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Aventuras a través del tiempo por Len Miwa

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Notas del fanfic:

Un universo alterno creado desde mi imaginación (?) 

Notas del capitulo:

¡Hola!

Me llamo Len, soy muy fanática de Saint Seiya desde muy pequeña y traigo aquí un fic SS que espero les guste tanto como a mi me gustó escribirlo. uwu

La guerra santa contra Hades había llegado a su fin y la diosa Athena después de su victoria, dispuesta a regresar a todos sus valientes guerreros que perdieron la vida en batalla, entre ellos estaba la orden dorada. Su propósito era que sus caballeros llevaran una vida tranquila ahora que estaban en tiempos de paz, por lo tanto ya no tenían de que preocuparse.

Al estar todos reunidos en el coliseo, preguntándose del porqué estaban con vida y mirando a su diosa que estaba escoltada por los cinco caballeros de bronce que estuvieron hasta el final y con eso ya todo estaba cobrando sentido.

 

-Mis queridos caballeros estamos muy emocionados de volver a verlos, la razón por la cual están aquí es porque decidí regresarlos a la vida y gozarla como tal, ahora son libres de toda guerra, podrán seguir en el santuario con su título como caballeros en alto –miraba de manera detallada hasta que se centró en los caballeros dorados- me da mucho gusto volver a verlos juntos….los espero en unos minutos en la sala del patriarca.-Mientras Athena se marchaba junto a los caballeros de bronce, Saga y los demás permanecieron en el mismo lugar por algunos momentos más.-

 

-No lo puedo creer …estamos vivos ¡Vivos! – decía Aldebarán mientras abrazaba de manera animada a Mu-

-Y lo mejor es que tenemos vida libre.

-¡¿Qué esperamos, Milo!? ¡Vamos a disfrutar!

- Espera DeathMask  primero tenemos que ir con Athena –mencionó Mu-

-Bueno pero después de esto nos vamos a celebrar ¿Quién se une?

-¡Por supuesto que yo! –Milo alzo la mano y observó que también habían hecho lo mismo todos a excepción de Mu, Shaka, Saga, Shura y Camus- ¡y los demás? vamos chicos no sean aburridos, Mu tú no puedes faltar a esto.

-Lo siento Milo pero los conozco demasiado bien.

-¿Qué hay de ti, Shaka?

- No cuentes  conmigo Milo, es más nunca lo hagas.

-No era necesario ser tan grosero…¿y tú Saga?

-No lo sé.

-¡Es un si o no!-decía DeathMask-

-Ya dije que no lo sé.

Saga se dio la vuelta en dirección donde minutos antes se habían ido Athena y los caballeros de broce seguido por Shura y Camus, los demás no esperaron más y fueron rumbo a la sala de patriarca pero no se esperaban que el hermano gemelo de Saga “Kanon” estuviera ahí junto al antiguo patriarca Shion, el primero en reaccionar fue Mu que sin pensarlo se lanzó a los brazos de su maestro como un niño pequeño quien lo recibió contento; después del discurso por parte de su diosa, los chicos se fueron a disfrutar de lo que iba a ser su nueva vida. DeathMask propuso ir al lugar más cercano donde hubiera alcohol aunque la gran mayoría estaba algo retirado del santuario pero eso no les impidió divertirse o al menos eso creían.

 

+++++++++++++

 

 

-Oye Milo ¿Por qué no invitaste a Camus? –Afrodita estaba sentado justo a lado de Milo mientras ambos disfrutaban de su bebida- Noté que ni siquiera lo miraste.

-No tenía caso hacerlo, después de todo es tan reservado que iba a rechazar mi invitación.

-Pero eres su amigo, yo creo que si iba a aceptar.

-No lo sé Dita…mucho antes de lo que pasó en la guerra, nuestra amistad ya no iba del todo bien, él de un momento a otro comenzó a distanciarse de mí y cuando veía la oportunidad de hablarle simplemente me daba cualquier pretexto y se iba.

- Vaya.. eso no lo sabía, no he convivido lo suficiente con Camus para decirte si está bien seguir insistiendo o no.

- No conviven lo suficiente y son vecinos –Milo se echó a reír tan fuerte provocando que Afrodita  frunciera el ceño y dejara caer su bebida en su cabeza- ¡Ahhh Afrodita eso está frío!

-¡No seas grosero Milo que estaba tratando de ayudarte!

-¡Pero no era necesario mojarme!...oye hablando de esto ¿Cómo te va con DeathMask?

-¿DeathMask?...

