En el capitulo anterior.
-Una despedida de soltero quizás no sea un pecado, nunca tuviste una última vez con Jinki, quizá aún pueden tener una última noche...
-¿Estas contento con lo que estas provocando?- pregunta la mujer que le dio la vida al hombre que amaba –Podrías solo irte, olvidarte de Jonghyun una vez más.
-Señora Kim, yo no fui quien provoco esto, su futura nuera se puso a hurguetear en el pasado y me encontró allí –aclaro sentándose al lado de la pequeña mujer- Por primera vez en su vida sea sincera respecto a este tema, ¿Ha visto a Jonghyun ser feliz después que termino conmigo?
-No –confiesa sin mirarlo a los ojos – Jonghyun después de ti jamás ha sido feliz, pero cuando pienso en como sufrirá en una sociedad que no lo aceptara sigo firme en mi decisión.
-¿Es preferible quedar bien con las amigas del barrio o la gente que la rodea que la verdadera felicidad de su hijo?- ella quiso hablar- Espéreme, no he terminado. ¿Vale más esas cosas que ver la felicidad en el rostro de Jonghyun? Quizá usted no lo ama lo suficiente, quizá ese predicamento de “Haría cualquier cosa por mi hijo” no aplica con usted.
-No puedes asegurar una cosa así –esta vez la mujer lo mira con lágrimas en los ojos – Me arrepiento cada día por lo que les hice, rezo cada noche para que dios me perdone por hacer sufrir así a mi hijo, pero lo hecho, hecho esta, no se puede cambiar. ¿Es justo dejar a esa niña sin novio en el altar?
-Usted sabe tanto como yo que ella solo esta encaprichada, nublada por el deseo de tener un esposo que la mantenga y sea guapo para presumirlo con sus fracasadas amigas, que además de una pataleta nada más pasara. La cosa ahora es… ¿Puedo usted vivir con la idea de que su hijo ama a los hombres?
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La idea de una despedida de soltero quedo en la mente de Jonghyun, una última noche con Jinki, quizás un día decisivo , quizá el último impulso para ser valiente al fin y comenzar a vivir por sus propios medios su vida y no la vida que su madre tenía programa para él.
Pero una vez más su futura esposa llega para colgarse de su brazo y comentarle detalles que a estas alturas del partido poco le importan, seguido de ella llega su madre.
-Nena, ¿Me das un momento? necesito hablar con mi hijo.
-Si… claro –le chica se extraña, pero deja la habitación de todos modos.
-¿Pasa algo?- fue la primera pregunta del pelinegro cuando su prometida deja el lugar.
-Un día, decidirás tu vida en un día –comienza a decir pero Jonghyun se confunde aún más – Mañana al amanecer te auto regalaras un día sin compromisos, como si el tiempo no hubiera pasado y en la noche tendrás tu decisión, si sigues adelante con el matrimonio o si tomas todas tus cosas y te vas muy lejos de aquí.
-Pero… ¿Que paso, Que es todo esto?
-He sido una pésima madre todo este tiempo, entrometiéndome en asuntos que nada tenían que ver conmigo, tu eres mi hijo y te amo, pero no puedo seguir controlando tu vida. Odio reconocerlo pero Jinki me dio un remezón, me hizo entender que mis deseos o mi vida no deben continuar a través de ti.
-¿Y esperaste tantos años para eso? He tenido que vivir una mentira porque tú así lo querías, jamás te he fallado, he vivido esta miseria desde que me hiciste separarme de Jinki ¿Y solo me das un día?
-Cariño yo…- la voz de la mujer se quebraba al ver la impotencia en la mirada de su hijo.
-¿Tuvo que venir el chico objeto de tu odio para abrirte los ojos?- esta vez fue la voz de Jonghyun la que se quebró –Me viste llorar un millón de veces, convertirme en alguien que encajaba con la sonrisa más falsa de este mundo, pero estaba bien entonces porque estaba cumpliendo con tus deseos, con tus enseñanzas- dice con desprecio- ¿Lo tomo como un regalo de bodas? ¿Debo sentirme agradecido por tener una madre tan generosa?
-Jonghyun…- ya no soporta más el peso de la culpa, le atormenta pensar que la estabilidad emocional de su hijo ha estado en sus manos todos estos años y ahora le estaba dando un par de horas para hacer alguna movida o decisión- Sé que no es fácil, sé que he complicado tu vida a niveles que no puedo llegar a dimensionar, pero es todo lo que te puedo dar de momento, un día completo sin ella dando vueltas por aquí.
-¿Y cómo piensas alejarla de aquí? ¿Es su boda o lo olvidas?- está furioso y no es para menos, pero algo dentro de él grita que necesita este tiempo lejos de su novia para ordenar sus pensamientos, sentimientos y anhelos para su vida.
-Le diré que necesito un vestido para la boda, que el mío se arruino y que debo ir a Seúl. He sido egoísta, cariño- le acaricia el rostro a regañadientes de Jonghyun- Pero todo lo hice pensando en hacer tu vida mejor, puede que me haya equivocado como puede que lo tuyo con Jinki solo sea una herida que no cerro y en verdad ames a tu novia.
-Es algo que no puedo resolver en un día.
-Pero es el tiempo que puedo darte- dice resignada y sale de la habitación.
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-Estoy empezando a pensar que venir aquí no fue una buena idea –comenta Jinki mientras dibujas algunos garabatos en unas hojas blancas mientras Minho chatea feliz de la vida sonriéndole al teléfono- Bueno, al menos pudiste reencontrarte con Kibum.
-Te dije que no era bueno venir, con Key podíamos vernos la próxima vez que viajara a Japón, sabes que no es un problema para nosotros- deja el teléfono en la mesa y se acerca al mayor- Aun no me has contado que hablaste con él.
