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PAIN DROP por Ladyloveme

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Notas del capitulo:

Hola queridos lectores, me disculpo por la demora, lo cierto es que como hace tres semanas que ya tenía listo el tercer capítulo pero en cuanto lo iba a subir no sé qué Mier** hice y lo perdí por completo, entonces tuve que volver a escribirlo pero me dio flojera volver a escribir como 300 palabras que ya tenía, en fin cuando me volví a animar me puse a trabajar en este capítulo claro que ahora cambio completamente e incluso es un poco más corto porque luego ya no recordaba que había escrito en el anterior, pero bueno espero que les guste y gracias por su paciencia.

En cuanto Hiroki volvió es si, se encontraba recostado sobre una gran cama con dosel de encaje y sábanas de color rosa, esto lo desconcertó completamente y con la mirada comenzó a examinar el lugar. la habitación en la que estaba era bastante amplia y estaba pintado con tono rosa y blanco, había un gran armario, varios estantes con muñecas de porcelana de diferentes tamaños, una peinadora con un espejo ovalado y junto a una gran venta había un sillón pequeño que igualmente era de color rosa. 




Había algo en el ambiente de esta habitación que no le agradaba, decidido a salir del lugar y buscar respuestas. Se movió hasta el borde de cama y en cuanto puso los pies sobre el piso sintió algo filtrarse del interior de su entrada humedeciendo su ropa interior, seguido por una horrible sensación de dolor en la zona más baja de su espalda que lo hizo caer sobre la alfombra. 




-¡Maldición!—siseo por el dolor, mientras algunas lágrimas de rabia, asco y dolor comenzaban a filtrarse de sus ojos. ¿Cómo se había atrevido ese desgraciado a violarlo? ¿Cómo le había ocurrido esto? el solo había querido ayudar a Kumi a escapar de su tormento, le prometió a aquella niña algo que no pudo cumplir, y ahora él estaba atrapado dentro aquella oscuridad que amenazaba por consumirlo por completo. 




Intentando recuperar la calma, inhalo una vez y soltó la respiración despacio para volver a intentar ponerse de pie, con las piernas algo temblorosas logro ponerse de pie ignorando el dolor que aún tenía y la sensación de humedad en su ropa interior. En la habitación había dos puertas así que decidió probar primero en la que estaba más cerca, un poco de esperanza lo lleno cuando la perilla giro y la puerta se abrió, pero rápidamente se decepcionó al ver que esa puerta solo lo llevaba a un baño que ni siquiera tenía ventana, con frustración se dirigió hasta la otra puerta y como era de esperar está estaba completamente serrada. 




Entonces se dirigió a la ventana y corrió las pesadas cortinas rosas, no había salida, por fuera las ventas tenían gruesos barrotes de acero. Con desesperación se acercó de nuevo hasta la puerta e intentó forzarla, pero nada funcionó. 




-¡¡Déjenme salir!!-gritaba Hiroki mientras golpeaba la puerta. -¡Auxilio! ¡Vamos, quiero irme! 




Al cansarse, se dirigió a un rincón de la habitación y se sentó en el suelo con las piernas pegadas al pecho, escondido su rostro entre sus rodillas mientras pensaba que hacer. Tan metido estaba en sus pensamientos que no noto cuando alguien entro a la habitación y se paró frente a él. 




-¿Qué haces sentado ahí? —Dijo una voz haciéndolo estremecer de la impresión. 




El castaño levantó la mirada un poco asustado, encontrándose con aquel chico de cabellos rubios que llamaban Tsumori. el solo lo veía esperando una respuesta. 




-¿Por qué estoy aquí?—Pregunto Hiroki ignorando lo que se le había dicho anteriormente. 




-Porque el jefe a si lo ordeno—Respondió simplemente Tsumori encogiéndose de hombros. El peli castaño resopló con frustración y lo miro con el ceño fruncido. 




-Gracias por aclarar mis dudas—el sarcasmo era más que evidente. 




Tsumori se quedó pensativo por un rato y con un poco de melancolía comenzó a hablar.-Esta era la habitación de Kumi—Estas palabras lograron captar por completo la atención de Hiroki, quien guardo silencio para que el chico  continuará-El Jefe nos ha dicho que tú eres el remplazo de ella…así que esta es tu habitación ahora. Tenemos la orden de mantenerte confinado aquí hasta que el jefe requiera tu presencia o nos de nuevas órdenes. 




