-¿Qué pasará ahora Aragorn?- le preguntó Draco cuando descansaban, trataba de que los demás no lo escucharan- ¿seguiremos adelante?-.
-Por supuesto, no podemos detenernos por cosas como estas- respondió el montaraz sin siquiera mirarle.
Sabia que Aragorn no estaba seguro de sus propias palabras, y era entendible, el montaraz tenia una amistad con el mago, pero no podía doblegarse ahora, todos lo veían como un líder así que tendría que aguantar el peso de lo que acababa de pasar y actuar como el verdadero líder que era.
-Supongo que no te dijo mucho...- dijo Harry al ver como Draco se sentaba a su lado, este negó.
-Dice que debemos continuar...y lo entiendo, la Tierra Media esta en juego- suspiró- pero no lo entiendo Harry, digo todo paso de un momento a otro, un día estaba preocupándome por transformar algo en la clase de McGonagall y al otro ya esta intentando salvar mi vida en una tierra desconocida- movía sus manos nerviosamente.
-Hey, eso es justamente lo que no debe pasarte- sujeto su mano, dándole un sentimiento de protección- no debemos desesperarnos, en este tipo de situaciones es mejor tener calma...-.
-¿Cómo demonios lo logras?-
-Practica, supongo- rió leve mirándolo- todo estará bien- el rubio asintió inseguro.
En el camino todos iban en silencio, tal vez intentando procesar lo que había pasado sin poder digerirlo del todo, había pasado muy rápido.
-Vengan- escucharon la voz de Gimli llamarles así que se acercaron, lo escucharon decir algo sobre una bruja que vivía ahí.
-¿Bruja?- susurró Harry mirando a todos lados, con el miedo de encontrarse con algo.
-No te emociones, he estado el suficiente tiempo aquí como para saber que nada es como en nuestro mundo- le dijo Draco.
Sin previo aviso ya tenían arcos y flechas apuntándoles.
-El enano respira tan fuerte que podría atravesarlo con los ojos cerrados- dijo uno de los elfos.
Los llevaron a donde creían, era donde la bruja elfo habitaba, un lugar muy hermoso escondido entre los arboles, igualando la belleza de Rivendell. Aragorn y Legolas hablaron con ellos en un idioma que no conocían. ¿elfico?.
Hermosas escaleras enrolladas en los arboles con estructuras impresionantes, no había palabras para describir tal belleza del lugar.
Los llevaron a un lugar en uno de los arboles, vieron a una mujer bajara enfrente de ellos, estaba sujetada al brazo de otro elfo.
¿Ella era la famosa bruja elfo?, Harry y Draco no creían que fuera una mujer tan hermosa.
-Diez están aquí aunque sé que fueron once los que salieron de Rivendel- les dijo tranquilamente el elfo que acompañaba a aquella mujer. –Díganme donde esta Gandalf, tengo muchos deseos de hablar con el.
Todos bajaron la mirada entristecidos, recordando el reciente incidente que había ocurrido.
-En las sombras ha caído...- dijo ella mirándolos a todos.- Su misión esta en el filo de la navaja, desvíense solo un poco y fallaran, para desgracia de todos. Pero mientras la comunidad sea fiel aun quedan esperanzas...que su corazón no se desanime, vayan a descansar porque los pueden agotar la pena y las dificultades, esta noche podrán dormir.
Todos estaban callados ante las palabras de la mujer, pero no las que dijo, sino las que cada uno de ellos había escuchado en su cabeza.
-Oye...- susurró Harry a Draco- ¿tu también la escuchaste en tu cabeza?- preguntó preocupado.
-Mmm...si...-dijo también en susurro, Harry lo sintió algo nervioso.
-¿Estas bien?, te noto extraño- Draco negó pero con una seña le dio a entender a Harry que no era el momento de hablar, se lo diría cuanto estuvieran solos.
Los habían llevado a un lugar muy lindo, eran como pequeñas cuevas que estaban hechas de las raíces de los arboles y eran una cama perfecta y cómoda.
