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A pesar de todo lo que me has hecho por LaylaPotterMalfoy

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Notas del fanfic:

-Esta historia ocurre en Hogwarts, al principio del 7º año de los chicos.

-Severus y Sirius tienen ambos 17 años.

-Haré unos pequeños cambios conforme a la distribución de las clases, estando los alumnos distribuidos en estas al azar, sin importar casa o, en caso de repetir asignaturas de cursos anteriores o cursarlas de posteriores, edad.

4 años antes

P.O.V. Severus

-Odio a tu hermano, te juro que lo odio con toda mi alma, Regulus, es que no lo soporto-dije mientras me tiraba en la cama de mi querido mejor amigo y hermano de mi némesis particular.

-¿Qué te hizo esta vez para que llegues así de enfadado, querido?

-Mira mi pelo, míralo fijamente y dime, ¿qué tiene de diferente?

-Mmm... Tiene un ligero tono verde y pringoso... ¿Qué maleficio te echó esta vez?

-¡No lo sé! Si lo supiera lo habría resuelto yo mismo y no estaría aquí pidiéndote que me ayudes.

-A ver... Déjame ver que es eso...

Regulus se acercó a mi y me revisó el cabello para después sacar su varita y... Mi pelo volvía a ser el de siempre.

-Gracias, cariño, no sabes lo cuanto que te quiero.

-Sí se cuanto me quieres, más que nada porque amas con locura a mi hermano.

-No amo a tu hermano, nunca lo amaré, es un gilipollas hijo de puta, con perdón a tu madre, que es encantadora.

-Si tú lo dices... Dentro de unos años volveremos a hablar.

***

P.O.V. Sirius

-Amigos, no vais a creer lo que acabo de hacer.

-Por lo orgulloso que pareces... Mmm... ¿Tirar por las escaleras a Snivellus?-Preguntó Cornamenta, siendo totalmente radical.

-¿Tirarlo al lago?-Esta vez había sido Peter y, como siempre, pasé de él.

-¿Le dejaste el pelo verde y lleno de mocos?-Mi querido lobito tan perspicaz como siempre.

-Bingo, Rem, ¿cómo lo has sabido?

-Porque Remus y yo lo vimos largarse corriendo a su sala común con el pelo verde y lleno de mocos-dijo Frank entrando en escena.

-¿Por qué no lo aceptas de una vez, Canuto?-Preguntó Cornamenta.

-¿Aceptar qué, chicos?

-Que lo amas.

-No digas gilipolleces, Peter, nunca podría amar a una serpiente.

***

1 año antes

P.O.V. Sirius

-Sirius, mi amor, ¿estás bien? Te noto pensativo...-No me podía creer que hubiese acabado con ella en la cama, otra vez, y mucho menos que cada vez que estuviese en la cama con alguien Snape se metiese en mi cabeza y fuese él el que se encontraba debajo de mi, gimiendo y pidiendo más...

-No pasa nada, Kate, solo estaba recordando que quedé con los chicos en 5 minutos, tengo que irme-me levanté, me vestí y salí de la sala común de Ravenclaw sin siquiera darle un beso de despedida.

Caminé por los pasillos sumido en mis pensamientos y, antes de lo que me esperaba, estaba frente a la mujer gorda que protegía la sala común de Gryffindor.

-Buenas tardes, querida, ¿podría usted dejarme pasar?-Le dije con una coqueta sonrisa.

-¿La contraseña?-Me preguntó sin inmutarse.

-Transformaciones.

El retrato se abrió y yo entré, agradeciéndole.

Los chicos ya me esperaban en nuestros sofás.

-Llegas tarde, Canuto.

-Lo se y lo siento, estaba ocupado-dije sentándome al lado de mi querido lobito.

-¿Con Kate o tenías a alguien más en la cabeza?-Preguntó Remus.

-¿Con alguien más en la cabeza? ¿Por qué dices eso?

-Recuerda que es hombre lobo, Sirius-dijo Frank-, tiene sus instintos, aparte, por la forma pensativa en la que entraste...

-Ya...

-Entonces, querido, dinos, ¿quién estaba en tú cabeza mientras te follabas a la hermosa Kate?-Me preguntó James.

Lo observé mientras él me observaba fijamente en busca de una respuesta.

-Por favor, no os volváis locos, pero últimamente, cuando estoy en la cama con alguien, en mi cabeza solo aparece la imagen de Snape... No se lo que me está pasando...

Vi como mis tres amigos me miraban fijamente para después poner sendas sonrisas socarronas en sus caras.

-Canuto, eso es a lo que nosotros llamamos un enamoramiento.

-Frank-dije perplejo-, ¿cómo puedes decir, o siquiera pensar, que estoy enamorado de Snape?

-Cuando no se te levante a no ser que pienses en él nos darás la razón-dijo Lunático.

***

P.O.V. Severus

-¿Tanto te costaba admitir que siempre tuve razón? ¿Qué siempre lo has amado?

-Tenías razón, Regulus-dije entre sollozos-, no puedo verlo con otra, lo odio con toda mi alma.

-Hasta que te das cuenta, querido... ¿Tan difícil era? ¿En serio?

-No era difícil, solo que no puedo amar a alguien como él, me odia, y lo peor es que no se por qué...

-Te odia porque para él eres indispensable, aunque aún no se de cuenta, el muy ciego, te ama tanto como tú a él, solo necesita que le abran los ojos, y, para eso, necesitamos un buen plan. Tendrás que ponerlo celoso, conmigo no, obviamente, no voy a hacer nada que hiera a mi pequeño Bill, pero sabes que siempre puedes contar con Lucius y con el profesor Riddle.

-No, el profesor no, James no lo soportaría, y menos ahora que estamos comenzando a dejar nuestras diferencias de lado.