Afrodita cambió su expresión a una más seria casi llegando a lo triste cosa que Milo notó, todo el santuario decía que los caballeros de Piscis y Cáncer junto a Capricornio eran un trio inseparable por el fuerte lazo de amistad que sostenían desde que eran unos niños pero lo que no sabían es que también desde antes de la batalla final contra Andreas en Asgard, había discusiones fuertes y sin razón entre Afrodita y DeathMask, aunque a pesar de todo el caballero de piscis siempre estaba al pendiente de ambos casi como si fuera su sombra y ayudar en los líos en los que solían meterse en el paso de su juventud, como en estos precisos momentos cuando vio a Shura bailando encima de una mesa aparentemente pasado de copas mientras DeathMask discutía con Dohko, las demás personas sólo se burlaban de ellos.

-¡Ey Milo, Afrodita! –Aioria saludaba en compañía de Aioros  desde la mesa a un lado suyo- ¡Miren como está Shura!

La noche para Afrodita iba a ser larga y más al tener que lidiar con DeathMask ebrio que estando así era imposible de tratar, tenía que hacerlo para evitar que se metiera en problemas mayores o peor aún que los corrieran del lugar en plena oscuridad.

 

 

++++++++++++++++++++++

 

 

Camus regresaba a lo que era su templo después de que DeathMask  convenciera a Shura para ir a “celebrar”  su segunda oportunidad  y saga, bueno él simplemente se fue con Kanon ya que tenían “cosas” de que hablar por lo tanto estaba solo. No era nada fuera de lo normal si aun así  siempre estuvo  muy apartado de todo y de todos; no tenía cosas que hacer así que se dirigió a la enorme biblioteca que poseía el templo de acuario, era un lugar bastante agradable a su gusto,  recordando cuando era más joven donde en sus tiempos libres se la pasaba en ese mismo lugar leyendo, recorrió varios pasillos de dicho lugar hasta que sus ojos se posaron  en un pequeño libro arrumbado que estaba en el último piso del mueble, no recordaba haber dejado tan desordenado ese sitio perocontando todo lo que ocurrió después de la batalla de las doce casas  era lógico aun siendo reconstruido todo el santuario por la misma diosa, lo tomó para comenzar a hojearlo y viendo de manera más atenta, aquel libro era demasiado viejo y encontrando en este mismo varios planos, notas, algunas muy íntimas, al llegar a la mitad del contenido confirmó que era un diario ya que en esa misma hoja que tenía a la vista contenía  la descripción de lo que fue en su día del dueño de aquel cuadernillo, al final del último párrafo estaba firmado y a un lado el nombre de  “Degel de Acuario”. Su sorpresa fue bastante al ver la fecha, todo eso fue escrito por el caballero dorado de Acuario del siglo dieciocho, al voltear la hoja no había nada así que eso probablemente fue la última vez que su dueño escribió en él. Era curioso porque nunca lo había visto y que a su parecer doscientos años era muchos para que un material como aquel siguiera manteniéndose en buen estado, siguió leyendo lo que le restaba de contenido  acerca de lo que fueron las actividades en Rodorio de dicho día, en cómo cambio su vida al llegar al santuario, sus días de entrenamiento  y aquella piedra…un momento…¿una piedra?...Camus volvió a leer aquella frase y en efecto, se trataba de una piedra.

 

“Esa piedra me fue concedida por una anciana  en una de las tantas misiones que tuve, decía que era capaz de hacer que viajaras en el tiempo y cambiar mi destino, en un principio fue raro y creí  que estaba loca pero ella hablaba demasiado en serio, por educación lo acepté pero nunca le pregunté que era lo que tenía que hacer , cuando se lo comenté a Kardia prácticamente se echó a reír en mi cara y me tomó como un loco, desde ese día no dejo de pensar que tal vez es posible.”

 

Camus suspiró al leer eso, parecía para él un juego, sin embargo antes de  regresar el cuadernillo en su respectivo lugar  vio como en la esquina de esa misma hoja estaba dibujada una pequeña cajita decorada con pétalos de rosas y en el centro grabado el nombre “Degel”, cerró todo dejándolo en su lugar sólo que esta vez más ordenado y después supuso que lo mejor era regresar a su cama y descansar.

