-Bien, ya saben cómo en el ensayo.
-¡Si! – Un grupo de chicas corea sosteniendo elaborados envoltorios.
Mientras un chico matapasiones pasa y ve la escena suspirando.- ¿Por qué no lo superan? Ya va más de un año.
Y por metido, la líder del increíble escuadrón de chicas que llegó 30 minutos antes a la escuela en ese 14 de Febrero, se quitó el zapato y golpeó su cabeza.
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Todas las chicas ubican los chocolates finos de marcas reconocidas con envoltorios perfectos cada uno con los nombres escritos en una caligrafía cursiva detallada.
Algunas de ellas incluso pidiendo prestado mucho dinero para dejar tal regalo en el escritorio de Seto Kaiba.
Porque el tipo no solo está bueno, sino que nada en dinero. Con tantos regalos lujosos en el escritorio más los que tiene en su casillero es seguro que lo sorprenderá y quizás, este año, con toda certeza…
El mismo chico que pasó antes, estaba vez con un chichón, mira la gran cantidad de regalos para el jefe de KaibaCorp y simplemente niega.
Esta vez con la astucia de no decir nada para no tener otro chichón que lo empareje.
Porque en serio. ¿Qué pensaban las chicas al darle chocolates a Seto Kaiba? No solo es frio, grosero, altanero y patán, sino que lleva más de un año con una persona completamente opuesta a él.
-¡Hey! ¡Buenos días! – Anuncia alegre un rubio entrando al aula, levantando una ceja a la mirada de hostilidad de la mayoría de las chicas pero solo se alza de hombros.
Y justo ahí está parado el mayor obstáculo para conseguir ser el san Valentín de Seto Kaiba, su novio Joey Wheeler.
Pero la líder no le teme ni un poco, porque él está por debajo de todas las otras que pueden ser seleccionadas.- Wheeler.- Le llama mientras éste se acerca a su asiento.- ¿Sabes cuándo llegará Kaiba?
-¿Oh? El me trajo pero se quedó porque algo no le dejaba abrir su casillero.- Se detiene en su asiento, que está diagonal a Kaiba y nota los chocolates.- Eh, tal vez quieran quitar eso de ahí.
Las chicas resoplan y voltean los ojos, dejando a la líder hablar.- Aunque estés celoso no lo quitaremos.- Dice con orgullo.
El rubio levanta sus manos en el signo internacional de rendirse, y se sienta su silla designada
Y la dicha continúa cuando Seto Kaiba entra por la puerta… Aunque más enojado de lo habitual.
¿Qué pudo haberlo causado? Posiblemente el rubio al que se acercaba.
-Habia cientos de chocolate tapando todo el casillero.- Dijo Kaiba al llegar frente a Joey.- ¿Qué clase de broma pesada es esa?
De inmediato muchas de las chicas se congelaron al ser parte de uno de esos chocolates estorbosos.
Joey suspira.- Te dije esta mañana que es San Valentín, las chicas suelen dar chocolates a chicos que les gustan.
Kaiba se cruza de brazos.- ¿Entonces dónde está el chocolate que se supone debes darme?
Algunos se burlaron de la cara de profunda vergüenza del rubio.- ¿Q-Qué se supone que significa eso? – Tartamudea con un sonrojo.- ¿Acaso te parezco una chica? – Ahora sí, hace reír a las chicas, porque el tonto ni siquiera le trajo nada a Kaiba, estaba tan perdido.- Además, es una pregunta estúpida. Ni siquiera te gusta el chocolate.
Eso causó congelamiento cerebral e incluso algunos comas en varias chicas al notar efectivamente un gesto de disgusta con solo nombrar el chocolate.
-Incluso si me gustara cualquier tipo de cosa dulce.- Eso rompió el corazón de una pequeña rubio con lentes que habia mandado a hacer merengues es una famosa panadería.- Ni siquiera podría pensar en comer todo eso.- Levanta una ceja no impresionada al pequeño monto en su escritorio.- ¿Qué se supone que haré con todo ese chocolate?
Joey sonríe.- Pues lo mismo que el año pasado, ¡Dármelo a mí!
La líder está segura que esta vez escuchó que alguien se desplomó con eso. Porque el año anterior solo se acumuló el escritorio de chocolates los cuales Kaiba y él se los llevó en una bolsa. Todas pensando falsamente que se los había llevado para comerlos.
Kaiba le da una mirada al chico que se sienta delante de Joey, y éste enseguida capta la indirecta de que se levante para que pueda hablar con su novio ambos sentados.- Ni hablar, el año pasado tuviste dolor de estómago. Fueron demasiados y con muy poco calidad, si me lo preguntas.