-Sabes que para Lucius y Remus también va a ser difícil, ¿verdad? Primero tendrás que hablar con los dos.

-Lo se, pero hablaré con ellos por separado durante las vacaciones. El año que viene lo comenzaré con alguien a mi lado y, si el gilipollas de tu hermano de verdad me ama, quizás todo esto no sea una tontería y también tendré a alguien para acabarlo.

***

Durante el verano

P.O.V. Severus

 

"Querido Remus,

Me gustaría quedar contigo algún día, tengo un par de preguntas sobre el curso que viene.

Atentamente, Severus Snape."

"Estimado Severus,

Con gusto me veré contigo. Te espero dentro de una semana a media tarde en las Tres Escobas.

Un saludo, Remus Lupin."

-Buenas tardes, Remus.

-Hola, Severus, ¿entramos?

-Por supuesto.

Me abrió la puerta y entré, dirigiéndome a una mesa del fondo, dónde él se sentó frente a mi.

En cuanto la camarera nos trajo lo que habíamos pedido al entrar comenzó a hablar.

-Entonces, dime, ¿en que necesitas ayuda? Porque no me creo que sea sobre las clases... ¿Es sobre Sirius?

Me quedé unos segundos en silencio, viéndolo fijamente, si es que era verdad que tenía un sexto sentido para descubrirlo todo

-Sí, es sobre Sirius, Lucius, tú y yo.

-¿Quién quieres que te ayude para que el cabezón se de cuenta de sus sentimientos?

-¿Cómo sabes eso?-Pregunté asombrado.

-Recuerda que soy medio lobo, Sev, creo que ya te demostré alguna vez que tengo un sexto sentido para todo.

-Cierto... Pues... Mi primera opción siempre fue Regulus, pero, como bien sabes, se graduó este año y no quiere hacerlo por ser hermano del gilipollas. Después pensé en el profesor Riddle, pero me dije a mi mismo: El tonto de James jamás entendería porque estoy con su amado. Así que heme aquí, pidiéndote un grandísimo favor para abrirle los ojos al condenado inútil de tú amigo

-Por mi bien, pero Lu-comenzó a decir para después agitar la cabeza-... Yo no tengo problema en que pongas celoso a Sirius conmigo pero no creo que alguien se ponga celoso porque yo esté al lado de otra persona...

-Oh, créeme, mi querido Lupin, más personas de las que crees se pondrán celosas de solo verte caminar de mi mano por los pasillos de Hogwarts-dije sonriendo maquiavélicamente mientras pensaba en cierto rubio.

-Eso espero... A ver si me ayuda también con cierto trabajito que tengo entre manos.

-Bueno-dije dándole el último trago a mi cerveza de mantequilla-, pues eso es todo, dentro de una semana ya empieza el curso, así que es mejor que vayamos preparando la peliculilla que nos ha tocado.

-Perfecto. Hasta dentro de una semana, amor mío-dijo Remus en tono jocoso.

-Hasta dentro de una semana, cariñito.

Dicho esto nos levantamos, nos acercamos y nos dimos un pico para hacer más creíble la farsa, y ¿qué mejor que empezando por todos los que estaban sentados en ese bar en ese preciso momento?

***

Ese mismo día en casa de los Malfoy

-Querido amigo, ¡COMO TE PILLE TE MATO!

-Lucius, ¿quieres calmarte? Solo van a ser una par de meses, pocos días, si todo va bien, después ya te lo devuelvo incluso con lacito y papel de regalo, si es lo que quieres. Solo es para ver si puedo poner celoso a Sirius, calma a tu parte veela.

-¿Me prometes que no le vas a tocar ni un mísero cabello? Bueno, aparte de para darle besos para hacerlo más creíble. Aparte, mi parte veela lleva diciendo mucho tiempo que Sirius está loco por ti, así que podíais dejaros de gilipolleces los dos.

-Prometo no tocarle ni un pelo a no ser que sea para cogerle de la mano, abrazarlo o besarlo para hacerlo más creíble. Solo quiero hacerlo para ver si puede aceptar lo que siente o va a seguir rehuyendo siempre.

-Mi parte veela te da permiso para que hagas lo que tengas que hacer, siempre y cuando no lo metas en la cama.

-¡Lucius! ¿¡Estás loco!? ¿¡Cómo mierda puedes pensar eso de mi!?

-Es broma-dijo para después echarse a reír.

-Un día de estos te mato...

-Sí, sí, lo que tu digas, yo me voy a ver a Cissa, desde que está con Lily no hay quien la vea, ¿te vienes?

-Sí, me gustaría ver a Lily para contárselo.

***

1 de septiembre: Comienzo de las clases

P.O.V. Sirius

-Chicos-comencé a decir-, he tenido problemas de erección durante todo el verano.

Remus y James, Frank estaba con su querida novia, se miraron entre si y se echaron a reir.

-Mmm... ¿No se te levantaba viendo revistas porno?

-Oh, mejor aún, Remus, ¿no se te levantaba estando en la cama con la rubia italiana de vuestro vecindario?

-¡No! Es peor que todo eso-dije entrando en pánico-... Solo se me levantaba pensando en Snape.

Los otros dos se miraron y se volvieron a reir.

-Nosotros te avisamos, querido amigo-dijo James una vez se calmaron.

En ese momento alguien entró en el vagón.

-Oh, querido, te he estado buscando-dijo la voz de Severus-, lo siento, ¿interrumpo algo?

-No, amor-dijo Remus, por lo que James y yo nos quedamos asombrados viendo para él-, ya habíamos acabado de hablar.

Remus se levantó, dándole una significativa mirada a James, quien abrió la boca en una gran O, como si hubiese entendido algo, y después sonrió pícaramente.

