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REGRESA A MI por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el segundo capítulo, aquí se puede ver un poco mejor a dónde va todo, espero que les guste lo que viene

Capítulo 2.- Cama vacía

 

Era una tarde de sol como cualquier otra, una agradable brisa llenaba el ambiente, el cielo era un espectáculo porque el atardecer era sumamente hermoso, rojo… como no lo habían visto en muchos muchos años, la gente que estaba transitando las siempre atestadas calles de Londres se paraba para poder apreciar ese hermoso regalo de la naturaleza, el otoño estaba acabando y la temperatura bajaba en las tardes y noches, pero este día estuvo de lo más hermoso

 

El ruido de los autos inundaba el ambiente en uno de los barrios bohemios del centro de Londres, todo era bullicio, color y vida alrededor, la vida seguía su curso y corría para todos, para todos… salvo para un hombre de cabellos azules cortos que estaba mirando sin mirar su reporte de ventas del último mes, el bar estaba medianamente lleno lo cual no era extraño al ser un miércoles al caer la tarde

- Ikky… ¿podrías hacerme caso? – una muchacha pelirroja trataba de llamar la atención del hombre de cabellos azules que reaccionó cuando la chica le tocó suavemente el brazo

- Ohhh… Marin lo siento, ¿qué me decías? – el peliazul se acomodó de mejor manera los lentes que estaba puesto y pestañeó varias veces antes de volver su atención a las cuentas delante de él

- Te decía que… - pero la muchacha no pudo terminar lo que iba a decir porque una canción sonó en los parlantes, apenas si la escuchó pero Ikky se tensó completamente y dijo:

- Cambia la canción por favor

- Por favor Ikky concéntrate, olvida eso que no  es importante, esto si lo es

- June… ¿podrías cambiar la canción por favor? – Ikky buscó con la mirada a una de las meseras y le pidió esto en un tono nada amable, de hecho, el peliazul estaba apretando los puños

- Esta canción es buenísima – respondió la rubia muchacha encogiéndose de hombros, Ikky bufó y sin más caminó tras la barra en donde había estado de pie tratando de concentrarse en las cuentas, y al llegar al final, tomó el computador que tenía el programa en el que se reproducía la música y de un solo tirón lo tomó, arrancando todos los cables en el proceso, el bar entero se quedó en silencio, los muchachos que estaban en las mesas miraron con sorpresa la violencia con la que el dueño del bar había tomado el computador, unos rieron, otros se pusieron por demás incómodos

- Ikky… por todos los dioses… - Marin lo miró y levantó las manos en señal de paz, el peliazul estaba lívido pero al ver la cara de susto que tenía la muchacha, el coraje se le fue bajando y se sintió miserable al haber sido dominado por su impulso, así que puso el computador en la barra y hundió el rostro en las manos, Marin se acercó a él y le acarició suavemente los cabellos para llamar su atención, Ikky se incorporó y a Marin le pareció que limpiaba una lágrima de su rostro, pero había que tomar en cuenta el carácter de Ikky para no dejarse ver por nadie en ese estado, el peliazul se volteó, tomó su saco que estaba en el espaldar de la silla y mientras se lo ponía se dirigió a la puerta y dijo:

- Me voy a caminar, por favor… arregla eso o algo…

- Ve tranquilo – respondió Marin con una débil sonrisa

- ¿Y cómo quedamos con las cuentas? – Ikky se volteó y preguntó esto desde la puerta

- Yo lo arreglo con Shun, tú no te preocupes por nada, aún estamos en negro, ve tranquilo a caminar

- Ok.-

 

Ikky salió y encendió un cigarrillo, había dejado de fumar hacía 4 años, pero volvió al vicio exactamente hacía 3 meses, 3 largos, miserables, solitarios y malditos meses, Ikky tenía un poco de frío así que apretó el paso aunque no necesariamente tenía un rumbo, las céntricas calles estaban atestadas de gente, era noviembre y el espíritu navideño ya empezaba a inundar el ambiente, Ikky lo odiaba y con pasión, en este último tiempo lo odiaba todo… todo…

 

La verdad no supo cómo fue que llegó allí, pero al frente suyo estaba uno de los parques más grandes del sector, Ikky meneó la cabeza y sonrió con tristeza al cruzar la calle y empezar a caminar por el caminito empedrado que se perdía por los árboles, en medio del parque había una fuente y un pequeño puente  por el que corría un riachuelo, al llegar al centro de él se detuvo, sacó un nuevo cigarrillo y lo encendió, pasó su mano por la baranda de madera y sonrió con profunda tristeza cuando encontró una leve marquita, al mirarla los ojos se le llenaron de lágrimas pero no quería llorar, ya no quería llorar más, a veces pensaba que se le debían haber acabado las lágrimas a estas alturas pero no… su recuerdo le estrujaba el alma como nada nunca antes lo había hecho

 

