Guerra de San Valentín Parte 3.
…Llegaron al hogar del joven Yanase en poco tiempo, ambos un poco cansados de tanto correr. Pero Chiaki no solo estaba cansado, no solo estaba agitado, estaba completamente desorientado. Hace unos instantes estaba haciendo sus planes para llegar a casa, ducharse y descansar de todos sus problemas con Hatori; al darse cuenta de que las cosas se salieron de control, solo dio un suspiro. No es como que le molestara estar con Yanase, al contrario, seguramente lo animaría. Simplemente era extraño el rumbo de los hechos. Todo pareció perder sentido; pero ahí estaba él: en casa de Yuu, su ¿amigo?…
---Vamos, pasa--- Dijo el joven editor, abriendo la puerta del lugar.
---C-claro, gracias--- Habló tímidamente, pues aún le extrañaba el cómo fue arrastrado hasta ahí. Aunque de cierta manera era un nerviosismo gratificante. Fue divertido, y lo hizo no pensar tanto en Hatori. Se sentía libre, como un adolescente escapando de la escuela. Sin embargo, un peso en su pecho seguía ahí.
--- ¿Quieres algo de beber? Tengo agua, refresco, energéticos… ¿algo?--- Yuu hablaba con una expresión calmada, pero a la vez llena de satisfacción. ¡Y con justa razón! Acababa de haber raptado al dueño de su corazón, y no solo eso, sino que tuvo el placer de hacerlo delante de los ojos del mismo Hatori. “Te dije que tuvieras cuidado con tus cosas, estúpido Tori. Si otro las cuida mejor que tu, las perderás” Pensó el chico entusiasmado, mientras sacaba una botella de agua del refrigerador.
---No, gracias… Estoy… bien.--- Su voz era algo reprimida, daba un aire de tristeza. A la vez, sentía cierto malestar al pronunciar esas palabras. Definitivamente algo no estaba bien. Yoshino dio paso a la sala, y se sentó en un cojín en el suelo, junto a una pequeña mesa de cristal.
---Como si no te conociera. Se que tienes algo por esa postura tan cambiante. Además, estabas extraño con Hatori, no te comportabas igual que siempre--- Yuu tomó aciento cerca de Chiaki; sonriendo de manera deslumbrante. No era necesario preguntar, él ya sabía qué pasaba. Pero prefirió dejar que el mismo Chiaki se lo dijera.
---No es nada, de verdad… Solo olvídalo.--- Dijo con frialdad, desviando la mirada.
---Peleaste con Hatori, ¿no?--- Lo cuestionó viéndolo tranquilamente, pero con interés sutil; al tiempo que se acercaba un poco más a su lado.
---Déjalo así, en serio. No te preocupes.--- Respondió aún distante. Creyendo que lo mejor sería quedarse callado, y esperar otro día.
---Mientras más lo niegues, más ansioso estaré por ti.--- Yuu dio otro trago a su agua, sin dejar de mirarlo. Le daba toda la atención a él, solo estaban ellos dos.
---Bueno… más que discutir, nos estoy dando un tiempo…--- Su tono ahora era avergonzado. Sus ojos evitaban a los de su compañero.--- ¡Es que a veces me desespera! Siempre es lo mismo, siempre con la cabeza en el trabajo, ¡me molesta! ¡Ahg! --- En verdad necesitaba soltarlo todo, pero se calmó al recordar que Yuu lo miraba.
---Dices que siempre es lo mismo… ¿Haz intentado otra cosa? ¿Haz buscado experimentar algo nuevo?
---No… De hecho ¡estaba a punto de hacer las pases con él! De verdad creí que esta vez sería diferente, que se disculparía… Pero solo terminó recordándome el porqué estaba molesto. Todo terminó exactamente igual que siempre, creo que él nunca va a cambiar. No me molestaría tanto si al menos mostrara más tacto en nuestra relación. Pero siempre está con esa cara alargada y seria. Es tan…--- Chiaki paró de hablar al instante, no quería seguirse quejando con Yuu, él no tenía la culpa. Y menos cuándo era Yanase quien siempre lo había apoyado y escuchado. --- Lo siento, no debería hablar de esta manera. --- Así que Chiaki se dejó caer, resignándose a no contar más, quedando recostado en el suelo. Con calma elevó sus brazos, como si quisiera tocar el techo, como si buscara atrapar en el aire, algo que se le escapaba.
