Capítulo III: Intenciones.
“Tengo intenciones, pero me estoy poniendo inquieto
Necesito tu bendición, te follaré si me dejas, bebé”.
—Dean.
—Ten. —WooSeok le dio una gran barra de chocolate, sacándola de su mochila mientras caminaban entre los largos pasillos, algo vacíos para esa hora del día.
—¿Cómo supiste que me gusta mucho el chocolate? —Dijo con asombro, agarrando la barra, ignorando todo a su alrededor.
—Me lo dijiste hace días. —Alzó los hombros, confundido por la reacción del mayor, solo era algo sin importancia, al menos para él.
—Es que no suelo contar nada de mí a los demás, gracias. —Le dio un rápido abrazo, guardando su regalo en su mochila. WooSeok no hizo ninguna mueca, su pecho se había acelerado y eso le seguía molestando. Yuto era extraño, lucía una imagen que reflejaba lo poco social e inexpresivo que puede llegar a ser alguien, pero conocía a casi todo el mundo, hablaba con muchas personas en los pasillos, tenía tanta carisma, brillaba tanto que por algún momento temió bloquearlo, como la Luna al Sol en un eclipse, Yuto Adachi era un enigma para él, un dulce paradigma que le hacía disfrutar de los pequeños lapsos en donde se mostraba cariñoso solo con él.
Los días siguieron corriendo con una lentitud desesperante, se aburría más de lo usual y en algún momento todos sus pensamientos terminaron siendo uno: Yuto. Evitaba pensar en él pero siempre volvía al mismo camino, YeEun permanecía a su lado y eso dolía, entendía que tal vez era lo mejor así que pretendiendo comenzar alejarse ellos más se acercaban a él, no los podía evitar a pesar de todo le agradaba tenerlos de compañía. Podría llegar a sentirse incomodo entre ellos puesto que todos quienes los rodeaban sospechaban que había algo entre la chica y el mayor, las cosas fueran más sencillas si fuera una. Comenzaba a cuestionarse si el esfuerzo que ponía por verse bien era para sí mismo o solo para llamar la atención de Yuto, aunque eso nunca ocurría.
—Nos invitaron a una fiesta en casa de HwiTaek. Vamos, esta cerca de la Universidad su casa. —Murmuró Yuto tocando el hombro del menor, tratando de convencerlo con la mirada aunque ni conociera a HwiTaek en persona.
—Mándame la dirección, iré cuando acabe mi clase de Inglés, en una hora llego. —Yuto sonrió tan amplio que intimidó a WooSeok, lo hizo ruborizarse verlo lleno de emoción, ojalá fuera más clara la situación, en ese momento hubiera deseado tomarlo por sus mejillas e inclinarse para darle un beso, retirándose para su clase con la promesa de encontrarse en esa fiesta, pero no, solo asintió y regresó a su clase, viendo por la ventana como el mayor se reunía en la planta baja con YeEun.
No quería pensar en lo que acaba de ver. Las clases de inglés le gustaban, el tiempo pasaba tan rápido que cuando menos lo pensó la clase había acabado mientras decidía si ir o no a tal fiesta sus piernas iban caminando en dirección a ella. Se odiaba porque sabía que en el fondo todo lo hacía por Yuto y que no importaba si estaba con él YeEun al menos podía verlo y quedarse a su lado, conformarse con tan poco. ¿Eso era una señal de auto desprecio? La oscuridad de su mente nuevamente salía y en el peor momento, las inseguridades llegaron a hacerle compañía, pensando en que el mayor le rechazaría, que solo era un juego para él…
—¿Estás cerca? —Cuestionó al responder la llamada.
—Sí, estoy frente a…—
—Pues entra. —Adachi colgó la llamada, necesitaba vencer sus miedos, salir de su zona de confort, tenía miedo de las personas y de ese tipo de ambiente, incluso si no había posibilidad alguna de que él y Yuto tuvieran una relación de pareja prefería tenerlo como amigo. Yuto le generaba una paz y confianza que no había encontrado en nadie y no quería perder ello, estaba su mente volando e imaginando cosas que no eran, mal interpretando gestos que seguramente eran con otras intenciones, no era la primera vez que le ocurría y desde luego, porque no se reunía con tantas personas, había perdido algunas habilidades para socializar, quizá se estaba encerrando en si mismo y Adachi llegó a su vida para ayudarlo de esa forma, como un amigo, quizá ese sea el destino para los dos.
