Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Prepárate, seras mio. por Princesa Tora

[Reviews - 62]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Han pasado los días, y Kakaroto volvio a asistir a la escuela con normalidad, después de todo el daño que sufrío todavía le costaba entrar en confianza nuevamente con sus compañeros, en especial con Tarble, quien al ser de apellido Saiyan a Kakaroto se le venía un centenar de recuerdos sobre lo que Vegito le hizo, lo que le hacía alejarse rotundamente de Tarble, aunque a veces ambos amigos hablaban amenamente en los recesos, el solo recordar lo acontecido, inconcientemente se paraba y se alejaba de Tarble lo más lejos posible. 

Tarble, en cambio, era el chico más paciente del mundo. Kakaroto era su amigo, y no le importaba esperar el tiempo que sea necesario hasta que el Son pudiera recuperar su alegría y energía, caracteristica de él, y su confianza volviera a ser depositada en su persona. Jamás perdonaría a su primo, ni aunque se lo pidiera de rodillas, lo que hizo es innaceptable y se alegraba de que estuviera en la carcel. No podía evitar que se le estrujara el corazón al ver como el Son le hacía a un lado solo por ser Saiyan, de ver como se removía en su asiento, inquieto, cuando el maestro nombraba asistencia y justo llegaba a su apellido; como quisiera que volviera a ser el de antes, a pesar de que Tarble todavía siente algo por Kakaroto, ese amor no se interpondra en su amistad, ya el Son le dejo en claro que no estaba interesado en él, y con este acostecimiento que ocurrió con Vegito, estaba más que seguro que Kakaroto no se atrevería a enamorarse de un Saiyan, ni siquiera a mirarnos de reojo. 

Con respecto a Raditz, éste también regreso a la escuela. Después de lo ocurrido con Turles, éste último no ha dejado de comportarse de una manera de lo más extraña. Lo evitaba constantemente, trataba en todos los aspectos el hecho de quedarse a solas con el Son, cuando Raditz le pedía para hablar, el moreno simplemente inventaba alguna que otra excusa y antes de que el Son pudiera responder, Turles se iba de allí a toda velocidad, evitando así cualquier tipo de confrontación. Ya no se juntaba en los recesos junto a él y Vegeta, quien este último por alguna extraña razón volvió a ser el mismo Saiyan orgulloso, narcisista y petulante; pero esta vez peor de lo que antes solía ser, lo que obligó a Raditz a alejarse rotundamente de él, debido a que en varías ocaciones fue enviado a la oficina del Director por constantes peleas con el Saiyan, llegando a la conclusión de que Vegeta se ha convertido en una verdadera mala influencia. Ahora se encontraba solo, los tres amigos, que antes eran seres inseparables, ahora son tres perfectos desconocidos, volteando la cara hacia un lado finguiendo no conocerse. Todavía quedaban unas tres horas antes de que la próxima clase comienze, y decidio que tal vez sería muy buena idea ver como iban los preparativos para la fiesta de Invierno; aunque todavia quedaba mucho para que las vacaciones llegasen, los alumnos no descartaron la idea de organizar una fiesta a modo de distracción de los libros y resaltadores. Se sintió nostalgico, ya que la idea de organizar tal fiesta fue de Vegeta y Turles, pero como estos ya no le prestaban atención, y llegando a la conclusión de que tal vez ya hasta se olvidaron de la fiesta que organizaron, creyo que podría hacerse cargo él de todo. 

 

- ¡¿Pero qué?! ¡Turles, nos tomo muchísimo tiempo construir la fuente de agua para la fiesta! ¡No nos puedes hacer esto, no ahora! -gritaba desesperadamente un compañero con cascadas de lágrimas salirle de los ojos. Raditz, al escuchar tal alboroto, asomó la cabeza por detrás de la pared, viendo a un imponente Turles con sus manos apoyadas en sus caderas, el ceño estaba fruncido, detanaba gran molestia. En cambio, el pobre chico estaba parado frente a él, sin entender la razón por la cual el moreno queria cambiar a ultimo momento las cosas. 

- ¿Qué no lo acabo de decir? La idea de una fuente de agua luminosa es absurda. Si esta fiesta va a ser la mejor de todas, tiene que ser perfecta; por ende, quitarla sería lo más apropiado. -decia mientras miraba de reojo la fuente casi terminada, el único adorno que le faltaba eran las luces. 