-Pasadlo bien, tortolitos-dijo mientras salían del vagón-. Parece que alguien se te ha adelantado, querido Sirius, o te das prisa ahora, que es algo nuevo, o acabas sin él.

-¿Prisa en qué? No estoy enamorado de Snape, no se por qué debería darme prisa con algo.

Pero eso era lo que yo decía, muy en el fondo sabía que esa rabia que estaba sintiendo eran celos porque Lunático tenía al mejor hombre de todo Hogwarts y yo no.

***

2 horas más tarde

No puede ser, maldito lobito que se hace pasar por mi mejor amigo... Él sabía por todo lo que estaba pasando con Severus, era el único que sabía todo lo que había estado sintiendo gracias a su lado lupino y, aún así, me lo había robado como si nada... No, aún no puedo creerlo, es increíble, me ha clavado el puto puñal por la espalda

-Canuto, ¿por qué tan pensativo?-Levanté la vista y vi a Cornamenta en el otro lado del vagón con el libro de Defensa contra las Artes Oscuras en sus manos y a Frank a su lado con el de Herbología.

-¿Qué haceis leyendo esos libros? Cómo si os hiciera falta... Sois los dos mejores de la clase, como si quisierais subir nota y, por cierto, Frank, ¿cuándohas llegado?

-Hace ya una hora, querido humano pensante.

-Nos aburríamos...Cuándo Lunático se fue te quedaste en trance y ya han pasado dos horas, falta menos de una hora para llegar, será mejor que te vayas cambiando y, mientras tanto, nos expliques en que estabas pensando.

Me levanté y saqué mi uniforme de la maleta para cambiarle mientras le contaba a James y a Frank todo lo que me ocurría.

-Y es que no se... Lunático sabe todo lo que estoy pasando y, aún así, me ha clavado el puñal por la espalda.

-Querido amigo, ¿alguna vez te paraste a pensar que Severus ya está cansado de tus bromitas para llamar su atención? Porque creo que es lo más probable... Aparte, tanto él como Rem tienen todo el derecho de hacer una vida juntas, si bien Severus no es su pareja destinada, por que se le nota, son grandes amigos y podrían llegar a amarse y respetarse de verdad-dijo James.

-Tú tuviste todas las oportunidades del mundo con Severus, recuerda que solo te queda esta última antes de que oficialicen su relación, aprovéchala-terminó de decir Frank.

Me quedé pensando en todo lo que acababan de decir mis amigos. Sabía que tenían razón, que iba siendo hora de acabar los juegos de niños y centrarme en lo más importante: ganarme el amor de Severus y, de paso, patearle el culo a mi querido amigo el lobito.

-Tienes razón, voy a buscarlos.

-Sirius, espera...

Ya no los escuché más, salí del compartimento como un huracán, abriendo todas las puertas para encontrarlos.

***

P.O.V. Severus

Habían pasado dos horas de viaje desde que me pareció ver una mota de celos en los ojos de Sirius, la cual no sabía si era verdadera o la había imaginado. Dos horas en las que Remus no había parado de mirarme con ojos que decían: Tenía razón.

-Mmm... Rem, muchísimas gracias por lo que has hecho por mí, nunca pensé que fuera a reaccionar así, aún ahora estoy dudando si fueron imaginaciones mías.

Lupin, antes sentado en el asiento del frente, se sentó a mi lado y me pasó una mano por el cabello.

-No tienes nada que agradecer y no, no fueron imaginaciones tuyas, Sirius te ama, solo que él aún no se ha dado cuenta.

Apoyé la cabeza en su hombro y, justo en ese momento, en camisa y calzoncillos, Sirius entró en el compartimento y se le escapó la vida por los ojos.

-Emmm... Lo siento... Yo... Solo...

No intentó decir nada más, se fue con los ojos anegados en lágrimas.

-Mierda, Rem... Nunca quise hacerlo llorar... ¿Qué hago?
-Ve con él, Sev, se que a mi no va a querer ni verme en pintura.

En cuanto dijo eso se lo agradecí con la mirada y me fui tras Sirius.
Cuando llegué a su compartimento y abrí la puerta me encontré a un Sirius, ya completamente vestido, dormido en las piernas de Potter.

-Hola, Severus, ¿qué ha pasado?

-Hola Remus y yo estuvimos hablando y justo cuando entró yo me encontraba con la cabeza en el hombro de Remus...

-Sirius es muy volátil... Si te quedaras con él unos minutitos te lo agradecería, Frank se volvió a ir con Alice y yo tengo que ir al baño.

-Por mi no hay problema.

James se levantó, con cuidado de no despertarlo y, rápidamente me coloqué donde el estaba anteriormente.

-En seguida vuelvo.

Una vez nos dejó solos, contemplé su cara, por la cual se notaban los caminos que recorrieron las lágrimas que derramó.

-Te amo-le dije al oído-, pero me has hecho tanto daño a lo largo de estos años... Intento olvidarte cada día que pasa, a cada segundo... Te amo, pero lo nuestro no puede ser, metiste la pata demasiadas veces, una vez tras otra... He intentado perdonarte, pero me resulta demasiado difícil y doloroso.

Sabía que estaba despierto, si no James no me habría dejado a solas con él y no habría caído de sus ojos esa traviesa lágrima que logré ver.

Posé brevemente mis labios en los suyos justo cuando entraron Franck, Alice y James.

-Gracias por el tiempo a solas, Jam, lo necesitaba para soltárselo todo, aunque, claramente, estuviese dormido.
Dicho esto le di un corto abrazo y salí del compartimento con una pequeña sonrisa en los labios y una lágrima luchando por no salir.

