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No debo decir mentiras por Whitekaat

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Notas del capitulo:

Año nuevo capítulo nuevo.

 

CAPÍTULO XI

 

Tal vez no había sido una buena idea, Jioh pestañeó, miró a su plato para luego mirar la cara de los presentes, agradecía que Lisa supiera actuar como si nada estuviera pasando y conversara con Alice sobre las clases de ese día, Tim lo hacía lo mejor que podía mirándolo a él, a ratos al nuevo integrante del almuerzo y además mandándole disimuladamente mensajes por celular que estaba seguro que iban dirigidos a él por la forma incesante que su celular vibraba en su bolsillo.

El que no parecía estar pasándolo nada bien y creando esa extraña atmósfera no era otro que su mejor amigo con aquellos ojos serios que lucían molestos cuando lo veía a él, cuando veía a su plato de comida, cuando veía sus demás amigo y sobre todos cuando mirada a Pete que comía su almuerzo de una forma pacífica ajena al resto del grupo.

Los integrantes de ese extraño grupo estaban reunidos, Tim mirando a Alice analizando los momentos en que podía cruzar palabras, Alice buscando la atención del castaño más alto, Phrae intercambiando su mirada de enojo a s amigo y a Pete, Jioh evitando cualquier otra mirada enfocándose lo más que podía en su plato, Pete tratando de entablar una conversación con cualquiera del grupo y Lisa aguantando la risa mientras observaba el mundo arder sin que ella se quemara.

Había nacido como una idea espontánea del momento, una que la mente del castaño cobrizo no visualizó las posibles consecuencias que podría traer ese mensaje de texto apresurado, y ahora que había ocurrido se le era enrostrado en su cara lo despistado que podía ser a veces. Porque ese día tenía planeado comer con sus amigos, pero también había olvidado que la noche anterior había quedado en comer con Pete durante el almuerzo y bajo su practicidad creyó muy inocente que al juntar a todos resolvería el dilema de evitar elegir con quien comer ese día.

Una pésima idea se recriminaba Jioh sintiendo la molesta mirada de Phrae ahora puesta sobre él una vez más.

— ¿Pete, perteneces a algún club? — Jioh enfocó su mirada en su amigo pelinegro asegurando para sí mismo que la próxima vez que salieran él pagaría sus tragos por sacarlo de la incómoda situación en la que los había metido a todos.

— Si, pertenezco al club de atletismo desde el año pasado —

— No lo sabía — agregó el castaño cobrizo.

— ¡Genial! ¿Sabes si aún están haciendo pruebas para nuevos miembros? —

— El capitán dijo que la próxima semana se harán, puedo hacerte llegar más información con Jioh si lo quieres. —

El castaño suspiró aliviado viendo cómo su amigo mantenía una conversación amena con Pete, y frente a eso decidió dar un bocado a su comida en completa tranquilidad, con un vistazo rápido vio los platos de los demás que estaban ya a la mitad y eso significaría que esa tortura auto impuesta terminaría pronto, podría marcharse con Pete con alguna excusa y ese mal rato se quedaría en la lista de cosas que no hacer.

— ¿Eres algo así como el nuevo novio de Ji? ¿No? — La voz grave de Phrae paró toda comunicación verbal en la mesa trayendo consigo resoplidos y miradas de regaño.

Jioh sentía que en cualquier momento se levantaría de la mesa a golpear a Phrae, las ocasiones en las que Jioh se preguntaba porque eran amigos comenzaban a hacerse más habituales, los malos ratos que le estaba haciendo pasar sentía que cada vez eran más comunes. El más bajo siguiendo su primera idea golpeó la pierna del idiota de su amigo por debajo de la mesa observando la mueca de dolor del otro como una justa venganza.

— La verdad es que no, no quise aventurarme a pedirle ser mi novio tan rápido, sólo le pedí que me dejara conquistarlo — La sonrisa de que le dio Pete en ese momento opacó cualquier mal rato que su amigo le estaba haciendo pasar provocando que le devolviera la misma sonrisa como reflejo.

— Me agradas, buena respuesta. Tienes mi permiso para cortejarlo — añadió Lisa trayendo la risa de casi todos los presentes menos del nombrado y el chico con cara de querer seguir buscando pelea.

— Fue un gusto conocerlos, chicos. Debo juntarme con unos compañeros para empezar un trabajo —

— Espero volver a vernos, Pete — habló Lisa.

— Sí, y gracias por lo de la información del club —

— No hay de qué, nos vemos después Jioh— el chico se levantó de su asiento y antes de marcharse besó una de las mejillas del menor dejando sorprendido al grupo frente a él y al destinatario con sus orejas y mejillas rojas.

— Adiós, Pete —

Tras la sorpresa vino la calma y un momento de silencio, por parte de los presentes uno que tan efímero que hasta se sentía que nunca pasó.