- ¡Solo lo quieres cambiar porque fue idea de Raditz-san! -el mencionado abrió los ojos sorprendido ante tal acusación. 

-¿Estás insinuando que quiero cambiar las cosas a último momento, estando a tan pocos días de que comienze la fiesta de invierno, solo porque tengo conflictos con ese Son? -Raditz apreto los dientes ante ese tipo de nombramiento, ¿con que agallas se atreve a llamarlo con el sufijo ''ese''? Más aumento su ira cuando el chico le respondio con un rotundo y firma 'Si', lo que lo hizo finalmente salir de su escondite. 

-¿Qué mierdas pasa aquí? -su tono de voz fue tan brusco y amenazante que los chicos a cargo de construir la fuente de agua temblaron en su lugar, sudando leves gotas de sudor que les caian por la sien. El único que ni se inmuto fue Turles, quien le quedo mirando con los brazos cruzados y una ceja levantada.

-Limpio tu desastre. -habló el moreno prepotentemente, donde miradas sorprendidas y aterradas se diriguian a su persona.

-¿Mi desastre? -ahora las miradas fueron diriguidas a Raditz, quien cerro los puños a modo de asi amortiguar los deseos de golpear a Turles. Los jovenes presentes estaban presenciando la pelea, diriguiendo sus miradas hacia un chico y al otro como si estuvieran en un partido de Tenis -La idea de una fuente fue mía, estuviste de acuerdo, Vegeta lo estuvo también, ¿y a solo días de la fiesta quieres cambiarla? ¿Qué putas pasa por tu maldita cabeza? -se le fue inevitable controlar su lexico, estaba muy enojado como para poder hablar educada y adecuadamente. 

-Pues lo estuve pensando con detenimiento, una fuente de agua con luces exageradas es una idea tonta, ¿para que sirve? No sirve para nada, lo único es para dar lujo y ya. Una fuente de chocolate sería estupendo, la gente podría levantarse y comerlo cuando lo desee. 

-¡¿Chocolate?! ¿¡Tienes idea de lo caro que sale eso?! -esta vez, le toco a uno de los compañeros presentes explotar en cólera al escuchar semejante petición. 

-¿Tienes idea de lo poco que me importa? -dijo el moreno mirando al chico que se atrevio a entrometerse en su platica con Raditz. El pobre chico simplemente agacho la cabeza, derrotado. 

-Eres un idiota. -dijo Raditz de repente, lo que hizo que Turles volteara a verlo. -Eres un total y completo i-dio-ta.

-¿Quieres hablar respecto a esto, en privado? -dijo Turles molesto y apretando los dientes, acercandose amenazadoramente al Son luego de escuchar tales insultos. Raditz ni se inmuto, ni siquiera se removio en su sitio, se quedo plantado allí, no iba a demostrar temor y menos ante alguien como Turles. 

-¡Claro que quiero hablar, pero yo ire delante de ti! -dijo al mismo tiempo que comenzaba a caminar a la salida, adelantando los pasos para que Turles caminara detrás del Son. Al moreno no le agrado la idea de ir atrás, así que luchaba con Raditz para poder estar delante, alargando los pasos y empujandolo de vez en cuando e interponiendo su brazo frente al Son para que no sobrepase el limite de su brazo. -¡No pongas tu brazo frente a mi, no eres mi jefe! 

-¡Haré lo que se me pinte en gana, no eres nadie para decirme que hacer! -dijo enfrentandolo.

-¡¿A si?! ¡Pues tu no eres nadie para andar cambiando las cosas a tu conveniencia, arruinando el duro trabajo de nuestros compañeros solo por un sucio capricho! 

-¡Tal vez si tuvieras dos dedos de frente, te darías cuenta de que esa fuente estaba mal hecha!

-¡Sé un hombre y actua como tal, sabes muy bien que todo esto no viene por una tonta fuente! -estaban gritando tanto, que los jovenes presentes no dudaron en ir a ver que estaba pasando, estando alertas por si requeria entrometerce entre ambos chicos que parecían dos fieras a punto de atacar al primero que mostrase debilidad o un mero descuido. 

-¡Claro que es por la endemoniada fuente, y nada de esto habría pasado si tan solo todo esto se hubiera hecho a mi manera, rata de dos caras! -ese insulto fue tan sorpresivo que Raditz por un instante dejo de hablar. Frunció el ceño por el enojo, y apreto los puños con fuerza hasta hacerlos sangrar. 

