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El último ángel por virichan

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Cuando la cena termino, un hueco en su estómago se instaló inmediatamente, todos lo miraban con una suave sonrisa, excepto Minho, que él parecía no hacerlo nunca.


 


—Puede que para ti sea confuso o extraño—. Siwon había comenzado a hablar, sujetando su mano derecha con la suya. —Pero nosotros te queremos—. Taemin los miró a cada uno, y sin decir nada clavó su mirada en Minho, Siwon se percató del acto, y supuso lo que Taemin estaría pensado al respeto. —Todos nosotros te queremos, nos gustas Taemin—.


 


El castaño siguió mirando a cada uno, intentando buscar alguna pisca de duda, o cualquier cosa que indicara que no estaban hablando en serio; era difícil de creer que los cinco lo quisieran, Kibum decía que las personas solían ser pareja, celosas y posesivas con su amante; pero parecía que ellos no tenían problema con ello, incluso Minho lo miraba serio, sin dudar, aunque no parecía tan comprensivo como los demás.


 


—Me siento atraído por los cinco, de una forma que no lo puedo explicar—. Para los hermanos fue un alivio saber que su pareja sentía algo por ellos, a pesar de ser humano la atracción hacía su unión era única.


—Está bien Taemin, estaremos ahí para ti—. JongHyun tomó su mano izquierda, dándole un apretón suave que le hizo sonreír.


—Cualquier cosa que necesites puedes pedirla, y cuando definitivamente estés listo para hablar, lo haremos—. Sabía que se refería a su pasado, de donde venía y de quien venía huyendo, no quería hablar porque ese sentimiento de creer que, si ellos se enteraban de todo, estarían en mucho peligro, y no podía poner en riesgo a sus cinco hombres.


—Gracias, me gusta estar con ustedes—. Se levantaron de su asiento, cada uno se acercó a depositar un beso de buenas noches en sus labios, Minho fue quien dejo uno en su frente, sus pequeñas muestras de amor se sentían bien, no quería ser insistente sobre el cariño con él.


 


JongHyun fue quien, después de un inocente beso, regresó por otro, esta vez más largo, sin embargo, el mayor se aventuró en hacer algo más, presionar su lengua en la boca de Taemin.


 


La sensación era desconocida, no había tenido besos de esa manera, era la primera vez que alguien intentaba hacer aquello. Se dejó llevar. Abrió su boca con más lentitud de la que quisiera, dejando que la húmeda lengua tocara por primera vez la suya, la sacudida en su cuerpo pudo notarla el mayor, quiso sonreír, pero podría alejar a Taemin. Abrazó su cuerpo, le hizo gemir, pero quedó atrapado en la boca del mayor.


 


El beso fue lento, JongHyun jugó con su lengua, mordiendo sus labios mientras lo acercaba lo máximo posible con un abrazo. Taemin no sabía dónde sostenerse, incluso las rodillas comenzaban a temblarle, así que simplemente se sujetó de sus hombros en un intento de no caerse.


 


Las cosas empezaban a subir de tono cuando las grandes manos pasaron por su cintura haciendo círculos. JongHyun rozó una de sus piernas entre las del más pequeño, el gemido y estremecimiento de Taemin, se sintió complacido. Se separó con lentitud, dándole una sonrisa al castaño.


—¿Estas bien cariño? —. Preguntó con amabilidad, tratándole con cuidado, Taemin no parecía saber hasta qué nivel de atracción sentían sus hermanos por él, pero era evidente que todos ellos querían más que simples besos y caricias.


Las mejillas pálidas tenían un adorable rosado, sus ojos brillaban de lo acuosos que estaban, si sólo miraras sus ojos podrías pensar que lagrimas se iban a deslizar por sus pómulos, pero gracias al medio lazo que había formado con Taemin, podía sentir sus emociones, no tan claras como si estuviesen apareados, pero si tenía rastros de felicidad, timidez: y estaba más que seguro que, un poco de excitación.


Taemin se sentía flotando, su cuerpo parecía cosquillear de tantos sentimientos desconocidos, que hacían que su corazón golpeara su pecho con fuerza. —Si—. Fue apenas un susurró, que por lo desarrollado de los sentidos de JongHyun pudo escuchar sin esfuerzo.


