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La colonia de los Pink Diamonds por Maryk0k0

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Todo estaba perdido para él, la figura encapuchada estaba acercándose cada vez más, Cedric estaba de pie viéndolo con terror impregnada en su bello rostro, era sin duda, una imagen terrible de un encapuchado y su bebé terriblemente deforme que se acercaban cada vez más aterraba a Harry y Cedric.

El cáliz de fuego los había llevado a un cementerio en medio del atardecer, en el frente había un caldero y unas pocas fogatas, Cedric sacó su varita mágica y se puso en posición de ataque. El bebé se movió removiendo sus sabanas oscuras.

-Mata al otro.-susurro tenebrosamente.

El encapuchado sacó su varita mágica rápidamente, sabía que iba a matarlos. Harry vio como el rayo verde se dirigía a Cedric.

-¡NO!-gritó Harry.

El torrente de la muerte se acercó a Cedric Diggory, sin embargo aquello paró en seco. El rayo verde fue desintegrado por completo. Cedric que se había cubierto el cuerpo por reflejo bajó lentamente sus brazos.

Nadie tenía idea de cómo o porque, apareció un escudo rosado en medio de Diggory y él. Nadie salvo quién lo protegió de la muerte. Harry se acercó a Diggory con terror.

El escudo rosado era una clase de escudo con formas romboides y no había dejado que nada pasara a través de él, Harry no estaba seguro de la clase de material de ese escudo.

Volvieron su vista a los anonadados encapuchados. El que cargaba al bebé se puso histérico disculpándose con ese bebé. El bebé encapuchado bramó de furia.

-¿Qué fue lo que sucedió?

-N-no tengo… idea mi señor.  Nunca he fallado en lanzar la maldición asesina…

Entonces la realidad lo embargo y descubrió que aquello era en realidad una trampa para poder matarlo, Harry y Cedric fueron traídos desde adentro del colegio y le habían obligado a participar para este día. Voldermort estaba allí en los brazos de Colagusano.

-¿Estás bien? –le preguntó Harry a Cedric que estaba temblando.

-Si, eso creo.-dijo Cedric.-¡Vámonos!

-¡Detenlos!-gritó el bebé horrible.-¡HAZ ALGO!

-¡AY!

Harry cayó al suelo, su pierna sangraba, su pie estaba en una posición incómoda y muy seguramente tenía el hueso roto. Cedric se dio un golpe en la frente, el cayó sobre su cabeza.

Otros dos extraños escudos rosados aparecieron, no fue un acto de casualidad, sin embargo fueron detenidos. ¿Entonces, el desconocido, a quien apoyaba? ¿A ellos o a Voldemort?

-¡Sal de tu escondite!-gritó el bebé mal envuelto.-¡Da la cara!

-No puedo dar la cara.-dijo una voz masculina saliendo de unas tumbas.-La tengo pegada al rostro.

Cedric y Harry se abrazaron con terror. Era un hombre obeso de 40 o más años, barba larga y cabello largo y desordenado, su apariencia recordaba a un vagabundo pero no llevaba ropas de esa índole, es decir, no era ropa desgastada y vieja, tampoco estaba sucia. Era una clase de ropa ceñida al cuerpo hecha de nylon negro y se asemejaba al traje de un súper héroe. En su ombligo llevaba una gema rosada y era el único pedazo de piel que mostraba a excepción de su rostro. A pesar de su gordura, tenía musculatura y se veía muy peligroso.

-No me agradan los chistes.-bramó el bebé horroroso.

-¿Qué son los chistes?-dijo el hombre sonriendo sus dientes eran descuidados con forma de colmillos de cocodrilo.-Vine por casualidad y me preguntaba a mí mismo si valía la pena tomar una decisión y venir a pasear y luego una de mis zafiros me dijo que viniera aquí, que podría disfrutarlo. Lo único que veo aquí son piedras y… estatuas con humanos con alas y… yo buscaba a esos humanos pero yo no he visto tal cosa por los 49 años desde que vine aquí, tampoco mis cuarzos…

-Para.

 El hombre se cayó pero enrojeció por furia.

-¡Es una falta de respeto callarme! ¿Sabes quién soy yo?