-¿Sabes qué? ¡Quédate con tu fuente, o mejor aún, quédate con tu mugrienta fiesta, no pienso quedarme aquí parado ni un segundo más, discutiendo con un imbécil que no pudo superar un rechazo! -ahora fue el turno de Turles el de quedarse callado. -¡Es más, nisiquiera fue del todo un rechazo, yo estaba confundido, no sabía en que pensar! ¡Tantos años de amistad y no pude dejar de pensar en el beso que me diste, me tomo por sorpresa, y tu ya lo tomaste como un rechazo, hasta quería hablar contigo para darte una respuesta y tu solo huias de mi y me hacías indiferente! ¡Pero ya no más, ahora veo todo muy claramente, y aprovechando que te tengo de frente voy a darte la respuesta que, cabe resaltar, la cambie a ultimo momento: No significas nada, Turles, ese beso no significo nada para mi, tu no me gustas y jamás lo harás! -todos los presentes se le pusieron los ojos en blanco y la quijada de les cayo graciosamente hasta chocar contra el suelo, no solamente por la tan reveladora confesión, sino porque además se estaban enterando apenas recién que entre Turles y Raditz paso algo. Turles se quedó de piedra, inmovil, sin capacidad para moverse o de dar una respuesta coherente, ver a Raditz jadeando de ira y con las mejillas sonrojadas de tanto gritar, le partió el corazón. -De aver sabido que me tratarías así, después de todo lo que pasamos y despues de todo lo que hice por ti, hubiera dejado que te violaran aquella vez. 

 

Y dicho eso finalmente, Radiz paso de largo a Turles, sin dedicarse a mirarlo siquiera. Turles simplemente se quedo quieto en su sitio sin voltear su cuerpo para seguir con la mirada al Son, sus palabras fueron tan hirientes que no se percató en que sus rodillas estaban apoyadas en el suelo, abrazandose a sí mismo y que el suelo estaba siendo mojado por un centenar de sus propias lágrimas. Los allí presentes estaban indecisos entre ir a consolar al moreno, o dejarlo ahi para que se desahogara por si solo, pensando que tal vez preferiría estar solo. Optaron por la segunda opción, dejandolo vulnerable alli de rodillas, siendo ajeno a todo, el viento soplaba frío moviendo apenas unas hebras de su cabello negro. 

 

... ...

 

-Bueno, no tienes fiebre, tus signos vitales estan en orden, nada fuera de lo común en tus globos oculares. Todo esta bien, Kakaroto. -explicaba la enfermera amablemente, mientras guaraba todos los utensilios que uso con el Son, para encontrar la razón de su malestar. Kakaroto en cambio se colocaba la camisa de la escuela mientras se bajaba de la camilla. 

-Es que no se que me pasa, enfermera, me eh sentido mal ultimamente, no paro de vomitar y hasta ya los platillos que antes me fascinaban ahora me parecen repulsivos. -dijo haciendo una mueca de asco con tan solo pensar en un plato de carne asado cubiera con salsa de barbacoa y acompañado de papas fritas, se le revolvia el estómago de solo pensar en eso.

-Debe ser que tu cuerpo ya no soporta el hecho de que siempre repitas las comidas que te gustan, y quiere que pruebes algo diferente. -dijo con una sonrisa reconfortante. Kakaroto la miro dudoso, pensando que quizas esa no sea la razon de su desequilibrio alimenticio. 

-No creo que esa sea la causa de...

-¿Has tenido relaciones estos últimos días? -la pregunta vino tan de repente que Kakaroto se sonrojo bruscamente, dejando a medio sus palabras. Comenzo a balbusear y a decir cosas inentendibles, la enfermera le miro y emitio una pequeña risita juguetona debido al comportamiento del muchacho. 

-No...nose a que viene eso...yo jamás...-de repente calló en su balbuseo. Se puso serio y agacho la cabeza avergonzado, la enfermera dejo a un lado su sonrisa maternal, y puso una expresion de suma preocupación. Entendia que su trabajo era cuidar el bienestar de los alumnos presentes en la escuela, no tenía permitido entablar ningun tipo de relacion fraternal con un alumno, mucho menos dejar que este le cuente sus problemas, eso era trabajo del Psicologo de la escuela, pero este caso era diferente. La enfermera iba a hablar sobre su repentino cambio de actitud, pero Kakaroto le cortó el discurso. -...me violaron. 