—Vamos, te dejare en tu habitación para que puedas dormir, ha sido un día largo—. JongHyun condujo a su pequeño por el pasillo, abriendo su puerta para que pasara, incluso quiso acostarlo en su cama y arroparlo, pero Taemin se negó, aún tenía que tomar un baño antes de entrar a la cama.


 


 


La sensación aún no se iba de su cuerpo, aún los fuertes brazos estaban alrededor, tocando su piel encima de la ropa, haciéndolo estremecer.


 


Fue hacía la ducha, dejando su ropa a un lado antes de adentrarse al agua caliente. Comenzó a lavar su cabello, pasando sus dedos entre cada hebra, imaginando las manos más grandes de JongHyun como si fueran las suyas. Bajó poco a poco, acariciando su piel de sus hombros, pecho y se detuvo en sus pezones, que por los toques estaban más que duros, tan sensible era ese lugar que cuando los dedos rozaron cayó de rodillas soltando un gemido de sorpresa.


Tembló bajo la ducha, abrazándose a sí mismo, tratando de poner en claro las sensaciones que lo invadían.


 


Con cuidado su mano bajó aún más, tocando por su pecho, pasando los dedos en su plano vientre, deteniéndose en la excitada entrepierna. Rodeó el falo, apretando con suavidad. Sabía cómo se concebían los bebes, Kibum le había instruido con toda la biología, incluso cuando entró a su adolescencia, despertar con calor en su entrepierna era más que común, también le fue enseñado sobre aquellas cosas, sin embargo, nunca se tocó, no cuando había cámaras en su celda, micrófonos y cualquiera podría entrar.


 


Era la primera vez, después de un par de años, que volvía sentir excitación por su cuerpo, y la razón eran los recuerdos que tenía de su beso con JongHyun.


 


Su mano hizo un vaivén lento, arriba y abajo, gimiendo despacio, mordiéndose su labio inferior, quería acallar los gemidos que salían, pero el placer simplemente no parecía querer estar en silencio.


 


El sonido húmedo de los movimientos de su mano incrementó, haciendo ruidosos chapoteos cuando llegaba a la base; gimiendo de manera tan aguda, que retumbo el eco en el baño hasta invadir sus oídos. Se recostó hasta que su espalda golpeó la fría pared, haciendo estremecer su ser. Decidió seguir explorando, se dejó guiar por la necesidad, llevando su digito a la sensible entrada, apenas fue un roce con la punta; pensó en cada uno de ellos, que alguno de los hermanos tocará su sensible cuerpo, justo después el abrazador orgasmo arrasó con toda su razón, soltando un gemido tan fuerte que incluso el sonido del agua cayendo fue opacado. 


Su respiración rápida fue el único sonido después de cerrar la llave de la regadera.


Se levantó con lentitud, sus piernas parecían tan temblorosas como si hace tiempo no se hubiese puesto de pie, sumando los estragos que dejó su reciente orgasmo, no quería caer al suelo y tener que llamar a los hermanos, eso sería tan vergonzoso, no estaba preparado para que lo viese desnudo.


 


 


 


 


—Buenos días a todos—. Dijo Taemin entrando a la cocina, siendo recibido por las miradas de los hombres, quienes tenían una sonrisa divertida en su rostro. —¿Qué pasa? —. Preguntó algo confundido por las sonrisas que de vez en cuando se hacían pequeñas risas.


—Nada cariño, simplemente están de buenas hoy—. Siwon le indico donde sentarse, a la punta de la mesa, le hizo sonreír y fue directo ahí.  


Miró por unos segundos a JongHyun, le hizo reír avergonzado, notando sus mejillas calientes.


—Puedo ver la complicidad entre ellos—. Jong In los miró riendo, todos lo siguieron después.


—En verdad, ¿Qué está pasando? —. Taemin no entendía el por qué era gracioso, más de lo que debería.


—Nada—. JongHyun se alzó de hombros, intentando restarle importancia. A lo que siguieron más risas sutiles, incluso notó como Minho sonreía tan débilmente que apenas las comisuras de sus labios se movían.


 


 


Siwon le dijo que después de hablarlo con sus hermanos, y debido a lo que era perseguido, uno de ellos se quedaría un día con él, los demás irían a trabajar, Taemin no tuvo objeción alguna.


Hoy sería el turno de Jong In.


