Capítulo IV: Noir.
“Ahora estoy ciego y no sé por qué
Pero, aunque no lo puedas notar
Este ya es un mal final
Estamos atrapados en la oscuridad
Pero el tú y yo ya no existe”
—Sunmi
Era un arma de doble filo estar cerca de Yuto, su actitud había cambiado, juraría el mayor que no, pero cada que se acercaban más y más Adachi terminaba alejándose, incluso evitándolo cuando en el pasado habían hasta salido juntos, ellos dos solos o junto a YeEun, no importaba porque se sentía bien pasar el rato con ambos, pero quizá Adachi no pensaba de esa forma. Toda la situación había pasado tan deprisa que no pudo detenerse un momento y pensar bien las cosas, no pudo simplemente resistirse a Yuto.
—Por favor, no quiero hablar de esto. — Fueron las primeras palabras que cruzaron cuando despertaron en la misma cama y sin ropa, WooSeok lo entendió e ingenuo pensó que el mayor necesitaba tiempo y que se daría cuenta que en realidad no había sido un error sino su corazón diciéndole lo que quería, pero ese día nunca pasó.
—¿Podemos repetir lo de ese día? — Estaba un poco confundido, pero creía que finalmente Yuto se había enamorado de él, hasta cierto punto era algo incomodo no saber que hablar, pero Adachi lo buscaba al menos dos veces por semana para acostarse con él.
Cuando menos lo supo se encontraba cumpliendo las fantasías del mayor. Su piel era marcada por los dedos y dientes ajenos, dolía, pero estaba bien con ello, se dejaba amarrar e inmovilizar, cubrirse los ojos, tener encuentros en lugares públicos o incluso pequeños golpes subidos de tono, nada del otro mundo, nada sorprendente, pero que alguien que se consideraría heterosexual no haría con otro chico. Yuto nunca le hablaba al día siguiente e incluso lo abandonaba al acabar, la mayoría de las veces no se preocupaba por el placer o cuerpo del menor y WooSeok mendigaba caricias, y los besos eran escasos. Comenzaba a sentirse usado y su corazón se marchitaba con cada encuentro.
—No tengo problemas con los homosexuales, pero no creo besar en la boca a otro chico, me da asco. — Tal vez esas palabras decían mucho y con platicas poco usuales con YeEun descubrió que eran frecuentes en él, al menos en el pasado y ahora volvía a la luz.
Yuto tenía un pasado del cual WooSeok no sabía nada, había mal interpretado sus sentimientos y con el pasar de los días se daba cuenta que aquel había sido un completo error, entregarse por completo a alguien sin conocerlo a fondo y dejar que se aproveche de él de esa forma, no pensó en estar en una situación así y menos que Yuto fuera una persona así, siempre lo vio como alguien tan cálido y lleno de energía, alguien perfecto para amar, esta parte era una que no quería conocer y solo quería borrar. En el fondo sabía que eso nunca pasaría.
***
—Siempre me he preguntado… ¿Por qué te maquillas o te pintas las uñas y el cabello? —YeEun y WooSeok alzaron la vista de sus platos para ver a Yuto.
—Adachi, esas cosas no se preguntan. —
—Pero apuesto hasta que tú te has preguntado eso. —Murmuró con una sonrisa WooSeok a la chica mientras la dejaba en silencio aceptando su deducción como cierta.
—¿Eres gay? —Cuestionó Yuto.
WooSeok entrecerró los ojos mientras le veía, no entendía la actitud de éste y menos de hacer esa interrogante frente a YeEun, tal vez así creía que estaría presionado a responder, no mentiría pero esas inquisiciones solo le hacían pensar que algo pasaba por la cabeza de Yuto. Llevaba días sin pedirle que se vieran solo para tener sexo, sus mensajes se esfumaron y esta reunión para comer solo fue idea de YeEun porque llevaba algunos días de viaje y recién llegaba de nuevo a la ciudad y quería convivir con ambos.
—Me siento atraído por hombres y mujeres, realmente no me importa como sea la persona, tengo que tener cierta conexión con ella. —YeEun se sentía incomoda y para su suerte una llamada entró a su celular así que con aquella excusa se levantó, al enos por un instante.
—Ya deberías saberlo Adachi, te dije que tuve una novia y esta claro que me gustas ¿Por qué preguntarlo? —Murmuró molesto.