***

P.O.V. Sirius

-Te amo, pero me has hecho tanto daño a lo largo de estos años... Intento olvidarte cada día que pasa, a cada segundo... Te amo, pero lo nuestro no puede ser, metiste la pata demasiadas veces, una vez tras otra... He intentado perdonarte, pero me resulta demasiado difícil y doloroso.

Cuando dijo esto sentí una lágrima traviesa deslizarse por mi mejilla pero supe que no se había dado cuenta cuando posó sus labios en los míos. En ese momento se abrió la puerta del compartimento. Severus se levantó y dejó que James se sentara en su sitio.

-Gracias por el tiempo a solas, Jam, lo necesitaba para soltárselo todo, aunque, claramente, estuviese dormido.

Dicho esto escuché la puerta cerrarse y yo ya no aguanté más las lágrimas.

-Sirius-me dijo la suave voz de Alice McKingley mientras me acariciaba el cabello-, tranquilo, deja de llorar, solo faltan 10 minutos y no creo que quieras que los otros sepan que has estado llorando cuando yahiciste bastante espectáculo yendo sin pantalones por ahí.

Gracias a su voz me tranquilicé lo suficiente como para contarle lo que había dicho Severus, así como lo del beso.

-Piensa que no todo está perdido, cariño, te dijo que te amaba, tienes que hacer que te perdone y no tenga en cuento estos años-dijo Alice abrazándome.

-Pero... Son 6 años, chicos... No se borran 6 años de la mente así porque sí.

-Lo se-dijo esta vez James-, tendremos que planear algo para que su relación con Rem acabe y que te perdone.

***

P.O.V. Severus

-Rem-dije nada más entrar en el compartimento para echarme a llorar en sus brazos.

-¿Qué fue lo que pasó, Sev? ¿Te hizo daño?-Me preguntó acogiéndome en sus brazos.

-No, para nada, de hecho estaba dormido, aunque yo creo que se lo hacía más de lo que estaba...

Le conté todo lo que había pasado, sin ocultar ningún detalle, bajo su atenta mirada.

-Sev, creo que deberíamos romper. Por lo que me has contado Sirius estaba despierto y, sabiendo como es, se lo ha contado todo a ellos y van a hacer hasta lo imposible para separarnos y que lo perdones.

-Pero... Pero yo no tengo nada que perdonar... Fueron tonterías de críos, no fue la primera vez ni será la última que me hagan bromas.

-Lo se, y también se que todo lo que dijiste para saber si estaba despierto y besarlo, pero también se como son mis amigos y como se toman ese tipo de cosas, así que tu decides, separarnos en unos días o esperar a que ellos lleven a cabo su plan.

-Quiero ver como me busca e intenta conquistarme, no quiero ponérselo fácil y menos después de estos 6 años, así que, si no te molesta, esperemos un poco más.

Rem y yo nos miramos y sonreímos socarronamente hasta que una muy cabreada Liliane Evans abrió la puerta del compartimento.

-¡Lupin, Snape! ¿No os habeis acordado de la reunión de prefectos? Y, por cierto, ¿qué hacéis los dos solos aquí? No quiero decir que me moleste que mis dos mejores amigos estén saliendo, pero Rem... ¿Y tú pareja destinada? Y tú, Sev, ¿no amabas a otro?-Dijo guiñándoles un ojo para hacerles saber que era todo paripé.

-Es una larga historia, querida Lily, al llegar al castillo te la cuento.

-Ahora dinos-dije poniendo en mi cara una sonrisa pícara-, ¿cómo te vacon mi querida Cissa?

La cara de Lily cambió a un color tan rojo como el de su pelo.

-A ninguno de los dos os importa, pero-comenzó con una sonrisa soñadora-... Lo llevamos muy bien, me ha pedido que al acabar Hogwarts me vaya a vivir con ella.

-Woaw... Pues sí que las cosas van rápido... Me alegro por ti, querida-dije saliendo del compartimento mientras le daba un beso en la mejilla.

-Yo también me alegro-escuché decir a Lupin mientras bajaba del tren.

En cuanto estuvimos abajo el mismo bullicio de todos los años estalló en mis oídos, en parte gracias a Hagrid, al que saludamos de camino a los carruajes, que llamaba a los de primer año para su travesía en barca.

Mientras nos dirigíamos a los carruajes se nos unieron Frank y Alice, quienes caminaban de la mano, Sirius, que, aunque aparentara muy bien indiferencia y felicidad, en sus ojos se veía un rastro de tristeza, y James.

Nos montamos todos juntos en un carruaje, en un incómodo silencio, mientras, para seguir con la farsa, yo tenía la cabeza en el hombro de Remus.

Cuando llegamos al Gran Comedor, siempre en ese incómodo silencio que nadie se atrevía a romper, me despedí de Remus con un casto beso en los labios, viendo como Sirius bajaba la mirada y salía del Gran Comedor a grandes zancadas.

Cuando estaba a punto de seguirlo alguien me tomó por un brazo.

-Déjalo-dijo James-, te ama y, aunque por ahora él solo esté aceptando sus sentimientos, le duele demasiado verte con Remus y que lo beses después de haberlo besado a él.

-Pero... No puedo verle así... Me duele demasiado-mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas-... Me duele demasiado estar haciéndole tanto daño...

Vi como alguien me abrazaba mientras Jam me sujetaba con mi espalda pegada a su pecho y sentía una caricia en mi cabeza.

-Lo sabemos, cariño, así como sabemos que si no le damos una buena razón se dará cuenta de todo demasiado tarde-dijo Lily.

-Solo... Aguanta unos días más, entonces llevaremos a cabo el supuesto plan de separación y reconciliación, que, por cierto, os contaré después.

