II
Septiembre: Súbele el Volumen a esa Acción
Jace
Jace se sentó al borde de su cama, golpeando los pies contra el suelo mientras observaba al chico durmiendo frente a él. Miró el teléfono, eran las nueve de la mañana. Se había levantado desde hace tres horas. Nunca se levantaba tan temprano los fines de semana, pero era bastante difícil volver a dormir después de despertar de una de las peores pesadillas de su vida.
En el sueño Rhett se encontraba en el borde de un acantilado, con nada más que obscuridad debajo de él. Preguntó por qué Jace no pudo salvarlo, pero Jace no podía responder. Y entonces, frente a los ojos de Jace, Rhett se transformó en Kelly. Ella miró a Jace a los ojos y, sin pensarlo ni un momento, se dejó caer hacía atrás en la oscuridad.
Despertó empapado en sudor y temblando.
Soltó un gran suspiro y volvió a mirar a Rhett. Se veía pacífico mientras dormía, su típica cara de enojo desapareció. Nadie que lo viera así podría adivinar que tenía la cabeza bien puesta en suicidarse anoche.
¿Y qué demonios iba a hacer Jace para convencerlo de que no lo haga? Él realmente creía que al menos una parte de Rhett quería vivir ¿Pero como podría mostrárselo?
Sacudiendo la cabeza, Jace se puso de pie. Mejor aprovechar para desayunar y esperar por una epifanía. Caminó a la puerta y la abrió lo más silencioso posible, asegurándose de cerrarla detrás de él. No necesitaba darle a su padre más razones para decepcionarse y sabía que lo haría si encontraba a un tipo durmiendo en su habitación.
Abajo, se hizo un poco de pan tostado (quemado, casi negro) justo como le gustaba.
-Rico y cancerígeno- dijo una voz detrás de él mientras terminaba de untarle mantequilla -¿Tratas de hacerme compañía? Te lo advierto Jace: El cáncer no es tan grandioso como la gente cuenta-
Jace sonrió y tomó su plato mientras volteaba en dirección de su hermana menor.
-¿Qué?- dijo, tomando una gran mordida con un satisfactorio crujido -¡Yo pensé que el cáncer era todo sol y chispas! ¡No me arruines esto, Kelly!-
Los dos rieron.
Así es como hablaban de ello.
Se burlaban.
Se reían.
Sonreían.
Así es como lidiaban con eso.
Porque si se reían de eso, podían fingir que era menos aterrador.
La hermana menor de Jace, Kelly, había sido diagnosticada cuando tenía sólo nueve, hace cuatro años. Leucemia. Jace recordaba que, en ese entonces cuando ella era todavía una niña y no entendía las cosas, su mayor miedo era perder su cabello. Solía tener el más hermoso, largo y dorado cabello.
Ahora estaba calva y entendía que había destinos peores que la pérdida del pelo.
Kelly fue al refrigerador y lo abrió.
-¿Quién es el chico durmiendo en tu cuarto?- preguntó, aún dándole la espalda -Usualmente no traes a tus amantes a casa-
Jace se rió.
-Okay, primero: ¿Qué hacías en mi habitación?, segundo: Yo no tengo "amantes", y tercero: Si los tuviera, ese tipo definitivamente no sería uno de ellos-
-Primero- dijo, sacando una rebanada de sandía del refrigerador -Te iba a despertar. Me entraron ganas de matarte en Halo, dos: me gusta la palabra "amantes" porque es romántica. Y tres: ¿Entonces quién es?-
Jace encogió los hombros -Sólo un chico. Se puso muy borracho en una fiesta anoche, así que lo traje a un lugar seguro-
Kelly cuchareó un pedazo de sandía y se lo llevó a la boca.
-¡Ahí hay algo raro!- dijo cantando.
Jace se salvó gracias a la llegada de sus padres.
-Buenos días- dijo su mamá -¿Ya casi están listos para irnos, chicos?-
-Uh- dijo Jace -¿A dónde?-
-A la consulta de Kelly con el doctor Carver- su padre lo miró algo molesto -Vas a venir con nosotros ¿Verdad?, no pareces estar vestido-
Jace abrió la boca sin tener idea de qué decir, se le olvidó por completo. Por un lado quería saber cómo seguía Kelly y estar ahí para ella. Por el otro... Rhett estaba completamente solo en su cuarto en ese mismo instante.
