Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

No debo decir mentiras por Whitekaat

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

CAPÍTULO V

 

“¡No voy a ir!”

“Jioh, estás exagerando, ni siquiera se alcanza a ver su rostro.” Lisa tenía ambas manos apoyadas en los hombros de su amigo evitando que él viera su inútil intento de no reírse.

“Lisa, aunque estas detrás de mí sé que te estás riendo” y vaya que el castaño lo hacía, conocía aquella voz burlona de su amiga a la perfección.

“Perdón, pero debes admitir que es gracioso, deberías meterte al club de rugby esa tacleada fue hermosa” la rubia reía y su amigo apretaba sus dientes reafirmando su decisión de no ir a la fiesta de esa noche.

“Aún me parece extraño que no hayan hecho una edición con hollaback girl1” Jioh miraba con todo el odio que su corazón guardaba en dirección a Lisa, ya no era gracioso, al menos no para él.

No era gracioso que alguien haya grabado la pelea, no cuando ya era lo suficientemente vergonzoso que todas esas personas que estuvieran ahí lo presenciaran, no, ahora además mucha más gente podía ver como se le era lanzado aquel tarro de pintura rosa sobre su cabeza y como él se lanzaba contra ese idiota.

Quería morir ya a su primera semana, en su cuarto día de estudios era la comidilla de todos en la universidad, tanto en su facultad como en la de Fá y Lisa, y a pesar de que ese día había estado demasiado emocionado por ganar las entradas para la fiesta que darían por la noche ya no era atractivo llegar y ser reconocido como el “chico de rosa” y que su amiga a su costado no encontrara nada mejor que repetir aquellos diez segundos del video en un infinito bucle no ayudaba.

“Vayan ustedes, hoy me quedaré en casa”

En su tono de voz ya estaba implantada la molestia, si, quizás ella se había pasado un poco al burlarse y era su culpa que Jioh llegara a ese punto de inflexión en donde sólo pocas personas lograban hacerlo abandonar aquella testaruda forma de ser y para la suerte de lisa una de ellas estaba convenientemente a sólo una reja de distancia.

Sacó rápido su móvil y texteó “necesito la caballería pesada” en la conversación que tenía con Phrae y no pasaron poco más de cinco minutos en que unas pisadas se escuchaban subir por las escaleras y cuando abrió la puerta su prima reacción fue sonreírle al chico de cabello castaño obscuro con culpabilidad entrecerrando sus ojos y apuntando al bulto tirado en la cama.

“¿Qué le hiciste Lisa?”

Phrae era amable muchas veces, más siempre que a veces, pero su rostro de ojos almendrados, de párpados algo caído y cejas oscuras y rectas le daba una constante mirada de estar molesto, y ahora la chica podía ver aún más acentuada aquella mirada con el fruncido ceño con la que su amigo la miraba.

“Sólo puse el video del otro día muchas veces y dije alguno que otro comentario desafortunado” lisa volvió a sonreír con culpabilidad una vez más mientras Phrae suspiraba resignado

“Yo me encargo, nos vemos a las diez donde acordamos”

“Está bien, lo siento Jioh no quise hacerte sentir mal, nos vemos” respondió.

Lisa sabía que su amigo aunque no la viera si la estaba escuchando y con ello se despidió también del recién llegado y abandonó la habitación.

“Ji” llamó sentándose al borde de la cama.

“Ji” llamó una vez más moviendo su cuerpo.

“Ji” y al tercer llamado el chico se dio vuelta para mirarlo.

“Fá, por favor, no quiero ir, hoy por la mañana ya fue difícil soportar las miradas de algunos compañeros sobre mí, no quiero sentir lo mismo cuando se supone que debo festejar” el castaño cobrizo no miró a su mejor amigo mientras hablaba evitando a toda costa encontrarse con la mirada oscura del otro.

“Lo sé, sé que debe ser complicado” Phrae apoyó su manos sobre la coronilla de su amigo mientras peinaba las ondas algo cobrizas que se habían despeinado.