-No mucho… el pasado se vino hacer presente, es todo –dice recordando la conversación en la playa- Quiero que llegue pronto el día de la boda he irnos, la idea de arruinarlo todo con mi presencia ya no es entretenida, no cuando mi cabeza es un lio y tampoco es justo para el después de todo.
-Lo dejaste ir en ese entonces porque lo amabas demasiado, lo estas dejando ir ahora por el mismo motivo, en mi humilde opinión, Hyung- pone una mano en el hombro de su mejor amigo- No hay amor más digno de ser vivido que el de ustedes.
-Nuestro amor quedo enterrado en el pasado, el Jonghyun y Jinki que se amaban locamente siguen viviendo allí, ahora son personas muy distintas.
Entonces la puerta de la cabaña fue tocada, Minho se levantó a ver quién era encontrándose con el hombre que rodeaba la mente de Jinki. Jonghyun no dijo ni una palabra su rostro angustiado era más que suficiente para que el más alto le dejara pasar.
-Yo… saldré un momento, supongo que aun tienes cosas de las que hablar- fue lo último que dijo para luego tomar su chaqueta y dejarlos allí.
-Tu futura esposa ¿Te soltó la correa un momento, O vienes a echarme?
-Ven conmigo… por favor.
-¿Donde? –Jonghyun solo tomo su mano saliendo de la cabaña y dejando ver su auto estacionado- ¿Escapas de algo?
-Voy a mostrarte algo.
Algo en Jinki no pudo detenerse, algo le hizo seguirlo sin cuestionar nada. No hablaron en todo el camino, Jonghyun iba concentrado manejando a través de curvas pronunciadas y Jinki admirando el paisaje, siempre le había gustado la paz que le daba el mar y lo fiero que podía volverse en ocasiones, por alguna razón le recordaba a la personalidad de Jonghyun, tranquilo y sereno la mayor parte del tiempo, pero enérgico y caótico en ocasiones.
-Llegamos –dice estacionándose en una especie de cabaña frente al mar, con un columpio de lona azul marino en la entrada- Ven, te voy a mostrar en donde te tuve guardado todo este tiempo.
Le siguió dentro de la cabaña que constaba de dos pisos; el primero en donde se encontraba la cocina y unos cuantos sofás de cuero negro con hermosos ventanales alrededor, seguido por una escalera de madera tipo caracol en medio que concluía en una habitación que tenía una cama de dos plazas con vista al mar, un ventanales gigantes por todo el rededor para que la luz se colara a gusto, una pequeña puerta a un costado que de seguro era el baño.
-¿Que es todo esto? ¿Me estas mostrando donde vivieras con tu esposa?-dijo Jinki molesto, estaba harto de todo esto y solo quería que esta tortura se acabara, a la vez no podía creer que Jonghyun fuera tan cruel como para mostrarle en donde entablaría su nueva vida- ¡RESPONDEME!
-¡ERA PARA NOSOTROS!-grita como si las palabras quemaran dentro de su boca- Poco antes de que todo terminara alquile este lugar para vivir aquí después de nuestro viaje por él mundo, con el tiempo termine comprándolo pero eso no viene al caso, mantuve este lugar oculto aquí porque es donde decidí dejarnos, en esta casa han vivido todos estos años aquellos chicos que se amaban locamente, que iban a ir por el mundo de la mano.
-¿Han sido felices aquí?- pregunta el mayor sentándose en la cama.
-En mi mente, siempre los imagine como una pareja de ancianos, de esos que llevan tanto tiempo juntos que las palabras son solo desgaste de saliva porque la mirada lo dice todo, de esas parejas que esperan que la muerte jamás les alcance porque no saben vivir sin el otro. El Jonghyun y Jinki que viven aquí están avergonzados de mí y sienten compasión por todo lo que has tenido que sufrir.
-Te has vuelto experto en tortura, ¿Porque hacer todo esto? ¿Qué sentido tiene imaginar cosas que jamás pasaron?
-Porque quiero ser egoísta, porque no quiero imaginarnos más, porque no quiero casarme-entonces suelta el llanto más amargo que Jinki pudiera conocerle- Estoy viviendo más en mi mente que en mi vida real. Esto nunca dejó de existir para mí, porque no importa cuanta tierra le eche encima, no importa cuántas veces apague el interruptor de amor por ti, todo sigue volviendo a donde lo deje.
-Es un poco tarde ¿No? Nosotros crecimos e hicimos vidas distintas, tu decidiste dejar todos tus sentimientos y con ello la esencia que te hacia ser el Jonghyun que yo amaba por complacer los estándares “normales” de tu madre, eso no era algo que hubiera hecho el hombre con el cual estuve tanto tiempo.
-En el camino por ser un buen hijo o uno del cual su madre estuviera orgullosa te deje a ti y a mí mismo a mitad del camino, me convertí en el Jonghyun aceptado mas no en uno que yo mismo pudiera reconocer en el espejo.
-Y que se supone que debo hacer yo con esta confesión de ti imaginándonos por años o el hecho de que no quieres casarte, esto no es fácil, no es como en las novelas o los dramas que nos escapamos y somos felices para siempre, esto es la vida real y lamentablemente la vida real es una mierda.
-Haz lo que quieras con lo que te acabo de decir, solamente debía decirlo- pone las manos en su cara acompañado de un suspiro pronunciado- Necesitaba que supieras… que no fuiste algo pasajero, no solo fuiste una buena cogida, eras… todo para mí.
-Siempre fuiste bueno con las palabras a niveles que llegaban a derretirme, sigues teniendo el mismo talento y es una desgracia.