Al día siguiente Camus había salido de su habitación a primera hora, quería subir con el patriarca  y comentarle algo respecto a una salida que tenía planeado hacer, cruzó por la mitad de todo el templo  y justo en el centro se encontró  con la fuente en forma de una mujer que sostenía un cántaro con agua, se quedó un momento observándola  mientras se recargaba en el marco de la fuente que mantenía aquel liquido en su lugar, justo al bajar la mirada el mismo reflejo del agua lo hizo notar una pequeña caja en el fondo de la fuente, era idéntica a la que vio el día anterior dibujada en esa hoja de papel, todo le parecía tan extraño  ¿Qué hacia esa caja ahí? y lo más importante ¿Por qué nunca la vio en todo ese tiempo que estuvo día y noche cuidando el templo? , sin pensarlo sacó esa caja y aunque estaba algo deteriorada por el agua, no le impidió reconocerla, su curiosidad fue tan grande que no dudó en abrirla y lo primero que encontró fue una cadena con el nombre de su dueño que a estas alturas ya era más que obvio de quien era “Jamás mencionó algún otro objeto más que la piedra” se dijo  mientras volvió la vista a la caja para encontrarse con una piedra, la tan famosa piedra  que a simple vista era algo insignificante , cosa que lo decepcionó un poco ya que creyó encontrarse con un objeto más interesante o por lo menos bonita si se suponía que era “especial”  pero no, sólo era una piedra, todo eso le pareció una tontería , dejó todo aquello en el marco y se disponía a continuar con su recorrido echando un último vistazo a la fuente, cuando estaba lo suficiente lejos del sitio, los rayos del sol alumbraban el lugar creando un reflejo en la cadena que era lo único que se encontraba en el marco a parte de la caja.

 

 

++++++++++++++

 

DeathMask y Shura habían sido arrastrados por Afrodita  por las doce casas, insistiendo en que debían ir a su templo  para darles algún antídoto y quitarles esa resaca.

-¡Ya te dije que no necesito absolutamente nada así que déjame regresar! –decía DeathMask mientras se zarandeaba del agarre de piscis-

-Por favor Death…¡Sólo mírate y definitivamente necesitas algo! y tú también Shura…¡no estuvo bien comportarse como unos verdaderos idiotas!

-Tienes razón Dita  -Shura mantenía la mirada baja mientras con una mano tomaba su cabeza-

-¡Athena dijo que podíamos disfrutar de nuestras vidas!

-Eso no justifica que te comportes como un idiota, por tu culpa nos corrieron del lugar pasando la media noche.

-¡Entonces no nos hagas subir las doce casas si tan jodidos nos ves!

-Lo siento, no hay opción.

-¡Afrodita!

 

 

+++++++++++++++++++

 

Camus había regresado de ver al patriarca y desde ese entonces, todo fue tan rápido que hasta le dio tiempo de conversar un poco con Hyoga, el cual le había comentado que iba a regresar a Japón con la señorita Athena por un periodo.

Con la aprobación del patriarca para salir del santuario, aprovechó ahora de ir escaleras abajo, necesitaba algunas cosas para algo que tenía planeado, a los pocos minutos ya se encontraba cruzando el templo de piscis sin problema alguno, ya que al parecer su guardián aún no regresaba, siguió después su templo que igual cruzó sin problemas; de repente se le vino a la mente aquella piedra que encontró en la fuente y que ahora llevaba en una de sus manos. “Será verdad que ésta piedra es especial?”, esa pregunta se la hacía a su mente una y otra vez y sin darse cuenta ya había llegado a la entrada de su templo y que para su sorpresa se encontró con el caballero dorado de Virgo, Shaka.

 

-Buenos días Camus.-saludó un tranquilo Shaka-

 

-Buenos días.

 

-Me alegra verte, me gustarías saber si puedo pasar por tu templo.

 

-Ah…por supuesto.- se hizo a un lado para dejar pasar al rubio, no sin darse cuenta que éste tenía los ojos cerrados y aparte le sonreía-

 

-Creí que habías ido con los demás.

 

-No es mi ambiente.

 

-Ya veo…sabes, me gustaría  tener una conversación contigo, después de todo estamos en paz y nunca tuve el tiempo suficiente para conocerte más a tiempo. ¿Me permitirías invitarte una taza de té?

 

-Está bien, no me vendría mal conversar un poco contigo.

 

-Hoy al atardecer en el templo de virgo. ¿Te parece?

 

Camus sólo asintió y Shaka al igual siguió su camino, no sabia porqué pero había aceptado, ya sin darle tanta importancia al asunto, estaba a punto de bajar por las escaleras para llegar a Capricornio, de no haber sido porque vio a lo lejos a DeathMask y Shura siendo ayudados a subir por el propio Afrodita.

