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No debo decir mentiras por Whitekaat

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Notas del capitulo:

hola buenas espero le guste este nuevo capítulo. gracias a todos por leer esta novela y mi primera experiencia en los orginales.

Los invito igual a leer otras historias cortas de mi autoría aquí:

https://www.wattpad.com/user/JEllioot

 

 

CAPÍTULO VIII

 

El sol del nacimiento de un atardecer no producía el calor que necesitaba para aplacar el frío y la humedad que había dejado como secuelas su muy querido/odiado mejor amigo. Su cuerpo descansaba estirado sobre una banca con su mochila tras su cabeza a modo de almohada, una brisa que meció los árboles aledaño atrajo un escalofrío que erizó cada poro de su piel trayendo una nueva maldición para el castaño.

— Como lo odio — rezongó al aire sin tener una respuesta inmediata.

— ¿A quién, pequeña lagartija? — le preguntó la voz grave del único culpable de su situación.

— Al idiota que me dejó todo mojado. Ahora tengo mi ropa húmeda y fría, si me enfermo tendrás que cuidarme —

Jioh se levantó al tiempo que abría sus ojos para acostumbrar a la luz anaranjada del cielo topándose con la figura de Phrae a contra luz, luciendo el cabello húmedo que se lo dejaba más liso y ordenado que de costumbre.

— ¿No trajiste nada más para abrigarte? —

— No, no sabía que terminaría así hoy, menos cuando gentilmente vine a apoyarte, cuando te entregué una toalla para que secaras tu cabello, y una botella de agua para que bebieras. —

— Lo siento Ji, sólo fue la emoción del momento por haber ganado, además te reíste — respondió con una sonrisa en sus labios.

— Sí, porque no sabía en ese momento que terminaría así de mojado y congelado —

— Está bien toma, tenla tú —  la chaqueta del castaño más alto era retirada de su cuerpo para cubrir la espalda y hombros de Jioh.

— Gracias, señor caballero Fá —

— No tienes tu suerte —  replicó obteniendo una sonrisa divertida como respuesta del más bajo.

 — Ya tienes todo ¿Nos vamos? —

— Sí, vamos —

Los pasos eran lentos, tranquilos, disfrutando del silencio y la tranquilidad de una caminata de vuelta a casa luego de un día agotador, Jioh a ratos miraba a su amigo observándolo totalmente perdido en sus pensamientos, su entrecejo lucía fruncido lo cual era una clara señal de que estaba preocupado por algo, esos pequeños detalles que para muchos pasarían desapercibidos para él no, no cuando tuvo que lidiar con la personalidad y los gestos de Phrae desde que eran pequeños.

— ¿Preocupado por algo? —  comentó rompiendo aquella aura silenciosa.

— Algo así —

— ¿Es por el club o algo más? —

— En parte es por el club, sé que no lo hice mal hoy en la prueba de natación, pero aun así me preocupa que no me elijan, realmente me estuve esforzando estos meses — suspiro al terminar.

— ¿Enserio? Fá, estuviste increíble de hecho me sorprendiste no recordaba que supieras nadar tan bien —

— Verás...desde el verano he entrenado mi resistencia, mi oxigenación, la fuerza en mis piernas, y en algunas ocasiones me escapaba a la playa para practicar —

— Eso no lo sabía — un nuevo secreto que le guardaba, un secreto que lo sorprendió al no haberse dado cuenta en todo ese tiempo.

— No se lo dije a nadie, entrenaba temprano en la madrugada, estaba nervioso, no quiero que nadie vea mis fallos cuando es algo que deseo mucho. —

— Fá, estuviste genial eso tenlo por seguro, hasta creo haber escuchado decir a varias chicas de las gradas que formarían un nuevo club de fans sólo para ti. —

— Gracias, se siente bien siempre poder contar con tu apoyo — el de cabellos color castaño oscuro le sonrió.

— Sí, además si se forman un club de fans para ti yo podría intercambiar información tuya privilegiada a cambio de dinero, como las fotos de cuando eras pequeño, cuando tía te vistió de gato y sales llorando ¿Cuánto crees que me den por una foto tuya? — Su cabeza fue apresada por el fuerte brazo del chico impidiéndole moverse y sintiendo de paso una presión dolorosa y tortuosa en su cráneo.

