caleb Jabir, un joven de 16 años que cuida de su madre enferma siendo ambos los únicos familiares que quedaban luego de que su padre y hermanos mayores se fueran a la guerra, sin duda fue una mala decisión.
caleb tenia el cabello color castaño y los ojos de un color ambarino que aveces llegaba ser confundido con el color dorado, su madre agradecía a dios que había heredado aquella facción de su difunta abuela,su piel era acanelada pero lo que mas resaltaba de el era su cuerpo tan voluptuoso que en mas de una vez su familia corrió peligro por lo llamativo de su rostro y cuerpo.
sus nalgas torneadas y firmes, piernas largas y esbeltas al igual que un pecho amplio con aquellas tetillas rosáceas que a mas de uno les agradaría morder o lamer,unos labios preciosos y ni hablar de su fisonomía tan agraciada no por algo su apellido era ''Jabir'' (hermoso).Caleb era un muchacho inteligente que pese a estar en una de las zonas menos pobladas sabia leer,hacer cuentas y escribir.
a pesar de aquel desierto frió algunas personas habitaban a los alrededores,viejos,mujeres y niños mantenían una vida normal y alejada de la guerra que se vivía a las afueras.una que otra mujer cuidaban a sus viejos eh hijos menores en espera de sus maridos, muchas de aquellas jóvenes mujeres solían suspirar con aire alelado en el vago recuerdo de las voces ásperas y roncas de los hombres que muchos de ellos eran esposos,amantes o simplemente prometidos que fueron a luchar por su tribu, Caleb no podía ir debido a su condición física ademas que tenia que cuidar a su enferma madre (por también resaltar el hecho que era muy joven) pero a el no le importaba el hecho de pelear por su tribu debido que sus pensamientos eran ajenos a las armas o contraer matrimonio con algún muchacha hermosa de su tribu,no,Caleb amaba leer y en cada libro que le prestaban siempre leía sobre las llanuras verdes y frondosas, los distintos animales desde el mas pequeño y el mas grande, pero lo que mas le encantaba era leer sobre el mar.
como amaba leer sobre aquel inmenso mar que refleja el azul del cielo,se sentía tan bien con leerlo casi que podía evocar en su mente el como era estarse bañando en una playa, en uno de sus libros mencionaba como era por lo cual el olor a salitre y el sonido de las olas chocar contra la arena se le era un deleite.
en su tribu no era accesible el agua que las mujeres mientras iban a el mercado a comprar una gandola de agua,el de ojos ambarinos tomaba un camino de dos horas hacia un pozo con agua que el llenaba en un cántaro para ir devuelta a casa.
su casa estaba construida con rama de árbol seca al igual que el techo con un poco de barro pero su casa pese a no ser tan bonita como la tenia la gente de la tribu sin duda el amor y cariño que mantenían ambos miembros de la familia hacia que el aire fuera cálido y acogible.
-¡vamos a jugar caleb! -una pequeña de cabellos negros y enmarañados jaloneo el brazo del adolescente que este mirándola solo pudo sonreír ante su invitación.
-perdona mihar pero tengo que cuidar a mi madre,tal vez otro día -la pequeña entristecida solo pudo sonreír algo apenada a sabiendas que la madre del joven estaba enferma,mihar sin nada que hacer ahí se fue despidiéndose del de ojos ambarinos.
-¡nos vemos luego! -abanico la niña su mano en señal de despedida para luego ver como se reunía con un tumulto de niños.
caleb suspiro y caminando a paso lento había llegado a su casa, al entrar pudo ver a su madre dormir plácidamente en el catre que el esbozando de manera inconsciente una sonrisa se dirigió a una cocina improvisada la cual consistía en una hoguera pequeña casi improvisando una parrilla,el observo unos minutos la hoguera para después ir al otro extremo de su hogar a ver una pequeña mesa hecha con ramas secas,encima de esta tenían pócimas y brebajes para bajar calmar la enfermedad de su madre, en otro lado casi en la esquina habían sacos de maíz y otro de harina,azúcar,sal y por ultimo arroz,ellos al ser solo dos personas tenían mas comida que cualquiera de su tribu. Caleb se acerco a donde estaban los sacos con granos para tomar con su mano un puñado de maíz y meterlo en los bolsillos de su improvisado pantalón,al de piel canela le gustaba darle maíz a las perdices que veía en sus viajes al pozo ya que al verlas un poco gordas le inspiraba una ternura enternecedora con aquellas aves.