— Phrae te pasaste esta vez —

Tim fue el primero en tomar la palabra quitando a Jioh la oportunidad de empezar con esa misma charla. La mirada del pelinegro estaba más seria, sus brazos estaban cruzados en su pecho, su entrecejo se fruncía y sus cejas enmarcaban aún más esa mirada de reproche que le estaba dedicando al castaño más alto.

— No creo haber hecho... —

— Puedo entender esa faceta sobreprotectora, sobre todo con Jioh. Pero no estuvo bien lo que dijiste y lo sabes, de todas tus novias que no has presentado nunca las hemos increpado de esa manera, porque sabemos que te pondríamos a ti y sobre todo a ellas incómodos. — el ambiente se volvió pesado. Cuando Tim adoptaba su forma seria era de temer porque sólo sabía decir las cosas de la forma más cruda y real posible y era por eso que a ninguno le gustaban sus regaños.

— No sabes lo mucho que me tuve que morder la lengua en ese momento. — tomó la palabra la rubia.

— Te iba hacer una pregunta bastante similar a ti en ese momento... — agregó levantando una de sus cejas trayendo nerviosismo en dos de los presentes.

— Fá, no sé qué sucede contigo. Siento que con cada semana que pasa, algo malo ocurre o de alguna forma tu egoísmo me logra afectar, hemos discutido en este mes más de lo que lo hemos hecho en todo un año y no se siente bien —

— Empezaste este semestre diciéndome que me alejarías de los idiotas y al único idiota que siento últimamente del que debo estar lejos eres tú. — esa última frase sonó más quebradiza y definitiva de lo que quiso pero había salido a flote por sí sola después de estar ahogándose mucho tiempo dentro de sí.

Jioh miró a su mejor amigo, sus ojos no lo miraban de vuelta, tenía su mirada puesta hacia un costado de la mesa. Esperó un par de segundos más para obtener una respuesta, una disculpa sincera, se esperó alguna broma a modo de disculpa pero nada llegó, nada salió de sus labios y Jioh sintiendo una mezcla de rabia y tristeza acumulándose en las comisuras de sus ojos dio la vuelta para marcharse.

Phrae no respondió, no se atrevió a mirarlo a los ojos, no hizo ni siquiera el intento de interrumpirlo cuando hablaba, actuó como si no le importara y mientras más caminaba para alejarse más la rabia se convertía en pena.

"Tú, yo, cerveza. Por favor." Texteó el castaño recibiendo un vago "Ok" como respuesta.

El estudiante de publicidad tenía un conocimiento de su suerte, está a veces demasiado buena así como otras veces si se empeñara en volver algo malo, algo aún peor. Y ese algo peor venía en un color amarillo desteñido, cejas gruesas color marrón y unos ojos que lo miraban con recelo en el mismo color.

Krist caminaba en su dirección, venía sólo, sin compañía, sin Pete a su lado, sin el otro amigo más alto que en ocasiones lograba ver junto a él. Jioh apretó sus puños con fuerza hasta dejarlos blancos, saber que ese chico otra vez se le acercaba no era agradable, ver su rostro con una mirada llena de odio le revolvía el estómago, nunca había conocido alguien que le causara tal tipo de rechazo pero sabía que era una obviedad las razones que lo ponían alerta y reacio a su cercanía.

El video de él con su cabeza llena de pintura aún se lo recordaba, esa espina de rencor no se había ido con sus disculpas, tampoco con la sanción que le dio la universidad. Terminaron enfrentando sus miradas en uno de los pasillos de la facultad, obstaculizando el libre paso del otro sin tener la intención de mover un músculo para que el otro pasara.

— Volvemos a encontrarnos — El castaño cada vez odiaba más ese molesto tono de voz.

— Sí, para mi mala suerte ¿Qué quieres? —

— Cuida tus palabras, nuevo. Sigo siendo mayor —

— No tengo tiempo para esto — murmuró más para sí que para el chico frente a él.

— Vengo esta vez a pedirte amablemente que te alejes de mi amigo —

— Si él me quiere lejos, él mismo decidirá si se aleja de mí. Además lo que hagamos o dejemos de hacer con Pete no te incumbe. —

— Aah... con que es eso... sólo quieres alguien para follar, si es eso podría sacrificarme, aquí tengo algo para satisfacer tus ansias —

Su cuerpo tembló de miedo, su mano apoyada sobre la entrepierna de Krist le causaba nauseas, quería vomitar, llorar, gritar. Jioh sentía un torbellino de sentimientos negativos a los cuales no sabía con qué adjetivo clasificarlos, pero lo odiaba, odiaba esa parte de sus células que estaban tocando el cuerpo ajeno.