— Ni se te ocurra —

— ¡Auch, duele, duele! — Jioh empujaba con sus manos los brazos de su captor tratando de zafarse. Una tarea completamente inútil frente a la fuerza de su acompañante.

— ¡No lo haré, no lo haré! —

— Eres demasiado bruto, Fá, me dolió — el agarre había cesado pero no así el dolor que sentía sobre su cabeza.

— ¿Me pase un poco? — El brazos del castaño volvía a posarse sobre él pero esta vez con una agarre mucho más suave, más tranquilo y sin ánimos de apretar.

— Te pasaste mucho — le respondió. Jioh se debatía internamente en ese mismo momento entre golpearlo o dejarlo pasar por esa vez.

— Ji, no tengo ganas de volver a casa —

— ¿Qué? —

— Vamos a comer a algún lado, aun no quiero regresar a casa, la tarde está agradable —

— Está bien, pero hoy pagas tú —

— Sí, lo sé. Conozco un lugar genial con una buena vista—

Ambos chicos se miraron y con un asentimiento Phrae comenzó a caminar más rápido dirigiendo la ruta que llevarían, mientras a su costado dando medio paso más debido a sus cortas piernas Jioh trataba de mantener el paso y no morir por falta de oxígeno en el proceso.

El castaño cobrizo notó que no se dirigían al habitual y aclamado barrio de bares donde los universitarios solían llegar; no, se dirigían en dirección contraria a él y contraria a sus casas.

— ¿Qué lugar es? —

— Es una sorpresa, sé que te gustará, cuando lo vi pensé de inmediato en tí. Ya estamos casi cerca. —

Para el estudiante de publicidad que ya conocía muy bien al otro sabía que ese "estamos casi cerca" venía acompañado de verías cuadras enormes que caminar, incluso se aventuraba a presagiar alguna subida con largas escaleras, y cuando las calles pasaban se daba cuenta que estaba en lo correcto, más aún cuando se pararon frente a una esquina.

— Es allá arriba —  apuntó.

— Fá te juro que si allá arriba no hay nada, prometo que al llegar te lanzare por las escaleras — Jioh en ocasiones analizaba qué porcentaje de sus sentimientos de cariño por Phrae contrastaban contra los de la molestia que a veces le causaba.

Jioh miró todos los peldaños hacia arriba, llenó sus pulmones de aire y con una mano en una de las barandas comenzó a caminar planeando desde ya pedir lo más caro del menú por haber sido sobreexigido de esa manera.

— Es aquí — iba a matarlo pensó el castaño más bajo.

No había vista hermosa, no era una bella fachada, lo único que se podría considerar remotamente lindo era el cartel con el nombre del local, anunciando que era una tetería.

— Entremos — pronunció entre una sonrisa.

Lo primero que sintió Jioh al abrirse la puerta fue el sonido de una campanilla, seguido a eso un delicioso aroma té y flores; a su mente llegaba un predominante color verde y la sensación de calidez de una primavera en punta de floración. Con sus ojos barrió el lugar encontrándose con un hermoso local amplio, de paredes blancas, de muebles antiguos modernizados en colores pastel con acabados raídos con un estilo más bohemio.

— Buenas tardes — habló una chica de sonrisa amable y cabello largo y negro amarrado en una cola de cabello.

— Buenas tardes. — Respondieron ambos.

— ¿Desean una mesa acá o arriba? —

 — Iremos a la terraza — le respondió el más alto de los dos.

— Suban por la escalera que está a mitad del pasillo, enseguida les llevaré la carta —

— Fá, ¿Cómo conoces este lugar? —

— Vine con alguien hace unas semanas e imaginé que también podría gustarte sobre todo la parte de arriba —

Y tenía razón al decirlo, lo había cumplido, la vista era hermosa, desde la terraza del segundo piso se alcanzaba a ver parte del parque que habían pasado un poco más abajo, algunas luces del alumbrado público encenderse a poco, pero lo más bello estaba ahí rodeandolos, cientos de flores y plantas en macetas, colgando desde el cielo, algunas flores como enredaderas creciendo alrededor de la reja uniéndose manera perfecta a los muebles iguales a la planta baja, la iluminación en hermosas lámparas de vidrio redondas y una que otra vela en algunas de las mesas.