—Tardaste mucho. —Murmuró Yuto acercándose a él para darle un abrazo. —Amigos él es WooSeok. —Hizo las presentaciones debidas, estaba YeEun a su lado, un chico llamado HongSeok y otro de nombre extranjero que no recordaba pero era más alto que todos ahí, excepto él.
Era un poco extraño, habían grupos de personas y muy de vez en cuando hablaban entre sí, incluso HongSeok y el chico se encontraban charlando entre ellos mientras Yuto escuchaba y hablaba para dar su opinión, no entendía muy bien el contexto, pero tal vez hablaban de chicas o relaciones, su mirada se desvió a YeEun, parecía aburrida y al parecer no encontraba nada bueno en su celular, permanecía quieta mientras daba tragos cortos a su vaso con alcohol, al menos ella estaba sentada a lado de Yuto. Cuando la conversación se desviaba un poco ella y Yuto jugaban a concursos de miradas en donde YeEun perdía siempre, reían y caía entre sus brazos, lucían tan lindos que la envidia no cabía en su ser, solo habitaba la tristeza, sosteniendo su corazón roto.
—Ya regreso. —Murmuró Adachi, al parecer iba al baño, la platica entre HongSeok y el chico extranjero, YanAn se hacía más intensa, tenían problemas en sus relaci0o0nes y estaban discutiendo por ver como solucionarlas.
—¿Te la pasaste bien en Chicago? —Cuestionó tomando asiento a lado de YeEun para cuando Adachi llegara ahora WooSeok quedaría entre ellos, separándolos.
—Sí, el ambiente es…diferente de aquí. —Dijo con cierta timidez, encogiéndose de hombros.
—Me imagino, es otro mundo. —Mencionó, acabando su cuarto vaso de licor.
—Es como si no pertenecieras ni aquí ni allá. —Dijo en un suspiro, la frase hizo sonreír a WooSeok levemente, era una que decía muy a menudo.
—T entiendo a la perfección…— WooSeok sirvió otro poco más en su vaso mientras YeEun le extendió el suyo para que lo llenara también.
Comenzaron con temas triviales, pero en realidad habían hecho muy buena conexión, no notaron exactamente en el momento en el que Yuto regresó, seguían hablando de sus bandas favoritas, de sus carreras universitarias, los pocos viajes que habían hecho, como si unos viejos amigos se encontraran después de años, por un momento WooSeok se sintió como en los viejos tiempos, cuando tenía este tipo de conversaciones con sus amigos de secundaria, cuando no tenía preocupaciones sobre la vida y eso lo hizo sentirse en paz, incluso le hizo gracia ver a Yuto verlos hablar entre ellos, mientras él estaba siendo ignorado, bebiendo su vaso hasta acabarlo.
—Debemos ir al otro lado de la casa para bailar. —Propuso HongSeok a manera de broma pero WooSeok y YeEun después de otros vasos habían aceptado.
—Vamos, Adachi. —Sonrió WooSeok al mencionado.
—No quiero bailar. —Decía un poco nervioso.
—Vamos, HongSeok. —Murmuró YeEun al otro chico y WooSeok apoyándola.
—Era broma, tengo que trabajar temprano mañana y ya estoy un poco mareado, vivo lejos. —Se escudaba recogiendo su abrigo. —Para la otra chicos, nos vemos. —YanAn se excuso de igual manera, diciendo que iría arreglar las cosas con su pareja, los demás sonrieron porque sabían como acabaría aquello.
—Adachi vamos. —Insistía WooSeok.
—Hasta que me acabe estas dos botellas. —Sonrió alzando las botellas frente a él, con un poco más de la mitad. WooSeok tomó una y empezó a beber de ella hasta acabar, YeEun rió un poco y le imitó con la restante.
—Vamos. —Le sacó de su lugar, tomándole de la mano para dirigirse al otro lado de la casa en donde la música se escuchaba más fuerte y el ambiente era más escandaloso.
Todo el mundo entraba en el ritmo, la música no era del todo bueno pero al menos servía para comenzar a moverse, WooSeok y YeEun se animaron más rápido que Yuto, en verdad no le gustaba bailar así que solo permaneció viéndolos, los chicos insistían, lo animaban a moverse más, todos estaban ebrios y a nadie le importaba si bailaban mal, la mayoría no recordaría nada. La música cambió, todos enloquecieron, la canción del momento, incluso WooSeok y YeEun, se animaron más, había algunas personas repartiendo más licor, con botella en mano y bebiendo se acercaron más, frotándose entre ellos mientras reían, haciendo movimientos sugerentes, sensuales e intimos, acomodándose el más alto detrás de la chica por tiempo considerado, WooSeok estaba ebrio y la situación le divertía al ver la cara de asombro de Yuto a un lado.