-¡¿Qué?!—Hiroki estaba indignado.- ¡¡Yo no quiero estar aquí!! ¿Quién se cree ese mal nacido? ¡No soy un objeto y no me dejaré tratar de esta manera! —dijo mientras intentaba ponerse de pie.-No me quedare aquí…!aah!—un quejido de dolor  escapó de sus labios cuando por fin estuvo de pie. 




-¿Te sientes mal?—Tsumori empezó a secarse con la intención de sostener a Hiroki porque parecía que en cualquier momento colapsaría.-¿Puedes decirme que te duele?—extendió su mano para tocar le la frente y cerciorarse que no tuviera fiebre ya que se puso rojo. 




El castaño le dio un manotazo y empujó ligeramente a Tsumori para que se apartará.-¡No me toques!—¿Acaso ese idiota en verdad esperaba que él le respondiera que le dolía? ¿Cómo pretendía que no tuviera vergüenza de decirle que le dolía el trasero?-No pretendas ser amable conmigo. 




El rubio se sintió ofendido.-¡No estoy pretendiendo nada!...Solo quería ayudar. 




-¿Quieres ayudarme?—pregunto un tanto sorprendido. 




-¿Si?—Tsumori respondió con inseguridad, ya que estaba seguro de que el chico estaba mal interpretado sus palabras. 




-¡Genial!—Kamijou sonrió.-Entonces…¿Solo saldremos por la puerta principal o hay algún plan intrincado? 




-¿Qué? ¿De qué mierda estás hablando? 




-Bueno, si dices que quieres ayudarme debes sacarme de aquí, ¿No? 




-¡¿Estás loco?! No pudo hacer eso. 




-Pero tú me ofreciste tu ayuda. 




-Lo hice—Afirmo Tsumori para luego suspirar con frustración. -Pero tú estás tergiversando mis palabras. Me gustaría ayudarte a salir de este lugar, pero no puedo, el jefe ya decidió tu destino y ahora eres de su propiedad… Lo siento—bajo la mirada con algo de tristeza.—Eres una buena persona, lo sé con certeza porque tú fuiste la única persona que intento ayudar a Kumi. No te mereces lo que el jefe te ha hecho. 




-Si estás consciente de esto, ayúdame. Te juro que si dejas que me marché no me volverán a ver, no hablaré con la policía. Nadie se entera de que tú me dejaste ir, te lo prometo—dijo con desesperación y ojos suplicantes.-Por favor… 




-No puedo, lo siento. 




-¿Por qué? 




-Es simple; no puedo desobedecer las órdenes del jefe, no puedo hacer nada por ti de hecho nadie puede. Ir contra Haruhiko Usami es imposible. 




-Si puedes. Tú también pareces una buena persona y se nota que no te gusta este trabajo, los dos podemos huir, piensa en qué podrás tener una nueva vida… 




Tsumori solo comenzó a reír.-¿Piensas las cosas antes de decirlo o solo dices lo primero que se te ocurre?—Hiroki lo miró con enojo, El rubio calmo su risa y se puso serio.-No seas ingenuo. Primero, no soy una buena persona, no me conoces así que no saques conclusiones apresuradas. Segundo, No se puede escapar de  Haruhiko Usami, él es muy poderoso, es líder de Zangai, una de las tres mafias más poderosas de todo Japón, las leyes no existe para él, tiene aliados en todas partes e incluso la mitad de la policía está comprada por él. 




-No le temo. 




-Pues deberías. 




-Si no me vas a ayudar, mejor vete— 




El castaño le dio la espalda y se cruzó de brazos. 




-Como quieras—Tsumori estaba a punto de salir cuando recordó porque había ido a ver a Hiroki desde un principio. Así que con la mano aún en la perilla, dijo-Casi lo olvidó. eh dejado ropa limpia, una toalla y unos analgésicos sobre la cama, estoy seguro de que debes querer tomar un baño. 




El de cabello castaño no dijo nada, ni siquiera regreso a mirarlo y el chico rubio simplemente abandono la habitación. 




-No dejaré que la oscuridad me devore, saldré de aquí así sea lo último que haga—Se dijo a sí mismo como si de una promesa se tratara. 




Dándose vuelta, no pudo evitar que en lo primero que su mirada se posará fuera en lo que Tsumori le había dicho que dejó sobre la cama, se acercó y con algo de recelo tomo las cosas, primero agarro las dos pequeñas pastillas blancas y sin duda alguna eran analgésicos. luego tomo la ropa, era una polera azul y un pantalón de color negro, a simple vista se notaba que era dos tallas más grandes de la talla que es el, para su sorpresa también había ropa interior y se notaba que era nueva, esto si era de su talla. por último, tomo la toalla; esta era simplemente blanca no había novedad. 