Golpe bajo. Si incluso Joey, que come absolutamente de todo, no pudo soportar algunos chocolates que quizás no estaban tan bien horneados (Quizás alguna chica de primero tratando de hacer algo casero) entonces menos para Seto Kaiba.
De inmediato la líder se hizo un listado mental de cuáles chocolates fueron caseros, porque antes de todo esto se estableció un inventario.
Antes de dar si quiera un suspiro de alivio al notar que solo las experimentadas en economía doméstica fueron quienes ofrecieron los propios chocolates caseros, Joey ríe.- ¡No seas tonto! Eso fue porque comí otra cosa antes ¡El chocolate no puede hacerlo daño a nadie! – Anuncia feliz asintiéndose como lanzando una verdad universal.
Kaiba le alza una mirada nada impresionado.- Tiene demasiada azúcar, grasa y carbohidratos. Si se come en exceso puede dar migraña.- Resopla indignado.- Además que si comes mucho te engordas.
Casi enseguida una chica de la clase, que le daba a uno de sus amigos chocolates y agarró uno de ellos para comerlo, vuelve a ponerlo en su empaque sin tocar.
Joey agita su mano sin preocuparse.- El chocolate viene del cacao, que sale de un árbol. Eso lo hace una planta. Por lo tanto, el chocolate cuenta como ensalada.
Hubo un pequeño silencio de dos segundos y luego todos empezaron a reír con lo dicho con Joey. Yugi, quien apenas estaba entrando a clase niega con la cabeza.- Eso es de las cosas más tontas que has dicho, Joey.
Joey mira a todos lados ignorante.- ¡Oigan! ¿Por qué se ríen?
Provocando más risas. Kaiba también niega con la cabeza, incluso dándose un facepalm para luego ver a Joey.- Incluso si pensara que comer chocolate te hace vegetariano.- Rueda los ojos a lo patético de lo que acaba de decir.- Aun así no permitiré que comas cosas de desconocidos. Ya vimos lo mal que terminó el año pasado.
-Después de ver esto. ¿Realmente crees que no probaré al menos un chocolate?
Kaiba rueda los ojos.- Bien, entonces después de la escuela te llevaré a Pastisseria Bela para que comas chocolate de calidad.
Las chicas se tapan la boca con sus manos con tal impresión e incluso ruedan los ojos cuando ven a los ignorantes chicos preguntándose qué es eso y en qué idioma se dijo.
Por eso son vírgenes. Pensamiento de más de una.
Pastisseria Bela es la pastelería más fina, elegante y costosa de todo Domino. No solo los precios son una locura, los postres son exquisitos y el ambiente es perfecto para eventos elegantes.
Es el paraíso romántico de toda chica.
Joey abre los ojos y se levanta de su asiento emocionado.- ¡¿De verdad?!
Porque al estar con Seto Kaiba, claramente reconoce el nombre, sino sería como los otros ignorantes. Incluso Yugi tiene expresión de no saber de qué rayos hablan.
Kaiba asiente sin problemas.- Si igual quieres comer chocolate, mejor te llevo donde mereces.
Joey sonríe y se acerca para dar un ligero beso en agradecimiento para luego alejarse en pánico.- ¡Espera! Si me da algo tan caro en San Valentín, ¿Cómo se supone que te lo devuelva en el día blanco?
Muy buena pregunta, porque en el día blanco los hombres le suelen devolver a las mujeres un regalo del triple del valor que el de ellas en San Valentín.
Kaiba se alza de hombros.- Ese día me da igual.
-No, no. Es una tradición.- Joey se levanta empieza a dar vueltas pensativo.- Algo tres veces del valor de eso. Mm.- De repente se detiene con una idea en la mente.- ¡Lo tengo! ¡Sexo!
Nuevo silencio.
Mucho más avergonzado que antes haciendo a alguno voltearse porque sólo ese par podía hablar de esa forma, delante de tantas personas sin un atisbo de vergüenza.
Kaiba levanta una ceja.- Pero tendría que ser diferente del sexo habitual para que lo valga.
-¿Qué te parece sexo toda la noche del día blanco y te preparo desayuno al día siguiente?
Kaiba sopesa la idea para luego sonreír.- Creo que tenemos un trato entonces.
-¡Si! – Joey se acerca y le toma sus mejillas para dar un pequeño beso.- ¡Vamos a Pastisseria Bela!
Y así como si nada ambos vuelven a una conversación tranquila sobre definir qué hacer con todos los otros chocolates, como si no hubiesen hecho planos el día blanco de imitar una maldita luna de miel.
El chico del principio, con su chichón más bajo porque su novia le prestó su termo, pone una mano en el hombro de la líder.- Ya ríndete de una vez.
Y bueno, al final su novia le regañó porque ahora tenía dos chichones