—Que pasos tan sensuales, Seokkie, lo tenías escondido. —Susurró Yuto en su oído, sintiendo el roce de sus labios contra la zona.
—Lo siento, nadie tenía el gusto, lo esconderé mejor. —Bromeó.
—Déjate encontrar entonces. —Exactamente no entendió a que se refería, su mirada lo confundió pero con el alcohol recorriendo sus venas la timidez lo abandonó, dándose la vuelta comenzó a frotarse contra la chica, ambos reían pero no dejaban de hacerlo, YeEun acariciaba su trasero mientras él descendía lenta y sensualmente, viendo a Yuto en todo momento, jalando las manos de la chica hasta la parte delantera de su cuerpo.
La chica rompió en risas por el atrevimiento del chico, pero aún así lo alentaba, WooSeok tomó de la mano del mayor y lo acercó de golpe, tomando su mano con la propia y su cintura con la restante, meciéndose de lado a lado siguiendo el ritmo de la música, sonriendo y soltando alguna que otra carcajada por sus torpes pasos, de un momento a otro WooSeok había sacado a la luz su parte tierna e inocente, animando al mayor a moverse y ayudándolo a bailar aunque él no supiera, luego fue el turno de YeEun, quienes empezaron a bailar de la misma forma que ellos lo habían hecho, era extraño estar en una situación así, pero solo era por diversión y solo eran amigos, no podían ser algo más.
—¿Qué sucede? —Cuestionó Yuto en el oído de la chica.
—Creo que tengo que irme, hay algunos problemas que tengo que solucionar. —Pasó sus cabellos hacia atrás, apagando la pantalla de su celular para evitar ver los mensajes que recibía o rechazar las llamadas entrantes. WooSeok miraba a lo lejos, YeEun parecía llorar y abrazaba a Yuto sollozando contra su pecho mientras hablaban entre ellos, sin escuchar nada por la música.
—¿Qué sucede? —
—Vamonos. —Yuto tomó su mano y salieron del lugar, alejándose del ruido.
—YeEun no puedes ir y menos estando así. Te acompaño. —Insistió, WooSeok solo estaba confundido.
—No, mejor iré otro día. —Murmuró más calmada mientras Yuto le tomaba su rostro entre sus manos y acariciaba sus mejillas, consolándola mientras susurraban cosas.
—¿Y ahora qué? —Cuestionó Yuto a WooSeok al calmarse las cosas.
—Cada quien a su casa ¿No? —Bromeó, pero en el fondo era lo que deseaba.
—Deberías seguir en tu casa. —Propuso el mayor.
—¿Por qué no en la tuya? —Yuto viró los ojos.
—Porque es muy chica y las cosas de YeEun siguen ahí. —Había olvidado el hecho de que esos dos vivieran juntos.
Al final WooSeok cedió ante Yuto, pero jalando a YeEun a su lado para abrazarla, evitando que Yuto se acercara a ella. Compraron un poco más de alcohol antes de llegar al departamento de WooSeok, era chico pero al menos estaba vacío, no pasó mucho tiempo para que el ambiente se borrara, poniendo música y sacando su equipo de karaoke para dar una pequeña fiesta de ebrios, la diversión seguía e incluso WooSeok un poco más cuerdo que YeEun se aventuraba a preguntar más sobre la relación que llevaban pero no encontraba alguna respuesta que le satisficiera, solo eran amigos, todo apuntaba a que solo eran amigos pero, los amigos no se besan entre ellos ¿O sí?
—Estoy cansada. —Decía la chica acostándose en el sofá de la sala.
—¿Ya quieren dormir? —Murmuró WooSeok sacando algunas colchonetas y cobijas.
—Dormiré contigo. —Susurró Yuto adentrándose en la habitación de WooSeok.
—Dijiste que no podías dormir con alguien a tu lado. —Se puso un poco rigido por la cercanía del mayor.
—Dijiste que cuando tomabas te quitabas la ropa antes de dormir y no sabías como lo habías hecho. —Lo siguiente que supo es que el mayor invadía su boca, adentrando su lengua en su boca mientras sus manos lo tomaban por la cintura, metiéndolas debajo de su camisa y subiéndolas por su espalda, empujando al menor a la cama, acorralándolo contra de ésta colocando cada uno de sus brazos a sus costados, retomando el beso que había iniciado, bajando por su cuello hasta sus clavículas, subiendo una de sus manos por su pecho, apretando levemente este, separándose un poco para quitarse su propia camisa.