-Colagusano… mátalo…

Él obedeció y lanzó su maldición asesina golpeando al muggle disfrazado pero para horror de Harry y Cedric él se levantó como si nada.

Eso era terror. Terror a todos por partes iguales, a Colagusano le parecía que no le salió la maldición, al bebé terrorífico quién podría apostar todo el oro de Gringotts que él era Voldemort en persona y se encontraba debilitado y a ellos los cuales habían sido traídos a un cementerio.

-¿Qué clase de bienvenida es está?

-¡¿Pero qué…?!-gritó el bebé.

El hombre miró a Harry como si fuera un perrito o un gatito.

-Ustedes son muy jóvenes ¿no? ¿Dónde está su tribu?

-¿Mi… tribu?

El hombre puso las manos en jarra orgulloso.

-No sean tímidos. Los llevaré allí y volverán con sus compañeros humanos. Aunque no veo motivo para hacerlo.

Se tomó la barbilla pensativo.

-Creo que sí. Es decir, ya tienen fecha de vencimiento. Esos humanos por ejemplo.

Apuntando a los encapuchados.

-Mueren hoy.

Los encapuchados estaban aterrorizados, era el primero en ser sobreviviente de la maldición asesina además de Harry y lo peor es que no le pasó nada.  

-¿Quién eres?-gritó Colagusano asustado.

-Yo soy el segundo diamante rosa.-dijo el hombre.-Llámame Pink.

El hombre llamado a si mismo Pink fue hasta donde estaba Voldemort, ellos estaban retrocedieron. Harry y Cedric se quedaron viendo al “aparentemente muggle” y vio cómo es que Lord Voldermort huía de él.

-¡ALEJATE!-grito Voldemort.

Pero el hombre tomo de brazos a Voldemort.  Colagusano intentaba recuperar a su amo pero el hombre le detuvo con un pie,  él había destapado el rostro, en realidad era tan grotesco de vez.

Era un bebé enrojecido, como si se hubiera quemado. Su cuerpo era delgado, ningún bebé humano podría sobrevivir a tal grado de delgadez, su cabeza era enorme, muy desproporcionado al cuerpo que tenía, sin mencionar que sus ojos rojos estaban inyectados en sangre.

-¿Pero porque estás tan feo? ¡Eres tan defectuoso que destruirte sería un gesto de amabilidad! ¡Y eso que a mí no se me da por quebrar a nadie!

Voldemort en el su apariencia más lamentable estaba lleno de ira hacia el aparentemente súper hombre. Colagusano estaba asustado y bramaba impropios.

-Él me hizo esto.

-¿Quién?

-¡A quien defendiste!

El hombre miró a Harry con sorpresa.

-Y te burlas de mi, ¡lo único que quería era regresar a mi antigua forma! ¡ERA MI ULTIMA OPORTUNIDAD! ¡Has echado a la basura mis propósitos!

El hombre se quedó pensativo.

-¿Así que es lo que quieres? ¿Volver a la normalidad?

-¡Si!

- Bueno, te ayudaré. 

-¿Qué?-bramaron los dos chicos.

Eso fue totalmente un cambio extremo. El hombre que habia usado sus extraños escudos para protegerlos se volvió en su contra. Cedric gritó de terror.

-¡NO! ¡¿NO SABES DE QUIEN SE TRATA?!

-Es un indefenso humano que quiere volver a ser útil.-dijo el hombre con el rostro sin emoción.-Entiendo. Volverás a ser humano. ¿Cómo piensas que lo harás?

-¡NO! ¡EL ES UN MAGO TENEBROSO!

-¿Un qué?

Era el colmo. Era como si ese sujeto no entendiera de nada. No entendiera que es un mago tenebroso pero podría anular sus maldiciones, hablaba de los otros como humanos pero el claramente era un humano. No tenía sentido.

-¡UN MAGO TENEBROSO! ¡UN ASESINO! ¡ES MUY PELIGROSO!

-¿Peligroso?-preguntó el hombre.-No, el único peligro aquí soy yo.

Al menos eso era verdad.

-Estaba en la misión implantar sobre grandes tribus unos dispositivos de desmantelamiento de infraestructuras humanas. Creo que el único peligro aquí soy yo.

