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Destino por La_Oscura_Reina_Angel

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Notas del fanfic:

 

SOy yo la misma The Dark Queen Angel, ahora con nueva cuenta pues la anterior no fue solo jaqueada si no al pareser borada, pero yo soy cabesadura y no se rendirme asi que nuevo emeil, nueva cuenta y a la carga de nuevo.

Notas del capitulo: Ya sé que se supone que Gil-Galad muere en la guerra, pero esto es un fic así que está vivito y coleando, y el anillo fue destruido en la primera guerra; sí que es casi un universo alterno porque no hay una comunidad del anillo, ni una segunda guerra o algo así. Ahora sí, disfruten la historia.
 

Destino

 

 

 

Pareja: Elrond/Gil-Galad (por ahora, luego habrán más parejas)

 

Resumen: Elrond fue heraldo de Gil-Galad hace miles de años y en realidad fue más que un heraldo. Pero a la caída de Sauron y del mal, Gil-Galad tuvo que partir y dejar a su joven amante con la promesa de volver; sin embargo, por mucho que esperó, Gil-Galad nunca volvió, así que Elrond rehizo su vida. Ahora, Gil-Galad ha vuelto y viene a reclamar las promesas que una vez Elrond y él se hicieron pero Elrond no está dispuesto a aceptarlo, sufrió mucho por culpa de Gil-Galad, quien lo abandonó con una muy pesada carga... Dedicada a Midhiel: pequeña, este fic va para ti.

 

 

Advertencia: Ya sé que se supone que Gil-Galad muere en la guerra, pero esto es un fic así que está vivito y coleando, y el anillo fue destruido en la primera guerra; sí que es casi un universo alterno porque no hay una comunidad del anillo, ni una segunda guerra o algo así. Ahora sí, disfruten la historia.

 

Capítulo uno: La amarga despedida

 

<<Varios milenios atrás>>

 

En el suelo, sobre una manta en la mullida hierba, ocultos por los árboles y arrullados por el río, yacían enredados los cuerpos de dos amantes.

 

Ambos amantes de cabellos negros y de deslumbrante belleza.

 

El más joven de los amantes gemía mientras echaba la cabeza hacia atrás, disfrutando de los envites en su interior. Su nombre era Elrond Parendhil. Un jovencito apenas entre los elfos, pero con una belleza que quitaba el habla. De constitución esbelta, cintura suavemente redondeada y estrecha, piernas largas, cabello negro hasta la cintura, ojos hechizantes y oscuros como la noche, piel pálida y suave. Era uno de los elfos más codiciados por todos y justo estaba en la edad casadera, pues acaba de cumplir los 1800 años. Un joven prometedor, hijo del gran Earendil y la hermosa Elwing. Elrond era el joven y respetado señor de Rivendell, heraldo de Gil-Galad en la Guerra de la última Alianza contra Sauron 15 años atrás.

 

15 años iban ya desde que era amante del que lo poseía en esos momentos con tanta pasión. Ese hombre era Gil-Galad, el más importante de los reyes elfo, el rey sobre los reyes. Gil-Galad era un hermoso, justo y valiente rey. Su largo cabello negro le llegaba a la mitad de la espalda, sus hombros eran anchos, su constitución fuerte, alto y sus ojos azules.

 

Pero a pesar de la pasión, a pesar del amor, Elrond sentía algo raro en Gil-Galad, sentía como desesperación, como si lo quisiera marcar, hacerlo suyo más allá de lo normal.

 

-Ten un hijo mío Elrond.

 

La petición tomó completamente desprevenido al joven elfo.

 

-Gil-Galad, pero... aún soy muy joven. Y no estamos enlazados.

 

Se sonrojó Elrond. Gil-Galad lo besó en los labios.

 

-Pero lo estaremos, Elrond. Ten un hijo mío, un hijo de nuestro amor. Un hijo que te una para siempre a mí.

 

Le pidió el rey elfo regando besos por todo el cuello del más joven y dando una envestida particularmente potente en el interior de este. Elrond no pudo contener un gemido de placer.

 

-Sí, sí, un hijo de ambos. Un pequeño solamente nuestro.

 

Gimió Elrond, delirante de placer. Gil-Galad soltó un gemido de satisfacción, acelerando el ritmo de sus envestidas. Pocos sabían de la fertilidad de Elrond, eran contados con una mano los que sabían que el joven elfo era de los pocos elfos varones que podía concebir. Delirante de placer Elrond se vino entre los dos cuerpos saciado por completo. Dos envestidas después, Gil-Galad acompañó a su amante regando su dulce esencia en el cálido interior por primera vez.

 

Rodó sobre la manta invirtiendo las posiciones y saliendo del interior de el elfo más joven. Elrond soltó un débil gemido soñoliento, mientras recostaba su cabeza en el pecho de Gil-Galad. Sintió el beso del rey elfo en su cabello negro y los brazos que lo abrazaban con fuerza mientras se iba rindiendo al sueño.