-Gracias a todos por esto, en serio, nunca pensé que podría encontrar compañeros así en vosotros, sois geniales.

Dicho esto cada uno se dirigió a su mesa bajo las atentas miradas de todos sus compañeros que, aunque no habían escuchado nada, los hechos no daban mucho más que pensar en lo que realmente era.

***

P.O.V. Sirius

Mierda... ¿Por qué tiene que pasarme esto a mi? ¿Por qué me dice que me ama y me besa cuando al poco tiempo está besando como si nada a uno de mis mejores amigos? ¿Por qué mierda siempre fui tan estúpido? ¿Por qué nunca me había sentido tan deshecho y dolido hasta ahora? ¿Por qué, Sev, por qué? Está bien que me odie, pero del odio a estar con Remus para joderme la vida y por despecho... Hay muchas perdonas en el mundo... ¿Por qué mierda no eligió a otra persona? Soportaría que escogiera al rubio oxigenado, hasta a mi querido hermano, pero no... El primero tiene sangre veela y pareja destinada y, el segundo, está detrás del mayor de los Weasley... Qué injusta es la vida...

Solté un grito de impotencia, menos mal que la sala de los Menesteres era insonorizada.

Mi estómago gruñó, tenía hambre, pero sabía que con la garganta tan cerrada como la tenía me iba a ser imposible tragar algo, aún así pensé en comida y, delante de la cama, aparecieron un sillón y una mesita con pollo al horno, verduritas y patatas, aparte de un vaso de zumo de calabaza.

Me senté e intenté comer, logrando tragar la mitad del contenido del plato, siempre ayudado por el zumo.

Cuando vi que no podía comer más me acosté en la cama pensando en cada cosa que le había hecho durante estos 6 años: cada broma, cada herida, todo el daño que le había causado...

Y, a pesar de todo, él me ama... Cuando me besó sentí estallar al mundo a mí alrededor... Necesitaba más de eso, más de él y hasta estaba dispuesto a pedirle perdón de rodillas, si hacía falta, a mimarlo toda la vida, ya que el dinero sobraba mientras fuera para darle todo lo que él quisiera...

Y, pensando entodo esto... El mundo se volvió oscuro.

***

Tres días después

P.O.V Severus

Ya han pasado tres días y sigo sin poder sacarme de la cabeza la imagen de Sirius con los ojos llenos de lágrimas, unos ojos que mostraban lo roto que estaba por dentro. Nunca nada en mi vida me había dolido tanto.

No lo veía desde ese día... No se presentaba en las clases, ni siquiera salía para comer o cenar. Se pasaba el día encerrado en la habitación, a los profesores se les decía que había cogido un virus pero tanto sus amigos como yo sabíamos la verdad.

-Sev,sal de tu cabecita y hazme caso.

-Lo siento, Rem, estaba pensando en Sirius-dije, soltando un suspiro.

-No sé por qué pero me lo olía desde la otra punta del castillo-se escuchó la voz de cierto rubio platinado muy cerca.

-Hola, chicos... ¡Reg!-Me levanté de un salto y corrí a abrazar a mi amigo-¿Qué haceis todos por aquí?

-Pues, querido amigo-comenó Lucius, sentándose al lado de Remus mientras le pasaba una mano por el pelo y le daba un beso en la mejilla, quedando el otro rojo y con la vista baja-, hemos venido a ayudarte a romper con tu querido lobito, por lo menos yo.

-¿Hoy?

-No, mañana, Dumbledore nos permitió quedarnos esta noche en la sala de los Menesteres y, mañana en el desayuno, yo seré el desencadenante de todo-volvió a hablar el Malfoy.

-No harás lo que creo que vas a hacer, ¿no?

-Ay...Querido Sev... ¿De que otra manera podríamos hacerlo?

Vi a todos mis amigos que tenían una sonrisa socarrona en el rostro, excepto Remus, que no entendía nada.

-Ya lo entenderás, lobito-dijo Lucius, poniéndole una mano en la pierna y haciendo que el otro se sonrojara aún más de lo que ya lo estaba.

Desde luego que tanto Luc como Rem se estaban ganando el cielo aguantando el no tirarse el uno encima del otro por no saber que sus sentimientos eranmutuos.

-Perfecto, graciasa todos-dije con los ojos llorosos.

-Sabes que por un amigo hacemos hasta lo imposible y, por dos, aún más-dijo Jam abrazándome.

-Niños-escuché una voz seseante detrás de nosotros-, ¿qué hacen reunidos a estas horas? Es hora de la cena, todos para dentro.

James se había quedado conjelado y, sabiendo como era, hasta que Tom le hiciera reaccionar no se movería.

Esperé junto con Remus mientras los otros se marchaban.

-Señor Potter-dijo el profesor, haciendo que este último diera un salto-, ¿no me hasescuchado?

-Eh... Sí, sí, profesor, ya nos vamos.

Dicho esto se dio la vuelta y se fue corriendo quedándonos Remus, el profesor y yo solos.

-¿Cuánto tiempo más lo vas a hacer sufrir?

-Hasta que aguante estar cerca de él sin tocarlo, Remus, y espero aguantar todo un año, porque sino... Estoy fuera.

-¿Por qué no hablas con eldirector?

-Supongo que tarde o temprano tendré que hacerlo, Severus, no me queda mucha fuerza de voluntad para estar alejado de él, pero el director me dio unas normas respecto a James nada más empezar y las voy a cumplir. Ya se que está dolido, que ahora mismo me odia con todas sus fuerzas y que al mismo tiempo me ama, pero no puedo arriesgarme. Lo amo, ambos lo sabeis, los únicos aparte del director, y, por ahora, está bien así. Dicho esto, los tres nos encaminamos al Gran Comedor.