“Para mí ha sido igual de difícil encontrarme con ese imbécil por la facultad y no poder golpearlo”

“No hiciste nada malo, te defendiste, cuando nadie más movió un músculo y le diste una lección a ese superior imbécil, demuéstrale a cualquier persona que eres fuerte” el odio que le tenía a Fá en algunas ocasiones era proporcional a lo que lo quería, y lo estaba odiando mucho en ese momento por siempre convencerlo con sus palabras y sus caricias sobre la cabeza.

“Hmmp hmmp, quita tus manos de mi hermano” con un tosido forzado y sus brazos cruzados en su pecho el chico de cabello liso y negro, de ojos color avellana y mirada suspicaz había interrumpido la plática entre los amigos.

“Nik, Fá no empiecen” pero era tarde ya había empezado cuando su amigo lo apretaba entre sus brazos con una mirada desafiante al otro chico.

“Somos mejores amigos, puedo poner mis manos donde quiera”

“¿Qué les pasa? Nik, hace meses que estas así con Fá” el más bajo de la habitación se zafó de los brazos de su amigo para ponerse entre ambos.

“No lo sé, él empezó de la nada a ponerse a la defensiva, debe estar celoso de que soy más hermano mayor que él.” Phrae lo miraba ahora también con los brazos cruzados.

“Claro que no lo eres, sigo siendo el mejor hermano mayor”

Jioh los veía ambos a sus ojos transformados en un par de niños, porque la dinámica se había vuelto en esa, de cómo cuando él iba en primaria y ambos chicos discutían a pesar de ser amigos.

“Ninguno lo es, los dos están actuando igual de cuando éramos niños.” Un sermón, probablemente el primero que daba, Jioh comenzaba entender por qué Tim se los daba con tanta frecuencia, la sensación de poder era increíble al ver los rostros malhumorados de su hermano y amigo.

“Por ser así de desagradable tu novia te dejó, deberías aprender de tus errores” ese era un golpe bajo de parte de Phrae, cierto, pero bajo.

“Fá, no olvides que Rain te dejó hace poco también. No sé qué les pasa, arréglenlo me cansé de sus peleas, les prestaré mi habitación para que se reconcilien y no salgan hasta que todo esté bien entre ustedes de nuevo.”

Y los abandonó, ahí en medio de su habitación tomando su celular mientras le escribía a Lisa que iría a la fiesta y que además si se le ocurría hacer una edición de su video con la canción de Gwen subiría las fotos que tenía de ella cuando quemó una parte de sus cejas.

“¿Jioh, Phrae y tu hermano bajarán a comer?” le habló su madre al entrar a la cocina.

“Los dejé hablando en mi habitación para que hablaran y dejaran de comportarse como idiotas” contestó tomando un par de verduras de la mesa para comenzar a picarlas y ayudarle a su madre.

Unos cuantos minutos después ambos chicos hicieron acto de presencia sentándose en la mesa del comedor mirándose fijamente, más serio de lo normal, Jioh pensó que tal vez era un avance, al menos ya no se molestaban entre ellos; la mirada de su mejor amigo luego fue a parar a él, más seria de lo normal, escudriñándolo con detenimiento como si quisiese saber algo de él que ni siquiera él mismo sabía o no se enteraba.

Jioh prefirió huir de aquellos ojos negros y girar su cuerpo, revolviendo la ensalada que estaba frente a él pero aun sintiendo esa mirada inusual de Phrae sobre él.

//**//

Decir que la fiesta estaba repleta se quedaba corto, sólo al llegar su corazón se detuvo por unos milisegundos pensando que toda esa cantidad de gente lo miraría burlándose al entrar, pero eso no ocurrió, esas miradas nunca llegaron y agradeció de sobremanera que la música estuviese encendida y que el alcohol y cigarrillos se posaran sobre las manos de los asistentes.

Las bebidas eran gratis por lo que no tardó mucho desde su llegada para que el grupo de cuatro amigos se aventurar entre los cuerpo que saltaban al bailar intentando llegar a la barra buscando aquel brebaje que se les hacía más necesario de lo normal frente a una repentina sed que se adhería a sus bocas, dos cervezas heladas para Tim y Phrae, un tequila margarita para Lisa y un vaso de vodka con jugo de frambuesa para Jioh.