Era nauseabundo tenerlo cerca, era nauseabundo sentir su aliento cerca de su rostro, era nauseabundo que creyera que sólo estaba buscando desahogo sexual con Pete, todo lo que representaba Krist en ese momento le producía un asco profundo que se atoraba en su laringe manteniéndolo preso de una parálisis corporal instantánea de todo su cuerpo, sus ojos se humedecieron por segunda vez en ese día, esta vez por esa sensación de pavor e impotencia por las acciones de aquel sujeto a las que estaba siendo sometido.

Estaba preso de aquella sensación, de sólo segundos que se sentían como largas horas en las que su mano era tomada con fuerza y frotada contra la ingle del otro sujeto mientras recitaba en su oído frases que en ese momento se negaba a procesar.

Pero en un lapsus Jioh recordó que no era fuerte, que en muchas ocasiones era débil, pero que no estaba dispuesto en esta ocasión a mostrar su debilidad y aprovechando la cercanía que compartían tomó aquello que obscenamente se le era restregado en su mano apretándolo como su quisiera exprimir un limón, sólo bastó un grito, un afloje de la mano que lo mantenía capturado para empujar a su agresor y correr por el pasillo hasta donde sus pies y sus pulmones lo dejaran correr.

Corrió sin saber muy bien hacia donde iba, con las lágrimas nublando en ocasiones su visión, sólo siguiendo su instinto de donde sería el lugar más seguro donde podría estar y cuando pudo localizar ese lugar corrió aún con más fuerzas, aunque una punzada ya atacara sus costillas y cuando estuvo en el punto más seguro que había en esa universidad unos brazos lo recibieron rodeándolo, apretando con fuerza y formando una especie protección que lo aislaba de todo lo que ocurría alrededor permitiéndole descargar aquella tristeza y miedo entre gimoteos y lágrimas que se iban secando en una camisa blanca.

 

//**//



— Llamaré a Phrae para que me ayude a llevarte —

— ¡No, no lo llames! ¿Podría dormir hoy en tu casa? — La voz del castaño sonaba extraña y su causa no era de extrañar para el pelinegro que vio a su amigo beber cerveza tras cerveza mientras hablaba de cualquier cosa buscando ignorar el tema principal por el cual los había llevado a salir ese día.

— Sí, pero con una condición — Tim sabía que estaba mal aprovecharse de la condición de Jioh, conocía de sobra que cuando estaba ebrio solía decir las cosas que no se atrevía a decir sin alcohol encima y para poder ayudarlo necesita más información de todo lo que estaba ocurriendo con su mejor amigo.

— ¿Cuál? —

— Qué fue lo que te ocurrió hoy. Sólo con esa condición — el pelinegro vio unos ojos entrecerrarse para mirarlo con recelo.

— No quiero recordarlo Tim, fue horrible... me paralicé, sentí náuseas, sentir el cuerpo de ese imbécil restregándose contra mí fue asqueroso — dejó salir inconscientemente.

Los ojos de Tim se abrieron en sorpresa, en sus ojos se notaba la ira contenida que estaba guardando, aunque Jioh no lo mirara a detalle se podía notar sus puños apretados al punto de volverse blanco, y si la música no sonara tan fuerte dentro del bar hasta se podría escuchar el sonido del chirrido de los dientes del chico de ojos marrón.

— No fue como con Fá — los ojos pequeños de Tim jamás habían logrado lucir tan abiertos como lo estuvieron tras esa declaración y Jioh entre la poca lucidez que le quedaba sabía que había tocado un tema que nunca debió salir de su boca.

— Olvida lo que dije, Tim. — Jioh sabía que no podría fingir demencia en ese momento, conocía lo suficiente a Tim para saber que sus palabras no las tomaría como los desvaríos de un borracho.

— Esto no lo puede saber Fá, por favor — un asentimiento se le fue concedido a su ruego mientras buscaba entre su obnubilada cabeza de borracho las palabras correctas.

— Fue después de la fiesta de bienvenida. — pausó su relato tratando de modular lo mejor posible sus palabras.

— Desperté en la cama de un desconocido. Ese desconocido mientras estaba dormido frotó su "eso" contra mí, fue extraño, pero no me causó el mismo rechazo como lo que pasó hoy en la tarde. — prosiguió.

— ¿Y qué tiene que ver Phrae? —

— Ese desconocido era él, no lo sabía hasta que logré despertar bien. —

— ¿Phrae lo sabe? — preguntó Tim poniendo sobre la mesa la misma incógnita que aún en su embriaguez Jioh se hacía. Si realmente ese día le otro castaño dormía sin saber que estaba ocurriendo con él.

— Lo hizo dormido. — le respondió al instante, buscando en parte despejar cualquier duda posible que buscara confundirlo más.

— Fue extraño, mucho; Pero no fue la misma sensación — concluyó el castaño.

— ¿Se sintió bien o mal? —

Pero la respuesta nunca llegó a Tim, se quedó sellada en los labios de Jioh que luchaba por guardar sus pensamientos que aún no se habían esclarecido y de paso las ganas de sacar toda la cerveza que había consumido durante esa noche.

 

 


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