 

-Pero que sorpresa..¡Camus de Acuario en persona! –DeathMask aún sin estar del todo consiente de sus propias palabras, ya lo estaba señalando cuando terminó de subir las escaleras- Te perdiste de la extraordinaria noche.

 

-Buenos días Camus –habló Afrodita ignorando por completo las palabras de DeathMask- ¿Nos permitirías pasar?

 

-Por supuesto.

 

-Camus ¿Por qué no quisiste ir con nosotros tus camaradas? ¿Tan importante es no salir de tu zona de confort?  -el tono de voz de DeathMask había provocado que el francés frunciera el ceño-

 

-Death…¿Podrías callarte?

 

-Tú no eres nadie para hablarme así, Afrodita…-dijo apartándose bruscamente del chico de cabellos celestes, volviendo la mirada de nuevo en Acuario- Camus ¿No te agrado?

 

-En ese estado vulnerable en el que vienes, no dudaría en considerarlo correcto.

 

-Que aburrido eres…podías haberla pasado bien con el idiota de Milo.

 

-No se de qué estás hablando y tampoco es que me importe mucho, después de todo no estás bien. –iba a seguir su camino hasta que DeathMask volvió a abrir la boca para decir algo lo doble de raro que lo anterior-

 

-No quieras hacerte el muy idiota, ya sabes lo que siempre se pensó de ustedes dos…que Milo y tú.

 

-¿Qué tiene que ver Milo en esto?

 

-Muchas cosas…por ejemplo..

 

-¡Camus!

 

Una nueva voz se había escuchado en el lugar y al voltear a la dirección donde provenía, vieron a Milo acercarse a ellos con aíre de no haber dormido en toda la noche.

 

-Milo…-Camus dijo su nombre casi en un susurro, todo este tiempo lo había estado evitando por razones que ni él mismo sabia pero ahí estaba él después de todo-

 

-Tenemos que hablar.-dijo Milo-

 

-No tengo tiempo.

 

-¿Lo ves, Camus? A eso me refería…Milo y tú son tan obvios. –DeathMask seguía con el mismo tono burlón-

 

-¿Puedes guardar silencio, DeathMask? En verdad me siento muy mal..-ésta vez fue Shura recargado en un pilar quien tomó la palabra-

 

-Camus…se que me estás evitando y no sé porqué así que quiero una explicación.

 

-N-no sé de qué estás hablando pero me tengo que retirar…yo si tengo cosas que hacer. –Con un profundo suspiro, Camus estaba dispuesto a seguir su camino hasta que la mano de DeathMask sostuvo su propia muñeca y se lo impidió- ¿Qué es lo que quieres ahora?

 

-¿Qué es esto? –DeathMask ya tenía la piedra de Camus en sus manos- ¿Una piedra?

 

-Eso no te incumbe…-intentó quitarle el objeto a su irritante compañero sin poder lograrlo- regrésala..

 

-¿Para que las quieres? ¿Para golpear a Milo? ¡Yo te hago el favor! –estaba a punto de lanzarla de no haber sido por el propio Dita que lo detuvo- ¿¡Qué quieres ahora Afrodita!?

 

-¡Deja de molestar a los demás y vámonos! ¿Acaso eres idiota? No estás del todo bien y aún así quieres provocar problemas.

 

-¡No necesito que alguien como tú me ayude! –Sin importarle que estuvieran presentes los demás, DeathMask empujó al de cabellos celeste de una manera tan brusca que lo hizo caer al suelo- ¡No quiero que me vuelvas a interrumpir! ¿Entendiste? ¡Sólo quiero golpear a Milo con ésta cosa!

 

-¡Tampoco tenías que ser grosero con Dita si sólo quiere ayudarte! –Milo volteó a ver a Afrodita, que era ayudado por Camus para levantarse- ¡DeathMask eres un maldito idiota!

 

-¿Ah sí? Ahora dime tú, Milo ¿cómo quieres que trate al culpable de todas mis desgracias? ¿Con abrazos y besos ¡Que idiotas! ¡Ahora ya sé a quién quiero golpear!

 

-¡Esa piedra no es para lastimar a alguien y mucho menos para jugar!...no sé qué problemas tengan ustedes dos pero… –Camus estaba a un lado de Afrodita con el ceño fruncido, ya se había hartado de todo- ¡Esa cosa que tienes en la mano y aunque no lo creas, lleva bastante tiempo de antigüedad!...eso la hace especial.

 

 

 

No sabía porqué estaba diciendo todo eso pero al terminar de hablar se sintió como un estúpido y aún más al escuchar la risa del caballero de Cáncer.

