Otro día, otro cupón. O diez. keylan van hausser miro el montoncito de cupones sobre la encimera de la cocina y se preguntó que hacer de comer.
Tenía cupones para casi todos los productos para preparar un delicioso almuerzo. Recorto el último cupón de la revista que tenía en las manos y clasifico todo lo que necesitaba.
Su afición por los cupones le había ganado el mote de `` chico cupón´´. Pero eso no le importaba mientras tuviera un techo sobre su cabeza y comida en su mesa, el no dejaría de recolectar cupones si con eso lograba llegar a fin de mes.
Un gimoteo lo saco de su estado de concentración. akira, su pequeño chaw chaw, trataba de llamar su atención.
- sé que tienes hambre pero todavía debo ir al supermercado - le acaricio el hocico recibiendo un lamido de aprobación - volveré pronto, es un buen chico y pórtate bien.
Tomo su billetera, sus cupones y sus llaves y se dispuso a salir. Tenía que caminar tres cuadras para llegar al supermercado.
Al atravesar un callejón se encontró con una nada agradable escena.
Dos tipos sostenían a un joven de pelo negro por ambos brazos mientras otro sujeto lo amenazaba con una pistola.
Luego las cosas sucedieron demasiado rápido como para poder procesar con claridad. En un momento el joven se encontraba siendo inmovilizado y al siguiente dos de los sujetos corrían por el callejón mientras el tercero yacía inconsciente en el suelo.
Por un momento se quedó paralizado en su sitio mientras el joven pelinegro se desplomaba en el suelo.
Sin detenerse a pensar, corrió a ayudarle viendo como respiraba con dificultad. Una mirada más de cerca el mostro que el chico se había desmayado.
Golpes cubrían su pálida piel. key estaba seguro de que tendría varios moretones y tal vez necesitaría puntos de sutura.
Pensó en llamar a emergencias pero conocía a los sujetos que salieron huyendo y no quería meterse en problemas con ellos.
Trato de despertar al chico pero solo consiguió que estuviera semiconsciente.
Como pudo lo puso de pie y lo arrastro fuera del callejón. No era seguro dejarlo allí tirado por si esos tipos volvían.
- no... Hospital...-fue lo único que pudo decir el pelinegro antes de volver a desmayarse. Por suerte no estaba lejos de casa. Allí podría atenderlo hasta que averiguara que hacer.
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Christian ivanovic despertó con una punzada terrible en la cabeza y todos los músculos de su cuerpo adoloridos. Lentamente abrió los ojos para encontrarse a sí mismo recostado en un horrible sofá en una sala extraña y desconocida.
- veo que ya despertaste - una voz suave lo sobresalto.
Parado en el umbral de la puerta estaba el chico que se había detenido en el callejón.
Echo un largo vistazo a su apariencia. Cuerpo delgado, rostro atractivo, ojos grandes y expresivos de un verde jade y una abundante mata de cabello marrón chocolate.
Intento incorporarse pero una mano lo detuvo en su lugar.- no debes moverte o tus heridas se abrirán - le regaño - voy a traerte algunas pastillas para el dolor.
El chico se fue y lo dejo solo por unos pocos minutos. Cuando volvió traía las pastillas junto con un vaso de agua.
Hasta ese momento no se dio cuenta de que tenía mucha sed.
Inesperadamente sintió como un peso se le colocaba encima y una áspera lengua le lamia la cara mientras un grito se dejaba oír.
- no akira, no, abajo, chico malo...no sabes lo que me costó remendarle, vas a arruinar todo mi trabajo... - el regaño seguía y seguía pero Chris ya no le prestaba atención.
Como pudo se incorporó y se tomó las pastillas bajándolas con agua. No pudo evitar soltar una risita al ver a la pequeña bola de pelo negro que se cubría la cara con una patita.
- debo irme- anuncio. Inmediatamente dos pares de ojos voltearon a verle. Unos con curiosidad y otros con el ceño fruncido.
- a donde rayos crees que iras si ni siquiera puedes ponerte de pie - el chico se veía molesto pero sus ojos mostraban preocupación.
En ese momento Chris pensaba que era increíble que alguien que ni siquiera le conocía se preocupara así por él. El chico era adorable.
- si me permites usar tu teléfono, puedo llamar a alguien, por cierto dónde estamos?- debió preguntar eso desde el principio pero su cerebro estaba un poco embotado.
- a una cuadra del callejón de donde te saque - exhalo un largo suspiro - escucha amigo, conozco a esos tipos y no sé qué negocios te traes con ellos, pero te aseguro que en este momento deben estar buscándote. Si bien no quiero meterme en problemas, no te recomiendo que andes por ahí vagando en tu estado. -
- ¿mi estado? - le miro incrédulo, pensaba que estaba exagerando - tan solo son un par de golpes y rasguños.
El chico entrecerró sus ojos mirando de forma acusadora - no son solo los golpes y rasguños, por si no te diste cuenta tienes una enorme contusión en la cabeza y un esguince en el tobillo izquierdo, es posible que necesites un yeso.
- si claro. Acaso me vas decir que eres doctor - rio desdeñoso. El chico se sonrojo violentamente.
- pues, no pero... soy enfermero - le vio jugar con sus dedos nerviosamente como si pensara que no le iba a creer.
- por cierto, cuál es tu nombre, aun no te he agradecido. Gracias a ti pude salir con vida de ese callejón.
- me llamo key.
- solo key - cuestiono. El chico, key, asintió con la cabeza.- bueno, key, mi nombre es Chris ivanovic.
key se acercó a estrechar su mano cuando de repente se paró en seco. Su rostro palideció y su cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente.
-iv-ivanovic...eres algo de Iván ivanovic - tartamudeo.
A Chris le molestaba un poco la fama de su padre pues siempre le precedía.
- soy su hijo.
Un tenso silencio se instaló después de eso. Chris noto con disgusto que key se materia tenso sin dirigirle la mirada.
- tienes que irte ahora - la mirada de key estaba vidriosa y sus movimientos fueron torpes cuando se acercó a el - puedo llamar un taxi y ayudarte a llegar a él, pero tienes que salir ahora.
- tú mismo dijiste que no podía moverme y ahora me arrojas a la calle- cuestiono divertido. Estaba acostumbrado a que la gente reaccionara de forma extraña cuando se enteraban de quien era su padre. Después de todo era el líder de una organización criminal.
- dijiste que llamarías a alguien- replico- pues hazlo pero quiero que salgas de mi casa ya.
- espera un momento- dijo evitando las manos de key que trataba de ponerlo en pie - clámate - le ordeno. key inmediatamente dejo de moverse.
-no me pidas que me calme-suplico. Empezó a pasearse de un lugar a otro murmurando cosa para si- voy a estar en problemas.
- que es lo que pasa contigo, cambias de parecer de un momento a otro...si es por mi padre te aseguro que no tendrás problemas, es más él ni siquiera está en Londres ahora mismo- Chris trato de tranquilizarlo pero era obvio que no funciono.
- escucha, solo te pido unos días, déjame quedarme aquí por unos días, por favor-suplico. Todos sus instintos le gritaban. No sabía porque deseaba tanto quedarse pero siempre se fiaba de sus instintos, hasta ahora nunca le habían fallado.
key le miro mordiendo su labio en un gesto indeciso y Chris decidió presionar un poco más.
-aun si llamo ahora, nadie vendrá a buscarme de inmediato, tardaran un par de días y tú mismo dijiste que era peligroso- Chris vio como key suspiraba y se dio cuenta de que ya lo tenía.