 

Al abrir los ojos, Elrond supo que había dormido varias horas, pues la noche ya caía en ese pequeño prado a tan pocos minutos de Rivendel, su hogar. Vio a Gil-Galad sentado sobre una piedra mirando las estrellas ya vestido. Elrond se levantó en toda su gloriosa desnudez y con sus pasitos sigilosos se acercó a Gil-Galad por la espalda y lo abrazó. Gil-Galad sonrió besando las manos de Elrond.

 

-Eres tan hermoso.

 

Suspiró el rey elfo acariciando los largos y negros cabellos del más joven. Elrond sonrió y dio un beso juguetón a los labios del rey.

 

-Ahora te tienes que casar conmigo o mi adar bajará de la estrellas para jalarte las orejas.

 

Sonrió Elrond juguetonamente, tocándose el vientre donde seguramente crecía un pequeño suyo y de Gil-Galad.

 

Gil Galad sonrió y puso su mano en el vientre plano de Elrond atrayéndolo hacia sí para hacerlo sentar en su regazo.

 

-Te amo.

 

Susurró enterrando la cabeza en el cuello de Elrond. Elrond sonrió y volteó el rostro hacia Gil-Galad para besarlo.

 

-Y yo a ti.

 

Le juró el más joven.

 

-Elrond, tienes que prometerme que siempre esperarás por mí.

 

Esas palabras alarmaron a Elrond, quien miró sobresaltado a Gil-Galad.

 

-¿Por qué me dices eso?

 

Preguntó medio asustado el joven elfo. Gil-Galad lo miró a los ojos.

 

-Tengo que ir a Valinor.

 

Esas palabras fueron como un golpe para Elrond, quien se levantó de golpe retrocediendo. Gil-Galad también se levantó y lo tomó de un brazo.

 

-Óyeme Elrond -Le pidió, pero Elrond sólo negaba con la cabeza- El, nos casaremos, me oyes, nos casaremos y tendremos familia.

 

-Pero... pero te vas... y me has embarazado.

 

Susurró Elrond asustado y dolido.

 

-Óyeme por favor, El. -Le pidió el rey acariciándole el cabello de manera dulce.- Tengo que ir a Valinor, pero volveré, sólo será algún tiempo, y volveré para estar contigo y nuestro pequeño.

 

Elrond lo miró desesperado.

 

-¿Pero cómo enfrentaré un embarazo solo? Yo no puedo ir a Valinor y dejar Rivendel desprotegido, Glorfindel es aún más joven que yo, es apenas un niño y su padre murió en la batalla, yo prometí cuidarlo, no puedo partir. ¿Cómo enfrentaré esto solo? No te puedes ir no puedes abandonarnos a mí y a tu hijo.

 

Sollozó Elrond. Gil-Galad lo atrajo a sus fuertes brazos y lo estrechó en ellos.

 

-No estarás solo, El. Nuestro pequeño estará contigo y enfrentarás esto muy bien, porque mi alma y mi corazón estarán a tu lado. Y no tardaré demasiado en Valinor, sólo algunos meses, volveré y tú lo sabes. Volveré por ti y nuestro hijo.

 

Elrond se aferró con fuerza al rey.

 

-Prométemelo, prométeme que volverás.

 

Le rogó Elrond mientras cálidas lágrimas caían de sus preciosos ojos. Gil-Galad besó dulcemente cada una de las lágrimas para terminar en los labios de Elrond.

 

-Volveré, te lo prometo. Pero tú tienes que prometer que pase lo que pase me esperarás, siempre.

 

Elrond asintió fervientemente provocando que su cabello negro se moviera graciosamente y las estrellas se reflejaran en él.

 

-Te lo prometo. Te esperaré siempre. Y cuidaré a nuestro hijo hasta que tú llegues por ambos.

 

Le juró Elrond.

 

-Que los Valar sean testigos de que prometo volver.

 

Susurró Gil-Galad besándolo.

 

-Y con Eru sean testigos de que yo te esperaré, te lo prometo.

 

Ambos se besaron, con amor con pasión, pero era un beso amargo, era el beso del adiós.

 

Esa noche Elrond no regresó a Rivendel, se quedó con Gil-Galad y juntos hicieron el amor con desespero hasta que el sol salió y ambos tuvieron que despertar a la realidad. Se despidieron Gil-Galad con pena, Elrond con lágrimas y ambos tomaron su camino. Gil-Galad hacia los puertos grises y Elrond hacia la cercana Rivendel.

 

Mientras se dirigía a su hogar, Elrond pensaba en su amor. Era Gil-Galad, el rey elfo sobre todos los elfos, rey mismo de Valinor. Su reino quedaba cerca de los puertos grises, pero aún así tenía poder sobre todos los reinos élficos, aún sobre Lothorien y Mirkwood.

 

Continuará...

 


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