***

Al día siguiente

P.O.V. Sirius

Después de tres días sin ir a clase por no verlos juntos hoy, por fin, era el día en que lograría separar a Rem de mi querido Sev, no sabía que era lo que tenía preparado James para hacerlo pero, la verdad, tampoco me imortaba demasiado. Quería tener a Severus para mí, hoy los separaría y durante el fin de semana, aprovechando que todosse irían a Hogsmade, hablaríamos.

Me levanté antes que ninguno y me dirigí al baño para prepararme. Una vez salí me los encontré a todos vestidos y preparados.

-Hastaque por fin sales de tu cueva-se rió Frank.

Vi como Cornamenta se acercaba a mi y me abrazaba para susurrarme:

-¿Preparado?

Yo asentí y todos nos dirigimos al Gran Comedor.

Cuando comenzamos a desayunar un muy enfurecido, o eso es lo que aparentaba, Lucius Malfoy, más conocido como el rubio oxigenado, entró.

-Tú-dijo señalando a mí querido pelinegro-, pensé que eras mi amigo, confié en ti y, aún así, me traicionas y te revuelcas con mi pareja destinada como un vulgar perro rastrero.

Todos nos giramos hacia Remus, quien estaba más rojo que el cabello de Lily y el de los Weasley juntos.

-¿P...p...pero de qué hablas, Luc?

-Tú... Tú... ¿Tú que?-Murmuró Remus.

-Lucius-escuché que lo llamaba el moreno-, es mejor hablar todo esto fuera, ¿no crees?

-Siempre y cuando me prometas que vas a dejar a Remus.

-Está bien...-Susurraron los dos al mismo tiempo, junto antes de levantarse y salir, dejándonos a todos con la incertidumbre.

-James... Dime que lo que dijo Malfoy era todo parte del plan...

-Mmm... Pues... ¿Qué puedo decirte?-Empezó James-Sí que es verdad que le pedí ayuda a Malfoy para separarlos, como, anteriormente, Severus se la pidió a Remus, empujado por tu hermano, para que te dieras cuenta de tus sentimientos-decía mientras yo lo veía asombrado-. Sobre las palabras de Lucius... La verdad... No tengo ni idea de si son verdaderas o no, no le puse ninguna pauta para separarlos. Aunque ahora que lo pienso... Ayer... Severus pareciera que ya sabía como iba a actuar Malfoy, así que supongo que será verdad.

Me quedé pensativo. Si bien es verdad que a Remus la había llegado totalmente su ascendencia hace algunos años, cuando debería haber encontrado a su pareja, nunca nos había dicho nada. Siempre supuse que era por qué no la había encontrado, pero viendo como reaccionó a lo dicho por el rubio...

-Así que os aliasteis todos para que yo me diese cuenta... No sabeis lo agradecido que estoy, en serio... Ahora que lo sé no puedo esperar al fin de semana, voy a buscar a Sev, la habitación va a estar ocupada así que pasaos la noche en la sala de los menesteres. Os quiero.

Dicho esto me levanté y me fui corriendo mientras a mis espaldas escuchaba lar risas de mis amigos.

***

P.O.V. Severus

-Eso ha estado bastante bien actuado, Sev, no creo que Sirius pueda esperar a sábado para buscarte, vete preparando porque es un hombre de instintos fuertes-me dijo Rem una vez llegamos a un pasillo poco transitado.

Noté como mi cara subía tres tonos de color y aparté la vista justo para ver a Lucius fruncir el ceño y a Sirius dirigirse hacia nosotros.

-¿Cómo sabes que es un hombre de instintos fuertes, lobito?

-Lucius... Todo el colegio lo sabe...

Eso fue lo último que alcancé a oír ya que Sirius me había cogido de la muñeca y me arrastraba lejos de ellos.

No fue un camino demasiado largo. Pronto entramos en su sala común, recibiendo miradas de asombro de alumnos perezosos que no llegarían al desayuno.

En cuanto comenzamos a subir las escaleras y nos alejamos de la vista de nuestros compañeros, Sirius no se controló más y me empujó contra la pared y me besó, beso al que yo correspondí encantado con torpeza y timidez.

Cuando Sirius comenzó a meter una mano por debajo de mi camisa un “Oh” nos sacó de la ensoñación y haciendo que mi cara se pusiera más roja de lo que ya lo estaba.

-Lily-gruñó Sirius sin dejar de abrazarme mientras escondía mi sonrojada cara en su cuello.

-Pero que monos sois los dos juntos... Solo por eso voy a pasar el que estéis dándoos el lote en las escaleras de las habitaciones. Sirius, llévatelo a la habitación, no queremos que nadie más os pille, y menos algún otro Prefecto que no sea yo. Ya le diré a los demás que hoy duerman en la sala de los Menesteres.

-No hace falta, querida-dijo Sirius con una sonrisa socarrona, llevando sus manos a mi culo y haciendo que enroscara mis piernas a su cintura-, ya se lo dije yo, chaíto.

Dicho esto comenzó a subir las escaleras mientras me besaba el cuello.

***

P.O.V. Sirius

Cuando salí del Gran Comedor no me resultó demasiado difícil encontrarlo y arrastrarlo conmigo a mí sala común, sin siquiera interesarme en saber que era lo que estaban hablando Malfoy y Remus.

En la sala común, mientras nos dirigíamos a las escaleras, me dediqué a silenciar a todos aquellos alumnos perezosos que seguían en ella.

Cuando salimos del campo de visión de los alumnos en la sala no lo aguanté y me abalancé sobre él, si bien teníamos que hablar, podríamos hacerlo tanto antes como después de hacerlo mío.

