Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lineamiento por ayelen rock

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

El sonido de la sangre de Yugi bombeando en sus oídos era ensordecedor. Sus sandalias resbalaron en la arena mientras se deslizaba por otro callejón, tomando turnos al azar, incapaz de pensar más allá del interminable mantra de lejos, lejos, lejos.

Las manos lo agarraron y él luchó, retorciéndose, arañando por la libertad.

-¡Yugi!- Espetó la voz familiar de Set y Yugi se puso rígido. Cayó sin fuerzas en las manos del hombre. Set lo hizo girar, buscando la cara de Yugi, con expresión dura.

-¿Qué pasó?- pregunto, en un tono que prometía graves consecuencias si Yugi no era sincero.

-Yo…- Dios, el ni siquiera podía verbalizarlo, las imágenes del monstruo, el hombre y la sombra colisionaron en su mente y se unieron en un desastre incomprensible. Ellos habían hablado de magia, pero hasta ese momento realmente no lo había golpeado, que ellos no habían estado hablando de ilusión y juegos de manos.

La magia es un arma real y mortal.

La cara de Set estaba a centímetros de la suya, y todo lo que vio en la expresión de Yugi hizo que sus ojos se estrecharan. Mirando a su alrededor, lo arrastro a un callejón. Puso a Yugi de pie y desato el nudo de su bata abriendo  la parte delantera y reveló el objeto que todavía colgaba del cuello de Yugi.

Set lo miró fijamente, al objeto, durante un largo rato, y maldijo.

-¿Cómo?- el dijo

Yugi se encogió -Lo siento, no quise ir a hurgar, pero lo encontré y…-

-¿Cómo- dijo Set, su voz mortalmente tranquila -lo resolviste?-

-¿Yo... solo lo hice?- dijo Yugi, estremeciéndose cuando Set comenzó a alcanzarlo, y vaciló, como si se mostrara reacio a ponerle las manos encima. -No había nada más que hacer después de la puesta del sol, pero juro que si hubiera sabido que no querías que lo hiciera, ¡no lo habría tocado!-

Las palabras se sintieron huecas, ansiaba tocar el objeto tan pronto como lo encontró, pero el siguió viéndolo, el cuerpo del hombre y, oh, Dios, había estado tan quieto -Lo siento, lo siento, juro que no sabía...-

Manos sólidas y firmes sobre sus hombros, cortando la corriente de terror.

-Tranquilízate- dijo Set, lento y deliberado -Cálmate y piensa. ¿Qué pasó?-

Yugi tragó saliva -Un hombre. Me agarro, trató de... lastimarme, golpearme. Creo que lo maté-

Set apretó la boca -Entonces usaste el poder del Rompecabezas, el poder de las Sombras. Eso es lo que sentí-

-¿Por qué estás aquí?- pregunto Yugi

Set tiró de algo sobre su hombro, y Yugi de repente se dio cuenta de que tiene una piel sobre su torso, la gacela que había matado -Iba a ver al curtidor- Los ojos de Set se estrecharon -¿Por qué estás aquí?-

-Isis me envió- dijo Yugi, su corazón repentinamente saltó a su boca mientras palmeaba frenéticamente sus bolsillo para asegurarse de que no había dejado caer la bola de hilo en su vuelo. Seguía allí, escondido junto a los cuatro pequeños trozos de dados y Yugi pensó vagamente que la sombra debía haber agarrado al último del suelo -Un recado en los establos-

Set frunció el ceño -Ya veo- Se frotó la cara, luciendo excesivamente cansado -Entonces el hombre te agarró y tu... ¿qué, lo quemaste?-

Los ojos de Yugi se abrieron con horror -¡No! Yo... él, no sé por qué, pero desafió al hombre. Hubo un juego de dados y el hombre hizo trampa, o no hizo trampa, pero su dado fue ponderado y se rompió y... ¡Dios mío, había un monstruo real! ¡Era enorme y había todos esos dientes y se lo comió!-

Set lo miraba con una expresión que Yugi no podía descifrar, pero en lugar de hacer la docena de preguntas hipotéticas pertinentes que se agolparon en la mente de Yugi, Set cerró la mandíbula con un clic audible.