Se mordía la esquina del labio inferior por el nerviosismo, no quería usar esas cosas y que pareciera que se había resignado y obedecería sin rechistar si le mostraban su falsa amabilidad, no quería darle esa satisfacción a Tsumori ni a nadie, pero por otro lado era cierto que necesitaba limpiarse, se sentía asqueroso al recordar porque su ropa interior ahora se sentía tiesa y estaba algo pegada a su piel. 




Dejando de lado el orgullo, agarró todas las cosas y se dirigió al baño.  Tomo las dos pequeñas pastillas y se las paso con un poco de agua del lavamanos, después se desvistió rápidamente y entro a la ducha, tomo el jabón que ya está ahí y comenzó a fregarse con desesperación todo el cuerpo, quería sentir se limpió nuevamente y eliminar cualquier rastro de ese tipo, pero las marcas que tenía en sus caderas eran profundas y por más que las fregase para intentar desvanecerlas sabía que no lo lograría. Al lavar su parte trasera, una sensación de náuseas lo invadió cuando miro como sangre y semen eran arrastradas por el agua hacia el desagüe. El agua se había calentado mucho, pero a Hiroki no le importaba, solo seguía fregándose con desesperación, con la idea estar limpio. 




Finalmente, solo salió de la ducha cuando el agua se volvió helada y su piel se sintió irritada, se vistió y salió del baño sin saber que hacer. 




Se acercó a la venta y por primera vez noto que afuera había un gran jardín y una pileta de piedra con la figura de una mujer que arrojaba agua desde una vasija. Todo este tiempo él había permanecido sin noción del tiempo, pero ahora que veía al sol descender sabía que pronto anochecería. Se preguntó cuánto tiempo llevaba a manos de estos matones, se sentía como una eternidad, no podía seguir aquí se sentía asfixiante. 




Repentinamente un ataque de ira invadió a Hiroki y con locura comenzó a romper todo lo que había allí, con sus propias manos rasgaba las sábanas y las cortinas, todo estaba hecho gironés, las muñecas volaban por la habitación para terminar estrelladas contra el suelo y quedar solo en fragmentos de porcelana, nada se salvaba de su ira. Por último, tomo una caja musical algo pesada que está sobre la peinadora, estaba a punto de arrojarla contra la ventana cuando repentinamente alguien entro por la puerta. 




-¡¿Qué diablos se supone que haces?!—El castaño se estremeció, reconocía esa voz y aunque no quisiera inconscientemente una sensación de temor lo invadía. 




Dándose vuelta con la caja musical aún entre sus manos, él lo miró, ahí junto a la puerta que permanecía abierta se encontraba Haruhiko Usami con una expresión difícil de catalogar. 




-¿Por qué no me respondes? No me digas que te has quedado mudo. 




-Y-yo…—Hiroki solo murmuró, no atinaba a formar oración alguna, no quería reflejar miedo, pero era inevitable. 




-Siento mucho que la decoración de esta habitación no haya sido de tu agrado, pero debes entender que no tenía planeado hacer cambios drásticos en tampoco tiempo—dijo en tono de burla. Hiroki apretó entre sus manos la caja musical, odiaba a ese sujeto, su sola presencia era insoportable.-¿Por qué tan callado? Si antes no parabas de molestar, tal parece que en verdad necesitabas de una buena cogida para calmarte. 




Sin pensarlo dos vece, El castaño le arrojó la caja musical y está le impacto en la cabeza a Haruhiko que enseguida callo de espaldas al suelo. Aprovechando la oportunidad corrió hacia la puerta, pero en cuanto estuvo a punto de poner un pie fuera de esa habitación; Haruhiko que seguí en el suelo lo agarro del tobillo e hizo que cayera de cara al suelo, entonces enseguida el hombre apretó con más fuerza su tobillo. Con desesperación Hiroki logro darse la vuelta y acertarle con su otra pierna una patada en la cara, el hombre lo soltó y él se puso de pie para salir corriendo sin mirar atrás. Esta era talvez su única oportunidad de escapar y no la desperdiciaría. 




Corría sin fijarse en su alrededor, paso por varios pasillos, y bajo unas escaleras que le condujeron a un pasillo aún más largo que luego se dividió en dos, optando por el pasillo de la izquierda corrió por este hasta que repentinamente chocó contra algo o más bien alguien. 




 




 




 




 




 




 




 

Notas finales:

Espero que les haya gustado el capítulo, me esforcé mucho (aunque no parezca jejeje) gracias por leer y dejar un comentario, les juro que sus comentarios son muy importantes para mi. Nos vemos en el próximo capítulo <3


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