Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Acecho Nocturno por Nami Nkz

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Dos meses después…

 

– Seis veces… seis putas jodidas veces… ¿¡Qué cojones crees que soy!? ¿¡Un puto tanque!? ¡Me duele el culo, maldito marimo! –

El rubio se miraba en el espejo de la habitación, observando con odio todas las marcas puestas por el peliverde. – ¡No podré trabajar así!… ¡¿ME ESTÁS ESCUCHANDO, MALDITO MARIMO NINFÓMANO!?

–Tranquilízate, rubia. – Le miró desde la cama tranquilamente. El ruido del rubio tapaba la voz de la presentadora en la televisión. – Antes de estar gritando como loco consigue un trabajo de verdad, maldito cocinero.

–¿Sigues con lo mismo? – Salió del cuarto de baño, recostándose junto a Zoro quién inmediatamente comenzó a mimar su rubio cabello. –Nadie me obliga, sólo me gusta hacerlo…– Sonrió – Además tengo un trabajo de medio tiempo en un restaurante, es suficiente para mí.

–Es molesto… –

–¿Ah?

– Es molesto tener que compartirte con alguien todas las noches…– Admitió.

–¿Estás celoso? – Sonrió gentilmente.

–Es molesto imaginar que luego de besarme a mí y hacer el amor conmigo te levantas a tener sexo con un desconocido. – Le abrazó cariñoso. – No podría tolerar una relación de ésta forma… realmente te amo.

Luego de un largo suspiro, terminó por aceptar.

–Bien… hablaré con el viejo para quedarme con la oferta del trabajo de tiempo completo. – Besó tiernamente su frente, acariciando su cabello verde. – Me alegra saber que puedes diferenciar entre sexo y hacer el amor… – Le besó suavemente, metiéndose entre las sábanas junto a su pareja. –¿Estás feliz ahora? 

–No hasta que lo hagas… –

–Pareces un niño berrinchudo y celoso…– Sonrió dulcemente, besando la mejilla del moreno, que aceptó el contacto sujetándolo fuertemente de la cintura –Un berrinchudo y celoso que llegó a mi corazón… ¿No es así? – Acarició con sus dedos su verde melena, mientras la mirada de los ojos miel seguían en la televisión. Sonrió, sabiendo que hacer – Mírame a mí, idiota…– Se trepó entre sus caderas, comenzando un camino de besos. – Ahora que he renunciado a la vida galante, necesito a alguien que me satisfaga… Me pregunto quién querrá ser ese "alguien"… –Se levantó, llendo directamente a la puerta – Me voy a buscar algunos candidatos…– Rió internamente, contando mentalmente cuenta regresiva “3… 2… 1…" antes de que su espalda chocara agresivamente contra la pared. – ¡Aagh! M-maldito…–

–Sabes exactamente cómo provocarme ¿Verdad, cocinero mierdoso?… – Besó la curvatura de su cuello hasta su hombro, mientras las manos del rubio se sujetaban a su espalda. – Eres muy travieso… piensas en buscar algo que ya tienes en casa… – Levantó su rodilla entre las piernas de su amante, estimulando algo entre sus piernas; el de ojos azules gimió en respuesta. –Ayer lo hicimos exactamente seis veces… pero tengo ganas de más… quiero que grites mi nombre como lo has hecho hasta ahora…

– Estás muy frío… – Sonrió inevitablemente, jamás podría saciar el intenso deseo que tenía su bestia verde…

–Oí Sanji… – Entrelazó sus dedos en la pared. – ¿Te duele…? – Jadeó a su oído, conectando su espalda con su pecho.

– ngh… me pregunto por qué será… – Sus piernas temblaron– Ci-Cierto imbécil siempre se salta los preliminares…– Arqueó la espalda, permitiendo que su cuerpo se apoyara aún más en el contrario. – El cuerpo m-me duele a horrores… estúpido – Se sujetó de la melena verde, que no se molestó en jalar enfadado.