 

La enfermera casi se cae para atrás ante tal declaración, veía al chico derramando unas pequeñas lágrimas de sus ojos y no dudo ni un segundo en lanzarse al chico y abrazarlo, necesitaba aprecio y comprensión, sobre todo apoyo. Kakaroto le correspondio el abrazo a la mujer y lloro en su hombro, la mujer solo le acariciaba el cabello a modo de calmarlo. Estuvieron en esa posición unos minutos, hasta que la propia mujer tomo de los hombros a Kakaroto y lo alejo de su cuerpo, obligandolo a que la mirase; el Son se secaba las lágrimas ya lejos del cuerpo de la mujer. 

 

-Kakaroto, creo...creo que ya se lo que te pasa. 

-¿Enserio? -pregunto esperanzado con sus ojos llenos de brillo y su cara estaba manchada del recorrido de lagrimas secas. 

-Si, pero para poder afirmar mi conclusión, necesito que te hagas un último exámen. -dicho esto, al enfermera se incorporó y fue hacia uno de los cajones que componia el escritorio y comenzo a revolver dentro de él, buscando algo en especifico. Regresó con una pequeña caja de cartón, donde llevaba escrita una especie de letras extrañas y coloridas. -Necesito que vayas al baño y te hagas la prueba.

-Pero, enfermera, esto solo se lo hacen las mujeres para saber si tienen hijos. -contesto incredulo el niño, mirando la caja al derecho y al reves. 

-Lo se solo...solo, tu orina en el frasco que yo me encargare del resto, tranquilo, todo va a salir bien. 

 

... ...

 

Raditz camino por toda la escuela, tratando de encontrar algun sitio conde poder estar solo, en lo posible que no transitara nadie en el lugar. Luego de tanta busqueda, doblando en una esquina encontró una silla de esas que estan pegabas al piso y a la pared, se sentó alli con furia, sin fijarse de que el lugar estaba totalmente solo. Se recosto sobre el espaldar, peinando sus largos cabellos negros hacia atrás, suspirando en el trayecto. Quizas sus palabras fueron muy duras, quizas hubieron cosas que no debieron de ser dichas, pero ya no importaba, todo estaba dicho y aunque todo lo que dijo no era precisamente la verdad, ya no habia vuelta atrás y ya no tenia remedio alguno. Se froto los ojos con furia mientras se quejaba, unas lágrimas estaban amenazando con salir de sus ojos, era la razón por la cual frotaba sus ojos con fuerza hasta dejarlos rojos. Aún con la cabeza agachada paso sus manos sobre sus cabellos, jalandolos con desesperación y tratando de calmar esas ansias de ir hacia Turles y disculparse por todo, pero su orgullo era aun mas grande que las ganas de llorar. 

 

-Mal día, ¿no? -Raditz se sobresalto ante tales palabras, podía jurar que estaba solo cuando tomo asiento en esa silla, lo sentía. Un joven de cabellos negros y ojos del mismo color, estaba sentado con sus piernas cruzadas leyendo un libro justo en la misma silla que Raditz, tenia unos lentes puestos de lectura. 

-No te importa. -desvió la mirada frustado, sintiendose interrumpido en sus pensamientos, limpiandose disimuladamente las lagrimas que apenas lograron salir. 

-Bueno, todos tenemos un mal día a veces. Y no hay nada mejor que salir a explorar para sentirse mejor y olvidarse de los problemas. -dijo con una sonrisa mientras colocaba un separador entre las paginas de su libro para no perderlas, para luego cerrar el libro y dejarlo a un lado. -Por cierto, soy Gohan. -dijo ofreciendole la mano en forma de saludo, mientras le sonreia de medio lado. Raditz le miro de reojo, incomodo. 

-¿Quién te pidio consejos? Y lo más importante, ¿Quién te pidio que dijeras tu nombre? -dijo a la vez que groseramente le golpeaba la mano, alejandola de su persona. Ahora que se ponia a recapacitar, jamás habia visto a ese chico antes. Ni en los cursos superiores ni en los inferiores, en ningun lado. Tenia puesto unos jeans y camisa que no eran propios del uniforme escolar, más bien era algo casual y propio de alguien que va a tener una cita. -Por cierto, ¿que haces aqui? Nunca te eh visto. 