El primer ritual fiestero se había cumplido, el segundo era ser arrastrados a la pista de baile por una emocionada Lisa, y sus incómodos amigos que comenzaban a volverse mejores bailarines a medida que el alcohol se deslizaba por sus gargantas.

Jioh aún sentía algo extraño en su mejor amigo después de la charla que tuvo con su hermano, una charla la cual se negó a contarle pero que le aseguraba que todo estaba más claro y sin ningún malentendido entre ellos “cosas sin importancia” concluyó el más alto.

Sin importancia para ellos quizás, pero para el chico de ojos color avellana no lo era, sólo traía más incógnitas, sólo más ansias de saber por qué su amigo Fá lo miró así al llegar al comedor o porqué estaba más callado de lo habitual o porqué se empeñaba bailar frente a Lisa cuando en cada fiestas compartían sus bailes extraños.

Una hora después de su llegada había más gente, más chicos emocionados entregando sus mejores pasos al son de la música pero a Jioh toda esa gente en algún momento comenzaron a sofocarlo trayendo consigo la necesidad imperiosa de aire y excusándose de sus amigos y aún con un vaso en su mano salió hasta el patio abierto del local.

Esa noche no había luna, tampoco estrellas y el frío contrastaba con el calor de adentro, una mala idea salir sin ponerse su chaqueta antes. Acarició sus brazos entregándoles algo de calor con sus palmas y agachó un poco su cabeza acurrucándose consigo mismo.

Pero algo del frío de repente cesó, y una barrera de mezclilla entre la brisa helada y su pie expuesta fue colocada sobre sus hombros, Jioh al levantar su rostro pudo notar que no era uno de sus amigos que le proporcionaba aquella gallarda muestra de caballerosidad, no, era aquel chico de cabello negro liso y peinado hacia un costado, con sus ojos marrón claro enmarcados por sus rectas pestañas negras y aquella característica sonrisa amable de las veces que habían compartido una palabra.

“Pete, no tenías que hacerlo” su corazón latió un poco más fuerte y el calor que guardaba en su cuerpo sentía que se comenzaba a acentuar en su rostro.

“Si tenía, yo tenía calor y a ti se te notaba que tenías frío y… que bueno saber que aún recuerdas mi nombre” el chico aún con la sonrisa en sus labios le respondió provocando como reflejo que Jioh también le sonriera.

“Muchas gracias”

“Qué bueno que viniste a la fiesta, estaría aún más molesto con el estúpido de Crist si por su culpa no venías”

“¿Querías que viniera?” no sabía si era una buena pregunta, pero su nerviosismo combinado con el alcohol no lo dejaba pensar tan bien como le gustaría.

“Eh… Bueno… la verdad” Pete titubeó nervioso.

“Si, quería poder conversar de nuevo contigo, las últimas veces que nos hemos encontrado, bueno… no han sido las más agradables por culpa mi amigo y quería remediarlo” los ojos marrones iban a los suyos y después escapan mirando hacia otra dirección, la sonrisa se había vuelto un manojo de movimientos nerviosos que entre palabras presionaba sus labios entre sí.

“¿No te molesta que te vean conversando conmigo? Ya sabes… gran parte de la universidad sabe que soy gay “Jioh le respondió desviando la mirada hasta unos arbustos de hojas grandes y verdes.

“No si a ti te molesta que te vean conmigo, bueno… también soy gay, no veo que sea un gran problema”

La sonrisa volvió a aquel guapo rostro de facciones angulosas, mientras Jioh por su parte sentía que necesitaba utilizar su mano para evitar que su mandíbula cayera desde su cara, un chico gay, que abiertamente se lo confesaba y sin temor, sentía hasta ganas de llorar, alguien como él, un faro en ese mar de heterosexualidad en la que estuvo nadando hasta casi ahogarse de sus anteriores relaciones.

“No pensé que lo fueras” respondió.

“Si me lo han dicho, no es algo de lo que deba estar orgulloso, me sirve para evitarme situaciones molestas, pero no para conocer a gente como nosotros” Jioh repasaba sus palabras a medida que miraba los ojos de su acompañante, no le interesaba si estaba interesado románticamente en él, la oportunidad de tener un conocido abiertamente gay ya le era suficiente.