–Déjalo… querías a alguien que satisficiera tus deseos ¿No? Nadie mejor que ese alguien conozca tus deseos masoquistas… – Susurró sensualmente a su oído.

–Oye… se me hace tarde para el trabajo…– Comentó, sin embargo el marimo no pareció querer detenerse. –Hey, alégrate. Ésta noche me tendrás para ti… – Sonrió dulcemente ante las atenciones; ya podía verse levemente el bulto entre sus pantalones.

 

 

–Hey, viejo. – Entró libremente a la oficina de su jefe. El rubio mayor no parecía muy feliz, decidió ir al grano. –He estado pensando acerca de tu oferta. – Sonrió ampliamente.

– ¿Ah sí? Dime rápido que has decidido. Tengo trabajo que hacer. – Dijo mirándolo directa y fijamente; una persona normal se pondría nervioso y hasta ansioso frente a esa pesada presencia, sin embargo pasó el suficiente tiempo conviviendo con ese ser que había aprendido a lidiar con esa aura tan "negativa".

–He decidido aceptar tu oferta; si deseas puedo empezar ya mismo. – Apoyo uno de sus antebrazos en el escritorio del mayor, expresando su exagerado libertinaje.

–Qué bien que hayas decidido por fin dejar esa tu "vida loca". Lo que hacías era desperdiciar tu tiempo y habilidad. – Dijo firmemente, envainando por fin una sonrisa.

–Me alaga, viejo. – Hizo un gesto con su mano.

–No te tomes demasiada confianza; no soy uno de tus clientes.

–Venga, sonríe un poco. Ablanda ese corazón de piedra; es hora de hablar de detalles.

–Mayor tiempo, mayor salario. Más horas extras, más plata; punto. – Dijo finalmente, levantándose. – No necesitas nada más, lo demás sabes dónde encontrarlo. Arréglatelas tú mismo.

–Oh bien. Te lo agradezco, viejo. –

Salió de la oficina de su jefe, sonriente debía de hablar con sus compañeros.

 

 

–Estoy de vuelta. – Dijo apoyándose en la pared para quitarse sus zapatos. Al entrar en la sala, Zoro le miraba atentamente desde el otro extremo del sillón, poniendo especial atención a sus manos. Luego de un suspiro profundo, Zoro se levantó, abrazándole ejerciendo presión en su cintura. –¿Qué crees que haces?

–Termino lo que dejé inconcluso – Dijo, colocándose en una extraña posición detrás de su espalda.

Se apoyó en la pared, dejando que Zoro hiciera lo que quisiera. Cómo siempre -cosa que no le sorprendió-, Zoro saltó los preliminares; yendo directamente a su pantalón. Masturbó su miembro para estimularlo, aún que era innecesario, pues su erección le acompañaba desde hacía segundos antes.

Lamió sus dedos, y uno de ellos se abrió paso en su interior, sacándole un par de jadeos. Se movió en círculos y en su movimiento logró tocar un punto en su interior que le hizo estremecer. Ésto fue la señal para Zoro de agregar un segundo dígito.

Ambos se movieron individualmente por unos segundos. Después de ello Zoro sacó sus dedos, abriendo sus pantalones para sacar su duro miembro.

–D-debes de estar desesperado para hacerlo de ésta forma…– Rió ante el deseo de su amante, más la expresión risueña fue cambiada por una de extraño dolor. Arqueó la espalda para lograr conectar su espalda con el pecho contrario, haciendo que Zoro tuviera que abrazarlo. –Zoro… estás extraño… –Jadeó – ¿Qué te pasa?

–… Nada de lo que tengas que preocuparte…– Susurró sutilmente a su oído.

–Dímelo… musgo idiota…– Jadeó ante la invasión. Abrió su boca para dejar entrar suficiente aire, acomodó su cuerpo entre la pared y el peliverde, que había levantado una de sus piernas, sujetándolo fuertemente de su camisa. –N-no quiero enterarme d-de alguien que no seas tú, así que… dímelo, marimo. –

–Hablemos de ello más tarde…–Susurró en un tono que Sanji no pudo distinguir entre enfadado o disgustado. Comenzó un vaivén suave, dejando que el rubio se sujetarse de la pared, mientras él sostenía firmemente sus caderas y una de sus piernas.