-¿Qué?- dijo Set, muy lentamente -¿te refieres a “él”?-

-Uh- el estómago de Yugi se sacudió -¿La oscuridad? ¿La sombra en el rompecabezas?-

Set palideció. Yugi nunca había visto esa mirada en alguien de piel tan oscura antes. Después de un momento, Set pareció recuperarse bajo control nuevamente.

-Entonces ¿estás diciendo que ese demonio de sombras en el Rompecabezas mato al hombre?-

-¡No!- Estalló Yugi, sorprendido por su propia respuesta vehemente. Le dolía el corazón al recordar la expresión de sorpresa y horror en el rostro de la sombra, transmitida a través de la suya -¡Él, no puedo creer eso! El me hace compañía! Intenté hacerme sentir mejor! ¡Nunca me hizo daño! ¡Incluso se mantuvo fuera de mis pensamientos cuando se lo pedí! ¡No sé qué es y me asustó con el monstruo, pero no es uno!-

Set lo miró con expresión astuta pero incierta, como si luchara por despegar las capas de la cara de Yugi y ver en su mente. Tenía el aspecto de un hombre que juntaba las piezas de un rompecabezas y no le gustaba en la forma que lo formaba.

-No aquí- dijo Set -Necesitamos regresar. No es seguro permanecer a la intemperie- Miró a Yugi -Y necesitas que te atiendan la cara, estás sangrando-

Set ayudó a Yugi a acomodarse la bata cuando le temblaban tanto las manos que no pudo coordinar el atado y lo condujo de regreso al borde de la ciudad.

El camino de regreso se sintió excesivamente largo, y Set no hizo nada para llenar el silencio, pero mantuvo su mano sobre el hombro de Yugi, extrañamente, no aprisionando, sino estabilizándolo.


 

Siamun los miró cuando entraron y se puso de pie, volcando su taburete -¿Qué pasó?- pregunto

-Cálmate- dijo Set, guiando a Yugi a sentarse en uno de los taburetes -Isis lo envió a hacer un pequeño recado y tuvo problemas con un criminal común. Ha sido manejado-

Yugi parpadeó sorprendido. ¿Set no iba a decir nada de lo que sucedió con el Puzzle?

La cara de Siamun se puso agria –ya veo. Entonces eso es lo que sentimos. Ella y yo tendremos palabras al respecto- Se acercó a una de las ventanas y gritó -¡Isis!-

Varios momentos de silencio y luego Isis abrió la puerta, entrando en la habitación. Se detuvo en seco cuando los vio, la mano fue hacia su boca.

-¿Tienes algo que decirte?- gruñó Siamun.

Los ojos de Isis se entrecerraron. Ignorándolo, cruzó la habitación y se arrodilló frente al taburete de Yugi, con las manos de largos dedos alcanzando su rostro -Déjame ver- dijo en voz baja.

Yugi se estremeció al sentir su rostro, buscando suavemente huesos rotos. Las yemas de sus dedos estaban más o menos callosas.

-Tu nariz no se siente como si estuviera rota- ella dijo, después de unos momentos tocando.

-Lo determinaré- dijo Siamun, empujando su hombro con impaciencia. Él empujó una pequeña olla de barro que Yugi reconoció como el tarro de miel en sus manos -Sostén esto-

Isis retrocedió y Siamun se abrió paso, frotando la cara de Yugi con un trapo húmedo que olía fuertemente a cerveza y le picaba los cortes de la cara.

-¿Entregaste lo que te di?- pregunto Isis, después de un minuto de silencio tenso.

Yugi asintió, hizo una mueca y retrocedió cuando Siamun estiro su oreja por moverse -Lo hice- dijo -Él me lo dio, revisa mi bolsillo izquierdo-

Isis lo hizo, ignorando la mirada severa dirigida hacia ella por Siamun, y dejó escapar un gran suspiro mientras recuperaba la bola del hilo –Gracias ¿dijo algo?-

-Uh- dijo Yugi, entrecerrando los ojos mientras Siamun untaba una capa pegajosa de miel sobre su mejilla -¿Algo sobre los nómadas que llegan con seis camellos pero se van con tres?-

Ella asintió como si esto significara algo para ella. Sobre su hombro, Yugi vislumbró a Set frunciendo el ceño oscuramente.