“Debo volver adentro mis amigos de seguro me deben estar esperando” Jioh quería seguir ahí, pero de un momento a otro su cabeza se había quedado seca en temas de conversación y antes de decir algo que estropeara todo prefirió marcharse.

Quitó la chaqueta de sus hombros y se la entregó a Pete sobó unas vez más sus brazos cuando el aire frío volvió a tocar su piel.

“Está bien pero al menos intercambiemos números, me gustaría seguir hablando contigo algún otro día” Pete habló sacando su celular de su bolsillo y desbloqueándolo para entregárselo a su acompañante.

Jioh lo primero que notó al recibir el celular en sus manos fue la fotografía de un chico muy parecido al dueño del aparato abrazando a un gran perro de pelaje color castaño, una fotografía bastante tierna.

“Espero volver a vernos, Jioh” mencionó Pete recibiendo el objeto en sus manos con el número ya escrito en él.

“Lo mismo espero, Pete.” Respondió con una sonrisa en su rostro antes de darse vuelta e ingresar nuevamente a la fiesta.

//**//

 

El sol golpeaba con todo a las cortinas blancas de tal manera que parecía que la tela ya estaba dejando pasar rayos de luz que iban directo a su rostro, algo extraño si lo pensaba detenidamente porque su cama no estaba cerca de la ventana.

Un par de segundos después comenzó un fuerte dolor de cabeza de despertar, su boca seca como desierto y un ardor en su estómago que de seguro no lo dejaría comer algo en todo el día, su cabeza dolía tanto que no se atrevía a ni si quiera entreabrir los ojo, y como una costumbre de cada salida se juró aquella promesa sin valor de que no volvería a beber nunca más.

Un olor familiar se coló a su nariz calmando de alguna forma aquel dolor de cabeza, un olor algo más cítrico no dulce pero si especiado, intentó abrir un poco sus ojos topándose con la luz del día golpeándole la cara sin piedad como un cruel verdugo, trayendo consigo un dolor palpitante en sus sienes.

Jioh comenzó a tener más conciencia de su cuerpo, del calor que lo arropaba, ahora algo más desierto (pero no con menos dolor de cabeza) podía sentir una brisa caliente sobre su oído causándole escalofríos que antes no sentía, la parte interior de un antebrazo descansar en su cintura y la palma de una mano muy cerca de su vientre descubierto por la camiseta que de seguro se subió durante la noche. Sus pies se enredaban entre los de alguien más y su espalda se encajaba contra el pecho de la persona que dormía junto a él.

No, no recordaba del todo bien como había amanecido ahí y sí, probablemente aún tenía alcohol en su sangre porque sus pensamientos no lograban transformarse en acciones a realizar, como por ejemplo, moverse para ver con quien había pasado la noche, revisar su cuerpo si cada cosa seguía tal como debía estar y salir corriendo si es que era necesario.

Unos movimientos repentinos lo inmovilizaron aún más, ahora el cuerpo dormido lo apegaba aún más a él, abrazándolo con más fuerza pero no la suficiente para lastimarlo pero si lo suficiente para aumentar el contacto entre ellos, el aire sobre su oreja y nuca se hizo más denso y más caliento trayendo consigo una corriente eléctrica que estimuló cada conexión nerviosa de su espina dorsal aumentando la curvatura de ella provocando para su mala (dependiendo del punto de vista donde se mirase) suerte el contacto de su trasero con la ingle despierta del sujeto.

Eso estaba mal, muy mal para él, el tener que aguantarse la constante brisa caliente que combinada con su actual estado aún etílico no provocaba nada más que el latir apresurado de su corazón y una ganas de apegarse aún más al cuerpo junto a él.

Al menos Jioh ya tenía claro una cosa, había dormido con un chico, no recordaba con quien, no recordaba cómo terminó ahí pero lo que sí tenía claro es que su corazón latía como loco ante esa nueva cercanía antes desconocida para él, porque lo que estaba viviendo era lo más cercano a lo que estuvo de un chico, ninguno de sus novios había llegado más allá de un beso y ahora ese chico lo abraza, le entregaba calor y más increíble aún su olor calmaba su intenso dolor de cabeza.

 

1Hollaback Girl, canción de Gwen Stefani


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).