Miró a Voldemort.

-Al menos voy a darte la oportunidad de vivir tus últimos días con dignidad.

-¡No lo hagas!-gritó Harry.-¡Vas a destruir al mundo mágico!

El hombre lo pensó muy bien y acentuó su mirada.

-¿Cómo un dispositivo de desmantelamiento?

-No sé qué es eso.

-En fin, ¿Qué es lo que hay que hacer?

Era inútil. Harry sabía que no tendría mucho para poder convencerlo, Harry y Cedric intentaron llegar la copa de los tres magos pero fueron detenidos con otro escudo rosado, no tenía idea de cómo él conseguía los escudos y se desvanecían.  Colagusano lanzó una maldición y la destruyó en pedazos. Lord Voldermort rio, incluso podría ver el alivio de él.  

-Claro que no. Se van a quedar aquí…

Como no hubo otra opción, lo único que les quedó fue pelear.

-¡Avada kedavra!-gritó Cedric.

Pero volvió a ocurrir. Colagusano no se equivocó. Realmente él podía detener las maldiciones imperdonables y él era conocido por ser el único sobreviviente de la maldición asesina pero él rayaba en lo imposible.

-¿Qué demonios es ese rayo verde?

-La maldición asesina.

-Oh.-dijo el hombre y luego se  rio.

Sabía que era inútil. En realidad, todo estaba perdido. Harry sabía que era inútil tener que pelear con él.

-¿Qué tengo que hacer?

-El muchacho tiene la clave. Quiero su sangre.

-¿Cuál de los dos?

-El moreno de ojos verdes.

-Ok.

Él habló como un niño obedeciendo órdenes y  lanzó dos escudos hacia Harry y Cedric, él uso el hechizo escudo pero no funcionó, aquel escudo rosado le pegó en el estómago haciendo que perdiera el oxígeno. Luego sintió como es que fue sujeto en brazos, Harry pensaba que se iba a desmayar si no respiraba como debía ser, escuchaba voces, pero no estaba del todo seguro que decían, él levantó la vista pero no podría percibir nada, el hombre le hacía levantar la cabeza pero Harry no podría contestarle las piernas.

Percibió el olor a hombre sucio. Vio que le levantaban la mano y luego un corte. No podía bramar de dolor pero escuchó sus palabras claramente, Colagusano estaba jadeando.

—Sa... sangre del enemigo... tomada por la fuerza... resucitarás al que odias.

Había recuperado el aliento un poco, él estaba lo suficientemente adolorido y confundido ¿Dónde estaba Voldemort? Cedric estaba en el suelo intentando recuperar el aliento, Colagusano estaba al lado del caldero gritando de terror que hacía que sus alaridos fueron aterradores, se agarraba el brazo y el hombre estaba tomándolo de los brazos.

-No-no ti-tie-nes-nes i-idea d-de lo q-que has he-hecho.

El caldero hervía a borbotones, salpicando chispas en todas direcciones chispas de un brillo tan cegador que todo lo demás parecía de una negrura aterciopelada. Y luego se extinguieron las chispas que saltaban del caldero. Una enorme cantidad de vapor blanco surgió formando nubes espesas y lo envolvió todo, de forma que no pudo ver ni a Colagusano ni ninguna otra cosa aparte del vapor suspendido en el aire.

A través de la niebla, vio, aterrorizado, que del interior del caldero se levantaba lentamente la oscura silueta de un hombre, alto y delgado como un esqueleto.

—Vísteme —dijo por entre el vapor la voz fría y aguda, y Colagusano, sollozando y gimiendo, sin dejar de agarrarse el brazo mutilado, alcanzó con dificultad la túnica negra del suelo, se puso en pie, se acercó a su señor y se la colocó por encima con una sola mano.

El hombre delgado salió del caldero, mirando a Harry fijamente... y Harry contempló el rostro que había nutrido sus pesadillas durante los últimos tres años. Más blanco que una calavera, con ojos de un rojo amoratado, y la nariz tan aplastada como la de una serpiente, con pequeñas rajas en ella en vez de orificios.

Lord Voldemort había vuelto.

 


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