---No me molesta, diría que al contrario--- Esa sonrisa maliciosa volvió a hacerse presente en el chico. Pues sabía con seguridad que este era el momento perfecto para estar con Chiaki. Así que se acercó, sin titubeos, y lo tomó por las muñecas, aprisionándolas contra el suelo sobre su cabeza.
--- ¿Yuu?.... ¿Pasa algo?--- Chiaki lo miraba extrañado. Yanase estaba completamente encima de él. Esa posición lo ponía nervioso, pero no lo incomodaba. Sin embargo, por su cabeza no pasaban ideas sobre las verdaderas intenciones de su “amigo”.
---Yoshino yo…--- Se acercaba lentamente, con la mirada fija en los labios entreabiertos de su amado.
---Ya te he dicho que me llames Chiaki, Chi-a-ki --- Deletreó. Y entonces le mostró una sonrisa divertida. Esa sonrisa estaba llena de inocencia.
--- ¿Es que aún no lo entiendes?--- Cuestionó Yuu, acercándose aún más a su rostro.
--- ¿Entender qué? --- La duda en Chiaki era casi palpable. Sus ojos y cada una de sus facciones detonaban su confusión. Nuevamente, lo único que reflejó fue inocencia. Y Yuu lo sabía, sabía que Yoshino era tan inocente que le era imposible descubrir sus verdaderos deseos. Estaba tan seguro de su “amistad” que era incapaz de dudar de él, de desconfiar, o de verlo con otros ojos. Eso le dolió a Yuu, pero no culpó a Chiaki por ello.
---Mmm… Nada, ya no importa--- “Aún tengo tiempo” pensó sin desmotivarse. No quería precipitar nada, pues podría resultar contraproducente y Chiaki podía asustarse. Cosa que quiso evitar.
La expresión de Yanase se tornó seria, y Yoshino lo notó de inmediato. Sobre todo cuando éste se apartó y tomó de la mesa un lápiz y una libreta.
--- ¿Yuu?
---Quédate recostado, sin moverte. Quiero dibujarte. --- Dijo mientras los trazos fluían en el papel, y sus ojos viajaban de éste a su cuerpo, prestando atención a cada detalle. Cada hermoso y perfecto detalle.
---C-claro --- Chiaki se acomodó mejor, posando con una mano bajo su cabeza. --- ¿No te cansas de siempre dibujarme? Hay muchas mas cosas aparte de mí--- Le cuestionó perdido, con los ojos en el techo.
---No. Disfruto verte, digamos que es inspiración. Pero solo funciona contigo. Lo único que necesito… es a ti. ---Chiaki lo miró fijamente de golpe. Por lo que Yuu decidió cambiar de tema--- Bueno, y sobre lo de hace rato, ¿piensas alejarte de él e intentar algo nuevo?
---No estoy seguro. Pero creo que será lo mejor… Aún así, tu vas a apoyarme, ¿verdad? ---Sus ojos se encontraron, ambos sonrieron con ello.
---Ya sabes que si. Pero deja de moverte --- Yanase sentía tantas cosas en ese momento… y solo quería que esas cosas se reflejaran en el papel. No solo eso: quería que se plasmaran en la imagen de Chiaki.
--- Lo siento --- Chiaki rió por lo bajo, y volvió a quedarse quieto.
La casa quedó en completo silencio. Solo estaban los ruidosos pensamientos de ambos jóvenes. Por una parte la duda, la incertidumbre, y el enojo acumulado. Por otra, el amor, el deseo, y la impaciencia. Tantas sensaciones viajaban por el aire. Tantas palabras que no tenían voz. Y sin voz, solo había una imagen. Solo estaba el retrato de ese hermoso chico recostado en el suelo. El único sonido presente, era el del lápiz deslizándose hábilmente sobre la hoja, como una caricia. Como si así aquel dibujante calmara la ansiedad por dar verdaderas caricias a su modelo. Suaves caricias, era lo único que había.
Pero esa armonía se perdió en un momento. Y el sonido de caricias al papel, fue ahogado por el de despiadados golpes a la puerta. Taz, taz, taz, taz…
-Por Jyoss y Luna