Escucharon unos sonidos tranquilos y armónicos, una melodía. Harry, quien estaba sentado en una de las raíces miraba hacia arriba.
-Suena...triste...- dijo.
-Es un lamento por Gandalf- le dijo Legolas quien se había acercado para ofrecerle agua.
-Gracias- la aceptó.
-¿Qué están diciendo de el?- pregunto Pippin curioso.
-No me atrevo a decirlo- respondió el elfo con amabilidad, seguramente su dolor por el mago seguía presente. – Porque la pena esta muy cerca...
En otro lado se encontraba Draco recostado sobre un tronco, a su lado estaba Boromir quien se veía bastante afectado.
-Vayan a descansar, las fronteras están bien protegidas- les dijo Aragorn.
-No puedo descansar aquí- le dijo Borormir y Draco le miró curioso- oí su voz en la mente- las palabras temblaban- habló de mi padre y la caída de Gondor. Ella me dijo...¡Aun ahora hay esperanza!, pero yo no la veo. Hace años que la esperanza se fue...mi padre es un noble pero su mandato decae y nuestro pueblo pierde la fe. Espera que yo pueda arreglar todo ¡y lo haría con gusto¡... Quisiera ver restaurada la gloria de Gondor- podía notar que se le hacia más difícil sacar todo- ¿La conoces Aragorn?, la Torre Blanca de Ecthelion...Brillante como una aguja de perla y plata; con banderas ondeando en la brisa matutina, ¿Te han llamado a volver con el claro sonido de las trompetas?- Boromir miraba a Aragorn, intentando transmitirle el sentimiento que reflejaba.
-Si, vi la ciudad blanca hace años...- dijo tranquilo.
-Un día nuestro camino nos llevara allá y el guardia de la torre gritará el aviso, ¡Los señores de Gondor han regresado!- aquello lo dijo con una sonrisa, una sonrisa que era provocada solo por un simple sueño. Aragorn también sonrió un poco.
-Me largo...- Draco se levantó sin mirar a los otros dos, estaba realmente enojado. No con Boromir, tal vez sólo con el mismo.
Aragorn se levantó más rápido y le sujetó del brazo, haciendo que le mirase a los ojos.
-¿Qué fue lo que ella te dijo?- preguntó mirando al menor que le fulminaba con la mirada, podia ver algo más en su mirada, algo más salvaje.
-Nada importante- se soltó del agarre del montaraz- y nada que sea verdad seguramente...- susurró para si mismo.
Se acostó en la misma cama donde estaba Harry, era demasiado grande así que ambos estaban cómodos.
-Te veo afectado- le dijo Harry mirándolo a los ojos, como si intentara leerle-
-Creo que son los genes de licántropo, creí que solo tenia la parte veela pero la luna llena hace estragos cada vez peores- parte de su preocupación era por eso, pero la otra era por lo que aquella bruja elfo le había dicho.
-No te preocupes por eso, no creo que sufras por lo mismo que Remus- trató de consolarlo Harry- Todo estará bien- sonrió. Draco decidió no darle mas vueltas, seria mejor dormir por ahora.
A primera hora en la mañana todos salieron en botes, siendo despedidos por los elfos que habitaban aquel lugar. Aragorn llevaba a Frodo y Sam, Boromir iba con Merry y Pippin, Legolas y Gimli iban juntos mientras que Harry y Draco iban en otro.
-Oye Draco, ya me cansé, deberías remar tú- le reclamó haciendo un puchero.
-No molestes Potter, estoy practicando- dijo moviendo su varita y susurrando unas palabras.
Pasaron un gran rato remando. Hasta que hubo un momento extraño, por alguna razón todos se sentían inquietos.
-Eso fue desagradable- dijo Harry sujetando su estomago, refiriéndose a la sensación de hace un rato.