Pero Kelly lo salvó.
-Él no viene- dijo, sonriéndole -Tiene unos cuantos asuntos pendientes por resolver-
Jace le regresó la sonrisa a Kelly, agradeciéndole en silencio.
Su padre se enojo mucho más, pero no dijo nada. No podía hacerlo, ya que era Kelly quien lo decía.
-Está bien- dijo su mamá -Pero vendrás a la que sigue Jace, ni pienses que no lo harás- sonrió, guiñándole el ojo -Diviértete con tu asunto-
-No cuentes con ello- dijo Jace -Pero gracias-
Esperó hasta que salieran por la puerta, hasta que escuchó el ruido de la cerradura, para correr arriba, esperando que Rhett no hubiera despertado sin él.
Cuando abrió la puerta, Rhett seguía en el piso, bien dormido.
Genial, ahora tenía más tiempo para inútilmente preguntarse qué hacer.
¿Cómo ayudas a alguien que lo necesita?
Se le ocurrió una idea de verdad, quizás incluso una buena idea. Conocía una persona que hacía de ayudar a la gente su pasatiempo. Alguien que lo había ayudado en el pasado.
Cerró la puerta y se sacó el teléfono de su bolsillo. Cuando encontró su nombre, tocó su número y se puso el teléfono al oído.
Sonó tres veces antes de que respondiera.
-¿Jace?-
-Hey, Alondra- dijo -Necesito tu ayuda. O bueno, alguien la necesita. Está muy mal la cosa y no sé nada acerca de cómo ser, pues, una buena persona. ¿Podrías venir?-
-Um ¿Está bien?- su voz sonaba confundida, pero Jace suponía que eso era de esperarse -Esto no suena bien. ¿Puedes recogerme, o tomo el autobús?-
-No puedo salir ahora- Jace dijo -Lo siento pero ¿Podrías tomar el autobús está vez?-
-Claro, estaré ahí pronto-
-Gracias, Alondra-
-No te preocupes, Jace-
Se despidieron y Jace colgó.
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La casa de Alondra no se encontraba muy lejos de la suya, sólo a dos paradas de autobús, si recordaba bien. Ella ya estaba ahí en diez minutos.
Cuando escuchó el timbre, corrió a la puerta principal para dejarla entrar.
-Hola- Dijo Alondra -Entonces ¿Qué pasa exactamente?-
-Sólo, um... En mi cuarto- dijo Jace -Te lo mostraré, y gracias por venir-
-De nada- Ella le sonrió.
Alondra era la mejor amiga de Jace. La llamó en parte por eso, pero también en parte por ser tan asombrosa ayudando a la gente. Cuando acabara la preparatoria, la universidad y la facultad de medicina, quería trabajar con Médicos sin Fronteras y quizás unirse al Cuerpo de Paz. Ella era la persona con más compasión que Jace ha conocido en toda su vida.
Ambos fueron a su cuarto. La puerta seguía abierta, y Alondra alzó las cejas cuando vio a Rhett acurrucado en el piso.
-Este no puede ser sólo uno de tus..."amigos especiales" - dijo haciendo comillas con los dedos -Tú nunca los dejas venir a casa contigo ¿Verdad?-
-No- dijo Jace –No, no me acosté con él-
Alondra volteó a verlo.
-¿Por qué estoy aquí realmente, Jace?-
Jace respiró profundo.
-Puedes básicamente, anoche Rhett se le confesó a Tyler McCormick, ya sabes, el quarterback, quién también es su mejor amigo, y el imbécil lo golpeó en la cara, y ahora Rhett quiere suicidarse, pero lo convencí de darme hasta el final del año para mostrarle que en realidad él sabe que su vida vale la pena, y no tengo idea de cómo hacerlo, y pensé que tú sabrías que hacer-
-Wow- dijo Alondra -¿Estás bien? Esas fueron muchas palabras de golpe ¿Estás...? Esto te está poniendo nervioso, ¿verdad?-
Se encogió de hombros.
-No se trata de mí ahora, sólo necesito saber cómo ayudarlo-
Ella lo miró con preocupación una última vez.