La tarde empezaba a caer, las nubes se volvieron grises y amenazaba tormenta, Ikky no supo cuánto tiempo estuvo en el parque, no supo a qué hora emprendió su camino a casa, no supo cómo llegó a casa, lo cierto es que reaccionó cuando se vio a si mismo reflejado en el espejo que estaba colgado en la pared, casi no podía reconocerse a sí mismo, estaba pálido, un poco más flaco, algo barbado, sus ojeras daban miedo, sus ojos estaban algo rojos y eso que se había negado a llorar ese día, pero lo que más le desarmó fue su propia expresión, él aún no cumplía 28 años pero parecía de 40 como mínimo, sus ojos estaban apagados, parecía un fantasma… su hermano ya se lo había dicho, pero no lo tomó en serio hasta ese momento exacto, diablos…

 

Cerró la puerta, dejó su saco en el perchero que estaba junto a la puerta y caminó por la tenuemente iluminada estancia, su departamento no era muy grande, pero a su criterio era acogedor y cómodo, antes tenía un toque hogareño espectacular pero ahora… ahora no, todas las luces estaban apagadas y la única fuente de iluminación era el farol de la calle, de cualquier manera Ikky caminó sin tropezarse ni una sola vez, del estante bajo de la credenza en donde guardaba sus vasos y vajilla, sacó una botella de whisky, la abrió y sin molestarse en buscar un vaso, le dio un sorbo, hizo una mueca, se arrimó a la pared y suspiró

 

El hombre de cabellos azules, se aflojó la camisa como si no pudiera respirar, pero es que así exactamente se sentía, era como si unas manos invisibles se cerraran en la garganta impidiéndole respirar, era duro para él estar allí, ese lugar en el que alguna vez fue tan feliz ahora lo llevaba a la desesperación, quería gritar, gritar con todas sus fuerzas, ya lo había hecho en el pasado, ya había gritado hasta quedarse sin voz y nada había cambiado, nada se había solucionado, la ausencia se sentía ahora más que antes, el silencio era aplastante e Ikky se arrimó en la pared y dejó que la oscuridad lo envolviera mientras se resbalaba hasta quedar sentado en el suelo…

 

Un muchacho de cabellos y ojos verdes corría por las conocidas calles del barrio en el que vivía su hermano, lo había esperado por horas en el bar pero no… no había vuelto de su caminata, esta no era la primera vez que algo así le pasaba, así que con santa paciencia se apresuró hasta el edificio en cuestión, sacó sus llaves y entró, corrió por las escaleras hasta el sexto piso, abrió la puerta y sin pensarlo dos veces encendió las luces antes de entrar al departamento que estaba en completa oscuridad

- Apaga las luces que me duelen los ojos – un gruñido sonó desde la sala, el muchacho de ojos verdes no apagó las luces sino que caminó con decisión hasta que llegó a su hermano que se estaba cubriendo el rostro con un brazo

- Emborráchate Ikky, eso arreglará todos tus problemas – el muchacho se cruzó de brazos y meneó la cabeza al decir esto

- No estoy de humor para que me regañes Shun, además… yo soy tu hermano mayor, tú no tienes por qué regañarme

- Si actuaras como mi hermano mayor, tal vez te trataría como tal, ¿qué tomas? – Shun se dejó caer al suelo y se sentó junto a su hermano que le pasó la botella sin mayores preámbulos

- Whisky, y no… no estoy borracho, he tomado un par de tragos nada más – Ikky se frotó la cara con las manos mientras Shun le dio un bocado a la botella, hizo una mueca y se la devolvió a su hermano al decir:

- Me alegra que no estés borracho pero no es normal que estés botella en mano sentado en la oscuridad

- ¿Y en dónde debería estar?, según tu claro está

- En el bar, atendiendo tu negocio, en la calle caminando, aunque si quieres estar aquí también eso es bueno, pero deberías hacer algo productivo, no me parece justo que estés botado en el suelo autocompadeciéndote, en verdad te desconozco Ikky – el tono de Shun era algo duro, pero ya no sabía cómo hablarle a su hermano, ya había intentado consolarlo, hablarle suavemente, trató enojándose con él, trató de hacerle hablar de lo sucedido pero no… nada daba resultado con Ikky, y la situación llegó a niveles alarmantes hacía apenas un par de meses, de ese golpe Ikky no se había podido recuperar, Shun lo entendía pero estaba cayendo en desesperación al ver a su hermano en ese pozo del que no podía salir

- Sé que soy un fracaso Shun, no me lo restriegues en la cara

- No eres un fracaso Ikky, nada de lo que ha pasado es tu culpa – Shun palmoteó la pierna de Ikky que hizo un esfuerzo y se levantó, se apoyó en la pared y tomó otro trago de su botella, respiró profundamente y cerró los ojos al decir:

- Si lo es, todo es mi culpa Shun… todo es mi culpa

- No Ikky, no es tu culpa – Shun se había puesto de pie y tomó la botella de manos de su hermano para dejarla en una de las mesitas de la sala

- Si lo es, y por favor no quiero seguir hablando más de esto

- Ok., si no quieres hablar de esto me parece fantástico, pero no puedes seguir viviendo así, ¿por qué no regresas a casa?, a papá le dará gusto el recibirte – Shun tomó la mano de Ikky que le sonrió con tristeza y acarició su rostro suavemente, pero meneó la cabeza al decir:

- A ti te daría mucho gusto recibirme, tu padre creo que tiene diferentes opiniones

- No seas así Ikky, papá está muy preocupado por ti – Shun dijo esto mientras seguía a su hermano por el departamento, Ikky caminó por el pasillo y llegó a su habitación la cual estaba perfectamente ordenada, la cama estaba nítidamente tendida, la ropa doblada en la sillita, el closet cerrado y la puerta del baño también, a Shun le parecía tan extraño ver este departamento tan ordenado, parecía que nadie vivía allí, y en cierta forma así era, su hermano no vivía… sobrevivía que no es lo mismo

- ¿Está tan preocupado por mí que ni siquiera me llama?, por favor hermanito, eso no te lo crees ni tu

- ¿Vas a bañarte? – preguntó Shun al ver a su hermano entrar al cuarto de baño

- No… solo voy a lavarme la boca, me cambio de saco y me voy al bar

- Genial, Marin me estaba volviendo loco con las cuentas, te lo juro, entiendo la mitad de lo que ella me explica – Shun se arrimó a la pared y se hubiera mirado a sí mismo en el espejo de la habitación, pero no, ese espejo estaba volteado

- Tienes suerte si le entiendes la mitad, ¿puedes sacar mi saco azul del clóset Shun? – llamó Ikky desde el cuarto de baño

- Ok., - Shun abrió el clóset y suspiró, la ropa dentro estaba nítidamente doblada y acomodada, se había equivocado, Ikky si había hecho algo de provecho en sus días encerrado en aquel departamento, pero tanto orden… le estaba llegando a Shun a los nervios, rápidamente encontró el saco que su hermano le había pedido y lo tuvo listo para él cuando salió del baño, Ikky se había lavado la cara también y lucía un poco más fresco

- ¿Tienes hambre Shun?

- Me muero de hambre, si quieres que sea brutalmente sincero contigo – Shun sonrió al decir esto

- ¿Vamos a visitar a tu padre?

- ¿En serio?, ¿quieres ir a visitar a papá?

- Si… ¿por qué no?

 

Ikky se puso su saco y salió del departamento con su hermano, tomaron un taxi y llegaron a una de las zonas más exclusivas de la ciudad en donde entraron a un restaurante muy lujoso, el local estaba lleno pero los meseros y demás personal del restaurante los saludaron amablemente, hasta que una de las muchachas señaló las escaleras, Ikky y Shun subieron para encontrar a un hombre de mirada austera y cabellos verdes afanado leyendo unos documentos, sus lentes de media luna estaban un poco corridos en su nariz, parecía que las cuentas le estaban ganando la partida

- Vaya… mira lo que trajo el gato del río, me da mucho gusto verte hijo – el serio hombre de cabellos verdes sonrió sinceramente al ver entrar a su oficina a sus dos hijos, Shun lo abrazó a manera de saludo e Ikky hizo lo mismo

- Ha pasado mucho tiempo papá – dijo Ikky cuando el abrazo se rompió

- ¿A qué debo el honor de su visita?

- Vinimos para que nos alimentes – dijo Shun con una sonrisa pícara, Shion, su padre, rió muy divertido y señaló la puerta de la oficina al decir:

- Faltaba más, mesa para tres inmediatamente…

 

La cena no tuvo novedades, las conversaciones en aquella mesa fueron por demás ligeras, Ikky disfrutó una comida como no lo había hecho en algún tiempo, eso de comer solo frente al televisor no iba con él, y el tener de compañía a su familia le hizo muy bien al alma, por eso cuando volvió a su bar, sus espíritus estaban en mejor forma, ya no tuvo roces con nadie y la noche estuvo bastante bien, Ikky cerró el bar y finalmente hizo cuentas con Marin, para su alivio, el bar estaba bastante bien, estos últimos meses lo había descuidado mucho por problemas personales pero Marin había hecho un excelente trabajo y todo estaba fluyendo bien, habían ganado más de lo que Ikky hubiera pensado dadas las circunstancias, bueno… por lo menos no todo en su vida se había ido al diablo…

 

Casi a las tres de la mañana, el peliazul regresó a casa y se le encogió el alma al entrar a aquel departamento, por mucho tiempo estuvo de pie en el marco de su habitación sin atreverse a entrar, miraba la cama con un dejo ausente en su rostro, miraba las almohadas nítidamente acomodadas, miraba las pantuflas de osito que estaban al lado derecho de la cama, miraba todo esto y se sentía enfermo, no… no podía seguir allí, Shun tenía razón, debía salir de ese lugar por su salud física y mental, así que esa misma noche armó una muy pequeña maleta y salió al frío de la noche, lo que necesitaba ahora era un santuario, paz… paz… si… claro…

 

Notas finales:

Chan chan chan... Ikky también tiene su lado de la historia

Muchas gracias por leer y nos vemos en el capítulo que viene, no se lo pueden perder, saludos, bye


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