-Bueno, quizas no estas enterado, y me imagino que nadie lo sabe aún, supongo que luego lo descubriran. Pero estoy aqui para realizar una suplencia, uno de los maestros esta gravemente enfermo y me llamaron para reemplazarlo. -dijo mientras levantaba su maletin del suelo, guardando el libro que anteriormente se encontraba leyendo. -Voy para mis ultimos años de la Universidad, soy Licenciado en Literatura, y en cuanto me llamaron para reemplazar a un maestro me puse feliz, hasta llegue aqui con tres horas de anticipación. -Raditz le miro con una ceja arqueda, ¿un maestro sustituto? Qué locura más grande. No va a sobrevivir, y mucho menos un futuro graduado de la Universidad. 

-Si, bueno, que tengas suerte. -no le intereso mucho el saber mas de ese chico, con solo mirarlo parecia mas joven que el mismo Raditz, tampoco le pregunto especificamente a que profesor iba a reemplazar. Se levanto de alli y siguio su camino hacia la siguiente clase, no iba aperder tiempo en ese ''Gohan''. 

 

... ...

 

La puerta se abrio de repente, Kakaroto se habia quedado recostado en la camilla, esperando a que la enfermera llegara con los resultados. El Son levanto apenas la cabeza para ver de quien se trataba y se levanto de golpe al percatarse de que Vegeta ahora le estaba mirando con cara de pocos amigos. Ni siquiera se digno a decir palabra alguna, solo se quedo alli parado con el pomo de la puerta aun entre su mano, y Kakaroto sentado mirandolo tambien. Deespues de esa confrontacion, Kakaroto no volvio a saber de Vegeta, y aunque ambos estudian en la misma institucion, parecia que al Saiyan se lo habia tragado la tierra; esta era la primera vez que lo veia, y lo veia diferente. 

Vegeta, sin importarle el porque Kakaroto estaba nuevamente en la enfermeria, cerro la puerta detrás de si y se dispuso a sentarse en una silla, obviamente lejos del Son, dispuesto a esperar a la enfermera, que no estaba por ningun lado del lugar, cruzandose de piernas y mirando hacia otro lado. Kakaroto suspiro, sintio que otra vez estaba volviendo hacia atras, al principio, a cuando por primera vez conocio a Vegeta y que este lo trataba mal e indiferente. Aunque ya sabia la causa de su humor, y quiso reparar las cosas. 

 

-Y...¿Cómo has estado? -el Son salto en su lugar al sentir de repente como esos ojos negros se le clavaron en su ser como un monton de cuchillos, podia sentir rencor y odio en esa mirada. Vegeta no respondio, y continuo mirando algun punto fijo de la enfermeria, frotando sus manos contra sus piernas, ansioso, ya queria irse de alli, la estupida enfermera no puede estar tardando tanto en hacer quien sabe que cosa. -Escucha, se que lo que paso hace unos días, me fui de la raya y...creo que ahora debes estar un poco...mal por lo que dije y...

-¿Tu crees? -dijo girando su cabeza hacia él, Kakaroto volvio a saltar en su lugar, odiaba esa nueva habilidad de asustarlo con solo reaccionar de repente, sin aviso. -No me sermonees, insecto, ya sufri todo lo necesario para superarte, no necesito de alguien como tu en mi vida, personas con quien podre salir hay muchas, no te creas la gran cosa solo porque te revele mis sentimientos; tu ya no eres nadie. 

 

Kakaroto se quedo con la boca semi-abierta ante tal declaración, ¿de verdad escucho bien?. Lagrimas amenazaban con salir, pero afortunadamente las pudo contener, no queria llotrar frente a Vegeta, ni demostrar lo duras y crueles que fueron sus palabras. La enfermeria se vio sumergida en un profundo silencio, Vegeta volvio a dirigir la mirada hacia otro lado, sin importarle en lo mas minimo el efecto que tuvieron sus palabras en Kakaroto. El Saiyan, harto de esperar, dio un pesado suspiro y levantandose de la silla comenzo a caminar hacia la puerta, no iba a seguir esperando a esa mujer un minuto más. Y antes de que Vegeta pudiera tomar el pomo de la puerta y abrirla, Kakaroto hablo. 

 

-Lo siento. -dijo, Vegeta se quedo parado sin moverse, negando con la cabeza. 

-Kakaroto-kun, felicidades, estas esperando un hijo. -aparecio la enfermera con los resultados del embarazo que resulto ser positivo. Vegeta giro su cuerpo sin poderselo creer, mirando a la enfermera y luego mirando a Kakaroto, quien estaba con la boca mas abierta que nunca.

 

¿Y ahora que iba a hacer?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).