenzado desde el principio y quizás, las cosas hubieran sido distintas.

-Tú…¿y Vegeta? –el mayor asintió con la cabeza, en silencio. -¿Por qué no me lo dijiste cuando te lo pregunte? –Raditz ignoro esa pregunta.

-Pasaron muchas cosas, él está libre y yo también. Si estas interesado en él puedes…

-¡Yo no estoy interesado!

-Ninguno de ustedes sabe mentir. –dijo para luego levantarse de su silla para irse a su habitación.

-¿Cómo que ninguno sabe mentir? ¡Raditz, vuelve aquí!

 

 

 


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