-Ahí- dijo Siamun, recostándose -avísame de inmediato si comienza a calentarse o son inusualmente dolorosos- Miró a Isis -tal vez piense dos veces antes de hacer algo para una cara bonita-

La boca de Isis se apretó. Yugi se sonrojó y miró al suelo.

-Era necesario- dijo Isis -Me han visto ir y venir con demasiada regularidad. Creo que estamos siendo observados-

-¿Observados por quién?- pregunta Yugi.

Set e Isis intercambiaron una mirada. Y Set dejó escapar un resoplido de burla -Hay más peligros que los que acechan en las sombras- dijo -Hay muchos hombres que nos quieren vernos muertos al final de una buena espada antigua-

-Bueno, ese número se ha reducido a la mitad, si se cree lo que queda de la red de Karim- dijo Isis -El control de Muwatalli sobre los Nomos del norte se están desplazando-

-Fantástico- dijo Set -Habrá aún más de ellos para que nos crucemos de brazos y no hacer nada mientras los hititas nos separan-

-Todavía creo que si pudieras derribar a los cinco, el resto de ellos caerían alineados- dijo Isis -Sin mencionar que tendrías sus fuerzas para respaldarte cuando retomes Waset-

Set hizo un gesto de impaciencia, la mirada se movió en dirección a Yugi -No tiene sentido discutirlo ahora- dijo -Ha habido suficiente emoción por un día-

Yugi sabía muy bien cuándo lo despedían. Se levantó y, inclinándose ante ellos, se deslizó hacia la puerta. Siamun parecía querer protestar por la partida, pero una mirada de Set lo detuvo. Cuando Yugi salio por la puerta, por el rabillo del ojo vio a Isis, con la cabeza baja, desenrollando la bola de hilo y extendiéndola sobre su regazo.


 

Para sorpresa de Yugi, Set lo siguió hasta el cobertizo, agachándose para evitar golpearse la cabeza calva en la puerta baja. Cerró la puerta detrás de él y se apoyó contra ella, escudriñando a Yugi mientras se desplomaba sobre la pila irregular de tela que servía como cama, con las rodillas húmedas por el estrés el dolor y la adrenalina.

“Solo un típico jueves” pensó Yugi, sin pensar, y no estaba seguro de si quería reír o llorar.

Miró fijamente a Set, que parecía repentinamente incómodo, de esa manera única que uno hace cuando quiere preguntar algo pero no está muy seguro de cómo hacerlo.

-¿Quieres... sentarte?- dijo Yugi, dándose cuenta una vez que las palabras salieron de su boca lo absurdo que era ofrecerle a Set esto en su propia casa. En una habitación sin sillas

Pero Set lo hizo, lenta e incómodamente, dejando que sus piernas, de las que Yugi se daba cuenta ahora eran bastante largas y delgadas, se doblaran y su cuerpo se deslizara contra la puerta mientras se hundía, las rodillas subían hacia su pecho. Lo hizo parecer un poco más joven y la expresión incómoda, casi petulante en su rostro tocó un extraño acorde de reconocimiento en el fondo de la mente de Yugi.

Se miraron el uno al otro y los pelos de la nuca de Yugi se erizaron. ¿Cómo funcionó Set con toda esa intensidad constante? La única persona que Yugi podía recordar haber conocido con una presencia similar era Kaiba y Yugi siempre estaba medio seguro de que moriría de un derrame cerebral antes de los 20 años.