 

-¡Es sólo una simple piedra! Nada de otro mundo! ¿Tanto cariño le tienes?

 

-No tengo porqué darte más detalles, sólo quiero que me la devuelvas.

 

-Camus. –habló Milo acercándose a él a paso lento- ¿Acaso…fue un regalo de alguien?

 

-No..es algo que mi templo ha estado protegiendo por más de doscientos años y si estaba ahí, tiene sus razones.

 

-¡Muy bien! ¡Entonces ya es tiempo de jugar con ella! ¿No te parece, cubito?

 

 

Camus volvió a suspirar ante las palabras de DeathMask, después observó a su alrededor, a un lado suyo estaba Afrodita con la mirada baja, era muy extraño ver al orgulloso caballero dorado de Piscis en ese estado tan “frágil” que casi sentía lástima por él, luego unos pasos más adelante y recargado en el mismo pilar, estaba Shura frotando su sienes y luego Milo quien ya se encontraba discutiendo con Cáncer y tratando de quitarle la dichosa piedra, todo  eso le puso de mal humor pero no pudo evitar lanzar una exclamación de asombro cuando notó que la piedra había tomado un color brillante que casi lastimaba la vista, al parecer sus dos compañeros ni se habían percatado de eso, pronto una cierta sensación extraña invadió su cuerpo, algo andaba mal.

 

-¡Milo! –gritó Camus- ¡Quítate de ahí y no toques la piedra!

 

 

Todo pasó tan rápido que ni siquiera les dio tiempo de reaccionar, la piedra desprendió un brillo intenso que lastimaba la vista, cuando aquella luz desapareció, tanto DeathMask como Milo habían desaparecido, dejando al resto de los chicos sorprendidos.

 

 

-¿Q-que fue lo que pasó?

 

Camus no respondió a la pregunta de Afrodita pero comenzaba a temer que todo lo que había leído fuera en verdad cierto y de ser así, tendría un par de problemas y unos bastante graves.

 

 

 

++++++++++++++++++

 

 

Lo único que Milo recordaba era que se había sentido mareado y perdió el conocimiento por unos momentos, cuando despertó lo hizo con tanta pesadez en el cuerpo como si hubiera sido golpeado por cien hombres lo doble de su tamaño.

 

-¡A..ah! ¿Qué fue eso Camus?...¿Camus?

 

-¡Cállate imbécil que yo no soy Camus!

 

Por lo menos así confirmaba que no se encontraba solo pero no podía decir que era la mejor de las compañías, después de todo DeathMask en ocasiones como aquellas era insoportable.

 

-¿Dónde estamos?

 

-No lo sé bicho, ésta no es la casa de Acuario.

 

 

Milo no respondió  pues estaba mirando su entorno con más detalle, llegando a la conclusión de que estaban en un callejón y sin importarle del todo dejar atrás a su compañero, comenzó a recorrer el lugar con la curiosidad de saber en dónde se encontraban exactamente, hasta que llegó a una calle llena de personas que de un lugar a otro se movían sin parar, el clima era agradable, tranquilo y de cierto modo curioso a causa de las prendas que en la mayoría llevaban, no es que él fuera un experto en moda pero era bastante notorio que era vestimenta que ya casi nadie utilizaba, a su parecer muy antiguas, aunque todo ese ambiente le traía a la mente un vago recuerdo.

 

-Oye bicho. –oyó decir a DeathMask a sus espaldas- mira hacia el frente.

 

Milo lo miró con una ceja arqueada pero no tardó en hacerle caso y pudo notar desde su posición que el santuario se veía a lo lejos con toda claridad, aunque algo raro le pareció ya que todo, absolutamente todo se veía diferente,  él no recordaba al santuario tan pacífico y calmado, mucho menos en condiciones menos deplorables, lleno de vida y luz, que al contrario de lo que veía, el santuario que conocía a simple vista no había señales de personas, siendo así un lugar despejado y mucho menos teniendo a sus pies un pueblo tan cercano.

Algo había pasado, de eso estaba seguro y atando cabos pudo llegar a una conclusión rara pero cierta, en sus tiempos de entrenamiento y en más de una ocasión, algunas personas le habían mencionado la existencia de un pueblo a vista baja del santuario pero que había desaparecido con el paso del tiempo a consecuencia de todo el tema de las guerras constantes, considerándolo un lugar peligroso para vivir.

 

-¿D-donde crees que estamos? ¡Oye bicho! ¿Me estás escuchando?

 

-Rodorio…..

 

 

 

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Notas finales:

¡Muchas gracias por leer!


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