— Ji, la verdad es que quería hablar de algo contigo — Jioh aún no alcanza ni siquiera a ver la carta que la amable chica que los había recibido les había traído y aquella idílica escena de una tarde de amigos amenazaba en volverse una tormenta.

— Dime. —

— Me gusta una chica, aún no estoy saliendo con ella, llevamos las cosas algo más tranquilas, esta vez quiero hacerlo bien, no apresurar nada, creo que realmente me gusta. —

— Eso es una buena idea, mejor de que las últimas que has tenido en tus otras relaciones ¿Y, la conozco? — Jioh sabía quién era, sabía claramente que la conocía pero prefería que fueran los propios labios de Phrae quienes dieran la noticia.

— Si, la conoces, es la compañera de Lisa, Alice —

No podía alegrarse, aunque tal vez si debería hacerlo, debía esforzarse en esbozar al menos una pequeña sonrisa, pero no podía, sabía que la felicidad de Phrae podría traer consigo el corazón roto de su otro amigo.

 — Creo que ya lo sabía, te vi hace dos semanas en un local de comida del centro comercial. —

— Espera... ¿Por qué no me dijiste que me viste? — el más alto había arrugado su entrecejo y juntado algo sus ojos.

— Porque ese día yo igual estaba ahí con alguien —

— ¿Con quién? —

— Con un nuevo amigo, con Pete, uno de tus superiores — y la bomba ya había sido lanzada sin dar paso atrás.

La charla se cortó de un momento a otro, tener toda esa bella fauna verde y colorida a su alrededor se volvía un desperdicio frente a aquella atmósfera que se había formado entre ambos chicos.

Jioh no sonreía como lo hacía siempre que le contaba una mentira para molestarlo, dándole a entender a Phrae que no estaba bromeando.

La mandíbula de Phrae se había hecho un poco más notoria lo cual le advertía al castaño cobrizo que su amigo apretaba sus dientes tratando de mantener la compostura.

— No me gusta ese idiota, aléjate de él y no le hables —  ordenó. Sí, porque las palabras de su mejor amigo no había sido una petición, fue una orden.

Phrae lo sabía, sería un estúpido decir que no lo sabía y aún a sabiendas de aquello de todas formas lo hizo, le ordenó a Jioh, lo limitó, quiso anteponer sus exigencias ante lo que el mismo Jioh pensara y ahora no era sólo Phrae quien apretaba su mandíbula. Phrae era ahora quien en dos segundos vio cambiar aquella mirada de tranquilidad a una de odio puro.

— Adiós, no tengo nada más que hablar contigo. Suerte con tu nuevo noviazgo, con el club, y suerte con el viaje que debes hacer para irte a la mierda.—

El más bajo se levantó de la silla tomando sus cosas en el proceso, tenía una clara intención y esa era dar la vuelta y marcharse de ese lugar pero sintió una mano que lo tomaba de la muñeca buscando detener esa huida, pero Jioh no iba a permitírselo y sin mirarlo, sacudiendo su mano se liberó del agarre emprendiendo marcha lo más lejos que pudiese estar en ese momento de aquel sujeto que se hacía llamar su mejor mejor amigo.

 

//**//

 

El almuerzo estaba tenso, y dos de los presentes en aquella mesa no tenían la más mínima idea de que estaba ocurriendo. Lisa miraba a Tim interrogante recibiendo un levantamiento de hombros como respuesta, Phrae miraba de reojo a Jioh, mientras el observado prefería enfocar su vista en su plato, manteniendo una conversación nombrando explícitamente a Tim y a Lisa como si la presencia de un cuarto personaje en la mesa no existiera.

— ¿Podrías dejar de ignorarme? — habló finalmente uno de los involucrados mirando directamente al otro.

— ¿Qué? ¿Vas a ordenarme eso también? — Y con esas palabras había quedado claro para los dos, y sabían de antemano que en aquella discusión era mejor no meterse, y posiblemente estar a una distancia segura también era una buena medida preventiva.