-Tú...- Set se detuvo, luego entrelazó sus dedos y los apoyó en sus nudosas rodillas desnudas. -Dijiste que hay presencia, dentro del Rompecabezas. ¿Qué tipo de presencia es?-

-Oh- dijo Yugi, llegando vacilante para acunar la forma del objeto a través de su abrigo -Él es, eh, no estoy seguro de ser honesto. Parece una sombra, pero puedo verlo, es como si realmente estuviera allí, a veces. Y puedo escucharlo, pero no exactamente con mis oídos?- Yugi se encogió de hombros impotente -Él piensa, creo. Le gusta escuchar historias-

Set absorbió esto -¿Entonces dirías que es más como un hombre que como un demonio?-

Yugi reflexionó un momento y asintió -Estaba realmente asustado cuando resolví el rompecabezas por primera vez. Asustado y confundido. Pero se calmó cuando le dije que las cosas estaban bien- Yugi se anudó las manos en la bata -Supongo que no estaba siendo exactamente sincero, tampoco es que las cosas estén bien para mí, pero no quería que estuviera preocupado- Su estómago se revolvió -Pero cuando él... lastimó a ese tipo, yo... tuve una especie de pánico y él...- Yugi giró las palmas hacia arriba, mirándolas tristemente -Ya no sé dónde está, ni qué pensar-

Set no dijo nada por varios segundos -¿Te dijo su nombre?- dijo al fin.

Yugi sacudió la cabeza -dijo que no tenía uno-

Algo dolorosamente visceral brilló en la cara de Set antes de que su expresión se suavizara, volviéndose oscura y reflexiva. Finalmente suspiró y se levantó, desplegando las piernas con varios crujidos agudos, y pasó a Yugi para rebuscar entre los montones de basura. Retiró algo largo y rectangular y regresó, poniéndose en cuclillas para colocarlo frente a Yugi.

Yugi lo miró fijamente. Era una pizarra, muy parecida a la que su abuelo le había mostrado en un museo en El Cairo, pero la madera era pálida, fresca y nueva, los diseños intrincados y pintados brillantes y vibrantes. Set abrió el pequeña caja deslizante en el extremo, mostrando las piezas en forma de carrete dentro.

Set sacó una pieza y la sostuvo en alto, dándole la vuelta entre los dedos largos -Era un hombre- dijo -Un hombre al que le gustaba el sabor de las granadas y despreciaba el sabor del pescado. Un hombre que amaba los caballos y su padre. Un hombre que disfrutaba del senet y prefería la sensación de las piezas de madera sobre el lapislázuli. Un hombre frustrante, orgulloso, idiota, pero noble-

Yugi no podía respirar -¿Cómo se llamaba?-

-Ya nadie lo sabe- dijo Set sombríamente.

Esto tenía muy poco sentido, pero Yugi no se atrevió a cuestionarlo.

Set reemplazó la pieza, cerró la caja y empujó el tablero hacia él –Aquí. Para ti-

Yugi parpadeó, las protestas ya se le subieron a la lengua que no podía, esta tabla valía más de lo que su familia gana en un año...

Lo que surgió fue: -¿No sé jugar?-

Set ya estaba a medio camino de la puerta. Hizo una pausa, con la mano en el dintel, mirando por encima del hombro, con una sonrisa secreta en su rostro.

-Entonces pregúntale- dijo Set, y Yugi se quedó solo con las sombras que se arrastraban en compañía.

 

Notas finales:

Nota de Zuzeca:

Tengan en cuenta que, de acuerdo con la tradición del canon, bastante de esto es hash de historia, pero Muwatalli era el nombre real de un par de reyes hititas, incluido el rey que luchó contra Ramsés II en la Batalla de Cades.

Nomo se denomina a cada una de las subdivisiones territoriales del Antiguo Egipto. Este nombre es de origen griego (Νομ?ς, 'distrito'); la palabra equivalente egipcia era hesp o sepat, que designaba la superficie cultivable de los territorios.  Los Nomos son como provincias, y el nomarca es como el gobernante de la provincia

Lapislázuli: Mineral silicato de alúmina, cal y sosa, de color azul intenso y gran dureza; se emplea en pintura y en ornamentación. ?Es una gema de característico color azul ultramar, muy apreciada en joyería desde la antigüedad

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).