caleb observo todas la vasijas haciendo un inventario para ver si faltaba algo de comida o de agua que al ver como una de las vasijas ya no tenia agua susurro para si con una expresión feliz.
-sera mejor hacer otro viaje -caleb tomo el cántaro en manos y justo antes de irse observo una vez mas a su madre con ternura- regresare pronto...lo prometo -susurro.
caleb aunque tardara algunas dos horas para ir al pozo a buscar agua y dejar a su madre sola, mihar custodiaba junto con otros niños la casa de caleb como si fuera algún tipo de castillo, algunas veces mujeres del pueblo querían meterse a la casa pero debido a los niños que gritaban y lanzaban piedras era imposible meterse al hogar.
el joven salio cerrando la puerta observando como los niños que miraban como este salia de su hogar,cabecearon dando una clara señal de que aguardarían hasta su llegada,caleb solo pudo sonreír para ellos como solía hacer y así empezó a caminar hasta llegar a un punto en el cual estaba muy alejado del pueblo.
caleb en todo el transcurso hacia el pozo observo algunas perdices que caminaban como si nada omitiendo la existencia de el humano que atravesaba la estepa del lugar que los rodeaba,el saco de su bolsillo el puñado de maíz tirándolo al suelo viendo como algunas perdices se acercaban tímidas aunque otras se acercaron tranquilas picoteando los granos amarillentos estas estaban gorditas que caleb no dudo en ponerse de cuclillas y acariciar a las gordas ya que sabia que estas ya estaban acostumbradas a su presencia que no dudaban ni un segundo en responder a sus mimos,las que eran mas tímidas se apartaban algo temerosas pero viendo el tiempo transcurrido en el que el joven no hacia alguna acción brusca decidieron acercarse al de ojos almíbar para recibir sus caricias.
-son tan preciosas -murmuro observando como el pico de una de las aves se restregaba en su dedo incitándolo a darle una caricia mas- lo siento pequeñas pero tengo que irme -el se levanto para acción siguiente despedirse de las aves que miraban confusas al joven que se retiraba.
a caleb le encantaba ir al pozo como método para olvidar la enfermedad de su madre y la turbia guerra que retenía a sus hermanos y padre,de tanto caminar cuando pudo divisar el pozo que corrió con todas sus fuerzas hacia el con una sonrisa alegre en labios,el vio dentro de este el agua que aunque no supiera cuan hondo fuera podía ver con claridad su reflejo,a veces se quedaba minutos admirando su reflejo que pese a no ser narcisista para el estaba claro que es hermoso, las muchachas de su tribu recalcaban aquel hecho que lejos de sentirse halagado se sentía bien con saber eso.
-un baño no vendría mal-aquella tarde era calurosa que luego de pensarlo un rato,el de piel canela decidió refrescarse con un baño.
debido al sistema de polea que tenia el pozo amarro con una cuerda la manillas de la vasija para ir bajando y minutos después subir agua,con sus dedos toco el liquido el cual estaba frió.
mientras el de piel canela retiraba su ropa (luego de poner el cantaron en el piso)iba cantando una canción de cuna que su madre solía cantarle cuando estaba enfermo o se sentía mal. Caleb estaba tan distraído que cuando se restregaba el cuerpo con el agua purificando su cuerpo de toda suciedad no noto como ''algo'' le miraba de forma insistente.
solo fue cuestión de segundo cuando volteo y pudo verlo claramente.
como desearía haberse quedado con su madre en aquellos instantes...
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español