— No quise decir eso y lo sabes. —

— Lo sabes y aun así lo dijiste.—

— ¿Podrían relajarse? Ayer se transformaron en la pareja más popular en la página de la universidad y hoy están actuando como si se odiaran — Lisa había cortado el ambiente tenso en un sólo momento trayendo consigo las cara de confusión de parte de los otros tres chicos.

— ¿Pareja popular? — Pronunció Jioh con una mueca de disgusto en su boca.

— Jioh, se ha comentado y compartido desde ayer las publicaciones ¿Cómo no las has visto?—

— Ayer llegué a casa molesto y preferí dormir, de qué publicaciones hablas Lisa, necesito verlas ahora. —

El castaño cobrizo se levantó de su asiento y se colocó junto a su amiga y a eso no se tardaron en llegar los otros dos chicos restantes todos con sus miradas fijas en el aparato móvil.

La página no oficial de la universidad utilizada casi siempre para chismes y alguna que otra confesión anónima se había llenado de vídeos de ambos castaños, uno en donde se le lanzaba la toalla encima para luego abrazarlo y mantenerlo en el aire con diferentes ediciones de música romántica y corazones alrededor, y bajo ese mismo tipo de edición otro de Phrae entregando su chaqueta y poniéndola en los hombros de Jioh.

Cada una de las publicaciones hacía referencia a una supuesta relación, algunas preguntando sus datos, quienes eran y si realmente estaban saliendo, comentarios asegurando que si lo estaban, otros se le sumaban reconociendo a Jioh como el chico de la pintura rosa y lo desvergonzados que eran por andar así en cualquier parte.

— Esto tiene que ser una broma —  pronunció Phrae.

— Una muy mala broma —  secundó el otro castaño.

— ¿Que vamos hacer? —

— Nada, no estamos saliendo, y no tengo por qué estar dando un anuncio público de con quién me relaciono. Suficiente tengo con un idiota tratando de limitar mis amistades a su antojo —

— Podrías parar con eso ahora, Ji. Tenemos otra situación más importante.—  Mal uso de las palabras pensó Lisa y Tim sin vocalizar sus opiniones.

— Bien, tú encárgate como se te dé la gana si esa es tu situación más importante.—

— Nos vemos chicos, lamento arruinarles el almuerzo.—

— Nos vemos — respondió Lisa levantando una de su mano.

— Nos vemos en clases Jioh.—

Jioh se marchó y comenzó a caminar a paso apresurado. Su andar por el campus de la universidad era molesto, estaba harto de toda esa gente que quería meterse en su vida, rumoreando sobre él, haciendo especulaciones de él, y por sobre todo decirle que debía hacer y qué no.

Sólo alcanzó a avanzar un par de metros más hasta que una mano en su hombro logró detener su marcha, pensando que la única persona tan imprudente de llamarla atención de alguien así sería su mejor amigo por lo que su cuerpo dio media vuelta, con su rostro lleno de molestia dispuesto a reclamar, pero su ataque se vio truncado por la amable sonrisa de un pelinegro.

— Estaba llamándote pero no escuchabas, por un momento pensé que me golpearias.— Comentó riendo Pete.

— Lo siento, Pete, pensé que eras otra persona — El más bajo se sentía avergonzado, sintió hasta sus orejas calentarse y su pecho aumentar su frecuencia.

— Gracias a dios no soy esa persona —

— No te pareces en nada a esa persona. —

— ¿Ya almorzaste Jioh? —

— No, no aún no pruebo bocado — era una verdad a medias, no había alcanzado a probar su comida cuando su discusión con el chico de ojos oscuros comenzó.

— Genial, ¿Qué tal si comemos juntos? Muero de hambre —

— Eso sería estupendo, Pete, yo igual muero de hambre.—

Ambos chicos se sonrieron el uno al otro, sintió que todo la rabia se había ido con la curvatura de los labios del pelinegro, que el problema de las redes sociales se disipaban y dejaban de importar al estar cerca de Pete. Necesitaba descansar, necesitaba un almuerzo relajado y agradecía hubiese alguien en todo esa universidad con quien sí podía hacerlo.

 


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