-Jace, está no es sólo una pregunta que le haces a un tutor o algo así. No sé nada de él ¿Cómo podría ayudarlo?-
-Eres buena- Dijo Jace -Dime cómo ser bueno-
-Oh my god- Se llevó una mano a la frente -No se trata de ser bueno. Para hacer lo que intentas necesitas saber quién es él en realidad. Así que...despiértalo y… ya sabes, conócelo. Ese es el primer paso-
Jace se detuvo y después asintió con la cabeza. Fue con Rhett, se puso de rodillas y le sacudió el hombro.
Rhett se quejó y se volteó. Jace sacudió más fuerte, hasta que los ojos de Rhett se abrieron.
-Oh, diablos- fueron las primeras palabras que salieron de sus labios -Mi cabeza...-
-¿Rhett?- dijo Jace -¿Estás bien?-
Se cubrió los ojos con el brazo.
-¿Rhett?- Jace dijo otra vez.
-Ahh- Rhett gimió -¡Ruidoso de mierda!-
-¿Resaca?- Dijo Alondra.
Algo se le ocurrió a Jace.
Esperanzado preguntó -Rhett ¿Recuerdas algo de lo que pasó anoche?-
¡Quizás lo olvidó todo!
-Cada puta cosa- dijo Rhett asomándose detrás del brazo que cubría su cara para ver a Jace.
-Oh- mierda -Bueno ¿Aún estás pensando en...?-
Rhett se sentó despacio sosteniéndose la cabeza.
-¿Suicidarme? Sí. Pero... Aún así voy a darte el gusto de seguir tu tonta promesa, por alguna razón-
Bueno, esas eran buenas y malas noticias.
Rhett parpadeó y entrecerró los ojos, mirando alrededor del cuarto.
-¿Tú quién eres?- preguntó en cuanto vio a Alondra.
-Está es Alondra Martínez- dijo Jace -Mi mejor amiga-
-Hola- dijo Alondra, saludando con la mano.
-Hola- dijo Rhett, su voz cortante. Volteó a ver a Jace -Realmente apreciaría si no le cuentas a nadie más en el futuro. Creí que eso era bastante obvio-
-Lo siento- Jace se golpeó mentalmente -Es sólo que pensé que ella puede ayudar-
-No le diré a nadie ni te juzgaré, Rhett- Dijo Alondra.
Rhett encogió los hombros.
Jace decidió cambiar el tema y tomar el consejo que le dio Alondra.
-Así que… háblame de ti- dijo -Todo lo que sé de ti después de tres años juntos en los que a veces nos quitábamos cigarrillos uno al otro es que eres un poco cretino y que eres gay gracias al quarterback de la escuela-
Supo inmediatamente por la mirada que le lanzó Alondra que eso no era para lo que debió decir.
Rhett lo miró fijamente, molesto.
-No soy "gay gracias al quarterback de la escuela", estoy enamorado de mi mejor amigo-
-Perdón, tienes razón- Jace sacudió la cabeza -Eso fue estúpido. Um, entonces ¿Cómo es que un tipo como tú se hizo amigo de alguien como Tyler McCormick?-
Si la mirada que le dio Alondra antes era mala, esta le hizo sentir escalofríos en la espalda.
-¿A qué te refieres con "un tipo como yo"?- Rhett preguntó con la cara en blanco.
-Yo, eh... No quise, digo- Jace luchó por encontrar las palabras -No lo dije a manera de "Eres un asco" sino que lo dije en tipo "Haces las cosas a tu propio modo"... ¿Entiendes?-
Rhett y Alondra lo miraron, y Jace se golpeó mentalmente por segunda vez esa mañana.
-Está bien- Rhett dijo después de un rato -Sé a qué te refieres. Todos los amigos de Tyler se preguntan lo mismo, a ellos les gustaría que me vaya al demonio- miró al piso- Pero Tyler siempre me defiende-
-Hemos sido amigos desde el jardín de niños. Sorpresa lo sé, pero en ese entonces Tyler no era el gran quarterback que es hoy, sólo era otro niño. Antes no era un asunto de "Un tipo como él" ó "Un tipo como yo", no sé volvió popular sino hasta la preparatoria. Antes de eso éramos iguales-
Rhett se quedó callado.