 


Taemin se despidió de todos, un beso en los labios, Minho dejó uno sobre su frente, lo miró unos segundos y revolvió su cabello bajo su enorme mano.


 


—Bien pequeño, ¿Qué quieres hacer? —. Preguntó Jong In, al curioso por el tiempo que compartirían a solas, Siwon le explicó que Taemin era como un niño pequeño, no sabía sobre muchas cosas, de hecho, sólo sabía lo muy básico. —¿Quieres ver una película? —. Taemin no sabía nada sobre cultura popular, eso debía de ser agradable para él.


—Nunca he visto una película—. Murmuró. —Sí, sí quiero—.


—Vamos, te van a gustar—.


 


En la sala existía un juego completo de sillones, con ellos una pantalla enorme y a juego, una pequeña mesa de centro. Dejó que Jong In lo guiará al sillón del centro, esperó un poco mientras el otro hacía algo en la televisión. Se unió a él en el asiento, rodeando a Taemin entre sus brazos, el castaño no se quejó.


Taemin disfrutó de la película, era sobre extraterrestres, era intrigante con un poco de comedia. Jong In era atento con él, acariciaba su cabello, espalda, brazos y besaba sus labios de vez en cuando, para el más bajo era su parte favorita. 


—Me gustó mucho, quiero ver algunas más—. Jong In se enterneció por lo adorable que era Taemin sonriendo, emocionado porque había descubierto un mundo nuevo.


—Por supuesto pequeño—. Le dio un beso en la frente antes de levantarse a poner otra película. Cuando esta empezó se acomodaron de la misma manera, acurrucados en un lado del sillón. Jong In hizo lo mismo, pasar su mano sobre su pareja, tocando con delicadeza para relajar al más bajo, sólo que no espero un gemido después de rozar con el pecho.


 


—¿Te he hecho daño? —. Jong In se detuvo, Taemin negó.


—No duele, simplemente soy sensible de mi pecho—. Contestó avergonzado. Jong In se aventuró más. Sostuvo por los costados al castaño, subiendo de apoco hasta que volvió a tocar los pezones, viendo como su pequeño se retorcía en sus brazos.


—¿Te gusta? —. Preguntó fascinado con las reacciones. Taemin asintió frenéticamente. El más alto volvió a besarlo, acercándolo, no dejó de tocar su sensible pecho, incluso cuando lo subió encima de su regazo.


 


—Los besos así son los mejores, JongHyun me besó por primera vez así anoche—. Taemin estaba extasiado, devolviendo el húmedo beso y gimiendo cuando las manos contrarías hacían más presión.


—¿Sólo te beso? —.


—Si—.  Jong In sonrió divertido, confundiendo a Taemin.


—¿Qué hiciste después de eso pequeño? —. El castaño se quedó confundido, mirando sin entender la pregunta, hasta que recordó, los recuerdos de él tocándose y la sensación de ello; la sangre fue directo a su rostro. —Así que es cierto—. Jong In no lo mencionó, pero su familia era cambia-formas, sus oídos desarrollados lograron captar todos los sonidos de anoche, los gemidos de Taemin fueron más que escuchados por cada uno de ellos. —Te haré sentir bien, no te avergüences de tu pasión, es excitante—.


 


Volvió a besarlo, esta vez más duro, llenando de saliva los labios contarios, y el más alto buscaría el placer mutuo, restregando el cuerpo más delgado sobre su, más que despierto, falo. Meció el dulce cuerpo, sin dejar de besarlo, haciendo presión hacía su cadera cuando el trasero del contrario llegaba a estar encima. Jong In subió el suéter que Taemin usaba dentro de la casa, descubrió que no tenía nada debajo, así que comenzó a lamer las protuberancias rosas, jugando con la punta de su lengua y labios.


 


Taemin soltó un largo gemido llevando sus manos al cabello del más alto, buscando aferrarse a algo antes de sucumbir a la locura que albergaba su placer.


—Tienes un sabor increíble—. Jong In alagó. Al encontrarse atractivo para él, le hizo gemir más fuerte, esta vez moviendo más rápido sus caderas.