–Es…cucha lo que dices… – Gimió Sanji, acercándose más a la pared y una vez que el moreno pudo acomodarse mejor, apoyó ambos de sus antebrazos en la pared y su rostro entre ellos.

Luego de varios intensos minutos, se acomodaron en el sillón y una vez que se recuperaron se levantaron y caminaron hasta la habitación, en donde el rubio se recostó adolorido entre las sábanas, dispuesto a descansar.

–No podré vivir así…– Lloriqueó Sanji, recostado en la cama. – Llegaré tarde a casa y éste idiota marimo me mantendrá despierto hasta tarde… –Lloró sobreactuado, siendo totalmente ignorado por el marimo. –Marimo… no me ignores ¡Escúchame! ¡Me duele todo el cuerpo por tu estúpida culpa! No podré caminar…– Lloró

–No seas exagerado…– Tomó el control remoto, cambiando el canal del televisor. – Cállate y duérmete, cocinero mierdoso. –

–No me calles y mejor llévame a la ducha, ahora no me puedo mover por culpa de un marimo insaciable y mañana tengo muchas cosas que hacer. – Renegó, encendiendo un cigarrillo – Si vuelves a tocar algo te juro que te entierro este cigarrillo en el único ojo que te queda. – Dijo, digno.

Luego de un largo suspiro, Zoro le tomó en brazos. Ante la sorpresa, no le quedó otra que sujetarse bien de sus ropas.

–Aún no puedo entender cómo me terminé enamorando de un idiota como tú – Dijo Zoro

–Por la misma razón en la que terminaste teniendo sexo conmigo la primera vez – Acarició su rostro gentilmente con su mano derecha, movió cada dedo individualmente causando un escalofrío en el peliverde, por su tacto frío –Pero descuida, yo tampoco comprendo como me enamoré de un cabeza de alga como tú… –

 

 

Zoro descansaba dulcemente en la cama, o eso era lo que él pensaba; sus ojos cansados se abrieron lentamente, cruzándose con los zafiros azules del rubio, quien le observó detenidamente pensativo.

– ¿Ahora me dirás lo que te sucede? – Susurró ante la absorbente oscuridad. Ante la pregunta, Zoro suspiró, viéndose derrotado.

– ¿Recuerdas lo que te dije hace un mes? – Comenzó.

– ¿Tu divorcio? –

–Correcto. –

– ¿Qué pasa? – Empezó a comprender su comportamiento, pensó que quizás se trataba de ansiedad; se acercó un poco más, sólo para comenzar a mimar esa cabeza verde. –Hey… comprendo que entre ustedes ya no existe ninguna relación… pero tú deberías pensar en la niña que ustedes tienen. –

–Lo entiendo… pero es molesto…– Cerró sus ojos, disfrutando del tacto de sus dedos. Tomó su muñeca y la llevó a sus labios, besándola. – No tengo ningún problema con darle manutención a la niña, pero temo de lo que su madre pueda hacer con ese dinero.

–¿Te gustaría luchar por su custodia? – Preguntó Sanji con un tono conmovedor.

–¿Qué piensas? –

–Por mí no hay problema, amo a los niños – Sonrió, acurrucandose suavemente entre sus brazos. –Sería adorable tenerla en casa…–

–Me alegra que comprendas…– Besó tiernamente su frente. –Te amo tanto…–

–Y yo a tí…– Se dejó abrazar, sólo para después recordar algo que quería pedir – Oye, Zoro… mañana después del trabajo… ¿Crees que podamos ir a un lugar?

–Por supuesto…–

Notas finales:

Holiwi (?ω?) Siento de verdad haber tardado tanto, pero los estudios no me dejaban descansar ??? 

Prometo que no tardaré tanto en actualizar el siguiente capitulo 

Nami


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).