-Wow- Jace dijo -¿Jardín de niños? Deben conocerse muy bien. Digo ¡Alondra y yo sólo nos conocemos desde finales de la secundaria!-
Hace dos años su entonces profesora de química los hizo compañeros de laboratorio. Raro, considerando que Alondra iba a la cabeza de la clase y Jace casi al fondo. De alguna manera se dio cuenta con sus "Poderes de Alondra" de que él era una buena persona (según lo decía ella) Pero que simplemente no le importaba una mierda la clase. Así que metafóricamente lo tuvo con un látigo para que se esforzara y terminó consiguiendo su primera A+ en una clase.
Jace pensó que al principio ella sólo lo veía como uno de sus proyectos, como un tipo de caridad. Pero eso cambió, y un día, Jace escuchó que unas niñas que él conocía de la primaria estaban molestándola. Les puso un alto y se hicieron mejores amigos desde entonces.
No podía ni imaginar ser amigo de alguien por doce años.
-Si nos conocíamos muy bien- dijo Rhett –Pero ahora ni siquiera querrá hablar conmigo-
-Pues, no lo necesitas- Dijo Jace -Te golpeó la cara. No es exactamente algo que un amigo haría-
-¿Oh, en serio Jace? ¿Me golpeó la cara? No me di cuenta, gracias por aclararlo-
-Lo siento- Jace dijo -Pero lo único que digo es que fue algo muy nefasto de hacer-
-Los amigos se pelan todo el tiempo- dijo Rhett -Apuesto a que tú y Alondra lo han hecho-
-Sí- dijo Jace lentamente -Pero nunca la he golpeado en la cara-
-No estoy diciendo que vamos a arreglar las cosas. Sé que no lo haremos, es más, sé que no podemos. Sólo estoy diciendo que no es su culpa.
-Claro- Jace giró los ojos -Estoy seguro de que temporalmente perdió el control de su mano o su brazo comenzó a tener espasmos. O, tú sabes, ¡Quizás te golpeó en la puta cara!-
-Jace...- Alondra empezó.
-No puedo lidiar contigo ahora- Dijo Rhett -Me duele mucho la cabeza-
Jace juntó los labios, y dijo -No fue mi intención hacerte enojar. Yo solo...-
-Lo entiendo- Rhett miró a Jace, frunciendo el ceño -Gracias por dejar que me quede-
-Claro- Jace se puso de pie.
Rhett rodó fuera de la bolsa de dormir, aún parpadeando y entrecerrando los ojos.
-Te llevo a tu casa si quieres- Jace le ofreció una mano. Rhett lo pensó un momento, y la tomó dejando que Jace lo levante.
-Gracias-
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El trayecto a la casa de Rhett fue incómodo. Además de las ocasionales direcciones que le daba Rhett, nadie dijo nada.
Cuando Rhett finalmente le dijo a Jace que habían llegado, se estacionó frente a un edificio de apartamentos pequeño y tétrico. Estaba justo al frente de la calle, y todo era asfalto, no había jardines o incluso plantas en macetas. El edificio era de un feo y desvanecido color rosa, y todas las ventanas eran pequeñas y sucias.
Jace no juzgó a Rhett por esto. De todas formas a Rhett no le gustaría su lástima, al menos eso sabía de él.
-Okay- dijo Rhett, abriendo la puerta -Gracias-
-Espera un segundo- dijo Jace.
Rhett se detuvo y volteó para escucharlo.
-Sólo- Jace titubeó -Sólo recuerda la promesa ¿Está bien?-
Rhett solo asintió con la cabeza.
-¡Oh!- Jace siguió -Puedes sentarte con nosotros, conmigo y con Alondra, en el almuerzo también, si tú quieres- Revolvió sus bolsillos buscando su teléfono -Mira, dame tu número-
Rhett lo miró un momento, su cara vacía de emociones.
Y se lo recitó.
Jace sonrió mientras creaba un nuevo contacto en su teléfono. Rhett no le pidió el suyo, pero Jace se lo dio de todas formas y, para su alivio, Rhett sacó su teléfono para registrarlo.
-Okay- dijo Jace -Bien-
Rhett sólo encogió un hombro.
-Nos vemos- le dijo Rhett, y se lo repitió a Alondra.