La dura polla de Jong In rozaba la suya, al igual que con su trasero, haciéndolo jadear y pedir más velocidad. —¡Carajo! —. Gruñó el más alto. Su pequeña pareja no dejaba de saltar encima de su dura erección, parecía tan hipnotizada diciendo su nombre una y otra vez. Apenas tenía la cordura para no rasgar su ropa y enterrarse profundamente dentro de él. Taemin en definitiva no ayudaba a su razón. —Te deseo tanto Taemin—. Lamió su propio dedo, dejándolo empapado de saliva, y así lo llevó al trasero de su chico, apartando las prendas hasta llegar a su caliente entrada.


 


Taemin dejó de moverse, pero sus dedos apretaron aún más el cabello entre sus dedos, causándole jadeos a Jong In. —No te detengas—. Ordenó el castaño. Taemin siguió.


El dedo dio pequeñas vueltas alrededor de su sensible carne, adentrando la punta por momentos, momentos en los que Taemin parecía casi gemir más alto. No podía ir lento, Jong in estaba siendo cegado por su lujuria, así que lentamente penetro con su dedo, hasta llegar a su nudillo, Taemin detuvo sus movimientos, pero no los sonidos de placer que salían de su boca.


 


En un movimiento brusco Jong In se incorporó, sin sacar su dedo del lugar tan caliente que lo aprisionaba, llevándose a Taemin y dejándolo recostado encima del sofá, tan apetecible ante su vista. Acalorado, excitado y deseoso de más.


No se contuvo, tomó los muslos, rodeando con sus brazos para embestir con fuerza, aún con ropa estaba sintiéndose increíble. La excitación de Taemin se podría oler en toda la sala, lo estaba embriagando, necesitaba mas, quería reclamar a su pareja.


 


—Jong In… Jong In—. Su voz tenía un tono de súplica, el mayor entendía que era lo que necesitaba. Se inclinó encima del delicado cuerpo, mordió el delicioso cuello sin perforar la piel, pero eso bastó para que Taemin explotara en sus pantalones con un grito de placer. Jong In simplemente lo siguió, manchando sus propias prendas, recostándose en el abdomen desnudo de su pequeño.


 


Taemin intentaba recuperarse, obteniendo aire a sus pulmones con varias respiraciones, eso había sido increíble. Se avergonzó cuando el dedo de Jong In dejó ese lugar.


 


—Hay que cambiarnos, estamos pegajosos—. Jong In dejó varios besos en su abdomen, eso le hizo reír, pero asintió, incluso sentía su entrada pegajosa.


 


 


 


 


Taemin fue a la cocina después de cambiase, con ropa interior limpia y pantalones cómodos fue en busca de Jong in, quien le había dicho que comerían algo después de cambiarse.


—Hey pequeño, no cocino tan bien como tú, pero hice unas tostadas—. Taemin negó, riéndose porque consideraban que él cocinaba bien, sólo habían probado una vez su comida.


—Estará deliciosa entonces—. Sentía que estrechaba más su relación con cada uno, quizá Jinki no tanto, mucho menos con Minho, pero cuando fuera el turno de quedarse con ellos, hablaría, quería que Minho hiciera más que simples besos, la verdad es que quería estar con todos.


—¿Pequeño? —. Taemin miró a Jong In y sonrió, justo después se lanzó a sus brazos, siendo recibido con un cálido beso.  


 


El teléfono de Jong In comenzó a sonar, se disculpó con Taemin antes de contestar. El menor fue por los platos y vasos, mirando en la alacena, quería algo dulce también.


“¿De qué hablas?, ¿Hay intrusos en el pueblo?”. Taemin escuchaba a lo lejos, nunca había salido de la casa, así que no estaba seguro a que pueblo se referían.


“¿Están preguntando si hay alguna casa dentro del bosque?”


“Si, yo lo cuidare”


 


Jong In se quedó mirando su teléfono, Siwon llamó alertando que humanos estaban en el pueblo, su pueblo, una parte de su manada, hombres que preguntaban a los residentes si existía una casa dentro del bosque, y la única era la suya, Siwon temía que fueran los que buscaban a Taemin.


 


—Oye pequeño, ¿Por qué no vamos… ? —. Jong In dejó de hablar, Taemin estaba mirando a la ventana fijamente. —¿Taemin? —.


—¡Kibum! —. Gritó Taemin antes de esquivar al más alto y correr fuera de la casa, adentrándose al bosque.


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