—Quería confirmar. —
—¿Qué? ¿Si estoy enamorado de ti? Incluso te di mi virginidad y sigo sin saber que somos. —
—Amigos…—
—¿De qué hablan? —Regresó YeEun mientras WooSeok tomaba su plato y se levantaba, tirando su comida a la basura saliendo del lugar, dejándolos solos.
Se había enamorado de un idiota.
***
Los días pasaron lentos pero finalmente las vacaciones habían llegado, para su suerte en los pasillos no se había encontrado con YeEun o con Yuto, escuchaba algunos rumores de que los habían visto besarse pero al final solo eran rumores y fingía que nada de ello le afectaba.
Una semana después de que las vacaciones habían iniciado seguía en casa, sin salir a ningún lado más que para comprar algo de comer de vez en cuando, se la pasaba durmiendo y cuando lograba despertar de la pasaba viendo la pared o el reloj colgando de ella, viendo como pasaban con velocidad las manecillas de la máquina.
—Abre la puerta Jung WooSeok. —Unos fuertes golpes se hacían escuchar en la puerta de su departamento, se quedó inmóvil y pretendió ignorarlo hasta que se fuera, pero los puertes se hacían más y mas fuertes. —Voy a tirar esta puerta, sé que estás ahí. —Gritó, y pensó que si no rompía la puerta los vecinos se quejarían del escandolo y lo que menos quería tener era problemas con los demás.
—Qué es lo que quieres. —Murmuró con enojo, abriendo la puerta solo para recibir la boca ajena invadir la suya. —Qué asco Adachi, he estado durmiendo y no me he lavado los dientes, vete de aquí. —Le alejó con la poca fuerza que tuviera, considerando que no se había movido de la cama al menos en dos días.
—¿Desde cuando estas aquí? —Yuto observó el lugar a su alrededor y aunque no estuviera desordenado todo lucía empolvado.
—¿Y eso es de tu incumbencia por qué? — WooSeok se rindió y terminó por cerrar la puerta.
—No sabía que dormías en bóxer. —Susurró el mayor al voltearse y percatarse de lo que vestía el menor, lucía más delgado de lo que recordaba.
—Lo supieras si al menos te molestaras en quedarte y no me dejaras como a una callejera. —Fue al b año a lavarse los dientes y lavarse el rostro.
—¿Has estado comiendo? —WooSeok viró los ojos, enjuagando su boca con agua se giró a verlo.
—¿Has venido a follar o vienes a trabajar como niñera? —
Yuto sonrió de medio lado, así que le tomó del cuello y poseyó sus labios, llevándolo hasta la regadera, en donde abrió la llave para que el agua cayera sobre el cuerpo del menor, observándole mientras se desnudaba delante de él, WooSeok no quiso saber otra cosa, si Yuto solo lo ocupaba para satisfacer esa necesidad él haría lo mismo, porque sentía que era lo único que tenía.
Su mejilla se estampó contra los azulejos de su baño, el mayor le embestía mientras jalaba su cabellera mojada, se inclinaba para morder sus hombros. Tomó su cadera con ambas manos, sintiendo como estas se amoldaba perfectamente y comenzaba las embestidas finales que hicieron a ambos acabar. WooSeok se dio la vuelta y rodeó los hombros del mayor, Yuto rodeó su cintura y le estrechó, correspondiendo al beso.
Durante gran parte de su vida siempre pensó que aquellos hombres que gustaban de otros eran raros, y no quería tener alguna relación con esa clase de personas, incluso en el paso alguno trato de robarle un beso y éste término siendo masacrado a golpes solo porque le parecía repulsivo. El hecho de querer ser cercano a WooSeok le movió el mundo entero y solo quiso que todo pasara, que solo era algo en una mala perspectiva, cuando el menor cambió de estilo le sorprendió que le gustara tanto como se viera, que a pesar de ser tímido WooSeok traía un aura de confianza que le hacía admirar al chico que se mostrara como es y que usara lo que le diera en gana sin importar lo que los demás dijeran, tal vez él también se encontraba enamorado de WooSeok pero no sabía como enfrentarse a esa realidad, lo único que quería era disfrutar de su cuerpo y de como éste lo recibía y al parecer WooSeok pensaba de la misma manera, pero lo que él no sabía era que WooSeok se estaba cansando y no podría seguir soportándolo, lo pondría a prueba.