Jace y Alondra se despidieron de igual manera, y entonces Rhett se fue hacía los departamentos. Jace se espero a verlo entrar para irse.
-Eso no salió bien- dijo Jace -¿Verdad?-
-No muy bien, no- la voz de Alondra no era sarcástica o irónica. Sólo simpática y suave.
Jace soltó un lento quejido.
-Soy un maldito asco en esto, Alondra-
Ella se quedó callada por un momento.
-¿Qué hiciste ayer?- finalmente preguntó – Digo, para evitar que se suicidara -
-No lo sé. Lo ayudé con su nariz, supongo. Y después usé una metáfora- Jace sonrió por su hazaña -Fue hermoso, estarías orgullosa-
-De alguna forma dudo que tu hermosa metáfora lo convenciera, Jace- Alondra dijo -Probablemente fue porque le mostraste amabilidad. Como eso de "Las acciones hablan más que las palabras"-
Jace lo pensó.
-¿Tú crees?-
-Fue una buena jugada, invitarlo al almuerzo- Alondra se dijo a sí misma -Sigue haciendo ese tipo de cosas-
-Okay- Jace se animó -Por eso te llamé. ¡Eres la mejor en estas cosas!-
Ella le dio una pequeña sonrisa.
-Gracias- dijo Alondra -¿Y Jace? No te pongas nervioso, puedes hacerlo. Él también puede-
Jace respiró profundamente, lo sostuvo un momento, y lo dejó salir despacio.
-Espero que tengas razón-
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El coche de su papá estaba de vuelta en la acera cuando llegó a su casa. Se estacionó junto a este y salió de su auto rápidamente, casi olvidando cerrarlo en su carrera hacia la puerta.
Se ponía así cada vez que Kelly iba al doctor. Porque no importaba cuánto él y Kelly se burlaban de su enfermedad, ella aún podía morir. Se imaginaba entrar a su sala y encontrar a su madre hecha lágrimas, a su papá rompiendo la cara vasija en la mesa del comedor y a Kelly sonriendo. Aún sonriendo, porque intentaba ser fuerte.
Pero sus padres no estaban llorando ni estaban enojados. Estaban sentados en el sillón, mirando a Bobby Flay en la televisión, y Kelly no estaba por ningún lado en la habitación. Jace suspiró, aliviado. Sabía que si ella estuviera muriendo, sus padres no la alejarían de su vista.
-¿Entonces todo está bien?- Jace preguntó, dirigiéndose a las escaleras.
Su madre asintió con la cabeza.
-Todo bien- dijo -Estable, y el procedimiento no fue súper invasivo está vez-
-Me gustaría que hubieras ido, Jace- dijo su papá -Sabes lo mucho que ella odia esas cosas-
-Lo sé- dijo Jace. Por supuesto que su padre iba a hacerlo sentir culpable cuando estaba tratando de hacer lo correcto -Lo siento-
-Díselo a ella- y volvió a mirar la televisión.
Jace subió las escaleras y se fue directo al cuarto de Kelly. La puerta estaba cerrada, así que tocó dos veces.
-¿Sí?- dijo su voz a través de la puerta.
-Soy yo- dijo él -¿Puedo pasar?-
-No está cerrado-
Jace abrió la puerta. Su hermana estaba sentada en su puf, demasiado cerca de la televisión, control en mano y jugando lo que parecía ser Halo 5.
-¿Qué onda?- preguntó sin quitar los ojos de la pantalla.
-¿Cuántas horas has gastado en esa cosa?- Jace preguntó, riéndose.
-No las suficientes- dijo Kelly -Oye, es divertido, no me juzgues. Y no es como si pudiera salir mucho-
-Cierto- dijo Jace. Tomó un segundo puf junto al de ella y se hundió en él –Entonces… quería pedirte perdón por haberme perdido tu cita hoy-
-¿Por qué?- Kelly preguntó, volteando a verlo -Yo te dije que no fueras-
-Supongo que si- dijo Jace -Aunque ¿Escuché que salió bien?-
-¡Sipi!- Kelly sonrió -Aún no muero-
-¿Quieres patearme el trasero en tus videojuegos para celebrar?- Preguntó Jace.
Ella le dio una gran sonrisa.
-Siempre-