Sentí como sus labios se movían bajo los míos de forma tímida y torpe así que sonreí hacia mis adentros al darme cuenta de que este era el primer beso profundo que daba.

Cuando comencé a acariciar con una de mis manos su espalda la voz de mi nada querida prima política Liliane nos sacó de la ensoñación.

-Lily-gruñí, sin dejar de abrazarlo, mientras un muy rojo Sev se escondía en mi cuello.

-Pero que monos sois los dos juntos... Solo por eso voy a pasar el que estéis dándoos el lote en las escaleras de las habitaciones. Sirius, llévatelo a la habitación, no queremos que nadie más os pille, y menos algún otro Prefecto que no sea yo. Ya le diré a los demás que hoy duerman en la sala de los Menesteres.

-No hace falta, querida-dije con una sonrisa socarrona mientras llevaba mis manos al culo de mi amado para conseguir que me rodeara con sus piernas-, ya se lo dije yo, chaíto.

Subí rápidamente las escaleras que me faltaban mientras le daba besos en el cuello. Abrí la puerta de golpe y lo acosté en la primera cama que encontré siendo, por suerte, la mía, para echar unos hechizos de insonorización y bloqueo.

-Siri... Sirius, espera, por favor-dijo Sev una vez me acosté sobre él.

-¿Qué sucede, amor? Porque ahora mismo no tengo la suficiente sangre en la cabeza como para pensar demasiado.

-Solo... Necesitamos hablar, tengo que decirte algo...-Dijo con voz entrecortada por mis besos en su cuello y pecho gracias a haberle desabrochado anteriormente la camisa.

-Si es sobre la no relación con Remus para que me diera cuenta de mis sentimientos... Me lo contó James y, la verdad, me alegro de que lo hicierais, gracias a eso se que te amo, que siempre te he amado. No se cuando comenzaron estos sentimientos pero los tengo y mi corazón es tuyo.

Severus tenía los ojos llorosos de la emoción por lo que yo le acababa de decir.

-No... No es eso, Sir... Lo del tren... Sabía que estabas despierto, por eso te besé... No siento todo aquello que dije... Si bien es verdad que te amo no es verdad que no pueda estar contigo y te quiera olvidar.

-Lo sé, amor, lo sé, pero eso no importa ahora, centrémonos en nosotros y en lo que sentimos-dije besándolo suavemente.

-Sir, una cosa más... Soy... Somos ambos magos... Sabes lo que eso significa, ¿verdad?

-No te preocupes por eso ahora, tu solo disfruta, yo me ocupo del resto.

Dicho esto lo volví a besar sintiendo como todo se desvanecía a mi alrededor. Sus manos temblorosas se dirigieron a los botones de mi camisa, los cuales intentaba abrir, por lo que cambié nuestras posiciones, sentándolo a horcajadas sobre mi, sacándole la camisa y la corbata.

-¿Qué...Qué haces?

-Intentar que sigas tus instintos.

Le pasé una mano por el cuello y lo volví a besar, dejándole claro que lo amaba y que podía confiar en mí.

Sus manos, menos temblorosas que antes, consiguieron desabotonar mi camisa y, sorprendentemente, también el botón de mi pantalón.

-Te amo-me susurró al oído, por lo que todos los impulsos, que estaba tratando de controlar por él y por que tuviera un buen recuerdo, salieron a la luz y nos volví a girar.

***

P.O.V. Severus

-Te amo-le susurré y, en un visto y no visto, volvía a estar sobre mí, entre mis piernas.

-Y yo a ti, Sev.

Sus ojos estaban plagados de pasión, haciéndome gemir con solo verlos. Me besó con fuerza, beso que yo devolví encantado. Sus manos recorrían mi torso, parándose en mis pezones y jugando con ellos, haciéndome gemir mientras yo le sacaba la corbata y la camisa.

-Sirius-Dije cuando su boca se dirigió a mi cuello y me dejó respirar.

-Dime-respondió con la voz ronca por el deseo.

-Soy... Soy... Soy virgen...

Él se separó y me vio sonriente.

-Lo se, amor, me di cuenta en las escaleras y me da igual, te amo y eso no lo va a cambiar.

Dicho esto bajó su boca por mi torso hasta el borde de mis pantalones, jugando con el hueso de mi cadera, mientras lo desabrochaba y me lo sacaba junto con el calzoncillo.

Cuando empezó a recorrerme de arriba abajo con la mirada tapé mi cara con la que suponía que era su almohada.

-¿Por qué te tapas, amor? Eres precioso.

Poco a poco comencé a destapar mis ojos viendo como en los suyos parecía reinar una calma que antes no mostraban.

Se puso de pie en la cama y comenzó a sacar su pantalón junto con su ropa interior para tirarlo junto a su camisa.

El turno de recorrer ahora con la mirada al otro fui yo, parándome en cierto sitio en concreto que hizo que todo en mi se calentara y temblara de nervios y de expectación a lo que vendría posteriormente. Escuché una risita de su parte y devolví mi mirada a sus ojos, cada vez más hambrientos.

-¿Vas a venir a darme un beso?-Le pregunté tan tranquilamente como pude.

Él esbozó una sonrisa de lado y se posicionó encima de mí, haciendo que nuestros miembros se rozaran, lo que nos sacó un pequeño gemido a cada uno.

Rápidamente se separó de mis labios y me dio la vuelta, dejándome de espaldas a él.

Se levantó y escuché que buscaba algo entre su ropa y, cuando lo encontró, se volvió a posicionar a mi espalda, dándome un pequeño beso en un hombro y rodeando mi cintura con uno de sus brazos, para que me pusiera de rodillas, mientras murmuraba algo para después sentir algo frío en mi entrada.

-Si... Sirius, ¿qué es eso?