-Frodo- le llamó Aragorn- Los Argonath, hace mucho que deseaba ver a los reyes de antaño, mi sangre...- dos enormes estatuas se levantaban a cada lado, el río pasaba entre ellas.
-Wow- dijo Harry realmente sorprendido.
-Corre Potter, nos dejan atrás- le dijo Draco quien también miraba fascinado todo.
Después de media hora por fin llegaba a tierra, todos bajaron y comenzaron a poner un campamento.
-Cruzaremos el lago al anochecer. Esconderemos los botes y seguiremos a pie, aguardaremos Mordor por el norte.- les dio la indicación Aragorn.
-¡Oh sí! Muy fácil. Basta con encontrar el modo de atravesar Emyn Muil, un infranqueable laberinto de rocas afiladas como cuchillas. Y después de eso el camino es aún mejor, una infecta y apestada ciénaga, cuyo final la vista no logra alcanzar. – se quejó el enano.
-Ese es el sendero- respondió el montaraz, tranquilo- te sugiero que descanses para recuperar fuerzas mi señor enano-
"Oficialmente Aragorn perdió la cabeza" Pensó Malfoy al oír el camino por el que querían ir.
Legolas se acercó decidido a Aragorn- Tenemos que irnos-
-No, los orcos vigilan la orilla este, esperaremos la oscuridad-
-La costa Este no es la preocupante- el elfo miró inseguro el interior del bosque- en mi mente crecen una sombra y una amenaza, algo más se acerca, lo puedo sentir-
-No me hace falta descansar- aun se quejaba el enano.
-¿Y Frodo?- preguntó Merry al no encontrar a su amigo, automáticamente todos intentaron encontrarlo con la mirada.
-Tampoco esta Boromir- susurró Harry. Se levantaron para ir a buscarlos.
-Al hobbit se le ocurre salir a pasear cuando trae el destino de todos en forma de anillo- Malfoy se iba quejando mientras Harry caminaba a su lado- ¡Si Frodo!, ¡es una excelente idea!.
-El quejarte solo no va a solucionar nada- le dijo Harry con calma.
-¡Eso ya lo sé!- le miró- pero es tonto que haga eso, digo, no lleva un simple anillo-
-¡Frodo!- gritó Harry, pero el mediano no respondía.
-Déjalo Harry, seguro no esta por aquí...
Comenzaron a escuchar mucho ruido y gruñidos, cuando menos lo esperaba ya había muchos orcos cerca de ellos.
Draco y Harry sujetaron sus varitas con fuerza, nerviosos. Se habían enfrentado a muchos orcos antes pero era cuando estaban los demás.
-Harry- el mencionado pudo jurar que aquello sonó como un jadeo por parte del rubio.
-Cubre mi espalda Draco- el rubio asintió y puso su espalda pegada a la de Harry, tenia miedo, era cierto, pero ahora no podía arrepentirse, los demás no estaban cerca.
Lanzaron varios hechizos tratando de encontrar un punto para escapar, aunque habían acabado con la mayoría de los orcos. De pronto un sonido llamo su atención, un sonido extraño, ¿acaso era un cuerno?.
-Vamos- Malfoy sujeto la mano de Harry y comenzó a correr de donde venia el sonido.
-¿Qué haces?, puedes estar corriendo hacia ellos-
-Ellos no sabían que hacia el sonido- le dijo- creo que fue Borormir quien hizo el sonido.
Corrieron todo lo que pudieron, tenían la esperanza de ver a Borormir, pero ya era muy tarde. El montaraz estaba hincado enfrente de el mientras que Boromir estaba recostado sobre el árbol, tenia flechas en su cuerpo.
-N...no...- Harry le miró llorando, no podía ser cierto, no de nuevo.
-Realmente...- Boromir intentaba hablar cuando miró a los magos- realmente espero que puedan volver a su hogar- sonrió con dolor pero sinceridad por ultima vez, mientras que poco a poco sus ojos perdían su luz y su cuerpo la fuerza. Un hijo de Gondor había caído.