-Hechizos de protección y lubricación-dijo, haciendo círculos con uno de sus dedos en mi entrada.

Lo fue metiendo poco a poco, molestaba pero nunca llegó al dolor. Una vez notó que estaba comenzando a acostumbrarme metió un segundo dedo, haciendo que sintiera un pinchazo y que una lágrima y una queja de me escaparan.

-Lo siento, amor-dijo acariciando mi espalda con su otra mano para después llevarla a mi erección mientras me daba un beso en la mitad de mi espalda-, pero si no te preparo va a doler muchísimo más.

Cuando acabó de decir esto sus manos comenzaron a moverse otra vez, haciendo que poco a poco me olvidara del dolor e, incluso, metiera un tercer dedo con el cual solo sentí una ligera molestia y, que poco después, tocó algo dentro de mi que me hizo retorcerme y soltara un gran gemido de placer.

-Así que ahí está-le escuché murmurar mientras sacaba sus dedos de mi interior y comenzara a entrar en mi.

Sentía como si poco a poco me estuvieran rompiendo a la mitad, por lo que me tensé.

-Amor... Lo siento muchísimo-dijo él con voz apenada-, pero si no te relajas va a ser muchísimo peor.

Llevó su mano derecha a mi miembro y, con la izquierda, se dedicó a acariciarme la espalda. Poco a poco entró totalmente y rozó ese punto mientras lo hacía.

Una vez dentro esperó a que yo me acostumbrase para comenzar a moverse. Llenó mi espalda de besos y siguió acariciando mi erección.

Cuando sentí que el dolor ya era mínimo moví mis caderas, incitándolo, haciéndole saber que ya se podía mover. Sus manos se fueron a mis caderas, para que no me resbalase, y su pene iba directo a mi punto en cada estocada haciendo que cada vez el orgasmo estuviese más cerca.

Minutos después ya estaba gritando de placer.

-Severus-escuché que decía-... Vente.

Cogí impulso en las piernas y me senté sobre las suyas, haciendo que me besase.

-Sirius... Estoy... Estoy a punto...

Cuando escuchó esto su mano viajó rápidamente a mi miembro, acariciándolo.

-Te amo-me dijo haciéndome acabar al escucharlo.

-Te amo-dije sintiendo como mi interior se llenaba de su esencia.

Cogió su varita para limpiarnos y para meternos debajo de las sábanas, dónde me abrazó y me dio un beso en la frente justo cuando una ráfaga de recuerdos vino a mi mente. Levanté mi cabeza de su pecho y le pregunté:

-¿Has visto lo mismo que yo? ¿Has visto a nuestras familias?

-Lo... Lo he visto y me encanta-dijo abrazándome y riéndose de tal forma en la que consiguió contagiarme.

Volví a posar mi cabeza en su pecho, mientras yo acariciaba su pecho y él mi espalda durante cerca de media hora.

-Amor-habló por fin Sirius-... Perdón por todo lo sucedido durante estos años y por no darme cuenta de mis sentimientos.

-Sirius, a pesar de todo lo que me has hecho te amo con todo mi corazón, no hay nada que perdonar.

Dicho esto nos besamos y ambos nos quedamos dormidos.

***

Fin de las clases de esa mañana, sala de los Menesteres

Narrador omnisciente

-Me gustaría saber cómo les va a Sev y a Siri-dijo Frank.

Justo en ese momento una Lily, demasiado sonriente para el gusto de todos, entró.

-Lily-dijo Remus-, no sé por qué... Pero esa sonrisa me asusta... ¿Qué ha pasado?

-Después de desayunar, antes de que vosotros montaseis vuestro numerito-dijo rodando los ojos-, fui a buscar los libos de las clases que me tocaban pero puede que me retrasase un poco-dijo sonrojándose mientras miraba de reojo a su novia-. Mientras bajaba las escaleras me encontré con una escena muy... Mmm... Cómo decirlo... Caliente, pornosa, interesante...

-No me digas que mi hermano no se aguantó hasta llegar a la habitación y se folló a Sev en las escaleras...

-Bueno, chicos, he de deciros que no, no llegó a follárselo en las escaleras, pero sí que los pillé con sus lenguas en la garganta del otro... Pero sin cortarse un pelo.

-Por fin-dijo Lucius-, no veía el momento en el que parasen de hacerse las víctimas.

-Luc, no seas tan melodramático-le contestó Cissa-. Buenas tardes, amor, ¿no me das un beso?

Lily corrió a los brazos de Cissa, quién la recibió gustosa, y la besó.

***

P.O.V. Sirius

Me desperté pegado a un pequeño cuerpecito caliente y, poco a poco, fui recordando lo que había pasado. Sonreí y besé suavemente uno de sus hombros antes de bajar mi mano a su entrepierna, haciéndole soltar un gemido en sueños.

-Bueno, mi querida serpiente, es hora de que tengas un despertar como te mereces.

Poco a poco, para no despertarlo, me separé de él y bajé a la altura de su miembro para metérmelo en la boca.

Severus soltó un gran gemido, despertándose.

-Si... Sirius.

Yo seguí con mi trabajo, subiendo y bajando, masajeando suavemente sus testículos y, cuando vi que ya no podía aguantar más subí a darle un gran beso.

-Despertaste, bello durmiente.

-Me despertaste tú, de una forma genial, hay que recalcar-dijo empujándome y subiéndose a horcajadas en mi-. ¿Te apetece una segunda ronda?

Me reí ante su descaro recién descubierto, cogí la varita, hice los preparativos y, poco a poco, fue bajando sobre mí.

Tenía todo el aspecto de que mi querido Severus y yo íbamos a ser muy afines a quedarnos días en la cama para disfrutarnos. Esta sería una muy buena y duradera relación.


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